En el libro "Origen y primeras teorías de la opinión pública" de Cándido Monzón, se
examina la relación entre la opinión pública y las teorías políticas del liberalismo y el marxismo. En tiempos del absolutismo Ilustrado surgen las primeras teorías democráticas de la cosa pública. Monzón argumenta que a lo largo del siglo XVIII proliferan los públicos raciocinantes sobre los asuntos públicos en academias, institutos, laboratorios, clubes, salones, y cortes, de tal manera que a finales se entiende claramente qué significa opinión pública y cuál es su papel en la sociedad. Monzón cita ideas relacionadas con el significado de opinión pública de diversos autores a lo largo de la lectura como Hobbes, Spinoza, Leibniz, Habermas, Locke, Bayle, Rousseau, Forster y Burke, sin embargo, en su obra Monzón propone hacer una filosofía de la historia, describiendo el paso del hombre como ser natural e independiente al de individuo civilizado, ansioso, inseguro y dependiente. Monzón destaca que en la primera época el hombre se guiaba por costumbres, era una sociedad natural y la opinión pública era el resultado del contacto con los demás, sin embargo, en la segunda época (el estado social) el hombre se separa de su espacio-entorno y surgen las formas de organización, se produce el progreso económico, aumentan las necesidades y nacen las apariencias. En este sentido, Monzón añade que la opinión pública sería el juicio de la masa sobre los asuntos generales y la voluntad general la acción conjunta de la colectividad. En cuanto al liberalismo, Monzón destaca que esta corriente política considera que la opinión pública es fundamental para la existencia de una sociedad democrática y libre. Los pensadores liberales, como John Stuart Mill, creen que la opinión pública es un medio para controlar al gobierno y garantizar el respeto de los derechos individuales. Asimismo, el autor subraya que los liberales creen que la opinión pública se forma a través de la libre expresión de las ideas y que la censura o la limitación de la libertad de expresión son perjudiciales para la formación de la opinión pública. Por otro lado, en cuanto al marxismo, Monzón explica que esta corriente política considera que la opinión pública está condicionada por la clase dominante y que la prensa es un instrumento de control ideológico de esa clase. Según el marxismo, la opinión pública refleja los intereses de la clase dominante y no representa la voluntad del pueblo en su conjunto. Por ello, la opinión pública no es una herramienta útil para la toma de decisiones democráticas y debe ser reemplazada por un sistema más justo y equitativo. En general, Monzón destaca que la opinión pública es un tema crucial en ambas corrientes políticas, pero su concepción y su importancia son diferentes. El autor subraya que el liberalismo cree en la importancia de la opinión pública como medio de control del gobierno y garantía de los derechos individuales, mientras que el marxismo considera que la opinión pública está condicionada por la clase dominante y que debe ser sustituida por un sistema más justo y equitativo.