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“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

Integrantes:
Flores Ramirez Valery
Flores Toledo Obed
Fernandez Zavala Luid
Bustes Nayely Yataco Nayelly
Antahurco Flores Carmen

Tema:
Monografía la teoría de la justicia John Rawls

Curso:
Administración Pública

Ciclo:
V

Turno:
Noche

Docente:
Carmen Torres Cueva

2023
ÍNDICE
1.INTRODUCCIÓN……………………………………………………………03 pág.

2.TEORÍA DE LA JUSTICIA…………………………………………………04-06 pág.

3. IDEAS FUNDAMENTALES SOBRE LA JUSTICIA…………………… 07 pág.

4. LA POSICIÓN ORIGINAL Y EL EQUILIBRIO REFLEXIVO…………… 08 – 10 pág.


5. EL VELO DE IGNORANCIA……………………………………………… 10-12 pág.
6. LOS PRINCIPIOS DE LA JUSTICIA……………………………………12-14 pág.
7. ALGUNAS REACCIONES A LA TEORÍA DE RAWLS……………14 -17 pág.
8. ACKERMAN ………………………………………………………………18 pág.
9. ELSTER……………………………………………………………………19 pág.
10. NOZICK……………………………………………………………………20 pág.
11. ACKERMAN……………………………………………………………….21 - 23pág.
12. FUNDAMENTO DE LA JUSTICIA SOCIAL EN LA SOCIEDAD MODERNA 24 -
30 pág.
13. CONCLUSIONES………………………………………………………….. 31 pág
13. BIBLIOGRAFÍA 32-33 pág
1. INTRODUCCIÓN
Esta teoría relata cómo se construye una sociedad justa con objeto de un acuerdo entre personas
racionales libres e iguales en una situación contractual justa, pueden contar con una validez universal
e incondicional. En consecuencia, se han elaborado un conjunto de teorías que intentan explicar cómo
los criterios sostenidos por unos y otros toman forma en el desempeño y comportamiento de la
estructura básica de la sociedad.
Según este filósofo es posible redistribuir dichas riquezas y favorecer a los menos aventajados con la
lotería natural. La justicia debería ser tan importante para el ser humano que su comportamiento esté
orientado hacia ella eliminando las injusticias ya que genera el bien común. Hoy en día a pesar del
gran tratamiento de este asunto, aún estamos en deuda con él ya que nos muestra un enfoque de
derecho contemporáneo. Este es un cuestionamiento que vale la pena abordar antes de iniciar con la
descripción de cualquiera de ellas. Según, Elster una primera respuesta aproximada es: el sistema de
libertades y obligaciones y la distribución de los ingresos. Con diversos enfoques, la mayoría de las
teorías coinciden con este planteamiento. Es necesario aclarar que al hablar de la distribución de los
ingresos nos referimos tanto a la distribución directa de los impuestos, transferencias y subsidios,
como a la distribución de los ingresos que se generan por los recursos productivos o los que se
generan por el consumo de artículos o bienes personales (bienes materiales, servicios, respeto por uno
mismo, bienestar, conocimiento, salud, aptitudes mentales o físicas, etc.).
Las teorías de la justicia difieren en la importancia que dan a esta clase de bienes. Así, para los
utilitaristas el bienestar es fundamental mientras que Rawls destaca el respeto por uno mismo y
Amartya Sen plantea que los bienes moralmente relevantes son las aptitudes básicas. La descripción
de los diversos enfoques rebasa los alcances de este trabajo, por lo que en adelante nos enfocaremos
en la teoría de Rawls.
El objetivo de este trabajo es describir los aspectos más importantes de la teoría de Rawls y sus
principales críticos, así como hacer un acercamiento muy superficial a su influencia en las
sociedades democráticas modernas en materia de justicia social.
1. La Teoría de la Justicia de John Rawls

