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Resumen Introducción A La Pragmática
Resumen Introducción A La Pragmática
Es la disciplina que toma en consideración a aquellos factores de los cuales no puede ocuparse los
estudios gramaticales.: nociones de emisor, destinatario, intención comunicativa, contexto verbal, situación o
conocimiento del mundo, resultan ser de un una importancia principal.
La pragmática es necesario, en tanto, porque habrían hechos relevantes sin explicación; o, como
consecuencia, mal explicados porque se releva esa explicación a algún elemento gramatical, haciéndole una
sobrecarga a éste mismo.
2.2.Sintaxis y contexto
Cualquier hecho está determinado por los factores determinantes como el contexto y la situación,
principalmente entre la información compartida por los interlocutores y la que se considera nueva. Se debe
plantear la cuestión desde el plano de adecuación discursiva. Así, damos cuenta que desde un enfoque
pragmático podríamos analizar completamente las condiciones que regulan la elección entre diversas variables.
2.3.Referencia y deixis
Comprender una frase se trata de recuperar significados y, además, de identificar referentes; se debe
saber a qué objetos, hechos o situaciones se refieren.
Antes de poder comprender una frase correctamente, se debe llevar a cabo un paso previo, que es la
asignación de referencia constituyente. Más allá de comprender una frase, identificar los objetos, entender las
palabras; es la situación misma la que nos brinda los datos para entender a qué se refiere específicamente el
interlocutor. Teniendo conocimiento del contexto y de la situación comunicativa, podremos interpretar mensajes
por completo.
Existen los deícticos que sirven para codificar diferentes tipos de elementos de una situación. Dentro de
ellos se encuentran todos los pronombres personas, los adverbios (de tiempo y de lugar), morfemas, todos los
tipos de anáforas y catáforas. Así, es cómo damos cuenta de que la gran mayoría de los enunciados dependen de
factores extralingüístico que son decisivos para configurar el acto comunicativo. Aquí, volvemos a dar razón de
que una perspectiva pragmática se podrá tener acceso a la información necesaria.
3.La necesidad de la pragmática.
Puede suceder, como hemos visto, que en la comunicación puede haber contenido significativo que no
se encuentre literalmente en las palabras que la componen, sino que hay una dependencia de los datos que aporta
la situación comunicativa. Así es como dos hechos resaltan:
El modelo pragmático que se expondrá a continuación está constituido por dos clases de elementos
1.1.El emisor
El emisor es quien produce una produce una expresión lingüística de forma intencional en un momento
determinado, ya sea de forma oral o escrita. El concepto se refiere a un sujeto real, que establece una red de
diferentes relaciones con su entorno.
La palabra emisor introduce un término más preciso, hablante. Éste posee el conocimiento de una
lengua, y la utiliza hasta cuando está en silencio. He aquí la diferencia. En cambio, un emisor, propiamente
dicho, es el hablante que hace uso de la palabra en un determinado momento, y sólo lo es cuando emite su
mensaje. El carácter de hablante es abstracto, y no suele perderse: el emisor tiene una condición más concreta, y
está en función de una situación y un tiempo preciso. Con emisor es una posición determinada por las
circunstancias.
Desde la comunicación, en forma de diálogo, los interlocutores intercambian de papeles.
Hasta en toda intervención hay un principio y un final, que se le marca al papel del emisor.
1.2.El destinatario
Éste es para designar el nombre de la/s persona/s a la/s cual/es va destinado el enunciado del emisor,
normalmente con éste/os último/s intercambia su papel en la comunicación de tipo dialogante.
Destinatario refiere sólo a sujetos, y no a los mecanismos de decodificación. A su vez, se opone a
oyente, el que tiene capacidad de comprender un determinado código lingüístico; en cambio, el destinatario, es
la persona a la cual va dirigido el enunciado. Hablante-oyente hace referencia al sujeto que posee el
conocimiento de la lengua. Por ende, no puede hablarse de emisor-destinatario.
Es destinatario cuando el mensaje va dirigido hacia él, y porque, el mensaje fue construido
especialmente para él; así se condiciona la forma del mensaje. Por otra parte, el emisor debe analizar y evaluar
adecuadamente las circunstancias en las cuales concurren su interlocutor para calcular con “éxito” su
intervención.
