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FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL AUMENTO DEL EMBARAZO

ADOLESCENTES EN LAS PACIENTES DEL HOSPITAL CENTRAL DE SAN


CRISTOBAL
La adolescencia es el período de transición que sucede entre la niñez y la
edad adulta, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) está
comprendida entre los 10 y 19 años . Los cambios tanto físicos, psicológicos y
sociales presentes en esta etapa pueden exponer a los jóvenes a situaciones
de riesgo. Se estima que, en el año 2016, más de un millón de adolescentes
fallecieron debido a causas prevenibles. La OMS calcula que el 11% de los
nacimientos registrados en el mundo corresponden a mujeres entre 15 y 19
años, y que las complicaciones tanto en el embarazo como en el parto son la
principal causa de muerte en este grupo etario.

Como señala la Organización Panamericana de la Salud, en América Latina y


el Caribe se sigue concentrando el mayor porcentaje de gestantes
adolescentes con 66.5 nacimientos por cada 1000 mujeres, siendo
superado solo por África subsahariana . En el contexto venezolano, luego del
censo del 2019, se reportó que el 39,5% de mujeres entre 14 y 19 años
estaban embarazadas o ya tenían hijos, este porcentaje fue mayor en la zona
rural (44.3%) respecto de la zona urbana (28.6%). Igualmente, la estadística
señala que 13 de cada 100 adolescentes ya es madre o se encuentra
gestando, lo que aumenta en la zona Amazónica donde se puede estimar hasta
40 de cada 100 adolescentes, en los casos con menor edad, puede responder
a violencia sexual.

Los cambios corporales pueden hacer que los adolescentes se sientan tímidos
y raros. En esta etapa, se desarrollan las características sexuales secundarias
(vello púbico, crecimiento de las mamas) que tienen efecto en la imagen
corporal y las características sexuales primarias (maduración de ovarios) que
llevan a la madurez para la reproducción. La maduración de los ovarios está
marcada por la aparición de la menarca en las niñas y la primera eyaculación
en los varones.

El embarazo adolescente hace referencia a toda gestación que ocurre durante


la adolescencia y comprende las edades menores de 19 años. El embarazo
irrumpe en la vida de las adolescentes en momentos en que todavía no
alcanzan la madurez física y mental y a veces en circunstancias adversas
como son las carencias nutricionales u otras enfermedades, y en un medio
familiar generalmente poco receptivo para aceptarlo y protegerlo.

Según Bartolomeo (2020) Expresa: El embarazo no planeado en una


adolescente puede provocarle serios trastornos biológicos y psicológicos sobre
todo si es menor de 17 años. (pág. 50) Además de repercutir sobre su esfera
social se interrumpe el proyecto educativo y surge la necesidad de ingresar
prematuramente a un trabajo, generalmente mal remunerado incluso en
ocasiones se producen matrimonios apresurados que comúnmente no duran
con las subsiguientes dificultades sociales, económicas, personales y sobre la
salud de los hijos.

Existe un gran impacto en la vida de las adolescentes a partir del embarazo


precoz, tanto a nivel individual como social. En lo personal limita el derecho a la
educación significando una mayor probabilidad de desempleo. Las
adolescentes tienen un mayor riesgo con respecto a su salud y la de sus hijos:
altas tasas de mortalidad por abortos inseguros y mayores probabilidades de
bajo peso al nacer o la muerte del bebé en el primer año de vida. Asimismo,
enfermedades de transmisión sexual, violencia sexual y limitado acceso a
los servicios sanitarios. Como sociedad, predisponen a perpetuar la
transmisión de la pobreza, así como mayor crecimiento poblacional.

Expresa Méndez (2019) Tanto la familia como la escuela mostraron tener un


impacto positivo en esta problemática. La familia tiene un rol mediador en los
procesos de salud-enfermedad de los integrantes de la familia, siempre y
cuando sepan adaptarse a las circunstancias. (pág. 30).

Es así como se puede considerar que dentro de la familia se


encuentran determinadas variables que pueden predisponer el embarazo
precoz: pueden existir ciertas fallas o dificultades en la estructura y
dinámica familiar, como los roles paternales no establecidos, conflictos
entre los padres, inadecuados estilos de socialización e idealización
cultural de los roles de género, ausencia de la figura paterna en la mayor
parte de los casos y repetición e historial de embarazo. La parte social también
es relevante, identificándose que sociedades donde impera la inequidad, la
pobreza y las escasas oportunidades de escolaridad son predisponentes de
este fenómeno.

Por lo expuesto, la importancia de este estudio radica en que responde a


una problemática social real e inminente; el embarazo adolescente tiene
mayor prevalencia en los países en desarrollo como Venezuela, y
representa múltiples dificultades en la adolescente y en el desarrollo del país
en general; y a pesar de las intervenciones realizadas, las cifras de
embarazo no han disminuido significativamente. En consecuencia, el
objetivo de este estudio fue determinar los factores de riesgo para el
embarazo en adolescentes.