En 1971, John Rawls publicó su obra Teoría de la Justicia. El objetivo de Rawls es


combatir y superar el utilitarismo teoría ética que trata de diferenciar el bien del mal al
enfocarse exclusivamente en los resultados de las acciones así planteando que una teoría,
por más elocuente que sea, debe ser rechazada o revisada si no es verdadera y que lo único
que nos permite tolerar una teoría errónea es la falta de una mejor, este autor se dedicó
volver a conectar la filosofía con las nociones de bienestar económico dimensiones que
componen la medición de la pobreza, este espacio hace posible identificar si las personas
tienen (o no) los recursos para adquirir bienes y servicios que satisfagan sus necesidades
alimentarias y no alimentarias. Sin embargo, tampoco se plantea que su teoría es la menos
errónea, sino que más bien se asume desde el comienzo mismo que se trata de una teoría
más y que de ninguna manera es la única que impone, o que esté por encima de las
demás.No obstante, Rawls evidencia su teoría a través del ejercicio del poder político
cuando este se encuentra en armonía con una norma suprema (la Constitución) lo cual dicta
que las normas y los actos del poder público deberán mantener conformidad con las
disposiciones constitucionales; en caso contrario carecerán de eficacia jurídica. , en lo
posible, es apoyada por los ciudadanos conformando así un principio de legitimación del
poder político.
Muchos filósofos creen que Rawls hizo una importante contribución a la filosofía política,
ya que explica cómo el equilibrio reflexivo debe existir un tipo de equilibrio entre lo que es
la creencia que tiene un individuo (de religión) y las normas que desarrolla el Estado. El
consenso superpuesto. Otros encuentran que el trabajo de Rawls no es convincente y está
muy alejado de la praxis política la cual se enfoca en los dispositivos que permiten la
conformación de una organización territorial para que los sujetos participantes puedan
emprender acciones concretas destinadas a la modificación de sus condiciones de
existencia. . Sin embargo, hay un consenso general en que la publicación de Teoría de la
Justicia conlleva una reactivación de la filosofía política. La obra de Rawls es
multidisciplinar, y ha recibido especial atención por parte de economistas, politólogos,
sociólogos y teólogos. En este sentido, se puede decir, que la teoría de Rawls es
probablemente la obra de filosofía moral y política más importante del siglo pasado. Rawls
reinstaló el rol central de la teorización sobre la justicia en las ciencias sociales con el
sentido de justicia es definido por Rawls como la capacidad moral que tenemos para juzgar
cosas como justas, apoyar esos juicios en razones, actuar de acuerdo con ellos y desear que
otros actúen de igual modo. Sin embargo este proceso se da a nivel de los individuos en el
marco de la sociedad y su estructura básica..

Él mismo denominó a su teoría justicia como: imparcialidad, apoyado en la idea de que


solamente a partir de condiciones imparciales se pueden obtener resultados imparciales. La
imparcialidad de la situación contractual a la cual él llama posición original se garantiza por
un velo de ignorancia que impide a los participantes del acuerdo observar y tener todos los
conocimientos particulares, entre ellos los relacionados con su propia identidad y con la
sociedad a la cual pertenecen. De este modo, se depura el acuerdo de la influencia de
factores naturales y sociales que Rawls considera contingentes desde el punto de vista de la
justicia, y a la vez se asegura el tratamiento equitativo de las distintas concepciones del
bien.
Describiremos la argumentación de Nozik debido a que es el autor cuya obra ha tenido
mayor impacto, la argumentación de Ackerman porque es quien aborda la crítica sobre la
posición original que es uno de los elementos más discutidos de Rawls, y la argumentación
de Elster en el sentido de la necesidad de ir más allá de los planteamientos de Rawls en la
aplicación de la justicia local.
Finalmente, se realizará un acercamiento a la probabilidad de que los planteamientos de las
sociedades democráticas modernas en torno a la justicia social y el bienestar de los más
desprotegidos, puedan tener su justificación, aunque sea en términos meramente morales y
sin plena conciencia de ello, en la teoría de Rawls.

Utilitarismo

Rawls afirma que la idea principal del utilitarismo es que la sociedad está correctamente
ordenada y justa cuando sus instituciones más importantes están dispuestas de tal forma que
obtienen el mayor equilibrio de satisfacción neta distribuida entre todos los individuos que
la componen.

Es especialmente importante que Rawls demuestre que su teoría de la justicia es superior al


utilitarismo. El principio de utilidad finalmente determina los conceptos de bien y equidad,
y considera la distribución de beneficios que maximizan los beneficios como equidad, que
el utilitarismo clásico asocia con la satisfacción de los deseos. Así como una persona, para
realizar sus propios intereses, siempre equilibra las ganancias y las pérdidas, por lo que
puede ser racional sacrificarse en un momento determinado por intereses futuros, así
también es racional que la sociedad maximice sus intereses. , incluso para lograr el mayor
balance neto de satisfacción posible, hará sacrificios a algunos de sus miembros. Al
extender el principio utilitarista de la elección individual a la sociedad, el principio se
vuelve indiferente a cómo se distribuye la suma de las satisfacciones individuales, lo que en
última instancia justifica instituciones como la esclavitud si se compensan los sacrificios de
unos pocos. Satisfacción de los demás en el balance general.

