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de febrero de 2023
Revista N° 74
Marzo 2023
Edición digital
Revista del Instituto Peruano de Derecho Tributario
Nº 74 - marzo 2023
Edita:
Instituto Peruano de Derecho Tributario
Av. E. Canaval y Moreyra 425, Of. 24, Lima 27-Perú
Telf.: (511) 422-9965
ipdt@ipdt.org / www.ipdt.org
COMITÉ ADMINISTRATIVO
PONENTES INDIVIDUALES
Por otro lado, en línea con jornadas anteriores, ofrecimos un Seminario Inter-
nacional: “Consecuencias de las estructuras patrimoniales ante el inter-
cambio de información: tendencias y fiscalización”, que contó con la par-
ticipación de los doctores Natalia Quiñones (Colombia), Armando Lara Yaffar
(México) y Pablo González (Chile). La organización, coordinación y modera-
ción de este Seminario estuvo a cargo de nuestra past presidenta la doctora
Cecilia Delgado Ratto, quien logró alcanzar con creces el objetivo trazado de
que las experiencias de países de similares características que el Perú puedan
ser útiles a nuestra realidad.
Muchas gracias,
EL CONSEJO DIRECTIVO
INDICE
• Presentación 7
Relatoría General
• Justicia Tributaria: Problemática y propuestas para evitar la indefen-
sión y reducir la conflictividad
MARÍA EUGENIA CALLER FERREYROS / LOURDES CHAU QUISPE / LORGIO
MORENO DE LA CRUZ 17
Ponencias Individuales
• El arbitraje en materia tributaria: revisión al panorama del arbitraje
como mecanismo de solución de controversias en conflictos deri-
vados de la aplicación de convenios para evitar la doble tributa-
ción y en materia de inversión privada en el Perú
PAOLO ABREGÚ PÉREZ 359
• Auspiciadores 1191
1
Abogada por la Universidad de Lima, con estudios de Maestría en Tributación y Política
Fiscal en la Universidad de Lima y Maestría en Derecho Tributario y Fiscalidad Internacional
en la Universidad San Martín de Porres. Socia líder del área de litigios administrativos de
Ernst & Young. Past Presidente de la Asociación Fiscal Internacional (IFA) Grupo Peruano
(2014-2016).
2
Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Magister en Administra-
ción por la Universidad del Pacífico. Postgrado en tributación por la PUCP. Postgrado en
tributación internacional por la Universidad Austral. Socia líder del área de litigios tribu-
tarios de PWC. Profesora de Derecho Tributario en la Universidad de Lima y en la Univer-
sidad ESAN.
3
Abogado por la Universidad San Martín de Porres (USMP). Magister en Derecho Empre-
sarial por la Universidad de Lima. Postgrado en tributación por la PUCP. Socio del Estudio
Zuzunaga, Assereto & Zegarra Abogados. Profesor de Derecho Tributario de pre y post-
grado en la USMP y de post grado en la Universidad del Pacífico.
LISTA DE ABREVIATURAS
INTRODUCCIÓN
Antes de efectuar una resumida explicación del contenido del presente trabajo
que sirva de guía al lector, permítasenos, en estas primeras líneas, hacer una
breve reflexión sobre el término “Justicia tributaria” en atención al título de
nuestras Jornadas Nacionales y con el previo reconocimiento de lo complicado
que puede resultar darle un alcance.
Hace más de 70 años que Kelsen señaló en su obra “La justicia”, que un orden
social es justo cuando regula la conducta de los hombres de una forma tal que
a todos satisface y a todos permite alcanzar la felicidad. El hombre aspira a la
felicidad y al no poder encontrarla de manera aislada la busca en la sociedad; es
esta quien crea entonces un orden jurídico que protege el interés colectivo, in-
cluso a costa del interés individual.
embargo, no hay lugar a discusión que la justicia subyace al orden social y cons-
titucional, al igual que los principios de seguridad jurídica y capacidad contribu-
tiva.
Los derechos que hemos mencionado a título ilustrativo tienen estrecha rela-
ción con la materia impositiva ya que, por ejemplo, el ejercicio del poder tribu-
tario incide en los derechos a la propiedad, a la igualdad y al bienestar y es así
como el término justicia tributaria cobra mayor sentido. De igual forma, no
podrá decirse que se actúa en justicia, si el Estado deja incontestadas las peti-
ciones que formula una persona o lo hace tardíamente y esto, a su vez, tiene
que ver con el derecho de defensa y al debido procedimiento, fundamentales en
la relación Estado y contribuyente.
Como la imposición en nuestro país, está cubierta por el manto del principio de
reserva de ley, su desarrollo ocurrirá a través de normas jurídicas y, serán éstas
las que definirán los sujetos que por tener capacidad contributiva deberán abo-
nar al Estado una suma de dinero cuyo destino será el gasto social. Que el
Estado obtenga la recaudación proyectada, demandará entonces la existencia de
una norma que imponga una obligación, que el destinatario entienda que está
obligado, que efectúe la liquidación del tributo o acepte la que el ente adminis-
trador realice y finalmente, que pague el mismo. Por la particularidad del tema
impositivo, se exigirá al sujeto obligado no solo el abono de una suma de dinero
sino el cumplimiento de obligaciones “formales” que faciliten la gestión del tri-
buto. A su vez, para asegurar que el tributo válidamente creado sea un tributo
físicamente percibido se reconocerán en el ente administrador facultades coac-
tivas especiales.
No hay que olvidar que cuando la conflictividad excede los parámetros norma-
les, el derecho de defensa termina resquebrajado y, paradójicamente, el hacerse
uso de este para cuestionar alguna decisión que se considere lesiva, termina
siendo causa de la existencia de mayores controversias y, por tanto, que no se
tenga una respuesta en un plazo razonable.
tro país; sin embargo, ello no puede ser justificación para mantenernos inertes.4
Para realizar el encargo recibido, nuestro primer paso ha sido elaborar sobre la
base de nuestra experiencia y de información obtenida de algunas entidades o
de investigaciones o trabajos que sobre la materia se han realizado con anterio-
ridad, un diagnóstico de la situación. Lo real es que vivimos una preocupante
situación debido a que existe un nivel de conflictividad superior al que podría
percibirse como normal y una tardía atención de las controversias. Muestra de
ello es el número de procedimientos y procesos que ingresan al Tribunal Fiscal
y al Poder Judicial, respectivamente. En el caso del Tribunal Fiscal en el año
2022, por ejemplo, ingresaron en cada mes más de 1000 expedientes, siendo
4
Una constatación de la importancia de la justicia tributaria a nivel de las distintas jurisdic-
ciones y de los problemas que en especial ocurren en la región, es la Carta de Derechos del
Contribuyente que en el año 2018 presentó el Instituto Latinoamericano de Derecho Tri-
butario (ILADT). En ella encontramos que se hace mención a los derechos a la tutela ad-
ministrativa y jurisdiccional efectiva y a los derivados del principio de seguridad jurídica; a
saber que: (i) las controversias sean resueltas en un plazo razonable, (ii) los recursos no
deben empeorar la situación del contribuyente, (iii) las actuaciones de la Administración
en ejecución de la resolución de un recurso administrativo, que anule un acto de determi-
nación por razones de forma o que estime parcialmente un recurso por razones de fondo
deben ser controladas y no deben generar actos de reiteración de determinación tributaria,
(iv) las actuaciones se lleven a cabo sin dilaciones, requerimientos o esperas innecesarias,
(v) los procedimientos se desarrollen en un plazo razonable, caso contrario debe preverse
legalmente la caducidad del procedimiento, (vi) la tramitación de un procedimiento amis-
toso sea en un plazo razonable, fijado por la legislación interna, (v) en los términos que se
determinen en la legislación interna, se habiliten medios alternativos de resolución de con-
flictos, en especial, el arbitraje en Derecho y que en caso de que se admita el arbitraje para
la resolución de controversias entre Estados parte de un Convenio de Doble Imposición,
debe asegurarse la posibilidad de que el contribuyente pueda tener capacidad para impul-
sar el inicio del procedimiento, (vi) los acuerdos entre la Administración Tributaria y el
contribuyente, en el marco de una relación cooperativa, en un procedimiento preventivo
y atendiendo al perfil de riesgo fiscal del contribuyente.
Todos estos derechos resultan de especial atención para la materia de las Jornadas nacio-
nales.
5
Información obtenida mediante solicitudes de acceso a la información pública presentadas
ante la SUNAT (Formularios 5030 - Nºs 88032184 a 88032189) y que fueron absueltas
por esta el 19 de agosto de 2022 mediante correo electrónico.
en dicha instancia, donde aun cuando desde hace un tiempo vienen cumplién-
dose los plazos legales de resolución, hay todavía un trabajo por hacer en
cuanto a los alcances y alineamientos de criterios.
Finalmente, la situación que afronta nuestro país nos lleva a pensar que los pro-
cedimientos tradicionales de solución de controversias hoy ya no son suficien-
tes para atender la crítica realidad, por lo que se requiere evaluar mecanismos
alternativos que coadyuven en el propósito, como sucede con las figuras del
arbitraje, APA, MAP, entre otros; más aún cuando la globalización ha condu-
cido a que las controversias irradien efectos en más de una jurisdicción, como
sucede con los temas referidos a precios de transferencia y se requiera recurrir
a vías que prevengan o solucionen los conflictos en los distintos ámbitos invo-
lucrados.
NORMATIVA
6
Las causas identificadas no son particulares de nuestro país. Así, en la monografía titulada
“Fórmulas alternativas para la resolución de conflictos tributarios elaborada por CAROL
MARTINOLI publicado por el CIAT en Panamá en el año 2017 se señaló:
“De acuerdo a la experiencia internacional, son muchos y variados los factores que inciden
en la generación de conflictividad en materia tributaria. Cabe en esta instancia mencionar,
a título enunciativo, por su reiteración y relevancia:
• Complejidad y falta de claridad del ordenamiento jurídico tributario, la constante y
abundante variabilidad de la normativa legal tributaria, sometida a un constante pro-
ceso de adaptación, en oportunidades defectuoso o carente de buena técnica jurídica, lo
que dificulta el conocimiento y correcto cumplimiento por parte de los obligados tributa-
rios;
• Generalización de las autoliquidaciones de impuestos, con la consiguiente dificultad para
el contribuyente de interpretar y aplicar las normas;
• Deficiencia o carencia, en términos de cantidad y capacitación, de recursos materiales y
humanos destinados a la resolución de los conflictos tributarios, dentro de las adminis-
traciones tributarias;
• Ausencia de una debida identificación y sistematización, de las situaciones que se reiteran
como conflictivas, por parte de la administración tributaria, en pos de su conocimiento y
búsqueda de una solución general que las resuelva. Lo que conlleva la existencia de un
gran número de casos pendientes de resolución originados en una misma diferencia;
• Abuso de los contribuyentes en la interposición de recursos. Dicha situación es utilizada
como una forma de dilatar en el tiempo su resolución, máxime cuando la legislación
interna no contempla el principio “solve et repete” y el beneficio de recurrir aparece tam-
bién con la dilación del pago de lo adeudado;
• Acotados y a veces no suficientemente capacitados recursos materiales y humanos en el
sistema de justicia, que puede adolecer de un grado importante de impredecibilidad en
sus decisorios, lo que termina favoreciendo el oportunismo.
La Administración Tributaria Británica (HMRC) en su informe «Resolving tax disputes» (HM
Revenue & Customs, 2013), después de reconocer que siempre existirán diferencias entre la
HMRC y los contribuyentes en materia de determinación de la obligación tributaria, señala
como las principales razones de conflicto detectadas que:
• Las partes no pudieron establecer o entender plenamente los hechos del caso;
• Una o ambas partes han efectuado suposiciones sobre hechos particulares;
• Existen diferencias de opinión entre las partes sobre cómo la ley se aplica a los hechos
relevantes;
• Las partes no han discutido ni entendido plenamente sus respectivas posiciones”.
ÓRGANOS JURISDICCIONALES
TRIBUNAL FISCAL
ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA
1. Inaplicación de criterios del Tribunal Fiscal salvo que hayan sido aprobados
a través de una jurisprudencia de observancia obligatoria.
2. Deficiente formación técnica en algunas administraciones como los gobier-
nos subnacionales.
3. Excesiva exigencia de formalidades en la valoración de las pruebas y en la
calificación de los hechos.
4. Recurrencia al Poder Judicial para discutir cualquier discrepancia con las Re-
soluciones emitidas por el Tribunal Fiscal.
5. Poca apertura para inaplicar intereses y sanciones en caso de dualidad de
criterio.
6. Ausencia de mecanismos que permitan mejorar la comunicación durante el
procedimiento de fiscalización.
7. Adopción en fiscalizaciones de posiciones cerradas de ambas partes, sin el
propósito de llegar a un entendimiento o conciliación.
8. No se aplica autotutela administrativa: resoluciones de reclamaciones sue-
len contener un análisis semejante que los actos administrativos cuestio-
nados.
9. Las fiscalizaciones se extienden más de un año generándose un desgaste en
la relación administración-contribuyente, con el consiguiente costo, más
aún si aquellas son de periodos antiguos.
10. Negativa de los órganos resolutores administrativos para aplicar los crite-
rios emitidos en sede judicial.
11. Estructura de administraciones tributarias propicia que no exista autono-
mía decisoria entre el área que resuelve controversias y el área que fiscaliza.
CONTRIBUYENTES
Todas estas causas contribuyen al problema, unas quizás más que otras y no
todas tienen soluciones inmediatas o fáciles, inclusive podrían ser difíciles de
implementar, de ahí que la frase “la idea es importante, pero la ejecución es de-
terminante”, encuentra espacio en esta ocasión. Sin embargo, el que algunas de
ellas, en especial las de mayor importancia o las que sean de más fácil confron-
tación puedan ser tratadas, será un avance.
del Estado, no vienen generando ese efecto; (v) el plazo razonable en sede ad-
ministrativa y judicial que tiene relación con la demora que enfrentan los con-
tribuyentes en la atención de las controversias y, por tanto, con el derecho de
defensa; (vi) el agotamiento de la vía administrativa para la interposición de una
demanda contencioso administrativa y la posibilidad que la Administración Tri-
butaria pueda formularla, tema de inagotable discusión y que en la práctica hace
que un litigio se extienda por largo periodo incidiendo en la seguridad jurídica;
(vii) el ejercicio de la plena jurisdicción por los Jueces que resuelven la contro-
versia tributaria, el cual definiría el abordaje de los procesos judiciales; (viii) el
reexamen en sede administrativa y su revisión judicial, en particular porque
nuestra legislación permite la reforma peyorativa en sede administrativa, inci-
diendo en el derecho de defensa; (ix) la acción de amparo puesto que al impactar
la tributación en derechos fundamentales como el de propiedad, igualdad, inti-
midad, entre otros, resulta ser una herramienta usada por los contribuyentes
existiendo discusión sobre los requisitos de su procedencia y su vinculación con
los otros medios de impugnación en sede administrativa o judicial; y (x) una
sección abierta para tratar otros temas variados pero vinculados con la dismi-
nución de la litigiosidad y el derecho de defensa, como puede ser el uso de la
tecnología, la problemática de las medidas cautelares, el derecho de defensa del
tercero a quien se le imputa responsabilidad tributaria, el ejercicio del control
difuso y de legalidad de los Tribunales Administrativos y la regulación del re-
curso de casación.
14. Catharina Jetzinger - Alcances sobre una posible regulación del arbitraje
nacional en materia tributaria en la legislación peruana.
15. Jaime Lara - ¿La Administración Tributaria puede interponer demanda con-
tencioso administrativa contra las resoluciones del Tribunal Fiscal que es-
tablecen jurisprudencia de observancia obligatoria?
21. Juan Alberto Paredes y Jorge Moreno - Apuntes sobre la eficacia del
precedente vinculante judicial en materia tributaria. A propósito de la apli-
cación de la Sentencia de Casación Nº 4392-2013-Lima.
25. María Julia Sáenz y Julio Sáenz - El uso obligatorio de Precedentes como
medida para evitar la indefensión y reducir la conflictividad.
26. Luis Miguel Sánchez - El plazo razonable para resolver y el debido proceso
en materia tributaria.
29. Alfonso Tapia - El rol de dirección del Juez en el marco del proceso con-
tencioso administrativo de plena jurisdicción en materia tributaria.
33. Juan Carlos Zegarra - Precedentes contradictorios: ¿Por qué existen, por
qué generan desigualdad y por qué aumentan la litigiosidad? - El rol de los
jueces en materia tributaria.
TEMA I:
ANÁLISIS DE MEDIOS CONVENCIONALES Y
ALTERNATIVOS DE SOLUCIÓN DE CONFLICTOS O DE
REDUCCIÓN DE LITIGIOS
Los conflictos en el ámbito tributario, como señala César García Novoa,7 tienen
como base las diferentes apreciaciones que la Administración Tributaria y el
contribuyente puedan poseer sobre los hechos con relevancia tributaria e inter-
pretaciones divergentes de la ley fiscal por la concurrencia de intereses contra-
puestos; siendo que dichos conflictos se materializan en litigios, los cuales han
alcanzado un nivel muy importante en los últimos tiempos.
7
GARCÍA, César. Una propuesta para la implementación de medidas alternativas de solución
de conflictos en el sistema tributario español con especial referencia al arbitraje. España. Fun-
dación impuestos y competitividad. Marzo 2015, Pág. 18.
8
Los procedimientos administrativos se tratan en el Libro Tercero del Código Tributario,
mientras que el proceso contencioso tributario se regula en una norma especial, la LPCA
y en el propio Libro Tercero del Código Tributario que desarrolla las medidas cautelares y,
de manera excepcional, faculta a la Administración Tributaria para que inicie el proceso
contencioso cuando la última instancia administrativa –Tribunal Fiscal– incurra en causal
de nulidad, negando expresamente que aquella tenga legitimidad para obrar activa. Adi-
cionalmente, son de aplicación supletoria las normas contenidas en la LPAG, para el caso
de los procedimientos administrativos en materia tributaria y, por su parte, el CPCi para el
caso del proceso contencioso tributario.
9
GARCÍA, César, Op. Cit. Págs. 47-49. Dicho autor señala que “En un sentido amplio, la
expresión sistemas alternativos de resolución de conflictos, puede referirse a procedimientos
de solución de conflictos diferentes a los judiciales. En ese sentido, incluso los sistemas de
recursos de la propia Administración Tributaria podrían ser considerados como tales. Por
otra parte (…) puede usarse para referirse al cumplimiento por la Administración Tributaria
de su obligación de asistir a los contribuyentes en el cumplimiento de sus obligaciones (…) y
también se puede referir a algo que, efectivamente, es alternativo, en cuanto a un procedi-
miento alternativo de solución de conflictos diferente de los sistemas tradicionales de solución
APA, dado que constituye uno de los mecanismos orientados a brindar predic-
tibilidad y seguridad jurídica a los contribuyentes en materia de precios de trans-
ferencia, lo que determina que su implementación podría reducir la gran conflic-
tividad surgida con motivo de la interpretación y aplicación de las normas de
precios de transferencia que rigen en nuestro país.
Es indiscutible que las partes involucradas en una relación jurídica tributaria re-
quieren que, ante el surgimiento de una litis, el ordenamiento legal ofrezca una
vía que les permita obtener una definición del problema. El deudor tributario
debe tener garantizado que, ante una controversia tributaria: (i) se emita una
decisión técnica amparada en una interpretación idónea de la normativa y en
una valoración razonada de los hechos y medios probatorios, (ii) la decisión
técnica sea oportuna y (iii) que el camino transitable para la resolución de la
controversia sea simple.
