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BISLIOGRAFIA. René Latourelie: Teologia, cioncia do la Sslyacin. Eu, Sigueme (Selamanca, 1968) 367 pp. Waifhart Pannenberg Teorta do la conels y Taologia. Ed, Cristiandad (Madrid, 1981) 447 pp. Kerl Rlannor: Toologis on SM 6, 630.504. Engolbart Nevhiusery Elisabeth Gossmann’ Lue et Feologia? Ed, Sigueme (Salemance, 1969) 851 pp. 1. LQUE ES LA TEOLOGIA? Hay una definicion de teologia que aparece en todos los Manuales y es de muy facil comprensién porque se basa en su etimologfa: la tealogia (griego: theos-ogos) es un saber siste- mitico acerea de Dios. En esta clefinicion estan implicadas dos cosas: que Dios existe, y que se ha revelado; por lo demas, es tas dos cuestiones han de verse pronto, en Teologia Funda mental. De una manera mucho més analitica, la teologia es presen- tada como “ciencia de la fe", de todo to que la fe abarca, de los “objetos de la fe’. En efecto, no basta creer que Dios exis- te y mostrar confianza en su Palabra; la naturaleza misma de la {fe pide su configuracion en contenidos a los que et hombre con fe formada entroga también su asentimiento intelectual, Esta descripcién de teologia nos introduce de una manera sencilla ‘en una problematica relativamente amplia. 2, LOS DOS ORDENES ACTUALES DE CONOCER A Dios. El hombre en su estado actual, dotado de inteligencia y voluntad, puede conocer a Dios de dos maneras: natural (por la razon), y por la fe. Esta segunda manera ha recibido tradi- cionalmente el apelativo de “sobrenatural” El orden de lo natural se entiende fécilmente; como en la consecueisn de cualquier otro objeto de conocimiento, el hombre experimenta y comprende el mundo como radicalmen- te autoinsuficionte, y asi se abre a la idea de un Creador, emi- tiencio un juicio sobre su existencia. El orden de lo sobrenatural se refiere a todo aquello que el hombre vive si, dando el asentimianto de la fe, acoge la mani festacion de Dios a la humanidad por medio de la Palabra (re velacién positiva); si admite tanto el hecho de Ia revelacion co ‘mo sus contenidos. Se llama sobrenatural porque, de no haber existido de parte de Dios una nueva iniciativa de dlarse a cono- cer, el hombre hubiera ignorado totalmente esos contenidos que luego conoce. Lo sobrenatural no es ofrecido al hombre ‘como algo opuesto a la raz6n, ni frente 8 ella, ni absorbiéndolo desde arriba, sino al lado del hombre, completando sus tuces naturales y haciéndoseeco precisamente de sus preocupaciones. Aunque con cierto riesgo, lo natural/sobrenatural suele tarnbién presentarse como dos términos dialécticamente opues: tos y destinados, por ende, 9 hacer mas lscido tanto el lado ‘isterioso de Dios como el enigmatico de la existencia humana. Et Concitio Vaticano |, al seftalar ese doble orden de cono: cimienta religioso (Dz 1785) ha precisado también el conteni cdo de ese conacimiento: por la raz6n el hombre puede conocer ‘con certeza la existencia de Dios y algunos de sus atributos) Por la revelacion positiva, el hombre conoce los “decretos eter- ntroduccion general a la Teologia JUAN IGNACIO UGARTE nos de su voluntad”, es decir, su plan conereto de salvar al hombre. Los pasos de ese plan no son, en primera instancia, ‘exposiciones teor icas sino “acciones de Dios" en la historia del mundo, en el acantecer ce le vida: con su Palabra, Dios ha ex- plicado lo que ha hecho, La convivencia pacifica de estos dos drdenes del conocer se explica si se tiene en cuenta que una misma persona es la que razona y la que cree. Después el hombre, asi iluminado poor la fe, puede llegar a tener un conocimiento mayor o menor del contenido de los “misterios” de le fe, aunque nunca al mo do y a la medida en que la razén conoce los objetos de la cien- cia natural (Dz 1796). 3. TEOLOGIA ¥ ANTROPOLOGIA. Los objetos de la fe, como campo de la teologia, abarcan 2 Dios y todo lo que a El'se refiere; mis académicamente se ex: presa diciendo que el objeto de fa teologia es Dios bajo el pun: to de vista de la divinidad. Teologia no es, pues, Antropologia. Es cierto que, por dirigirse al hombre, todo lo que Dios diga re sultara en beneficio del hombre, pero una antropologia s6lo serd viable en la medida en que reconozca esta subordinacion. El punto de vista peculiar bajo el cual se estudia la teolo, gia es la Revelacisn de Dios; abarca, pues, todo lo que Dios ha dicho. Que "Dios habla sélo de sf mismo" (expresién populariza da por el te6logo protestante K. Barth) se comprende facil mente. Pero resulta que la Palabra de Dios, al tener como desti natario al hombre, ha de representar los planes de Dios sobre la, hhumanidad. Esos planes de Dios sobre et hombre, y que tam: ‘poco desdigan de la autonomia y beneficio del hombre mismo, habian de ser {y son de hecho) tos planes de hacerle entrar en la érbita de lo divino educando su amor y su libertad en orden conseguir et Gltimo fin. De ahi que la teologia rei el sind imo de "‘ciencia de la salvacia a” 4, MODOS IMPERFECTOS Y PERFECTO DE CONOCER ADIOS. Si el hombre, por la fe, responde a Dios afirmativamente, entra en comunion con esos intereses y participa en una vida de intimidad con El. Es una manera de conocer a Dios que pueda llegar muy lejos, como demuestra la experiencia de los ‘misticos. Pero conocimiento natural y conocimiento por la fe son todavia modos imperfectos de acceder a Dios, preparan al hombre para la posterior y mds perfecta captacidn: la vision beatifica. Que el conocimiento de Dios por la fe es un modo imperfecto lo expresa graficamente san Pablo cuando dice: “Ahora solo vemos como en un espejo" {1Cor. 13, 12). 8. TEOLOGIA CIENCIA 0 CONOCIMIENTO CIENTIFICO. Que la teologia sea ciencia de salvacién introduce un tema polémico. dla teologia es una ciencia? La pregunta se ha pres: tado a discusiones desde la Edad Media por razones de cultural e histérico que no expondremos aqui, Intentamos so: lamente aclarar las razones basicas de su presentacion actual 6 —_INTRODUCCION GENERAL ALA TEOLOGIA a) En ta Edad Media of tedlogo Duns Scoto nego que ta teologia fuese una ciencia, Lo hizo basindose en la nocion aris: totélica de ciencia como “conocimiento cierto y perfecto, re sultado de la deduccion légica, a partic de principios eviden tes". Aqui la fe no tendria lugar propio pues no posee princi ios evidentes. Tomas de Aquino afirmé que la teologia es ciencia por reunir todos los requisitos que en su tiempo se reconocian su ficiontes aun donteo de la definicion aristotética de “ ciencia’ fr ineipios ciertos, método apropiaclo, conclusiones validas. So lamente hizo esta distincién: los principios ciertos de la Teolo. gia no son evidentes por si mismos, de donde la teologia es Ciencia subordinada, pero ciencia al finy al cabo, como la mu- sica respecto de la aritmética ("Suma Teologica” |. 