En este sentido, no hay ninguna razón en principio por la que las mayores ganancias de
algunos no deban compensar las pérdidas menores de otros o, lo que es más importante, por
las que las violaciones de las libertades de unos pocos no puedan justificarse cuando son
compartidas por la mayoría. Bien mayor. Rawls argumenta, sin embargo, que en un estado
bastante avanzado de civilización, la mayor ventaja no se obtiene de esta manera, ya que el
rigor de los aspectos de justicia de sentido común ciertamente debe ser de alguna utilidad
para limitar las tendencias humanas a la injusticia. Injusticia y acciones socialmente
dañinas, aunque los utilitaristas creen que es un error afirmar tal severidad como el primer
principio de la moral
En el utilitarismo el bienestar social depende directa y únicamente de los niveles de
satisfacción e insatisfacción de los individuos factores muy importantes en el desempeño
que brindan los profesionales que están inmersos en las organizaciones, dichos factores
propiamente se encuentran establecidos por las empresas ya que son las entidades que
imponen políticas, condiciones, limitaciones etc. . Además, la satisfacción de los deseos
tiene un valor por sí misma y necesariamente se toma en cuenta cuando se decide lo que es
justo. De esta forma, al calcular el equilibrio mayor de satisfacción es aquel punto en el que
un consumidor encuentra su mayor utilidad para unos precios y una renta dada. El
consumidor se encuentra en equilibrio cuando con la renta o presupuesto que dispone
cuando puede adquirir los bienes que le reportan la mayor satisfacción. No importa sobre
qué son los deseos, sino únicamente cómo su satisfacción afectaría el nivel de bienestar,
primero de los individuos y luego de la sociedad como una suma de la satisfacción de los
individuos.

Los críticos del principio de maximización de la utilidad en el utilitarismo reconocen tres


temas temáticos: primero, se cuestiona la suposición de la comparabilidad interpersonal de
la utilidad que subyace al concepto de utilidad total. En segundo lugar, este retorno total no
tiene en cuenta el grado de distribución de la prosperidad en la sociedad, por lo que este
criterio sería compatible con la coexistencia de pobreza y riqueza. Por último, se impugna
la reducción del juicio moral a la utilidad, porque ésta, como experiencia subjetiva, puede
adolecer de un desajuste con la realidad, o reflejar una concepción errónea acerca del bien,
sea por falta de información o por creencias equivocadas.

La principal crítica de Rawls al pragmatismo es la falta de respeto por las personas, porque
en la versión más clásica, una persona no se considera valiosa y merecedora de protección
total. En cambio, es solo una gota en el océano de la utilidad social en general. Esto
significa que a veces debemos aceptar una utilidad muy baja para algunas personas si es
parte de un esquema para maximizar la utilidad total.

Rawls argumenta que, al contrario de lo que sucede con el pragmatismo, las personas
anticipan un principio liberal igualitario y lo hacen sin conocer sus fines más específicos y
aceptando aplicar sus nociones a esa preocupación. Al menos al no insistir en declaraciones
que la violen directamente. Según Rawls “Un individuo que se dé cuenta de que disfruta
viendo a otras personas en una posición de menor libertad entiende que no tiene derechos
de ninguna especie a este goce. El placer que obtiene de las privaciones de los demás es
malo en sí mismo: es una satisfacción que exige la violación de un principio con el que
estaría de acuerdo en la posición original”
Así, Rawls construye una teoría alternativa que responde al utilitarismo al mismo tiempo
que critica las falsedades que subyacen a los conceptos utilitaristas que no son
necesariamente moralmente correctos, y al tiempo que invoca el principio de la mayoría,
que excluye a muchos miembros de la sociedad (como una minoría) es antitético. Un
axioma en las democracias liberales modernas que se caracterizan por el pluralismo.
Los utilitaristas, por otro lado, lo reprendieron por su forma arbitraria de derivar sus
principios de justicia desde el punto de partida. Para ellos, tiene sentido centrarse en la
propia situación y no en las circunstancias de los menos afortunados en un mundo incierto.

la maximización de la utilidad media niega a los desfavorecidos cualquier trato especial.


