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TEORIA DE LOS SACHAMENTOS: TEORIA DE LOS SACRAMENTOS BIBLIOGRAFIA Juan Luis Segundo: “Los sacramentos hoy"; toma IV de “Teo. Jogi» abierta para el Taicado adulte';ed..C. Lohle (Guemas Aires, 1971) 204 pp. Gottiried Migrzenberger: "Le magico en. muestra. iglsi' DDR iBitbzo, 1971); 382 pp. Kad Rohner “Para una teologie, del simbolo” y “Palabra Y Euceristis", en al tomo IV de “Escritos de Teo logis; ed,” Taurus (Madrid, 19621, pp. 283.320, y 323-365. Santo To mds de Aquino: "Summa Theologica’: Ill parte 4090 cuestiones; IV parte, 1468 cuestiones. Con Ta Intraduccién ab Tratado tomista de los Secramentas, de Candido Aniz, en el tomo XIlt de Ia edieion Bilingie Ge la Suma Teoldgica; BAC no. 164. IMedrid, 1957). Jorge Solett ""Simbolo’, en 1a Enciclopedia Teologica SM 6, cole. 364-399, Esta bibliogratia es de cardcter general @ introduetoria, aunque a veces trata inseparsblementesepectos dle lor siete servanenton con reios de Ta Iglesia. Las obras y articules consultados sobre un sacra ‘mento en perticular serén eitadas dentro del texto. INTRODUCCION En el tratado sobre fos sacramentos antepanemos una sec: ccidn para explicar su naturaleza teol6gica {elementos constitu: tivos y condiciones de existencia); intentamos ser muy breves en esta seccién introductoria. Nos ocupamos luego de cade uno de fos sacramentos en particular. La Teoria de los Sacra: Mentos contiene, sin embargo, partes muy desiguales en ex tension como reflejo de 2 importancia y problemética dife Fentes que tiene cada sacramento especifico, En contra de lo que dicen algunos Manuales, el tratado sobre los Sacramentos ha adquirido Ultimamente un desarro. lio significative; la linea renovadora es muy simple: la inser- clon de la teologia sacramental en la mas amplia de la teolo- gia de la Iglesia. Otros tipos de desarrollo {como el de desmi tologizacion, muy corriente en publicaciones de cardcter me- io y masivo) han aleanzado ya los niveles practicos de la Pas. JUAN IGNACIO UGARTE toral; pero no debe olvidarse que en su raiz son dogmaticos y deben evitar incurrir en exageraciones y falsas reformas 4 ti tulos personel. La teoria sacramentaria pertenece a los funda. mentos de la fe, y por eso un buen agente pastoral debe cono- cer bien la parte dogmatica que es previa, a pesar de contener Partes de caracter abstracto y a veces altamente especulativas, Los sacramentos de la Iglesia son siete: Bautismo, Confir macion, Eucaristia, Penitencia, Orden sacerdotal, Matrimonio ¥ Uncién de fos enfermos. La lista admite otro orden conven: ional, siempre que se nombre en primer lugar el Bautismo, se tenga la Eucaristia como el centro, y no se amite ninguno de ellos. Un sacramento es “signo sensible, sagrado, instituido para significar y dar la Gracia’. Este enunciado (y el anterior) son fundamentales y se ponen aqui no tanto en forma de tesis sino como nociones que guiaran esta iniroduecién general 1. EL SACRAMENTO ES UN SIGNO SAGRADO Y PRAC. Tico. a) Las realidades salvificas que son los sacramentos no tuvie Fon en el lenguaje primitivo dle ia Iglesia (que tue, como el de la Escritura, el griego) un vecablo comin “‘intencionado”, aun que la palabra "“mysterion"” (ensefianza escondida y sograda) apunte més de una vez hacia el sacramento cristiano (par ejem: plo en san Pablo Ef 5,32 referente al Matrimonio) “Sacramentum’’ es un vocablo latino; sus diversos signif cados dentro del area cultural en que nacié tenian en comin {a idea de "garantia” o fianza sagrada (en el sentido jur idico de Ia palabra) ya sea porque el soldado juré la bandera, o por que el litigante deposité ante el pontifice cierta cantidad ce di nero al iniciar un pleito, 180 TEOLOGIA DOGMATICA Si la teologia latina adoptd este vocablo ya desde el siglo IV (habia comenzado a usarse con Tertuliana en el siglo III) fue porque se prestaba a {0 que la teologia pensaba acerca de los signos cristianos de salvacion. Es, pues, un préstamo lin: gUistico, y eso habré de tenerse en cuenta para poder fijar li bremente su naturaleza desde la antigua mentalidad de la lale sia (y no desde el vocablo mismo). b) La estructura (t8en. raz6n formal) del sacramento es ser signo. Como se dijo en el tratado sobre la Iglesia, signo es una realidad visible que remite a una invisible porque la re-presen ta. ‘Modernamente la Simbologia (0 filosofia del signo) es un rea del saber bastante desarrollada y ello nos ayuda a com- render cabalmente qué tipo de signo es un sacramento cris iano, Santo Tomés de Aquino no se hizo mucho problema en este punto, y afirmé simplemente que un signo es “aquello por medio de lo cual una persona llega al conocimiento de otra co sa" (S Th ll. 60.4.¢.) La division escolar de los signos se hece bajo diferentes puntos de vista, y merece la pena el esfuerzo de una especula cién, porque ctialquier persona utiliza corrientemente una can. tidad grande de signos aunque no se dé cuenta de ello. Lo nor- mal de esta préctica se aclara si xe tiene encuenta que toclo ob- jeto es signo de si mismo; dicho de otro modo, toda aparien- cla remite a una realidad. Qué hay detrés del signo, ese es el motivo de la investigacién, sea popular o cientifica. La naturaleze de signo que tiene el sacramento ya habia sido advertido en ta patristica, de modo que interesa saber qué nocién ten(an de é! los tedlogos (Tertuliano, Agustin, etc.) que desarrollaron el area de los sacramentos. Felizmente te- rnemos en las obras del filésofo Sexto el Empirica (del siglo al Il) una descripcién bastante buena de la filosofia del sig ho; aunque é! escribié para refutarla, nos ha dado una pista Util; (citado por Rodolfo Mondolfo en “El Pensamiento An tig"; tomo 20. ed. Losada, Buenos Aires 1964; pp. 168. 