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1.

REPERCUSIONES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


1.1. Consecuencias demográficas

Las pérdidas de vidas humanas son las mayores que una guerra ha producido jamás,
pues se estiman entre 40 y 50 millones de muertos. Se debe destacar el elevado
porcentaje de civiles fallecidos: 50% frente al 20% de la Primera Guerra Mundial.

En 1945 se descubren los campos de concentración nazis, donde destacan los de


Auschwitz, Bergen-Belsen, Mauthausen, Dachau o Buchenwald, revelando unas
dimensiones de horror insospechadas. El cálculo de seis millones de judíos asesinados
por el régimen nazi a través del plan de exterminio conocido como la solución final
parece ser unánime entre los historiadores. Resultan interesantes los testimonios de
los sobrevivientes, destacando la obra Si esto es un hombre (1947) de Primo Levi.

1.2. Consecuencias económicas

Las ruinas materiales en 1945 eran impresionantes, sobre todo, en el gran campo de
batalla europeo (Stalingrado, Dresde, Varsovia…). Las ciudades quedaron reducidas a
escombros, las vías férreas destruidas, así como múltiples instalaciones industriales y
regiones agrícolas. Solo Estados Unidos quedó indemne ya que, a pesar de participar
en el conflicto, no padeció ataques en su territorio.

1.3. Consecuencias territoriales

El aspecto más importante, que configura una situación nueva a la que enfrentarse el
derecho internacional, es la ocupación de Alemania y su reparto en cuatro zonas de
influencia: en 1945 cuatro poderes extranjeros (Estados Unidos, Reino Unido, Francia y
la Unión Soviética) toman decisiones y anulan el ejercicio de la soberanía germana.
Esta situación se mantuvo hasta 1949 cuando el bloque occidental decidió unir sus
territorios para crear la República Federal Alemana. La Alemania soviética terminaría
constituyéndose como República Democrática Alemana.

En el este europeo, Rusia se incorpora zonas de Polonia, los Estados bálticos y parte
del territorio finlandés. Polonia experimenta una translación de su territorio nacional
de varios cientos de kilómetros hacia el oeste, compensando la pérdida de sus
provincias del este con Pomerania, Brandeburgo y Silesia.

En el territorio asiático, Japón pierde su imperio y queda reducido a las islas de su


archipiélago. Taiwan, Manchuria y otros territorios como la península de Liaodong
pasaron a China, mientras que Corea recuperó su independencia, aunque fue dividida
por el paralelo 38º N.

1.4. Consecuencias sociales

No menos importante fue el impacto psicológico y moral que recibió la población civil
tras contemplar las atrocidades cometidas en la guerra. Los bombardeos sobre
poblaciones civiles, las masacres indiscriminadas, los campos de concentración, el
genocidio sistemático o los brutales experimentos científicos sobre seres humanos
dejaron una profunda secuela de desconfianza, desesperanza y desolación colectiva.

La crueldad y atrocidades de estos crímenes, aún siendo en un estado de guerra,


llevaron a una modificación del derecho internacional que llevó a la ONU a crear un
nuevo concepto jurídico internacional con el nombre de crímenes de lesa humanidad,
en el que se incluyeron los ataques generalizados o sistemáticos sobre la población
civil, el exterminio, el genocidio, la esclavitud, las torturas, la deportación o el traslado
forzoso de la población.

Entre 1945 y 1946 se celebraron los Juicios de Nüremberg por los que se procesó a 22
altos dirigentes nazis acusados de crímenes de lesa humanidad. También cobró gran
relevancia el Juicio de Adolf Eichmann, el cual se produjo en 1961, asentando un
nuevo debate sobre la responsabilidad de los oficiales nazis en el Holocausto,
surgiendo así el concepto de banalidad del mal, acuñado por Hannah Arendt.

2. LA ONU

Dando cumplimiento a los compromisos adquiridos en la Conferencia de Yalta (1945),


representantes de cincuenta países inauguraron la Conferencia de San Francisco en
1945 donde se redactó la carta fundacional de Naciones Unidas dando origen a la
actual Organización de Naciones Unidas (ONU). Entre sus objetivos se fijaban
mantener la paz y la seguridad internacional, renunciando a la guerra como medio de
resolución de conflictos entre países, así como fomentar la ayuda y cooperación entre
las distintas naciones.