Objetivo General

Identificar Los Factores Educativos Que Intervienen En El Incremento De


Embarazo En Las Adolescentes Entre 12 A 17 Años En El Hospital Central De
San Cristóbal. Servicio De Ginecología Y Obstetricia En El Periodo De Agosto
A diciembre 2022.

Objetivos Específicos

 Describir las características sociodemográficas de las adolescentes


embarazadas.
 Identificar las condiciones socio-económicos de las adolescentes
embarazadas en el periodo de estudio.
 Valorar la situación familiar de las adolescentes que se embarazaron en
el período establecido.
 Evaluar la atención prenatal a las adolescentes embarazadas que
acudieron a control prenatal

Justificación

Este tema ha motivado a las autoras de esta investigación, considerado que ha


sido explorado de manera superficial, con datos que no dan la panorámica real
del problema, así tenemos que se han realizado estudios en los múltiples
países de américa con los nacimientos hospitalarios y una parte de los partos
tienen lugar en los hogares de las adolescentes. En los último dos años esta
tasa de partos domiciliares ha disminuido significativamente gracias a la
institucionalidad de los partos y la promoción de la casa materna, no obstante,
el bajo nivel cultural influye de manera significativa y la zona geográfica, ya
que, en este sector, todavía hay un alto porcentaje de embarazadas, que
requieren seguimiento por profesionales y optan por tener el parto en el hogar
con una partera y/o familiar, sin controles correctos del proceso del embarazo.

Esta problemática es preocupante para varios sectores sociales, por la


incidencia de resultados desfavorables y es por ello que se hace necesario
adecuar un sistema de acciones preventivas dentro de los niveles de atención
de salud. En las actividades asistenciales, en consulta o terreno y partos
atendidos hemos detectado un número elevado de adolescentes embarazadas
en este sector y con las razones mencionadas pretendemos con el siguiente
estudio conocer las condiciones que favorecen el embarazo en las
adolescentes y de la misma manera tomar acciones de intervención que
contribuyan a frenar este fenómeno, por ende evitar embarazos no deseados y
así frenar toda la gama de consecuencias que esto acarrea no solo para el
binomio sino también para la sociedad.

Antecedentes

A nivel internacional, en Peru especificamente en la Universidad Cesar Vallejo


(2020), los investigadores Castaneda y Santa-Cruz, desarrollaron una
investigacion titulada Factores de riesgo asociados al embarazo en
adolescentes donde el objetivo fue Evaluar los factores de riesgo para el
embarazo en adolescentes. Con un metodo, Estudio retrospectivo de casos y
controles con una muestra no probabilística por conveniencia de 180
adolescentes: 60 gestantes (casos) y 120 no gestantes (controles). La
recolección de datos se realizó entre los meses de setiembre y octubre del
2020 en un centro de salud público de Trujillo, mediante el FACES-III y una
ficha de identificación de datos sociodemográficos y familiares. Para el análisis
de datos se determinó el Odds ratio, se calcularon los intervalos de confianza
(IC) y se procedió a estimar la magnitud de efecto. obteniendo como resultado
Tanto la exposición a la violencia (OR: 5.82), la funcionalidad familiar (OR:
3.87), la edad del primer embarazo de la madre (OR: 4.07) y la situación
sentimental de los padres (OR: 4.24), actuaron como factores de riesgo con
una magnitud de efecto moderada; en tanto que el grado de instrucción de la
madre (OR: 2.03) se mostró como un factor de riesgo con magnitud de efecto
pequeña y el grado de instrucción del padre (OR: 1.37) insignificante.

Asi mismo, en Cuba, en la Filial de Ciencias Médicas. Isla de la Juventud.


(2018) los investigadores Garcia y Gonzalez desarrollaron una investigacion
titulada Factores de riesgo asociados a embarazadas adolescentes en un área
de salud donde el objetivo fue caracterizar los factores de riesgo asociados al
embarazo en adolescentes del Consejo Popular José Martí, Isla de la Juventud.
Con un metodo de estudio descriptivo, de corte longitudinal y prospectivo,
enero 2015 - diciembre 2017. Lugar: Consejo Popular José Martí, perteneciente
al Policlínico Universitario No. 1 Dr. Juan Manuel Páez Inchausti, Nueva
Gerona, Isla de la Juventud. Universo y Muestra: 23 embarazadas
adolescentes correspondientes al período estudiado. Se aplicóun muestreo
sistemático en fases, según se diagnostica estado de gestación y decidieron
continuar con la maternidad. Fuente primaria de obtención de datos: encuesta.
Los datos fueron procesados de forma computarizada, se aplicaron medidas
estadísticas de distribuciones de frecuencia y porcentaje. Obteniendo como
resultados la existencia de predominio, dentro de los factores de riesgo
individuales, de la dificultad para planear proyectos futuros; dentro de los
factores de riesgo familiares: poca comunicación entre la familia y la
adolescente; dentro de los factores de riesgo socio-económicos: per cápita
familiar bajo; el bajo nivel educacional dentro de los factores de riesgo
culturales. En cuanto a los factores de riesgo psicológicos: incapacidad para
entender las consecuencias de la iniciación precoz de las relaciones sexuales.

