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2018_I

FINES Y VALORES DEL DERECHO


SESIÓN 5
A) VALORES DEL DERECHO

1. LA PAZ

Es el estado de pública armonía y tranquilidad, tanto en la esfera interna de una nación


como en el plano de las relaciones exteriores entre los Estados.

El derecho debe buscar que las relaciones entre sus miembros discurran habitualmente sin
violencia y donde cada individuo está protegido con la agresión de los demás. El derecho
ha de cumplir ante todo esa misión pacificadora.

2. LA IGUALDAD
La igualdad es un valor de alcance general –quizás el más importante de todos, junto a la
libertad– en los sistemas políticos modernos, indispensable para cimentar el Estado social y
democrático de Derecho en el que vivimos. Su fundamento es el reconocimiento de la igual
dignidad de todos los seres humanos por el hecho de serlo –dignidad que es innata a la
persona e inalterable por razón de las circunstancias–, lo cual se traduce en la afirmación
de una serie de derechos fundamentales inviolables y en la asignación al poder político de
la función de garantizarlos y de facilitar su ejercicio. Como todo valor, la igualdad tiene a la
vez un sentido fundante del sistema jurídico–político y un carácter teleológico, en cuanto
meta u objetivo del sistema.

Ese valor de la igualdad se proyecta en el sistema desde el punto de vista subjetivo como
garantía general de un trato igual y no discriminatorio de las personas por parte de los
poderes públicos(principio de igualdad) y a la vez como derecho particular de cada
individuo que debe ser protegido(el derecho fundamental a la igualdad). Pero además, ese
valor de la igualdad opera desde el punto de vista funcional en dos dimensiones, ya que
cabe distinguir una vertiente formal o jurídica (la garantía de la igualdad de trato ante la
ley), de carácter más individual, y otra material o real (que supone la búsqueda de la
igualdad efectiva en la vida social a través de la mejora de las condiciones de vida de los
más desfavorecidos), de alcance más colectivo.
En efecto, la proyección de este valor superior del ordenamiento jurídico sobre el sistema
se plasma en el principio de igualdad, que obliga a los poderes públicos a dispensar un
trato a las personas acorde con su igual dignidad y que no puede ser diferenciado, para
bien o para mal, en atención a sus características subjetivas, salvo que tengan una
relevancia objetiva y razonable que justifique esa diferencia

3. La Justicia

La justicia es el objetivo clásico del ordenamiento jurídico, es el fin propio y adecuado que
se asigna al Derecho, en forma unánime, desde la más remota antigüedad. A través de
todos los tiempos, en efecto, se ha exteriorizado el esfuerzo d gobernantes, legisladores y
juristas por identificar las leyes, hasta donde sea posible, con el ideal de la Justicia.
(Hubner, p. 230).

Elementos:

a) Es el valor o medida a que deben ajustarse los actos:

b) rige en las relaciones sociales.

c) Exige dar a cada uno lo suyo lo que le corresponde, según el principio de tratar en
forma igual los casos iguales y en forma desigual las situaciones desiguales.

JUSTICIA CONMUTATIVA

La justicia conmutativa es aquella manifestación de la virtud de la justicia particular que se


genera como consecuencia del intercambio de bienes, o por la lesión o apoderamiento de
los bienes del otro .La diferencia específica de la justicia conmutativa es que la deuda está
vinculada a una conmutación, ya sea voluntaria, como es el caso de los contratos, o ya sea
involuntaria, como es el caso de la lesión o sustracción de un bien ajeno (en cuyo caso la
conmutación en que consiste la reparación o restitución es impuesta por el juez).
La fuente más común de obligaciones de justicia conmutativa es el contrato o acuerdo de
voluntades por el que una o varias personas se obligan con otra u otras a la entrega de una
cosa o a la prestación de un servicio. Desde el momento del acuerdo y en la medida en que
no compromete a ejecución de acciones inmorales, surge la obligación de justicia de
realizar el servicio o entregar la cosa en el momento y forma convenidos