169). Atendidas las ideas de que los objetos evidentes no necesi tan signo (porque ya lo son de si mismos), y que los objetos absolutamente desconocidos no los tienen, las signos existen- tes son o ’sugestivos” (y son los que sefialan objetos acasional: mente no-evidentes), 0 son “indicativos” (y son los que sefa lan objetos naturalmente no-evidentes). A los primeros se les llama modernamente “naturales”, y a los segundos “arbitra- Signos sugestivos son el humo respecto del fuego, la mue: ca peculiar respecto del dolor, y otros en realidad pocos. Sig- nos indicativos son la bandera patria, el signiticante c-a-s-a res ecto de lo significado por casa, y much isimos otros practica mente incontables, Esta ultima acepci6n es ta que utilizaron los Padres lati nos, pero no sin advertir que el sacramento es un signo indi cativo “peculiar” porque no es del todo arbitrario sino que ha de tener “aigo” que esté asociado por naturaleza a 1a casa sig- nificada. Por ejemplo: el aqua que se utiliza para bautizar no ¢s signo natural de limpieza pues el agua sitve tambien para otras cosas, pero facilmente se la asocia a esa finalidad. Ahora bien, para que de una manera inequivoca signifique limpieza necesita una direccién, tarea que desempefian las “palabras con sentido determinado” en lo que tanto insiste santo Tomés (ib. 72.1.6) La naturaleza del signo sacramentario se puede mirar co: menzando por cualquiera de sus dos lados, pero preferente- mente es indicative, Esa sintesis de signo indicative y cuasi- natural que tiene el sacramento se designa madernamente en teologia con el vocablo de “'simbolo’. En filosofia, simbolg es un signo no natural, consciente y convencional; a diferen, cia del signo arbitrario corriente, el simbolo es usado en fo, ma social y colectiva, Aunque todavia no esta dicho todo acerca de la simbola, ) La cualidad de sagrado es lo que distingue el signo sacra mento de los demas signos. Santo Toms ha definido el sacia, mento como “signo de una cosa sagrada, el cual santifica a hombre”; es decir, que produce la gracia. A esta Ultima real dad se refiere la teologia cuando, ademés, le describe coma signo préctico. No entra dentro de la naturaleza filosofica del signo el que produzca lo que esté significando; la peculiaridad del sacramen to cristiano es que, aun cuando sea signo, es también causa de Jo que significa De qué manera la Iglesia ha tomado conciencia de siete signos sacramentarios, se puede entender asi: alli donde se da una situacion salvifica (situacién requerida por la constitu ccién sociopersonal del hombre), alli ha quedado un signo de la gracia; y éste es un sacramento Las situaciones salvificas son estas: incorporacion a Cris to (Bautismo), plenitud del Espiritu (Confirmacién), muti cién desde Cristo (Eucaristia), perdén de los pecados (Peni tencia), relaci6n social det Pueblo con Cristo (Matrimonio), constitucion en autoridad para ejercer los wes ministerios (Or den sacerdotal), y liberacion, en la enfermedad, de aquella oscuridad que és producto del pecado (Uncian de los enter: mos) Sin duda los signos sacramentarios tienen una relacion natural con los acontecimientos de la vida sociopersonal del hombre en un aspecto que no es necesariamente el de la Gra cia. Esos acontecimientos son, respectivamente: nacimiento, prestacién de servicio social, comida y bebida, expiacion de los delitos, nupcias, acceso al poder politico, y enfermedad con muerte o sin ella. Esa es la razén por la que los cristianos acep: tan obviamente (y, a veces, con mucho entusiasmo) fos sacra: mentos. Pero hay que superar el facil paralelismo entre los acontecimientos de la vida que no es la de la fe, de los de aquella que si lo son (aunque unos y otros afecten al hombie entero, es decir, tanto al espiritu como a los demas estratos); la razén es esta: que el punto de vista de Ia teologia es preci samente el inverso, pues los acontecimientos de! espiritu son {os que iluminan el sentido profundo de los acontecimientos de los estratos inferiores (psique, organismo y materia) Por ejemplo, se dice que el sacramento del matrimonio santifica el amor humano; esto es verdad, pero no es la razin de ser de ese sacramento sino uno de sus efectos; no es tampo- co su finalidad. Hay que tener en cuenta que la ralacion Pue: bblo de Dios con su Dios es una realidad preexistente a la ten: dencia y al hecho de que una pareja humana esta llamada a representar la unién y el amor de Dios a su Pueblo, y de ese modo se descubre su finalidad; asi pensado y ejercitado, el ‘matrimonio santifica a la pareja. Los sacramentos no son, pues, solamente ni sobre todo “actos providenciales” de Dios sobre los pasos importantes de la vida, sino que estén indicando de qué manera las situaciones peculiares de la vida cobran sentido y plenitud gracias a la disposicién divina sobre la historia del hombre. De este modo, decir que las relaciones matrimoniales fuera del matrimonio son un grave pecado y que, por tanto, dafian al hombre, es una expresion vuelta al revés y pastoral mente inofensiva; hay que hacer ver, por el contrario, que amar sexualmente fuera del matrimonio no hace relacion 2 TEORIA DE LOSSACRAMENTOS 181 ——_ Ls SACRAMENTOs DE LA IGLESIA PRELIMINAR. Necesidad de conocer las generalidades @ pesar de su corécter sbstracto y especulativo, para una Pastoral de cade sacramento en particular. Deseripcion: son siete: Bautiema, Confirmacion, Eucaristia, Penitencia, Uncibn de los en fermas, Orden, Matrimonio son “signos sagrados, instituidos para sigaiticar y dar lagracia" ‘SACRAMENTO: SIGNO SAGRADO Y PRACTICO(1) Vocablo utilizede desde el siglo 111 como présteme tinglistico d “juramento sagrado” ‘Signo: realidad visible que remite a otra invisible puesto que la representa Lor signae se dviden en: sugestivos (0 naturales) que llevan al conocimionto de algo evidente indicativos (o arbitearias) que llevan al conocimiento de algo ocasionalmente no evidente Et sacramento as un signe! 28 indicativo pero requiere de une diceccion para aclarar el significado sagrado, por referisse 0 a graciacomo al efecto ‘prictice, pues produce lo que significa, o cual noes natural al signo Et Sacramento significa y da a gracia como autaonacidn de Dios al hombre en siete situaciones saluifices exigides por la const tucién psicaisica del hombre; cuales son esas situactones se sabe por revelacion “Tres caracteristicas conjuntas dl sacramento v. sacramental: autenticidad, necesidad, y eficacia, ELEMENTOS DEL SACRAMENTO (2) Constiutivos del signe: palabras con sentido: Indicador profesiones de f en Cristo inlaw: principal, que es Cristo secundario, qua esl sacerdote lierarquico, © no} actuando como personero dela alesia Sujeto bene ficario: condlicibn: que quiers recibir el sacramento casuistiea 1 que no quiere 1a gracia det sacramento, no puede decirse que quiere e sacramento, excepto an fos tres que impri men eoracter basta la intencién viral, incluso en algunos casos la implicita, excepto en ol Matrimonio que la requiere explicita