Los que estamos vinculados al campo tributario podemos tener una idea de lo
que sucede en nuestro país. Imaginando la respuesta, es que surgen interro-
gantes de si el modelo peruano del contencioso tributario sirve a los objetivos
mencionados; así, por ejemplo, podría cuestionarse si corresponde mantener las
dos instancias de reclamación y apelación en sede administrativa o si es que
debería otorgarse la opción de recurrir directamente al Poder Judicial.
Desde nuestro primer Código Tributario, para cuestionar los actos administra-
tivos con contenido tributario, el deudor tributario de manera obligatoria, antes
de recurrir al Poder Judicial debe transitar por la etapa de reclamación ante el
propio órgano que emitió el acto y de apelación ante el Tribunal Fiscal. Dos
excepciones se plantean a la regla general: (i) cuando el órgano que resolvió la
reclamación está sometido a jerarquía por mandato de la ley y, por tanto, antes
de recurrirse al Tribunal Fiscal debe agotarse una instancia previa, como sucede
con las aportaciones al SENATI donde en primera instancia resuelve el Consejo
Zonal y luego en segunda el Consejo Nacional o como sucedió con las Munici-
palidades Distritales, donde según la antigua Ley Orgánica de Municipalidades
Nº 23853 debía transitarse ante la Municipalidad Provincial, antes de llegar al
Tribunal Fiscal y, (ii) cuando el asunto es de puro derecho, hipótesis en la cual,
el deudor tributario puede recurrir directamente al Tribunal Fiscal.
10
Revista del Instituto Peruano de Derecho Tributario, Nº 19. Dedicada a las II Jornadas Na-
cionales de Derecho Tributario. Tema: Procedimientos Tributarios en el Perú. Lima: Diciem-
bre 1990, Pág. 39.
Hoy, después de más de tres (3) décadas, los problemas subsisten y con ello,
también el debate de si el modelo de la doble instancia en sede administrativa
debe mantenerse; es la razón por la que en estas jornadas el tema ha sido in-
cluido como parte del contenido.
11
Ibidem. Pág. 91.
De otra parte, consideran que la existencia de dos instancias hace más largo el
procedimiento, generando, por un lado, una afectación a la recaudación tribu-
taria y, por otro, un costo a los deudores tributarios, que se traduce en los in-
tereses moratorios que deben pagar si pierden sus impugnaciones.
Sin embargo, en opinión de esta Relatoría, limitar a que solo se puedan plantear
nulidades ante la Administración cuando se trata de un vicio esencial, restrin-
giría el derecho de defensa del deudor tributario. En cuanto a que al Tribunal
Fiscal se pueda recurrir directamente por temas de fondo, como más adelante
comentaremos, si en él están involucrados temas fácticos, no parece ser la mejor
vía de discusión.
nalmente, se destaca que funciona como una garantía para el particular afec-
tado, porque cuenta con una vía adicional de solución del conflicto.12
No todas las legislaciones como señalan los Ponentes exigen seguir una discu-
sión en la vía administrativa antes de recurrir al Poder Judicial o no todos exigen
agotar la vía ante la propia entidad que emitió el acto para llegar a un Tribunal
Administrativo.
12
CHIRI, Isabel. “El procedimiento ante el Tribunal Fiscal”. En: Revista Derecho y Sociedad,
Nº 27. Lima. Agosto 2006, Págs. 131-134.
tivo por el cual, cuando se fija su agotamiento de manera obligatoria, debe con-
templarse de manera tal que no pueda considerarse un privilegio del Estado o,
acaso, una medida que, irrazonable y desproporcionadamente, disuada, impo-
sibilite o impida el acceso del particular a un tribunal de justicia. En ese sentido,
estima el Tribunal Constitucional que, si el legislador prevé la obligatoriedad del
agotamiento de la vía administrativa, una exigencia derivada del derecho de ac-
ceso a la justicia es que éste sea configurado de la manera más breve como sea
posible, pues de ese modo se optimiza el principio pro actione.
Para el Supremo Tribunal, sí existe entonces razón para mantener una etapa de
discusión en sede administrativa, pero esta no debe entenderse a favor del Es-
tado sino como un derecho del administrado, por lo que no puede terminar
afectándolo.
En nuestro parecer, no hay que dejar de considerar que con la doble instancia
se otorga también a la propia Administración y con ello al Poder Ejecutivo la
posibilidad de corregir su acto evitando que sea otro poder (el judicial), el que
así lo haga.
El Modelo asume que los recursos son una garantía para el administrado y no
un privilegio del Estado para retardar la llegada a la instancia judicial, por lo que
una alternativa intermedia, esto es, que sea opcional, considera es lo idóneo.
De lo hasta aquí revisado, pareciera que existe una explicación desde lo que es
la tutela administrativa, así como también desde lo que es el derecho del admi-
nistrado de discutir ante la propia entidad su decisión; para justificar la existen-
Si pensamos en las ventajas que el modelo actual ofrece de transitar por dos
instancias administrativas, tenemos que, teóricamente, el deudor tributario
tiene la oportunidad de definir su situación en el plazo de nueve (9) o doce (12)
meses según la materia en discusión, término en el que legalmente la Adminis-
tración debe resolver las controversias. Dichos plazos vienen siendo respetados
en la mayoría de los procedimientos seguidos en la SUNAT, pero en caso con-
trario, la deuda debe dejar de actualizarse con intereses moratorios. Con la Re-
solución de primera instancia, el deudor tributario puede tener una idea más
certera de su situación y decidir acogerse al régimen de gradualidad para ciertas
infracciones, como las del artículo 178 del Código Tributario; el deudor tributa-
rio mantiene una segunda oportunidad para discutir la acotación o sanción, sin
necesidad de pagar la deuda; las posiciones quedan definidas; y de llegar el caso
al Tribunal Fiscal, se facilita su análisis y decisión dado que tendría una revisión
previa, así también, éste órgano no tendría que valorar directamente medios
probatorios que normalmente requieren de actuaciones que la Administración
está en mejor capacidad de realizar, lo que le demandaría un mayor tiempo del
que hoy día se toma que ya es bastante largo.
Por su parte, las desventajas que pueden advertirse son: la extensión del tiempo
de incertidumbre, la necesidad de mantener cartas fianzas si es que se han ofre-
cidos nuevos medios probatorios, la posibilidad de que la Administración de-
clare la nulidad de sus actos y con ello de que emita nuevos actos peyorativos
o de que ejerza la facultad de reexamen.
13
Elaboración propia extraída de la página del Tribunal Fiscal.
Es cierto que un Estado que cuenta con potestad tributaria debe poseer también
las herramientas idóneas para que el tributo válidamente creado sea un tributo
efectivamente percibido. Bajo tal premisa y sobre el principio de ejecutoriedad
del acto administrativo, nuestro sistema legal otorga a la Administración Tribu-
taria la posibilidad para ejecutar por sí misma sus decisiones, sin requerir acudir
al Poder Judicial; este fin se logra a través del procedimiento de cobranza coac-
tiva que es realizado por un funcionario de la propia Administración.
A pesar de que el artículo 115 del Código Tributario contiene una lista taxativa
de las situaciones en las que se puede llevar adelante un procedimiento de co-
branza coactiva y, el artículo 119 del mismo cuerpo legal establece una enume-
ración de los supuestos en los que deberá suspenderse el referido procedi-
miento, son diversos los casos en los cuales se produce conflictividad, que bien
podría generar una cobranza indebida.
Del repaso al Código Tributario se tiene que éste desarrolla en el artículo 119
las causales de suspensión y conclusión del procedimiento de ejecución coac-
tiva, siendo que las primeras significan una paralización temporal y las segundas
un término definitivo.
Para la Ponente, su afirmación se deriva del hecho que todas las causales que
dan mérito a la suspensión del procedimiento de cobranza coactiva, tienen
como factor común, la falta de certeza en cuanto a la existencia de la deuda
objeto de la cobranza y, en el caso de las solicitudes de prescripción y compen-
sación, se trata de procedimientos que implican un desacuerdo del contribu-
yente con relación a la existencia (en el caso de la compensación) y exigibilidad
(en el caso de la prescripción) de la deuda puesta en cobranza, por lo que tam-
bién deberían tener un similar tratamiento y generar una paralización de la co-
branza coactiva.
Sobre esto último, tómese en cuenta que es criterio del Tribunal Fiscal que
cuando un contribuyente es objeto de un procedimiento de cobranza coactiva
y quiere oponer la prescripción, puede hacerlo a través de un procedimiento no
contencioso o directamente al ejecutor coactivo; curiosamente, si el contribu-
yente opta por lo primero, no habrá causal de suspensión o conclusión sino
hasta cuando se tenga una resolución que declare prescrita la acción de cobro,
mientras que si opta por lo segundo, en la práctica como es el propio ejecutor
el que debe emitir pronunciamiento, sí paraliza la cobranza hasta que resuelva
la oposición la que de ser desestimada dará lugar al reinicio de la cobranza coac-
tiva.
En el Perú dos leyes han tratado la figura de manera general: la LSA, aprobada
por la Ley Nº 29060 (derogada en el año 2016) y la LPAG, en adición al Código
Tributario.
extiende por un tiempo mayor debido a los requerimientos que suele emitir el
Tribunal Fiscal pidiendo información, lo cual puede perjudicar a los quejosos que
requieren de un pronunciamiento célere, por ejemplo, tratándose de procedi-
mientos de cobranza coactiva indebidos que corren el riesgo de ser ejecutados.
Como la ley no prevé la posibilidad de que el Tribunal Fiscal dicte medidas cau-
telares mientras resuelve en forma definitiva la queja –excepto en el caso de
temas municipales– podría generarse una consumación de procedimientos in-
debidos.
Por otro lado, el que las quejas sean resueltas por resolutores unipersonales, no
garantiza la mejor decisión como ocurre cuando se trata de una Sala colegiada,
inclusive, a través de las Resoluciones que se emiten se puede estar estable-
ciendo criterios legales que vinculan a las Salas tributarias, lo cual no parece
lógico.
Ahora bien, este procedimiento dista de la queja que se formula ante la Defen-
soría del Contribuyente pero que igualmente cumple una función en la protec-
ción de los derechos de los contribuyentes.
14
En el caso de la SUNAT, la Oficina de Defensoría del Contribuyente y Usuario Aduanero
es una unidad orgánica, de tercer nivel organizacional, dependiente de la Secretaría Insti-
tucional encargada de procesar las quejas-reclamos y/o sugerencias de los contribuyentes,
usuarios aduaneros y ciudadanos, con el fin de alertar a la Administración de los factores
que determinan una insatisfacción o iniciativa, relacionados con el actuar de ésta, para
desconocen las instituciones que existen o las funciones de cada una. En ese
contexto, como conclusión inicial plantea que en la Defensoría del Pueblo de-
bería existir más bien un área especializada que evalúe las quejas de los ciuda-
danos en materia tributaria, lo que dado el reconocimiento constitucional que
esta institución tiene nos parece apropiado.
Es así como a través del Decreto Supremo Nº 050-2004-EF, modificado por los
Decretos Supremos Nº 167-2004-EF y Nº 136-2008-EF se estableció que –para
el cumplimiento de sus funciones– la Defensoría tiene, entre otras, la facultad
de: a) recibir y atender las quejas y sugerencias que formulen los administrados
relativas a la actuación de las Administraciones Tributarias y el Tribunal Fiscal,
cuando son distintas del recurso de queja previsto en el artículo 155 del Código
garantizar el respeto de los derechos que les asisten. Asimismo, le compete contribuir en
el proceso de mejora de la calidad de servicios a cargo de los distintos órganos de la Admi-
nistración. Son funciones de la Oficina de Defensoría del Contribuyente y Usuario Aduanero:
a) Recibir y tramitar oportunamente las quejas reclamos y/o sugerencias de los contri-
buyentes, usuarios aduaneros y ciudadanos acerca de la actuación de SUNAT que
vulnere sus derechos.
b) Relevar la información necesaria para un adecuado conocimiento de la queja-reclamo
o sugerencia, requiriendo la misma, de ser el caso, a los órganos involucrados con su
atención.
c) Fomentar la adopción de decisiones, acciones o acuerdos relativos a la materia objeto
de la queja-reclamo o sugerencia, por parte de los órganos involucrados.
d) Poner en conocimiento de los contribuyentes, usuarios aduaneros y ciudadanos los
resultados de las gestiones efectuadas como consecuencia de sus quejas-reclamos y/o
sugerencias dentro de los plazos establecidos.
e) Comunicar a la Alta Dirección, y a los distintos órganos de la SUNAT, la problemática
relevada y promover el desarrollo de alternativas de mejora en la calidad de los servi-
cios.
f) Gestionar la implementación y seguimiento a las acciones relacionadas con el Libro de
Reclamaciones en la SUNAT.
Ver: <https://www.sunat.gob.pe>.
Si bien podría parecer que la queja ante la Defensoría del Contribuyente del MEF
y la que se formula ante el Tribunal Fiscal tienen similar naturaleza y finalidad,
no es así. El inciso a) del artículo 155 del Código Tributario, señala que la queja
ante el Tribunal Fiscal se presenta cuando existan actuaciones o procedimientos
que afecten directamente o infrinjan lo establecido en el Código Tributario, en
la Ley General de Aduanas, su reglamento y disposiciones administrativas en
materia aduanera, así como en las demás normas que atribuyan competencias
al Tribunal Fiscal. Este órgano cuando se pronuncia sobre una queja define una
situación jurídica y ordena en su caso a la Administración que corrija una ac-
tuación e inclusive deja sin efecto actos administrativos por ejemplo una medida
cautelar que no es acorde a ley.
En el Perú, los litigios tributarios en sede judicial tienen una duración promedio
de 4 años y 8 meses, plazo que se cuenta desde la presentación de la demanda
hasta la sentencia definitiva de la Corte Suprema.15 Estos casi 5 años, sumados
al tiempo que se transita en sede administrativa, nos da como resultado más de
10 años de conflictividad tributaria, que evidentemente no es sano para ninguna
de las partes del proceso.
15
Informe “Conflictividad Tributaria en Cifras Z&A - Reporte 2021” preparado por Zuzunaga,
Assereto & Zegarra Abogados: <https://www.zyaabogados.com/blog/informe-publicado-
por-sunat-3-copy/>.
Casi un año después, y una vez que se contaba con el pliego presupuestario
correspondiente,16 la Resolución Administrativa Nº 102-2013-CE-PJ de 12 de
junio de 2013, dispuso que, a partir del 16 de julio de 2013, entrarían en fun-
cionamiento “Salas y Juzgados Contenciosos Administrativos con Subespecialidad
Tributaria, Aduanera y de Mercado”17 creados por la Resolución Administrativa
Nº 206-2012-CE-PJ.
16
Mediante Resolución de Superintendencia Nº 056-2013/SUNAT, de fecha 15 de febrero
de 2013, se autorizó la transferencia financiera a favor del pliego del Poder Judicial para la
implementación de las salas superiores y juzgados especializados en temas tributarios y
aduaneros por S/ 13,716,022.00. De la misma manera, mediante la Resolución de Super-
intendencia Nº 053-2014/SUNAT, de fecha 17 de febrero de 2014, se realizó otra trans-
ferencia financiera, para la misma finalidad, por S/ 15,372,410.00.
17
Mediante la Resolución Administrativa Nº 111-2013-CE-PJ de fecha 14 de junio de 2013,
se dispuso modificar la denominación de las Salas y Juzgados Contenciosos Administrati-
vos creados por Resolución Administrativa Nº 206-2012-CE-PJ.
– El desistimiento puede ser: (i) del proceso o de algún acto procesal; y, (ii)
de la pretensión (Artículo 340).
Por su parte, el numeral 2 del artículo 427 del referido cuerpo normativo esta-
blece que el Juez debe declarar improcedente la demanda cuando el demandante
carezca manifiestamente de interés para obrar.
Bajo ese contexto normativo, cabría identificar los siguientes supuestos: (i) an-
tes de que la SUNAT interponga una demanda contencioso administrativa, la
Intendencia Nacional Jurídica de dicha institución emite un informe que contra-
dice la pretensión judicial invocada en la demanda; o, (ii) luego de interpuesta
la demanda contencioso administrativa por la SUNAT, la misma Intendencia
Nacional Jurídica emite un informe que resulta totalmente contrario a la preten-
sión judicial invocada por la Administración.
En el supuesto (i) antes descrito, consideramos que en virtud del numeral 2 del
artículo 427 del CPCi antes mencionado, el Juez debe declarar improcedente la
demanda al carecer la misma de manifiesto interés para obrar.
Existen casos sensibles que han generado un alto nivel de litigiosidad, pero que
han encontrado una decisión definitiva a favor del contribuyente en sede juris-
diccional, ya sea porque se cuenta con un precedente judicial o una sentencia
del Tribunal Constitucional vinculada a la materia en controversia, que haga
previsible que múltiples casos similares serán resueltos de la misma manera.
En ese sentido, se sugiere que la implementación del arbitraje como vía alterna-
tiva a la jurisdicción judicial implique: (i) la designación de una institución que
administre el arbitraje tributario; (ii) la obligatoriedad de llevar a cabo un arbi-
traje de derecho; (iii) definir el umbral de la cuantía para que la composición del
tribunal arbitral; y, (iv) la renuncia a una demanda contencioso administrativa.
Los APA (por sus siglas en inglés, Advance Pricing Agreements) constituyen
uno de los mecanismos orientados a brindar predictibilidad y seguridad jurídica
a los contribuyentes en materia de precios de transferencia y su implementación
podría reducir la gran conflictividad que procura dicha materia. Sin embargo,
como señala el Ponente LUIS JAVIER DE LA CRUZ, a pesar de que dichos
Acuerdos se encuentran regulados en nuestro ordenamiento desde hace casi 20
años18 y de haberse incrementado la labor fiscalizadora de SUNAT en materia
de precios de transferencia, a la fecha no se ha suscrito ningún APA en el Perú.
18
Las normas sobre precios de transferencia fueron incorporadas en nuestro ordenamiento
jurídico mediante la Ley Nº 27356 del 18.10.2000, siendo que el Decreto Legislativo Nº
945 del 23.12.2003 introdujo, entre otros, el artículo 32-A en la Ley del Impuesto a la
Renta. Los APA se encuentran regulados en el inciso f) del referido artículo 32-A y en el
artículo 118 del Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta.
Destaca que dichas Guías refieren que “(…) un AAP es formalmente iniciado por
el contribuyente, y requiere negociaciones entre el contribuyente, una o más empre-
sas asociadas, y una o más administraciones tributarias”, siendo que ello no im-
plica disponer sobre la legalidad e ir más allá de lo que la normativa concede,
sino que busca dilucidar los hechos que en materia de precios son complejos,
establecer las funciones, riesgos y activos, la realidad económica, para luego de-
terminar la metodología y demás aspectos que la ley tributaria señale de manera
predeterminada.
19
En la página del CIAT se publica estadística sobre los APA en la región. <https://
www.ciat.org/precios-transferencia/>.
20
Artículo 32-A, inciso f):
“La SUNAT podrá celebrar acuerdos anticipados de precios con contribuyentes domiciliados
en el país, en los que se determine la valoración de las diferentes transacciones que se encuen-
tren dentro del ámbito de aplicación a que se refiere el inciso a) del presente artículo, en base
a los métodos y criterios establecidos por este artículo y el reglamento.
