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Ejercicio 6

MENSAJE DE AMOR REAL


La bellísima NERFERTARI había tocado el corazón del faraón RAMSES II. Es
cierto que tenía un nutrido harem que llego a darle la friolera de 160 vástagos,
pero a ninguna de sus esposas la amo tanto como ella. Por eso decidió hacerle
el mejor regalo que se le ocurriera. No servía una pirámide ni una esfinge
gigantesca. Bebía ser algo único. El resultado de aquella pasión faraónica
fueron los impresionantes frescos del Valle de las Reinas dedicados a la
memoria de la amada NEFERTARI.

Por la belleza de sus colores y la calidad de los materiales empleados, los


expertos consideraron la tumba de NEFERTARI una obra maestra del arte
pictórico del Antiguo Egipto. Desde hace 38 siglos las fastuosas pinturas,
realizas sobre roca con gama arábica pigmentada permanecieron
prácticamente inalteradas desafiando al paso del tiempo como el mismísimo
RAMSES II hubiera deseado para su esposa.

Pero lo que no pudieron hacer mas de 300 años lo lograron unas cuantas
décadas de modernidad. Cuando a principios de este siglo el arquitecto italiano
Ernesto Schaparelli descubrió la tumba de NEFERTARI mientras excavaba en
Set Neferu (el solar de la hermosura), únicamente los saqueadores de
centurias pasadas habían osado perturbar la belleza de la tumba. Los frescos
habían perdido parte del su esplendor natural, pero seguían conservando una
belleza casi intacta. Sin embargo, ya en 1940 las cosas habían cambiado mucho

Christopher Cortes Escudero

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