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P RÓ L O G O
V I G G O M O RT E N S E N
G A B I M A RT Í N E Z
JORDI SERRALLONGA
Animales
invisibles
MITO, VIDA Y EXTIN CIÓN
I L U S T R AC I O N E S
J OA N A S A N TA M A N S
PRIMERA EDICIÓN: Abril de 2021
www.nordicalibros.com
www.capitanswinglibros.com
ISBN: 978-84-18451-54-6
Depósito Legal: M-6111-2021
IBIC: WTL
Thema: WTL
P RÓ L O G O
V I G G O M O RT E N S E N
Viajero
Animales invisibles, de la mano del escritor y pájaro picozapato, un hombre que vive a las orillas
viajero Gabi Martínez, y del arqueólogo, naturalista del lago Alberto en Uganda dice: «Existen muchas
y explorador Jordi Serrallonga, con las ilustraciones cosas que no he visto nunca, pero en las que creo.
de la artista Joana Santamans, describe tanto a ani- Sería muy tonto creer que el mundo solo es lo
males extintos a los cuales ya no podemos obser- que yo veo». Los autores mismos escriben que
var, como a aquellos animales vivos que no vemos «una ciencia sin imaginación es una ciencia sin
o que son muy difíciles de avistar debido a su genio».
forma de vida y la acción perjudicial de nosotros,
En 1955 se publicó un libro llamado Tras la pista
los seres humanos, sobre ellos y sus ecosistemas.
de animales desconocidos, firmado por el zoólogo
Este libro expone conceptos y datos académicos franco-belga Bernard Heuvelmans, a quien, junto
relacionados con las ciencias naturales con un len- al zoólogo Ivan T. Sanderson, se le atribuye el
guaje asequible para el lector que no sea especialis- término criptozoología. Heuvelmans lo defi-
ta. Tiene una vertiente naturalista y literaria, siendo nió como «el estudio de los animales sobre cuya
un catálogo de lo que hubo y pudo haber, de lo existencia solo poseemos evidencia circunstancial y
que pueda existir y desearíamos descubrir. testimonial, o bien evidencia material considerada
insuficiente por la mayoría».
Yo no soy científico, aunque desde mi infancia
siempre me han interesado el mundo natural y la La palabra criptozoología viene del griego:
asombrosa diversidad de flora y fauna en nuestro kryptos «oculto», zoon «animal» y logos «estudio».
planeta. Con los textos y las hermosas ilustraciones O sea, el estudio de animales ocultos. Aunque
de este libro he pasado muy buenos ratos apren- Heuvelmans es considerado el padre de la disci-
diendo sobre lo que se puede constatar, y soñan- plina, él mismo reconoce a Anthonie Cornelis
do con lo que se puede imaginar. Me ha hecho Oudemans, quien en 1892 investigó el mito de la
pensar en lo mucho que quiero saber y deseo ver, gran serpiente marina, como pionero en la mate-
y al mismo tiempo aceptar que nunca podré ni ria. Desde la publicación del libro de Heuvelmans
necesito verlo todo. En el capítulo dedicado al nos han llegado varios ensayos y libros vinculados
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ANIMALES INVISIBLES
a la criptozoología. También existen muchas pági- juntando artificialmente los restos de diversos
nas de internet elaboradas por aficionados al tema. animales para crear las características de supuestos
Aunque, en ocasiones excepcionales, la criptozoo- «críptidos», animales sin duda imposibles. Cuando
logía siga cierta línea académica —satisfaciendo a hacen esto, descartando la investigación precisa
su manera el interés público en relatos fantásticos y el método científico, se parecen al que trata de
que vienen alimentando la ciencia ficción desde construir un puzle demasiado rápido, a la fuerza,
los tiempos de Julio Verne— se puede decir que es juntando piezas que en realidad no encajan del
una disciplina pseudocientífica: se centra exclu- todo bien. En cambio, los científicos rigurosos
sivamente en animales misteriosos o míticos que observan e intentan construir puzles con paciencia
algunas personas creen, sin pruebas contundentes, y a base de datos empíricos, dando por buena la
que podrían existir. colocación de una nueva pieza solo cuando encaja
naturalmente, sin forzar.
Animales invisibles también describe a algunas
criaturas que existen en el imaginario. Sin embar- Eso sí, para rastrear lo invisible es necesario
go, aunque contempla la importancia que las he- imaginar lo que parece ser improbable, y si alguien
rencias y leyendas estrictamente mitológicas tienen busca con la mente abierta, como hacen Martínez
para los seres humanos, su enfoque principal es y Serrallonga, algo encontrará. De este libro he
científico. Los zoólogos descubren nuevas especies aprendido, por ejemplo, que Michel Peissel buscó
cada año, y presentan las pruebas de sus hallazgos, sin éxito al legendario simio gigante bípedo llama-
mientras los criptozoólogos nunca han comproba- do Yeti en el Tíbet, pero su premio inesperado fue
do la existencia de un solo «críptido». el descubrimiento de una nueva raza de caballos
—apodados «caballos del Yeti»— en el antiguo
La impresión que tengo de los criptozoólogos
reino de Nangchieng. A mi entender, soñar no
es que, por fascinantes que sean sus conjeturas,
impide ni el conocimiento ni la especulación in-
generalmente intentan utilizar ciertos descubri-
formada. Al contrario: soñar es imprescindible para
mientos de la zoología y la paleontología alea-
el buen explorador y académico.
