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Causa

y accesoriedad de los créditos por honorarios en


materia concursal

Sumario: I. El caso. II. La cuestión debatida y su solución. III. Conclusiones.

Autores: Serra, Sebastián M.

Citas: TR LALEY AR/DOC/596/2011

Publicado en: LA LEY 09/03/2011, 8 LA LEY 2011-B, 52

Nos proponemos en el presente trabajo comentar un reciente pronunciamiento de la sala D


de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, en las actuaciones caratuladas "De
Arizmendi, Fernando s/concurso preventivo", oportunidad en la cual dicho tribunal de alzada
debió tratar la apelación interpuesta por un sujeto concursado contra la resolución de un juez
civil de primera instancia que desestimó un pedido de levantamiento de embargo, medida
que había sido decretada en un juicio en el cual se pretendían ejecutar contra aquél ciertos
honorarios.

I. El caso

Tal como se desprende la sentencia anotada, el concursado —una persona física— apeló una
resolución en virtud de la cual el magistrado a cargo del Juzgado Nacional de Primera
Instancia en lo Civil Nº 104, donde tramitaban las actuaciones caratuladas "Córdoba, Martín y
otro c. Arizmendi S.A. s/ordinario", no hizo lugar a un pedido de levantamiento de un
embargo decretado con motivo de honorarios judiciales.

Si bien la sentencia no lo explicita con mayor grado de detalle, se entiende que en el juicio
civil: (i) se reclamaba un crédito de causa anterior a la presentación en concurso, (ii) se
regularon honorarios judiciales con posterioridad al concursamiento preventivo del obligado a
su pago, y (iii) el beneficiario de dichos honorarios obtuvo un embargo sobre bienes del
concursado y éste apeló tal decisión.

II. La cuestión debatida y su solución

Como a esta altura ya podrá vislumbrar el lector, la cuestión a resolver es sencilla. Se trata
de establecer si una acreencia correspondiente a honorarios regulados luego de la
presentación en concurso y con motivo de la intervención en un pleito donde se reclamaba un
crédito de causa anterior al concurso es "postconscursal" (como lo entendió el magistrado
civil) o "concursal" (como lo afirmó la Cámara Comercial)

El asunto es de primordial importancia en el marco de un proceso concursal, pues es de la


esencia del mismo que los acreedores concurrentes no pueden hacer valer sus derechos ni
entablar acciones contra el deudor en forma individual. Se trata de una regla de oro del
concurso preventivo; y sin su aplicación, el proceso universal se desvirtúa y pierde sentido.

Debe recordarse, asimismo, que nuestro sistema concursal defiende la integridad del
patrimonio del deudor, porque, además de mantener el principio de igualdad entre los
acreedores, facilita que se arribe a un acuerdo entre el concursado y los acreedores
concurrentes. (1)

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Es así que el artículo 32 de la ley 24.522 (Adla, LV-D, 4381) establece que todos los
acreedores por causa o título anteriores a la presentación en concurso deben formular al
síndico el pedido de verificación de sus créditos.

Y entonces el primer interrogante que debemos responder es qué debe entenderse por causa
o título anterior a la presentación en concurso preventivo de acreedores. De la respuesta a
esta pregunta surgirá qué acreedores deben quedar atados a la suerte del concurso y
quiénes, por el contrario, no se verán alcanzados por las consecuencias del mismo.

Es un tema que siendo materia de debate entre los autores, encontró en el maestro Cámara
la respuesta más lúcida y aceptada. En efecto, en palabras suyas únicamente pueden
peticionar ingresar al pasivo del concurso los acreedores por causa o título anterior a la
presentación en concurso preventivo o a la declaración de quiebra, según el caso. Por causa o
título debe entenderse el hecho generador de la obligación y de su contrapartida, que es el
crédito. (2)

La expresión "causa" está pues referida en nuestro ordenamiento concursal como causa-
fuente, o sea al origen de la obligación (Código Civil, artículos 500 y siguientes).