Las deudas de justicia conmutativa surgen también como consecuencia de la lesión o del
apoderamiento de un bien ajeno contra la voluntad del titular. La obligación de reparar
puede existir incluso aunque el daño causado haya sido producido sin culpa o negligencia
por parte del deudor. Si hay culpa o negligencia, en muchos casos habrá también una falta
o un delito, lo que dará lugar a una doble deuda: deuda hacia el lesionado, que se satisface
con la reparación —responsabilidad civil—, y una deuda hacia la sociedad —
responsabilidad penal—, puesto que el infractor ha alterado el orden de la comunidad. La
obligación de satisfacer la deuda hacia la víctima es de justicia conmutativa, mientras que
la obligación de cumplir la pena es una obligación de justicia legal. También cae bajo la
especie de justicia conmutativa la restitución que efectúa la autoridad de una comunidad
cuando trata de reparar la injusticia de un previo reparto injusto.

LA JUSTICIA DISTRIBUTIVA

La justicia distributiva es aquella manifestación de la virtud de la justicia que se ejerce en el


reparto de bienes y cargas o funciones entre los miembros de una comunidad La justicia
distributiva se predica no sólo del gobernante de la comunidad política, sino también de
todo aquél que tenga que administrar y repartir bienes que son comunes. Cualquier
persona que tenga a su cargo una comunidad —desde el presidente de una república,
pasando por el administrador de una sociedad mercantil, hasta una madre de familia o el
director de un club deportivo— ha de vivir la justicia distributiva en la medida en que ha de
repartir bienes, cargas, tareas y funciones que son comunes. La colectividad, por tanto, no
es nombre adecuado para calificar al sujeto que vive la justicia distributiva. Y, por su parte,
Santo Tomás añade que, en cierta manera, también los que reciben los bienes o cargas del
reparto justo viven la justicia distributiva en la medida en que están conformes con el
reparto efectuado.
En muchas ocasiones, la justicia de la decisión de repartir o no repartir y el fin que se
persiga con ese reparto, se medirá teniendo en cuenta el bien común alcanzable en una
determinada comunidad, y por lo tanto, será un criterio relativo a las circunstancias
concretas: las necesidades de la población, los bienes disponibles, los proyectos políticos a
medio y largo plazo... Pero una vez tomada la decisión de repartir, para que la distribución
sea justa, ha de atenerse a los criterios del reparto justo. ¿Cuáles son estos criterios?
Siguiendo a Javier Hervada, podemos distingue cuatro criterios: Condición, capacidad,
aportación y necesidad.
LA JUSTICIA LEGAL “STRICTO SENSU”
Todo acto justo contribuye al bien común, pero hay algunos actos que tienen como
beneficiario inmediato no a una persona singular, sino a la comunidad en su conjunto. Éste
es el caso, por ejemplo, del pago de impuestos o de la prestación del servicio militar. Estos
actos, en la medida en que son exigidos por la ley, constituyen actos de justicia legal en
sentido estricto. Por lotanto, podemos definir la justicia legal stricto sensu como aquella
manifestación de la virtud de la justicia por la que los miembros de una comunidad,
incluido el gobernante, contribuyen directamente al bien de la comunidad en su conjunto.

LA JUSTICIA SOCIAL

Desde principios del siglo XX, especialmente por influjo de la doctrina cristiana y de
corrientes socialistas, se difundió la expresión "justicia social" para designar aquellas
manifestaciones de la justicia que satisfacen el igual derecho de todos los hombres a
participar en los bienes de la naturaleza y de la cultura. En el fondo, la justicia social, más
que una categoría que haya que añadir a la justicia conmutativa, distributiva y legal, es
como una categoría transversal que perfecciona la naturaleza social que por definición
tiene toda justicia. La dimensión naturalmente solidaria que tiene la existencia humana es
el correlato de las desigualdades de salud, conocimiento, posibilidades materiales... que
afectan no sólo a personas singulares sino a pueblos enteros.