1.3.El enunciado
El tercer elemento material, el cual es la expresión lingüística que produce el emisor. El enunciado es
un término que se usa específicamente para hacer referencia a un mensaje construido según un código
lingüístico.
Cada intervención por parte de emisor es un enunciado, el cual tiene límites por la dinámica del
discurso. Estos límites se dan solamente por la naturaleza discursiva, que se van dando por cada hecho
comunicativo.
Una unidad del discurso debe tener dos límites solamente: el que le establece el propio emisor y el de
su intención comunicativa. Puede que se dé la coincidencia de que un enunciado sea la realización concreta de
una oración.
A partir de lo anterior, se establece una distinción entre un concepto gramatical (oración) y un concepto
pragmático (enunciado). He aquí que el vocabulario gramatical empieza a cobrar identidad e independencia de
aquel vocabulario que se emplea para describir hechos y fenómenos gramaticales.
1.4.El entorno (o situación espaciotemporal)
Se puede designar para este mismo término, los siguientes: contextos o situación espaciotemporal. Es
el “soporte físico” en el cual se realiza la enunciación; tiene como factores las coordenadas de lugar y tiempo.
Cuando nos comunicamos, lo espacio-temporal queda fijado en el anuncio, por ejemplo, a partir de la deixis.
Ésta convierte al contexto enunciativo en una forma gramatical, que se puede traducir en pronombres personales
de 1ª y 2ª persona. Desde lo espacial, a partir de adverbios de lugar; señalamientos que permiten imponer las
circunstancias del “aquí”. Cuando utilizo el sistema de verbos, lo que hago es colocar coordenadas espaciales y
temporales con respecto a los verbos que configuran el contexto de enunciación. Esta situación,
espaciotemporal, contextual, es un factor determinante en cuanto a las elecciones gramaticales; esto imprime un
reflejo en el enunciado, es decir, que el factor espacio temporal se traduce; en el sentido de que el hablante elige
la forma de traducirlo, opta por cómo traducir ese contexto, en el enunciado transmitido en el lugar y tiempos
determinados. Así, a su vez, constituyen uno de los pilares en que se fundamenta su interpretación.
2.2.La intención
Se trata de la relación entre el emisor y su información pragmática, por un lado, y el destinatario con el
entorno por el otro. Es una relación dinámica, se da una voluntad de cambio.
Nos preguntamos cuál es la intencionalidad de los actos y decisiones, porque toda actividad humana se
concibe como reflejo de alguna actitud del sujeto que la lleva a cabo.
Cuando decidimos si hablar o no, estamos hablando con una determinada intención. Así es como el
tipo de acto que llevamos a cabo deja al descubierto la intención que tengamos. La intención es un principio
regulador de la conducta del hablante, porque es la forma de seleccionar el mejor medio para alcanzar sus fines.
Ahora pasemos a la perspectiva del destinatario con respecto a la intención. Nos referimos al
reconocimiento de la intención del emisor por parte del destinatario, que puede llevarlo a una correcta
interpretación de los enunciados, bajo las teorías pragmáticas.
3.Significado e interpretación
El significado se trata de información decodificada de las expresiones lingüísticas, el cual se encuentra
determinado por las reglas internas del propio sistema lingüístico. A su vez, la lengua crea relaciones entre
representaciones fonológicas y representaciones semánticas; por ende, una correlación diádica.
En cambio, la interpretación, pone en juego los mecanismos pragmáticos. Esto podría definirse como
una función entre el significado y la información pragmática con la cual cuenta el destinatario.
La intención del emisor, sumada a la significación de su expresión, no implica que el mensaje tenga
una interpretación plena. Porque plantea que hay elementos dentro de la comunicación, que son propios del
receptor, además, de algunas inferencias que se lleven a cabo, que no podrán analizarse.
La distancia entre mi intención y el significado de un discurso, lo que separa a ambas partes, queda a la
interpretación del receptor, da la medida de lo implícito; lo implícito es aquello que tiene que recuperar el
receptor. Cuando el receptor no entiende, quiere decir que la distancia es amplia, y éste no pudo llenar con algún
implícito, alguna información que ya tiene, para la interpretación.