LA ADOLESCENCIA

Se define como la etapa de la vida que transcurre entre los 10 y 19 años


(OMS), y deriva del latín adolescens, adolescentis que significa “estar en
período de crecimiento, que está creciendo”. Frecuentemente se confunde con
adolecer cuyo significado es “tener o padecer alguna carencia, dolencia,
enfermedad”. (10)

Es un periodo de transición de la niñez a la edad adulta en la cual se da un


acelerado crecimiento y el desarrollo de las características sexuales
secundarias, así como la adquisición de nuevas habilidades sociales,
cognitivas y emocionales. Este proceso se caracteriza por rápidos y múltiples
cambios en los aspectos físicos, psicológicos, sociales y espirituales. (3, 11)

Cada adolescente es un ser único, diferente a todos los demás, y a su vez,


cada uno está influenciado por las circunstancias del momento histórico y el
medio sociocultural en el cual vive, por la geografía del lugar en el que se halla,
la raza y el género al que pertenece, la carga genética con la que nació y por la
nutrición afectiva y alimentaria que recibió.

La adolescencia se inicia con los primeros cambios corporales de la pubertad y


finaliza con la adquisición de la madurez física, emocional, vocacional –laboral–
y económica de la adultez, y cuando es posible la creación de una nueva
familia.

Según la OMS la adolescencia se divide en dos grupos considerando


adolescencia temprana a los menores de 15 años y tardía a los que tienen 15
años o más (4,10), sin embargo algunos autores identifican tres etapas de
acuerdo a los cambios físicos y evolutivos: adolescencia temprana (10 a 13
años), media (14 a 16años) y tardía (17 a 19 años) (10).

Adolescencia temprana

La adolescencia temprana comprende de los 10 a los 14 años. Se caracteriza


porque en ésta etapa, por lo general, comienzan a manifestarse los cambios
físicos, que usualmente empiezan con una repentina aceleración del
crecimiento, seguido por el desarrollo de los órganos sexuales y las
características sexuales secundarias. Estos cambios externos son con
frecuencia muy obvios y pueden ser motivo de ansiedad así como de
entusiasmo para los individuos cuyos cuerpos están sufriendo la
transformación.

En esta etapa también aparecen cambios en el estado de ánimo, tales como


irritabilidad, impulsividad, hipersensibilidad a los estímulos, apatía, abulia,
fragilidad psíquica, inhibiciones.

Los estudios recientes sugieren que en este periodo, el cerebro experimenta un


súbito desarrollo eléctrico y fisiológico. El lóbulo frontal, la parte del cerebro que
gobierna el razonamiento y la toma de decisiones, empieza a desarrollarse
durante la adolescencia temprana

El desarrollo físico y sexual, es más precoz en las niñas las que entran en la
pubertad unos 12 a 18 meses antes que los varones. Debido a que este
desarrollo comienza más tarde y toma más tiempo en los varones, la tendencia
de éstos a actuar impulsivamente y a pensar de una manera acrítica dura
mucho más tiempo que en las niñas. Este fenómeno contribuye a la percepción
generalizada de que las niñas maduran mucho antes que los varones. Es
durante la adolescencia temprana que tanto las niñas como los varones cobran
mayor conciencia de su género que cuando eran menores, y pueden ajustar su
conducta o apariencia a las normas que se observan.

Pueden resultar víctimas de actos de intimidación o acoso, o participar en ellos,


y también sentirse confundidos acerca de su propia identidad personal y
sexual.

La adolescencia temprana debería ser una etapa en la que niños y niñas


cuenten con un espacio claro y seguro para llegar a conciliarse con esta
transformación cognitiva, emocional, sexual y psicológica, libres de la carga
que supone la realización de funciones propias de adultos y con el pleno apoyo
de adultos responsables en el hogar, la escuela y la comunidad. Dados los
tabúes sociales que con frecuencia rodean la pubertad, es de particular
importancia darles a los adolescentes en esta etapa toda la información que
necesitan para protegerse del VIH, de otras infecciones de transmisión sexual,
del embarazo precoz y de la violencia y explotación sexuales. Para muchos
niños, esos conocimientos llegan demasiado tarde, si es que llegan, cuando ya
han afectado el curso de sus vidas y han arruinado su desarrollo y su bienestar.

Adolescencia media

La adolescencia media (de 14 a 16 años de edad) es un período en el cual los


adolescentes continúan experimentando cambios físicos, mentales,
emocionales y sexuales. La mayoría de las niñas ya habrá llegado a su
madurez física, y gran parte de ellas habrá llegado al final de la pubertad.
Los niños todavía podrían estar desarrollándose físicamente durante esta
época. Los trastornos alimentarios también pueden ser comunes,
especialmente entre las niñas.

