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Larrucea Garritz, A.

(2016),
País y paisaje. Dos invenciones del siglo XIX mexicano,
UNAM, Facultad de Arquitectura, México,
223 p., ISBN 978-607-02-7650-7

Amaya Larrucea Garritz es arquitecta paisajista, complejidad la génesis de los paisajes mexicanos.
doctora en arquitectura y maestra en arquitectura La autora relaciona la construcción de la idea de
con especialidad en restauración de monumentos. paisaje con el contexto histórico del siglo XIX de
Forma parte de la planta docente de la Unidad formación y consolidación de una nueva nación,
Académica de Arquitectura de Paisaje, y es inves- mediante la búsqueda de una identidad propia,
tigadora de tiempo completo de la Coordinación común a todos los mexicanos. Destaca en este
de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y proceso la importancia de las representaciones y de
Paisaje de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, los imaginarios, transmitidos tanto por los mapas
donde trabaja en la línea de arquitectura de paisaje realizados en la época como por el arte pictórico y
y naturaleza. El libro País y paisaje. Dos invenciones la poesía romántica.
del siglo XIX mexicano es una versión de su tesis Después de una introducción que nos explica
doctoral defendida en el año 2013, en la Facultad la importancia que tuvo del paisaje como parte
de Arquitectura de la UNAM. Es importante men- de los imaginarios formativos de la nación, el
cionar que el jurado de esta tesis lo formaron dos libro se divide de manera lógica en tres capítulos,
arquitectas (Geneviève Lucet y Catherine Ettinger) correspondiendo a cada uno de los enfoques que
y un geógrafo (Omar Moncada), y que contó con permitieron el nacimiento de la idea de paisaje en
la lectura de un historiador (Javier Sánchiz), lo que México.
sin duda orientó a la autora hacia un acercamiento El primero, titulado “El territorio como un bien
multidisciplinar a los paisajes, el cual caracteriza limitado”, se reiere a la cartografía. Explica en pri-
la obra. mer lugar cómo los mapas son una representación e
A partir de que existen pocas relexiones sobre interpretación del territorio y una construcción cul-
los paisajes en México, en especial sobre la génesis tural y cómo, por lo tanto, “representan las pre-
de la idea de paisaje –al contrario de lo que pasa ocupaciones de un momento histórico” (p. 32).
en otros países, por ejemplo España– Amaya La- La autora describe los mapas realizados antes de la
rrucea Garritz se dedicó a investigar cómo nació la época de estudio, para aportar antecedentes sobre
idea de país y de paisaje en México y cómo se fue la manera de representar el territorio, insistiendo
desarrollando en el siglo XIX. La originalidad y el en la ausencia de demarcaciones o en su represen-
principal aporte de su trabajo consisten en estudiar tación de manera muy vaga. Presta una atención
el nacimiento del paisaje a partir de tres enfoques: el especial a los trabajos realizados por Alejandro de
racional-cuantitativo, representado por la cartogra- Humboldt, considerados como punto de partida
fía, el estético, a través de las pinturas paisajísticas, para la cartografía del nuevo país independiente.
y el poético. Si cada uno de estos enfoques ya ha Los volcanes que rodean el altiplano, así como otros
sido estudiado desde distintas disciplinas, como elementos característicos de la nación (plantas,
la geografía, las artes y la literatura, el hecho de rocas, etc.), fueron representados por el cientíico
reunirlos en una misma obra y de explicar cómo alemán y retomados en innumerables ocasiones en
cada uno contribuyó a un objetivo común ofrece las décadas siguientes como puntos de referencia
una perspectiva distinta y completa, que se revela para la creación del imaginario de los paisajes de la
imprescindible para entender en su conjunto y nación mexicana. El Atlas, las Tablas estadísticas, el

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País y paisaje. Dos invenciones del siglo XIX mexicano