La SUNAT también podrá celebrar los acuerdos anticipados de precios a que se refiere el pá-
rrafo anterior con otras administraciones tributarias de países con los que la República del
Perú hubiese celebrado un convenio internacional para evitar la doble imposición.
Mediante decreto supremo se dictarán las disposiciones relativas a la forma y procedimientos
que se deberá seguir para la celebración de este tipo de acuerdos”.
21
Luis Javier de la Cruz, señala que el APA puede ser multilateral, cuando un grupo econó-
mico busca acordar de manera consensuada con todas las Administraciones Tributarias de
las jurisdicciones en las que realiza transacciones. Agrega dicho Ponente, que a la fecha
La respuesta que nos brinda dicho Ponente es que el objeto del APA se acerca
al segundo enfoque, pues, lo que se busca es dilucidar los hechos, que en esta
materia son muy complejos, establecer las funciones, riesgos y activos, así como
la realidad económica, para luego entre las dos partes, determinar la metodolo-
gía y demás aspectos que la ley tributaria señale de manera predeterminada. Si
existe un espacio de “negociación”, este debe ser entendido en ese contexto,
en que los esfuerzos convergen para esclarecer los hechos de la mejor manera;
lo que consideramos acorde con la regulación contenida en el Artículo 118 del
Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta, respecto del objeto de los APA.22
transacciones que el contribuyente realice con partes vinculadas; desde, hacia o a través de
países o territorios no cooperantes o de baja o nula imposición; o con sujetos cuyas rentas,
ingresos o ganancias provenientes de dichas transacciones están sujetos a un régimen fiscal
preferencial”.
Las recomendaciones expuestas por los citados Ponentes revisten especial in-
terés, pues, como bien señala LUIS JAVIER DE LA CRUZ, los ordenamientos
internos deben adecuar su legislación y tener una política clara en torno a la
voluntad de negociar y celebrar el APA en condiciones y plazos que sean razo-
nables para los contribuyentes, al punto que les genere más incentivos celebrar-
los que cargas administrativas, documentarias y temores de acercarse a la Ad-
ministración Tributaria para proponer ello; haciendo referencia a la publicación
de la OCDE en 2012 sobre las aproximaciones legislativas a ser incorporadas por
los Estados en su derecho interno e indicando que en nuestro país aún hay es-
pacio de mejora.
Ello, sumado a que nuestro país cuenta con convenios de intercambio de infor-
mación y forma parte del Common Reporting Standard, lleva a LUIS JAVIER
DE LA CRUZ, a proponer que se revisen los alcances del referido inciso f) del
artículo 32-A de la Ley del Impuesto a la Renta, sobre la viabilidad de suscribir
un APA bilateral con una mayor cantidad de países.
23
Así lo precisa Luis Javier de la Cruz, al indicar que en la Exposición de Motivos se señala
que se limita la facultad de suscribir APA únicamente a contrapartes con las que se ha
suscrito un CDI por las siguientes razones: “Los aludidos acuerdos son un mecanismo para
evitar la doble imposición en el marco del procedimiento amistoso de los convenios para evitar
la doble imposición. Resultaría muy complejo suscribir un acuerdo con una administración
tributaria de un país con el cual no se cuenta con convenio para evitar la doble imposición.
Las administraciones tributarias no contarían con la información necesaria para celebrar el
acuerdo bajo comentario, en tanto el intercambio de información se proporciona en virtud del
convenio para evitar la doble imposición o un convenio de intercambio de información” (Con-
greso de la República del Perú, 2012, Pág. 19).
Agrega, que el Perú, al ser parte del Marco Inclusivo de la OCDE, se encuentra
en el compromiso de desarrollar en el breve plazo un programa de APA bilate-
rales24 como parte de las obligaciones comprendidas en la Acción 14 del Plan
BEPS; y, mientras ello no ocurra, considera que se perderá la oportunidad de dar
un mensaje contundente a las inversiones sobre estabilidad, respeto a la legali-
dad, certeza, seguridad y promoción de la inversión.
Ello constituye una urgencia para que el APA pueda desplegar todos sus efectos
en el marco del MAP establecido en el Artículo 25 del Modelo OCDE y en los
CDI celebrados por el Perú.
En cuanto a los antecedentes del MAP, MÓNICA BYRNE señala que dicho
procedimiento tuvo su origen en la Sociedad de las Naciones creada por el Tra-
tado de Versalles en 1919, siendo que en 1927 se propuso un Modelo de Con-
venio para evitar la Doble Tributación en el cual ya se incluía una cláusula de
24
Peru Dispute Resolution Country Profile (oecd.org).
25
Comentario 30 del Draft double taxation convention on income and capital de 1963.
26
Se introdujo la segunda parte al artículo 25(1) estableciendo el límite de tres años para que
el contribuyente presente su caso, así como la segunda parte al artículo 25(2) según el
cual el acuerdo MAP debe ser implementado sin perjuicio de los límites temporales de la
norma doméstica.
27
OECD, Addressing Base Erosion and Profit Shifting - 2013 Final Report, Págs. 13.
<http://dx.doi.org/10.1787/9789264192744-en>.
Dentro de las normas mínimas de la referida Acción 14, MÓNICA BYRNE des-
taca las siguientes: (i) plazo de resolución de 24 meses, (ii) una mayor interac-
ción entre las autoridades competentes como resultado de las preocupaciones
de BEPS; (iii) el proceso de revisión por pares de la OCDE que alienta a las auto-
ridades competentes a aceptar y resolver el caso MAP, (iv) propuesta de Direc-
tiva sobre el Mecanismo de Resolución de Disputas por Doble Imposición en la
Unión Europea; y, (v) recomendación de someter a arbitraje en el supuesto que
no se obtenga una solución en un MAP. Esto último, porque es probable que
los países que adopten arbitrajes se enfrenten a una presión aún mayor para
resolver los casos de MAP, porque los casos no resueltos estarán sujetos a un
arbitraje vinculante.
Es más, dicha Ponente resalta que como parte de la Acción 14, en la OCDE
existe el compromiso de alentar a las autoridades competente para aceptar ca-
sos y resolverlos rápidamente dado el proceso de revisión y monitoreo por parte
de un comité especial de pares que las autoridades competentes de los Estados
vienen experimentando; siendo que el Perú se ha obligado a adoptar este están-
dar mínimo como lo han hecho otros países de la región.
Por su parte, dentro del referido estándar mínimo de la Acción 14, CLAUDIA
GUZMÁN destaca los tres objetivos generales que los Estados se comprome-
ten a implementar, complementado con un set de “mejores prácticas”:28 (i) ase-
gurar que las obligaciones del tratado relacionadas al MAP sean completamente
implementadas de buena fe y que los casos de MAP sean resueltos de manera
oportuna, (ii) asegurar la implementación de los procedimientos administrativos
que promuevan la prevención y resolución oportuna de los conflictos asociados
a los tratados; y, (iii) asegurar que los contribuyentes accedan al MAP si califican
para ello.
28
OECD, Making Dispute Resolution Mechanisms More Effective - Action 14 - 2015 Final Report,
OECD/G20 Base Erosion and Profit Shifting Project, OECD Publishing, Paris: 2015.
<http://dx.doi.org/10.1787/9789264241633-en>.
29
El Artículo 31 de la Sección Tercera del Convenio de Viena sobre los Derechos de los Tra-
tados de 1969 señala: “I. Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido
corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de estos y teniendo
en cuenta su objeto y fin”.
decir, como lo puntualiza la Ponente, más allá de una promesa política existe
un verdadero deber jurídico de resolver efectiva y oportunamente los casos en
que se verifique imposición no acorde con el propio Convenio.
Nuestro país cuenta con ocho CDI y todos ellos incluyen una cláusula MAP
como una medida de solución de conflictos,30 la cual sigue el Modelo de la OCDE
para la celebración de los CDI y el intercambio de información entre Adminis-
traciones Tributarias. Precisa MÓNICA BYRNE, que dos de ellos, los suscritos
con Canadá y Chile, incluyen una cláusula arbitral en caso las autoridades com-
petentes no puedan llegar a un acuerdo.
Además, como lo señala MÓNICA BYRNE, se debe tener en cuenta que el Perú
en Junio de 2018 se adhirió con determinadas reservas a la Convención Multi-
lateral para aplicar las medidas relacionadas con los tratados fiscales para pre-
venir la erosión de las bases imponibles y el traslado de beneficios,31 la cual
incluye una revisión de la cláusula de los CDI sobre el MAP, por lo que los CDI
suscritos por Perú se irán actualizando en forma paulatina en la medida que los
países suscritores de dichos convenios ratifiquen también dicha convención;
mostrando en su ponencia como sería modificado el CDI con Chile, a modo de
ejemplo. A la fecha, dicho Convenio Multilateral aun no es parte del derecho
interno, debiendo cumplir con lo establecido en el artículo 56 de la Constitu-
ción, no siendo automática su aplicación.
30
Actualmente en el Perú se encuentran vigentes los CDI suscritos con Brasil, Canadá, Chile,
Corea, Japón, México, Portugal y Suiza.
31
Ver Resolución Suprema Nº 119-2018-RE.
32
BECERRA, Fernando. Consideraciones para la implementación de la Acción 14 BEPS en el
Perú. En: <https://taxlatam.com>.
Los conflictos típicos que el MAP de caso específico resuelve, son los desacuer-
dos que se originan principalmente en un problema de índole probatorio (falta
de información o divergente evaluación de la evidencia) que conduce a una apli-
cación de los Estados contratantes de diferentes reglas del Tratado. En este
contexto, como lo resalta CLAUDIA GUZMÁN, son comunes los conflictos
en materia de precios de transferencia, por inconsistente atribución de ingresos
a establecimientos permanentes e incluso los que se originan al verificar las con-
diciones para su existencia.
33
Según el comentario 13.2 del artículo 3(2) del Modelo, sólo el acuerdo alcanzado de con-
formidad con el párrafo 3 del artículo 25 tiene prioridad sobre la norma doméstica
(2017:103).
Respecto del inicio del MAP y su tramitación, MÓNICA BYRNE nos señala lo
siguiente: (i) los individuos y las empresas tienen derecho de solicitar el MAP,
(ii) la autoridad competente está obligada a estudiar el caso y realizar todos los
esfuerzos para encontrar una solución a la controversia planteada en conjunto
con la otra autoridad competente que tiene que intervenir también en este con-
flicto, siguiendo el principio de buena fe en la interpretación de los tratados
según la Convención de Viena, y (ii) según los objetivos del MAP, el contacto
entre las autoridades competentes debe ser directo, las que tienen que realizar
sus mejores esfuerzos para llegar a una solución que evite la doble imposición.
De otra parte, CLAUDIA GUZMÁN destaca que el MAP, dado su carácter bi-
lateral y amistoso, tiene aún serias limitaciones, tales como: la no obligatoriedad
de llegar a un acuerdo, la no participación del contribuyente por ser un proce-
dimiento que se lleva a cabo de gobierno a gobierno, la falta de autonomía de la
autoridad competente que se convierte en Juez de su propio caso, restándole
legitimidad al acuerdo y pudiendo estar influenciado por su propia política re-
caudatoria, así como la falta de garantía de alcanzar la mejor solución posible
para el contribuyente, dado que el resultado dependerá del poder de negociación
de los Estados y que pudiera obedecer a razones extra fiscales.
En nuestro país, en los ocho CDI se incluye la cláusula MAP como una medida
de solución de conflictos, lo que evidencia, como bien señala CLAUDIA GUZ-
MÁN, que el Estado peruano ha sido bastante abierto a este mecanismo de
solución de conflicto, procediendo a analizar en su ponencia el MAP en la red
de convenios suscritos por nuestro país y los cambios esperado con el Instru-
mento Multilateral de la OCDE. Sin embargo, destaca la ausencia de desarrollo
legislativo y experiencia en la materia, por lo que plantea las siguientes interro-
gantes ¿cuál será la relación entre el MAP de caso específico y la norma domés-
tica peruana? y ¿cuál será el carácter vinculante de los acuerdos MAP que nues-
tro país concrete de cara a los tribunales administrativos y judiciales?
Por su parte, CLAUDIA GUZMÁN al referirse a las garantías mínimas que los
Estados no pueden obviar, justamente resalta que el acceso al MAP no limita a
otros mecanismos de solución de conflictos, citando para ello la claridad del
texto del primer párrafo del artículo 25 del Modelo OCDE, en cuanto al carácter
alternativo del MAP al señalar que procede “independientemente de los remedios
previstos en la legislación doméstica de aquellos Estados”. Así, conforme lo pre-
cisa la Ponente, el acceso al MAP no puede ser denegado cuando la misma ma-
34
BECERRA, Fernando. Op. Cit.
35
Si una vez ejercitado el acceso al MAP, el contribuyente no puede seguir los procedimien-
tos administrativos correspondientes para la impugnación del acto administrativo de de-
terminación que permiten suspender la cobranza coactiva, ¿qué sentido tiene esperar al-
guna eventual solución favorable en MAP si no existe incentivo para que la autoridad com-
petente convoque y resuelva efectivamente con la otra autoridad competente el conflicto
en cuestión, sabiendo que no está obligada a hacerlo?
Lo cierto es que nuestro país no cuenta con una regulación interna que adecue
los procedimientos y garantice el debido proceso con relación a la implementa-
ción del MAP. MÓNICA BYRNE, refiriéndose a la casuística internacional, cita
el caso Sifto Canadá Corporación (Sifto), el cual fue resuelto por el Tribunal Fis-
cal de Canadá y concluyó que una decisión de un MAP primaba frente a las
determinaciones del Impuesto a la Renta realizadas por la Administración Tri-
butaria luego de fiscalizar a la empresa. Dicho caso, como lo precisa la Ponente,
muestra que el Perú aún tiene mucho camino que recorrer para poder otorgar
las garantías que un MAP puede ofrecer a los contribuyentes para evitar la doble
imposición.
Por ello, ante las interrogantes de qué debe hacer el Perú en el corto plazo, cabe
referirse a las acciones a implementar y recomendaciones que como buenas
prácticas son presentadas por la OCDE y el CIAT, para que sean consideradas
por los países al emitir sus normas internas.
36
<https://www.ciat.org/ciatblog-procedimientos-de-acuerdo-mutuo-como-mecanismo-
de-resolucion-de-disputas-de-precios-de-transferencia-en-latinoamerica/>.
37
Según la Ponente, el caso más representativo es el de Portugal (Decreto-Ley Nº 10/2011),
aunque no es el único. A nivel de Sudamérica, cabe resaltar el caso de Panamá, que reguló
el arbitraje tributario a través de Ley 76 de 2019 (Código de Procedimiento Tributario de
la República de Panamá), sin embargo, mediante Sentencia de fecha 8 de agosto de 2022
el Pleno de la Corte Suprema de Justicia de Panamá declaró su inconstitucionalidad; y, el
caso de Venezuela, que reguló el arbitraje tributario desde el año 2001 en el Código Orgá-
nico Tributario (y se mantuvo en las versiones de 2014 y 2020), pero el mismo aún no ha
sido aplicado según lo señalado Fraga-Pittaluga (2020:94) y Díaz Candia (2014: 748). Por
otro lado, resalta que, en el caso de Estado Unidos, que permite el arbitraje en materia
tributaria para resolver cuestiones de hecho mas no de derecho en virtud del Tax Court
Rule 124 (Chico de la Cámara y otros. 2015: 185 y 187). También se señala el caso de
Francia, que cuenta con las denominadas “comisiones mixtas” en las que participan repre-
sentantes de la Administración y de los contribuyentes, el cual puede ser denominado
como arbitraje “cuasi-jurisdiccional” (Suberbiola Garbizu 2021:119); el caso del Reino
Unido, que cuenta con el non binding neutral evaluation que es la decisión de un tercero,
pero no vinculante; y, el caso de Sudáfrica, que tiene un modelo que cuenta con las carac-
Lo propio señala César García Novoa, al indicar que en el arbitraje no debe in-
vocarse la indisponibilidad del crédito tributario porque no hay disposición al-
guna, dado que si estamos ante una solución de controversias, la Administra-
ción Tributaria no está disponiendo, la indisponibilidad se refiere a tributos que
van a ser objeto de liquidación (la Administración no puede disponer libremente
y al margen de la ley si los liquida o no) o que ya fueron liquidados, y deben ser
ejecutados (la Administración no puede decidir al margen de la ley si los ejecuta
o no); pero si el particular cuestiona la validez o legalidad de tales actos de li-
quidación, la Administración no dispone por el hecho de que tal legalidad se
39
Memorias XXII Jornadas Latinoamericanas de Derecho Tributario. Ecuador XXII ILADT 2004,
Tomo 2, Pág. 15.
40
DELGADO, Cecilia y VALLE, Andrés. “Relatoría Nacional por Perú: El arbitraje como me-
canismo de resolución de controversias en materia tributaria en el Perú”. En: Memorias
XXII Jornadas Latinoamericanas de Derecho Tributario. Ecuador XXII ILADT 2004, Tomo 2,
Págs. 237-239.
Luego de lo expuesto, cabe preguntarse si ¿es posible que en nuestro país las
controversias tributarias puedan ser sometidas a un Arbitraje? y, de ser el caso,
¿Qué aspectos requerirían de una adecuación? Para buscar una respuesta, cobra
41
GARCÍA, César. Op. Cit. Pág. 207.
42
CORTÉS, Ricardo. Ver: Reflexiones sobre la sentencia que declaró inconstitucional el arbitraje
tributario doméstico en Panamá, a cargo del abogado demandante de la inconstitucionali-
dad. En: <https://taxlatam.com/noticias/reflexiones-sobre-la-sentencia-que-declaro-
inconstitucional-el-arbitraje-tributario-domestico-en-panama/>.
43
La Ponente señala que la Ley General de Arbitraje, Ley Nº 26572 (actualmente derogada),
contenía una regulación distinta sobre dicho tema y, además, establecía una lista de las
materias que no eran susceptibles de ser sometidas a arbitraje. El artículo 1 establecía lo
siguiente: “Pueden someterse a arbitraje las materias determinadas o determinables sobre las
cuales las partes tienen facultad de libre disposición, así como aquellas relativas a materia
ambiental, pudiendo extinguirse respecto de ellas el proceso judicial existente o evitando el
que podría promoverse, excepto: (…) 4. Las directamente concernientes a las atribuciones o
funciones de Imperio del Estado, o de personas o entidades de derecho público”. (Subrayado
agregado). Agrega la Ponente, que la derogada Ley General de Arbitraje exigía que las
materias arbitrables sean de libre disposición –sin definir su contenido– y, además, excluía
la posibilidad de arbitrar materias vinculadas a una atribución o facultad del Estado o de
una de sus entidades.
Nos recuerda la Ponente, que entre las recomendaciones de las XXII Jornadas
Latinoamericanas de Derecho Tributario celebradas en el 2004, se incluyó la ex-
pedición de normas en las que se establezcan medios alternativos de solución
de controversias en materia tributaria y particularmente el arbitraje, incluyendo
aquel aplicable en el ámbito interno y, además, se señaló que para tal efecto no
resulta un obstáculo la indisponibilidad de la potestad tributaria normativa y del
crédito tributario. Sin embargo, habiendo transcurrido casi dos décadas, no se
ha introducido una regulación en dicha materia.
44
GARCÍA, César. Op. Cit. p 60.
45
PRIORI, Giovanni. Comentarios a la Ley del Proceso Contencioso Administrativo. Ara Edito-
res, Lima - Perú, Cuarta Edición, Págs. 215-219.