2.1. Estructura

Podemos definir la estructura institucional de la ONU a través de tres grandes órganos:

 Asamblea General: se trata de una asamblea con representantes de todos los


Estados miembros, se inició con las cincuenta naciones fundadoras y hoy
representa a casi toda la totalidad de naciones. Su función es realizar
recomendaciones sobre asuntos diversos que atañen tanto a las relaciones
internacionales entre los Estados miembros como asuntos de política interna,
especialmente los relacionados con los derechos humanos.
 Consejo de seguridad: se trata de un órgano legislativo y el centro de la toma
de decisiones. Está formado por cinco miembros permanentes con derecho a
veto (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y la Unión Soviética) y diez
miembros rotatorios elegidos entre los demás países por un período de dos
años.
 Secretaría General: es elegido cada cinco años y representa el poder ejecutivo,
su cometido es implementar o ejecutar las decisiones acordadas por el Consejo
de Seguridad y la Asamblea General.
Además, la ONU cuenta con otros órganos importantes entre los que podemos
destacar la Corte Internacional de Justicia, encargada de dirimir sobre controversias
jurídicas entre dos o más Estados; el Consejo Económico y Social cuyas atribuciones
tratan de favorecer el desarrollo económico y social de los países más atrasados; el
Fondo Monetario Internacional (FMI) cuya misión es estimular y fomentar el
crecimiento de la economía mundial. Además, cuenta con otras instituciones u
organizaciones especializadas en temas concretos como la Organización Mundial de la
Salud (OMS), la Organización Internacional del Trabajo, la Organización para la
Alimentación y la Agricultura, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) o la
Organización Mundial de la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO).

3. EL CONCEPTO DE GUERRA FRÍA. LA POLÍTICA DE BLOQUES


3.1. El concepto de guerra fría

El origen de la Guerra Fría se encuentra en la desaparición del enemigo común que


unió a Estados Unidos y la Unión Soviética en el bando de los aliados de la Segunda
Guerra Mundial. A partir de entonces comienza a configurarse un escenario de
rivalidad y tensión entre las dos superpotencias marcado por la amenaza de la
destrucción mutua asegurada, como resultado de la proliferación de las armas
nucleares. Este período (1945-1991) suele denominarse Guerra Fría, término acuñado
por Walter Lippmann en 1947 para referirse a una confrontación que evitaba el
conflicto armado directo entre las dos potencias pero que mantenía una serie de
conflictos indirectos localizados en las periferias de las dos grandes superpotencias.
Otro de los términos utilizados durante este período fue el de Telón de Acero,
acuñado por Winston Churchill en 1946 para referirse a la frontera, tanto territorial
como ideológica, que separaba a la Europa democrática occidental de los países de la
Europa oriental, que quedaron subordinados la Unión Soviética.

3.2. El bloque occidental: la doctrina Truman y el Plan Marshall

La falta de transparencia de la Unión Soviética en relación con su política exterior


despertaba la desconfianza de Estados Unidos y Reino Unido que temían un plan para
extender el comunismo a nivel internacional. La respuesta de Estados Unidos quedó
definida en 1947 por el presidente Truman ante el Congreso de Estados Unidos, por lo
que es conocida como doctrina Truman. Esta medida planteaba la necesidad de
ayudar a los pueblos libres frente a los movimientos que amenazaban por imponer
regímenes totalitarios como ocurría en Grecia. De este modo, Estados Unidos,
abandonó su tradicional postura de aislacionismo respecto a la política internacional
para formar parte activa liderando el bloque capitalismo ante la amenaza comunista.

Una de las primeras medidas destinadas a contener la expansión del comunismo fue
Programa Europeo de Recuperación, más conocido como Plan Marshall, en el que se
establecieron unas cuantiosas ayudas económicas con el fin de reconstruir los países
afectados por la Segunda Guerra Mundial y consolidar sistemas democráticos,
evitando de este modo que el descontento social y las dificultades económicas
propiciaran la expansión del comunismo por Europa.

Otra de las medidas fue la creación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) con
sede en el Pentágono, con el fin de crear una extensa red de espionaje a nivel mundial
que bajo el pretexto de garantizar la seguridad nacional llevó a cabo numerosas
intervenciones en países extranjeros, financiando grupos militares, dictaduras o golpes
de Estado con el fin de detener el avance del comunismo.