Ensayo político, que resaltan la grandeza de la patria, ción por pintores nacionales y la cada vez mayor
sus riquezas naturales y su posición estratégica, difusión que tuvieron sus obras, fueron elementos
forman parte de una obra cientíica extensa, am- clave que contribuyeron a la creación de una idea
pliamente difundida y discutida dentro de México nueva del paisaje nacional. El pintor representativo
como en Europa. de los paisajistas mexicanos es, por supuesto, José
En el contexto político agitado del siglo XIX, María Velasco, que fue alumno del pintor italiano
y más aún después de las intervenciones extran- Eugenio Landesio y al cual la autora dedica la ma-
jeras, la prioridad fue dada a la aportación de yor parte del capítulo. Velasco logró enriquecer la
conocimientos nuevos, mediante mediciones y mirada cientíica, muy en boga con la inluencia
compilación de informaciones anteriores, a manera del positivismo, con la visión contemplativa y
de asegurar una mejor defensa de los territorios. El estética de los paisajes. Sus representaciones del
mayor logro de la segunda mitad del siglo lo aportó valle de México, que se volvieron emblemáticas
la obra de Antonio García Cubas, descrita con de la nación, son paisajes perfectos, idealizados,
mucho detalle por la autora, con base en múltiples mitiicados, fundamentales en el nacimiento de la
imágenes. Sus mapas temáticos, rodeados por viñe- conciencia de ser mexicano.
tas que representaban paisajes diversos, cambiaron Finalmente, el tercer capítulo “La poesía del
deinitivamente la relación de los mexicanos con su paisaje mexicano”, explica cómo las referencias
territorio. Por primera vez la representación de la a dicho paisaje, que aparecieron inicialmente en
nación se hacía desde adentro, y con base en un la poesía durante la primera mitad del siglo XIX,
imaginario nuevo. Las viñetas, elementos pictóri- fueron la base de su apreciación posterior en la
cos-estéticos-simbólicos que subrayaban el interés pintura. Fue en especial a través del romanticismo
del mapa –considerado por García Cubas como que se enaltecieron las bellezas de los paisajes, mo-
demasiado abstracto– ilustraban la diversidad del vimiento que estuvo muy presente en las tertulias y
país, tanto en sus formas topográicas e hidrográ- en las revistas –sobre todo femeninas– de la época.
icas como con las múltiples huellas de su pasado La exaltación de las bellezas de la naturaleza en
prehispánico, su riqueza agrícola y minera y sus distintos poemas fue lo que fomentó, en este caso,
tradiciones. Pero al mismo tiempo, las imágenes “la construcción del imaginario a través del vínculo
del Atlas pintoresco e histórico de los Estados Unidos emocional” (p. 196).
Mexicanos (1885), al destacar la grandeza de los Si los tres capítulos que constituyen el libro
paisajes comunes, aianzaban un imaginario de la están articulados de manera congruente en función
nación que fomentaba el sentimiento de naciona- de los tres enfoques que permitieron la construc-
lidad. Permitieron un acercamiento abstracto al ción de la noción de paisaje, es importante señalar
territorio y crearon un nuevo imaginario en cuanto que presentan cierto desequilibrio entre sí. Los
a la nación. dos primeros tienen mayor extensión y desarrollo,
El segundo capítulo, titulado “La realización del y exponen un análisis mucho más detallado que
territorio como belleza paisajística”, fuertemente el tercero, el cual se apoya principalmente –como
relacionado con las viñetas paisajísticas descritas lo explica la autora– en dos obras, un ensayo de
al inal del capítulo anterior, está dedicado a los Alfonso Reyes sobre la poesía mexicana de 1911
paisajes pictóricos, con especial énfasis a las pin- y un libro contemporáneo de Montserrat Galí
turas del artista mexicano José María Velasco. La Boadella que trata del romanticismo en México.
autora comienza el capítulo con una rápida revi- Lamentamos que no se hayan incluido en este ca-
sión etimológica de las raíces de la palabra paisaje, pítulo obras de otros géneros literarios. En efecto,
que le permite precisar que este existe solamente a las descripciones y el enaltecimiento de la natura-
través del signiicado que los seres humanos le dan leza están presentes no solamente en poemas sino
al mirarlo (pp.120-121), justiicando así el papel también en distintas novelas de la época, como El
fundamental de las pinturas paisajísticas. El mejor Zarco de Ignacio Manuel Altamirano (1999), Los
conocimiento físico de los paisajes, su representa- bandidos del Río frio y El hombre de la situación de