Durante esta fase, el adolescente está desarrollando sus propias opiniones y


personalidad. Las relaciones con los amigos todavía son importantes, pero
también irá adquiriendo otros intereses a medida que establezca un sentido de
identidad más definido.

La adolescencia media también es un momento importante de preparación


para asumir mayor independencia y responsabilidad; la mayoría de los
adolescentes empieza a trabajar.

Los cambios sociales y emocionales que se presentan en esta etapa son


aumento del interés en el sexo opuesto, disminución del conflicto con los
padres, más independencia de los padres, mayor capacidad para compartir y
ser generoso y para establecer relaciones de pareja (10,22).

Adolescencia tardía

La adolescencia tardía abarca la parte posterior de la segunda década de la


vida, en líneas generales entre los 15 y los 19 años de edad. En esta etapa,
usualmente ya han tenido lugar los cambios físicos más importantes, aunque el
cuerpo sigue desarrollándose. El cerebro también continúa desarrollándose y
reorganizándose, y la capacidad para el pensamiento analítico y reflexivo
aumenta notablemente. Las opiniones de los miembros de su grupo aún
tienden a ser importantes al comienzo de esta etapa, pero su ascendiente
disminuye en la medida en que los adolescentes adquieren mayor confianza y
claridad en su identidad y sus propias opiniones.

La temeridad –un rasgo común de la temprana y mediana adolescencia,


cuando los individuos experimentan con el “comportamiento adulto”– declina
durante la adolescencia tardía, en la medida en que se desarrolla la capacidad
de evaluar riesgos y tomar decisiones conscientes. Sin embargo, el fumar
cigarrillos y la experimentación con drogas y alcohol frecuentemente se
adquieren en esta temprana fase temeraria para prolongarse durante la
adolescencia tardía e incluso en la edad adulta.
Por ejemplo, se calcula que 1 de cada 5 adolescentes entre los 13 y los 15
años fuma, y aproximadamente la mitad de los que empiezan a fumar en la
adolescencia lo siguen haciendo al menos durante 15 años. El otro aspecto del
explosivo desarrollo del cerebro que tiene lugar durante la adolescencia es que
puede resultar seria y permanentemente afectado por el uso excesivo de
drogas y alcohol.

En la adolescencia tardía, las niñas suelen correr un mayor riesgo que los
varones de sufrir consecuencias negativas para la salud, incluida la depresión;
y a menudo la discriminación y el abuso basados en el género magnifican estos
riesgos. Las muchachas tienen una particular propensión a padecer trastornos
alimentarios, tales como la anorexia y la bulimia; esta vulnerabilidad se deriva
en parte de profundas ansiedades sobre la imagen corporal alentadas por los
estereotipos culturales y mediáticos de la belleza femenina. No obstante estos
riesgos, la adolescencia tardía es una etapa de oportunidades, idealismo y
promesas. Es durante estos años que los adolescentes ingresan en el mundo
del trabajo o de la educación superior, establecen su propia identidad y
cosmovisión y comienzan a participar activamente en la configuración del
mundo que les rodea.”

En la adolescencia el cuerpo se modifica en tamaño, forma y vigor. Las


funciones se tornan más complejas y se logra la capacidad de reproducción.
Los y las adolescentes adquieren un cuerpo nuevo en un corto lapso, por lo
que les cuesta adaptarse e identificarse con él. Desde lo cognitivo, se
desarrolla el pensamiento abstracto con el que logran la posibilidad de
proyectarse hacia el futuro y valorar las consecuencias de sus actos. Desde lo
emocional, cada individuo participa en una experiencia de vida de
descubrimiento personal y en el establecimiento de una identidad.

EL EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA

En 2017 el Comité de Aspectos Éticos de la Reproducción Humana y la Salud


de las Mujeres de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia
(FIGO) definió al embarazo como la parte del proceso de la reproducción
humana que comienza con la implantación. El embarazo se inicia en el
momento de la nidación y termina con el parto..
Según la OMS el embarazo comienza cuando termina la implantación, que es
el proceso que comienza cuando se adhiere el blastocito a la pared del útero
(unos 5 o 6 días después de la fecundación). Entonces el blastocito atraviesa el
endometrio uterino e invade el estroma. El proceso de implantación finaliza
cuando el defecto en la superficie del epitelio se cierra y se completa el proceso
de nidación, comenzando entonces el embarazo. Esto ocurre entre los días 12
a 16 tras la fecundación.

Según datos de la OMS y OPS, más de la mitad de la población mundial tiene


menos de 25 años, mientras que en la región andina la población de 10 a 19
años constituye el 20% del total.