Institucion diving: desde le Cristolog{a: al autor de fos signos socramentales no puede ser distinto del autor del efecto la graca): Cristo ‘datde Ia Eclesiologia: Cristo los ha instiuido sobre ef sacramento primordial suyo, como momentos constitutivos de 1a un: acon de deta: la Iglesia, LA EFICACIA DEL SIGNO SACRAMENTAL (3 4) El signo sacramental confiar 19 graeia, ex decir ta rocupeién de 1a gracia no depende “inicialmente" de 1a accién subjetiva del minisiro ni deta dat sujeto ‘equiere que el sujeto asionta porta fod sentido de las palabras o férrmulas No auiere decir automatismo; ls condiciones subjetivas son también importantes: es urgonte una renovacién de 1a "teologte de le Palabra! ue es siempre heel enlne sou taicla ela ra pbaed dahatal cient 1 lograré por una mejor educacién en la piedad sacramental NOTAS FINALES (5) La lista completa de los socramentos no aparece hasta 1208; pero esta no es una afirmacion tardfa sino le primera ratificacion completa de este articulo de la fe Los sacramentos pertenecen aos fundamentos de la fe porque se trata de instiuciones sav fica y, por tanto, necesarias; l pin ipal ese! bautismo, fuera del cual nadie se salva pues nadie so salva sino por Cristo, ‘Todos los sacramentos marcan al sujeto porque le consagran, pera en medida desigual. Tres de ellos tienen como efecto una con- sagracion pablica;y Va.que la consagracion publica “ha de constar", su marca (o cardcter) es indeleble (no deben repetirse), 182 TEOLOGIA DOGMATICA Dios, carece espirituaimente de sentido, y por eso dafian al hombre o le constituyen en pecado. Por qué el signo sacramental es sagrado, lo explica santo Tomés recurriendo @ la antigua definicion togica de signo in dicativo” como “proposicién antecedente de una premisa ma: yor hipotéticamente valida que sirve para revelar el conse- cuente". Véanse estos dos silogismos hipotéticos: (1) Si fos colores rojo y blanco representan al Per en una bandera [riroposicién antecedente } esa bandera es la ban: dera patria [premisa mayor hipotéticamente valida). Es asi que [premisa menor]. Por tanto. ... [conclusion], (2) Si el bafio det aqua (o bautismo) incorpora 2 Cristo [proposician antecedents] fimpia espiritualmente [pre misa mayor hipotéticamente valida]. Es asi que [premi- sa menor}, Por tanto. . .[conclusién} En el primer caso, la proposicion antecedente se conoce por Decreto; en el segundo caso, por Revelacién. A la revela- ion esta asociado también que esos signos produzcan la gra cia ly no s6lo la signifiquen}; en este sentido el sacramento es tun signo sagrado. Produce la gracia, es decir, tiene el poder de hhacer eficaz la presencia de Dios en el individuo que recibe el sacramento; {y esto es Gracia: autodonacion de Dios al hom: bre). tHay mas de siete sacraments? La Iglesia no ha tomado. conciencia de que existan mas de esas siete sefiales por las que Cristo haya querido intervenir eficazmente en la vida de los hombres. Cierto que pudo haber existide muchos més, en teo- ria tantos cuantos sacramentos naturales (ver. el apreton de manos en sefial de amistad), y de hecho hay que contar con muchisimas intervenciones de Dios en la vida de los creyen: tes. Toda Palabra de Dios, ain fuera de los sacramentos, es eficaz; la Iglesia misma ha admitido oficialmente en su Ritual una serie de “piadosos ejercicios” (técn. sacramentales) con que se nutre la religiosidad. Pero en los sacramentos, la Iglesia garantiza tres caracteristicas que no se dan conjuntamente en Jos demds signos: la autenticidad, la necesidad, y la eficacia, 2. LOS ELEMENTOS INTEGRANTES DEL SACRAMEN. TO. Los elementos que se han de tener en cuenta para el estu: dio de la constitucién de un sacramento son cuatro: = _ su institucién por Cristo. Adelantada la idea de que un sa- ccramento da la gracia que significa, la garantia de este efecto ha de ser también fa garantia del establecimiento de cada sa- cramento, y s6lo Dios es el autor de la gracia; = su constitucién en base @ “cosas” (0 elementos naturales) que “significan”, y a “palabras” que dan sentido indicative 4a las coasas para que signifiquen inequivocamente; — a presencia del ministro de la loles rio que administra el sacramento; © agente intermedia- = la intencién que ha de tener el sujeto beneficiario para re. cibir de hecho el sacramento. a) Loselementos constitutivos del sacramento son cosas y pa- labras; (en la escoldstica se ha dicho: materia y forma). "Co: 4a" es aqui un elemento perceptible por los sentidos; como en los signos corrientes, esté tomado de lo que los humanos usa: mos canstantemente y, de entre esos elementos de mayor uso, {os que hacen una referencia més elaborada al significado (para {a limpieza, el qgua; para la comida, el pan; etc). Las palabras tienen como finalidad dar una significacion precisa e, incluso, otorgar el sentido al uso de la materia, En el plano de la constitucién del signo sacramental, las palabras son importantes que la materia, y esto por dos razones: en g| ‘orden del signo, porque ejercen a funcién indicativa; en el oy. den de lo sagrado, porque son la condicién subjetiva (del suje to) para que éste dé el asentimiento de la fe y asi reciba la gia cia. Aunque hay razones suficientes para proponer que los sa cramentos son asunto de Eclesiologia, no se puede olvidar que la Iglesia tiene su origen en Cristo; por eso santo Tomés se re, monta siempre a la Cristologia, por dos razones: porque Cris to es la causa de la gracia que dan los sacramentos, y porque E| es el agente principal (o ministro) de ellos. Al referirse al origen y causa de nuestra santificacion (o gracie que salva), santo Tomds apunta siempre a ta Pasion de Cristo (ib, 60.3.6); cierto que los sacramentos causan Ia gra ia, pero solo de un modo instrumental, no directamente, pues ellos por su natureleza son, propiamente hablando, signos, Ahora bien; siendo la Pasién de Cristo un hecho histérico y personal de El, ta Gnica manera que tiene {a Iglesia (y cade ser humano) de hacerlo Util es adherirse vitalmente a él: esa ad: hesién se verifica por la fe, De modo que primero es la gracia de la fe y luego es la aracia del sacramento. éSe trata de dos gracias diferentes? De ninglin modo, y aqui la Teolagia se jue ga una aclaracion importante: la gracia dle! Bautistno es la gra cia de a fe; 0, a la inversa, la gracia de la fe std en el orden de a gracia del bautismo. Convenia adelantar a esta pagina lo que podria haberse di cho al hablar en particular del Bautismo, para comprender de qué modo fundamental el Bautismo es la puerta 0 prerrequi sito de los demas sacramentos {y no sélo el primero de ellos) En un orden de prioridad légica, primero es la gracia de la fe, pues slo asi el hombre se hace miembro de Cristo y benefi Ciario de su Pasién; sin fe en Cristo no hay gracia posterior del Espiritu Santo (v. también 61, 62 y 65 de la Suma Teolégica) Santo Tomas no quiere olvidar el segundo sentido que tie ne el sacramento: el de misterio sagrado (latin: sacrum secre tum: ib. 60. 