1.2.¢), En su tiempo la respuesta tomista fue satisfactoria, y ol mismo Tomés de Aquino la prestigié dando a la Teologia un rango cientifico perdurable, A partir del siglo 180. el Positivis: mo, que se atiene al “dato” comprobable cle manera directa y “determinado por leyes naturales”, ha venido negarclo con in sistencia cada vez mayor a la teolagia su caracter dle ciencia Segin fa expresién de alunos de sus representantes, no seria siquiera una ciencia subordinada, ya que sus principios se ba: san en la autoridad de otro (de Dios por su Revelacion), y el Principio de autoridad no es indiscutible Modernamente el determinismo de las teyes de la naturale za ya no tiene el favor de los cientificos, al menos como prue: ba de la evidencia de los principios en que se basa ura ciencia. Nicolai Hartmann (1882-1950) ha expuesto con mucha lucidez el cardcter metafisico de los principios en que se basa cualquier Ciencia. Afirma él que incluso las nociones de cuantidad y todo lo que se relaciona con los ndmeros admite una discusion sin limites y, por tanto, sus bases estan ajenas a una demostracion ‘que sea inmediatamente evidente. Se puede expresar asi. si la teologia no es ciencia entonces no hay ciencia alguna ye que todas las ciencias se basan en hipotesis y postulados que pue- den ser sametidos a discusin indefinide, El Positivismo merece, de todos modos, una respuesta ya ‘que su critica no se refiere por igual a la teojogia que a tas ma- tematicas, aungue los principios de las matematicas puedan ser indefinidamente discutidos, lo cierto es que manejamos name. ros cuya existencia es inmediatamente comprobable. Lo que entra aqui en juego no es el cardcter cientifico de la Teologia sino su derecho a existir si se niega que el objeto de esta cien cia {Dios} sea un objeto real de conocimiento; par eso el ca ctor de la Teologia queda desplazado, en ultima instancia, a tun examen del ateismo y del agnosticismo. Pero si se Heya a probar que “reer es razonable’, se tiene el minimo satisfacto. Fia para los que se acercan a la teologia desde la ineredulidad b) £Qué clase de ciencia es fa teotogla? Supuestas las con. diciones para que un tipo de saber humano pueda amarse ciencia (a saber: que el objeto de conocimiento sea real, que el sistema sea coherente, y que ofrezca conclusiones comproba: bles}, ef antiguo criterio para la clasificacion de las ciencias, {que se basaba en la mayor o menor evidencia de los prineipios, hha cedido a favor del tipo de evidencia de las conctusiones. En otras muchas clasificaciones, hay una que han ayy: dado a divulgar. H. Spencer y M. Wundt que las dividen en for: males y reales. Las ciencias formates (que tienen coma punto de referencia 2 la matematica pura) son mas bien abstractas, se ocupan de las “formas” de los fendmenas, y su lenguaje «s mas bien simbélico (metalenguaje), sus conclusiones no se prestan ya 2 discusion. Las ciencias reales son concretas y se ‘ocupan de los fenémenos puros; sus conclusiones no son de evidencia inmediata para todos, y por tanto se prestan siempre a discusion, — Por ejemplo, la ecuacién’"2 +2 = 4" responde a una cien cia formal; los numeros son, en verdad, formas. El numero cus ‘wo es verdad no solo en ese caso gréfico, sino en cualquier otro fen que el antecedente esté representado por nimeros de idénti ‘ca vepresentacion (ugr. "5 — 1”). La evidencia reside en ta cir: ‘cunstancia de que los nimeros, como formas que son, no re presentan a ningén ente concreto. Nadie, pues, discute el resul ado. Sin embargo las proposiciones del tipo “a mayor poble: cid menores recursos alimenticios” 0 “los sacramentos son siete, ni mas ni menos” se ocupan de los fendmenos mismos de los que se ocupan las ciencias “reales”, y no son de evidencia inmediata. Lo que ocurre es que hoy dia existe la tendencia, cada vez mayor, a formular las leyes cientificas (y sus conclu sion2s) con el auxilio del lenguaje de las ciencias formales o mateméticas, Asi la Lagica Simbolica (frente a la Logica clasi ca), y desde antiguo la Fisica, la Quimica, y otras muchas mas. En la medida en que una cienela pueda emplear ese metalen quaje se fa tiene por més seria, mas téenica; existe, diriamos, Un culta reverencial a los ndmeros, alas formulas La Teolouia es, desde luego, una de fas ciencias reales que menos se presta @ utilizar un tipo de metalenguaje; por ello no corre tampoco un riesjo menor que otras disciplinas humans ticas. Para salir al paso de esa corriente, algunos te6logos se han referido a la Teologia como al “metalenguaje de la religion” La teolagia catdlica no es ajena a los trabajos modernos que se centran en un anilisis estructural del tenguaje empleado para expresar los contenidos de la fe. Pero el problema se sitda mas bien dentro del drea protestante en el intento que ésta tiene de fundamentar la fe sobre si misma para ponerla a salvo de tos ataques del agnoscticismo. Han aparecido obras de muy dificil lectura (como el de A. Grabner-Haider. “Andlisis lingiistico y pedagogia de la religién”. Ed. Verbo Divino: Estella, 1975, 290 pp.) ©) El interés de la Teologia como ciencia se ha basacio en algo mas que en una cuestion de prestigio. Cuando Duns Scoto fnego a la teoloyia caracter de ciencia lo hizo también por des- tacar ante todo lo que ella tiene de “‘sabiduria'" {una vision glo. bal de la vida a la luz sobrenatural de la fe}, con mayor “sabor espirituat” frente a lo que otros tedlogos relievaban de cienis © “rango ciertifico frente al mundo” de entonees. Esas opi niiones divergentes han sido sacadas de quicia por quienes no han comprendido su verdadera intencidn. Los puntos de vista se esclarecen mejor con ta preyunta acerca del desemperio de la raz6n en el trabajo twolégico, de interés primordial en Teolo gia Fundamental (plano de fa teologia general que precede en el estudio a todos los demas). Anselmo de Canterbury, Duns Scoto y la escuela francis ‘cana sostuvieron que en la defensa de fa fe hacia afuera el ted: logo habia de tener en cuenta las adquisiciones de a fe, y que {os argumentos de razén tienen una importancia muy relat iva Alberto Magno, Tomas de Aquino y la escuela dominican, aunque sabian que “el creyente no racionaliza sin una intel ‘gencia formada por la fe", afirmaron que los argumentos de ra- 26n son lo primero que hay que proponer hacia fuera {aunque para el creyente mismo tenga, efectivamente, una importaneis secundaria) Preferimos la posicién tomista por parecernos mas com pleta: se pone al nivel del no-creyente invitandole a salir con la Taz6n al encuenito de la fe 6, APARATO TECNICO DE LA TEOLOGIA. Dejando para otro lugar fa clasificaci6n de las conclusiones en teologia