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Virginie Thiébaut

Manuel Payno (2011; 2008), por citar las obras también el Estado que mandó a hacer los trabajos
más conocidas, y en relatos de viaje, en especial y los habitantes de las localidades, que participaron
redactados por viajeros extranjeros, dentro de los en su elaboración.
cuales La vida en México durante una residencia de Sobre las obras pictóricas, y en especial la obra
dos años en ese país, de Madame de Calderón de la de José María Velasco, se omite la obra maestra de
Barca (2006) es, sin duda, el más representativo. Elías Trabulse (2012) titulada José María Velasco.
Presentar estas y otras obras y multiplicar así el Un paisaje de ciencia en México, que aborda la
estudio de las descripciones de paisajes mexicanos importancia de la ciencia en las pinturas del maes-
habría permitido, sin duda, profundizar más el tro y sus técnicas ilustrativas. Tampoco se citan
análisis y asegurar así un mejor equilibrio entre los autores como el reconocido historiador del arte
capítulos y los enfoques tratados. Peter Krieger (2012), el cual ha trabajado sobre las
El libro está en general bien documentado; transformaciones del paisaje en el valle de México a
la autora ha consultado una bibliografía variada, través de las artes, ni la fundamental obra colectiva
así como fuentes hemerográicas y pictóricas. La Los pinceles de la historia. La fabricación del Estado
bibliografía corresponde a las distintas disciplinas 1864-1910, publicada en 2003 por el Museo Na-
relacionadas con el tema –geografía, historia, cional de Arte, el INBA, CONACULTA y la UNAM,
historia del arte, literatura, botánica, arquitectura que relaciona la demanda de pinturas paisajísticas
del paisaje, arqueología– e incluye tanto obras con la “fabricación” de un Estado-nación moderno.
“clásicas”, como la del historiador Edmundo El hecho de que la mayoría de estas publica-
O’Gorman, como publicaciones más recientes, ciones sean recientes o muy recientes, que el libro
como por ejemplo el libro del historiador Carlos sea la versión posterior de una tesis de doctorado
Herrejón Peredo La formación geográica de México –resultado sin duda de largos años de trabajo– y que
(2011). Casi toda la bibliografía mencionada está el enfoque multidisciplinar elegido por la autora no
en español, de autores mexicanos y españoles, y con le permita abordar a profundidad todos los temas,
algunos artículos y libros traducidos del alemán, no le exenta de no haber actualizado sus fuentes al
del inglés y del francés. momento de transformar la tesis en libro, dejando
Nos pareció, sin embargo, desafortunada la a un lado obras tan importantes y vinculadas tan
ausencia en esta bibliografía de varios trabajos del de cerca con el tema de estudio.
inicio de la década del 2010, que habrían podido Es importante resaltar, por otro lado, la muy
enriquecer el libro de manera incuestionable. Sobre buena calidad de reproducción de los mapas y
la cartografía del siglo XIX, no se mencionan por pinturas, en toda la obra, representados a color y
ejemplo dos obras que habrían podido contribuir con buena resolución. Las pinturas de José María
al conocimiento más completo de la cartografía Velasco y los mapas con las viñetas de Antonio
del siglo XIX, fundamento de la idea de paisaje en García Cubas se aprecian en todo su esplendor,
la nueva nación. El primero es el libro muy bien ya que se representan a una escala que permite
documentado de Raquel Urroz Kanán (2012) su valoración y se les dedica un buen número de
titulado Mapas de México, contextos e historiografía páginas, en las cuales se intercalan de manera hábil
moderna y contemporánea, resultado de un impor- y pertinente con el texto. Si todos los documentos
tante esfuerzo en cuanto a la revisión de la histo- aparecen acompañados con su referencia y año de
riografía de la cartografía mexicana. El segundo, publicación, habría sido útil precisar además el
México cartográico. Una historia de límites ijos y lugar de procedencia, en especial en el caso de las
paisajes fugitivos, de Raymond B. Craib (2013), obras de Velasco (museo, colección, etc.).
publicado originalmente en inglés en 2004, se El libro de Amaya Larrucea Garritz es el fruto
reiere a la construcción del espacio mediante las de una relexión que, como lo hemos mencionado,
imágenes gráicas y explica el papel de los diferen- es un aporte esencial para los estudios de paisajes.
tes actores en la elaboración de la cartografía: los Se integra a una serie de libros recientes, resultados
agrimensores, los cartógrafos, los ingenieros, pero de un esfuerzo de relexión sobre la génesis de la