4.Semántica y pragmática
El significado pragmático establece una función multívoca entre el significado gramatical, por un lado,
y el emisor, el destinatario y la situación dónde tiene lugar el intercambio comunicativo, por el otro. Aquí, se
deben poner en funcionamiento leyes empíricas y principios motivados por el objetivo al que va dirigido el
enunciado. Es por esta razón que las explicaciones pragmáticas son funcionales.
A partir de aquí, damos cuenta que la pragmática se ocupará del estudio de los principios que regulan el
uso del lenguaje en la comunicación, comprendido como el estudio de los significados; que, al depender de
factores situacionales, queda fuera de la teoría semántica.
1.2.Contra el verificacionalismo
En este caso Austin se coloca por fuera de la idea filosófica de que las proposiciones deben ser
verdaderas o falsas, yacimientos sobre los cuales están construidas parte de la lógica y de la filosofía del
lenguaje. Pero se debe considerar que todas las lenguas tienen variedad en su estructura del lenguaje, las cuales
no pueden considerarse ni verdaderas ni falsas, no se pueden evaluar con su correspondencia o no con la
realidad, ya que son estructuras que no reflejan un estado de la realidad.
Aquí no bastará con decir si un enunciado es verdadero o falso, sino que se debe evaluar cómo se
adecua a las circunstancias en las cuales se emite. Así hay una apertura al estudio de la serie de variables
situacionales que determinan las condiciones de adecuación de los anunciados; así, queda reflejado que no basta
con una utilización bipolar, verdad o falsedad, sino, que hay una gran gama de matices intermedios que
interfieren.
2.2.Palabras y acciones
Los enunciados realizativos cuentan con las siguientes características:
2.3.Los infortunios
Lo anterior lleva a que Austin desarrolle la teoría de los infortunios.
He aquí que para la realización de determinadas acciones se deben emitir palabras específicas. Pero
deben ser pronunciadas en circunstancias y bajo condiciones requeridas. Si alguna de éstas falla, se da paso al
infortunio.
Por consiguiente, veremos las reglas o condiciones que se deben aplicar a los actos ritualizados para
que sean cumplidos:
Los actos convencionales son susceptibles de sufrir infortunios, pero en diferentes grados. He aquí los
siguientes: si el fallo se encuadra dentro de grupo 1, quiere decir que no existe procedimiento, o no puede
hacerse valer en la forma en que se intentó hacerlo, se trata de mala apelación al procedimiento. En cambio, si
la falla se ubica dentro del punto 2, que se llevan a cabo de forma incorrecta los pasos requeridos, se trata de
mala ejecución del procedimiento. En ambos casos, el acto termina siendo nulo, o carente de efecto. Austin, a
estos tipos de actos, les da el nombre genérico de desaciertos.
Ahora bien, Austin afirma que aún con algún desacierto el acto puede producirse, entonces si este se
realiza, pero el hablante no es sincero (pensamientos / sentimientos) estamos frente a un “abuso”. Por ejemplo,
si consideramos un “juramento”, el hablante necesariamente deberá decir “yo juro”, “te lo juro”, “juro por”; si
este tipo de emisión no aparece estamos frente a desacierto. Pero supongamos que el emisor expresa “Juro por
Dios, la Patria desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidente”, pero no es sincero en sus palabras,
no está comprometido con lo que expresa, será entonces un “abuso”. La diferencia radica en que para que algo
no sea un “abuso” implica las condiciones de sinceridad, compromiso, pensamientos o sentimientos del
hablante.
Por otra parte, la violación de la regla 3 produce un acto hueco, es correcto en la forma externa, pero
que no tiene el contenido necesario. Luego, llama abuso al conjunto de infortunios que producen actos
“huecos”.
Las clasificaciones de Austin son solo un punto de partida para llegar a una explicación sobre los
diferentes tipos de infortunios que se pueden presentar, y que son existentes. No pretende hacer una
clasificación exhaustiva, o que haya exclusión entre los infortunios.
indicador proposicional:
contenido expresado por la
proposición (unión entre referencia
y comunicación);
indicador de fuerza ilocutiva:
muestra con qué fuerza ilocutiva
debe interpretarse la proposición y
cuál es el acto ilocutivo que está
realizando el hablante.