y su escala de fiabilidad, anotamss aqui lo veferen INTRODUCCION GENERAL A LA TEOLOGIA TEOLOGIA, DEFINICION (1 y 3h etimolbaica: saber sistemético acerca de Dios ‘2nalities: clencia de os contenidos deta fe ‘metodoldgica: Dios en cuanto tal, autorrevelad por Ia Palabra dscritiva:clancia de a salvacion. MODOS DE CONOCER ADIOS (2y 4): Imperfectox: or la raz6n (téologta natural) Por la fe (teétogta positiva) perfecto: por vision beatfica LA TEOLOGIA ES CIENCIA (Sl subordinada (sus principlos se conocen a partir de otros) real (0 no-formal) puct s# ocupa de fensmencs, y su concluslones no son de evidencis inmmediata universal DIDACTICA DE LA TEOLOGIA (6, 7,y 8) principios bisicos (o “fuente de la Revelacion’) Sagrada Eserituea ‘Tradicion apostalica bajo la perspectiva do laf: caracterizm histriarnente | cteststicamente formed on dobie plano como confanza onl Palsbra como stentimiente nacional métodos: dedytivo (ene wabsioexictamentspostvo) Jnductivo (en ef trabajo estrictamente especulativo) rmixto (deductive -incuetivo) abusos en et trabajo teolégice: parciales més frecuentes: posltvismo subjetivismo deologizacién total: hereia.o weotogia caprichss NIVELES DE La TEOLOGIA (9) Flosumen: Yo. twologia naturale filosofia dela eligion 20. twologt positive o de Is Revelacién 30, sabiduria 0 conocimiento superior por acceso interior a la Palabra de Dios. PROBLEMATICA DE TRES OPOSICIONES FALSAS (10,11, y 12): Ciencia sagrada v. ciencias profanas teologta pastoral v. toologiaclentitica | sabidusfa v. saber tebrico DIVISION DE LA TEOLOGIA EN PLANOS PRINCIPALES (13), ‘TENSIONES ACTUALES EN LA TEORIA Y PRACTICA DE LA TEOLOGIA: RECUENTO DE 10 SITUACIONES PECULIARES (14) fz, 8 _INTRODUCCION GENERAL A LA TEOLOGIA ipios, caracteristicas, y método de la ciencia de a) El te6logo maneja unos principios bésicos conacidos, en su conjunto, con el nombre propio de “fuente de la Revela- ibn”. Se trata de la Palabra de Dios entregada a la comunidad Por intermedio de testigos privilegiados, a lo largo de la histo: ria, consignada por escrito (Sagrada Escritura), y desarrollada en el seno de la comunidad creyente (Tradicién} b) Karl Rahner ha insistido mucho en dos caracteristicas de la fe que asiente a la Palabra de Dios: que es historica, y que @s eclesiistica. La fe es “histérica” porque aparece y se desa- rrolla a lo largo de la historia del hombre, y el hombre mismo es un ser histérico. La historicidad del hombre (y de la fe) no ‘mira solamente a su presente (del que es sujeto o actor), y a su futuro (que va preparando con su accién responsable) ‘sino ‘que mira también el pasado (del que depende). A la luz de este concepto se entiende que la fe ha de ser “eclesidstica”, caracte- Fistica importante y, can frecuencia, ignorada: la fe cristiana se basa ciertamente en acciones histéricas de Cristo (del siglo primero de nuestra era) pero ha sido recibida, mantenida y ‘tasmitida por la Iglesia a través de veinte siglos de desarrollo. La expresion sentir con la Iglesia resume habilmente esas dos caracteristicas. ©) En referencia a los métodos, la teologia utiliza tanto el deductivo como et inductive. E1 Concilio Vaticano 11 los se fiala como “complementarios’ en la formacion del futuro tedlogo (Decreto “Optatam totius” n, 16). El método deductivo se utiliza en el trabajo de “teologia Tomando como punto de partida la fuente de la Re- velacién, recoge lo existente en fos lugares teolagicos (doctri- nna de los Padres de 1a lglesia, de los Doctores, y del m actual oficial de la Iglesia) y ‘analiza los datos con una serie de téenicas que son propias de la disciplina de la fe (analogia, ex- plicacién genética, vinculacién de los fendmenos entre a de convergencia de los hechos, su orientacian al fin ditimo del hombre, etc.); finalmente intenta una aplicacién a la vida publica de ia Iglesia y a la personal del creyente. Este ultimo aso tiene con frecuencia la forma de una conclusion propo sicional. EI método inductivo se utiliza en el trabajo de la “*teolo: gia especulativa’. Comienza recogiendo una proposicién teo logica y le hace observaciones justificando estas con un nuevo punto de vista porque lo anterior no satisface o puede ser me- jorado; apela luego al sentido comuin de los fieles, a las expe- riencias de la fe, y acaba proponiendo nuevas pautas de inte: ligencia det misterio revelado. Raramente suele darse un método puro; mas frecuente- mente se emplea el método mixto y es el preferido por los buenos tedlogos. El método deductivo-inductivo apela al sen ido comin de los fieles y revise tanto la fuente de la Revela ccién como {os lugares teoldgicos aduciendo que estos habfan sido quizds examinados con deticiencia 0 que admiten una in. terpretacién diferente de la clisica Para realizar un buen trabajo en teologia se recurre a una serie de instrumentos técnicos que van desde el dominio de los demas planos de la Teologia hasta el manejo de otras ciencias como instrumentos intermediarios. Arqueologia, Filologta, Historia, Filosofia, Sociologia, Psicologia, etc. etc, EI material técnico de la teologia permite, indudablemen: te, a una persona no-ereyente desarrollar una tarea académica siguiendo los pasos del método deductivo, aunque no le preste la adhesion de la fe que le esta pidiendo, Esta es la razén por la que en instituciones univer sitarias un curso de tealogia se sitia cémodamente dentro clel drea de las ciencias humanisticas. 7. FEY HEREJIA Aclarando mas lo que se dijo en la definicién de Teotogia, cl analisis de la fe permite ver en ella un doble componente: a) fe por la que una persona cree, por la que se adhiere a algo 0 a alguien depositando en ello su “confianza” (téc. fides qua), la adhesion se da de una manera general y confusa pero totalizadora; ) fe que una persona da a propuestas concretas y objeti vadas en formulas y proposiciones que le merecen el asenti- miento intelectual porque le parecen conformes a la verdad ‘que busca (téen. fides quae). Este andlisis tiene solamente valor académico, porque en la realidad se trata del doble plano de una misma fe; las relacio- nes entre esos dos planos se pueden descubrir con un ejemplo sencillo de la vida diaria. En referencia a Dios, la psicologia de {a fe pone mucho énfasis en el primero de los dos, una persona que ha depositado en Dios su total confianza no tendra des pués mayores dificultades en descubrir (o admitir) que El efec: tivamente se ha revelado y dar su adhesién intelectual a las ver dades reveladas y mostradas en forma de contenidos proposi cionales, aunque el paso de una etapa a otra puede demorar Por diversos motivos. A la inversa, quien descubra en el cris: tianismo una verdad que le merece su adhesin se estard moti vando a buscar sus