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País y paisaje. Dos invenciones del siglo XIX mexicano

idea de paisaje por parte de varios especialistas del Checa Artasu, M.; A. García Chiang, P. Soto Villagrán y
tema, como Javier Maderuelo (2005), Alain Roger P. Sunyer Martín. (2014), Paisaje y territorio. Articu-
(2007), Nicolás Ortega Cantero (2002, 2010), laciones teóricas y empíricas, UAM Iztapalapa, México.
Colectivo (2003), Los pinceles de la historia. La fabrica-
Joan Nogué (2007), Alain Corbin (2001) y John ción del Estado 1864-1910, Museo Nacional de Arte,
Wylie (2007). Sumar un trabajo particular y espe- INBA, CONACULTA, UNAM, México.
cíico sobre los paisajes mexicanos a los esfuerzos Corbin, A. (2001), L’homme dans le paysage, Les Éditions
de estos especialistas europeos –historiadores, Textuel, París.
ilósofos, geógrafos, arquitectos del paisaje– es es- Craib, R. B. (2014), México cartográico. Una historia de
pecialmente signiicativo, en un contexto de escasas límites ijos y paisajes fugitivos, UNAM, Instituto de
Investigaciones Históricas, México.
publicaciones sobre el tema del paisaje.1
Krieger, P. (2012), Transformaciones del paisaje urbano:
Consideramos por lo tanto que se trata de una representación y registro visual, El Viso, MUNAL, ICA,
obra de gran interés para los estudios de paisajes en México.
México, que utiliza además una metodología ori- Maderuelo, J. (2005), El paisaje, génesis de un concepto,
ginal basada en un acercamiento multidisciplinar. Abada Editores, Madrid.
La autora demuestra, como arquitecta del paisaje, Nogué, J. (2007), La construcción social del paisaje, Paisaje
su capacidad a integrar y utilizar otras miradas y Teoría, Biblioteca Nueva, Madrid.
Ortega Cantero, N. J. García Álvarez y M. Mollá Ruiz-
para entender de manera integral y exhaustiva el Gómez (Eds.: 2010), Lenguajes y visiones del paisajes y
concepto y el nacimiento de la idea de paisaje en del territorio, Colección de Estudios, UAM Ediciones,
México. Justiica por lo tanto la importancia de Universidad Carlos III de Madrid, Asociación de
estudiar el paisaje desde varios enfoques y que el Geógrafos Españoles, Madrid.
paisaje sea objeto de estudio para los especialistas Ortega Cantero, N. (2002), Estudios sobre historia del
de disciplinas variadas. Su planteamiento de la paisaje español, Ediciones Universidad Autónoma de
Madrid, Madrid.
construcción de la idea de nación y de la identidad
Payno, M. (2011), Los bandidos del Río frio, Editorial
mexicana, vinculada al paisaje magniicado en la Porrúa, México.
cartografía, el arte y la poesía, complementa de Payno, M. (2008), El hombre de la situación, Universidad
manera útil los estudios anteriores. Veracruzana, Xalapa.
Roger, A. (2007), Breve tratado del paisaje, Edición de
Virginie Thiébaut Javier Maderuelo, Paisaje y teoría, Biblioteca Nueva,
Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales Madrid.
Ruiz Medrano, C. R.; C. A. Roque Puente y L. E.
Universidad Veracruzana Coronado Güel (coord.; 2014), Paisajes culturales y
patrimonio en el Centro-Norte de México, siglos XVII
al XX, El Colegio de San Luis, México.
REFERENCIAS Trabulse, E. (2012), José María Velasco. Un paisaje de
ciencia en México, Secretaría de Educación, CEAPE,
Altamirano, I. M. (1999), El Zarco, Editorial Océano, UAEM, Ayuntamiento de Toluca, Toluca.
México. Urroz Kanán, R. (2012), Mapas de México, contextos e his-
Calderón de la Barca, M. (2006), La vida en México du- toriografía moderna y contemporánea, IVEC, Gobierno
rante una residencia de dos años en ese país, Editorial del Estado, Gobierno Federal, CONACULTA, México.
Porrúa, México. Wylie, J. (2007), Landscape, Routledge Taylor & Francis
Group, Londres, Nueva York.

1 En los últimos años, las principales obras sobre paisaje


fueron las de Martín Checa Artasu et al. (2014) y de
Carlos Rubén Ruiz Medrano et al. (2014).

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