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Aparte de las estructuras adaptativas que suponen las formaciones caracterológicas, más o menos
propias y estables en cada persona, existe una serie de mecanismos defensivos, recursos
defensivos generales que pueden ser utilizados en determinado momento, independientemente
de la estructura caracterológica del individuo, aunque desde luego, tanto la manera de usarlos
como el contenido de los mismo, estarán estrechamente relacionados con la estructura del
carácter. Los mecanismos de defensa surgen cuando el yo se ve amenazado por la angustia. Esta
suele aparecer en situaciones de "peligro" o sea conflictiva, que obligan a confrontarse con alguna
realidad angustiosa, ya sea externa o interna, o con impulsos o fantasías con la suficiente fuerza
para imponerse como una realidad operante. La angustia resulta un signo de alarma, de modo
semejante al dolor físico que aparece como revelador de un sufrimiento corporal. De este modo,
cuando una idea reprimida, un impulso, un complejo o una percepción dada, amenazan con
hacerse conscientes, el equilibrio psí quico puede mantenerse, aunque de manera inestable,
recurriendo a alguno de los mecanismos defensivos. Sin embargo, el uso de ellos produce a su vez
una nueva situación de inseguridad que debe ser cubierta, y en el caso de un carácter neurótico,
se llega a construir un complicado edificio inestable y costoso. Kafka, en su novela "El proceso",
traza de la manera más ingeniosa y profunda todas las complicaciones de esta situación, que
termina con la muerte psíquica del procesado. Pueden citarse los siguientes mecanismos de
defensa:
1. La negación. Cualquier situación traumática, tal como una enfer medad grave, un hábito
peligroso o un vicio, pueden ser negados. Es notable la frecuencia con que los médicos niegan su
propio diagnóstico de cáncer, conociendo datos con los cuales no dudarían en diagnosticarlo en
cualquiera de sus pacientes. Otra persona puede decirse: "No está bien comprobado que el tabaco
contribuya al cáncer pulmonar"; oímos decir a personas fran camente alcohólicas: "No estoy
realmente viciado, dejaré esto en cuanto me lo proponga". Con frecuencia, la simple negación no
basta, y el hueco que deja puede ser cubierto con fantasías compensatorias, frecuentemente de
poder, riqueza, fama y grandeza, cariño y reivindicación.
2. La racionalización. Suele tener una gran importancia por ser un mecanismo muy
frecuentemente empleado y de alta eficacia. Consiste bási camente en emplear la razón y la lógica
para justificar actitudes, ideas, afectos y tendencias, que de otra manera resultarían conflictivos y
por lo tanto inaceptables, a la vez que difíciles de renunciar y por lo mismo, causa de conflicto.
Desde luego que se trata de un uso inadecuado y tendencioso del razonamiento, ya sea por falsear
las premisas o por derivar conclusiones inconsecuentes. Hay racionalizaciones de todas las
categorías, desde las pue riles de un niño pequeño, o las tontas de un sujeto poco inteligente,
hasta las sutilezas de la lógica, difíciles de descubrir. Actualmente se escucha a todos los partidos
políticos, religiosos o de cualquier tipo, decir que trabajan y luchan en pro de la paz. Detrás de esta
bandera blanca y defendidas con toda clase de razones, se esconden las más diversas y
contradictorias actitu des, tanto conscientes como inconscientes, quedando amparadas por
raciona lizaciones, toda clase de tendencias y facciones. Tenemos que hallar una justificación que
parezca razonable a nuestras tendencias indeseables, pero que sirva primeramente para
convencernos a nosotros mismos.
una ceguera de tipo funcional, una anestesia o una parálisis histéricas, una cefalea u otros
síntomas que pueden ser del orden más variado.
6. El desplazamiento tiene también mucha importancia por su frecuen cia y eficacia. Por medio de
él, se coloca a una determinada persona o situa ción, en el lugar de aquella a la que le corresponde
la carga emocional. Eso nos permite la continuación de una situación anterior, por lo general de
raíz infantil, con sólo cambiar los personajes o el ambiente. Fulano llega irritado de su trabajo y
agrede a su esposa, hijos o sirvientes, culpándolos de su malestar o problemas. Otra persona es un
fracaso, pero en vez de odiarse a sí mismo, se llena de odio y envidia hacia los que han obtenido
logros que están fuera de su alcance. Cargas de afecto positivo pueden también desplazarse hacia
seres ideales o hacia animales, cuando la expresión amorosa directa y humana se halla bloqueada.
