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CAPÍTULO 1: LLEGAN LAS

VACACIONES

Alan y Lukitas estaban muy emocionados


porque las vacaciones empezaban. Tenían
pensado irse de viaje a Mar Del Plata, una

Ciudad de Buenos Aires por cinco días.


Actualmente estaban en la casa de Alan

¡Que bueno que nos vayamos de


vacaciones! – Dijo Alan

Lástima que Carlitos no pueda venir – Dijo


Lukitas
Bueno, igual tal vez se nos una
directamente en el departamento – Dijo
Alan

Y se fueron directamente a preparar valijas,


bolsos y mochilas llenas de ropa y juegos.

De hecho los chicos iban con sus padres,


pero estos después los padres se quedaban
en Mar De Las Pampas, por lo que estarían
un poco lejos.

Los dos chicos estaban excitados por el


viaje, iban a salir al otro día a las nueve,
para llegar tipo dos de la tarde.

Se fueron a dormir con ansias.


CAPÍTULO 2: SALIDA SIN
PROBLEMAS

A las 8 se levantaron los chicos. A las nueve


ya estaban saliendo rumbo a Mar Del Plata.

La mitad del viaje pasó sin ningún


problema. Pero acercándose a la una el
auto se paró.

¿Qué habrá pasado? – Preguntó el padre de


Alan.

Y se bajó del auto para revisar, pront0


encontró una rueda pinchada.

La cambió, pero le tomó tres cuartos de


hora, por lo que el viaje se retrasaba.

Llegaron a Mardel a las tres menos cuarto,


y al hotel a las tres.
El hotel quedaba en la calle Alem, por lo
que ir a comer, a comprar algo, o ir al
supermercado no sería algo difícil.

Cuando llegaron los papás de Alan los


saludaron y partieron de regreso hacia Mar
De las Pampas. Los chicos ya tenían quince,
por lo que sus padres les dijeron que se
intentaran mover lo menos posible por la
calle por precaución.

El recepcionista los llevó a su habitación en


el noveno piso. El ascensor y todo el
edificio en sí era bastante antiguo, pero
estaba bien mantenido.
El ascensor fue subiendo hasta que un
chirrido lo detuvo, los chicos saltaron del
susto.

Entró una señora mayor de unos sesenta


años, con bastante maquillaje, y con un
vestido.

Saludó a los del ascensor con una voz


bastante ronca, y subió al octavo.

Cuando llegaron al noveno el chico


recepcionista les susurró.

Pobre señora la de abajo, perdió a su


marido y su trabajo, y entró aquí hace dos
días.

El pasillo ya daba otra impresión, ahí todo


estaba un poco peor mantenido.
Dicho esto llevó a los chicos a la habitación
920. El nueve se había caído por lo que el
cartel decía 620.

Les dio dos llaves para los dos chicos, y se


fue por el ascensor chirriante.
CAPÍTULO 3: LLEGA CARLITOS

A las cinco y media alguien tocó el timbre,


los chicos intrigados fueron a abrir la
puerta, y se dieron cuenta que era Carlitos.

¡CARLITOS! – Dijeron Alan y Lukitas.

Hablaron un rato, y después los chicos


fueron al supermercado para comprar algo,
ya que no tenían comida en el
departamento.

Cuando salieron al hall de entrada vieron a


la señora con una cara muy seria, pero
cuando los chicos pasaron por en frente de
ella, sonrió mucho en una sonrisa un poco
falsa.
¿Quién es esta señora? – Dijo Carlitos

Los chicos le explicaron la historia a


Carlitos, y combinaron que era bastante
sospechoso.

Volvieron al cuarto 920 después de las


compras y alguien tocó la puerta.

¿Quién será? – Pregunto Alan

Y se dieron cuenta de que era la señora, que


dijo:

Este no es el cuarto del conserje, ¿verdad?

Los chicos negaron y cerraron la puerta.


CAPÍTULO 4: MIEDO EN LA
NOCHE
Se fueron a dormir a la única habitación
que había, y cuando estaban los tres en sus
respectivas camas Lukitas se puso muy
pálido.

¿Qué pasa? ¿Estás bien? – Preguntaron


Alan y Carlitos.

Después de una pausa, Lukitas habló, y dijo


algo escalofriante:

Creo que la señora del hotel es la señorita


Tallant.

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