fundamentos y abarcarla por entero. Lo que divide a las diferentes Iglesias cristianas es la divi- sién de la fe proposicional. Los protestantes afirman que bas ta la fe fiducial (o de confianza en la Palabra de Dios) sin que haya necesidad de explicitar tales 0 cuales proposiciones en las que haya que creer. Ciertamente la fe se debe solamente @ Dios, y no a proposiciones académicas; pero también es cierto que la adhesin completa no se puede dar nunca vagamente 4 una persona sino también a todo lo que sustancialmente per tenezca a esa persona, y en particular a lo que ella dice, Las proposiciones “de fe" tienen, pues, este sentido, Herejia es un término que se traduce etimolégicamente como teologia “‘caprichosa’; es también su acepcién real, Se trata de un fenémeno cristiano y su historia es, en buena me- dida, la historia misma de la Iglesia. En muchos casos la here- ja ha partido de un buen deseo de preservar a la Iglesia de una falsificacion de la revelacién definitiva de Dios a los hombres. Pero dentro de la comunidad cristiana unos grupos han “reac. cionado” frente a abusos y desviaciones de otros. Su denomi rnador comin ha sido siempre el olvide, tedrico 0 prictico, de la autoridad apostética establecida por Cristo para anunciar el Evangelio, En nuestros tiempos el vocablo “herejis’” ha caido en desuso, pero se da de muchas maneras. El fendmeno més alar mante es la existencia de cristianos selectivos. Radica en la ten. dencia det hombre moderno de llevar toda afirmacién, excepto las que se basan en la experiencia inmediata, al terreno som: brio de la hipétesis, la opinidn, y los precondicionamientos. ambientales. Se dice que una hipdtesis religiosa es de! mismo valor que otra y que, en resumidas cuentas, Dios sélo se fijara en la “sinceridad personal” de los hombres en el dia del juicio. Frente a esto la Iglesia ha afirmado siempre, y en contraste con esta version moderna del indiferentismo, la necesidad de creer en la verdad revelada, si el hombre quiere obtener la salvacion, (Ver la obra de Donald L. Gelpi: “Iniciacion a la Teologia de Karl Rahner’’. Santander, 1967; p. 234. También la de Karl Rahner y K-H Weger: “ ZQué hemos de creer todavia?". San tander, 1980, pp. 143 y siguientes) Existe el peligro de una mala educacién en la fe por olvi- «do 0 por inhibicion de cualquiera de los dos planos de la fe El verdadro problema (en resumidas cuentas, la “hereiia'’) no esti en aquellos que todavia estan recorriendo el camino hacia la fe completa 0 formada, sino en los que se retraen o retrace- den; quien crea en un articulo de la fe pero no en otro, demos: traré-no haber dado su adhesidn vital a Dios, aunque diga que si, La expresion de entenderse bien con Dios personalmente para justificar su alejamiento de la Iglesia es, por cierto, una ‘manera muy eonocida y antigua que ha tenido el cristiano para ‘engafiarse a si mismo. 8. ABUSOS EN EL TRABAJO TEOLOGICO Sefialamos principalmente tres: el positivismo, ef subj vismo, y la ideologizacion. a) No es fo mismo teologia positiva (producto de un traba: jo de investiyacion por et método deductive) que positivismo, teologico. Este altimo, cuyo origen hay que buscar en las postrime- rias del siglo XVI exacerba el método deductivo haciendo de la teologia una mera “‘ciencia de conclusiones’, excesivamen- te repetitiva, demasiado vertida sobre si misma, y perdida en tn sinfin de sutilezas innecesarias y de respuestas a preguntas fingidas. EI positivismo en teologia, excesivamente pegado al “da to”, nacié como reaccidn frente a la Reforma protestante cu- yos planteamientos doctrinales adolecian sustancialmente de imprecision, de negaciones, y de un desconocimiento escanda- loso de la Tradicion. Ahora es cada vez menos frecuente, pero sus efectos tardies perduran alin provocando reacciones de consecuencias muy amplias (v. el libro de Alfredo Fierro: “Teologia, punto critico’’. Pamplona, 1971; 517 pp.). Aunque esa obra rebasa los limites de una serena autocritica en Teolo. gia, constituye al menos una llamada de atencion, bb) El subjetivismo se origina, cuando se da, en el abuso del método inductive del trabajo teolégico. Mientras que el tedlo: 90 positivista se limita a trazar circulos alrededor del dato, el sujetivista es un aspirante a teblogo que no alcanza su objetivo. EI subjetivismo cede al riesgo de generalizar o hacer universales sus propias “experiencias de fe” escamoteando la necesaria y honesta comprobacién de sus experiencias con las dos carac: teristicas de la fe sofialadas anteriormente: que sea histérica, y ‘que sea eclesidstica. El subjetivista es la version, trasladada a la citedra o al pilpito, del indiferentismo popular. Conviene, por eso mismo, destacar la importancia que tie- ne en teologia la experiencia de la fe. La teologia avanza sobre todo por el método mixto donde las experiencias de la fe tie rnen un lugar adecuado e importante. El Concilio Vaticano II to ha reconocido asf oficiaimente y lo expresa diciendo que “lo referente a lo que se ha de creer se ilumina también desde la experiencia profunda de los creyentes" ("Dei Verbum', n. 8) A este propésito K. Rahner hace observar que el tedlogo profesional emerge a la labor teolégica dentro de un horizon- te ya dado y anterior a él y del cual no puede salirse sino quie- re convertitse en un individuo fuera del contorno y de la histo- ria de la fe, En principio, el teStogo subjetivista (por lo general, espontines) quiere ser mas “historico” y se fifa en un presente bropio que inmediatamente generaliza; no se da cuenta de que s@ hace un teblogo ahistérico y asocial. La “comprobacién” re- querida por el método correcto en teologia no se refiere, pues, al menos en primera instancia, a un examen estadistico para detectar hasta qué punto tal o cual experiencia de fe es un fe- némeno generalizado dentro de la Iglesia, sino si se confor ma, 0 no, con las expresiones historicas de la fe de la Iglesia, ©) La ideologizacion ha sido otra de las tentaciones per: manentes de la teotoyia; responde al interés de “ponerse a la altura’ de los sistemas de pensamiento y mostrar asi que pue: de competir con ellos. 