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La Globalización.

     En los últimos años, la globalización se ha instalado como un concepto clave para comprender a nuestra época. Sin embargo, nadie
pone en duda que la globalización, de una u otra forma, nos afecta a todos. Hoy podemos comunicarnos interactivamente por correo
electrónico de manera instantánea con personas u organizaciones situadas en cualquier parte del mundo, disponemos de información
inmediata acerca de todo el planeta a través de internet, consumimos habitualmente productos
fabricados en las más diversas partes del mundo; nos preocupa la violación de los derechos humanos, los desastres de la guerra o la
devastación causada por el terrorismo en países lejanos; acuerdos comerciales con países y regiones cercanas y lejanas tienen cada vez
más efectos en nuestras vidas.  Todas estas son realidades relacionadas con la globalización. En un principio, el concepto
globalización sugiere la existencia de un mundo sin fronteras de producción y consumo, donde predominan grandes empresas que
venden sus productos en diversos puntos del planeta.

La Globalización y Actualidad.

Los Medios Masivos de Comunicación son los cimientos de la globalización. sin ellos, ésta no sería posible. Por medio de
la radio, la televisión, el internet, se permiten difundir ideas a cientos o miles de millones de personas, convenciéndolas de adquirir
productos, mercancías, bebidas, alimentos, o incluso tomar una nueva postura ideológica. Los Medios Masivos de Comunicación
nos convencen al mundo entero de las ventajas de la globalización, imponiendo la venta de sus productos.  Es verdad que por medio
de la tecnología la vida cotidiana es más confortable y satisfactoria porque ya no es necesario escribir una carta y esperar que ésta
llegue a su destino, o ir a realizar compras, o pagar el recibo del agua, etc.; ahora con internet
y el teléfono se pueden realizar muchas cosas sin tener que salir de la casa.
     Pero, así como tiene sus ventajas, tienen desventajas, la televisión es un medio masivo de gran importancia y poder, ahora en la
actualidad casi toda la población cuenta con un televisor, por medio de él, se adoptan posturas que no son de la propia entidad donde
se vive, como, por ejemplo, el querer imitar a una chica anoréxica de una película extranjera, o el querer tener dos o tres coches afuera
de la casa, o tomar un vocabulario que no es de la nación, etc. Es decir, por medio de este conducto se globaliza el
comercio, y las ideas y se implanta que las personas compitan entre ellas mismas por bienes materiales. La globalización se ha
manifestado principalmente en el aspecto económico y, sobre todo, en el ámbito financiero. El dinero ha sido el principal agente que
ha adquirido en este proceso una libertad de movimiento prácticamente ilimitada a través de las fronteras. Por eso, hay quienes
sostienen que en verdad sólo ha habido globalización de la economía. Sin embargo, como veremos, el proceso es mucho más amplio
que sus dimensiones financiera, comercial y productiva. La globalización ha sido acelerada en nuestro tiempo por una revolución
científica y tecnológica. Y tiene repercusiones políticas, sociales y culturales de largo alcance que es importante visualizar.
    La globalización no sólo es un fenómeno complejo por el hecho de influir, de una u otra forma, en todos los ámbitos de la vida
humana; sino también porque difiere profundamente en la manera que afecta a los diferentes países del globo y a distintos
grupos sociales y étnicos que viven en cada uno de ellos. Por lo tanto, para comprender la globalización, es necesario acercarse a
aprehenderla teniendo en cuenta los diversos planos y realidades que la condicionan y sobre los cuales –a su vez– incide, así como
también considerar las respuestas particulares que por ello mismo genera.

Los países centrales y los países periféricos.

Los países del centro son aquellos que dominan el sistema-mundo a nivel político y económico, y en ellos los niveles de eficiencia en
la producción agroindustrial y de acumulación de capital son los más altos. De esta forma, los Estados del “centro” están
especializados en la producción de bienes fabricados mediante altos niveles de tecnología y mecanización, y que, debido precisamente
a esto, tienen un mayor precio en los mercados internacionales. Europa Occidental, Estados Unidos y Japón son las zonas económicas
consideradas “centrales”.
     En el otro extremo del sistema mundo se sitúan los países “periféricos”. Están caracterizados por tener un sistema de producción
menos sofisticado y mecanizado que los países del “centro” y por lo tanto, su producción, basada fundamentalmente en la exportación
de materias primas y productos agrícolas, está menos valorada en los mercados internacionales. Buena parte de los Estados de Asia,
África y América Latina estarían incluidos en este grupo.
         Nuestro mundo actual funciona como una economía-mundo globalizada en la que los Estados ya no tienen el control absoluto de
lo que ocurre dentro de sus territorios, y que se ha estructurado en el terreno económico conforme a las reglas del capitalismo y en el
terreno político-diplomático en un sistema interestatal en el que el principal mecanismo de cambio es la guerra y en el que se han dado
sucesivamente hegemonías de vida finita. Además, dentro de este sistema-mundo los Estados se ven divididos en unas zonas
económicas que se relacionan entre ellas conforme a un modelo de explotación. Este es, en última instancia, el diagnóstico pertinente
de esas barrigas hinchadas y esas caras atravesadas por mil sufrimientos.

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