La delimitación del bloque capitalista se consolidó a través de una alianza militar con la
creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), integrada por
Estados Unidos y Canadá junto a diez países de la Europa occidental, entre ellos Reino
Unido, Francia, Italia, Portugal, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Noruega, Dinamarca
e Islandia. En 1952 se integraron Grecia y Turquía, y en 1955 la República Federal
Alemana.

3.3. El bloque comunista: la doctrina Zhdánov y la Kominform

Del mismo modo, uno de los más altos dirigentes comunistas, Zhdánov, exponía los
principios de la política exterior de la Unión Soviética, conocida como doctrina
Zhdánov que aseguraba que el mundo estaba dividido en dos bloques opuestos: el
imperialista, capitalista y antidemocrático representados por Estados Unidos, junto
con Francia y Reino Unido; y un bloque antiimperialista, socialista y democrático
representado por la Unión Soviética y las democracias populares, cuyo objetivo era
extender este modelo por todo el mundo.

La respuesta soviética a la doctrina Truman fue la creación de la Kominform, una


organización internacional que venía a sustituir a la Komintern, disuelta durante la
Segunda Guerra Mundial, con la intención de coordinar políticas y actuaciones de los
diferentes partidos comunistas a nivel internacional. De este modo, numerosos países
de la Europa oriental como Polonia, Hungría, Rumanía, Yugoslavia, Bulgaria,
Checoslovaquia y la República Democrática Alemana quedaron subordinados a las
directrices de la Unión Soviética. En1954 la Unión Soviética creó el Comité para la
Seguridad del Estado (KGB), un sistema de inteligencia equivalente a la CIA.

Para contrarrestar el Plan Marshall, la Unión Soviética creó en 1949 el Consejo de


Ayuda Mutua Económica (COMECON) que pretendía integrar a los países de la órbita
soviética en un órgano para coordinar todas las políticas de planificación económica de
los países comunistas bajo las directrices de la URSS.

La adhesión de Grecia y Turquía, dos regiones próximas a la URSS, a la OTAN en 1952, y


sobre todo la unión de la República Federal Alemana en 1955 llevó a la Unión Soviética
a hacer lo propio con los países de su órbita, creando una alianza militar mediante el
Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua, más conocido como Pacto de
Varsovia, ese mismo año, con el fin de contrarrestar la amenaza de la OTAN.
4. PRINCIPALES CONFLICTOS INTERNACIONALES. TENSIONES BÉLICAS
4.1. Los inicios de la Guerra Fría (1945-1947)

El origen del distanciamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética se encuentra


en los sucesos de Irán, cuando en 1945 Estados Unidos presionó a la URSS para que
abandonara su ocupación iniciada durante la Segunda Guerra Mundial. Pero, sobre
todo, durante el desarrollo de la Guerra Civil de Grecia.

La Guerra Civil Griega

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, los comunistas conscientes de su amplio


respaldo popular se alzaron contra el gobierno y derrocaron al rey de Grecia, dando
comienzo a la Guerra Civil Griega (1946-1950) donde se enfrentaron las fuerzas
comunistas (ELAS) apoyadas por la URSS y Yugoslavia y fuerzas anticomunistas,
formadas por conservadores y monárquicos (EDES) apoyadas por Estados Unidos y
Reino Unido. A partir de 1948 las fricciones entre Yugoslavia y la URSS dieron lugar al
debilitamiento del bando comunista lo que provocó la victoria del EDES y la
instauración de una monarquía constitucional con Pablo I de Grecia.

4.2. Fase de máxima tensión (1948-1955)

El bloqueo de Berlín

Tras la Segunda Guerra Mundial, Alemania había quedado dividida en cuatro zonas de
ocupación, lo mismo se hizo con su capital Berlín. El objetivo inicial era administrar el
territorio hasta restaurar las instituciones democráticas, pero la política de bloques
iniciada por Estados Unidos y la URSS cambió el curso de los acontecimientos. En 1948
las zonas occidentales, ocupadas por Francia, Reino Unido y Estados Unidos quedaron
unidas, del mismo modo, se unificaron las tres zonas de Berlín ocupadas por las
potencias occidentales. Sin embargo, la URSS rehusó reunificar todo el territorio, con la
pretensión de instalar una democracia popular en su zona de ocupación. En respuesta
a la unificación de la zona occidental, en 1948 la URSS decidió bloquear el Berlín
occidental que se encontraba aislado dentro de su zona de ocupación, de tal modo que
era imposible su acceso por vía terrestre.