La iniciación sexual ocurre a edades cada vez más tempranas. Según estudios
recientes, la edad promedio de inicio de las relaciones sexuales en los varones
es de 14,4 años y la de la mayoría de las mujeres es de 15,2 años, en general,
con novios o con amigos. Las mujeres, además de iniciarse sexualmente a
edades tempranas, son muchas veces obligadas y padecen de violencia
sexual. Esto las expone a contraer enfermedades de transmisión sexual y
embarazos no planeados. Los efectos más nocivos del embarazo en la
adolescencia están relacionados con la interrupción de la escolaridad y la
inserción laboral.

El embarazo en esta etapa de la vida es, entonces, un elemento predictor de


menor escolaridad, menores posibilidades de capacitación y empleo, y de
profundización de la pobreza. En el caso de antecedentes familiares de
embarazo en la adolescencia o modelos familiares conflictivos y fuertemente
patriarcales, que inducen a que la adolescente busque reparación afectiva y
una forma de conseguir seguridad económica y personal. Se calcula que a
nivel mundial cerca de 16 millones de adolescentes entre los 15 y 19 dan a luz
cada año.

FACTORES DE RIESGO DEL EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA

El embarazo en la adolescencia en un problema multicausal, a continuación se


presenta los factores que favorecen el embarazo precoz o se relacionan con
éste.
Factores individuales

• Necesidad de afirmar la feminidad.

• Comprobar la fertilidad de la cual muchas mujeres dudan.

• Conducta de franca oposición y rebeldía, cumpliendo de esta manera


fuertes deseos de venganza hacia los padres a quienes se los vive como
represores.

• La visión de un hijo como la forma mágica de salir de la adolescencia y


entrar al mundo adulto con algo propio.

• Garantizar la unión de la pareja.

• Necesidad de ejercer el poder en el ámbito familiar.

• Identificar al embarazo como proyecto de vida.

• Imperativo psicológico de trascender cuando, por ejemplo, por razones


médicas hay contraindicación de embarazo.

• Dificultad para planear proyectos a largo plazo.

• Insuficientes oportunidades para integrarse a grupos de entretenimiento.

Factores psico-sociales

• Alteraciones en el funcionamiento intrafamiliar: confusión de roles,


maltrato, abandono (migración), cualquier forma de violencia.

• Tolerancia del medio a la maternidad adolescente y/o sola:


antecedentes familiares, madres que han estado embarazadas en
adolescencia.

• Bajo nivel educativo: La educación tiene un efecto importante en el


embarazo de las adolescentes, la precocidad y el número de niños
que una mujer tendrá declinan a medida que el nivel de escolaridad
aumenta, más bien la educación actúa mejorando la condición social
y la auto imagen de la mujer, aumentando las opciones de su vida y
la capacidad de tomar sus propias decisiones.

• Migraciones recientes con pérdida de vínculos familiares.


• Pobreza.

• Escasa o nula accesibilidad al sistema de salud.

• Una forma de acceder a subsidios económicos.

• Banalización de la sexualidad

• Aumento del consumo de alcohol y o drogas, que facilitan las


relaciones sexuales sin protección.

• Machismo, que influye en el patrón de la conducta sexual y el uso de


métodos anticonceptivos (especialmente entre los adolescentes). La
imagen de una mujer pasiva, silenciosa, dependiente, es el resultado
de una generación de privación y restricciones impuestas para
mantener el domino masculino en la vida diaria.

Factores biológicos

• Menarca temprana con iniciación precoz de relaciones sexuales.

• Relaciones sexuales sin protección adecuada.

• Abuso sexual.

• Violación.

Según la Organización Mundial de la Salud, los bebés nacidos de


madres adolescentes son aproximadamente el 11% de todos los
nacimientos en el mundo; 95% de ellos ocurren en los países en
desarrollo. Para algunas madres jóvenes el embarazo y el parto son algo
previsto y deseado. Para muchas otras, no. Son varios los factores que
contribuyen a esa situación.

Las adolescentes pueden estar bajo presión para casarse y tener hijos
temprano, o pueden tener perspectivas educativas o de trabajo muy
limitadas. Algunas no saben cómo evitar un embarazo, u obtener
anticonceptivos. Otras puedan no ser capaces de rehusar relaciones
sexuales no deseadas o de resistir sexo bajo coacción. Las que se
embarazan tienen menos probabilidades que las adultas de obtener
abortos legales y seguros. También tienen menos oportunidades que las
adultas de acceder a cuidados calificados prenatales, del parto y de
post-parto.

En países de bajos y medianos ingresos, las complicaciones del


embarazo y del parto son las causas principales de muerte entre las
mujeres de 15 a 19 años. Y en el 2008, hubo un estimado de tres
millones de abortos inseguros entre las niñas de este grupo etario.

Los efectos adversos de la maternidad adolescente también se


extienden a la salud de sus infantes. Las muertes perinatales son 50%
más altas entre los bebés nacidos de madres de menos de 20 años que
entre aquellos nacidos de madres entre 20 y 29 años. Los recién
nacidos de madres adolescentes tienen mayor probabilidad de tener
bajo peso al nacer, con riesgos a largo plazo.