9 Esta manera de instrumentalizer la fe no puede tener bue- nos resultados; no beneficia a la Teologia porque se la reduce 8 otra cosa; a la larga, las ideologias acaban rechazndola por: que, en su autonomfa especifica, se bastan a si mismas y no se dejan sacralizar Un ejemplo moderno, entre muchos, es la teologia de la liberacién motivada y amparada por el deseo religioso de hacer valer los derecho de fos pobres en la marcha de la sociedad. Su fallo consiste en ef abuso de los instrumentos interme: diarios de la teologia, sobre todo de las Ciencias Sociales, Es muy visible el interés que tiene esa teologia para deslizar un determinado anilisis socio-politico (que es solamente un ins: trumento intermediario) al rango de lugar teologico (que en teologia es un lugar de opcidn. Un ejemplo ayudaré a comprenderio mejor. Es tarea cris tiana construir una sociedad mas justa; pero esa tarea slo es posible por la lucha de clasos; entonces la tucha de clases es ta- Fea cristiana, La premisa mayor es ciertamente teolégiea, aun prescin- diendo de un andlisis més serio de los textos de la Escritura donde Dios muestra su preferencia por los pobres. La premisa menor es, sin embargo, sociolégica (es decir, instrumental), In troducida la menor con apoyo de la mayor, pasa subrepticia mente como una glosa de la Palabra de Dios y asi ideologiza la conclusion, No hay manera de enriquecer la teologia por ese lado, ues pierde entonces su cardcter religioso. En el ejemplo adu. cido, el cardcter religioso no consiste en negar Ia existencia de clases sociales y mucho menos en mantenerla, sino en la elec- cidn de los medios teolégicos para construir una sociedad mas justa. 9, TEOLOGIA COMO SABIDURIA CRISTIANA. Desarrotlar un trabajo académico en teologia aunque no se le preste a la Palabra de Dios el asentimiento de la fe, es apenas la sombra de lo que en realidad es teologia, Cumplir esa tarea siendo creyente, aligera y hace mas facil ese mismo cometido, pero es todavia S610 un primer paso. El teélogo, por lo comin, se sentiré llamado a poner en préctica lo que le pide la Palabra; silo hace, su teologia se convierte en sabidur(a, La teologia como sabiduria tiene, en sus origenes histo 0s cristianos, una configuracién contflictiva. El mapa filos6fi co del siglo I'de nuestra era se destaca, en Occidente y Medio Oriente por un desarrollo muy diversificado de las antiquas Es: cuelas de la filosotia griega; todas ellas apuntaron en una de estas dos direcciones: hacia el escepticismo, 0 hacia un saber global de tipo religioso. Esta Ultima no era, sin embargo, tan favorable al cristianis: ‘mo como pudiera parecer a primera vista; fuertemente marca da por la gnosis (especulacién con tendencia sostenida a la ex plicacion natural de los misterios religiosos) fue extrafia al con. tenido del Evangetio que aparecia centrado en misterios estric: tos (Trinidad de Dios, Encarnacién del Verbo, y futuro ultra terreno del hombre). Cuando aun vivian muchos de fos testi- {905 que conocieron a Cristo, la incipiente teotogia cristiana hu: bo de enfrentarse en actitud polémica a ambas corrientes de pensamiento. Se consideraba elegante y cientifico tanto el escepticismo (v. ironia de Pilato en Jn. 18, 38) como la ynosis: cierto que ésta favorecia la emocién religiosa, pero no la ado racion. A esas doctrinas y a otras cuya naturaleza no conocemos bien, se refiere san Pablo on su primera carta a la comunidad de Corinto cuando opone Ia “"sabiduria de este mundo” a la “sabiduria de Dios’. No estén enfrentadas las ciencias sagradas 10 INTRODUCCION GENERAL ALA TEOLOGIA 2 las profanas sino al escepticismo y 2 las falsas representacio. thes de lo sagrado que propugnaba la ynosis. San Pablo, pues, aspira al “conocimiento superior de Cristo” que proporciona sabiduria, y a ella se siente ligado. 10, SABER TEOLOGIA Y SER TEOLOGO. Siei tedlogo no pone en practica lo que llega a saber como verdadero y cierto, pierde una gfan oportunidad. Esta coyun- ttura ha sido acogida por algunos para contraponer el saber teo- Tagico y la préctica cristiana, creando un problema con la pre fqunta acerca de qué es mas importante. La contraposicion no fs nueva, En el paso tormentoso entre ef siglo XV y XVI se ir Zo muy famosa una expresion de Erasmo en estos términos: {que no es buen tedlago quien sabe especular sabiamente sobre la naturaleza angélica, sino aquel de corazin puro que sabe vi- vir fa vida de los angeles. Santo Tomas de Aquino se planteaba la pregunta en estos términos: Zla teologia esté destinada a hacernos mejores, 0 tun saber tedrico de la verdad? De la finalidad asi descubierta brotaria una toma de posicién; él piensa que indiscutiblemen- te hacemos tealogia para ser mejores, pero “prineipalmente” la teologia es un saber tedrico (5. th. |. 1.4). La contraposicién es, pues, ficticia y el problema es falso. Todos los cristianos hemos sido Mlamados a la santidad por el Bautismo; la teologia y la conducta honesta estén implicadas en un planteamiento de ta vocacién cristiana, de modo que nadie esté dispensado de ninguna de las dos. Un minimo de teologia es imprescindible para evitar la ignorancia culpable, Un simmum constituye el ideal. Ahora bient una mayor cien cia teolégica no implica ni exige mayor grado de sentidad por: que el llamamiento de Dios se hace “sobre todo por otros ca: minos". De modo que la contraposicién parece mas bien "asunta vanidoso” del que quiere ocultar su ignorancia teole: gica con pretexto de piedad, lo cual no le aporte ningiin pun: to a su pretendida santidad de vida que es fo primero que de- beria probar. El caso de Santa Teresa de Jesis es muy ilustrativo. Ella ha sido, ante todo, una mujer santa; de su experiencia inte rior han surgido obras que hoy forman parte del tesoro teol6 gico de la Iglesia (fue proclamada doctora en 1970}, consti tuye, ademés, un ejemplo ilustrativo de como avanza la teolo: {gia por los cauces del andlisis de la experiencia de la fe Pero Santa Teresa de Jesiis, al sistematizar en sus escritos, fo ha especulado a partir de cero. Ademas de poseer una base doctrinal bastante buena, recurrié constantemente al consejo especializado de tedlogos profesionales, precisamente porque la base doctrinal que ella poseia era demasiado estrecha para medir la magnitud de sus fenémenos misticos y soslayar el Fiasgo de herejia en que cayeron muchos espirituales de su tiempo. Ella lo expresa asf en un texto ya célebre: “Es gran co sa letras, porque estas nos ensefian a las que poco sabemos y ‘nos dan luz, y llegados a verdades de la Sagrada Eseritura ha- ‘cemos lo que debemos; de devociones a bobas nos libre Dios” (Autobiografia 13, 16) Anhelos y preocupaciones de este tipo los encontramos en toda Ia historia de la lolesia, y siempre estan solucionados en el mismo sentido. Pocos como San Bernardo, estudiante universi- tario brillante en su juventud y luego monje contemplativo, han insistido en que la ciencia, si no es sabiduria se queda en un saber vano y estéril; asf nos lo presenta uno de sus comen: taristas mas acreditaclos: ““La erudicién sin amor se incha; el amor, sin erudieién, induce a error” (""Sermo 69 in Cantica’) Una Sintesis de los dos se llama sabiduria. Thomas Merton co- menta: San Bernardo nos dice que el enemigo de nuestras al: ‘mas no dispone de medio mas eficaz para arrancar el amor de Dios de nuestros corazones que incitarnos a buscarle sin recu: rir a la luz de fa inteligencia (v. “San Bernardo, el ultimo de los Padres”, Madrid, 1956, sobre todo pp. 101-103 y 111-116) Si la teologia no consigue al menos cierto nivel de sabidu ria queda en pie de igualdad con las demas ciencias de la cul- ‘tura. Teologia como sabiduria de Dios quiere decir, pues, dos cosas: una {ya seftalada antes) es que esté exenta de error; la otra, que el tedlogo (profesional o no) encarne en su propia vi da lo que aprende, La Teologia es justamente una fe vivida por tun espiritu que piensa, la fe en busca de la inteligencia: “He {querido ver con mis ojos lo que he creido; por eso he investiga do y confrontado mucho” (San Agustin: "De Trinitate” 18. 