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Cuento “¿Quién mató al amor?”
Cuenta una historia que un día el Odio, el más terrible de los defectos y el más oscuro de los sentimientos, reunió a todos
sus súbditos para tratar un tema urgente.
De todas partes del mundo acudieron los más perversos deseos, las más bajas pasiones y las más maliciosas intenciones
del corazón humano. Todos acudieron curiosos por saber a qué se debía dicho llamado.
Cuando estuvieron todos reunidos, el Odio se puso de pie lentamente, se colocó en medio de los asistentes y dijo:
–Los he reunido porque deseo desde hace mucho tiempo, matar a alguien, y aún no lo he logrado.
Para los convocados no era una sorpresa escuchar este pedido, pues sabían que el Odio siempre quería matar a alguien,
pero se preguntaban quién era ese alguien que resultaba tan difícil de matar ya que había solicitado la ayuda de todos.
–Quiero matar al Amor –prosiguió el Odio.
Muchos sonrieron al escucharlo, pues casi todos querían ver al Amor muerto. El primero en hablar y ofrecerse de
voluntario para tan infame tarea, fue el Mal carácter:
–Yo mataré al Amor, sembraré tanta discordia e ira que no podrá soportarlas.
Calculo que en un mes lo traeré muerto. Pasado el mes se reunieron nuevamente todos para escuchar las novedades,
pero el Mal carácter, no traía buenas noticias:
– Lo siento, he fracasado, lo intenté todo, sembré las más intensas discordias y el Amor las superó todas –dijo
derrotado.
Entonces, se ofreció para la tarea la Ambición. Con aires de superioridad ante el fracaso del Mal carácter, dijo:
–Iré yo, haré que el Amor se enfoque en el deseo de obtener poder y riquezas, no podrá superar la tentación, ¡no fallaré!
–dicho esto, partió.
Su ataque fue tan brutal que su víctima cayó herida ante el brillo de las riquezas y la sed de poder; pero el Amor luchó
feroz y finalmente renunció a tales tentaciones, triunfando así sobre su enemigo.
El Odio, no podía creer que tanto el Mal carácter, como la Ambición fracasaran; estaba furioso y decidió mandar a los
Celos, al experto en los engaños, aquel que con sus perversas artimañas, sembraría la duda y las sospechas infundadas en
el Amor. Grande fue la sorpresa del Odio, al ver cómo el Amor se imponía ante tales artificios.
Año tras año, el Odio persistió en su empresa y mandaba a sus más terribles partidarios, uno más terrible que el otro:
Frialdad, Indiferencia, Egoísmo, Miseria, Orgullo… pero todos fracasaron, pues cuando el Amor se sentía desfallecer,
retomaba impulso y revivía con mayor ímpetu.
El Odio, volvió a convocar a una reunión, estaba desalentado y, con la certeza de que el Amor era invencible, se dirigió a
todos sus secuaces:
–El Amor ha sido capaz de soportar todos nuestros ataques y ha sobrevivido –dijo derrotado–. Nada lo puede vencer.
Debo aceptar que hemos perdido la batalla.
De pronto, de un rincón del salón, se levantó un sentimiento muy poco conocido, de apariencia insignificante, apenas se
le miraba el rostro, por lo que nadie pudo identificarlo. Sin embargo, su voz era firme y con mucha autoridad dijo:
–Yo mataré al Amor.
El Odio estaba sorprendido ante la determinación de ese extraño personaje, y frente a la posibilidad de ver cumplido su
oscuro deseo, le dio la orden:
– ¡Ve y hazlo!
Pasó un tiempo y el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos, pero esta vez estaba radiante.
–Después de muchos intentos, al fin hemos podido matar al Amor –pronunció en su discurso. Todos estaban
sorprendidos.
En medio del alboroto, el sentimiento poco conocido se puso de pie, triunfante:
– Acá les traigo el cuerpo sin vida del Amor. Ha muerto, como querían todos ustedes. –Fue lo único que dijo y luego se
dispuso a marcharse.
–Espera –dijo el Odio– ¿quién eres?, ¿cómo has podido realizar tan difícil tarea ante el fracaso de muchos?, ¿es que el
Amor no opuso resistencia?
El sentimiento desconocido, se volvió lentamente para mirar al Odio y reveló su horrible rostro, que todos vieron por
primera vez y con voz fría y grave, dijo su nombre:
–Soy la Rutina.
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5 Lenguajes del Amor
Nuestros mayores problemas afectivos son porque no hablamos el leguaje de otras personas, el contacto físico, las palabras,
haciendo regalos, compartiendo actos de calidad y actos de Servicio. Cada persona tiene 1 o 2 lenguajes específicos, el lenguaje
de amor depende de cada persona, de la formación, el carácter, la madurez, del nivel de conciencia. Etc. Para conocer el lenguaje
de amor de nuestros seres queridos ya sean pareja, amigos, hijos, padres podemos fijarnos en aquello que tienden a reclamar.
Por ejemplo: nunca me abrazas, no tienes tiempo para mí, no eres considerado conmigo, nunca me ayudas, no estás cuando más
te necesito.
1. EL LENGUAJE DEL CONTACTO
Es una de las formas más directas de comunicación entre los seres vivos.
Es sencilla porque no requiere de palabras.
A veces las palabras generan malos entendidos por lo que no decimos de forma adecuada o por lo que no decimos a tiempo, sin
embargo, un abrazo, una palmada, una caricia, una mirada transmite nuestro afecto de forma casi instantánea.
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