Fue criticada por el feminismo por despreciar a la familia como institución fundamental de
la sociedad y por hacerlo, perpetuando injusticias y prejuicios. El propósito de su proyecto
en general fue cuestionado por los partidarios del comunitarismo. Creen que la idea de
alcanzar valores universales es ilusoria porque lo justo depende del marco histórico. Debido
a que Rawls sostiene que una sociedad justa era compatible con la propiedad privada y
estatal de los medios de producción, los marxistas lo reprendieron por no colocar el tema de
la propiedad de los medios de producción al frente de la narrativa.

Nozick

El libertario Robert Nozick amplió el trabajo de Rawls. Con el fin de examinar las áreas de
desacuerdo entre social-liberales y libertarios, la "Teoría de la justicia" de Rawls y la
"Anarquía, el Estado y la utopía" de Nozick se están examinando actualmente juntas.

Los derechos de propiedad y el libre comercio, según Nozick, son inaccesibles y rechaza
cualquier intento de interferir en ellos, ni siquiera para aumentar su eficacia. Nozick
presenta teorías libertarias de la justicia como contraargumento de las ideas de la derecha
que consideran que las teorías igualitarias de la justicia son insuficientemente liberales.

La dialéctica entre los derechos individuales y los propósitos y la legitimidad del Estado es
el foco principal de los escritos de Nozick. Nozick contrasta su teoría retributiva de los
derechos con otras teorías de la justicia distributiva, especialmente la descrita por Rawls,
para mostrar que no se justifica un Estado más expansivo que el que asegura derechos
negativos y exhaustivos.

Nozick utiliza la teoría del Estado de naturaleza para responder a la pregunta de si el Estado
es necesario o si es factible la coexistencia en la anarquía. Según Nozick, la transición del
Estado de naturaleza al Estado solo es factible si los derechos que tienen los individuos en
el Estado de naturaleza no son violados durante el proceso de construcción. Según Nozick,
la creación del Estado no es el resultado de un acuerdo o consentimiento entre individuos,
sino que es el resultado de un proceso de mano invisible a través del cual se llega a un
resultado independientemente de la intención deliberada del grupo de personas, que
restringen mismos a actuar solos en defensa de sus derechos.

Nozick presenta una teoría de los derechos encabezada por el principio de justicia en la
pertenencia, que se compone a su vez de tres principios: el principio de justicia en la
adquisición, el principio de justicia en las transferencias y el principio de rectificación.
Según esta teoría, los dos primeros principios son las vías jurídicas que permiten que una
distribución sea equitativa, de manera que se obtenga el derecho de propiedad.

sobre los bienes distribuidos, ya que cualquier distribución resultante de transferencias no


restringidas en una situación en la que hay equidad es justa en sí misma. El principio de
rectificación, por su parte, se encarga de corregir las injusticias en la propiedad provocadas
por acciones antijurídicas anteriores.

Los utilitaristas, por otro lado, lo reprendieron por su método arbitrario de derivar sus
principios de justicia desde el punto de partida. Para ellos, tiene sentido en circunstancias
inciertas centrarse en la propia situación en lugar de preocuparse por cómo les va a los
demás.

maximizar la utilidad media, negando un trato especial a los desfavorecidos.


Su desprecio por la familia como institución fundamental de la sociedad fue criticado por
las feministas, que la vieron como un vehículo para la perpetuación de los prejuicios y la
injusticia. El propósito de todo su proyecto fue cuestionado por los partidarios del
comunitarismo. Ya que lo que es justo depende de la contexto histórico, ven la afirmación
de que hemos alcanzado valores universales como ilusoria. Recibió críticas de los marxistas
por no haber puesto el tema de quién es dueño de los medios de producción al frente de la
discusión (Rawls sostiene que una sociedad justa podría coexistir con la propiedad privada
y estatal de los medios de producción).

El libertario Robert Nozick replicó el trabajo de Rawls. Con el fin de examinar las áreas de
desacuerdo entre social-liberales y libertarios, la "Teoría de la justicia" de Rawls y la
"Anarquía, Estado y utopía" de Nozick se están estudiando actualmente juntas.