Los CDI son herramientas que buscan distribuir la potestad tributaria entre dos
Estados y, como señala el Ponente, existe una potencial conflictividad que surge
con relación a la interpretación sobre el sentido y aplicación de las disposiciones
contenidas en dichos Convenios; contexto en el cual emerge el arbitraje como
uno de los mecanismos de solución para dicha conflictividad.
En el acápite referido al MAP, nos remitimos a las opiniones vertidas por los
Ponentes MÓNICA BYRNE, CLAUDIA GUZMÁN y CARLOS CHIRINOS,
al abordar el arbitraje a que alude el párrafo 5 del referido artículo 25 del Modelo,
como una extensión del MAP.46 Reiterando que, en el caso peruano, sólo los
CDI suscritos con Chile y Canadá incluyen una cláusula arbitral en caso las au-
toridades competentes no puedan llegar a un acuerdo, lo que se reconoce como
un arbitraje voluntario.
Los BIT’s, como precisan Mónica Byrne y Eduardo Joo, ofrecen a las “inversio-
nes” de cualquiera de las partes en el territorio de la otra, con algunas pequeñas
46
Recordemos que el MAP, es el procedimiento al que también nos remiten las normas del
Impuesto a la Renta para efecto del APA bilaterales y que en nuestro país requiere que se
hubiera celebrado un CDI (Ley del Impuesto a la Renta, artículo 32-A, inciso f).
47
Ministerio de Economía y Finanzas del Perú. Ver: <https://www.mef.gob.pe/es/?
option=com_content&language=es-ES&Itemid=100905&lang=es-ES&view=article&
id=3969>.
PAOLO ABREGÚ indica que, de forma similar a los Tratados Bilaterales de In-
versión, los Contratos de Estabilidad Jurídica también califican como instrumen-
tos que buscan un clima atractivo para las inversiones privadas en nuestro país,
brindando una particular y específica protección en el marco de una inversión
concreta. La generalidad de estos instrumentos es establecer al arbitraje como
un mecanismo de solución de controversias.
48
BYRNE, Mónica y JOO, Eduardo. “Apuntes sobre los Convenios de Estabilidad Jurídica y
su interrelación con los Acuerdos Internacionales suscritos por el Perú”. En: Publicación
del Círculo de Derecho Administrativo, Págs. 3008-3009.
En lo que respecta al ámbito tributario, el autor destaca que una de las princi-
pales garantías otorgadas por los Convenios de Estabilidad Jurídica suscritos en-
tre inversionistas privados y el Estado Peruano es la estabilidad del Impuesto a
la Renta aplicable, lo que se puede apreciar en la generalidad de los casos en que
son suscritos marco de los Decretos Legislativos Nºs 757 y 662. Por consi-
guiente, los Tribunales Arbitrales que resuelvan las controversias vinculadas con
estos instrumentos estarán abocados a evaluar si es que existe una pretendida
aplicación de una norma que no se encuentra sujeta a la Estabilidad Tributaria.
Al respecto, PAOLO ABREGÚ señala que, si bien coincide con el hecho que
un Tribunal Arbitral –en el marco de las garantías otorgadas por un Convenio
de Estabilidad– podría no considerarse competente para evaluar las vías de apli-
cación de una norma tributaria o las facultades propias de la Administración
Tributaria, sí podría ser objeto de revisión la interpretación dada respecto del
régimen jurídico estabilizado, en tanto es un elemento que da contenido preci-
samente al marco normativo que fue objeto de la garantía otorgada al inversio-
nista.
49
DELGADO, Cecilia y VALLE, Andrés. Op. Cit., Pág. 245.
César García Novoa,50 señala que como una manera tradicional de evitar con-
flictos es frecuente en muchos países que se prevea por la normativa del proce-
dimiento inspector el tener en cuenta el acuerdo o desacuerdo del contribuyente
con la propuesta del inspector y que, en caso de desacuerdo, se ofrezca un pe-
ríodo de tiempo para que el contribuyente defienda su posición; siendo que esta
fase no se considera incluida dentro de los recursos, sino dentro del procedi-
miento de inspección. Esto en nuestro ordenamiento jurídico, es equiparable a
la regulación que nos brinda el artículo 75 del Código Tributario, en el sentido
que prevé la comunicación al contribuyente de las observaciones que formula el
auditor fiscal, para el descargo correspondiente.
50
GARCÍA, César. Op. Cit. Pág. 32.
Sin embargo, como agrega dicho autor, en la medida que es frecuente que algu-
nos temas queden abiertos a discusión después de que el inspector finalice su
trabajo, los distintos países intentan realizar un último esfuerzo para evitar la
conflictividad; y, dado que la comunicación directa entre el contribuyente y el
funcionario responsable de la inspección no resuelve el conflicto, se tiende a
considerar la posibilidad de establecer una mediación por una tercera parte o
buscar otros mecanismos alternativos negociables de resolución de conflictos.
51
BERNAL, Diana y otros (2014). “Acuerdos Conclusivos: Primer Medio Alternativo de so-
lución de controversias en auditorías fiscales”. En: Serie de Cuadernos de la Procuraduría de
la Defensa del Contribuyente. Ciudad de México, Número XIV. En dicha publicación, se
refiere a distintos medios alternativos de solución de controversias en la legislación com-
parada, tales como: (i) el “accertamento con adesione” implementado en Italia, el cual es
un procedimiento que permite a la Administración Tributaria y al contribuyente –antes de
la emisión de la orden de determinación– a que puedan establecer de común acuerdo el
razonamiento en que se basará la deuda tributaria; (ii) las actas con acuerdo reguladas en
la Ley General Tributaria que abarcan supuestos similares a los que el Modelo del Código
Tributario del CIAT prevé para los acuerdos conclusivos; así como las actas con conformi-
dad que prevén una propuesta de regularización y reducción de sanción ofrecida por la
autoridad tributaria; y, (ii) los procedimientos de transacción, mediación y conciliación que
se prevén en la legislación francesa; entre otros.
(i) ¿Qué son los Acuerdos Conclusivos? ¿Cuáles son sus alcances?
52
Modelo del Código Tributario del CIAT, mayo 2015, Págs. 21,137, 138.
rácter opcional para el contribuyente, sin que sea necesario que se agote para
acudir a la instancia jurisdiccional, sólo que se dé antes de que la autoridad, en
la etapa de comprobación, resuelva en definitiva la situación del contribu-
yente.53
En este punto, es relevante la precisión que efectúa César García Novoa, al re-
ferirse a la conciliación o mediación, como modalidad de negociación, pues
como bien señala ello constituye el núcleo de los sistemas alternativos de solu-
ción de conflictos. Precisa dicho autor, que, en la mediación o conciliación por
un tercero, ambas partes aceptan la intervención de un tercero en el procedi-
miento para que justamente las acerque; siendo especializado y con un papel
más activo de propuesta, en el caso de la conciliación, o menos especializado y
53
YAÑEZ, Arturo. “Aspectos Relevantes de la Reforma 2021 en materia de la Solicitud de
los Acuerdos Conclusivos”. En: Revista Indetec. Ciudad de México, número 21, abril 2021,
Págs. 17,18,20. Precisa dicho autor, que el Acuerdo Conclusivo se encuentra regulado en
primer lugar por el Código Fiscal de la Federación y su Reglamento, ordenamientos de los
cuales emana esta figura; y, en la parte de dicho procedimiento, a través de los lineamien-
tos que regulan el ejercicio de las atribuciones sustantivas de la Procuraduría de la Defensa
del Contribuyente (PRODECON).
54
BERNAL, Diana; SANTOS, Israel y MELGAR, Pastora. “Acuerdos Conclusivos Primer medio
alternativo de solución de controversias en auditorías fiscales”. En: Serie de Cuadernos de
la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, Nº XIV. Prodecon. Pág. 19.
55
GARCÍA, César. Op. Cit. Págs. 51 a 53. Precisa dicho autor, citando a Duncan Bentley,
que la conciliación es un proceso en el que las partes de un conflicto, con la ayuda de un
tercero neutral (el conciliador), identifican los puntos controvertidos, desarrollan opciones,
consideran alternativas y procuran que se alcance un acuerdo; pudiendo distinguirse de la
mediación en que un conciliador puede jugar un papel de asesoramiento sobre el conte-
nido de la controversia y aconsejar técnicamente sobre los posibles términos de una
transacción a la vista de los aspectos materiales y procedimentales. A diferencia de esto,
dicho autor precisa que el mediador asiste a las partes en el proceso de toma de decisiones
sin aconsejar sobre los contenidos. Vid. DUNCAN Benteley, Taxpayer’Rights: Theory, Ori-
gin and Implementation. Kluwer Law International, 2007, Pág. 175.
56
BERNAL, Diana; SANTOS, Israel y MELGAR, Pastora. Op. Cit. Pág. 22.
Dichos alcances son más amplios que los propuestos por el Modelo del Código
Tributario del CIAT, en el sentido que se centran en la calificación de los hechos
u omisiones que dan origen o cuantifican la obligación tributaria, al haberse
producido la hipótesis de causación. Su finalidad es que el Estado, a través de
sus autoridades competentes, acuerde con los contribuyentes sobre los hechos
y omisiones en el procedimiento de fiscalización, lo que no implica una renuncia
al ejercicio de competencias que son indisponibles y que por tanto deben ser
ejercidas.58
57
Dicho alcance tiene sus propias limitaciones, toda vez que en el citado artículo 69-C del
Código Fiscal de la Federación de México, se señala que no procederá la solicitud de adop-
ción de un Acuerdo Conclusivo respecto de (i) las facultades de comprobación que se
ejerzan para verificar la procedencia de la devolución de saldos a favor o pago indebido, (ii)
de las facultades de comprobación a través de compulsas a terceros, (iii) de los actos deri-
vados del cumplimiento de resoluciones o sentencias, entre otros, y (iv) cuando haya
transcurrido el plazo de veinte días siguientes a aquél en que se haya levantado el acta
final, notificado el oficio de observaciones o la resolución provisional, según sea el caso;
dado que dicha normativa cuenta con un plazo temporal para solicitar el referido Acuerdo
Conclusivo.
58
BERNAL, Diana; SANTOS, Israel y MELGAR, Pastora. Op. Cit. Pág. 20.
(ii) Las ventajas de los Acuerdos Conclusivos y las garantías que se otor-
gan al administrado y funcionario público para que tales Acuerdos
sean efectivos
Dentro de las ventajas que brindan los Acuerdos Conclusivos, es que luego de
conocida la observación del auditor fiscal, permiten establecer una relación de
mayor equilibrio entre la Administración Tributaria y el contribuyente, pues, no
olvidemos que en la etapa de fiscalización las potestades brindadas a la Admi-
nistración Tributaria son amplísimas con relación a los derechos y garantías de
los administrados, siendo que dicha relación se equipara una vez emitido el acto
de determinación de la deuda y respecto del cual el contribuyente tiene derecho
de recurrir para proceder con su impugnación. Esto último, se anticipa al crear
los espacios de comunicación que brindan los Acuerdos Conclusivos.
Las otras ventajas que presentan los Acuerdos Conclusivos, es que se estructu-
59
SIDERIS, Eugenio. “Incorporación de los acuerdos al procedimiento de determinación ar-
gentino”. En: Revista de Administración Tributaria, número 49, noviembre, Pág. 158. Con-
sulta: 23 de diciembre de 2022. <https://www.ciat.org/Biblioteca/Revista/Revista_49/
espanol/2021_RAT_49-ebook-esp.pdf>.
En efecto, como los Acuerdos Conclusivos permiten una mediación para la so-
lución de las controversias fiscales en que el acuerdo de voluntades juega un
papel determinante, donde interviene un tercero que facilita la comunicación y
apoya el logro de un consenso, es que se requiere la buena fe procedimental,
que se tenga la flexibilidad necesaria para adaptar las formas procesales a la exi-
gencia de cada asunto controvertido, que se privilegie la celeridad, impidiéndose
la prolongación de los plazos en los procedimientos, dilaciones innecesarias y
que rija la inmediatez que, como señala Arturo Yañez al referirse a la regulación
mexicana, implica que las declaraciones producidas a raíz de los hechos deben
merecer un mayor crédito.60
Agrega dicho autor, que tales lineamientos determinan que los Acuerdos Con-
clusivos carezcan de mayores formalismos, ya que presupone una voluntad au-
téntica de las partes, que en este caso son la autoridad revisora y el contribu-
yente, para buscar una solución consensuada y anticipada al desacuerdo sobre
la calificación de hechos u omisiones que puedan entrañar incumplimiento de
las disposiciones fiscales.61
En cuanto a las garantías que los Acuerdos Conclusivos otorgan a las partes
intervinientes para lograr que sean eficaces, nos merece especial atención el que
se garantice el derecho del contribuyente a ser oído antes de la determinación
final de la deuda tributaria y, a su vez, que el auditor fiscal no tenga la obligación
de acordar, pero si la obligación de participar y contestar en forma motivada los
planteamientos del deudor tributario. Ello, permitirá lograr una terminación an-
ticipada de la controversia surgida dentro del procedimiento de fiscalización y
evitará controversias administrativas y judiciales posteriores.
Dicho en otros términos, en los Acuerdos Conclusivos las partes tienen voz y
son escuchadas respecto al conflicto y su posible solución; pues, se configuran
como mesas de trabajo donde la Administración y el contribuyente auditado se
encuentran en igualdad de condiciones para poder plantear y encontrar las po-
sibilidades de solución respecto a los hechos controvertidos identificados en la
auditoría. En la experiencia mexicana, resulta que la autoridad fiscal y la Procu-
raduría de la Defensa del Contribuyente han acordado que se pueden llevar a
cabo procedimientos diversos que ayuden al consenso, tales como la práctica
60
YAÑEZ, Arturo. Op. Cit., Pág. 22.
61
Ibidem Pág. 22.
La garantía del contribuyente de ser escuchado, sin lugar a duda, mejora la re-
lación con la Administración Tributaria. Los Acuerdos Conclusivos, como se ha
señalado, ayudan a crear dicha relación y mejorarla, lo que obedece a que se
trata de una concertación y no de un enfrentamiento entre las partes; donde el
contribuyente tiene la oportunidad de regularizar su situación fiscal y de ser
escuchado; y, la Administración Tributaria, por su parte, tiene la posibilidad de
lograr una recaudación tributaria más efectiva sin las dilaciones que implica un
procedimiento contencioso tributario.65
62
Ibidem Pág. 23.
63
BERNAL, Diana; SANTOS, Israel y MELGAR, Pastora. Op. Cit., Pág. 21.
64
SIDERIS, Eugenio. Op. Cit., Pág. 57.
65
Ibidem, Pág. 159.
66
YAÑEZ, Arturo. Op. Cit., Pág. 21.
que procure intereses mutuos entre ambas partes y que coadyuve a transparen-
tar el procedimiento que se lleva a cabo para celebrar el acuerdo conclusivo,
garantizando el respecto de los derechos del contribuyente e impulsando que la
actuación de la autoridad fiscal se encuentra arreglada a ley. Nótese que, de
advertir alguna actuación que vulnere los derechos de los contribuyentes, el
ombudsman debería tener las atribuciones legales necesarias para que se adop-
ten medidas correctivas contra la autoridad fiscal.
Por tanto, corresponde a la normativa que regule los Acuerdos Conclusivos de-
terminar los alcances de la actuación de la autoridad fiscal. En la regulación
mexicana, se prevé que la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente le re-
quiera a la autoridad fiscal que manifieste si acepta o no los términos en que se
plantea el Acuerdo Conclusivo o bien exprese los términos en que procedería la
adopción de dicho acuerdo (artículo 69-D del Código Fiscal de la Federación).
Como se puede apreciar, se le brinda a la autoridad fiscal la posibilidad de ex-
presar los términos en que estaría dispuesta en acoger la propuesta del acuerdo
formulada por el contribuyente; presentando así una “contraoferta” al adminis-
trado.68
67
BERNAL, Diana; SANTOS, Israel y MELGAR, Pastora. Op. Cit., Pág. 22.
68
Distinta es la regulación argentina respecto de los Acuerdos Conclusivos, la que prevé que
la autoridad fiscal se encuentre limitada únicamente a aprobar o denegar la propuesta de
solución conciliadora formulada por el contribuyente, sin tener la posibilidad de modificar
los términos propuestos por el administrado. También difiere del tercero independiente,
La ventaja del Acuerdo Conclusivo es que una vez suscrito se considera defini-
tivo y vinculante para las partes, lo que determina que la autoridad fiscal no
pueda desconocer los hechos u omisiones sobre los que versó y que el contri-
buyente tampoco pueda impugnar dicho acuerdo. A su vez, dicho acuerdo le
permitirá al contribuyente regularizar su situación fiscal, es decir, cumplir con
sus obligaciones tributarias que por alguna razón omitió; ello de conformidad
con la determinación establecida en el acuerdo. Y, de ser el caso, también le
permitiría reconocer efectos en otros ejercicios abiertos a revisión fiscal.
En nuestro país, como precisa DANIEL YACOLCA, en los últimos años se han
incrementado los casos de litigios tributarios no habiendo sido posible que los
mismos sean atendidos de manera ágil, pese a que el Tribunal Fiscal aumentó el
número de Salas Resolutivas para resolver controversias y se implementó la
creación de juzgados y Salas Especializadas en materia tributaria en el Poder
Judicial.
Finalmente, cabe señalar que suscribimos la posición del Ponente DANIEL YA-
COLCA en el sentido que los mecanismos alternativos de resolución de con-
troversias constituyen una oportunidad para reducir la litigiosidad imperante,
respetando los principios de tutela y debido proceso; y, que en todo caso las
ventajas son más que las desventajas, puesto que el contribuyente y el Estado
pueden sincerar en un más breve plazo la correcta determinación de la deuda
tributaria para su pago o cobranza, según corresponda.
En cuanto a sus orígenes, Arturo Romaní69 nos remite a la creación del Foro de
69
ROMANÍ, Arturo. “La nueva relación Hacienda-contribuyente auspiciada por la OCDE: La
relación cooperativa. El Foro de Grandes Empresas y el Código de Buenas Prácticas Tribu-
Los beneficios, como lo precisa Arturo Romaní, serían los siguientes: (i) para la
Administración Tributaria, la mejora en la gestión de riesgos, eficiente asigna-
ción de recursos y resolución temprana de cuestiones (incluyendo remedios le-
gislativos); y, (ii) para el contribuyente, fundamentalmente certeza y reducción
de costes de cumplimiento a largo plazo derivado de la mejora en la gestión del
sistema tributario.
En dicho contexto, ¿qué se espera del contribuyente que acceda a esta relación
cooperativa?, justamente información y transparencia; y, como lo precisa Arturo
Romaní, la información se proporcionaría cuando se realice una operación y
cuando sea incluida en la declaración jurada, en tiempo real para que pueda
establecerse el dialogo en el momento adecuado. Dicho autor, deja en claro que
la relación cooperativa no es un fin en sí mismo, sino el camino hacia un entorno
fiscal abierto a la cooperación y la confianza; y, que las Administraciones Tribu-
tarias deben dar el primer paso, demostrando que son capaces de reunir las ca-
racterísticas de la nueva relación mejorada o de cooperación y proporcionar la
certeza que demandan los grandes contribuyentes.
sión, respeto y cooperación, con el objetivo de aplicar las leyes tributarias alrededor
de los negocios de los contribuyentes de manera eficiente y oportuna, con base en
una estricta reciprocidad, reconociendo no sólo la letra de la ley sino el espíritu”.70
Precisa Manuel Tron, que lo señalado generaría un mayor conocimiento del ne-
gocio de los contribuyentes, lo cual es fundamental y, por ende, los desacuerdos
sobre la cantidad correcta de impuestos se podrían tornar cada vez más en dis-
cusiones de Derecho y menos de hecho, recurriendo a los tribunales para soli-
citar la correcta interpretación de una norma; aspecto este último que conside-
ramos relevante en la búsqueda de una reducción de los litigios futuros y que
de encaminarse a cuestiones de puro derecho facilitaría la administración de
justicia y evitaría los altos costos que un litigio probatorio demanda.
