Arquitectura: Santa María de Naranco.

1. Identificación:
La imagen recoge frontal y lateral de la
Santa María de Naranco, espacio construido
como Aula Regia en la corte de Ramiro I, en
el siglo IX y transformada en iglesia,
entorno al siglo XII. Situada cerca de
Oviedo, Asturias.
En cuatro al estilo arquitectónico, se encuadra dentro del Prerrománico, en la
variante regional asturiense conocida como “ramirense”.
2. Descripción:
El edificio es de pequeñas dimensiones, está realizado con sillarejo de piedra y se
eleva sobre una plantarectangular, con dos salientes en los lados más alargados. El
alzado cuenta con dos plantas, ambas con una sala central con una bóveda de
cañón.
En el exterior de los lados mayores vemos una serie de contrafuertes adosados, que
se corresponden con arcos interiores. El de los lados menores se estructura en tres
líneas o pisos: el primero cuenta con una puerta en el centro, con forma de arco de
medio punto, el segundo con una arquería de tres arcos de medio punto,
ligeramente peraltados, con dos columnas de fuste liso en el centro.El último piso,
también cuenta con una arquería de tres más pequeña y estilizada.
El edificio está coronado por una techumbre a dos aguas.
3. Análisis:
Se trata de un edificio esbelto y elegante, con una simetría clara. Este edificio,
como otros del arte asturiano, como, por ejemplo: la Iglesia de San Juan de
Santianes de Pravia, San Miguel de Lillo o Santa Cristina de Lena, suponen un
claro anticipo del románico.
El arte asturiano se desarrolla entre los siglos VIII y X, cuando es absorbido por el
arte Románico que, como sabemos, se extiende desde Francia como una mancha
de aceite, siguiendo principalmente las rutas de peregrinación.
Como en el arte Románico, los elementos constructivos principales son: arcos de
medio punto, bóvedas de cañón, contrafuertes pequeños adosados al muro exterior,
columnas de basas y capiteles decorados, etc.
4. Valoración:
Este edificio es considerado uno de los grandes hitos de la arquitectura medieval
española, en primer lugar por una técnica arquitectónica equilibrada y bien
estudiada. Donde pesos y contrapesos sustentan el edificio, algo novedoso para la
época y que adelanta lo que será el Románico.