LA JUSTICIA Y BIEN COMUN


Las leyes civiles tienen como fin garantizar una solidaridad mínima en la vida en común. Las
leyes no tienen como finalidad que los hombres nos amemos, pero sí garantizar un mínimo
de respeto y de colaboración entre nosotros. Este respeto y colaboración se cifra no sólo
en la omisión de conductas lesivas para la convivencia, sino también en acciones solidarias
tales como el pago de los impuestos, la realización de servicios sociales, de defensa, etc... El
Estado se hace garante de esta estructura solidaria mediante una adecuada regulación
normativa y a través de la creación de órganos encargados de velar por su cumplimiento
(órganos jurisdiccionales, policía, etc.). A este conjunto de estructuras materiales y jurídicas
que tratan de garantizar la calidad de la convivencia social es lo que los clásicos llaman bien
común.

Hay en la concepción de Aristóteles tres elementos básicos de la justicia, los cuales han
sido reconocidos por los distintos autores como innegables. Son ellos:
1. Proporcionalidad.- La doctrina de los pitagóricos de acuerdo con la crítica que de ellos
hace Aristóteles veía la justicia como una absoluta igualdad “que consiste en dar
exactamente a otro lo que se ha recibido”, citando con respecto a la justicia represiva la
expresión de Radamanto: “Sufrir lo mismo que se ha hecho; he aquí la verdadera justicia”.
Aristóteles critica dicha concepción haciendo ver la imposibilidad de una igualdad absoluta,
tanto en los casos penales, en los cuales la pena no puede reproducir exactamente el
crimen, como en el intercambio de cosas o servicios, donde la igualdad absoluta haría
desaparecer toda posibilidad de obtener distintas cosas, a cambio de aquellas que cada
uno produce. De ahí se desprende la necesidad de que, en lugar de una igualdad absoluta,
la justicia consista en un proceso de equilibrio o igualación entre los intereses
contrapuestos de los sujetos en relación. La doctrina de la igualación, el justo medio o
“mesotes” es en Aristóteles, no sólo una explicación de la justicia, sino la base de toda su
ética. Es una expresión de la idea de armonía que constituye base esencial de la cultura
griega y que ya se encontraba implícita en el término “diké”, con que se caracterizó la
justicia desde los tiempos de Hesìodo. Pero es indudable que el Estagirita lo enfocó en
forma clara y profunda, en sus implicaciones sobre las relaciones humanas, señalado su
carácter fundamental para el concepto de justicia.
2. Alteridad.- Yendo más allá de Platón, Aristóteles se da cuenta de que la justicia sólo
puede darse en las relaciones sociales, en el intercambio y contraposición de intereses que
existen en las sociedades humanas. Esa referencia al otro, esa alteridad, fue claramente
expresada cuando nos dijo: “la justicia parece ser, entre todas las demás virtudes, la única
que constituye un bien extraño, un bien para los demás y no para mí, porque se ejerce
respecto a los demás y no hace más que lo que es útil a los demás, que son los magistrados
o el pueblo entero”.
Para la justicia el hombre es considerado siempre en su papel social. Puede darse ella cuando
se contraponen o interrelacionan las exigencias de varios sujetos, colocados unos frente a
otros. Deben existir acciones de unos con respecto a los otros, o de todos sobre las cosas que
entre ellos medien.

3. Reciprocidad.- Colocados como se halan los sujetos en situación de igualdad y en


relación, se da entre ellos una reciprocidad la cual la afirmación de la propia personalidad
significa una limitación a la personalidad ajena con la cual se encuentra en
correspondencia. Queda ello evidenciado en Aristóteles cuando nos dice que “en todas las
relaciones comunes que los ciudadanos mantienen entre sí, esta especie de justicia, es
decir la reciprocidad proporcional y no estrictamente igual es el lazo mismo de la sociedad.
El Estado no subsiste sino a merced de esta reciprocidad de servicios, que hace que cada
uno vuelva proporcionalmente lo que ha recibido. En efecto, una de dos cosas: o se trata
de volver al mal por el mal, pues la sociedad seria una especie de servidumbre si no
pudiese volver al mal que ha experimentado, o bien se trata de volver bien por bien; de
otra manera ya no habría reciprocidad de servicios entre los ciudadanos; y, sin embargo
gracias a este mutuo cambio de servicios la sociedad puede subsistir”

B) FINES DEL DERECHO

Las prescripciones del derecho se han caracterizado, a través de los tiempos, según el
sentir unánime de los juristas y de los pueblos, por tender hacia la realización de un
conjunto de fines o valores ético- sociales de interés general para la comunidad.