La Guerra de Corea (1950-1953)

Este conflicto puede considerarse el primer conflicto bélico de la Guerra Fría, donde de
forma indirecta se produjo el enfrentamiento entre Estados Unidos y la URSS. Tras la
Segunda Guerra Mundial, Corea había quedado dividida en dos territorios por el
paralelo 38ºN, el norte bajo ocupación soviética y el sur bajo ocupación de Estados
Unidos.

El conflicto se inició en 1950 cuando el ejército de Corea del Norte, con el apoyo
soviético, decidió invadir Corea del Sur con el objetivo de reunificar el país. La invasión
fue condenada por la ONU, que autorizó a Estados Unidos a intervenir en el conflicto
ayudando militarmente a Corea del Sur. En 1953 se firmó un acuerdo de armisticio,
conocido como Paz de Panmunjom, por el que se restableció la situación anterior a
1950, con el reconocimiento de dos Estados independientes y el establecimiento de
una zona desmilitarizada en torno al paralelo 38ºN donde quedó fijada la frontera
entre ambos territorios.

4.3. La coexistencia pacífica (1956-1964)

Esta etapa se inicia con un relevo de los líderes políticos en ambas superpotencias. En
1956, Nikita Jruschov accedió al poder en la URSS iniciando una política de
desestalinización. En 1960 el joven John F. Kennedy accedió a la presidencia de
Estados Unidos despertando nuevas esperanzas. Sin duda, el relevo de los líderes en
ambas superpotencias favoreció un cambio de orientación en la política internacional,
claramente ofensiva, que habían mantenido hasta entonces. Ante una amenaza
creciente de guerra nuclear, Jruschov planteó en 1959 la doctrina de la coexistencia
pacífica, con ella se trataba de asumir que era inevitable convivir con el enemigo ante
la imposibilidad de eliminarlo y mostraba un interés en rebajar la tensión
internacional. John F. Kennedy hizo un reconocimiento de la URSS como
superpotencia, y se inició un camino con el fin de rebajar la desconfianza, rivalidad y
tensión entre los dos países.

La construcción del muro de Berlín (1961)

La división de Alemania planteaba un problema para la Unión Soviética, debido a que


la zona occidental de Berlín estaba dentro de territorio formado por la RDA, de tal
modo que resultaba muy fácil pasar del lado comunista al otro capitalista, lo que
favoreció la huida constante de ciudadanos alemanes que no parecían contentos con
el nuevo régimen comunista.

Con el objetivo de poner fin a esta situación, la RDA, con el apoyo de la Unión Soviética
decidió aislar físicamente Berlín occidental mediante un muro perimetral. En 1961
comenzó la construcción del conocido como muro de Berlín, presentado por la Unión
Soviética como un “muro antifascista”. A pesar del rechazo del mundo occidental al
muro, Estados Unidos y el resto de las potencias europeas terminaron aceptando su
existencia, considerándolo como un mal menor frente a las consecuencias que pudiera
tener un conflicto bélico en territorio europeo.

La crisis de los misiles en Cuba (1962)

Este acontecimiento puso en jaque a las dos superpotencias, despertando todas las
alarmas ante una amenaza real de la tan temida guerra nuclear entre Estados Unidos y
la Unión Soviética.

Tras el triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro en Cuba en 1959 se estableció
un régimen comunista que convirtió a la isla caribeña en el primer país comunista de
América, justo a las puertas de Estados Unidos, lo que llevó a Kennedy a ordenar el
bloqueo de la isla mediante el despliegue de barcos y aviones con el fin de impedir la
llegada a Cuba de material nuclear procedente del a URSS. La tensión entre ambos
países estuvo a punto de transformarse en una guerra nuclear, pero finalmente
Jruschov cedió ante la presión ordenando el retorno del material nuclear y
renunciando a la instalación de los misiles en Cuba, del mismo modo, Estados Unidos
se comprometió a no invadir la isla y a retirar sus misiles de Turquía, donde había una
base militar del a OTAN.