Nozick rechaza cualquier injerencia en el libre comercio y los derechos de propiedad, ni


siquiera para aumentar su efectividad, y afirma que son inaccesibles. Como resultado,
Nozick aboga por una alternativa libertaria a las ideas de la derecha que consideran que las
teorías igualitarias de la justicia son insuficientemente liberales.

El conflicto entre los derechos individuales y los fines y la legitimidad del Estado es el foco
principal de los escritos de Nozick. Nozick contrasta su teoría retributiva de los derechos con
otras teorías de la justicia distributiva, especialmente la descrita por Rawls, para mostrar que
no se justifica un Estado más expansivo que el que defiende derechos negativos y
exhaustivos.

Debido a que estos solo pueden implementarse a través de intervenciones continuas en la


vida de las personas, como la prohibición de transacciones o la confiscación de activos,
Nozick rechaza una teoría de justicia distributiva pautada o de estado final como la de
Rawls.

Nozick, por su parte, cree que es muy poco probable que todo el mundo decida actuar
siempre de acuerdo con una última pauta igualitaria porque sería muy inestable y fácilmente
derrocable debido a las acciones voluntarias realizadas por los individuos a lo largo del
tiempo. Esto es cierto incluso si aceptan la posición original expuesta por Rawls. Solo los
patrones de comportamiento que están restringidos por los derechos individuales pueden ser
estables en el sentido de que no sugieren la posición de una alternativa o las posiciones
relativas de dos alternativas en un ordenamiento social, sino que restringen las opciones que
el ordenamiento puede respaldar. justo. Reconocer los derechos de copropiedad sobre las
personas implica incorporar al marco jurídico de una sociedad —ya sea un Estado Igualitario
o más que mínimo— un estándar de igualdad de resultados, sin tener en cuenta la voluntad
de cada uno.

Según Nozick, el principal argumento contra la teoría de la justicia de Rawls es que exige la
inclusión de una regla que especifique cómo dividir el resultado global de la cooperación en
una sociedad donde dicha cooperación es la norma. sin considerar cómo tal directiva podría
entrar en conflicto con los derechos individuales particulares que son relevantes en esa
circunstancia. Por ello, Nozick concentra sus esfuerzos en desmentir el principio de
diferencia esbozado por Rawls, quien cree que es uno de los postulados fundamentales de la
justicia que debe existir en una sociedad que busca alcanzar la igualdad entre sus miembros.
Según este principio, las mayores ventajas obtenidas por los más dotados sólo son
justificables si forman parte de un plan que eleva las expectativas de los menos privilegiados
de la sociedad.

Según Nozick, la simetría y la neutralidad que deberían ser la base de toda cooperación
social para permanecer estable son oscurecido por el principio de diferencia. En otras
palabras, la introducción del principio de la diferencia, como principio que define los
resultados de la cooperación, implica que los menos dotados extraen más beneficios que los
situados en una mejor posición en relación con las posesiones anteriores de cada persona en
un esquema no cooperativo o cooperación más limitada. Las personas más talentosas, sin
embargo, tienen razones para evitar cooperar porque no presentan las mismas condiciones
razonables; Sin embargo, no todas las personas pueden exigir el máximo de una situación de
cooperación.

Nozick presenta una teoría de los derechos encabezada por el principio de justicia en la
pertenencia, que se compone a su vez de tres principios: el principio de justicia en la
adquisición, el principio de justicia en las transferencias y el principio de rectificación. De
acuerdo con esta teoría, la adquisición del derecho de propiedad se hace posible por los dos
primeros principios, que son los medios jurídicos que permiten que una distribución sea
equitativa.

sobre los bienes distribuidos, siendo legítima por sí misma toda distribución que resulte de
transferencias irrestrictas derivadas de una justa circunstancia. El principio de rectificación,
por su parte, se encarga de corregir las injusticias en la propiedad provocadas por acciones
antijurídicas anteriores.