toriamente, a veces mezclando datos inconexos,
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ANIMALES INVISIBLES
La lectura de Animales invisibles es muy entre- Lo que me llevo de este libro, sobre todo, es la im-
tenida, pero también nos sirve de aviso —sin un portancia del viaje. Llegar al sitio soñado o por fin
ápice de panfletismo— sobre las consecuencias hallar un animal que siempre ha sido invisible para
de nuestra continuada intrusión en el mundo nosotros es lo de menos. El ejercicio de buscar sin
natural. Nos enseña que es importante aceptar garantías de encontrar lo que deseamos es un fin
que algunos animales tienen muy buenos moti- valioso en sí mismo.
vos para esconderse de nosotros. A propósito de
La facilidad con la que nos transmiten su pasión
las diferentes especies y subespecies de gorila que
por explorar y aprender de los seres con los que
están en grave peligro de extinción, pero que aún
convivimos en este planeta, y sobre los lugares
pueblan la foresta de África, Martínez y Serrallonga
recónditos que habitan, o podrían habitar, puede
dicen: «Su respetuosa mirada, sean de costa, río,
servirnos de inspiración para vivir de una manera
llanura o montaña, jamás será directa, siempre de
más compasiva y racional, respetando el precario
reojo. Aprendamos a observarlos, no a destruir-
equilibrio de los espacios naturales que compar-
los». Como cuentan los autores, las alteraciones
timos con otros animales. Animales que desean,
del medio natural por los seres humanos desde el
como nosotros, la libertad para aprovechar a su ma-
Neolítico han causado la desaparición de muchísi-
nera el breve tiempo que les es dado. Para prosperar,
mos animales.
convivir, anidar, procrear, alimentar, migrar, y desa-
Los exploradores científicos nos ayudan a parecer cuando y como necesiten. Como bien dijo
visualizar, por medio del estudio de fósiles y otras John C. Sawhill, antiguo presidente de The Nature
herramientas de las ciencias naturales, seres singu- Conservancy: «Una sociedad se define no solo por
lares que nunca podremos observar. Con Animales lo que crea, sino por lo que se niega a destruir».
invisibles acompañamos a los autores a los rincones
más remotos y exóticos del planeta —desde la
absoluta oscuridad de los mares más profundos al
techo del mundo en el Himalaya, desde selvas im-
penetrables a la vastedad de desiertos inhóspitos—.
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ÍN DIC E
EXTINCIÓN
Págs. 10-55
V I DA . . .
Págs. 56-117
MITO
Págs. 118-171
. . . M Á S V I DA
Págs. 172-237
Mapa
Págs. 238-239
Biografías
Págs. 241-244
Agradecimientos
Pág. 245
Fuentes gráficas
Pág. 247
EXTINCIÓN
Miles de animales que ya no
están continúan habitando
nuestro imaginario. Colmillos,
pelos, huesos, leyendas… reviven
constantemente para hablarnos de
épocas en las que todo era
—o nos parece que era— más
grande.
Desde los mamuts enterrados en el permafrost
siberiano a la gacela que recibe dos nombres en los
antiguos dominios de la reina de Saba, su presencia
todavía determina el carácter de los pueblos que los
conocieron en vida.
La caza abusiva, los furtivos, la tala de árboles descontro-
lada, el cambio climático o la selección natural son algu-
nos factores que explican la extinción de unas especies
que, además de entusiasmar a paleontólogos y naturalistas,
aún condicionan el presente de millones de personas.
Desde la contagiosa devoción de Steven Spielberg por
ciertos colosos del mar al enigmático «fantasma del bos-
que», aquí se reúnen relatos perdurables sobre los últimos
días del Solitario Jorge —un galápago gigante— o sobre
el moa, el ave sin alas más grande que haya habitado en la
Tierra.
EXTINCIÓN
Mamut lanudo
Mammuthus pr imigenius
(Bl um enbach , 1 7 9 9 )
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EXTINCIÓN
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EXTINCIÓN
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EXTINCIÓN
Dodo
Raphus cucullatus
(Linnaeus, 1 7 5 8 )
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EXTINCIÓN
Durante una visita a Londres y sus alrededo- tras la hora del cierre.Va a pasar la velada con
res, además de las rutas turísticas centradas en el Dippy, el dinosaurio del vestíbulo, un megaterio
Big Ben, el cambio de la guardia o las compras y otros animales que esa noche cobran vida. Así,
navideñas, cabe la posibilidad de ir tras la pista le vemos sentado en un banco mientras observa a
de un ave que, con el decurso del tiempo, se ha unas aves que se acercan…, ¡son dodos! Los fríos
convertido en el estandarte del conservacionis- huesos de la colección se han convertido en seres
mo: el dodo. Para ello debe tomarse el tren en la de carne y hueso. Entonces, con su tono jovial,
estación de King's Cross. Pero no para transpor- explica que son más ágiles y estilizados de lo que
tarse a Hogwarts desde el andén 9 ¾, como Harry creíamos, y menos coloreados. Pero ¿por qué estas
Potter y sus amigos, sino para hacer un viaje hasta dudas sobre un animal tan conocido? Porque se
el Oxford del siglo xix. extinguió sin que antes pudiéramos estudiar su
biología.
