¿Qué es y qué papel juega el chamanismo en las sociedades cacicales
precolombinas costarricenses? Las culturas indígenas se han caracterizado a lo largo del tiempo por su gran diversidad de prácticas ancestrales y cosmovisiones que rigen sus modelos de vida. Estas estructuras de pensamiento se han consolidado en estas comunidades gracias a sus formas de organización social, que conllevaron a un desarrollo jerárquico el cual, busca hacer uso de una correcta orientación para su población a favor del mantenimiento de sus ideales. De esta manera, es como se entiende que en el territorio costarricense al igual que en las demás civilizaciones precolombinas se dio un proceso de complejización social que trajo consigo el desarrollo de una administración que permitiera poner en práctica y demostrar estas formas de pensamiento. Así es como, los cacicazgos en Costa Rica tuvieron un desarrollo progresivo hasta el establecimiento de sociedades más amplias, que por consiguiente presentaban características más complejas en sus formas de vida, esto gracias al incremento de actividades a favor de la agricultura y la explotación de recurso, así como a la creación de obras de infraestructura masivas y el incremento de prácticas de comercio. Las sociedades cacicales por tanto significaron un modelo de organización social de gran importancia en los asentamientos indígenas del país, ya que aunque si bien presentaba relaciones de poder más rígidas y estrictas, también permitían establecer una guía de quien o quienes estaban a cargo de todas las áreas administrativas de la comunidad en aspectos tanto sociopolíticos, militares, culturales y espirituales. Así pues, es como se comprende acerca de la existencia de diferentes figuras de representación de los puestos o roles presentes en esta estructuración social, siendo los dos más relevantes, el conocido como cacique, el cual tiene el papel de jefe en la administración política y el chamán, considerado por los integrantes de la comunidad como el mayor líder espiritual. En relación a este último es importante resaltar su papel como una de las más destacables figuras de las culturas indígenas, ya que es el actor principal de la disciplina mística que lleva por nombre chamanismo en la cual, según explica Aguilar (1996) el chamán se define como aquel que “ejerce las funciones de hombre médico, brujo y adivino” (p.17) es decir, que es capaz de asistir en el tratamiento de enfermedades tanto físicas como de carácter espiritual, así como aquel que tiene la responsabilidad de ser psicopompo para su comunidad en el tránsito de las almas al más allá. Sin embargo, es importante aclarar como el chamán si bien se presenta como mediador espiritual entre la comunidad y los entes sobrenaturales, hace uso de plantas alucinógenas o enteógenos como pueden ser la ayahuasca y el peyote para poder llegar a esos estados alterados de consciencia que potencian el extasis, como facilitadores de los estados alterados de conciencia, que le permitan poder acercarse a las respuestas de carácter místico para la correcta realización de sus funciones. Asimismo, entre las características que presentan estos líderes espirituales se debe mencionar que efectúan diversas formas de reclutamiento e iniciación para la obtención de poderes chámanicos, ya que como práctica sagrada requiere muchos conocimientos técnicos tanto de comunicación e invocación espiritual, dominio de cánticos y accesorios mágicos, por lo que es necesario establecer un tiempo de aprendizaje y a su vez poder asignar así su especializaciones. De tal manera que, Aguilar (1985) explica que si bien el chamanismo puede ser transmitido de forma hereditario por los grados superiores a sus hijos, también se debe tomar en consideración que se puede acceder a estos poderes mágicos de manera voluntaria, es decir que se puede postular como aprendiz para ser dirigido por un maestro chamán hasta el proceso de iniciación en donde se ponen a prueba sus características en torno a su inteligencia y resistencia. Además, se debe tomar en consideración que es posible en estos procesos de iniciación como parte del rito ceremonial, su estadía en la cueva o cabaña como lugar sagrado no solo para la comunicación con los espíritus, sino para el hacer simbólico de la muerte y la resurrección de su proceso transformador. (p.41-42) A su vez, se debe señalar que después de llevado a cabo este proceso y con la continua obtención de los conocimientos mágicos se da una organización en la especialización de los chamanes, funciones que dentro del territorio costarricense tienen un peso transcendental en la manifestación de sus poderes. Por tanto, siendo aquellos que ostentan el nombre de capar los encargados de mantener una comunicación con los dioses y hasta los demonios, los jacguas encargados de la atención medica de la comunidad, así como de las predicciones a modo de oráculo y por último los isogros, quienes se encargan de servir en los ritos funerarios como psicopompos, ayudando a la trascendencia de las almas por medio de ritos funerarios y canticos. (Aguilar, 1985, p.63) De esta manera, se puede comprender como el chamán dentro de los cacicazgos se convierte en aquel capaz de ponerse al servicio como intermediario entre los espíritus y la comunidad, llevando a cabo distintas prácticas rituales como promotores directos del mito, el rito y el arte. Entendiéndose el mito, como aquella transmisión del contenido sagrado principalmente de forma oral de sus cosmovisiones del mundo, en donde los rituales, por consiguiente pasan a tener una función de representación física y vivencial de los acontecimientos expuestos de manera literal para la réplica de la historia mítica; esta acción sagrada se puede observa en los rituales de tipo funerario, ya que como explica Aguilar (1996) “El ritual funerario se caracteriza por su gran riqueza ceremonial, en que participan el canto, la música y la danza” (p.64) es decir, que se da una transmisión directa del mito por medio de elementos y estímulos que permitan la correcta ejecución de la práctica. Por último, el arte tiene su función activa como un soporte físico, visual y material de lo expuesto en el mito, que pasa a utilizarse como objeto sagrado en los espacios rituales, en donde por tanto el chamán como comunicador directo con los espíritus hace uso de utensilios o accesorios que le permitan establecer un certero vinculo por medio del empleo de bastones, o instrumentos musicales como tambores. Ahora bien, retomando otro de los aspectos señalados anteriormente entorno al chamanismo dentro de las comunidades precolombinas costarricense, se menciona la vinculación que tiene con una concepción animalista, ya que se le da una asociación con estos personajes como espíritus auxiliares del cháman que le permiten ejecutar o llevar acabo sus distintas practicas rituales. Es por eso que Aguilar (1985) menciona que “la máxima expresión iconográfica chámanica corresponde a la figura de ave en su ascenso místico” esto siendo no solamente vinculado a un carácter transcendental inherente al vuelo mágico que se asocia a esta especie, sino también que tiene un simbolismo afiliado a su obligación como médico ya que estas especies ayudan al alma del enfermo por tanto confieren al chaman de un poder místico, y a su vez, como psicompompo, ya que es quien tiene por responsabilidad de ser conductor de almas en ese camino al más allá. Es por tanto, que se detona dentro de las sociedades cacicales costarricenses, que el papel del cháman no solo de basa en un estatus o ser divino que establece una brecha entre el cómo ser sagrado y la comunidad, sino que tiene una participación activa dentro de los procesos más importantes de sus cosmovisiones como agente y guía de la administración espiritual y que por tanto, simboliza la comunicación directa entre su creencias y su mundo material. 3. Cómo se consolida la cosmovisión colonial en Costa Rica. Analice mediante 3 ejemplos de qué forma las devociones coloniales evocadas en el arte sacro (religioso) expresan procesos identitarios locales, regionales o protonacionalistas. 30pts BIbliografía Aguilar P. Carlos. (1985). Religión y Magia Entre los indios de Costa Rica de Origen Sureño. San José, CR. Editorial Universidad de Costa Rica. Aguilar P. Carlos. (1996) Los Usékares de Oro. San José CR. Fundación Museos del Banco Central.
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