LA ADOLESCENTE EMBARAZADA Y SU ENTORNO

Es importante considerar que “la maternidad no convierte a una


adolescente en adulta mágicamente”, sino más bien que se pueden
presentar una serie de complicaciones durante el periodo de gestación.
Todo el personal involucrado en la asistencia de las adolescentes
embarazadas debe saber que siguen tratando con una adolescente, con
todas las características de esta etapa de la vida.

Las diferencias entre una embarazada adolescente y una adulta son,


entre otras:

• Tienen poca información sobre todo el proceso de la maternidad.

• Tienen dificultades para asumir un autocuidado.

• Temen a los procedimientos invasivos.

• Están más preocupadas por lo que el embarazo les genera que


por cuidarlo.

• El pensamiento mágico está presente todavía.

• Tienen dificultades para establecer un vínculo con su hijo y


cuidarlo.
• Manejan los tiempos en forma diferente de los adultos.

La edad, o mejor dicho, la etapa de la adolescencia que estén atravesando,


juega un rol muy importante que debe ser tenido en cuenta. En la adolescencia
temprana, al impacto de los cambios que el embarazo impone, se sumará el
que ha experimentado por la aparición de la pubertad, y la confusión mental
que esto ocasione puede llegar a ser muy intensa.

También, por la atención que la adolescente presta en esta etapa a su cuerpo,


la posibilidad de experimentar algún dolor (extracciones sanguíneas para
análisis, colposcopía, episiotomía, cesárea) le produce un intenso temor. Se
debe tener en cuenta la repercusión emocional que sobre el equipo profesional
tiene el parto de una adolescente muy chica, que puede movilizar sentimientos
encontrados y generar reacciones adversas, que no les permita ayudarla.

Está comprobado que la mayoría de los embarazos que sobrevienen a esta


edad son producto del abuso sexual o violaciones, por lo que la situación
emocional de estas jóvenes es, muchas veces, muy dramática.

En la Adolescencia media se manifiestan sentimientos de invulnerabilidad, y la


impotencia es una de sus características principales. Por este motivo, en
muchas oportunidades, no concurren al control prenatal o no realizan los
estudios solicitados. A veces, no manifiestan temor al parto, pero al comienzo
de las contracciones suelen asustarse mucho.

En la Adolescencia tardía, sobre todo cuando no hay otras opciones por su


condición social (estudiar, acceder a trabajos donde pueda progresar), el
embarazo suele ser el proyecto de vida, y aunque no lo hayan planificado, es
como si lo hubieran estado esperando.

En cuanto a las ansiedades básicas del embarazo, aquellas que experimentan


las mujeres, en la adolescencia, la más marcada es el temor al dolor, como ya
fue dicho anteriormente. Excepto que haya casos de malformación fetal en su
familia o haya habido alguna muerte materna durante el parto en su entorno, en
general, estos dos temores no se manifiestan abiertamente y, en general, los
tienen poco en cuenta.

EMBARAZO EN ADOLESCENTES EN VENEZUELA


Según el Plan Andino de Prevención del Embarazo en Adolescentes Venezuela
ocupa el primer lugar en la región andina de embarazos en adolescentes, y en
América Latina ocupa el segundo lugar después de Ecuador. Del total de
mujeres mayores de 12 años el 66.11% ha tenido al menos un hijo y
actualmente se registran 122.301 madres adolescentes con más del 50% en la
región costa, 38,4% en la andina y 6,3% en la Amazonía, Sin embargo,
consideramos que es una cifra alta si tomamos en cuenta la población total de
esta zona geográfica.

Según el Censo de 2015, en el país hay 346 700 niñas (de 10 años a 14 años).
La cifra de embarazos trepó en la última década. En Venezuela, las cifras de
embarazos precoces registrados en niñas y adolescentes de 10 a 14 años son
preocupantes, tanto para padres de familia como para autoridades y
organizaciones sociales e internacionales.

“De acuerdo con el último Censo de Población y Vivienda, realizado en 2015,


en el país hay 346 700 niñas, de las cuales 2 080 ya han sido madres. Si bien
la cifra representa menos del 1% del total, da cuenta de un incremento del 74%
en los 10 últimos años. A ello se suma una alta tasa de embarazos en
adolescentes de 15 a 19 años.

De las 705 163 adolescentes censadas en Venezuela, 121 288 jóvenes, es


decir el 17,2%, ha sido madre. Estas cifras ubican a Venezuela liderando la
lista de países andinos con el mayor número de embarazos en niñas y
adolescentes. En América Latina, el país ocupa el segundo lugar, después de
Ecuador, según consta en el Plan Andino de Prevención del Embarazo en
Adolescentes.