La consecuencia inmediata de la crisis de los misiles fue la creación del conocido como
teléfono rojo, una línea de comunicación directa entre los lideres de las
superpotencias con el fin de facilitar las negociaciones entre ambos países y evitar
situaciones límite como la que se había producido en Cuba.

La Guerra de Vietnam (1961-1975)

La colonia francesa de Indochina, formada por las actuales Vietnam, Laos y Camboya,
fue ocupada por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la retirada de
las tropas japonesas, Francia decidió restablecer su soberanía, pero se encontró con la
resistencia del Viet Minh, que había proclamado la independencia de Vietnam,
iniciándose así la guerra de independencia de Indochina (1946-1954) que finalizó con
la conferencia de Ginebra (1954) en la que se reconocía la independencia de Vietnam,
Laos y Camboya. Sin embargo, el territorio de Vietnam quedó dividido por el paralelo
17ºN en Vietnam del Norte con un régimen comunista y en Vietnam del Sur con un
régimen dictatorial afín al bloque capitalista. En 1958 se acordó la unificación de los
dos territorios de Vietnam tras la celebración de elecciones libres, a pesar de ello,
Vietnam del Sur, con el apoyo de Estados Unidos, se negó a la celebración de las
elecciones debido a que darían la victoria a Ho Chi Minh, héroe de la guerra de
independencia y líder comunista en Vietnam del Norte, lo que suponía extender el
comunismo hacia Vietnam del Sur.

En un principio, la Guerra de Vietnam se desarrolló como una guerra civil de guerrillas


que se desenvolvía en entornos rurales, la participación de Estados Unidos se limitó al
suministro de todo tipo de armamento y apoyo económico. Sin embargo, tras el
asesinato de Kennedy en 1963, Estados Unidos, bajo la presidencia de Lyndon B.
Johnson, dio un giro radical a la política exterior llevando al país norteamericano a una
participación activa en la guerra con la intervención militar de sus tropas. La
superioridad militar de Estados Unidos, con numerosos bombardeos sobre poblaciones
civiles y la utilización de armas químicas como el napalm, lejos de favorecer una rápida
victoria militar, lograron prolongar aún más el conflicto, debido a que cada vez más los
vietnamitas se oponían a la intervención extranjera de Estados Unidos y pasaban a
engrosar las filas del Viet Cong.
Con la llegada de Richard Nixon a la presidencia en 1969 se reconoció el fracaso de la
intervención estadounidense en Vietnam y comenzó la retirada de tropas. En 1973,
mediante los Acuerdos de París se acordó el fin de la intervención de Estados Unidos
en Vietnam y la reunificación de ambos territorios mediante acuerdo por ambas partes
y sin injerencias extranjeras.

4.4. La distención (1964-1975)

Desde la crisis de los misiles en Cuba (1962) comenzó a imponerse la doctrina de la


coexistencia pacífica, que continuó bajo la presidencia de Johnson y Nixon en Estados
Unidos y de Brezhnev en la URSS bajo el nombre de “distención”. Este nuevo período
se caracterizó por los acuerdos entre las dos superpotencias para limitar las armas
nucleares, debido a la pesada carga económica que suponía la carrera de armamentos
y también por la extensión de armas nucleares a otros países como Reino Unido,
Francia o China. La distención quedó plasmada en una serie de acuerdos sobre su uso y
fabricación de armas nucleares entre los que destacan:

 Tratado de Moscú (1963): Estados Unidos, la Unión Soviética y Reino Unido se


comprometían a suspender las pruebas con armas nucleares en superficie,
limitando las mismas al subsuelo.
 Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (1968): Estados Unidos, la
Unión Soviética y Reino Unido se comprometen a no desarrollar más armas
nucleares, ni a transferir tecnología nuclear a otros países, ni a asistir al
desarrollo de tales armas en ninguna circunstancia.
 Acuerdos SALT (1972): suscritos por Estados Unidos y la Unión Soviética, por el
que se limitaba el número de misiles balísticos intercontinentales.
 Acuerdo para la Prevención de Guerra Nuclear (1973): suscrito por Estados
Unidos y la Unión Soviética, por el que ambas superpotencias se comprometían
por todos los medios a evitar un conflicto nuclear.
 Conferencia de Helsinki (1975): participaron 35 países, tanto de la OTAN como
del Pacto de Varsovia, en el que acordaron una serie de compromisos, tanto
militares como económicos, políticos, medioambientales y relacionados con los
derechos humanos, con el fin de salvaguardar la paz y la seguridad del mundo.
4.5. El rebrote de la Guerra Fría (1975-1985)