1.c.). La fe es la que nos hace penetrar en oste misterio sagrado 0 sacramento de amor que son dos nombres con que santo Tomas designa también a Cristo lib. t-1.1.8.c) ‘Asi, pues, los sacramentos son "fidementos” 0 protestas de fe en Cristo por las cuales el hombre se justifica (ib, 111. 61.4 el) Vale la pena insistir en la importancia de la forma, formu: Ja, 0 “palabras con sentido” en la administracién del sacramen: to; ta formula sacramental no sélo indica lo que significa el sig nificante (la materia 0 cosa vgr. el agua) sino que su sentido es siempre una protesta de fe (ib. 64.3.c.); lo dice gréficamente san Agustin citado por Tomas de Aquino més adelante: “Las Palabras no operan en el sacramento porque se dicen (porque Fesuenan) sino porque se asiente a lo que dicen”. Quien asien: te, quien cree, es el sujeto que recibe el sacramento; es decir, importa el nexo entre el sujeto beneficiario y el agente prin’ cipal que es Cristo, el ministro y el sacramento mismo son na: da més (o nada menos) que agentes instrumentales de la gra: cia (ib. 62.4.6.) La claridad sobre este nexo entre el hombre y Cristo a tra: vés de los sacramentos de la Iglesia (a propésito de la impor- tancia de las palabras como protestas de fe) nos introduce ea el tema del ministro del sacramento que es el otto intermedia. rio. b} ef ministro del sacramento tiene una pequetia problemati ca que obliga al estudio de algunas cuestiones de interés, Aunque los sacramentos tienen naturaleza de "signos”” dice santo Tomés— han de tener alguna fuerza causativa pues de lo contrario no hubieran sido elegidos para dar la gracia (ib 62, 1.¢.; 4.0}; de ser causas, han de entenderse en la linea ins: arumental. Ei ministro de la Iglesia es también instrument, pues tampoco un ser humano puede causar la gracia, Hay un solo autor de la gracia: Dios Trino y Uno; pero habra tres co-cousantes de la gracia del sacramento: Cristo que, en cuanto Hombre, goza del poder “ce Excelencia” y es, por tanto, el ministro 0 instrumento principal (ib. 64, 3.c1); el ministro human, que es agente o instrumento secundario (ib, 83.3.8); y el signo mismo, compuesto de casas y palabras, que es instrumento inerte. Cuando se dan los tres, se da el sa. cramenio. La garantia de continuidad entre los tres la da el hecho de que ei instrumento principal (Cristo) es también ef autor de los sacramentos. Como autor de los sacramentos, Cristo recibe también el titulo de autor de la gracia “crea da" El ministro humano es el sacerdote, jerarquico o no, segin los casos que se verdn en cada sacramento singular; y lo mismo de que el ministro sea moralmente bueno que malo, con tal ‘que sea ministro (ib, 64. 1.c.). De los tres tipos de instrumen- to, el que mayor numero de problemas plantea es el ministro humano (0 de la Iglesia); sin embargo ninguno tiene tanta im: portancia como la necesidad de actuar verdaderamente como inistro (ib, 64.6.2.; 65.5.2.; 60.8). Ser ministro quiere decir, en primera instancia, manejar aptamente las ‘cosas y pronun ciar “palabras con sentido” que remitan al agente principal (Cristo) pues el efecto del sacramento no se obtiene por fa ora: cién de la Iglesia o del ministro, sino por la Pasion de Cristo cuya fuerza opera en el sacramento (ib. 64.1.2.) EI manejo © administracién del signo requiere que el mi nistro humano tenga “intencién” de administrar el sacramen- to, pues mientras el signo es algo ciego, el ministro es cierta mente un instrumento vivo. El ministro acta con intencion si se da cuenta de que al verificar el signo no obra como per sona particular sino como personero de la Iglesia lib. 64.8.1.). Esto quiere decir el aforismo teolégico referido al ministro ‘cuando se le exige “tener intencion de hacer lo que hace la Iglesia” Santo Tomés se hace cargo de una objecién que, aunque casuistica, es corriente en todas las épocas y que revela hasta qué punto es importante la teoria de la causalidad instrumen: tal. La pregunta es esta: ya que el hombre que se acerca ae. cibir un sacramento tiene derecho a la certeza sobre estos sig nos de la salvacidn (ib, 64.8.2.), éodmo saber si el ministro tie fhe, 0 no, intencidn? No vale decir que, si el ministro no tw: viere intencién, 1a suple fa Iglesia o la fe del que recibe el sa ccramento, pues no hay manera de suplir lo inexistente fuera de los canales por donde algo puede existir. El caso ha de mirar- se, pues, bajo otra perspectiva, la Unica posible, y os el rito mismo visto desde el exterior: si el ministro maneja adecua: damente 1a materia (0 cosa) y pronuncia palabras con senti do en que expresa la intencién de la Iglesia, eso basta para hacer constar la intencién del ministro, sin que haya que mo: lestarse con més indagaciones (ib.). ©) Para que un sacramento se dé, hace falta que el sujeto beneficiario quiera recibirlo; si no, el sacramento se frustra. Esta idea pertenece 2 una descripcién elemental de le antro- pologia teolégica: Dios no fuerza a nadie. El sacramento no es lun conjuro magico (ni beneficioso ni maléfico) sino una oferta de gracia; el hombre recibe esa gracia asintiendo por la fe a la confeccién del signo indicativo. ‘También aqu/ los problemas orbitales son muchos; bésics mente se reducen a dos: a la recepcién de un sacramento fuera del orden de la gracia, o bien en estado inconsciente. Los efectos del sacramento cristiano son de dos tipos: el aricter”, y la “gracia santificante”, El primero se da en pri TEORIA DE LOS SACRAMENTOS 183 mera instancia solamente en tres sacramentos: Bautismo, Con. firmacion, y Orden sacerdotal; el sujeto ni puede ni necesita repetirlos, y los recibe (en cuanto al cardcter) can la sola con. dicion de querer recibirlos. El sequndo efecto se da en Ultima instancia y en todos los siete sacramentos. La existencia de