Un caso muy interesante de desplaza miento es la reacción de transferencia, que ocurre
habitualmente durante el curso de un tratamiento psicoanalítico. Es de observación habitual,
desde que Freud lo hizo notar, que el psicoanalista pronto se ve objeto de una serie de afectos de
diversa índole por parte de sus pacientes. Estos afectos pueden implicar amor u odio y se
envuelven en actitudes, exigencias y fan tasías que —cuando se trata de verdadera transferencia
— la personalidad del análisis y la situación psicoanalítica no justifican, de ninguna manera. Si la
transferencia no es advertida y valorada a tiempo, el tratamiento puede echarse a rodar, pero su
análisis proporciona, por otra parte, una excelente oportunidad de conocer las reacciones más
características y arcaicas del pa ciente, trasladadas a la actualidad y en un campo de observación
neutral y objetivo.
7. Sobrecompensación. En este mecanismo, el sujeto hipertrofia de terminadas áreas de su
personalidad, en el intento de suplir deficiencia a inhibiciones de su desarrollo, ya sea social,
intelectual, afectivo o de cual quiera otro tipo, porque en el fondo son causantes de sentimientos
de minusvalía, culpa o vergüenza. Se puede, por este camino, buscar irracionalmente el brillo
social, las distinciones, el poder sobre los demás, la prepronderancia económica, el éxito y el
reconocimiento, o adoptar cualquiera otra actitud que compense la primitiva deficiencia. Aunque
a veces, los mecanismos de compensación pueden conducir a logros notables en algún terreno
creativo, no hay que olvidar que, por lo común, se trata de logros espúreos, que su ponen un inútil
gasto de energía y no de la auténtica realización en la vida.
8. Regresión. Cuando una situación vital es demasiado angustiosa y demanda esfuerzos fuera de
lo habitual, se pueden adoptar actitudes regre sivas que evitan el confrontamiento con la realidad.
Así, por ejemplo, un sujeto aún joven, que perdió a su esposa, de la cual dependía mucho, como si
hubiera sido para él una segunda madre, pero cuyo casamiento le permitía funcionar socialmente
de manera adecuada y sin que desde el exterior pu dieran advertirse grandesfallas, cayó en estado
de profunda depresión, acom pañada de síntomas hipocondríacos y apareciendo ante los demás
como un ser desvaüdo e impotente. Con esta actitud logró despertar el interés y el cuidado de los
demás —aun de sus hijos niños— y obtener de modo regre sivo las gratificaciones de un huérfano,
atemorizado y enfermo. En las situaciones de duelo, particularmente, pueden aceptarse mimos y
cuidados que en otra situación serían rechazados con repugnancia. Pero también en situaciones
de intensa alegría pueden adoptarse actitudes re gresivas y pueriles, en la tentación de vivir de
nuevo, épocas en que la irres ponsabilidad hacía más placentera una situación paradisíaca.
Resulta discutible la afirmación de que las actividades más específica mente humanas, sean el
resultado de la descarga indirecta de un impulso sexual o destructivo, al menos si se entienden los
conceptos de instinto sexual al pie de la letra. Pero dejando a un lado esta discusión, de índole
teórico, es indudable que la actividad que trasciende los niveles puramente instintivos, resulta
indispensable para conservar la salud mental y el sentimiento de alegría de vivir. Pero estos
hechos se comprenden mejor si son interpretados a la luz de teorías que consideran a la
naturaleza del hombre en un aspecto más integral
Referencias.
1. Jung, G. G: Tipos psicológicos. Ed. Sudamericana. Buenos Aires. Argentina, 1943.
2. Htnojosa, A. y Cosío Pascal, A.: Análisis psicológico del estudiante universitario. La Prensa Médica Mexicana. México,
1967.
3. Abraham, K.: The influence of oral erotism on character formation. Selected papers of Kral Abraham. Basic Books Inc.
Pub. New York, 1954.
4. Freud, S.: Character and anal erotism. (1908). Collected Papers. The Hogarth Press. Londres, 1953.
5. Freud, S.: Three enssays on the theory of sexuality the transformaron of puberty. Irnago Pub. Co. Londres, 1952
. 6. Fromm, E.: Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Fondo de Cultura Eco nómica. México, 1956.
7. Fromm, E.: Etica y psicoanálisis. Fondo de Cultura Económica. México, 1953
. 8. Freud, S.: Civilization and its discontents. Collected Papers. The Hogarth Press.
