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Eros y Psique

En los albores del mundo vivían en Grecia tres hermosas princesas. La


belleza de las hijas del rey era alabada por el pueblo entero. Las hermanas
mayores no tardaron en casarse e irse a vivir con sus esposos. Psique, la hija
menor, indudablemente la más hermosa de todas, no tenía pretendientes. Los
hombres la adoraban por su belleza, pero ninguno se atrevía a seducirla.
Todos admiraban la belleza de Psique y empezaron a adorarla como
reencarnación de la diosa Afrodita. Ella al ver como los mortales la olvidaban
a favor de una mortal, se enfureció, y envió a su hijo Eros a flechar y obligarla
a enamorarse del hombre más horrendo y vil que pudiese encontrar. Eros
descendió mientras la princesa dormía, sin embargo, antes de soltar su
flecha, un rayo de luz de luna iluminó el rostro de ésta, y Eros se enamoró de
ella. Desobedeciendo a su madre, Eros guardó su flecha y se marchó.

Al pasar el tiempo, el rey y la reina estaban preocupados por el futuro de su


hija, por lo que decidieron consultar al Oráculo. Este le dijo que Psique estaba
destinada a casarse en la cima de una montaña con un monstruo de otro
mundo. Aceptando su destino, sus padres organizaron una boda en la cima
de la montaña y dejaron a Psique ahí.

Allí la encontró el Céfiro, quien la elevó sobre la montaña. Psique cayó en un


sueño, y cuando despertó, estaba en un campo de flores y, a través de unos
árboles, divisó un castillo de ensueño. Fascinada, se aproximó a la puerta y
ésta se abrió misteriosamente. Al entrar, voces con cuerpos invisibles le
susurraron que este era su castillo, que todos estaban ahí para servirle, y que
su esposo vendría a visitarla en las noches.

Tal como dijeron, esa noche un desconocido la visitó para hacerla su esposa.
Su voz era suave y amable, más no se dejaba ver a la luz del día, lo cual
despertaba la curiosidad de Psique.
Con el paso del tiempo, Psique empezó a sentirse sola, y le rogó a su esposo
que le permitiera la visita de sus hermanas. Este le dijo que sí, pero le advirtió
que sus hermanas intentarían sembrar dudas y la alentarían a que revele la
identidad de su marido. Le advirtió que no se dejara llevar por sus hermanas,
ya que el día en que viera su cara no lo volvería a ver más.
Este pidió al viento Céfiro que acercara a sus hermanas al palacio. Éstas,
ante tanto lujo, ardieron de celos y envidia. Se fueron del palacio planeando
cómo vengarse de su hermana y en su retorno, la convencieron de que su
esposo era un monstruo que esperaba al acecho para devorarla. Le
sugirieron que esperase a que su esposo se durmiera para luego acercarse a
él con una lámpara y un puñal y cortar su cabeza.
Psique llevó a cabo el plan, y encendió su lámpara para observarlo. A quien
vio fue al más bello de los dioses, Eros. Se sorprendió tanto que el cuchillo
cayó de sus manos y una gota de aceite de su lámpara cayó sobre Eros. Este
se despertó y librándose del abrazó y los lamentos de Psique, expresó su
profunda decepción por la traición de Psique, confesando que había ido en
contra de su propia madre al enamorarse de ella, pero ya todo estaba
arruinado. Y así desplegó sus alas y se fue.
Psique, desesperada, caminó muchos días en busca de su marido, cuando
un día, encontró a unas ninfas sirvientes de afrodita, y les rogó que la llevaran
ante la diosa, estas accedieron pero no sin advertirle que Afrodita le guardaba
gran rencor . Al llegar ante Afrodita, Psique le rogó ver a su marido, pero está
le dijo que solo le permitiría ver a Eros si lograba superar 3 imposibles
pruebas. Psique logró superar las dos primeras pruebas con ayuda de
distintos dioses y fuerzas de la naturaleza. Pero la prueba final de Afrodita fue
la más difícil de todas, está prueba era bajar al inframundo en busca de la
reina Perséfone y rogarle que le diera un poco de su belleza en un cofre.
Después de varias dificultades, Psique cumple con su tarea y comienza su
viaje al reino de los vivos. En el camino, cae nuevamente presa de su
curiosidad. Atraída por el deseo de agradarle más a su amado, abre el cofre e
inmediatamente cae en un sueño mórbido.
Mientras tanto Eros, recién recuperado de su herida, sale en busca de su
amada y la despierta de su sueño. Luego se dirige a visitar a Zeus, para
rogarle que tuviese compasión de Psique y le concediera la inmortalidad.
Zeus se compadeció de Eros y apaciguó a Afrodita diciéndole que éste sería
un casamiento digno de su hijo. Así es que ordenó el casamiento de Eros y
Psique, que duraría para siempre.

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