28.51) 11, TEOLOGIA Y CIENCIAS PROF ANAS. ‘A menudo se da esta contraposicion que debe ser evitada iguatmente, La teologia, como sabiduria de Dios, es un ideal; pero no cama ciencia suprema que opaca a las ciencias prota has sino coma un saber de aquello que mas le debe interesar al hombre: perfeccionar su talante moral, alcanzar el fin ultimo plenamente. Planteado asi el punto de vista parece claro que no puede haber contradiccién entre los resultados de la teologta y los de cualquier otra ciencia; pero no porque se trate de dos campos heterogéneos (como si nada tuvieran que decirse) sino porque ta teologia se apoya en la Palabra de Dios. Los conflictos han dado cuando, rebasando la compotencia propia, un saber ha invadido el campo del otro; porque la teologia ha sido mat ensefada, 0 porque una ciencia humana ha sacado conctusio: nes falsas y precipitadas (aclarabo el Coneilio Vaticano t: Oz 1797). No solamente no puede haber contradiccién, sino que teo- logia y ciencias profanas se necesitan mutuamente. Ya nadie ‘que aspire a ser telogo puede abarcar la inmensidad del saber humano (ni siquiera tiene ya ta pretension de dominar toda la teologia). El tedlogo necesita la colaboracién de expertos en clencias profanas para el manejo de los instrumentos interme: diarios. Visto el problema det otro lado: las ciencias profanas necesitan confrontar sus conclusiones con la Teologia: sino, corren el riesgo de absolutizar al hombre convirtiéndolo en un dios, 0 de manipularlo deshumanizandolo cuando utiliza equi vocadamente Is escala de valores. Un didlogo constante entre teologia y ciencias profanas no puede ser sina fecund, 12, TEOLOGIA CIENTIFICA Y TRABAJO PASTORAL. Deben aclararse también las relaciones existentes entre la twologia sistematica y la teologia aplicada al trabejo pastoral. EI planteamiento ha nacido de la preocupacién de algunos ‘aujentes pastorales que temen una excesiva teorizacion en teo: logia, y plantean dos cuestiones: la pregunta de si no es verdad que fa teoria nace de la préctica; la peticin de una teologia mis viva, popular y sencilla, montada diractamente para la pre dicacién (entre otros la han pedido J.A. Jungmann). a) Teoria significa busqueda y exposicién de principios ye nerales, un intento de haliar las Uitimas causas o el fundamen: to de un fenémeno; implica, pues, una abstraccién y es deudo. ¥a.a la practica, af menos como punto de partida, En lo demés, y para simplificar una respuesta que exigiria ‘muchos matices, hay que destacar esto: cuando se hable de “practica’" y de “experiencia” conviene saber a qué sujeto se refieren. En teologia la practica eclesidstica tiene dos limitacio- nes internas que son inherentes a la naturaleza de la fe, Una de ellas se desprende de este hecho: que Cristo ha entregado a sus apostoles una fe que, en parte, ya estaba constituida; es decir, que los discipulos no hubieran podido sac-* del fondo de su conciencia ni siquiera deducir de otras verdades igualmente de fe (v. André Manaranche: “Creo en Jesucristo hoy’. Salaman- ca. 1973, pp. 57-60). Otra de ellas es que la préctica, como lu ger teol6gico (pues sdlo en este caso tiene valor de propuesta) no es la practica ocurrente, por bienintencionada que sea, de tun agente pastoral y-su grupo, sino que ha de remitirse a la practica de la lolesia de una manera global (es decir, no en vis {as a la uniformidad sino al logro de la unidad y de su expre sidn). En el primer caso el sujeto de la practica es Cristo: en el segundo caso, la Iglesia como comunidad; la autenticidad de le practica individual necesita, al igual que la experiencia, una comprobacién. b) René Latourelle, que se ha hecho cargo det pedido del Jongmann, disiente de una teologia popular pensada como un aralelo a la teologia cientitica; no puede hacer (dice) una teo- logia de la predicacion y otra cientitica; nila teologia cientifi cc puede ser un conjunto abstracto de verdades, ni la predica cién puede reducirse exhortaciones piadoses. ‘Tampoco la predicacién puede arriesgarse a inourrir, con el pretexto de una simplifieacién, en reduceiones ni obscurida des de la doctrina cristiana. Lo que si existen son diversos ra dos de acoplamiento entre teologia cientitica y predicacion; en el campo mas importante de todos, que es el de la procla macidn de la fe, se sefialan estos tres niveles: la “homilia”, que 5 presentacion exhortativa; Ia “catequesis”, que es instruccién elemental; y "“teologia” que es sistematizacion idealmente completa. Pero resulta que la adaptacién no es tampoco asunto facil, y cotresponde al estudio de la Teologia Pastoral. Muchas de las tensiones entre tedlogos y agentes pastarales tiene su origen en lun coneepto equivocado de lo que es Pastoral. Como habré ‘ocasion de exponer en su lugar oportuno, ni Pastoral ni trabajo pastoral son aplicaciones espontaneas de lo que uno ha apren- dido en Teologia Sistematica. La Pastoral, resumiendo mucho, ‘no es una disciplina préctica sino altamente especulativa: su objetivo es el estudio de las técnicas de expresion y adaptacion de la teologia sistematica de cara al mundo, y no un esquema ‘organizado de lo que ya se hace, todo lo contrario: estudia lo que “deberia” hacerse Para un buen trabajo al servicio de la fe, el agente pastoral necesita cierta formacién te6rico-sistematica en todos los pla thos de la teologia, incluido el de teologia pastoral. Cuantitati vamente, las necesidades actuales de ta Iglesia-mundo Ie estén idiendo cada vez mas una mayor y mejor informacién para Twabajar bien {y no solo ni principalmente para teabajar mu- cho}. El saber tedrico ha de ir unido a una préctica intensa dentro del pueblo sencillo con sus multiples necesidades y ex- resiones peculiares de fe. Una buena sintesis nos la ofrece 1a figura de Agustin de Hipona, que ha pasado a la historia de la lalesia como uno de fos mejores tedlogas y pastores; (v. F. van der Meer: “San Agustin, pastor de almas”. Barcelona, 1965), 13. AREAS DE