La función del yo es satisfacer los impulsos del ello y no ofender el carácter
moral del superyó, mientras se valora la realidad. Esto no es tarea fácil, y
Freud describe que el yo utiliza mecanismos para manejar los conflictos entre
estas instancias psíquicas.
dar lugar a trastornos de la mente, la conducta y, en los casos más extremos, a la somatización
1. Desplazamiento
un objeto. Por ejemplo, alguien que se siente frustrado con su jefe y le suelta una patada a su
perro, o a un mueble. Nos encontramos en este caso ante un mecanismo de defensa: como no
nos es posible golpear al jefe porque nos despediría del trabajo, desplazamos el objeto de
2. Sublimación
Es similar al desplazamiento, pero el impulso se canaliza hacia una forma más aceptable. Una
pulsión sexual se sublima hacia una finalidad no sexual, apuntando a objetos valorados
defensa fueron muy utilizadas por Sigmund Freud, para quien la libido era una de las formas de
3. Represión
Es el mecanismo que Sigmund Freud descubrió primero. Hace referencia al proceso por el cual
4. Proyección
Hace referencia a la tendencia de los individuos a atribuir (proyectar) sus propios
pensamientos, motivos o sentimientos hacia otra persona. Las proyecciones más comunes
pueden ser comportamientos agresivos que provocan un sentimiento de culpa, y fantasías o
pensamientos sexuales socialmente no aceptados. Por ejemplo, una chica odia a su compañera
de piso, pero el superyó le dice que eso es inaceptable. Puede resolver el problema pensando
5. Negación
Es el mecanismo por el cual el sujeto bloquea eventos externos para que no formen parte de
la consciencia y, por tanto, trata aspectos evidentes de la realidad como si no existieran. Por
ejemplo, un fumador que niega que fumar puede provocar serios problemas para su salud.
Negando estos efectos nocivos del tabaco, puede tolerar mejor su hábito, naturalizándolo.
6. Regresión
irse un fin de semana a casa de un amigo y reacciona con un berrinche y grita delante de sus
7. Formación reactiva
sustituyéndolo por otro más agradable. Por ejemplo, una persona que está muy enfadada con
un amigo, pero le dice que está todo correcto para evitar la discusión.
8. Aislamiento
Es un mecanismo por el cual se divorcian los recuerdos de los sentimientos, como una forma
de soportar y tolerar mejor los hechos y la realidad. Se separa una idea intolerable para el yo
de las emociones que produce, así permanece en la consciencia de forma debilitada. Por
ejemplo, relatar un episodio traumático con total normalidad, igual que si se hablara del tiempo
9. Condensación
reúnen en una sola imagen u objeto durante el sueño. Consiste en la concentración de varios
significados en un único símbolo. El proceso de condensación hace que el relato del contenido
manifiesto sea mucho más breve que la descripción del contenido latente. Es un término que
surge de las explicaciones psicoanalíticas que dan cuenta de la creación de los sueños.
10. Racionalización
En la racionalización se sustituye una razón real que no es aceptable, por otra que resulte
diferente. Por ejemplo, una mujer se enamora perdidamente de un hombre, e inician una
considera que la mujer tiene una autoconfianza muy baja y no le deja respirar. Pese a que la
mujer lleva tres fracasos amorosos consecutivos por la misma razón, concluye: “ya sabía que
Referencias.
1. Jung, G. G: Tipos psicológicos. Ed. Sudamericana. Buenos Aires. Argentina, 1943.
2. Htnojosa, A. y Cosío Pascal, A.: Análisis psicológico del estudiante universitario. La Prensa Médica
Mexicana. México, 1967.
3. Abraham, K.: The influence of oral erotism on character formation. Selected papers of Kral Abraham. Basic
Books Inc. Pub. New York, 1954.
4. Freud, S.: Character and anal erotism. (1908). Collected Papers. The Hogarth Press. Londres, 1953.
5. Freud, S.: Three enssays on the theory of sexuality the transformaron of puberty. Irnago Pub. Co. Londres,
1952
. 6. Fromm, E.: Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Fondo de Cultura Eco nómica. México, 1956.
7. Fromm, E.: Etica y psicoanálisis. Fondo de Cultura Económica. México, 1953
. 8. Freud, S.: Civilization and its discontents. Collected Papers. The Hogarth Press.
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Ernesto Ruiz Estrada cuatrimestre Psicologia