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La luz artificial puede manipularse para crear diferentes efectos y resaltar formas en puntos estratégicos de un espacio. La iluminación debe planificarse cuidadosamente según el tipo de espacio y función, como la iluminación de un vestíbulo de hotel es diferente a la de una oficina. La luz es un factor clave para resaltar formas, colores y crear coherencia visual en un espacio arquitectónico.
La luz artificial puede manipularse para crear diferentes efectos y resaltar formas en puntos estratégicos de un espacio. La iluminación debe planificarse cuidadosamente según el tipo de espacio y función, como la iluminación de un vestíbulo de hotel es diferente a la de una oficina. La luz es un factor clave para resaltar formas, colores y crear coherencia visual en un espacio arquitectónico.
La luz artificial puede manipularse para crear diferentes efectos y resaltar formas en puntos estratégicos de un espacio. La iluminación debe planificarse cuidadosamente según el tipo de espacio y función, como la iluminación de un vestíbulo de hotel es diferente a la de una oficina. La luz es un factor clave para resaltar formas, colores y crear coherencia visual en un espacio arquitectónico.
La importancia de la luz en la arquitectura y la geometría radica
principalmente en la capacidad de resaltar formas, modelar objetos y en general intentar resaltar determinados puntos del espacio, y es aquí donde la iluminación artificial cobra protagonismo. Una de las grandes ventajas de esta iluminación es que puede manipularse para conseguir diferentes efectos y colocarse en puntos estratégicos donde nunca llegaría la luz natural para crear formas y espacios que antes no eran posibles. La luz tiene el poder de cambiar la percepción visual y espacial de cualquier lugar, y los estudios de arquitectura no solo deben tener esto en cuenta a la hora de planificar cualquier proyecto, sino también diseñar cuidadosamente su distribución, tipos de iluminación, colores, formas y texturas destacadas y, en definitiva, la inclusión de un sentimiento especial que se transmite al crear un trabajo. La iluminación del vestíbulo de un hotel es diferente a la iluminación de una oficina. Así como cambia la arquitectura y la función del espacio, también cambia la luz, por lo que debe planificarse al detalle y seguir siempre el diseño arquitectónico de cualquier estudio de diseño. En definitiva, la importancia de la luz es sin duda un factor clave para conseguir un espacio donde resaltar formas y colores y crear una imagen visual de coherencia entre todos los elementos. Incluirla en el proceso de diseño de cualquier obra arquitectónica es ya un imprescindible para todos aquellos que quieran conseguir trabajos impactantes, funcionales, y estéticamente brillantes.