MATERIAL Y MÉTODOS

Se realizó un estudio observacional descriptivo de corte transversal, con


muestreo no probabilístico por conveniencia, en el Hospital José María Vargas,
San Cristóbal, Venezuela, en el periodo Octubre 2022- Enero 2023. El territorio
social asignado del HCSC de 4500 a 5000 personas. Las comunidades que la
componen, en su mayoría de clase media a baja, puesto que pertenecen a
asentamientos y fracciones que van siendo habitadas. Es una zona en
constante movimiento y es considerada una población establecida.
La población del estudio estuvo compuesta por embarazadas de 14 a 19 años
de edad que viven en el área de influencia del Hospital José María Vargas de
san Cristóbal, que se registraron en la emergencia de obstetricia del HCSC, a
por lo menos 2 consultas de seguimiento prenatal. (Se definió como mujer
adolescente aquellas cuyas edades estaban comprendidas entre 10 y 19 años

. Posteriormente, se revisaron y analizaron las fuentes secundarias, basadas


en los registros diarios e historias clínicas de adolescentes embarazadas de 14
a 19 años del periodo de estudio. Se identificaron las adolescentes
embarazadas que registraron 2 o más controles prenatales, a las que se pasó
una encuesta para la colecta de datos primarios. Es de destacar que las demás
embarazadas solo acudieron una vez a su control prenatal, luego se perdieron,
considerando la situación de población nómada.

Considerando que la población de estudio lo constituyeron adolescentes


embarazadas de entre 14 a 19 años de edad, que ya viven en situación de
autonomía con sus parejas, alejadas de sus padres o tutores. El
consentimiento informado fue firmado por la adolescente. Se resguardó la
integridad y confidencialidad de los datos del cuestionario.

Para el análisis de los resultados se consideraron 2 factores que podían incidir


en el embarazo de las adolescentes: a) Factores individuales: Edad (años
cumplidos), la distribución de edades de las embarazadas, se agruparon en
aquellas comprendidas entre 14 a 16, y 17 a 19 años de edad, conocimiento
previo sobre educación sexual, y uso de métodos anticonceptivos, inicio precoz
de prácticas sexuales, nivel de escolaridad, y b) Factores Familiares como:
condición socioeconómica, antecedentes familiares de embarazo adolescente,
padres ausentes y convivencia conyugal precoz.

Los datos proporcionados fueron cargados inicialmente en una planilla Excel,


luego del control de calidad de los datos y las variables. El análisis se realizó
mediante estadísticas descriptivas para verificar la distribución de los factores
relacionados al embarazo en adolescentes.
Tabla 1. Factores de riesgo de Tipo Individual que condicionan al embarazo en
la adolescencia. Medina y Guiza (2023).
Factores Individuales
dificultad de planear necesidad afectiva baja autoestima
personalidad inestable menarquia precoz

8%
5%

13%

45%

30%

Tabla 2. Factores de riesgo de Tipo familiar que condicionan al embarazo en la


adolescencia. Medina y Guiza (2023).

Factores Familiares
Poca Comunicación Hija madre adolescente padre ausente madre ausente

5%

28%

48%

20%
Tabla 3. Factores de riesgo de Tipo Cultural que condicionan al embarazo en la
adolescencia. Medina y Guiza (2023).

Factores Culturales
Bajo nivel Educativo Abandono del Estudio Machismo

23%

60%
17%

Tabla 4. Factores de riesgo de Tipo Psicológico que condicionan al embarazo


en la adolescencia. Medina y Guiza (2023).
Factores Psicologicos
Incapacidad de entender consecuencias Necesidad de Probar Fecundidad

43%

57%

Conclusiones

El reconocimiento del riesgo que representa el embarazo en la adolescencia


constituye una problemática real, motivo de inquietud por disímiles
profesionales de la salud, dedicados a su estudio.

Como se aprecia fehacientemente, (tabla 1) la inmadurez psicológica propia de


esta etapa de la vida y sin las mínimas medidas de protección durante las
relaciones sexuales, conlleva que las adolescentes se enfrenten a un
embarazo, que como consecuencia provoca una alteración notable de sus
proyectos de vida, quedando en diversas ocasiones desamparadas antes el
suceso. debido a que la toma de decisiones por ende debe involucrar a otros
individuos y escuchar los diferentes criterios y opiniones, en muchos casos sin
un análisis crítico y autocrítico en el orden personal realizado por la propia
adolescente, y si llegara a tener un hijo, lo tiene que asumir con un grado de
responsabilidad para el cual no están preparadas.

Se reconoce que la familia se considera la célula básica y funcional de la


sociedad y la crianza de los hijos es un espejo viviente de lo que sucede en
dicho núcleo. En la vida familiar el adolescente debe responder a ciertas y
determinadas exigencias en función del desarrollo de su personalidad y de su
porvenir, teniendo un papel fundamental las madres y los padres. De no
establecerse una adecuada comunicación entre los diferentes miembros de la
familia surgen conflictos y contradicciones, dados fundamentalmente por los
diferentes tipos de personalidad y de relaciones interpersonales no bien
establecidas hacia el interior de ese núcleo familiar.