Tras la Conferencia de Helsinki asistimos a una nueva etapa de la Guerra Fría marcada
por un incremento de las tensiones entre las dos superpotencias, dando lugar a un
rebrote de los conflictos tras el período de distensión. Las tensiones comenzaron a
manifestarse por el apoyo de Estados Unidos a sistemas dictatoriales en los que se
vulneraban los derechos humanos con el fin de contener el avance del comunismo,
especialmente en América Latina como Paraguay, Uruguay, Bolivia, El Salvador, Chile y
Argentina bajo la campaña política conocida como el Plan Cóndor. Por su parte, la
Unión Soviética aprovechó la debilidad de Estados unidos provocada por la crisis del
petróleo (1973) y el triunfo del comunismo en Vietnam (1975) para extender su área
de influencia a otros países como Etiopía, Angola, Mozambique, Nicaragua o
Afganistán.

Crisis de los Euromisiles (1977-1987)

Desde 1977, la Unión Soviética llevó a cabo un programa militar que consistió en el
despliegue de lanzaderas de misiles de alcance medio, que suponían una amenaza
para Europa occidental. A pesar de las negociaciones llevadas a cabo por la OTAN, no
se produjo la retirada de misiles. Con la llegada de Reagan a la presidencia, Estados
Unidos decidió la instalación de lanzaderas en diferentes países de la Europa
occidental (Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, RFA o Italia) apuntando hacia Europa
oriental y concretamente hacia la Unión Soviética.

La intervención soviética en Afganistán (1979-1989)

En 1978 el Partido Popular Democrático, de ideología comunista, dio un golpe de


Estado y asumió el poder en Afganistán, pero se encontró con la insurgencia de los
muyahidines, oposición islámica conservadora, iniciando una guerra civil. En 1979, el
gobierno comunista, incapaz de reducir las guerrillas de la oposición, solicitó ayuda a la
Unión Soviética, que decidió invadir el país.

La resistencia de los muyahidines hizo lo propio y comenzaron a recibir apoyo


económico y suministros militares de Estados Unidos y otros países musulmanes como
Arabia Saudí, Pakistán, Irán e incluso China, que había roto relaciones con la Unión
Soviética. Con la llegada de Gorbachov al poder se anunció la retirada de tropas
soviéticas de Afganistán, lo que no se produjo de forma definitiva hasta 1989. A pesar
de la retirada soviética, la guerra continuó varios años más como una guerra civil entre
los muyahidines y los talibanes.

4.6. El final de la Guerra Fría (1985-1991)

La llegada al poder de Mijail Gorbachov en la Unión Soviética en 1985 daría un nuevo


giro en las relaciones con Estados Unidos. Su programa político pretendía una
renovación democrática del sistema soviético a través de las conocidas políticas de la
Perestroika y la Glasnost. Del mismo modo, en política exterior, propició un clima de
entendimiento con Estados Unidos poniendo fin a la crisis de los euromisiles mediante
el Tratado de Wellington (1987) y la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán.

En 1989 se produjo la caída del muro de Berlín, que sería el punto de partida del
derrocamiento de los regímenes comunistas de la Europa oriental como en Polonia
(1988), Hungría (1989), República Democrática Alemana (1989), Rumanía (1989),
Checoslovaquia (1990) o Bulgaria (1990) y poco después Albania (1991) y Yugoslavia
(1991). Era evidente que el bloque comunista se estaba desmoronando, lo que se
manifestó en la disolución del Pacto de Varsovia. El final de la Guerra Fría se consolidó
con la disolución de la Unión Soviética tras la firma del Tratado de Belavezha en 1991,
quedando fragmentada en 15 repúblicas independientes que iniciaron una transición
hacia modelos democráticos y de libre mercado.

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