70
TRON, Manuel. Revista Puntos Finos. Doctrina. Edición Junio 2012, Pág. 34.
Por su parte, Manuel Castro, nos señala que la Asociación Fiscal Internacional la define
como «“una relación institucional específicamente definida, basada en intenciones expresa-
das mutuamente y no en reglas detalladas que los contribuyentes y las Administraciones Tri-
butarias asumen voluntariamente más allá de sus obligaciones legales básicas, en el entendi-
miento mutuo, el respeto y una verdadera cooperación, y que tiene como objetivo la aplicación
de las leyes fiscales en relación con las actividades de los contribuyentes de la forma más
eficiente y oportuna, asumiendo una revelación completa, oportuna y recíproca de la infor-
mación tributaria relevante (incluyendo las posiciones adoptadas) y que conduce a la deter-
minación de la cuantía correcta del impuesto correspondiente teniendo en cuenta el espíritu y
el propósito de la ley tributaria (en lugar de simplemente la letra de la ley), respetando a su
vez los derechos de cada una de las partes así como las obligaciones previstas en las leyes
procesales en caso de desacuerdo acerca de lo que constituye la cuantía correcta del im-
puesto”; mientras que la OCDE la define como “una relación del contribuyente con la Admi-
nistración Tributaria basada en la cooperación y en la confianza mutua entre ambas partes
que supone una voluntad de ir más allá del mero cumplimiento de sus obligaciones»“. En:
CASTRO DE LUNA, Manuel José. “Hacia un nuevo modelo de relación con la Administra-
ción Tributaria: de la reducción de la conflictividad y de la mejora de la justicia tributaria a
la relación cooperativa”. Revista Comillas, Universidad Pontificia, ICADE. Facultad de Dere-
cho, Madrid, Marzo 2020, Pág. 152.
71
TRON, Manuel. Op. Cit., Pág. 35.
En cuanto a las experiencias de otros países que bajo diversos enfoques imple-
mentan medidas para crear una relación de colaboración basada en la confianza
con las grandes empresas, en el Informe OCDE 2013, denominado “La Relación
Cooperativa. Un marco de referencia. De la Relación Cooperativa al Cumpli-
miento Cooperativo”,73 se analizan en detalle diversos casos, precisando que
ahí donde se ha formalizado los programas de colaboración ha sido normal-
mente mediante la publicación de marcos claros que explican el funcionamiento
de los acuerdos y las condiciones particulares entre los contribuyentes y la Ad-
ministración Tributaria; aspecto relevante que evidencia que es viable iniciar la
construcción de dicha relación.
72
CASTRO DE LUNA, Manuel. Op. Cit., Pág. 145.
73
<htpp://dx.doi.org/10.1787/9789264207547-es>.
74
ROMANÍ, Arturo. Op. Cit.
Otro aspecto importante que analiza dicho autor77 y que es pertinente para el
75
CASTRO DE LUNA, Manuel. Op. Cit., Págs. 146 a 152. Dicho autor, hace referencia a las
experiencias que se aplican distintos países, como Singapur, Nueva Zelanda, Italia, Estados
Unidos, Australia, Canadá, Reino Unido, entre otros.
76
Ibidem, Pág. 151.
77
Ibidem, Pág. 152. Según dicho autor, un intento de internacionalización del nuevo modelo
cooperativo, lo constituye el International Compliance Assurance Programme (ICAP), ini-
ciativa que trata de influir positivamente en el comportamiento tributario de las multina-
cionales, a la vez que proporciona a estas mayor seguridad sobre sus posiciones fiscales
en los diversos países, al unificar el tratamiento tributario de sus actividades y transaccio-
nes en todos ellos. Con relación a la búsqueda de soluciones de diferencias de manera
mas eficaz, el autor señala que si bien como resultado de la Acción 14 del plan BEPS se
tema que nos ocupa, es la viabilidad de hacer posible este tipo de modelo coope-
rativo con intervención de distintos países, pues dada la internacionalización de
la economía y con ello de los conflictos tributarios, lo señalado permitiría llegar
a una solución armoniosa de la distribución de las bases imponibles a nivel in-
ternacional en el seno de la relación cooperativa. Indica que los Países Bajos y
Reino Unido han establecido una relación cooperativa conjunta con grandes
empresas y que ha permitido el intercambio rápido de información y la más
pronta resolución de conflictos, así como la prevención de litigios innecesarios.
Como agrega Manuel Tron, en el marco de esta nueva relación si es viable hacer
algo, aunque ese algo sea limitado, pero puede ser muy importante para los
contribuyentes principales a quienes está dirigido el modelo cooperativo.
están llevando a cabo procedimientos amistosos más eficientes y eficaces (MAP), una
forma de hacer más eficientes los mismos es evitar que surjan conflictos innecesarios, a lo
que pueden contribuir una evaluacion multilateral de riesgos y los programas de garantía
de cumplimiento, dado que la manera más eficiente de gestionar los recursos entre Admi-
nistraciones es precisamente evitando que surjan los mismos mediante el acuerdo de las
partes implicadas en el tratamiento a dar a las transacciones económicas más complejas.
78
TRON, Manuel Op. Cit., Pág. 34.
TEMA II:
MEDIOS PROBATORIOS EN EL PROCEDIMIENTO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO Y EN EL PROCESO
JUDICIAL, EN MATERIA TRIBUTARIA
A continuación, nos referimos a cada uno de estos temas, tanto a nivel del pro-
cedimiento administrativo como del proceso contencioso - administrativo.
Por su parte, el artículo 141 del mismo cuerpo normativo dispone que no se
admitirá como medio probatorio, bajo responsabilidad, el que habiendo sido
requerido por la Administración Tributaria durante el proceso de verificación o
fiscalización, no hubiera sido presentado y/o exhibido, salvo que el deudor tri-
butario pruebe que la omisión no se generó por su causa o acredite la cancela-
ción del monto reclamado vinculado a las pruebas presentadas actualizado a la
fecha de pago, o presente carta fianza bancaria o financiera por dicho monto o,
en el acto administrativo impugnado no se haya determinado monto por pagar.
Asimismo, el artículo 147 del citado Código señala que, al interponer apelación
ante el Tribunal Fiscal, el recurrente no podrá discutir aspectos que no impugnó
al reclamar, a no ser que, no figurando en la Orden de Pago o Resolución de la
Administración Tributaria, hubieran sido incorporados por ésta al resolver la re-
clamación. En este caso, se dispone que sí se podrán actuar nuevos medios
probatorios.
De otro lado, anota el artículo 148 del referido cuerpo legal que no se admitirá
como medio probatorio ante el Tribunal Fiscal la documentación que habiendo
sido requerida en primera instancia no hubiera sido presentada y/o exhibida por
el deudor tributario. Sin embargo, dicho órgano resolutor deberá admitir y actuar
aquellas pruebas en las que el deudor tributario demuestre que la omisión de
su presentación no se generó por su causa, el deudor tributario acredite la can-
celación del monto impugnado vinculado a las pruebas no presentadas y/o exhi-
bidas por el deudor tributario en primera instancia o presente carta fianza o en
el acto administrativo impugnado no se haya determinado monto por pagar.
A su vez, el artículo 145 del mencionado Código regula que el plazo para ofrecer
las pruebas y actuarlas será de treinta (30) días hábiles, contados a partir de la
fecha en que se interpone el recurso de reclamación o apelación. El vencimiento
de dicho plazo no requiere declaración expresa, no siendo necesario que la Ad-
ministración Tributaria requiera la actuación de las pruebas ofrecidas por el deu-
dor tributario. Tratándose de las resoluciones emitidas como consecuencia de
la aplicación de las normas de precios de transferencia, el plazo para ofrecer y
actuar las pruebas será de cuarenta y cinco (45) días hábiles. En el caso de las
resoluciones que establezcan sanciones de comiso de bienes, internamiento
temporal de vehículos y cierre temporal de establecimiento u oficina de profe-
sionales independientes, así como las resoluciones que las sustituyan, el plazo
para ofrecer y actuar las pruebas será de cinco (5) días hábiles.
Finalmente, el artículo 126 del mismo Código fija que, para mejor resolver, el
1. Etapa de Apelación
Nº SUPUESTO RESULTADO
Medios probatorios extemporáneos ofreci-
Los medios probatorios serán
dos en recursos de apelación presentados
01 analizados por el Tribunal
cuando ya está vigente el Decreto Legisla-
Fiscal
tivo Nº 1421.
Medios probatorios extemporáneos ofreci-
dos en recursos de apelación presentados Los medios probatorios serán
02 antes de la entrada en vigencia del Decreto analizados por el Tribunal
Legislativo Nº 1421 y que siguen pendien- Fiscal
tes de resolver.
Medios probatorios extemporáneos de la re- Los medios probatorios serán
03 clamación que obran en el expediente y a los analizados por el Tribunal
que hace referencia el recurrente. Fiscal
Medios probatorios (extemporáneos o no)
ofrecidos en etapa de apelación después del Los medios probatorios no
04
plazo establecido por el artículo 125 del Có- serán analizados
digo Tributario.
Medios probatorios que no fueron requeri-
dos por la Administración en la fiscalización
Los medios probatorios no
05 ni en la reclamación, que no fueron ofreci-
serán analizados
dos por el recurrente en la etapa de reclama-
ción y que se ofrecen en apelación.
Nº SUPUESTO RESULTADO
Medios probatorios que fueron requeridos
en etapa de fiscalización que no fueron pre-
sentados por el sujeto fiscalizado, que pos-
teriormente fueron ofrecidos en etapa de re-
clamación, pero no fueron evaluados por la
Los medios probatorios serán
Administración conforme con lo previsto
06 analizados por el Tribunal
por el artículo 141 del Código Tributario an-
Fiscal
tes de la modificación prevista por el De-
creto Legislativo Nº 1421 y que posterior-
mente fueron ofrecidos en etapa de apela-
ción (de forma expresa o haciendo referencia
a ellos).
2. Etapa de Reclamación
Nº SUPUESTO RESULTADO
Medios probatorios extemporáneos ofreci-
Los medios probatorios serán
dos en recursos de reclamación presentados
07 analizados por la
cuando ya está vigente el Decreto Legislativo
Administración Tributaria
Nº 1421.
Medios probatorios extemporáneos ofreci-
dos en reclamaciones presentadas antes de Los medios probatorios serán
08 la entrada en vigencia del Decreto Legislativo analizados por la
Nº 1421 y que se resuelven cuando dicha Administración Tributaria
norma ya está vigente.
Medios probatorios extemporáneos de la fis- Los medios probatorios serán
09 calización, que obran en el expediente y a los analizados por la
que hace referencia el recurrente. Administración Tributaria
Medios probatorios (extemporáneos o no)
ofrecidos en etapa de reclamación después Los medios probatorios no
10
del plazo previsto por el artículo 125 del Có- serán evaluados
digo Tributario.
De lo planteado por la normativa y por los Ponentes, pareciera que las razones
de la opción adoptada por el legislador peruano giran en torno a la persuasión
al contribuyente para que ofrezca a la Administración desde el inicio sus medios
probatorios, a fin de evitar que ésta termine emitiendo actos que luego podrían
ser revocados, con el consiguiente coste que ello significa y, además, en el deber
de colaboración establecido por el Código Tributario.
Sobre el monto por pagar o afianzar, queda aún en indefinición cuál es el monto
que debe pagarse, por ejemplo, si se emite una Resolución de Determinación y
una de Multa, si se debe pagar la deuda tributaria liquidada en ambas resolucio-
nes o solo la que consta en la Resolución determinativa; lo mismo ocurre, si se
emiten Resoluciones de Determinación por pagos a cuenta o por disposición
indirecta de renta, ya que no está claro si se debe pagar solo la Resolución de
Determinación por el tributo omito o las deudas tributarias en su totalidad.
Sin embargo, se tiene que según el Código Tributario, los medios probatorios
presentados en forma extemporánea en una reclamación, son admisibles en
aplicación del artículo 141 del Código Tributario, siempre que se cumplan los
requisitos en él establecidos y es la regla que para el Ponente debe aplicarse
porque según el artículo 205 de la LGA, el procedimiento contencioso, incluido
el proceso contencioso administrativo, el no contencioso y el de cobranza coac-
tiva se rigen por lo establecido en el Código Tributario; claro está en este punto
se presentaría la discusión de si solo con carta fianza bancaria o financiera po-
dría admitirse el medio probatorio extemporáneo.
Los temas planteados nos llevan a reflexionar sobre si una actuación razonable
de la Administración que ponga atención al principio de verdad material y una
correcta valoración de los medios probatorios pueda disminuir la litigiosidad.
La LPAG en su artículo 166 también permite que los hechos invocados o que
fueren conducentes para decidir un procedimiento puedan ser objeto de todos
los medios de prueba necesarios, salvo aquellos prohibidos por disposición ex-
presa, en el entendido que exista una justificación razonable para tal limitación,
que es lo que ha asumido el Código Tributario al señalar expresamente que solo
son admisibles la prueba pericial, documental e inspección.
Lo que resulta discutible es que el Código otorgue cierto mérito probatorio a las
manifestaciones obtenidas por la Administración y, sin embargo, no otorgue al
deudor una posibilidad semejante. Es más, de acuerdo con nuestra experiencia,
al contribuyente se le suele negar la posibilidad de acceder a aquellas, bajo una
supuesta restricción por reserva tributaria, limitándose su derecho de defensa.
Al respecto, Giovanni Priori uno de los artífices de la LPCA nos comenta lo si-
guiente:
79
ZOLEZZI, Armando. “La Controversia Tributaria”. En: Revista del Instituto Peruano de Dere-
cho Tributario, Nº 19. IPDT, Lima, 1990.
(…)
80
PRIORI, Giovanni. Op. Cit., Págs. 216 y 217.
Por esta razón existe consenso en la doctrina nacional en cuanto a que la alu-
dida restricción no solo se aleja del modelo de plena jurisdicción, sino también
contraviene el orden constitucional al afectar el derecho fundamental a la prueba
como parte del debido proceso reconocido en el numeral 3 del artículo 139 de
nuestra Constitución Política,81 contándose también con pronunciamientos de
la Corte Suprema en ese sentido, como el recogido en la Casación Nº 2081-
2009 Lima.82
81
HUAPAYA, Ramón. “La prueba en el proceso contencioso administrativo a 20 años de la
LPCA”; MORÓN URBINA, Juan Carlos. “El derecho a la prueba en el proceso contencioso
administrativo, la interpretación correctiva pero insuficiente de la Jurisprudencia de la
Corte Suprema”. En la obra colectiva: Estudios sobre Derecho Administrativo - a 20 años de
la Ley del Proceso Contencioso Administrativo. Volumen II. 1ra edición. Asociación Civil
Derecho y Sociedad, Lima, 2022, Págs. 424-435. DANÓS ORDOÑEZ, Jorge. “El proceso
contencioso administrativo en el Perú”. En: Dereito Administrativo & Constitucional. A&C,
Brasil, 2003, Pág. 213.
82
MORÓN URBINA, Juan Carlos. Op. Cit. Págs. 448 y 449. Al respecto se señala lo siguiente:
“Quinto: En el proceso contencioso administrativo la necesidad de la actividad probatoria
radica en la finalidad que se le atribuye a dicho proceso, por tanto, en un proceso de plena
jurisdicción como es el contemplado en la Ley Nº 27584, la prueba es indispensable para
probar las afirmaciones de las partes, por tanto, las partes deben tener la más amplia posibi-
lidad de probar sus afirmaciones.
Pero este diseño imperfecto de la LPCA, como señala Ramon Huapaya83 y Juan
Carlos Morón,84 puede ser superado por los Jueces sin necesidad de ejercer el
Como se aprecia del texto glosado, la regla de carga de la prueba dependerá del
tipo de acto y procedimiento administrativo que es materia del proceso conten-
cioso administrativo.
ésta. En todos los demás casos la carga de la prueba estará a cargo de quien
afirma los hechos que sustentan la pretensión, ya sea que se trate de la Admi-
nistración o el administrado quien formule la demanda.
TEMA III:
NULIDAD E IRREVOCABILIDAD DEL ACTO
ADMINISTRATIVO EN EL MARCO DEL PROCEDIMIENTO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO Y DEL PROCESO
JUDICIAL, EN MATERIA TRIBUTARIA
Si bien el Tribunal Fiscal ha hecho el esfuerzo de sistematizar los fallos que emite
a través de un “Glosario de Fallos” cuya última actualización se efectuó a través
del Acta de Reunión de Sala Plena Nº 2019-13 de fecha 25 de marzo de 2019,
definiendo el tratamiento a otorgarse en los casos de nulidad que se adviertan
en un procedimiento, ello es insuficiente, más aún si en algunos de ellos los
criterios son cuestionables y en otros poco claros, lo que ha conllevado a que
se expidan fallos contradictorios o a que no haya predictibilidad.
En ese contexto, para estas Jornadas, sobre el tema, hemos recibido los aportes
de cuatro miembros de nuestro instituto, CÉSAR GAMBA en su ponencia in-
dividual analiza el régimen de nulidades de los actos administrativos con con-
tenido tributario y, en particular, la posibilidad de que la Administración Tribu-
taria reitere los actos de determinación de la obligación tributaria debido a la
declaración de nulidad de un acto determinativo o de algún o algunos otros
actos emitidos en un procedimiento de fiscalización, dictada por ella misma, por
el Tribunal Fiscal o por la jurisdicción contencioso-administrativa o constitucio-
nal, por vicios materiales o formales.
Dicho de otro modo, el autor revisa los casos en que, como consecuencia de
una declaración de nulidad, pueda corresponder jurídicamente ordenar la retro-
acción de las actuaciones de fiscalización, así como los límites de las “nuevas”
actuaciones de la Administración a causa de la citada retroacción y los derechos
de los administrados/contribuyentes dentro de estas nuevas actuaciones pro-
cedimentales.
Señalan las Ponentes que con la nulidad se pretende extinguir los efectos jurí-
dicos del acto que ha sido emitido prescindiendo de los requisitos de constitu-
ción y/o validez. Y, si bien la figura nace en la esfera del derecho civil, en el
ámbito del derecho administrativo y tributario tiene particularidades, en espe-
cial, en el caso de la nulidad de oficio, ya que se enmarca en lo que es la auto-
tutela declarativa y resolutiva de la Administración Pública, cuyo origen data del
reconocimiento que se otorgó al Consejo de Estado Francés en el siglo XVIII
como ente independiente de los órganos jurisdiccionales para revisar los actos
administrativos.
Luego de marcar la diferencia entre las dos instituciones procesales, resalta que
el numeral 32 del Glosario de Fallos del Tribunal Fiscal, referido a los casos de
determinación sobre base presunta sin observar el procedimiento legal estable-
cido, en lugar de instruir de que se declare la nulidad del acto, dispone su revo-
catoria, perjudicando con ello su renovación. Menciona al respecto que la Corte
Suprema ha enmendado este error, e incluso en la Casación Nº 10594-2015-
Lima ha exhortado al colegiado administrativo a que modifique su glosario.