es. te planteamiento en la vida de la Iglesia no es una complica: cidn; mas bien obliga a un mayor desarrollo de le dectrina, y a saber ver en os sacramentos no s6lo lo que les es comtin sino también fo que los diferencia, El primer problema de la casuistica corriente es eh de si reci be verdaderamente unsacramentola persona que se acerca a re- cibirlo indignamente frustrando asi, de aniemano, ia Ultima perfeccién del sacramento que es la gracia. Las respuestas de la teologia han sido siempre parciales, y eso de necesidad pues no maneja, como la ciencias empiricas, datos que puedan ser so: metidos a contfol; maneja realidades que con frecuencia estan por encima de la experiencia sensible, Mas bien deber ia pregun: tarse si un individuo puede tener verdadera “intencion” de re: cibir un sacramento sin apetecer la gracia del sacramento. Un segundo problema es el de la recepcién de un sacra: mento en estado de inconsciencia. La expresion sein la cual recibe un sacramento todo aquel que “no opone resistencia” hha de entenderse teolégicamente. Cierto que una persona pri vada de conciencia no puede oponer resistencia, pero hay que Preguntarse si la pondria en el caso de estar consciente; resis tencia teoldgica es 1a de aquella persona que, en uso de su li bertad, se opone interiormente a 1a recepcidn del sacramento, es decir “simula” su recepeién, ‘Segiin los casos y el perfil teoldgico propio de cada sacra: ‘mento, Ia intencién virtual puede ser suficiente, Sin embargo Para contraer Matrimonio la intencion ha de ser explicita y consciente, pues aqui los contrayentes son, aclemas, ministros Todavia cae preguntar de qué manera un individuo en estado inconsciente puede recibir una gracia sacramental sin prestar a las palabras de la formula el asentimiento de la fe. Los casos mas corrientes se dan en el bautismo de los nifios, arvulos, y en la Uncion a los enfermos moribundos. Desde la practica de la Iglesia (que ha autorizado esos bautizos y esas lunciones) la respuesta poco ponderada de algunos teblogos ha contribuido a formar en ta conciencia popular una idea de ma gia respecto del influjo de los sacramentos; con frecuencia tam bién ef aparato juridico que rodea a administracién del sacra mento favorece el uso de éste como el de una “cosa”. Por reaccién, existe hoy dia el peligro cierto de Hamar magicis- mo y cosificacién a practicas sacramentarias prestigiadas por tuna larga tradicion dentro de la Iglesia, Un bautismo administrado validamente a un nifio pér vulo es verdadero sacramento, y ello se debe a la indole so cial de esos signos que son los sacramentos cristianos; el pr yulo queda incorporado a Cristo porque la Iglesia lo racibe fen su comunidad mediante la administracién del signo indi- ‘tivo; cémo se hace efectivo en el nifio parvulo el sacramen to, queda a dabate entre los te6logos. Pero es inadecuada y falsa la expresion popularizada de que ta respuesta de fe per sonal (que el parvulo no puede dar) la suple la Iglesia”; lo correcto es decir que el nifio es bautizado en Ia fe de la Igle sia”; sin afirmar ninguna suplencia interpersonal, El caso de la Uncion administrada a un enfermo ya inconsciente es mas facil de entender: la Iglesia supone que el cristiano enfermo esperaba esos auxilios (y, por tanto, tenia intencién habitual) En estos y en los demés sacramentos recibidos en uso de conciencia, basta una fe confusa por la que el beneficiario pi de y desea que la Iglesia le otorgue el sacramento, 184 TEOLOGIA DOGMATICA d) Los sacramentos de ta Iglesia son de institucién divina Cuando el Concilio de Trento (D2 844) lo afirmé dosmatica mente se ha movido més en un terreno teol6gico que histori- co. Los Padres del Concilio sabian que en el Nuevo Testa: mento no consta textualmente que Cristo instituyese direct mente cacla uno de los sacramentos. La explicitacién tardia de un sacramento (por ejemplo, en el siglo IV) ha hecho sier pre referencia a su institucion divina; es decir, el te6logo que or primera vez ha expuesto la naturaleza y uso de un sacra mento, nunca se ha expresado en términos de ‘conviene in- troducirlo’ o algo semejante, sino mas bien ha deseado acla- rar la naturaleza de un sacramento ya oxistente. Si los sacra mentos, como bloque de siete, han sido explicitados tardia mente, es0 se ha debido al modo de actuar de la Iglesia: p mero ha sido siempre fa posesién pacifica de una verdad, y luego su defensa cuando ha sido atacada. El argumento teo- logico recibe, en este caso, el nombre técnico de “prescrip cidn”: se declara dogméticamente lo que ya estaba en Uso, Santo Tomas nos ha dejado una razén especulativa de mu: cho mérito si se tiene en cuenta que antecede a las definicio- nes dogmaticas de los Concilios de Florencia y Trento, y que ya se ha esbozado en paginas anteriores: ya que los sacramen- tos dan la gracia y esta es un don divino, el autor del don ha de ser ef autor de los sacraments (ib. 64.2.) No hay que escatimar la afirmacién de que el agente prin cipal del sacramento es Cristo; la expresin agustiniana de que “cuando alguien bautiza, Cristo bautiza” no es una be: la metafora sino una realided teolégica. Para no incurrir en tuna mitificacién, habrd de tenerse en cuenta et papel que de- sempeiian el ministro secundario y el signo indicativo mis mo. También Rahner tiene un apunte de gran valor sobre es: te tema tan polémico; completa el punto de vista de santo Toms, pues mientras éste lo soluciona desde la Cristologia, Rahner lo hace desde la Eclesiologia. Sobre la base de la Igle: sia como sacramento primordial de Cristo (tema expuesto ampliamente en el Tratado anterior), escribe asi: “Desde aqui podria sacarse @ un campo més abierto el antiguo pro- blema, historicamente tan dificil, de la constitucion por Cris 10 mismo de todos los sacramentos. El ha constituido los sz cramentos, sobre los que la Escritura no habla explicitamen: te, al funder Ia Iglesia, y ha fundado los sacramentos consti tuides explicitamente como tales momentos de la fundacion de la Iglesia” (en “Palabra y Eucaristia’: 0.c. pig. 349). 