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Bueno para pensar, bueno para comer - Andres Felipe Cuellar Gutiérrez

Hay que tener en cuenta el hecho de que, como lo dice el título, no todo lo que es
bueno pensar, es bueno para comer. Resalta que cambiamos los nombres para
que no reflexionemos mucho sobre que estamos consumiendo. Así las cosas,
entre culturas y religión imponemos normas sociales que prohíben el consumo de
algunos alimentos, sea vegetal o carne: en general, disfrutamos mucho de las
carnes de cualquier modo, pero para algunas culturas el asesinar algunos
animales es una atrocidad. Con esto se establece que, entre culturas, no
compartimos creencias con respecto con respecto a lo que comemos: En la india
las vacas son sagradas, sus productos son muy importantes por lo que matarla
significaría una gran pérdida; Por el contrario, en otros países el consumo de
carne de res es algo normal ya que los materiales están nos producen, pero
apenas dejan de producir materiales ya se matan y se comen. Esto no quiere decir
que por el simple hecho de que en el otro extremo del mundo este animal no se
consuma, sea de despreciar dichas culturas: es una imposición de las normas
sociales en esta parte del mundo que aprovecha los recursos de acuerdo con un
mejor uso.
Si se tienen todos los factores previos en cuenta, sabemos que el hecho de
comparar entre culturas únicamente nos permite saber las diferencias por culturas:
pero siempre se debe tener en cuenta el contexto existente, el hecho de que
producir alimentos, en ciertas partes es más fácil por su ubicación geográfica, el
clima de la región, su facilidad de transporte, entre mas factores. Siempre
dependemos de la facilidad que nos imponga la naturaleza, porque comemos lo
que sea más fácil de obtener y no disponga de un gran esfuerzo.

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