Fue criticado por los utilitaristas por su método arbitrario de derivar sus principios de justicia
desde el punto de partida. Para ellos, tiene sentido centrarse en la propia situación y no en las
circunstancias de los menos afortunados en un mundo incierto.

maximizar la utilidad media, negando cualquier trato especial a los menos afortunados.
Las feministas criticaron su desprecio por la familia como institución fundamental de la
sociedad y, en consecuencia, como vehículo para la perpetuación de la injusticia y los
prejuicios. El propósito de su proyecto en general fue cuestionado por los partidarios del
comunitarismo. Dado que lo que es justo depende del contexto histórico, consideran ilusoria
la afirmación de que hemos alcanzado valores universales. Debido a que Rawls sostiene que
una sociedad justa era compatible con la propiedad privada y estatal de los medios de
producción, los marxistas lo reprendieron por no colocar el tema de la propiedad de los
medios de producción al frente de la narrativa.

Ackerman

Los análisis en torno a las condiciones de la posición original y a la elección de principios


de justicia a partir de estas condiciones han sacado a la luz cómo la reducción de la
arbitrariedad en la descripción de la situación hipotética resulta mucho menos fácil de lo
que Rawls cree.

La dificultad con la que se enfrentaría toda teoría contractual cuando es interrogada acerca
de las razones para optar por una descripción determinada de la situación de elección, es
denominada por Bruce Ackerman, en su obra “La Justicia Social en el Estado Liberal”, el
problema de caracterización”. Para mostrar en qué consiste. Ackerman empieza por
describir lo que él considera la estructura básica del argumento contractual: de un modo u
otro, todos los contractualistas quieren convencernos de abordar el problema de la justicia
como si nosotros fuéramos alguna persona hipotética con un conjunto particular de
preferencias confrontando alguna situación hipotética que nos fuerce a escoger una entre un
número de opciones abiertas a nosotros.

Una vez que él ha decidido entre una caracterización de (1) el elector ideal y (2) el conjunto
de opciones apropiado, el argumento contractual es obvio: dados (1) y (2), él desea
demostrar que los electores rechazaron ciertas políticas incluidas en el conjunto de
escogencia a favor de otras políticas abiertas a ellos. Son éstas políticas las que serán
inscritas en el contrato social que estructurará la interacción social subsecuente entre las
partes.

Ahora, si ésta caracterización del argumento general es aceptada, un problema básico


parece suficientemente claro. Precisamente es muy fácil manipular las definiciones de
elector y conjunto de alternativas para generar cualquier conclusión que concuerde con la
inclinación de uno.

Rawls supone que los electores otorgan prioridad a la preservación de las libertades básicas,
lo que tiene por consecuencia necesaria la elección de un principio que asegure éstas
libertades. Este es uno de los casos más claros de la presuposición de lo que se quiere
probar en la posición original, y que ilustrara lo que al parecer de Ackerman es la típica
concentración de los teóricos contractuales en algún conjunto de derechos individuales
básicos, que ellos buscan generar a partir de la situación de elección correspondiente.
¿Son, no obstante, estos derechos fundamentales, algo más que preferencias personales de
los contractualistas, en el caso de Rawls? ¿Es posible caracterizar al elector hipotético y al
conjunto de opciones de algún modo que no resulte arbitrario?

Ackerman muestra que una posible defensa frente a estas objeciones, no puede darse dentro
del marco contractual, pues entonces el problema se volvería infinito: Su tesis es que es
imposible montar una defensa seria y permanecer dentro del marco contractual. La única
cosa que un contractualista no puede esperar definir de un modo contractual es el elector y
el conjunto de opciones que estructura el argumento contractual. Sería simplemente fútil
decir que una respuesta al problema de la caracterización fuera generada ella misma por (1)
El argumento contractual es obvio una vez que ha elegido entre una descripción de (1) el
votante ideal y (2) el conjunto adecuado de opciones. Dados (1) y (2), quiere demostrar que
los votantes rechazaron políticas específicas. incluidas en el abanico de opciones a favor de
otras pólizas disponibles. Estas reglas se incluirán en el contrato social que establecerá el
marco para las interacciones sociales subsiguientes de las partes.

Ahora bien, si se acepta esta descripción del argumento general, una cuestión fundamental
parece ser bastante obvia. Las definiciones de un elector y las opciones disponibles se pueden
manipular con demasiada facilidad para llegar a cualquier conclusión que se adapte a las
preferencias de uno.