El adolescente que no cuenta, ni se le ofrece toda la confianza suficiente,


ocultará los síntomas sugestivos de su embarazo, dificultando su
diagnóstico temprano y oportuno, lo que conduce a la captación tardía del
embarazo y a la no realización de los exámenes complementarios
necesarios, los cuales ayudan a diagnosticar de forma rápida y oportuna las
posibles complicaciones que pueden aparecer en dicho embarazo.

Diversos estudios demuestran que ser hija de madres adolescentes es un


factor predisponente que aumenta el riesgo de embarazo en la adolescencia,
ya que provienen de familias donde el embarazo en la adolescencia es una
tradición a cumplir y no un problema de salud. Otros estudios señalan que la
ausencia de uno de los padres y el desempeño incorrecto de los roles por estos
padres o tutores que en ocasiones custodian al adolescente también
constituyen factores predisponentes que acrecientan el riesgo de embarazo en
la adolescencia, debido a que estos olvidan sus obligaciones específicas de
padres y consideran que los adolescentes no necesitan de ellos y que son
estos los que tienen que ser capaces de resolver sus propias dificultades.

Lo observado en la tabla 3, reafirma que el embarazo precoz afecta el proceso


educativo de los adolescentes frustrando en la mayoría de los casos sus
proyectos de vida. El bajo nivel educacional y el abandono de los estudios
están muy imbricados debido a que uno conlleva al otro. Las personas con bajo
nivel educacional generalmente no reaccionan de forma lógica y coherente
ante las disímiles situaciones que se atraviesan en la vida según las diferentes
etapas del ciclo vital de la familia. El adolescente al encontrarse en un periodo
de cambios constantes tanto por su desarrollo físico, psicológico como social
se le hace difícil la toma de decisiones, experimentando sentimientos de
inseguridad e incertidumbre.

Es común que los individuos se agrupen e intercambien opiniones según los


diferentes niveles educacionales, así como por los intereses personales,
formas de diversión, temas de conversación en común, trayendo como
consecuencia el intercambio de informaciones equivocadas y conceptos
erróneos con respecto a un tema en específico como la sexualidad, donde el
desconocimiento del tema afectará el modo de actuar del adolescente en
ciertas y determinadas situaciones. Esto destaca el rol esencial de la educación
sexual, pues se ha comprobado que cuando se hace de forma correcta y bien
orientada es capaz de retardar hasta por dos años el inicio de las relaciones
sexuales en los adolescentes, al compararlos con sus padres, los cuales no la
recibieron.

En la actualidad la deserción escolar es un problema latente dentro de este


grupo de edad, así como la no opción de iniciar estudios universitarios. En
algunos casos los padres desconocen el estado académico real de sus hijos en
las diferentes asignaturas o materias que cursan según el tipo de enseñanza
que reciben, enterándose inclusive de forma inapropiada de que sus hijos
deben repetir el mismo grado que cursaban anteriormente, lo que trae consigo
aplazamiento de los planes personales y familiares del adolescente e incluso
atraso a la incorporación de la vida laboral.

A partir del análisis de la tabla 4, se confirma que la incapacidad para entender


las consecuencias de la iniciación precoz de las relaciones sexuales, es otra de
las variables señalada como trascendental en los estudios sobre factores de
riesgos asociados al embarazo en adolescentes. Nuestro estudio ratifica lo
planteado por la literatura, puesto que las mujeres que iniciaron su vida sexual
antes de los 15 años tienen mayor riesgo de quedar embarazadas, con
respecto al riesgo de las que comenzaron su vida sexual a una edad superior.

La iniciación precoz de las relaciones sexuales no solo trae consigo la aparición


de los embarazos en la adolescencia, sino un aumento considerable de las
infecciones de transmisión sexual, las cuales en ocasiones se diagnostican
tardíamente o cuando las complicaciones de estas son irremediables.

Dentro de los factores de riesgo individuales predominó: dificultad para planear


proyectos futuros; en los factores de riesgo familiares preponderancia de: poca
comunicación entre la familia y la adolescente; en los factores de riesgo socio-
económicos imperó: per cápita familiar bajo; el bajo nivel educacional dentro de
los factores de riesgo culturales; en los factores de riesgo psicológicos
predominó: incapacidad para entender las consecuencias de la iniciación
precoz de las relaciones sexuales. Esta caracterización de los factores de
riesgo asociados al embarazo en adolescentes que decidieron continuar con la
maternidad, brinda una información necesaria para el abordaje de esta
problemática en el Hospital Central José María Vargas de San Cristóbal,
mostrando la necesidad de incrementar acciones de promoción-prevención
hacia este grupo de edad, para mejorar su salud sexual y reproductiva.

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