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EL NOMBRE DE LA ROSA
Según la película, los hechos ocurrieron en una abadía benedictina en el recóndito norte de Italia,
en el año 1327. Guillermo De Baskerville, acompañado de Adso de Melk, su aprendiz, llegan al
monasterio y pese a que los monjes pretendían no informarle de la muerte suscitada
recientemente en la abadía, porque a su criterio, era la Santa Inquisición la única instancia capaz
de investigar tal crimen.
Guillermo se dirige a observar el lugar de trabajo de los dos fallecidos; suscitándose un episodio
que causa risa entre los presentes, y Jorge Burgos antiguo bibliotecario, monje ciego de edad
avanzada, irrumpe intempestivamente, y debate con Guillermo, Jorge dice que la risa es diabólica,
deforma las facciones y hace parecer monos a los hombres; Guillermo responde que los monos no
ríen, que la risa es un atributo humano y que Aristóteles dedicó su segundo libro de poética a la
risa como instrumento de la verdad, Jorge responde interrogándole si ha leído ese libro,
Guillermo responde que no, porque ha desaparecido. Guillermo no pasa desapercibido que, en
ese lugar, donde se dan cita tantos eruditos, no haya libros y no se permita el ingreso a la
biblioteca.
El delegado inquisidor realiza un juicio contra tres personas consideradas herejes y responsables
de los asesinatos, Guillermo impugna el juicio por considerarlos inocentes porque no sabían leer
griego y él está convencido que los crímenes son por la posesión de un libro escrito en griego
oculto en la biblioteca prohibida de la abadía. La muerte del herbolario, y posteriormente la del
bibliotecario, presentan también las mismas características, la lengua y el dedo ennegrecido.
Guillermo y su discípulo regresan a la biblioteca y descubren la puerta situada detrás del cristal,
encontrando a Jorge Burgos dentro y sostienen una disputa por el libro de Aristóteles. Jorge
Burgos, se había empeñado en ocultar el segundo libro de la poética de Aristóteles,
presuntamente dedicado a la comedia, la risa y el humor como transmisores de la verdad,
alrededor del cual giraron las muertes de los monjes. Tras una disputa con Guillermo, confiesa que
él es quien ha asesinado a los monjes, e incendia la biblioteca. Las convicciones de Jorge de
Burgos lo llevaron a envenenar el libro para evitar que la risa fuera un distractor para prevenir
el pecado y que los monjes perdieran la fe.