En opinión de Cámara, ésta es la respuesta al problema de la causa en las verificaciones


creditorias. Apoya también su interpretación en el hecho de que la ley concursal discrimine o
distinga en el artículo respectivo (actual artículo 32) la causa o título de la obligación de los
"títulos justificativos de sus créditos" que los acreedores deben exhibir a la sindicatura.
Entiende que el título justificativo del crédito constituye un documento que representa un
hecho o acto jurídico, pero para que el documento sea una cosa representativa de un hecho
es necesario que ese hecho se produzca al momento de la redacción del documento. De lo
contrario, será meramente descriptivo. (3)

En el caso comentado, si bien el título "formal" de la obligación es la regulación de honorarios


practicada por el juez civil luego de la presentación en concurso del obligado al pago de los
mismos, la causa de la obligación (causa o título del artículo 32 de la Ley de Concursos y
Quiebras) hay que ligarla al crédito principal que fue objeto de ese proceso. Crédito principal
del que, como bien señala la Alzada, los honorarios resultan ser accesorios y por ello siguen
su suerte.

Cabe hacer en este punto una salvedad. La accesoriedad a la que la sala D tanta importancia
le asigna, pues transmite al honorario regulado su carácter concursal, no significa que el
crédito por honorarios exista mientras sea reconocido el crédito principal en el pasivo
concursal, (4) sino que debe interpretarse en el sentido de que el carácter o privilegio del
crédito por honorarios dependerá del carácter del crédito principal. (5) Reforzando este
concepto, se ha dicho que "(...) el origen causal de los honorarios está ligado a la obligación
principal sin la cual no habría existido el proceso en el que desempeñara el letrado las tareas
merecedoras de retribución (...)". (6)

Retomando el hilo del análisis, vemos así la nítida distinción que corresponde hacer: una cosa
es la causa de la obligación que pesa sobre el concursado, y otra muy distinta es el título
justificativo (o normativo) que vincula o relaciona al concursado y su acreedor. Esto es,
precisamente, lo que el juez civil no logró interpretar adecuadamente al decretar el embargo
primero y al negarse a levantarlo después.

Apliquemos los principios e ideas referidos al caso concreto que nos ocupa: la causa o título
(artículo 32 L.C.Q.) del crédito por honorarios en este asunto no es posterior al
concursamiento preventivo del obligado a su cancelación. La regulación practicada con
posterioridad a la presentación en concurso no generó obligación alguna de carácter
postconcursal; tan sólo dio un marco normativo. Pero nada más que ello.

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Observamos pues que el criterio del juez civil era equivocado. Brindó ese magistrado a la
regulación de honorarios un alcance que no tiene. La causa o título de la obligación
reclamada es concursal, dada su accesoriedad con el crédito principal.

III. Conclusiones

Según nuestro criterio, fue acertada la forma en que se decidió el caso.

Se trata de un pronunciamiento que, aun siendo escueto en su motivación, resolvió la


cuestión sometida a debate en forma correcta, pues impidió que un acreedor concursal (el
beneficiario de los honorarios) quedara fuera de la órbita del proceso universal y pudiera
agredir el patrimonio del concursado en franca violación de la par conditio creditorum.

La doctrina del fallo anotado defiende la imposibilidad de que los acreedores concursales
puedan entablar acciones contra el deudor concursado, impidiendo así que el proceso
universal pierda una de sus herramientas más valiosas, y a la vez permitiendo que se
mantenga la paridad entre los acreedores.

En síntesis, el fallo merece nuestro reconocimiento, puesto que, en forma sencilla pero a la
vez muy nítida, reafirma las correctas nociones de causa y accesoriedad en materia de
verificación de créditos por honorarios, y a la vez reafirma el límite que la solución preventiva
impone a todos los acreedores de naturaleza concursal.

Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723).

(1) Cfr. GALÍNDEZ, O., "Verificación de créditos", Buenos Aires, 1990, Astrea, p. 2.

(2) Cfr. CÁMARA, H., "El concurso preventivo y la quiebra", Vol. 1, Buenos Aires, 1978,
Depalma, p. 665.

(3) Idem.

(4) De hecho, podría ocurrir que el titular del crédito principal (en este caso el actor en el
juicio civil "Córdoba, Martín y otro c. Arizmendi S.A. s/ordinario") nunca insinuara su acreencia
al pasivo concursal, sin que ello impidiera que el beneficiario de los honorarios allí regulados
sí se presentara a solicitar la verificación de su crédito.

(5) Cfr. GOZAINI, O., y BEHERAN, R., "Límites entre accesoriedad de las costas y regulaciones
de honorarios profesionales", LA LEY, 1992-E, 838.

(6) Cám. 1ª Civ. y Com. de Bahía Blanca, 19/04/2007, "Cantini, Carlos Luis s/concurso
preventivo s/incidente de revisión por Arruiz, Mario Andrés", LLBA, 2007-668, nº 1419.

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