ESTUDIO DE LA TEOLOGIA GENERAL La division de la teologia en especializaciones o planos de estudio es una necesidad impuesta por el desarrollo mismo del Saber, es, pues, asuinto pedagégico, como ocurre en las demas No hay distribueién que sea uniforme atin dentro de fa Teoloyia, El mismo Rahner, que divide ésta en tres dreas (his torica, sistemética, y préctica) advierte que no espera satistacer todas, La generalidad de los autores que tratan este asunto profieren una lista flotante de tratados. De éstos, el Gnico eam- acto hasta shora es el de Dogmatics; es también él mas exten- so. Es itil conocer a técnica utilizeda por la teologia para Precisar ef campo de estudio de los diferentes tratados. Se esti- u lan estos términos: objeto material (indeterminado y general, en latin “obiectum materiale”) que es el término al cual apun: 1a el acto de conocimiento. Objeto formal que es doble. Obje: to formal que se alcanza por si y directamente (latin: obiec- tum formate quod) que lamaremos especttice, Objeto formal en cuanto es coynoscible (latin: objectum formale quo) y que amaremos punto de vista peculiar. En Teologia el objeto material o sujeto de estudio es sim: plemente Dios que se revela. Entendido esto, la especificacibn de cada plano se efectila en base al doble objeto formal. Si dos tratados tienen el mismo objeto formal “quad, la diferencia se establece en base al distinto objeto formal “quo’ Un ejemplo ayudard a entendlerlo mejor. La Teologia se diferencia de las demas ciencias en que su objeto material es Dios: no hay otra ciencia que lo tenga. El tratado de la Revela Gidn se diferencia det de Moral en que aquél estudia a Dios co- mo acontecimiento historico, mientras que dste fo estudia co. mo objeto de respuesta a nivel de conducta, son dos objetos formales “quod diferentes y propios de cada tratado, Los tra tados de Teologia Espiritual y de Moral tienen al mismo obje- to formal “quod, pero se diferencian en que la primera estu dia la conducta libre en el espiritu, mientras que la segura la estudia como normada, son dos abjetos formales "quo" dite rentes. Con frecuencia los tedlogos definen o describen un trata do ateniéndose solamente a uno de ios dos objetos formales; en honor a la claridad y para evitar confusiones, hay que tener en cuenta que el objeto formal es doble. Este es un planteamiento descriptivo, una vez que el Tra tado en cuestion ya ha sido desarrollada. En la vida hay que saberlo mirar a la inversa: primero se alcanza el abjeto formal quo (wgr. el cosmos contingente, que es lo cognoscilbe), al mis- ‘mo tiempo (aunque, en una secuencia lagica, después) se alcan- za el objeto formal quod (var. que se da una Revelacién como bresencia historica de un Ser Supremo, cosa que se alcanza por si y directamente); y gracias a este objeto formal se alcanza el abjeto indeterminado o sujeto det cual se predica (se afi 8 niega) algo: Dios, de una manera general. La diferencia entre objeto formal y objeto material se fun: da en la diferencia entre lo conocido en cuanto conocido (usr que hay entes contingentes y que estos remiten a Dios) y el ob: jeto de conocimiento (que es Dios y que, en cuanto tal objeto de conocimiento, nunca seré apresable del todo). Por lo general no se suele deseribir un Tratado con esa téc: nica depurada que, como cientifica, es muy seca; se reserva pa ‘a casos especiales de anilisis, pero subyace en el fonclo le cualquier otra descripcidn mas amena. Ofrecemos ahora un recuento de los planos de la Teologia General tal como los hemos distribuido en esta obra: TEOLOGIA FUNDAMENTAL, 1. Filosoffa de la religion. Es ciencia de la credibilidad de la fe hacia fuera, intenta despertar en el hombre una disposi: cidn favorable hacia la fe por el valor de los argumentos de la az6n, guidndolo a la aceptacion de la verdad ravelada, 2, Tratado de la Revelacién. Presenta la Revelacién posi- tiva de Dios en hechos y palabras de cardeter salvitico, como acontecimiento histérico; el puesto principal de Cristo’ en esa historia, y el central de la lglesia. Le toca también elaborar las ‘categorias principales del lenguaje teologico. 3. Introduccion a la Sagrada Escritura. Se mueve a nivel de Hermenéutica, que es conocimiento y aplicacion de los princi ios y normas para la interpretacién teolégica de la Biblia. Sec- 42 INTRODUCCION GENERAL ALA TEOLOGIA clones pertenecientes a otras éreas de la Escritura (como la cuestion de los géneras literarios, historia del canon, y proble- matica de la historia de Jos textos) se acoplan didacticamente @ ese nivel. TEOLOGIA HISTORICA. 4. 5. Panorama del Antiguo y Nuevo Testamento. Es del nivel de Ciencia Biblics Introductoria. \ncorpora la historia y {géneros de las tradiciones preliminares para determinar la in flueneia de estos en uan redaccién determinada. Presenta ade- ‘cuadamente los libros de la Biblia. 6. 7. 8. 9, Historia de ta Iglesia. Se trate de la Iglesia Catd- fice. Describe su desarrollo como institucién inmersa en el es- pacio y tiempo. Se encuentra estrechamente relacionada con fa historia de los dogmas, las herejias, los Pontifices romanos, ¥ los Concilios ecumnénicos. TEOLOGIA DOGMATICA, 10, Tratado de Dios. Estudia la esencia y atributos divi nos. Desde un mejor conocimiento de Dios por Revelacién, se ‘ocupa de su unicidad (monoteismo) y de sus relaciones con los hombres como creaturas. 11. Tratado de la T |. Asegurada la comprension del Dios Uno, se ocupa del misterio central del Trino Dios o de la diversidad de Dios como Padre, Hijo, y Espiritu Santo. La ‘especulacion en este plano se mueve dentro del aspecto econd- mico-salvifico de Dios. 12, Cristologia. Se ocupa de la realidad y mistéri= ca del Verbo Encarnado asegurando su identidad como verda: ero Dios y verdadero Hombre. El misterio de la Redencién in- ‘tegra sustancialmente este tratado. 13: Tratado sobre la Iglesia. Es el estudio de la obra que tiene a Dios como autor en ol tiempo. Realiza una sintesis en- tre su aspecto invisible (el misterio) y visible (la institucién) ‘con intencién afirmativa de seftalar a la comunidad catélica co- imo la verdadera Iglesia de Jesucristo. 14, Teoria de los sacramentos. La autodonacién de Dios al hombre en determinadas situaciones salvificas se realiza me diante signos sagrados que forman parte de la vida de la Iglesia. EI estudio de las condiciones bajo las cuales se da esa prosen- Gia, y de los signos particulares que la hacen efectiva, es la ta- rea de este extenso tratado. 