La elección de un principio que defienda estas libertades es una consecuencia necesaria de la


presunción de Rawls de que los votantes priorizan la preservación de las libertades
fundamentales. Este es uno de los ejemplos más flagrantes de la suposición de lo que buscaba
establecer la posición original, y sirve para ilustrar lo que, en opinión de Ackerman, es el
enfoque típico de los teóricos del contrato sobre un conjunto particular de derechos
individuales fundamentales que buscan proteger. generar a partir de la situación de elección
correspondiente.
Sin embargo, en el caso de Rawls, ¿es posible caracterizar el selector hipotético y el conjunto
de opciones de alguna manera que no sea arbitraria?

Según Ackerman, es imposible montar una defensa significativa mientras se mantiene dentro
del marco contractual porque hacerlo haría que el problema se volviera intratable. El elector y
el conjunto de opciones que estructuran el argumento contractual son las únicas cosas que un
contractualista no puede esperar definir en una manera contractual. No tendría sentido afirmar
que (1) produjo una respuesta al problema de caracterización por sí mismo.

Algún votante ficticio hizo su selección de una lista de alternativas para caracterizar el
escenario de elección en (2).

sobre los bienes distribuidos, siendo legítima por sí misma toda distribución que resulte de
transferencias irrestrictas derivadas de una justa circunstancia. Por su parte, el principio de
rectificación se encarga de corregir las inequidades en la propiedad provocadas por hechos
ilícitos anteriores.

Los utilitaristas, por otro lado, lo reprendieron por su método arbitrario de derivar sus
principios de justicia desde el punto de partida. Para ellos, el curso de acción sensato en una
situación incierta es simplemente concentrarse en la propia situación en lugar de preocuparse
por cómo les va a los demás.
la maximización de la utilidad media niega a los desfavorecidos cualquier trato especial.
Fue criticada por el feminismo por ignorar a la familia como institución fundamental de la
sociedad y por hacerlo, ignorando el hecho de que la familia es fuente de prejuicios e
injusticias. Quienes favorecían el comunitarismo cuestionaron el propósito general del
proyecto. Creen que la idea de alcanzar valores universales es ilusoria porque lo justo depende
del marco histórico. Los marxistas lo reprendieron por no poner el tema de la propiedad de los
medios de producción al frente y al centro (Rawls sostiene que una sociedad justa era
compatible con la propiedad privada y estatal de los medios de producción).
Elster plantea que sus ideas no constituyen una teoría, sino una serie de hipótesis no
probadas sobre los principios de justicia sostenidos por economistas, abogados y políticos
que no son filósofos profesionales.
Dado que asume que los procesos de producción y distribución son independientes y
descarta el hecho de que el sistema de precios permite una mejor asignación de los factores
de producción, Rawls, en opinión de Benegas, malinterpreta completamente el proceso de
mercado. Esto, según Benegas, es necesario para brindar a todos el nivel de vida más alto
posible en las condiciones actuales. Como el mercado no se ha comportado tan bien como
todos esperábamos y el bienestar no es uno de sus objetivos inmediatos, no me detendré
mucho más en describir la estrategia de Benegas. El hecho de que hayamos discutido cómo
los gobiernos actuales pueden, si así lo desean, encontrar una justificación teórica que les
permita actuar moral y éticamente contra las condiciones de injusticia social es lo que
importa.

Apoyándonos una vez más en Rawls, podemos afirmar que este principio implica otorgar a
los miembros más marginados de la sociedad un poder significativo para negociar con las
instituciones y las políticas públicas porque priman sus intereses.

absoluta con respecto a otras metas socialmente deseables. De esta forma, también es
posible afirmar que es deseable que los gobiernos democráticos asuman la responsabilidad
de eliminar la desigualdad que resulta de hechos fortuitos y no de nuestras decisiones, junto
con la idea de priorizar a los socialmente desfavorecidos.

Felipe Jiménez Pérez sostiene que el Estado debe seleccionar la política que se toma en
cuenta de esta manera, interpretando Rawls en el sentido de que la política debe ser
considerada tal como sería evaluada por un observador justo e imparcial oculto tras un velo
de ignorancia. Esto implica que al desarrollar políticas públicas, debemos apuntar a mejorar
el bienestar de la persona que se encuentra en peor situación dentro de la sociedad. Por
tanto, Rawls maximizará la utilidad mínima en lugar de la utilidad total de la sociedad,
como haría un utilitarista del siglo XIX.