Anota CÉSAR GAMBA que de dichas normas se tiene –a modo general– que
un acto es nulo por defecto u omisión en sus requisitos de validez (por ejemplo,
la prescindencia total del procedimiento establecido) o cuando en general es
contrario al ordenamiento jurídico por razones sustanciales (lo que incluye a la
Constitución, las leyes o las normas de inferior jerarquía).
Merece puntualizar aquí que para la jurisprudencia fiscal hay una diferencia en-
tre la figura de la nulidad y la revocatoria, en el primer caso se trata de vicios
Sea como fuere, lo cierto es que el Poder Judicial ha asumido una posición ce-
rrada, en el sentido que el Tribunal Fiscal incurre en error al dejar sin efecto
Resoluciones de Determinación sustentadas en un procedimiento de determi-
nación sobre base presunta conforme a la normativa legal, incluso como ha re-
señado SILVIA LEÓN, en la citada Casación Nº 10594-2015-Lima, se ha ex-
hortado al colegiado administrativo a que modifique su Glosario.
Agregan las Ponentes que como la norma en referencia solo menciona que la
nulidad puede ser declarada de oficio “en cualquier estado del procedimiento
administrativo”, entonces puede serlo en un procedimiento contencioso admi-
nistrativo (etapa de reclamación o apelación), en un procedimiento no conten-
cioso, en un procedimiento de fiscalización, en un procedimiento de cobranza
coactiva y cualquier otro procedimiento referido al ejercicio de las facultades de
la Administración Tributaria.
(…) respecto del plazo para declarar la nulidad de oficio por parte de la
Administración Tributaria, resulta aplicable el artículo 202º de la Ley del
Procedimiento Administrativo General, norma de aplicación supletoria en
virtud a la Norma IX del Título Preliminar del Código Tributario, que es-
tablece que en lo no previsto por este Código o en otras normas tributarias,
podrán aplicarse normas distintas a las tributarias siempre que no se les
opongan ni las desnaturalicen (…).
Singular es también, el criterio del Poder Judicial quien viene emitiendo senten-
cias que señalan que, si el contribuyente no impugnó determinado aspecto del
acto administrativo, el Tribunal Fiscal no puede pronunciarse sobre ello, tal es
el caso de la Casación Nº 19633-2019-LIMA que cuestionó la anulación de una
Resolución de Multa dispuesta por la RTF Nº 4521-8-2017 al considerar que el
Tribunal había introducido elementos nuevos. Si vinculamos este criterio con
la posibilidad de declararse la nulidad de oficio de un acto, para la Corte ello no
sería posible porque no habría sido una cuestión previamente discutida o plan-
teada por las partes, lo que no parece ser coherente con la naturaleza de una
nulidad de oficio.
Sobre quién debe declarar la nulidad de oficio de un acto, las Ponentes conside-
ran que al no existir una norma tributaria que lo regule, debe aplicarse supleto-
riamente la LPAG y, por tanto, debería ser dictada por la autoridad superior a
quien dictó el acto. Plantean como hipótesis que la nulidad del requerimiento
emitido en el marco de un procedimiento de fiscalización o de una Resolución
de Determinación y/o Multa podría ser declarada en etapa de reclamación, mien-
tras que la nulidad de la Resolución de Intendencia de la SUNAT que se pro-
nunció sobre una reclamación correspondería que sea declarada por el Tribunal
Fiscal.
Asimismo, las Ponentes indican que cuando se declare una nulidad debe verifi-
carse si se cuenta con los elementos para resolver y, de ser el caso, emitir pro-
nunciamiento sobre el fondo del asunto, ya que eso es lo que ordena el artículo
231 numeral 1 de la LPAG y el artículo 150 del Código Tributario. Igualmente,
si la nulidad es de un acto que había sido favorable al contribuyente, debería
correrse traslado previamente a este para que ejerza su derecho de defensa, tal
como lo ordena la LPAG.
Como parte de su análisis, las Ponentes indagan sobre estas preguntas: ¿es po-
sible que con ocasión de la nulidad de oficio de un acto se emita uno nuevo
peyorativo para el contribuyente?, ¿cuál es el impacto de la nulidad de oficio en
el trámite de las fiscalizaciones e impugnaciones en curso?, ¿cómo afectan el
término prescriptorio?
consideran que esto será de relevancia para computar el plazo que tiene la Ad-
ministración para pedir documentación –un año o seis meses según se trate de
una fiscalización definitiva o parcial–, ya que podría ser que este haya transcu-
rrido y, por lo tanto, deba cerrarse la fiscalización con lo obtenido hasta antes
de que se incurriera en el vicio.
La pregunta que también absuelven las Ponentes es ¿qué sucede si el acto que
origina el procedimiento contencioso tributario es declarado nulo? ¿El plazo
prescriptorio se ve interrumpido o suspendido?
para resolver dichos recursos, reanudándose el cómputo de ésta a partir del día
siguiente del vencimiento de dichos plazos; esto no soluciona el problema, ya
que igualmente va en contra de la naturaleza de la nulidad de los actos admi-
nistrativos, por lo que debería plantearse una modificación legislativa.
(…)
La Corte Suprema es del mismo parecer y considera que el cómputo del plazo
prescriptorio no puede estar suspendido durante el plazo en exceso que toma-
ron los entes resolutores para emitir pronunciamiento porque se estaría vulne-
rando los Principios de Seguridad Jurídica y Predictibilidad; por ello, concluyó
que debía ponerse un límite al período de suspensión del plazo de prescripción
generado por la inactividad de los entes resolutores. En la Casación Nº 12754-
2014 estableció:
Según este órgano jurisdiccional, el texto del inciso a) del artículo 46 del Código
Tributario no puede interpretarse en forma aislada, sino dentro del marco de
respeto al debido procedimiento administrativo, lo cual lleva a concluir que la
interposición de un recurso de reclamación o de apelación solo puede suspender
la prescripción cuando dichos recursos se interponen dentro de un procedi-
miento iniciado válidamente.
El artículo 108 del Código Tributario regula los supuestos en los que la Admi-
nistración Tributaria podrá revocar, modificar, sustituir o complementar sus ac-
tos después de su notificación; entre ellos, menciona los siguientes casos: i)
cuando se detecten los hechos contemplados en el numeral 1 del artículo 178
del Código Tributario; ii) cuando exista connivencia entre el personal de la Ad-
ministración Tributaria y el deudor tributario (numeral 1); y, iii) cuando la Ad-
ministración detecte que se han presentado circunstancias posteriores a su emi-
sión que demuestren su improcedencia (numeral 2).
85
VILLEGAS, Héctor. Curso de Finanzas, Derecho Financiero y Tributario. Séptima edición.
Buenos Aires, 2001. Pág. 329.
Para cumplir sus fines, la Administración Tributaria cuenta con amplias faculta-
des, como exigir a los deudores tributarios la exhibición de libros y registros
contables, solicitar información a terceros, investigar los hechos que configuran
una infracción, entre otras, reguladas en el artículo 62 del Código Tributario. El
procedimiento de fiscalización es la vía a través de la cual la autoridad hace la
revisión de la situación del contribuyente y concluye, a tenor del artículo 75 del
Código Tributario, con una Resolución de Determinación.
86
El artículo 61 del CT dispone que “La determinación de la obligación tributaria efectuada
por el deudor tributario está sujeta a fiscalización o verificación por la Administración Tribu-
taria, la que podrá modificarla cuando constate la omisión o inexactitud en la información
proporcionada, emitiendo la Resolución de Determinación, Orden de Pago o Resolución de
Multa”.
87
Autores como Héctor Villegas y César García Novoa, citados en la Resolución de Tribunal
Fiscal Nº 04638-1-2005, que constituye precedente de observancia obligatoria, respaldan
esta posición.
88
El Tribunal Fiscal en la Resolución Nº 04638-1-2005, que constituye precedente de obser-
vancia obligatoria, ha señalado:
“(…) nuestro sistema tributario reconoce a la Administración la facultad de redeterminar la
obligación tributaria del deudor tributario, pudiendo modificar la realizada por éste, ya sea
para establecer deuda o saldo a su favor, para lo cual debe emitir y notificar una resolución
de determinación por un tributo y periodo concretos, dentro de un determinado periodo de
De lo anterior se tiene que la regla general es que una vez notificada una Reso-
lución de Determinación, la Administración ha definido y cerrado la determina-
ción de la obligación tributaria y por tanto no puede modificarla unilateral-
mente. Esta es la manera en que se respeta el Principio de Seguridad Jurídica, el
cual, en palabras de Cesar Talledo89 “(…) exige que la administración por propia
iniciativa y unilateralmente no pueda dejar sin efecto lo declarado luego de haber
realizado la fiscalización del obligado, basada en una nueva apreciación de los
mismos hechos ya examinados”.
En cuanto al numeral 1 del artículo 108 del Código Tributario, que habilita a la
Administración Tributaria a revocar, modificar, sustituir o complementar sus
actos administrativos cuando se detecte alguno de los hechos contemplados en
el numeral 1 del artículo 178 del Código Tributario, o cuando existe una conni-
vencia entre la Administración Tributaria y el deudor tributario; el Tribunal Fiscal
en reiterada jurisprudencia, como en las Resoluciones Nº 02013-2-2019,
05706-8-2019, 02503-1-2017, 11209-4-2012, ha sostenido que “(…) la con-
figuración del supuesto regulado en el numeral 1 del artículo 108 del Código Tri-
Ahora bien, el tipo infractor del numeral 1 del artículo 17891 del Código Tribu-
tario consiste en sancionar al deudor tributario que haya presentado su decla-
ración jurada con información incorrecta o con la declaración de datos falsos,
siempre que genere un perjuicio al fisco.
91
“Constituyen infracciones relacionadas con el cumplimiento de las obligaciones tributarias:
1. No incluir en las declaraciones ingresos y/o remuneraciones y/o retribuciones y/o rentas
y/o patrimonio y/o actos gravados y/o tributos retenidos o percibidos, y/o aplicar tasas o
porcentajes o coeficientes distintos a los que les corresponde en la determinación de los
pagos a cuenta o anticipos, o declarar cifras o datos falsos u omitir circunstancias en las
declaraciones, que influyan en la determinación y el pago de la obligación tributaria; y/o
que generen aumentos indebidos de saldos o pérdidas tributarios o créditos a favor del
deudor tributario y/o que generen la obtención indebida de Notas de Crédito Negociables
u otros valores similares”.
92
GUILIANI FONROUGE, Carlos María. Derecho Financiero. Vol. I, 7º Edición. Buenos Aires:
De Palma. 2001, Pág. 455.
No obstante, hay otro grupo de Resoluciones en las que se acepta una reaper-
tura de una fiscalización aun cuando las razones no sean imputables a los con-
tribuyentes.
93
Ibidem, Pág. 569.
Ante ello, el Tribunal Fiscal concluyó que la segunda fiscalización por el IGV del
ejercicio 2008 “(…) obedece a que la Administración examinó hechos distintos a
los observados en la primera fiscalización (…), que estaban constituidos por la in-
formación contenida por los cruces de información realizados a los proveedores [*],
por lo que la mencionada entidad se encontraba facultada en virtud de lo dis-
puesto por el artículo 108º del Código Tributario a complementar sus actos (…)”.
Sobre el supuesto previsto por el numeral 2 del artículo 108 del Código Tribu-
tario que admite modificar, revocar, sustituir o complementar actos debida-
94
STC Nº 0016-2002-AI/TC, de fecha 30 de abril del 2003.
95
STC Nº 0001-0003-2003-AI/TC de fecha 4 de julio del 2003.
b. El acto original debe ser lesivo al contribuyente, es el caso por ejemplo que
se haya determinado la existencia de una deuda, pero entre la fecha de emi-
sión del acto y de su notificación la deuda haya sido ya pagada, por tanto,
ya no exista.
De otro lado, no se debe perder de vista que el numeral 2 del artículo 108 del
Código Tributario refiere a circunstancias posteriores al acto que se altera que
demuestren su improcedencia y que las situaciones específicas están reguladas
por la propia Administración en la Resolución de Superintendencia Nº 002-
97/SUNAT que “Establece el procedimiento de comunicación de la existencia de
errores materiales o circunstancias posteriores a la emisión de actos de la Adminis-
tración Tributaria”. Plantear una interpretación diferente, infringiría el principio
de legalidad y de seguridad jurídica.
Otro de los temas de interés para las presentes Jornadas son los efectos que
generan las sentencias que amparan una pretensión de nulidad total o parcial
de la Resolución del Tribunal Fiscal objeto de una demanda contencioso admi-
nistrativa, y como consecuencia de ello resuelven la controversia planteada por
los interesados.
Si bien la sentencia constituye el acto procesal que pone fin al proceso de cog-
nición, la etapa de ejecución de sentencia es la que satisface el interés del de-
mandante que ejerció su derecho de acción, pues es recién en esta que verá
materializada la decisión judicial y los efectos que dicha decisión gatilla.
(…) El fin concreto del proceso, lo dice el Código Procesal Civil, es resolver
un conflicto de intereses determinado. La “paz social en justicia” que se
preconiza como su “finalidad abstracta”, no es más que una consecuen-
cia de la resolución del conflicto sometido a la jurisdicción. También se
alcanza esa finalidad abstracta si quien siente que sus derechos particu-
lares han sido afectados por otro como él, decide renunciar a reclamar o
alcanzar algún acuerdo al respecto. Al Estado en buena cuenta, pre-
cisamente porque se trata de derechos privados, no le interesa cómo
se solucione la controversia, sino que se solucione.
96
AZA RIVA, Arturo y JIMÉNEZ QUEVEDO, Mayra en “La flexibilización del principio de
congruencia en el proceso contencioso administrativo”. En: Estudios sobre Derecho Admi-
nistrativo - A 20 años de la Ley del Proceso Contencioso Administrativo. Vol. II, Pág. 131.
Esta diferencia en los textos legislativos también fue advertida por la Ponente
SILVIA LEÓN que sostiene que dada la regulación actual “en el proceso conten-
cioso el juez parte de las pretensiones planteadas por el demandante, no pudiendo
pronunciarse sobre alguna que no hubiera sido expresamente invocada; respe-
tando así el principio de congruencia”.
97
Ibidem, Pág. 139.
98
Conforme hemos señalado en el apartado correspondiente al ejercicio de la plena jurisdic-
ción, esta facultad se encuentra circunscrita para que sea aplicada exclusivamente a favor
del administrado.
Asimismo, también de forma muy genérica se señala, que los conflictos que se
deriven de esta etapa a través de actuaciones administrativas deberán ser re-
sueltos en el propio proceso de ejecución, pero sin dar pautas concretas sobre
el trámite que se sigue en etapa de ejecución, ni el marco de acción del Juez y
de las partes sobre lo que puede o no ser discutido en esta etapa. En cuanto a
esto último, específicamente nos referimos a los efectos de la nulidad y al al-
cance del restablecimiento de derechos e intereses que reconoció la sentencia.
En efecto, si bien el artículo 48 señala que “son nulos de pleno derecho los actos
y disposiciones contrarios a los pronunciamientos de las sentencias que se dicten
con la finalidad de eludir el cumplimiento de éstas”, esta disposición no precisa
si la nulidad de los referidos actos será declarada en el proceso de ejecución,
pero no solo eso, tampoco ha comprendido aquellos actos que pudieran haber
sido emitidos con anterioridad de la sentencia pero que devinieron en nulos por
efecto de ella.
Respecto a los alcances del citado artículo 48, Manuel Rebollo en su trabajo
“Nulidad de actos administrativos contrarios a las sentencias en el Texto Único
Ordenado de la Ley Peruana del Proceso Contencioso-Administrativo”, rescata
que el tenor de este dispositivo es idéntico al que encontramos en la Ley
29/1998 Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa de España,
no obstante que en el caso peruano se omitió un párrafo (el siguiente), que a
nuestro juicio, debería ser introducido en nuestra LPCA:
O sea, que la nulidad por contrariar sentencias puede ser instada y decla-
rada en el proceso de ejecución de sentencias; esto es, que el interesado
no se verá obligado a acudir a un nuevo proceso contencioso-admi-
nistrativo ordinario para impugnar ese acto y conseguir la declara-
ción judicial de nulidad, sino que tiene expedita una vía más di-
recta, rápida y ágil para lograr esa nulidad. Pero la Ley peruana no
ha incluido nada similar ¿Cómo debe entenderse esa omisión? Para res-
ponder con seguridad y autoridad es necesario conocer el Derecho pe-
ruano con una amplitud y profundidad que no está a mi alcance. Pero,
incluso así, osaré afirmar que lo más razonable es entender que tam-
bién en el Perú esa declaración de nulidad puede conseguirse en
ejecución de sentencia, es decir, que el Derecho peruano no obliga a los
beneficiarios de una sentencia a acudir y sustanciar desde el principio a
un nuevo contencioso administrativo para conseguir que se declare la nu-
lidad de un acto o de un reglamento que vulnera aquélla.99 (El resaltado
es nuestro).
99
REBOLLO, MANUEL. “Nulidad de actos administrativos contrarios a las sentencias en el
Texto Único Ordenado de la Ley peruana del Proceso Contencioso-Administrativo”. En: IUS
ET VERITAS, 60. Lima, 2020. Pág. 20.
TEMA IV:
PRECEDENTES Y PREDICTIBILIDAD EN LA ACTUACIÓN
DEL ESTADO, EN MATERIA TRIBUTARIA
El precedente se define como todo acto anterior, con relevancia jurídica, que
puede proyectar efectos jurídicos hacia el futuro, condicionando el comporta-
miento de distintos sujetos, por ejemplo, los ciudadanos, los tribunales o la
Administración, en casos similares.
pecto al sentido y alcance de una norma tributaria que se estima correcta, du-
rante un tiempo determinado y para situaciones futuras idénticas o sustancial-
mente similares.
Por consiguiente, así como los Jueces pueden crear precedentes, también se en-
cuentran facultados para desvincularse o apartarse de las reglas establecidas por
ellos, siempre y cuando se ofrezca una fundamentación suficiente y razonable;
en el entendido que la predictibilidad no justifica la petrificación del derecho.
100
Sobre el particular, el Tribunal Constitucional en la STC Nº 5970-2006-PA/TC, estableció
lo siguiente:
“(…) el derecho a la igualdad tiene dos facetas: igualdad ante la ley e igualdad en la ley. La
primera de ellas, quiere decir que la norma debe ser aplicable por igual a todos los que se
encuentren en la situación descrita en el supuesto de la norma; mientras que la segunda im-
plica que un mismo órgano no puede modificar arbitrariamente el sentido de sus decisiones
en casos sustancialmente iguales, y que cuando el órgano en cuestión considere que debe
apartarse de sus precedentes, tiene que ofrecer para ello una fundamentación suficiente y ra-
zonable”.
(b) expresión de las razones que fundamentan dicha decisión; y, (c) determina-
ción de sus efectos en el tiempo; aspecto al que nos referiremos al abordar los
aparentes cambios de precedentes.
En nuestro ordenamiento jurídico, según el órgano que los emita, los preceden-
tes se pueden clasificar en administrativos y jurisdiccionales; siendo que, en
cada caso, es la propia regulación de las atribuciones de cada órgano resolutor
la que le atribuye el carácter normativo o, de ser el caso, su carácter persuasivo.