3, LOS SACRAMENTOS TIENEN EFICACIA PROPIA. La tologia de los secramentos no fue un problema en la antigdedad cristiana y en la Baja Edad Media, si se excepttian los casos especiales de si deberia repetirse el bautismo a los bautizados por un hergje, y si los apdstatas podian ser admit tidos a la Penitencia (al menos como casos que se airearon am- pliarnente); al primer problema la Iglesia respondié que no, y al segundo que si Solamente a partir del siglo XII comenzé a negarse la na- turaleza de uno u otro de los sacramentos; a ello contribuyé ‘no poco la entrafia misma del sistema escolastico que tan bri. antes servicios prestaba a la teologia por entonces. El Magis: tetio de 1a Iglesia se vio precisads a explicitar su doctrina es- peculativa, centrando un esfuerzo mayor en el aspecto dif cil de la efectividad del sacramento. La formula segiin la cual los sacramentos tienen eficacia propia (técn. “ex opere opera- to”; lit, ‘por obra operada’) se conoce ya en el siglo XIII gra cies @ Pedro de Poitiers (discipulo de Pedro. Lombardo, el Maestro de las Sentencias) La finalidad concreta de esa férmula se oponia a otras hipotéticas que atvibuirian toda la causalidad a Cristo (restan. do causalidad al sacramento mismo), o al signo mismo (dotan, do a éste de un poder casi magico), 0 @ la accion (que signifi caria automatismo o cosificacion del siano). El Concilio de Trento acabé definiendo la operatividad del sacramento util. zando la formula "ex opere operato”; el alcance dogmatico de a expresion se debe medir por la intencién del Concilio que fue oponerse directamente a la formula de que la eficacia del sacramento se opera por la posicion del sujeto que lo recibe (v. Oz 851 y B45). La formula tridentina significa: negativamente, que ta gracia sacramental no se confiere por fa accién subjetiva del que lo recibe o del que realiza el sacramento, y positivamen. te que esa gracia es producida por el signo sacramental vali damente realizado. Lutero habia afirmado que los sactamentos cristianos no se diferenciaban esencialmente de los sacramen, tos del Antiguo Testamento, y que para recibir su efecto bas taba la fe fiducial o fe en ia sole promesa divina de dar, por medio de ellos, la gracia. Trento afiade que es necesario asen, tir con fe proposicional (o fe en el contenido de las "pals bras” utilizadas como parte integrante del sacramento). El Concilio aclaré la teologia sacramentaria definiendo el senti do de los textos escrituristicos referentes a cada uno de los sa cramentos; su labor ha sido, pues, sustancialmente clara y de. finitiva en esta area |v. Dz 843 a - 982) El parecer de los teélogos varia sobre la naturaleze concre ta de esa efectividad, pero todos estan de acuerdo en algiin ti po de causalidad. Entiéndase asi: el signo sacramental, aunque Por su anturaleza de signe no puede producir nada, puede ser también causa (0 producir algo) si es usado como instrumento y lo mueve quien verdaderamente puede causar Ia gracia: el agente principal. Pera hay que advertir que muchos cristianos han confiado ciegs e irracionalmente en la eficacia propia del sacramento, olvidando que es instrumental y que también es importante la disposicién del que recibe el sacramento. La te. logia insiste hoy dia mucho mas en este Liltimo aspecto pasta ral sin olvidar el dogmatico. 4. RENOVACION DE LA TEOLOGIA SACRAMENTAL. En el tratado de teologia tinitaria, y a cuenta del princi pio metodolégico de identidad entre inmaneneia y trascencien: Gia, se expuso que Dios, con su Palabra, no ha querido sdlo “iluminarnos” ensefidndonos verdades de salvacion sino que, ante todo, ha querido salvarnos; su Palabra ha tenido Ia finali dad de actarar ese acontecimiento central y todos los demas secundarios que ayudan a comprender éste Si Cristo se ha portado asi como revelacién y sacramento de Dios, ese rol le cabe a la Iglesia que tiene la especial prome- sa de Dios de que no perdera nunca la luz de la verdad que ha heredado de El El estudio de las relaciones entre Palabra de Dios y Ac: ccién de Dios es lo que ha permitido insertar la teologia de los sacramentos en la Eclesiotogia y renovar, modernizindolo, el Tratado de estos signos eficaces de la gracia santificadora. La tesis de Rahner ilumina también esa perte constitutiva del sig no que son las "palabras con sentido”, y-el rol del sujeto que se beneficia del sacramento, Rahner parte de una idea antigua y tradicional: que la Pa labra de Dios ha de ser siempre palabra eficaz si no quiere ser palabra vacia; eficaz quiere decir que otorga lo que pide y con tiene. Esto se comprenderé mejor si se tiene en cuenta que aun las palabras humanas tienen como destino (Falible dentro de la limitacién del hombre) ser eficaces, ya que constituyen el sim. polo © signo de lo que el hombre es interiormente y de to que ‘nhela ser; por ejemplo, en la expresion “te amo", el hombre fo sélo se revela como dador de amor sino también como de. feoso de queese amor penetre en la persona amada y, en iti mo término, de ser correspondido. En este sentido, dice Rahner, toda palabra de Dios (es de- cir, sin limitacién de parte de El) es eficaz y salvadora, aun- que no siempre en igual medida. La distincion nos introduce gn el tema que no interesa dacisivamente aqui: la “palabra sa eramental” como contrapuesta a le palabra extrasacramental {o predicada; técn. “kerigmatica’’). De muchos modos y en miltiples ocasiones el hombre percibe fa palabra kerigmética: en la lectura de la Biblia, en fl consejo de un buen asesor, en las formulas de bendiciones del Ritual, etc. No son raros los casos en que el hombre se sien: te asi embargado por una idea entusiasta que popularmente tla- ime “inspiracion” y que suele operar verdaderas transformacio- nes interiores 2Y qué decir de la palabra sacramental que acompafia co- mo férmula @ la ‘cosa’ en la colacion de un sacramento? Cier- to que opera eficazmente aunque de una manera invisible y isteriosa, pero existe el derecho a percibir efectos visibles: coneretamente, los derivados de un cambio de conducta. El poco efecto visible que producen los sacramentos en algunas personas obliga a una reconsideracion muy seria acerca de la ppoca instruccion y de (a veces) escasa preparacion con que se reoiben los sacramentos. Existe una grave devaluacion de la lad fitirgica 0 sacramentaria; como este es un asunto de Teologia Pastoral no insistimos aqui més sobre el tema, ZGual es la diferencia entre la palabra sacramental y la ke- rigmatica (0 de los ejercicios piadosos}? Solamente en la pala- bra sacramental se compromete la Iglesia definitivamente con un cristiano particular en una situacion también definitive de la vida de éste. La palabra sacramental