Continuando con este punto, Carlos de la Puente afirma que la experiencia enseña que las
desigualdades son el resultado de un sistema que motiva a algunas personas a elevar el
nivel de riqueza en la sociedad. Esto está en línea con la teoría de Rawls, según de la
Puente. Por lo tanto, es responsabilidad del gobierno hacer cambios para que las personas
más pobres se beneficien de una mayor riqueza. Y que ese aumento de la riqueza social
debe servir para generar un aumento de los ingresos de los más pobres. Según la teoría, este
plan beneficiaría a los menos afortunados más que cualquier otro plan que pudiera existir.
El talento o el esfuerzo no son justificaciones moralmente aceptables para recibir un mayor
ingreso en este ideal de justicia. El talento natural es un bien compartido, según Rawls.
Debido a esto, el talento natural de una persona solo puede conducir a una mejor situación
para ellos mismos si lo utilizan para ayudar a las personas más vulnerables.

De derecha e izquierda, del utilitarismo y meritocracia, ha habido y sigue habiendo un


acalorado debate sobre estos conceptos. Los libertarios de derecha critican a Rawls por dar
prioridad a la equidad sobre el talento natural como criterio de distribución. Según Robert
Nozick, una visión como la de Rawls es moralmente incorrecta porque va en contra de la
idea de autonomía y respeto por la persona, que se supone que es el fundamento de la teoría
de la justicia de Rawls. Según Nozick, los humanos tenemos derechos inalienables sobre
los resultados de nuestro trabajo, nuestro esfuerzo y nuestra creatividad.

Otros que no están de acuerdo con los principios de Rawls afirman que el mérito, definido
como el esfuerzo de un individuo, las decisiones de vida o la contribución a la economía,
debería ser el criterio que determine cómo se distribuye el ingreso. Saber cómo contribuye
cada individuo a la creación de riqueza en sociedades con procesos productivos complejos
es uno de los retos de esta posición.

Sin embargo, cualquier discusión sobre la justicia distributiva todavía parece estar
dominada por la teoría de Rawls. Desgraciadamente, afirma Carlos de la Puente, el aspecto
ético del debate sobre la distribución aparece oculto tanto en la derecha como en la
izquierda. La filosofía dominante prefiere poner un fuerte énfasis en la productividad, la
creación de riqueza y la estabilidad social, y en ocasiones parece compartir ideales
libertarios. Mientras que otras voces han optado por un discurso en el que discutir el "rol
del Estado" es más crucial que resaltar los parámetros de una distribución justedad de la
sociedad. Mientras que otras voces han optado por un discurso según el cual lo más
importante sería discutir el “rol del Estado” antes que señalar los criterios de lo que sería
una distribución justa.
1.2. Conclusiones:

Rawls propone una teoría ideal y, por lo tanto, normativa de la justicia. Decidir cuál sería
la distribución justa de bienes y servicios sobre la base de la información acerca de las
preferencias y demandas reales de las personas excede las posibilidades de una teoría ideal
aunque es necesario establecer y administrar imparcialmente un sistema justo de
instituciones.

Rawls plantea que, en la práctica, se elige entre varias situaciones injustas y se busca, en
una teoría no ideal, la solución menos injusta posible buscando un equilibrio de
imperfecciones, un reajuste de injusticias compensadas. El mérito de una teoría ideal,
puramente procedimental, reside en la posibilidad de contar con alguna noción de lo que es
justo para, desde allí, evaluar la gravedad de las imperfecciones reales y establecer el mejor
modo de acercarse a ese ideal.

La teoría de Rawls fue una reacción contra el relativismo y el escepticismo ético, que
niegan la posibilidad de afirmar la verdad o falsedad de las afirmaciones sobre lo justo o lo
correcto. Marcó un renacimiento del realismo moral, según el cual la argumentación en
materia de justicia es una actividad fructífera, en la que es posible distinguir mejores y
peores respuestas.

Sin embargo, podemos concluir que la aportación más importante de la teoría de Rawls ha
sido reinstalar la importancia de las teorías sobre la justicia en las modernas ciencias
sociales.
Todo su trabajo fue encaminado a demostrar lo razonable de su propuesta adaptando los
comentarios y criticas que fue recibiendo.

La justicia como equidad, deben ser distribuidas de forma igualitaria, y que sean para el
beneficio de todos. El comenta que si todos actuaramos como individuos racionales y
razonables todos mostraremos que si tenemos una idea similar de lo que es la JUSTICIA.
1.3. Bibliografía:

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