Como explicaremos con mayor detalle más adelante, los precedentes jurisdic-
cionales pueden ser emitidos por el Tribunal Constitucional101 y el Poder Judi-
cial, cuyos magistrados o Jueces ejercen jurisdicción en el marco de sus atribu-
ciones, tal como lo regula el CPCo, la LOPJ y el CPCi. En dicho marco legal es
que se regula el precedente vinculante (precedente normativo) o doctrina juris-
prudencial (precedente persuasivo, no normativo), atribuyendo la fuerza nor-
mativa que, de ser el caso, corresponda.
101
En la STC Nº 047-2004-AI/TC, se señala que “el precedente constitucional vinculante es
aquella regla jurídica expuesta en un caso particular y concreto que el Tribunal Constitucio-
nal decide establecer como regla general; y, que, por ende, deviene en parámetro normativo
para la resolución de futuros procesos de naturaleza homóloga. El precedente constitucional
tiene por su condición de tal, efectos similares a una ley. Es decir, la regla general externa-
lizada como precedente a partir de un caso concreto se convierte en una regla preceptiva
común que alcanza a todos los justiciables y que es oponible frente a los poderes públicos”; y,
agrega que “En puridad, la fijación de un precedente constitucional significa que ante la exis-
tencia de una sentencia con unos específicos fundamentos o argumentos y una decisión en un
determinado sentido, será obligatorio resolver los futuros casos semejantes según los términos
de dicha sentencia”. (El resaltado es nuestro).
De lo expuesto, cabe concluir que el precedente tiene como rol: (i) preservar la
seguridad jurídica sin limitar la creación interpretativa de quien resuelve; (ii) pros-
cribir la arbitrariedad y con ello preservar el derecho a la igualdad en la aplicación
de la ley, brindando celeridad en la solución de las controversias; y, (iii) opti-
mizar la defensa y aumentar la credibilidad institucional, al mostrar una imagen
de transparencia e imparcialidad, que es fundamental para la legitimidad de las
resoluciones jurisdiccionales o administrativas.
El cumplimiento de este rol del precedente constituye una de las columnas prin-
cipales en las que debe sostenerse nuestro sistema de justicia, tanto adminis-
trativa como judicial, cuyo propósito es solucionar controversias, y no crearlas
por la falta de predictibilidad.
102
Los Ponentes hacen suya la clarificación propuesta por César Dávila. DÁVILA, César
(2021). “Análisis del precedente vinculante en materia tributaria en el Perú”. En: Advoca-
tus. Lima, Nº 40, Págs. 85-112.
Asimismo, identifica las situaciones en las que el Tribunal Fiscal ha emitido una
resolución con carácter de observancia obligatoria, conforme con los artículos
102, 154 y 170 del Código Tributario: (i) Cuando interpreta de modo expreso y
con carácter general el sentido de las normas tributarias; (ii) Cuando emite re-
soluciones para delimitar un conflicto de jerarquía de normas (legalidad); (iii)
Cuando existe un criterio recurrente de las salas especializadas; (iv) Cuando
existen resoluciones con fallos contradictorios entre sí, a fin de decidir el criterio
que debe prevalecer en posteriores resoluciones que emita; (v) Cuando cambia
un criterio anterior, sea o no vinculante; y, (vi) Cuando aclara el sentido de una
norma que por su oscuridad genera una duda razonable en su interpretación y,
por ello, dispensa de la aplicación de intereses y sanciones respecto de los in-
cumplimientos producidos antes de la aclaración de la norma.
Sin embargo, debemos anotar, que desde el año 1990 hasta agosto de 2022, es
decir, durante 32 años, solo se habrían emitido 340 resoluciones aproximada-
mente con el carácter de jurisprudencia de observancia obligatoria. Asimismo,
desvirtuando el propósito de estas resoluciones, la práctica evidencia el incre-
mento del caos jurídico con la dación de normas posteriores a los criterios emi-
tidos por el Tribunal Fiscal que modifican la interpretación efectuada.
Estos principios deben ser invocados por los Magistrados de todas las ins-
tancias judiciales, cualquiera que sea su especialidad, como precedente
de obligatorio cumplimiento. En caso que por excepción decidan apar-
tarse de dicho criterio, están obligados a motivar adecuadamente su reso-
lución dejando constancia del precedente obligatorio que desestiman y de
los fundamentos que invocan.
Como es de verse, los precedentes son de obligatorio cumplimiento por los ór-
ganos jurisdiccionales, empero las normas citadas no se han ocupado expresa-
mente sobre la obligatoriedad de la aplicación del precedente por las Adminis-
traciones Tributarias ni para el Tribunal Fiscal.
Añaden también los Ponentes que los precedentes vinculantes en materia tri-
butaria emitidos por la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema consti-
tuyen una interpretación de la ley al mayor alcance institucional, por lo que
observarlos sería seguir la “ley” misma, mientras que hacer lo contrario sería
quebrantarla.
Sin embargo, el 08 de julio del 2017, el Tribunal Fiscal publicó la RTF de Obser-
vancia Obligatoria Nº 05359-3-2017, mediante la cual decide no aplicar el cri-
terio señalado en la Casación Nº 4392-2015.
Si bien es posible que el operador jurídico se aparte del precedente, este aparta-
miento, como señalan los Ponentes, debe necesariamente justificarse con una
razón válida y sobre todo arreglada a derecho; lo que tampoco vendría ocu-
rriendo en la práctica.
De otro lado, JUAN CARLOS ZEGARRA considera que una adecuada regula-
ción de los precedentes como verdaderos instrumentos jurídicos que coadyuven
a lograr la justicia tributaria en nuestro país mediante la unicidad de criterios
debiera prever:
(1) Que, los precedentes deben ser vinculantes para todos los operadores jurí-
dicos del país (con vocación normativa), tanto en sede judicial como admi-
nistrativa.
(2) Que, los precedentes deben ser inmodificables prima facie, salvo por la
misma autoridad que lo estableció originalmente y para evitar la “petrifica-
ción” del Derecho.
103
Ver Casación Nº 19374-2018-Lima del 9 de marzo de 2021, Casación Nº 2281-2018-
Lima del 13 de julio de 2021 y Casación Nº 21033-2019-Lima del 3 de diciembre de 2020.
Expuestas las posiciones de los Ponentes, las mismas que en muchos aspectos
resultan coincidentes, en opinión de la Relatoría resulta necesario que se forta-
lezca legislativamente el carácter vinculante del precedente judicial en materia
tributaria, para lo cual, atendiendo a la especialidad de la materia, el mejor lugar
de hacerlo sería el Código Tributario. Este fortalecimiento tendría como objetivo
clarificar que los precedentes judiciales son de obligatorio cumplimiento para
los Tribunales Administrativos, así como para la Administración Tributaria, no
pudiéndose apartar del mismo salvo que se traten de hechos sustancialmente
distintos.
La Norma VI del Título Preliminar del nuevo CPCo, regula la figura del prece-
dente vinculante otorgándole a una STC una verdadera fuerza normativa, seña-
lando que:
un caso concreto.104 Así, bajo los términos del máximo órgano de control de la
Constitución, los precedentes vinculantes tienen los “mismos efectos de una ley”
precisando que “tienen efectos vinculantes frente a todos los poderes públicos y
también frente a los particulares”.105
104
Fundamento 43 de la Sentencia Salazar Yarlenque.
105
Fundamento 49 de la Sentencia Salazar Yarlenque.
106
Acuerdo de Sala Plena Nº 2014-12 de 12 de mayo de 2008:
“cabe precisar que si bien en la sentencia emitida en el Expediente Nº 04293-2012-PA/TC no
se ha dejado sin efecto de manera expresa los precedentes contenidos en las sentencias emiti-
control de legalidad.
lación a las decisiones que pudieran tomar el Juez o los Tribunales respecto a la
interpretación de las leyes y/o reglamentos.
En efecto, en el artículo VII del Título Preliminar del nuevo CPCo se establece
que “Los jueces interpretan y aplican las leyes o toda norma con rango de ley y los
reglamentos según los preceptos y principios constitucionales conforme a la
interpretación que resulte de las resoluciones del Tribunal Constitucional”.
(El resaltado es nuestro).
Así las cosas, la Relatoría es de opinión que en tanto que las Sentencias anali-
zadas califican como doctrina jurisprudencial vinculante, son de obligatoria apli-
cación en los casos sometidos a revisión por el Tribunal Fiscal, siempre que
exista identidad entre los hechos y el derecho discutido; y que, tal proceder no
108
NORMA III del Título Preliminar del Código Tributario: FUENTES DEL DERECHO TRIBU-
TARIO
“Son fuentes del Derecho Tributario:
a) Las disposiciones constitucionales;
b) Los tratados internacionales aprobados por el Congreso y ratificados por el Presidente de
la República;
c) Las leyes tributarias y las normas de rango equivalente;
d) Las leyes orgánicas o especiales que norman la creación de tributos regionales o munici-
pales;
e) Los decretos supremos y las normas reglamentarias;
f) La jurisprudencia;
g) Las resoluciones de carácter general emitidas por la Administración Tributaria; y,
h) La doctrina jurídica.
Son normas de rango equivalente a la ley, aquéllas por las que conforme a la Constitución se
puede crear, modificar, suspender o suprimir tributos y conceder beneficios tributarios. Toda
referencia a la ley se entenderá referida también a las normas de rango equivalente”.
Por consiguiente, desde el lado del Estado, la certeza objetiva del ordenamiento
y la predictibilidad del precedente constituyen manifestaciones de la seguridad
jurídica; y, lo propio ocurre desde la perspectiva del administrado, porque en el
aspecto subjetivo se construye el principio de protección de la confianza legitima.
109
GARCÍA, César. El Principio de Seguridad Jurídica en Materia Tributaria. Marcial Pons, Edi-
ciones Jurídicas y Sociales S.A., Madrid, 2000, Barcelona, Pág. 78.
110
GARCÍA, César. “Aplicación de los Tributos y Seguridad Jurídica”. En: Derecho y Sociedad,
Nº 27. 2006. Pág. 28.
En el numeral 2) del artículo VI del mismo Título Preliminar indica que los crite-
rios interpretativos establecidos por las entidades podrán ser modificados si se
considera que no es correcta la interpretación anterior o es contraria al interés
general, pero la nueva interpretación no podrá aplicarse a situaciones anteriores,
salvo que fuere más favorable a los administrados.
En efecto, en el referido artículo 170 del Código Tributario se recogen dos cau-
Dicha duda razonable podrá provenir, de situaciones como una legislación con-
fusa, oscura, incompleta, reglamentada tardíamente, con vacíos normativos, ca-
rente de normas transitorias que resuelvan las controversias que se pudieran
suscitar sobre su aplicación en el tiempo e, incluso, de un exceso de producción
normativa cuya sucesión en el tiempo cree desconcierto.
111
En la RTF Nº 5427-1-2005 del 02 de setiembre de 2005 se señala que los criterios contra-
dictorios a que se refiere el numeral 2 del artículo 170 del Código Tributario, “son aquellos
que han sido puestos de manifiesto en forma expresa por la Administración Tributaria a través
de un acto formal, y no aquellos que se pudieran inferir de su actividad material de verifica-
Desde ya se advierte que la regulación de la LPAG –al igual que la LGA– resultan
ser más protectoras que el Código Tributario, ya que reconocen que cualquier
cambio en la interpretación de una norma regirá hacia el futuro, mientras que el
Código Tributario únicamente exime de intereses y sanciones.
Respecto del derecho a formular consultas que prevé el Código Tributario en sus
artículos 93, 94 y 95, lo primero a resaltar es que a través de este mecanismo
puede reducirse la conflictividad en la medida que puede conocerse el criterio
interpretativo de las normas que tiene la Administración Tributaria (consulta
general) o de situaciones específicas (consulta particular). Tal conocimiento
permitiría al contribuyente tener un panorama cierto de como actuaría la Ad-
ministración y con ello decidir las acciones a tomar que seguramente en varios
casos reducirían los litigios. Sin embargo, en especial en el supuesto de las con-
sultas particulares, la legislación actual reduce a pocos casos su activación, por
lo que debería ser revisada para permitir que mayores supuestos puedan ser
comprendidos.
ción y/o fiscalización”, por lo que se desestima la duplicidad de criterio cuando en una
intervención anterior no se observaron las guías de remisión que adolecían del mismo de-
fecto de aquéllas que sustentan la sanción de comiso cuya impugnación motivó dicho
pronunciamiento. Criterio similar, encontramos en las RTF Nºs 01948-1-2019, 07409-1-
2021, 11886-3-2019, 01628-9-2020, 01016-9-2020, 05629-3-2021, 05591-5-2021,
06012-3-2021, entre otras.
Más aún, no debería existir discusión con relación a la aplicación del citado nu-
meral 2) en aquellos casos en que la propia Administración al absolver la con-
sulta señale expresamente que constituye un cambio de criterio con relación a
una consulta anterior; a pesar de que no contenga referencia alguna a la dis-
pensa de intereses y sanciones.
Por otro lado, en cuanto al numeral 1 del artículo 170 del Código Tributario que
regula la duda razonable, puede decirse que los requisitos exigidos para que
proceda su aplicación no están justificados, es el caso que el contribuyente no
haya pagado monto alguno referido a la deuda (ya que esta acción no revela que
haya tenido claridad) o que exista una norma o una resolución de la Adminis-
tración Tributaria o del Tribunal Fiscal que disponga expresamente su aplicación
cuando en muchos casos es claro que la norma tuvo un contenido impreciso o
incierto.
El problema que ofrece el numeral 1 del artículo 170 del Código Tributario es
que exige que el reconocimiento de una duda razonable se haga a través de una
norma o de una Resolución de Superintendencia de la Administración Tributaria
o norma equivalente o de una RTF emitida con el carácter de jurisprudencia de
observancia obligatoria. En ese sentido, en las situaciones planteadas, si el caso
ha llegado al Poder Judicial, la posibilidad de que se cuente con uno de los men-
cionados actos es casi nula, aunque una opción podría ser que cuando en eje-
cución de sentencia la Administración liquide la deuda, el contribuyente pueda
alegar la duda razonable y lograr que finalmente el caso llegue al Tribunal Fiscal
y allí se logre una Resolución que inaplique intereses y sanciones.
112
Véase la RTF Nº 9412 que reconoce dualidad por haberse resuelto una reclamación ante-
rior con un criterio favorable al contribuyente, RTF Nºs 04104-3-2003, 6376-3-2009 y
2303-A-2018 que reconocen dualidad sustentada en criterio de actos de fiscalización, RTF
Nºs 6012-3-2021 y 5427-1-2005 que no reconocen actuaciones en fiscalización como
actos que sustentan dualidad. Véase también el Informe Nº 65-2014-SUNAT-4B4000 y
Nº 138-2014-SUNAT-5D1000 que reconocen que la dualidad se puede demostrar con
cualquier acto administrativo.
En esa línea, las Casaciones Nº 8204-2014 Lima y 2256-2015 Lima sí han re-
conocido con buen criterio que hay duplicidad de criterio cuando la Adminis-
tración Tributaria asume posiciones interpretativas distintas para la aplicación
de un mismo dispositivo normativo, vale decir, la autoridad administrativa acoge
una primera interpretación a la norma y, posteriormente, la cambia para otor-
garle un sentido distinto y que los criterios aprobados por la Administración
Tributaria, pueden haberse manifestado o aplicado, expresa o tácitamente, me-
diante resoluciones de carácter general, directivas o circulares públicas, asimis-
mo, avisos en periódicos, esquelas, respuestas a consultas gremiales, incluso
reiterada y manifiesta práctica administrativa contenida en instructivos, entre
otros, o para casos particulares, lo señalado o resuelto expresamente en reso-
luciones de la administración, que indujeron la actuación del deudor tributario.
Ante la problemática, sería meritorio que el Tribunal Fiscal revise sus criterios y
desde una interpretación lógica, concluya que la dualidad puede ocurrir en su-
puestos tales como cuando se fiscaliza y determina la obligación tributaria,
cuando se resuelve un recurso de reclamación o una solicitud no contenciosa,
cuando se absuelve una consulta, cuando –a través de documentos, comunica-
dos, cartillas de instrucciones y similares– expresa un criterio.
En tal sentido, sería pertinente la inclusión a nivel normativo del caso fortuito y
la fuerza mayor como causales eximentes de sanciones, así como la regulación
contenida en la citada Directiva Nº 007-2000/SUNAT, lo que no sólo sería
acorde con el desarrollo jurisprudencial en sede administrativa, sino que evitaría
que su aplicación pudiera estar al arbitrio del juzgador.
TEMA V:
EL PLAZO RAZONABLE
EN SEDE ADMINISTRATIVA Y JUDICIAL
113
En lo que respecta a la STC Nº 04082-2012-PA/TC, el Tribunal se pronunció en los si-
guientes términos:
“64.Este Tribunal Constitucional ha destacado que el debido procedimiento administrativo
incluye «el derecho a impugnar las decisiones de la administración, bien mediante los
mecanismos que provea el propio procedimiento administrativo o, llegado el caso, a tra-
vés de la vía judicial» (Sentencia 3741-2004-AA/TC).
(…)
68. El ejercicio abusivo de este derecho puede producirse cuando se obra con temeridad, mala
fe o dolo en la interposición de los recursos. Dichas conductas, sin embargo, no pueden
presumirse, sino que deben declararse por el órgano administrativo competente sobre la
base de hechos específicos, debidamente probados.
69. No puede presumirse la mala fe del contribuyente y reprimirse con una sanción el
ejercicio legítimo de los derechos constitucionales, máxime cuando el trámite del
procedimiento se extendió por un largo periodo de tiempo por razones ajenas al
administrado, como ocurre en el presente caso.
70. Así, dado que el cómputo de intereses moratorios durante el trámite del procedi-
miento contencioso tributario lesiona el derecho a recurrir en sede administrativa,
así como el principio de razonabilidad de las sanciones, la demanda también debe
ser estimada en este extremo”. (El resaltado es nuestro).
114
Mediante la STC Nº 04532-2013- PA/TC, el Tribunal precisó el alcance de la aplicación del
criterio contenido en la STC Nº 04082-2012-PA/TC en virtud del principio de previsión de
consecuencias. Estableció que en el análisis del plazo razonable debía revisarse: a) la com-
plejidad del asunto, b) la actividad o conducta del administrado, c) la conducta de las au-
toridades administrativas y d) las consecuencias que la demora produce en la situación
jurídica del administrado.
115
En efecto, en diversas Resoluciones, tales como las Nºs 10617-1-2016, 07113-9-2020 y
03441-8-2020, el Tribunal Fiscal ha señalado que el pronunciamiento contenido en las
Sentencias comentadas “(…) fue emitido respecto de un caso en particular al resolver una
Hoy, esta problemática debería estar superada como consecuencia de: (i) las
modificaciones introducidas al artículo 33 del Código Tributario que suspenden
la aplicación de intereses moratorios cuando los órganos resolutores adminis-
trativos se exceden en el plazo legal que tienen para resolver; y, (ii) que la Quinta
Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte Suprema de Jus-
ticia de la República ha definido su posición respecto de aquellos casos en que
el exceso en el plazo se verificó con anterioridad a la modificación del referido
artículo 33. Sin embargo, de mantenerse los criterios de las instancias adminis-
trativas, aun se tendría que recurrir al Poder Judicial y con ello se continuaría
generando una carga procesal.
