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EL TIBURÓN MALVADO

H abía una vez un tiburón muy malvado y


degradable, que solo pensaba en ganar
dinero y al ver contento a alguien le
molestaba muchísimo. Y lo que menos aguantaba
era que los demás peces fueran educados y corteses
al hablar y pidieran las cosas “por favor”, dijeran
“gracias” y “de nada” y sonrieran al decir algo. El
tiburón pensaba que todas esas palabras eran un
gesto inútil y no servían para nada, así que dedicó
mucho tiempo a inventar una máquina de robar
palabras.
Con su maquina planeaba robar todos los
“por favor”, “gracias” o “de nada” que los peces del
mar dijeran, convencido de que nadie lo notaria,
para luego separar las letras y venderlas a los
fabricantes de libros.
Así que cuando encendió la máquina, todos
los peces abrían la boca para ser amables y educados, pero no decían nada y todas
aquellas palabras robadas iban a parar a la máquina, tal y como esperaba, al principio
no pasó nada, parecía que los peces no necesitaban ser corteses.
Pero al poco tiempo los peces empezaron a sentirse siempre de mal humor,
haciendo todas las cosas de mala gana, así que en unos días todos se enfadaban y se
peleaban por cualquier cosa.
El tiburón estaba terriblemente contento de su éxito, pero se olvido que en lo
más profundo del mar existían unos caballitos de mar que eran mudos y tenia que
hablar por signo. Y como la maquina no podía robar gestos, los caballitos seguían
siendo amables y corteses, enseguida se dieron cuenta de lo que pasas y descubrieron
los planes del tiburón.
Así que los caballitos lo siguieron hasta su escondite en lo profundo del mar
donde encontraron la enorme maquina guardando letras y letras. Aprovechando que
el tiburón dormía la siesta se acercaron a la máquina y empezar a ser corteses y
amables entre ellos. La máquina no podía robar aquellas palabras y empezó a sufrir
una sobrecarga tan grande que no pudo soportar y explotó, lanzando las letras
guardadas.
Entonces todos pudieron volver a ser amables y corteses y los enfados y peleas
acabaron, demostrando que los buenos modales son muy útiles para mantener más
unidos y felices a todos los peces.
FIN. -

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