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Los temperamentos a la luz de la Biblia

INTRODUCCIÓN

A. Al hablar de temperamentos, es necesario conocer de qué se trata.

B. Éstos son aquellas diferencias individuales en emoción, activación motriz y reacción de atención a
estímulos.

C. Existen 4 tipos de temperamentos básicos (sanguíneo, colérico, melancólico y flemático), los cuales se
combinan entre sí.

D. No hay que confundir el temperamento con el carácter, pues este último es formado bajo un marco
de varias variantes (ambiente, sociedad, familia, etc), los cuales moldean y transforman el mismo.

E. En el caso del temperamento, éste viene inmerso en la genética y ADN de cada individuo, por lo que
él mismo no cambia, sino que se regula con el paso del tiempo.

F. Pero, ¿Cuál es mi temperamento? Analicemos juntos cada uno y observemos cómo la Biblia describe
algunos ejemplos donde es posible ver estos temperamentos.

I. El sanguíneo.

A. Tiene un sistema nervioso equilibrado, fuerte y móvil, flexible ante los cambios, pero a su vez muy
sensible ante cualquier muestra afectiva negativa.

B. Dentro de sus características se pueden describir las siguientes: es sumamente comunicativo, cálido,
con mucha chispa y alegre, pero a su vez llora con facilidad, se enoja rápidamente, muy desorganizado y
trata de tener el control de las conversaciones.

C. Una de las mejores formas de lograr controlarse es dejar que el Espíritu Santo actúe en su vida para
calmar sus emociones e intranquilidad cuando no tiene el control de la situación.

D. Un ejemplo de ello es el Apóstol Pedro quien antes de Pentecostés era sumamente impulsivo, pero
luego de ese día se convirtió en principal portavoz del evangelio de Cristo, y como él mismo dijo en
Hechos 4 es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

II. El colérico.

A. A diferencia del sanguíneo, éste tiene un sistema nervioso fuerte y desequilibrado, sumamente
violento al momento de reaccionar y frío en sus expresiones de afecto.

B. Dentro de sus características se pueden describir las siguientes: es seguro y firme en sus decisiones,
autodeterminado, intuitivo y muy práctico, pero a su vez es porfiado, insensible, poco compasivo, cruel
y con exceso de confianza en sí mismo.
C. Una de las mejores formas de lograr controlarse es dejar que el Espíritu Santo moldee su impulsividad
violenta, lo convierta en alguien más misericordioso y con más apertura para escuchar a los demás.

D. Un ejemplo de ello es el Apóstol Pablo quien en Hechos 8 aparece como uno de los que aprobó la
muerte de Esteban, pero que luego de su conversión en Damasco, llegó a ser el redactor del mayor
contenido de cartas doctrinales del nuevo testamento.

III. El melancólico.

A. Tiene un sistema nervioso muy apegado a la tristeza profunda y sensible, el cual no le gusta expresar
sus sentimientos y prefiere mantenerse en el anonimato.

B. Dentro de sus características se pueden describir las siguientes: es analítico, reflexivo, inmaterial,
cauteloso, perfeccionista, preciso y es un amigo sacrificado, pero a su vez es depresivo, egocéntrico,
prefiere la imagen de víctima, sumamente crítico, indeciso e irascible.

C. Una de las mejores formas de lograr controlarse es dejar que el Espíritu Santo lo haga caminar por fe,
que vea el futuro con optimismo, que deje de ser tan exigente y mejore en la capacidad de relacionarse
con otros.

D. Un ejemplo de ello es Tomás, quien antes de ver a Cristo resucitado dudaba de las palabras que los
demás decían, pero que luego de recibir el Espíritu Santo se convirtió en un gran hombre de fe, del cual
Madras, una ciudad en la India da testimonio de su ministerio.

IV. El flemático.

A. Tiene un sistema nervioso sumamente calmado, lento y poco efusivo, diplomático y poco amante de
los pleitos y discusiones.

B. Dentro de sus características se pueden describir las siguientes: es confiable, equilibrado, de ánimo
alegre, bondadoso, hábil y muy fiel, pero a su vez es pesimista, temeroso, muy poco expresivo, le huye a
los compromisos y con poca motivación a los cambios.

C. Una de las mejores formas de lograr controlarse es dejar que el Espíritu Santo transforme su carácter
de temor y angustia a uno de confianza y seguridad, amar y comprometerse con otros así como
motivarse por su trabajo.

D. Un ejemplo de ello es Abraham, quien ante su llamado mantuvo siempre el temor y la angustia ante
lo que sería su futuro, pero una vez que encontró confianza plena en Dios, encontró el significado de la
fe, tanto así que la Biblia lo describe como el padre de la fe.

CONCLUSIÓN.

A. ¿ Cuál es tu temperamento? Deja que Dios te moldee y transforme tus temores angustias y efusividad
en herramientas eficaces para su reino.

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