es, pues, un género par- ticular de Palabra puesto que se refiere concretamente a las siete més altas realizaciones salvificas. La diferencia entre sacramentos y los demas ritos y ejer- cicios piadosos es, pues, neta. Santo Tomas habla de una gra cia “dispositiva” (de los ejercicios pisdosos) frente a la gracia “perfectiva” (de los sacramentos); pero la distinci6n no est ba en que los sacramentos dan la gracia "con seguridad” (aun: ‘que ciertamente la dan), sino en que la gracia de los sacramen- tos se ofrece para los Momentos decisivos mientras que la de Jos otros no; y también en que la gracia de esos otros esti ordenada a la apetencia y preparacion para recibir los sacra- mentos; (esta idea ha sido revaluada por el Vaticano II, y vol veremos sobre ella en el tratado de la Liturgia) 5. RECUENTO DOGMATICO SOBRE LOS SACRAMEN- TOS EN GENERAL. La aparicién relativamente tardia del vocablo "'sacramen: tos" (en plural) se debe no sélo a su uso latino sino también a que ha sido mas corriente hablar de cada uno de ellos con su. nombre especifico. Como se dijo antes, la Iglesia ha salido al paso de esta necosidad cuando se ha presentado, y no antes; esi hha nacido el tratado teolégico “de los sacramentos”. Un texto representative aparece ya a finales del siglo V so: bre un punto doctrinal muy conereto, y supone una teologia sacramental desarrollada; afirma que {a gracia del sacramento ho es menos firme por haber sido tasmitido de manos de un ministro cismatico con tal que haya tenido intencién; el arcu: mento es que Cristo es el autor y el ministro principal del sa- cramento (Dz 169; v. también para la historia del dogma Dz 424, 672, 695, 854, 855 y 880). Se citan alli el bautismo y el orden sacerdotal porque en torno a ellos habia creado proble: TEORIADE LOS SACRAMENTOS 185 ‘ma el obispo disidente Acacio, En el mismo contexto se mue- ve la enumeracion que hace el Concilio X Ecuménico de Le: {rn I (afio 1139) que nombra solamente cuatro sacramentos; no hay desconocimiento de los otros tres, pues el Concilio: no podia ignorar el bautismo de los adultos (que no cita) fren: te al bautismo de los niffos (que si cite); de nuevo aqui el prin: cipio de exégesis ya citado: la Iglesia defiende al fe apostdli ca cuando esta es negada Ese mismo Concilio (Dz 367) establece que no se puede rechazar ningin sacramento sin incurrir en herejia. El desen- volvimiento de la doctrina obliga més tarde a la Iglesia a expli- citar que, en general, los sacrementos son necesarios para la salvacion, aunque no todos para todos los hombres (Dz 847) La medida de esta necesidad esta dada por el Bautismo que es Un sacramento. imprescindiible para la salvacién pues es el sign eficaz de la incorporacién a Aquel sin el cual nadie puede sal- vvarse; el grado menor de incorporacion a Cristo se puede me- dir metodoldgicamente por el de pertenencia a la Iglesia pues esta es sacramento de Cristo. Afirma casuisticamente Inocen: cio II que quien no se salva por el sacramento de la fe, se salva por Ia fe en el sacramento (Dz 413); fe siquiers implicita, pa: ra lo cual Inocencio || habia recurrido (affos atris) a la autori- dad antigua de los Padres de la Iglesia (Dz 388: dice Agustin que “invisiblemente se administra un bautismo al que no ex- cluyé el desprecio de 1a Religion sino el término de la necesi dad”: De la ciudad de Dios; PL 41, 381); a “necesidad exclu vente” y, por tanto, excusante lo es también Is ignorancia in- vencible. La dignidad de los sacramentos puede medirse por una de: claracién del Concilio de Trento que encabeza una serie larga de trabajos y deliberaciones sobre la doctrina sacramentaria “Sacramentos de la Iglesia. . . por los que toda verdadera jus- ticia 0 empieza, o empezada se aumenta, 0 pérdida se repara’” (Dz 843 a). Estos sacramentos son siete. Una lista completa aparece ya en el pontificado de Ino- cencio III {afio 1208) a los valdenses de Huesca (Oz 424) y poco después a los obispos de todo el mundo. Nétese por fa letra y el contexto que la declaracién no “establece” nada nue- vo, sino que ve la necesided de formular lo que de siempre se ha creido en la Iglesia. Los Concilios de Florencia y de Trento {Dz 695 y 844) ratificaron de nuevo la doctrina. El argument que el Magisterio de Ia Iglesia utiliza contra los que niegan el Amero septenario (u otra de las caracteristicas esenciales de los sacramentos) se denomina técnicamente de “prescripcion ‘tvol6gica": se apela primero a la posesién pacifica de ta doctri nna, y se afirma luego que en realidad las que son tardias no son las afirmaciones de la Iglesia sino las negaciones de los herejes, que han provocade la explicacion de ta doctrina, Le institucion de los sacramentos por parte de Cristo se basa en estos argumentos: la historicidad de los textos bibli cos que se aducen, el hecho de que la Iglesia nunca se ha senti- do capaz de cambiar su sustancia (Dz 570 m}, el rango de per: ‘tenecer a los fundamentos de la fe, y ef hecho de que comuni: can la gracia que es don exclusivamente divino (v. Dz desde 324). Acaba puntuelizando (Dz 851) que confieren la gracia or eficacia propia, de modo que se comunica a los que no po: rnen obstéculo (Dz’849 y 850}; no son, pues, (contra Lutero) mero signos de santidad al modo de sélo excitantes de la fe (Dz 848 y 849). La infusion cle la gracia en los sacramentos Cristianos esta claramente expresada en textos escrituristicos con expresiones que son sinénimas: imposician de manos (2 ‘Tm 1,6), regeneracion (Jn 3,5), putificacion (EF 5, 26), comu- nicacion del Espiritu Santo (Heh 8,17), concesion de vida eter rna (Jn 6,55); no son tampoco los Gnicos textos. Lo referente al ministro de ‘la Iglesia (Dz 853) tiene un lugar més propio en el tratado de cada sacramento especifico; como doctrina no representa mucha dificultad a la luz de lo dicho anteriormen- te aclarando su naturaleza instrumental 186 TEOLOGIA DOGMATICA, El Concilio XVII Ecuménico de Florencia (en 1439) de- fini (como una de las bases para recibir en la unidad catéli ca a los armenios: Dz 695) que tres sacramentos (Bautismo, Confirmacin y Orden’ sacerdotal) imprimen caracter, cierta sefial que distingue al que ha recibido uno de esos sacramentos frente al que no; de ahi que no pueden ser repetidos en ta mis: ‘ma persona; los demés sacramentos no imprimen ese caracter, y admiten reiteracién. El término (usado ya desde el principio