De acuerdo con lo expuesto, los fines del Derecho son el Orden, la Paz, la Justicia y la
Seguridad; en suma, el Bien Común, en el que convergen y culminan todos los objetivos del
sistema jurídico.

El fin es el destino, el objetivo, la meta que se le asigna al Derecho. Responde a la pregunta


¿para qué sirve el derecho?. La respuesta dirá que sirve establecer el orden, la paz,;
conseguir el bien común y proporcionar la seguridad jurídica

El bien común

El fin último del Derecho, que supone, engloba e integra armónicamente a todos los otros,
es el Bien Común, nación analógica, honda y complejo, cuyo análisis filosófico desbordaría
las páginas de un texto elemental.
El bien común es mejor y más divino que el bien individual pues su efecto se extiende y
comunica a un mayor número de seres, sobre todo cuando se trata del Bien Común de la
nación y, más aun, de la comunidad internacional de los Estados. (Hubner, p. 234).

Víctor García Toma define al bien común como el conjunto de condiciones sociales que
favorecen la existencia y el desarrollo del hombre. Se trata de prescripciones sociales
necesarias para que los individuales y grupos alcancen plenamente sus fines existenciales y
logren su desarrollo integral. (Rodríguez, 2006, p. 53)

Pertenece a toda la comunidad; subordina el interés particular al general y garantiza la


vigencia real y efectiva de la dignidad humana d todos sus integrantes.

La Seguridad jurídica

Es el valor jurídico que consiste en la garantía que el Derecho proporciona a los asociados
respecto de la conservación y respeto de sus derechos y que si estos fueran violados le
serán restablecidos o reparados. Junto a la noción objetiva de la seguridad jurídica, existe
la noción subjetiva que implica la convicción psicológica que las personas tienen sobre
celeridad, eficacia y rectitud de la ley en el proceso de aplicación del derecho.

Están referidas a la seguridad jurídica las garantías, entre otras, sobre:

a) La estabilidad del sistema jurídico


b) La irrectroactividad de las leyes
c) La cosa juzgada de las leyes
d) La prescripción
e) La idemnización como reparación del daño.

Es la garantía dada al individuo de que su persona, sus bienes y sus derechos no serán
objeto de ataques violentos y que, si estos llegan a producirse, le serán aseguradas, por la
sociedad, protección y reparación. En otros términos, está en seguridad aquel (individuo en
el Estado, Estado en la comunidad internacional) que tiene la garantía de que su situación
no será modificada sino por procedimientos societarios y por consecuencia regulares,
conforme a la “regula”, legítimos, conforme a la “lex”, son normas sobre la materia las
garantías constitucionales, la tipificación de los delitos, la irretroactividad de la ley, la cosa
juzgada, la prescripción etc. (Rodríguez, 2006, p. 53).
El Orden Público

Consiste en que los individuos y las instituciones ocupen el lugar y desempeñen las
funciones que les corresponden, de acuerdo con los preceptos que rijan la organización y la
convivencia social.

ACTIVIDAD GRUPAL:

Leen la lectura, identifican las ideas principales y complementaria de los fines y valores del Derecho,
ordenan las ideas y exponen delimitan el tema (título) presenta el titulo. Iidentifican las ideas
principales de todos los elementos tres ideas principales y ejemplos de todos los elementos: de cada
valor y fin del derecho. Ordenan u organizan la información en secuencia lógica a través de un
esquema. Luego exponen en forma lógica de acuerdo al esquema elaborado. Tomar en cuenta la
rúbrica de evaluación

Referencia

Rodriguez, I. (2006). Introducción al derecho. Lima:Universidad Ricardo Palma

Poole, D. (s.f.) La justicia. Recuperado de https://laicismo.org/data/docs/archivo_1214.pdf


Montoya Melgar, A. “Igualdad de Mujeres y Hombres”. En Estudios y comentarios
Legislativos, Sanchez, Yolanda (Coord.). Recuperado de https://parlamento-
cantabria.es/sites/default/files/dossieres-legislativos/Montoya.pdf

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