16. Tratado de la fe. Su campo es el analisis de la respues- ta que @ nivel social e individual de sus miembros da la Iglesia 2 Dios que se le ha revelado y al Espiritu que la dirige, la res- puesta analizada versa sobre la aceptacién de un contenido o mensaje en vistas a lo genuino y definitive en la vida del hom bre, 16, Tratado de la gracia. Su objeto de estudio es el hecho mismo de autodonacion de Dios al hombre y sus manifestacio: hes coneretas bajo el término (gracia) que da unidad al trata do, Resulta una historia del hombre creado segiin Dios, y luego tcaido y redimido, esa historia es entendida en forma de res- puestas a preguntas sobre el estado actual del hombre y sus po- Sbilidades reales de relacion inmediata con Dios. 17, Escatologia. Es el tratado de la historicidad del hom: bre vista desde el plan de Dios; ese plan es que la humanidad (el hombre, la Iglesia-mundo) lleguen a ser aquello para lo cual hhan sido creados. “Novisimos” son los momentos y aspectos parciales bajo los cuales se mira o entiende la consumacion fr nal en cualquiera de sus direcciones. TEOLOGIA PRACTICA, 18, Teologia Espiritual. Estudia al hombre, destinatario de fa gracia, como sujeto de una vida en el Espiritu. Tiene como objeto las manifestaciones libres del espiritu, incidiendo part cularmente en la oracion y en el desarrollo progresivo de la perfeceién cristiana, 19. Moral Fundamental. La teologia moral tiene como ob- jeto la vocacion del hombre con Cristo y las obligaciones que 2 derivan de esa vocacién en la conducta. Un plano inicial 0 Fundamental se fija mas en las condiciones que permitiran ala conciencia obrar moralmente, es decir, con responsabilidad tendiente a la consecucién del Ultimo fin del hombre, 20. Linurgia. Esta disciplina tiene por objeto el misterio de Cristo viviente en la Iglesia y que ésta celebra en sus actuacio- nes piblicas oficiales: en la ejecucién de los sacramentos, y en todo aquello que se deriva de éstos. 21. Canonistica. E1 Derecho de la lylesia rige la vida de los bautizados para conducirlos a la salvacion. Es de algiin modo tun plano cientitico complementario de la Moral, pero con fir sionomia propia, se fija en el individuo como parte de la socie ad visible de los cristianos. 2. Teologia de fa evangelizacién. El objeto que unifica el tratado es el anuncio de la salvacién efectuada por Jesucristo. Recoge tres areas de estudio, misionologia, catequética, y ho: Iilética, Son tres tipos de actividad que la lglesia realiza como gestion de la tarea encomendada por Cristo: la extension total, la educacion en la fe, y la proclamacién de la Palabra 23. Teologia Pastoral. Es el estudio de a Iglesia como fe- meno contempordneo én el momento decisivo de su presen- ‘ia actual en el mundo, de las relaciones con la sociedad secula- Fizada, con otras sociedades religiosas, y con la sociedad civil En otras palabras: de Ia Iglesia como institucion movil. Se preocupa del hombre entero para que éste encuentre ef cami: rho de su salvacion. La especializacién en Teologia requiere un estudio que re- basa estas secciones clasificadas aqui. Esa ampliacion se da en tes lineas: profundiza independizando tratados como el de las Virtudes teologales, extiende el tema a secciones complemen: ‘arias como la Patristica lo es respecto de la Historia del Dog ima en la era de los Padres, crea nuevos tratados segun va descu: briendo nuevos objetos de éstudio, y tales son el Ecumenismo, la Preumatologia, y la Teologia de la Vida Religiosa 14, TENSIONES ACTUALES EN LA PRAXIS CATOLICA Se trata de sefialar una serie de criterios para analizar y en- tender el momento que atraviesan muchos espiritus en la tgle- sia. La deseripcion es de tipo conclusivo y prictico, es decir, ‘fo hay alusién a su origen tedrico. En la enumeracion se expo nen los extremos opuestos, ofreciendo luego una “'sintesis” o linea de respuesta como toma de posicién. La sintesis no es un ‘término medio para salir del paso sino ura operaciin de madu rez que implica la superacién (aqui propuesta) de los extremis mos simplistas, (Mons. Elias Yanes: “El discernimiento pasto. ral" Oviedo, 1974). a) Fundamentalismo (reducir el mensaje cristiano a alguno de sus elementos mas fundamentales olvidando otros que tam- bién son de fe). Integrismo {tendencia a dar la misma impor- tancia a una ensefianza teolégica que a un cdntenido de fe de- finido). R.: respetar la jerarquia de valores y de objetivos. bb) Dualismo radical consistente en dividir la realidad ecle- sial en dos mitades, una buena y otra mala (antes/ahora, of cién/accion, institucion/carisma, evangelizacién/sacramentali- Zacién, etc.). R.: buscar la superacion de los >spectos opuestos aceptando una cierta tensin complementaria, y atender a lo Ginico necesrio: la unién con Cristo que da coherengia y uni dad a nuestra vida. ) Temporalismo (reduciendo la teologia a alguno de los aspectos resaltantes de la cultura, vgr. politica, activismo, exc.) ‘Angelismo separando lo sobrenatural de lo natural. R. capita lidad de Cristo, ateniéndose a lo que es especifico de su mensa ie d) Criticismo fronterizo (vivit,y airear solo los problemas dificiles de la fe). Conformismo intelectual anquilosindose en Ja ropeticion de formulas del pasado y cerrandase a la renove~ cidn, R.: raflexién critica desde Ia fe en fidelidad al magisterio de la Iglesia @) Intelectuatismo pastoral (querer hacer inmediatamente operative cualquier plan nuevo sin medir las cirounstancias y et riesgo). utina pastoral que incapacita para observar las nuevas necesidades de los tiompos y las demandas del Concilio. R. aceptar y amar a la Iglesia tal cual es en corresponsabilidad pas: roral 4) Pretender una Iglesia irrealizable (ut6pica). Despreciar Uni iglesia reatizada. R.: apertura hacia nueyes formas de vida en comunidn eon la Iglesia apostolica presidida por ef Papa 1B 4g} Impaciencia pastoral (no respetando el ritmo propio de las personas), Inmovilismo pastoral {ir siempre a lo mss seguro hacer lo que se ha hecho siempre). R.: fidelidad a la accion creadora del Espiritu hy Psicologia cismatica (pensando y actuando seyiin esque: mas propios y absolutos). Uniformismo pastoral (intolerancia ara un pluralismo legitimo). R.: atender a lo que une, dialo: ‘gar con amor, aceptar con fidelidad lo mandado sein su gra do de importancia objetiva i) Psicologia heratica {hacer de la reflexion teolégics una actividad auténoma elevando a teor‘a la praxis individual). Es- clerosis teolégica (reduciendo la actividad teolayica a repeti ion de formulas y a comentar lo comentado}.. R.: no subordi nar el dato revelado a los restantes elementos de la reflexion; atenciénat decreto “Optatam totius” n. 16. i) Formatismo moral (reducir el eristianismo a una étiea) Moral acomadaticia (pretender la renovacion de la moral recor tando las exigencias del Evangelio), R.: conversion del core: z6n, coneibiendo la moral cristiana como seguimiento de Cris, wo.

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