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AVIVA EL FUEGO PARTE 1

2 TIMOTEO 1:6 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que
está en ti por la imposición de mis manos.

7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de


dominio propio.

INTRODUCCION: En el contexto de este versículo que hemos leído, el apóstol


Pablo está aconsejando a Timoteo, un pastor joven, para que no sea tímido, que
no tenga temor, que avive él fuego del del ministerio que Dios le ha
encomendado, que sea valiente, y que no tenga temor de la oposición.

Pero para nosotros en este tiempo que estamos viviendo es un llamado a no


permitir que nuestra relación con Dios, nuestra confianza en El, y nuestra
comunión con el Espíritu Santo se vaya apagando poco a poco en nuestra vida.

Tenemos que tener bien claro que ya sea un ministerio, un don, un llamado, un
talento, y todo lo que tenga que ver con la obra del Espíritu Santo en nuestra vida,
satanás siempre quiere apagar, siempre querrá extinguir todo lo que tiene que ver
con la obra del Espíritu Santo en nosotros.

Necesitamos un avivamiento. No hay duda necesitamos un avivamiento.


Necesitamos volver a tener pasión por Dios y su palabra, en vez de depender de
ideas, pensamientos, experiencias Y de vivencias de avivamientos pasados.

El avivamiento comienza en el corazón. El Avivamiento comienza primero en el


corazón y no con oración. Es primero reconocer una situación, es primero sentir la
desnudez. La frialdad de nuestra alma y de nuestra situación espiritual, y
posteriormente desear cambiar esa situación.

Contrariamente a lo que muchos creen el avivamiento no es hacia adelante en el


conocimiento; NO ES UNA NUEVA REVELACION Sino hacia atrás, esto es que
la iglesia tiene un retorno a la senda antigua, a las enseñanzas primeras, y no de
nada nuevo, es PRIMORDIALEMENTE un regreso a las escrituras.

AVIVAMIENTO NO SON IGLESIAS LLENAS DE GENTE AVIVAMIENTO ES


GENTE LLENA DE DIOS

En este hermoso dia quiero compartir 3 cosas muy importantes :


1. AVIVAR EL FUEGO ES UNA RESPONSABILIDAD PERSONAL.

2. DEJAMOS APAGAR EL FUEGO POR DESCUIDO.

3. DEJAMOS APAGAR EL FUEGO POR NUESTRA PEREZA.

1. AVIVAR EL FUEGO DE DIOS ES UNA RESPONSABLIDAD PERSONAL

Levítico 6:12 Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el


sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y
quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz.

13 El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.

Podemos ver que dentro del tabernáculo donde estaba la presencia de Dios la
responsabilidad de mantener encendido él fuego del altar era un responsabilidad
¿de quien? ¿de Dios? No, era una responsabilidad del sacerdote.

La palabra de Dios nos dice que ahora nosotros hemos sido hecho por medio de
Jesucristo sacerdotes para Dios

Apocalipsis 1:5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el


soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros
pecados con su sangre,

6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por
los siglos de los siglos. Amén.

Es decir que ahora la responsabilidad de mantener encendido el fuego del Señor


es de cada uno de nosotros en el altar de nuestro corazón.

¿PORQUE DEJAMOS QUE EL FUEGO DE DIOS SE VAYA APAGANDO EN


NUESTRO CORAZÓN?

2. DEJAMOS APAGAR EL FUEGO POR NUESTRO DESCUIDO

2 CRONICAS 29:6 Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo


ante los ojos de Jehová nuestro Dios; porque le dejaron, y apartaron sus rostros
del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas.
7 Y aun cerraron las puertas del pórtico, y apagaron las lámparas; no quemaron
incienso, ni sacrificaron holocausto en el santuario al Dios de Israel.

El pueblo de Israel se descuido de su relación con el Señor, dejaron que las


lamparas del templo y el fuego del altar del holocausto se apagaran, pero el texto
nos enseña como fue que llegaron a ese descuido (vs 6) Porque le volvieron la
espalda a Dios.

El descuido del fuego del altar de nuestro corazón es por la misma causa del
pueblo de Israel, por los afanes de la vida, por los quehaceres del dia a dia le
damos la espalda a Dios.

Nos descuidamos de nuestra espiritualidad, no oramos, no adoramos ni leemos su


palabra y poco a poco nuestro fuego va disminuyendo.

3. DEJAMOS APAGAR EL FUEGO POR NUESTRA PEREZA

ROMANOS 12:11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en


espíritu, sirviendo al Señor;

Toda persona que alguna vez a tenido que encender una fogata y mantener vivo
el fuego, sabe que es una labor que requiere esfuerzo, para traer la leña, para
juntarla, para mantenerla encendida atizando y soplando el fuego.

Igualmente para avivar el fuego de Dios en nuestro corazón se requiere esfuerzo,


no podemos ser perezosos, tenemos que ser diligentes, a pesar de los
quehaceres del día, a pesar de nuestras actividades laborales, tenemos que
comprender que mantener encendido el fuego en nuestro corazón no es opcional,
es una prioridad.

Tenemos que tener bien claro en nuestra vida que así como nos esforzamos y
somos diligentes en nuestras actividades laborales, en nuestros quehaceres del
hogar, en nuestras actividades académicas, también tenemos que ser esforzados
y diligentes en nuestra comunión con Dios

*Tenemos que poner bien en orden nuestras prioridades y obrar de acuerdo a


esas prioridades

Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas.

*Tenemos que comprender que mantener encendida la llama de nuestra relación


con Dios es responsabilidad nuestra
Zacarías 1:3 Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice
Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los
ejércitos.

*Tenemos que reconocer que los necesitamos somos nosotros no el Señor.

CONCLUCION:

HOY es un consejo de parte de Dios para cada uno de nosotros.

El Señor quiere bendecirnos, ayudarnos, restaurarnos, todo lo imposible depende


de Dios, pero lo posible depende de nosotros,

hagamos lo posible para buscarle, para mantenernos en comunión con El y


confiemos que lo imposible lo hará nuestro Dios.

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