Allí, cerca de los colegios universitarios, se erige
el Museo de Historia Natural. En su interior, Fue un esclavo cimarrón, en 1674, el últi-
Lewis Carroll deambula entre tesoros científicos mo humano que observó a un dodo vivo. Nos
venidos de Oxfordshire y otros rincones del pla- situamos en la isla Mauricio, océano Índico. Este
neta. Su vitrina favorita: la que contiene los restos espécimen, incapaz de volar debido a sus alas
de esa extraña ave con un pico grande, grueso y atrofiadas, no tenía depredadores naturales. Pero
curvado en su extremo. El óleo que se exhibe a con la colonización de Mauricio llegó también el
su vera recrea las formas y colores chillones del fin del dodo. Supuso una presa fácil para marinos
dodo de Oxford. Se le ve rechoncho, exótico, de y colonos en pos de carne fresca y, a finales del
andares torpes y expresión bonachona. Sin duda, xviii, la especie se extinguió. Por este motivo, el
un buen personaje, junto al gato de Cheshire, para dodo es uno de los grandes símbolos que explican
su próxima obra literaria: Alicia en el País de las cómo la humanidad, ya desde el Neolítico, tras
Maravillas. alterar el medio natural, ha provocado la desapa-
rición de muchos seres vivos que jamás podremos
El periplo continúa en el siglo xxi. El tren
visualizar si no es a través de sus fósiles… o del
avanza para adentrarse en uno de los documen-
tren del imaginario.
tales conducidos por sir David Attenborough:
Natural History Museum Alive. El naturalista se ha
escondido en el emblemático museo londinense
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Megaterio
Megatherium americanum
(Cuvier, 17 9 6 )
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El encuentro con la «gran bestia» fue en esqueleto» como Megatherium americanum, por lo
el Museo Nacional de Ciencias Naturales de que Carlos III decidió escribir al virrey del Río
Madrid. Allí vimos, por primera vez, al megaterio; de la Plata para esclarecer el misterio:
una criatura fósil cuyo esqueleto fue descubierto
«Procure por cuantos medios sean posibles averiguar si
en la provincia de Buenos Aires.
en el partido de Luján o en otro de los de ese virreina-
1787. El azar expuso a la luz una serie de to, se puede conseguir algún animal vivo, aunque sea
huesos que algunos atribuyeron a humanos pequeño, de la especie de dicho esqueleto, remitiéndolo
gigantes. Podrían haber acabado destruidos o en vivo, si pudiese ser».
el ostracismo, pero las autoridades encargaron al
¿Dieron con él? Vivo, no. Durante nuestras
fraile Manuel de Torres que exhumara los restos.
expediciones por Argentina, y al igual que Darwin
Aquello era una rareza científica, una de las cu-
en 1832 cuando visitó Punta Alta, solo encon-
riosidades que tanto gustaban a los anticuarios y
tramos los fósiles del megaterio; un perezoso
coleccionistas de la Ilustración. «El gran monstruo
gigante que alcanzó hasta los cinco metros de
del río Luján», sin duda, era un regalo perfecto
altura. Hoy sabemos que se extinguió hace unos
para Carlos III y, embalado en siete fardos, viajó
10.000 u 8.000 años. Pero, mientras exploramos la
hasta el Real Gabinete de Ciencias Naturales de
Amazonia, las poblaciones indígenas hablan de un
Madrid. Solo faltaba armar el rompecabezas.
ser al que llaman mapinguarí o curupira. Lo han
Nadie antes había contemplado algo parecido. visto, e incluso cazado. Un animal de gran tamaño
Cabe imaginar al taxidermista de la corte, metido cubierto de espeso pelaje, que emite sonidos audi-
a paleontólogo, intentando encajar las piezas; y al bles en medio del bosque más denso, y desprende
monarca observando la escena con impaciencia. un fuerte olor. ¿Megaterios supervivientes? Nadie
«¡Un león colosal!», gritaban tras sopesar las curva- creía en la existencia del okapi hasta que fue
das y afiladas garras; mientras que al día siguien- descubierto en la selva africana; consecuentemen-
te, analizada la dentición, se decantaban por un te, desde Animales invisibles seguiremos buscando
extraño elefante. ¿Carnívoro o herbívoro? ¿Felino tanto los fósiles como una hipotética prueba de
o paquidermo? Todavía faltaban unos años para vida del megaterio. ¿Mito o realidad?
que el anatomista George Cuvier —vía epistolar
y sin abandonar París— bautizase al «monstruoso
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Geirfugl
Pinguinus impennis
(Linnaeus, 17 5 8 )
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