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ESTUDIO IV
El fuego
El apóstol Pablo le pide a Timoteo que avive ese fuego “Por eso te
recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste cuando te
impuse las manos…” (2 Timoteo 1:6)
Wesley Duewel dice sobre la vida de fuego que debe caracterizar al cristiano:
“Si tu como líder careces de corazón ardiente pocos de los que tu lideras van
a ser conocidos por sus corazones ardientes y ejercerán poca y escasa
influencia en el mundo que los rodea. Nuestras comunidades se impresionan
poco con nuestros programas y múltiples actividades. Se necesita mucho
más que una iglesia atareada, amistosa o evangélica para impactar en una
comunidad por Cristo. Debe esta ser una iglesia ardiendo al rojo vivo, dirigida
por líderes que también arden al rojo vivo por Dios”
• El fuego debe mantenerse encendido, para lo cual requiere leña cada día.
• No producimos nosotros el fuego, pero mantenerlo encendido es nuestra
responsabilidad como sacerdotes
• El fuego esta siempre relacionado al sacrificio, que no significa muerte sino
entrega de vida
Esta dinámica espiritual del día a día recorre toda la Biblia. Por ejemplo,
cuando leemos la historia del peregrinaje por el desierto de pueblo de Israel
vemos que el maná no servía para el día siguiente, no podían guardarlo, sino
que debían buscarlo cada día
En levítico 6 se dice que el holocausto no podía quedar para el otro día
Cuando “cayó el fuego” del Espíritu Santo en pentecostés, la Biblia nos dice
que “cada día el Señor añadía a la iglesia quienes habían de ser salvos”
Vivir una espiritualidad anclada a ciclos cada 7 días es muy pobre. Debemos
entrar en la dinámica del día a día
No podemos vivir nuestro cristianismo diciendo “vamos el domingo a la
iglesia a cargar las pilas para la semana” es mejor decir “vamos el domingo a
la iglesia a celebrar las victorias con Cristo obtenidas en la semana” y por
supuesto, se recargan las pilas siempre.
Debemos entender que el altar es nuestro corazón y en este altar siempre
debe haber fuego, fuego para el sacrificio de holocausto
Nuestra responsabilidad
La comunión. Nuestra vida espiritual tiene espacios privados, sin dudas, pero
no puede prescindir de los espacios comunitarios. Congregarse es un hábito
que mantiene encendido el fuego. Participar de una barca también.
¡El sacrificio atrae el fuego del cielo! Cuando Elías desafió a los profetas de
Baal, pidió que viniera fuego del cielo, ese fuego descendió cuando el altar
estuvo restaurado y el sacrificio estaba listo sobre el altar (1 Reyes 18)
Las ofrendas en el libro de levítico tenían que ver al menos con tres cosas:
La consagración total, representada en la ofrenda del holocausto u “ofrenda
del todo quemada”
Las ofrendas de paz. La palabra hebrea traducida "ofrenda de paz" proviene
de una raíz que significa "maquillar, suplir lo que falta, pagar una
recompensa". Denota un estado en el que se han resuelto malentendidos y
se han corregido los errores. Eran ofrendas de sabor dulce, como las
ofrendas de comida quemada. Eran una expresión por parte del oferente de
su paz con Dios y de su agradecimiento a Él por sus muchas bendiciones.
Las ofrendas de gratitud, en reconocimiento a la bondad de Dios, sus
constante provisión y cuidado.
Sin entrar en los detalles de cada ofrenda, podemos decir que estos tres
aspectos, la entrega, la paz y la gratitud deben estar representados en
nuestra vida de devoción a Dios.
Jesús es quien nos bautiza con el Espíritu Santo y con Fuego. Cuando Jesús
ascendió al cielo les ordeno esperar el fuego de Dios, la promesa del padre y
esto sucedió en pentecostés, entonces “llamas como de fuego aparecieron
sobre sus cabezas” y todos fueron llenos del Espíritu Santo”
“Yo he venido para echar fuego sobre la tierra; y ¡cómo quisiera que ya
estuviera encendido! Pero de un bautismo tengo que ser bautizado, y ¡cómo
me angustio hasta que se cumpla!” (Lucas 12:49-50)
Nuestra vida debe estar dinamizada por la presencia del Espíritu Santo cada
día y para eso debemos vivir consagrados a Él como un sacrificio vivo y
debemos alimentar el fuego cada día a través de las disciplinas espirituales.
PREGUNTAS DE REFLEXION
CUARTO ESTUDIO
• Aprovecha la barca para orar unos por otros y establecer una dinámica que
les permita mantener el fuego encendido.