por la teologia) esta tomado del entorno cultural, por analogia con el signo “esculpido” en una moneda, 0 con el compromiso y marca social del soldedo. El hecho se vivid muy intensamente en la cuestion del rebautismo de los apastatas y de los bautizados fen la herejia; cada vez que se presento el caso, se soluciond a favor de la no reiteracion del bautismo; mas tarde, a favor de la ordenacion valida administrada por un obispo cismatico. El caracter del sacramento de le Confirmacién tiene una historia mas corta y menos densa, EI carécter {o marca irrevocable) es, pues, el otro efecto de esos tres sacramentos (ademas de la gracia). Se recibe inde pendientemente de la gracia, es decir, aunque la gracia se frus ‘we por una mala disposicion positive del sujeto; lo cual es muy diferente de afirmar (como dicen algunos Manuales), que se ce cibe independientemente de la voluntad humana, Lo que pasa es que una declaracién de inocencio III (Dz 411) expone la doctrina en base a elementos tan rudimentarios de la psicolo: gia, que fécilmente puede inducic a una falsa interpretacion desde nuestra cultura La naturaleza teolégica del cardeter secrementario puede ser esolerecida por la finaliad de este: implica una consagra ion publica y, por tanto, tiene que constar la relacion entre el individuo que ha recibido el sacramento, y la Comunidad (la Igiesio) que es visible, Eso constancia es el “cardcter"; es de cir, la Iglesia, al administrar cualquier de esos tres sacramen- tos, sefiala que “ha de constar” la relacion publica. 1, BAUTISWO, INCORPORACION A CRISTO. EI Concilio Vaticano II en su constitucién dogmatica "Lu: men gentiuin’ sobre la Iglesia ha dedicado todo el capitulo quinto a describir la “vocacién universal a la santidad de la Iglesia” de todos aquellos que pertenecen a ella. Su num. 40, que habla del Bautismo, es el central de ese capitulo; nosotros seguimos este enfoque de la vocacion a la santidad para tratar del bautismo cristiano. 1. EXPOSICION SISTEMATICA. a) Ser santo significa llevar una vida de amistad con Dios, y la perfaccién de ese estilo de vida. La medida de esa santidad es Cristo en quien Dios ha manifestado sus planes de salva: cién: “Nadie va al Padre sino por mi” (Jn 14,6). Ahora bien: el bautismo es el sacramento de la insercién en Cristo, en el ciclo de su vida, muerte y glorificacién; 0, dicho de otro’ modo mas sintético, és insercién en su "'misterio pascual” (Rm 6, 1.11), La teologia moderna prefiere ver en cada bautizo la Pas: cua personal de cada bautizado, y eso sin perder su sabor clasi: co de que “el Sefior pasa” por cada uno de sus redimidos. Pe: s2 de tal manera que el bautismo es une “nueva creatura”; el Coneilio de Trento ha definido expresamente el sentido de es te texto de Ia Escritura (Dz 858) b} Los efectos del bautismo deben medirse, pues, por ese cy terio de incorporacion a Jesucristo: filiacion divina, incorpor, cién a la santidad de la Iglesia, requisito para los demas sacra mentos y la aniquilacion de todo aquello que significa “pecs do": pecado original y pecados personales con sus consecuen, clas de penas eternas y temporales del pecado. En los bauts, mos de adultos se entiende que ha existido previemente un efecto aborrecimiento del pecado. La necesidad (Dz 861) del bautismo es, pues, absolurs pues nadie se salva sin participar de Cristo {! Co 12,13). Late iomenologia de este comienzo y prosecucion del "conforma se a Cristo” esta descrita por san Pablo con mucha insistencia y fen casi todas sus Cartas. Hay en particular un texto que resulta emotive y describe la exigencia de ta vocacion cristiana: con. siste en “aleanzarle a El coma El me aleanz6é a mi” (Fip 3, 10-15). Este sacramento imprime “caracter" (2 Co 1, 21-29), es decir, el bautizado queda incorporado publica y permanen, temente a Cristo; (v. también Col 2,12; im 6,11) Un canon de Trento (Dz 862) ya afirma que por el pecado grave se pierde la gracia bautismal. Convertirse y arrepentirs, aunque sean tepicos del sacramento de la Penitencia, son siem pre intentos, intecionados 0 no, de recuperar la inocencia bay tismal, Una “vida santificada’’ es un verdadero culto 2 Dios esta es una tearia clave en santo Tomas de Aquino cuando quiere explicar de qué modo todo bautizado quede capacia do y obligado a desarrollar la condicion “sacerdotal, profit: 2 y teal” como participacién del modo de ser y actuar de Cris to frente al Padre; por eso afirma también que el Bautismo de tal modo mira a la Eucaristia, que la contieno implicitamente, d) La necesidad del bautismo esta representada en la exigen cia misma de la primitiva predicacion cristiana: "Id y haced discipulos a todas las gentes bautizandolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espiritu Santo” (Mt 28,19); “el que crea y sea bautizado se salvaré; el que no crea, se condenara" {Mt 16,16). Se trata de un sacramento especifico de la nacien: te Iglesia, es decir, diferente de otros similares incluido el de Juan que bautiz6 “solamente con agua” (Hoh 11,6) (Dz 857) Se recuerdan a continuacién los deberes ineludibles: ".. . bau tizandolas y ensefiéndoles a guardar todo lo que yo os he man: dado” (Mt 28,20) 2) EI bautismo ha sido siempre el signo externo que ha sells: do el acercamiento del hombre a Cristo y, por tanto, del hom bre que se ha convertido de sus pecados (Heh 2,37); visto del lado principal, es la respuesta al lamamiento de Cristo, la for ma que toma la respuesta de la fe (Hch 8, 35-37). Lo mismo que en la pertenencia a Cristo y a la lolesia, se dan grados © clases de bautismo. Una division sencilla y clisica se da entre bautismo de de- seo y bautismo de hecho; es, también, wadicional en la histo fia del dogma y de fa vida de la Iglesia. Entre tas formas de bautismo de deseo l2 més noble es el martirio (Ilamado tan bién bautismo de sangre) que es, como puede comprenderse, tuna forma suprema de adherirse a Cristo en el testimonio de la fe. Ahora bien: todo el que desea el bautismo debera lueyo bautizarse de hecho recibiendo asi la “declaracién autoritati va" (por el bautismo del agua y del Espiritu) para incorporst se a la comunidad exterior del culto, El bautismo de deseo {téc. latin “votum sacramenti’”) ha sido una cuestién dificil, felizmente hoy dia ya clarificada, En el Concilio de Trento privé la idea de que el deseo del bautis

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