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n la superficie cutánea cohabitan bacterias, hongos y parásitos que, en condi-

ciones normales, constituyen un complejo ecosistema en permanente interac-


ción con el huésped. Este ecosistema participa activamente en la doble función
protectora de la piel, como barrera física e inmunológica. Por lo tanto, cuando
el equilibrio del ecosistema se trastorna, se generan consecuencias negativas
que predisponen y causan la aparición de enfermedades.

2 imagen un así, la piel alberga su propia microbiota característica que se compone de bacterias
(Cutibacterium acnes, Staphylococcus epidermidis, etc.), hongos (p.ej. Malassezia), virus (p.ej.
papilomavirus) y parásitos (por ejemplo, ácaros como Demodex). Estos microorganismos viven en
perfecta armonía y conjuntamente forman la microbiota cutánea. 1,5

3 microbiota

• 1.- Microorganismos residentes: viven de una manera constante, incluso aunque si por
algún motivo desaparecen, se reproducen y vuelve a colonizar la piel. No son perjudiciales,
e incluso pueden tener efectos beneficiosos.

2.- Microorganismos indeseables y/o patógenos: son depositados sobre la piel desde el medio
ambiente, son oportunistas, sólo se quedan días u horas, estos podrían ser patógenos y provocar
algún tipo de enfermedad o infección en nuestra piel

• En una primera línea defensiva, es una barrera física y química que evita la invasión de
substancias, moléculas o microorganismos extraños.

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