El referido artículo 33 del Código Tributario ha sido modificado hasta en tres (3)
ocasiones respecto a la suspensión de la aplicación de intereses moratorios:
demanda de acción de amparo, es decir, tomando en cuenta los hechos acontecidos en dicho
caso específico, por lo que la referida sentencia solo se aplica al caso concreto, al ser ello
consustancial con la propia naturaleza de los procesos constitucionales de control
difuso, cuyo alcance se restringe únicamente a las partes, siendo que además esta sentencia
no constituye precedente vinculante”. (El resaltado es nuestro).
116
Vigente a partir del 1 de abril del 2007.
117
Vigente a partir del 13 de julio del 2014.
118
Vigente a partir del 11 de diciembre de 2016.
119
Al respecto, mediante la Casación Nº 9581-2018 LIMA, se ha establecido que: “(…), re-
sulta totalmente lícito el comportamiento del contribuyente al esperar respuesta del órgano
administrativo, pues el administrado no tenía la obligación de interponer queja o recurrir al
silencio administrativo. Por el contrario, la administración tributaria y el Tribunal Fiscal sí
tenían la obligación de ajustar su conducta a la ley y a la Constitución. En esa lógica, el
Tribunal Constitucional ha desarrollado la interpretación de estos dispositivos, a fin de evitar
que la demora de la administración tributaria y del Tribunal Fiscal, que es ajena a la voluntad
del contribuyente, cause un perjuicio económico al mismo, ya que esto implica también que
se sanciona a las personas por el hecho de ejercer su derecho constitucional de acudir a la
tutela del Estado para resolver controversias, cuya competencia y responsabilidad por demora
le corresponden al mismo”.
120
Las Sentencias analizadas se pronuncian respecto de periodos en los cuales aún era apli-
cable la capitalización de intereses y antes de que se incorpore la modificación realizada
mediante el citado Decreto Legislativo Nº 981, ya que el recurso de reclamación en el caso
del Expediente Nº 4082-2013-PA/TC fue resuelto en febrero de 2007, antes de la modifi-
cación comentada.
En línea con lo anterior, la Sala Suprema reconoce a las STC Nºs 4082-2012-
PA/TC y 4532-2013-PA/TC como doctrina jurisprudencial vinculante, que de-
berá aplicarse a los casos que traten sobre la suspensión de intereses moratorios
y, entonces, una vez vencido el plazo que los órganos resolutores tenían para
resolver los recursos administrativos de su competencia corresponde inaplicar
intereses.
Sobre la base de este razonamiento, la Sala Suprema –si bien no lo señala ex-
presamente–, estaría considerando que el artículo 33 del Código Tributario, ya
sea en su texto original como en sus modificatorias posteriores, impide la apli-
cación de intereses moratorios durante el tiempo en que los órganos resolutores
(ya sea la Administración Tributaria y/o el Tribunal Fiscal) excedieron el plazo
legal que tenían para resolver las controversias, si tal demora no fue imputable
al contribuyente.
Sin embargo, existen otros casos en los que la Corte Suprema, para inaplicar
intereses moratorios considera el vencimiento de un plazo razonable y no de un
plazo legal.121
121
Casaciones Nºs 24413-2018 LIMA, 19646-2019 LIMA y 18247-2019 LIMA, sesionadas
el 04 de mayo, 12 de julio y 01 de setiembre del 2022, respectivamente.
Pero más allá de ello, para que disminuya la conflictividad, es necesario que el
Tribunal Fiscal, reconozca la no aplicación de intereses en aquellas situaciones
en que el exceso en el plazo legal no resultó imputable al contribuyente.
En primer lugar, es necesario determinar si, a nivel del Poder Judicial, existe la
obligación de resolver dentro de un plazo razonable, específicamente ante una
demanda contencioso administrativa. Como sabemos, el derecho al plazo razo-
nable ha sido ampliamente reconocido en materia del proceso penal.
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías
y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para
la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral,
fiscal o de cualquier otro carácter. (El resaltado es nuestro).
Es bajo este escenario que el Poder Judicial tiene la obligación de dar trámite y
resolver el proceso contencioso administrativo tributario en un plazo razonable
y cualquier exceso a dicho plazo no debería generar un perjuicio económico al
contribuyente.
122
Conforme también lo ha reconocido el Tribunal Constitucional en la STC Nº 04144-2011-
PHC/TC: “Y es que la naturaleza y características propias del Estado Constitucional, así como
las obligaciones internacionales asumidas por el Estado en materia de derechos humanos,
exigen la necesidad insoslayable de que la justicia sea impartida dentro de un plazo razonable
y sin dilaciones indebidas o demoras injustificadas”.
123
El artículo 33 del Código Tributario establece:
“El monto del tributo no pagado dentro de los plazos indicados en el Artículo 29 devengará
un interés equivalente a la Tasa de Interés Moratorio (TIM), la cual no podrá exceder del 10%
(diez por ciento) por encima de la tasa activa del mercado promedio mensual en moneda
nacional (TAMN) que publique la Superintendencia de Banca y Seguros el último día hábil
del mes anterior. (…).
La aplicación de los intereses moratorios se suspenderá a partir del vencimiento de los plazos
máximos establecidos en los Artículos 142, 150, 152 y 156 hasta la emisión de la resolución
que culmine el procedimiento de reclamación ante la Administración Tributaria o de apela-
ción ante el Tribunal Fiscal o la emisión de resolución de cumplimiento por la Administración
Tributaria, siempre y cuando el vencimiento del plazo sin que se haya resuelto la reclamación
o apelación o emitido la resolución de cumplimiento fuera por causa imputable a dichos ór-
ganos resolutores.
Durante el periodo de suspensión la deuda será actualizada en función del Índice de Precios
al Consumidor.
Las dilaciones en el procedimiento por causa imputable al deudor no se tendrán en cuenta a
efectos de la suspensión de los intereses moratorios.
La suspensión de intereses no es aplicable durante la tramitación de la demanda contencioso-
administrativa”.
Dicho lo anterior, ahora resta por establecer ¿qué debemos entender por plazo
razonable? y ¿cómo podemos identificar que un proceso contencioso adminis-
trativo en materia tributaria ha excedido del plazo razonable atendiendo a que
nuestra legislación no ha regulado un plazo legal para que una demanda con-
tencioso administrativa sea resuelta?
Sobre lo primero, tenemos que el Tribunal Constitucional señala que “el plazo
de un proceso o un procedimiento será razonable sólo si es que aquel comprende
un lapso que resulte necesario y suficiente para el desarrollo de las actuaciones
procesales necesarias y pertinentes que requiere el caso concreto, así como para el
ejercicio de los derechos de las partes de acuerdo con sus intereses, a fin de obtener
una respuesta definitiva en la que se determinen los derechos u obligaciones de las
partes”.124
124
Considerando 61 de la Sentencia 176/2022, Exp. 02169-2016-PA/TC Lima IBM del Perú
SAC.
125
STC Nº 04532-2013- PA/TC:
“33. Para determinar si en el ámbito de un procedimiento administrativo se ha producido o
no la violación del derecho al plazo razonable se deberán evaluar criterios tales como la com-
plejidad del asunto, la actividad o conducta procedimental del administrado, la conducta de
la administración pública, así como las consecuencias que la demora produce en las partes
[STC 3778-2004-AA/TC, fundamento 21]. De modo enunciativo, se puede afirmar que estos
elementos pueden estar referidos a los siguientes aspectos:
i) La complejidad del asunto: Aquí se consideran factores tales como la naturaleza de la si-
tuación fáctica que es materia de evaluación o fiscalización por la administración (procedi-
miento administrativo ordinario o sancionador), los alcances de la actividad probatoria para
el esclarecimiento de los hechos, la pluralidad de administrados involucrados procedimiento,
o algún otro elemento que permita concluir, con un alto grado de objetividad, que la diluci-
dación de un determinado asunto resulta particularmente complicada y difícil.
ii) La actividad o conducta procedimental del administrado: Se evalúa si su actitud ha sido
diligente o ha provocado retrasos o demoras en el procedimiento, por cuanto si la dilación ha
sido provocada por él no cabe calificarla de indebida. En ese sentido, habrá que distinguir
entre el uso regular de los medios procedimentales que la ley prevé y la actitud obstruccionista
o la falta de cooperación del administrado, la cual estaría materializada en la interposición
de recursos que, desde su origen y de manera manifiesta se encontraban condenados a la
del asunto; (ii) actividad procesal del interesado; (iii) conducta de autoridades
judiciales; y, (iv) consecuencias que la demora produce en la situación jurídica
del interesado, sino también los que recoge la jurisprudencia de la Corte Inter-
americana de Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, que consideran dos criterios adicionales: (i) finalidad del proceso ju-
dicial; y, (ii) naturaleza de los derechos en juego.
En efecto, si bien el inciso e) del numeral 27.2 del artículo 27 de la LPCA esta-
blece que el órgano encargado de resolver cuenta con 15 días para emitir sen-
tencia, contados desde la vista de la causa y que, de no haberse solicitado in-
forme oral ante el Juez de la causa, el plazo se computa desde el día siguiente
de vencido el plazo para dicha solicitud; nuestro ordenamiento no ha previsto
un plazo máximo de duración del proceso judicial por etapas, como sí se ha
desestimación.
iii) La conducta de la administración pública: Se verifica el grado de celeridad con el que se
ha tramitado el procedimiento. Para ello, será preciso examinar las actuaciones u omisiones
de los órganos competentes para la tramitación del procedimiento, como por ejemplo: lo que
ordinariamente se demora en resolver determinado tipo de procesos; la admisión y/o la actua-
ción de elementos probatorios manifiestamente impertinentes; la reiterada e indebida anula-
ción por parte del ente o tribunal administrativo de segundo grado respecto de las decisiones
de la autoridad administrativa de primer grado; la demora en la tramitación y resolución de
los medios impugnatorios, etc.
iv) Las consecuencias que la demora produce en la situación jurídica el interesado: Se evalúa
si el paso del tiempo en el procedimiento incide o influye de manera relevante e intensa en la
situación jurídica (derechos y deberes) del demandante. Ello con la finalidad de que el proce-
dimiento discurra con más diligencia a fin de que el caso se resuelva en un tiempo breve, si es
que este incide o influye de manera relevante e intensa sobre la situación jurídica del deman-
dante”.
ajena en nuestra Región, así tenemos que el parágrafo 2 del artículo 634 del
Estatuto Tributario Nacional de Colombia ha establecido expresamente que:
Por otra parte, otro de los temas propuestos para las presentes Jornadas, se
encuentra vinculado a la aplicación de intereses moratorios durante el periodo
de tiempo en que la mora en el pago no fue por causa imputable al contribu-
yente, o porque la Administración Tributaria contribuyó de manera gravitante a
que se continúe en mora a través de una actuación fuera del debido procedi-
miento.
Por su parte, el numeral 16.1. del artículo 16 de la LPAG reconoce que el acto
administrativo será plenamente eficaz desde que es notificado válidamente.
126
MORÓN URBINA, Juan Carlos (2019). Comentarios a la Ley de Procedimiento Administra-
tivo General. Lima: Gaceta Jurídica. Página 166.
Esto quiere decir que a partir de que surte efectos la RTF favorable al contribu-
yente, se entiende por finalizado el cómputo del interés moratorio, pudiendo
iniciarse uno nuevo en el caso que el Poder Judicial con una sentencia firme
revoque o declare nula la RTF.
El mismo análisis correspondería efectuar para todos los casos en que, ya sea la
Administración Tributaria o el Tribunal Fiscal, declaran la nulidad de actos ad-
ministrativos por las razones que fuesen. A título ilustrativo, podemos señalar
el caso en el que después de 4 años el Tribunal Fiscal declara la nulidad de una
Resolución de Determinación, dejando abierta la posibilidad para que la Admi-
nistración Tributaria emita una nueva, bajo la consideración de que el acto de-
clarado nulo no surtió efectos. Si la Resolución de Determinación original hu-
biese sido confirmada, al menos no se hubiesen generado intereses moratorios
durante el tiempo en que injustificadamente el Tribunal Fiscal tardó en resolver
la apelación, en cambio, de girarse una nueva, esta incluiría todos los intereses
desde la fecha de exigibilidad, originándose una situación peyorativa.
TEMA VI:
AGOTAMIENTO DE LA VÍA ADMINISTRATIVA
Y LA LEGITIMIDAD PARA OBRAR ACTIVA
DE LA ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA
EN EL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
EN MATERIA TRIBUTARIA
dentro del plazo de ley, con lo cual, no hay peligro de que el tránsito por la vía
administrativa haga irreparable el efecto que pudiera contraer un acto adminis-
trativo contrario a ley.
Ahora bien, no obstante que el modelo actual de control judicial de los actos de
Administración –que exige el agotamiento de la vía administrativa–, no ha cu-
bierto las expectativas cifradas; el optar por el acceso directo a la tutela jurisdic-
cional en materia tributaria, sólo nos llevaría a una tugurización de procesos
judiciales con las consecuencias que ello contrae: tiempos dilatados del proceso,
incrementos en los costos de la impugnación; entre otros.
La Constitución Política del Perú en su artículo 148 establece que: “Las resolu-
ciones administrativas que causan estado son susceptibles de impugnación me-
diante la acción contencioso-administrativa”.127
127
La Constitución Política del Perú de 1979, en su artículo 240 regulaba que: “Las acciones
contencioso-administrativas se interponen contra cualquier acto o resolución de la adminis-
tración que causa estado”.
128
Excepcionalmente la LPCA considera no exigible el agotamiento de la vía administrativa en
supuestos previstos en su artículo 20; sin embargo, ninguno de ellos podría ser invocado
por un contribuyente para excusarse de transitar por el procedimiento contencioso tribu-
tario (vía previa administrativa).
Por su parte, el numeral 2 del artículo 228 de la LPAG, identifica aquellos actos
respecto a los cuales se entiende por agotada la vía administrativa:
Así tenemos que en opinión de Ramón Huapaya ambos conceptos son sinóni-
mos. “(…) En efecto, el acto administrativo que causa estado es justamente aquel
que agota o pone fin a la vía administrativa, porque fija finalmente la voluntad de
la administración luego de haber transcurrido las instancias previstas en el proce-
dimiento administrativo previo, por lo que es solo recurrible ante el Poder Judi-
cial”.129
El mismo autor señala que “causar estado”, es una característica de los actos
administrativos que fijan de manera definitiva la voluntad de la Administración
porque los mismos han agotado la vía administrativa, a través de la vía de re-
curso o por disponerlo así la propia ley.130
Para llegar a esta conclusión, Ramón Huapaya explica que la génesis del con-
cepto “causar estado” la encontramos en la Ley Reguladora de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa de España, del 13 de setiembre de 1988, que esta-
blecía que el recurso contencioso-administrativo podrá interponerse por la Ad-
ministración o por los particulares contra las resoluciones administrativas que
reúnan los requisitos siguientes: 1.- Que causen estado; 2.- Que emanen de la
Administración en el ejercicio de sus facultades regladas; y, 3.- Que vulneren
un derecho de carácter administrativo, establecido anteriormente a favor del de-
mandante por una ley, un reglamento u otro precepto administrativo.131
129
HUAPAYA, Ramón. El proceso contencioso-administrativo. Fondo Editorial PUCP, Lima,
2019, Pág. 101.
130
HUAPAYA, Ramón. Tratado del Proceso Contencioso Administrativo. Jurista Editores, Lima,
2006, Pág. 560.
131
HUAPAYA, Ramón. Op. Cit., Pág. 553.
132
HUAPAYA, Ramón. Op. Cit. Pág. 558.
133
QUIROGA LEÓN, Aníbal. “La acción contenciosa y el concepto de causar estado”. En: IUS
ET VERITAS, 19, Lima, 1999, Págs. 24-33. Recuperado a partir de <https://revistas.pucp.
edu.pe/index.php/iusetveritas/article/view/15850>.
Se tendrá por agotada la vía administrativa o por cumplida con vía pre-
via para los efectos de la procesabilidad de la interposición de la acción
contencioso-administrativa, cuando se hubiera expedido resolución en la
última instancia administrativa (…)
Conforme a ello, la frase “causar estado” es aquella que sirve para carac-
terizar a aquel acto administrativo que tiene las siguientes características:
primero, constituir un pronunciamiento sobre el fondo de la pretensión
administrativa; segundo, haber sido dictado por el órgano de mayor ins-
tancia resolutiva dentro de una Administración pública; tercero, que el
procedimiento haya llegado ante dicha máxima instancia gracias a la
pertinente impugnación del sujeto administrado; cuarto, que en su contra
ya no existan medios impugnativos previstos en la legislación.
134
JIMÉNEZ, Javier. “El proceso contencioso-administrativo peruano: breve historia, presente
y perspectivas futuras”. En: Revista Oficial del Poder Judicial, 11. Poder Judicial, Lima, 2020,
Pág. 63.
135
Numeral 1.1 del artículo 1 de la LPAG: “Son actos administrativos, las declaraciones de las
entidades que, en el marco de normas de derecho público, están destinadas a producir efectos
jurídicos sobre los intereses, obligaciones o derechos de los administrados dentro de una situa-
ción concreta”.
136
Casaciones Nºs 06733-2013-Lima, 03372-2016-Lima, 10606-2015-Lima, 11882-2014-
Lima, 09429-2015-Lima y 01541-2014-Lima.
De esta forma, una resolución o acto administrativo que no afecte la esfera ju-
rídica del contribuyente no podría ser objeto de una demanda judicial, como
ocurre con los actos interinos y/o incidentales, y así también lo establece la
Corte Suprema en la Casación Nº 06733-2013-Lima:
El artículo 156 del Código Tributario establece que las RTF son cumplidas por
los funcionarios de la Administración Tributaria, bajo responsabilidad. Asi-
mismo, dicho dispositivo agrega que, en caso se interponga recurso de apelación
contra el cumplimiento dado por la Autoridad Administrativa, la controversia
Así tenemos que, una RTF que ordena un cumplimiento meramente instrumen-
tal, constituye un acto que causa estado, toda vez que el asunto en discusión
ya ha sido resuelto por la máxima autoridad administrativa. Este mismo razo-
namiento, ha sido compartido por la Corte Superior en el Expediente Nº 05259-
2019:
137
“Bajo ese contexto, se debe tener en cuenta que la Resolución del Tribunal Fiscal Nº 05510-8-
2013 cuya nulidad se pretende en el presente proceso emitió pronunciamiento, entre
otros, respecto de la vigencia del crédito por reinversión y del procedimiento para establecer
el monto de dicho beneficio tributario, siendo que el hecho de haber reenviado el expe-
diente únicamente tuvo como finalidad la reliquidación de la deuda tributaria en ra-
zón que la Administración Tributaria había denegado a la demandante la aplicación
El artículo 109 del Código Tributario establece que, los actos de la Administra-
ción Tributaria son nulos en los casos siguientes: (i) los dictados por órgano
incompetente, en razón de la materia; (ii) los dictados prescindiendo totalmente
del procedimiento legal establecido, o que sean contrarios a la ley o norma con
rango inferior; (iii) cuando por disposición administrativa se establezcan infrac-
ciones o se apliquen sanciones no previstas en la ley; y, (iv) los actos que resul-
ten como consecuencia de la aprobación automática o por silencio administra-
tivo positivo, por los que se adquiere facultades o derechos, cuando son con-
trarios al ordenamiento jurídico o cuando no se cumple con los requisitos, docu-
mentación o trámites esenciales para su adquisición.
Por su parte, el artículo 150 del mismo cuerpo normativo, indica que cuando se
constate la existencia de vicios de nulidad, además de la declaración de nulidad,
el Tribunal Fiscal debe pronunciarse sobre el fondo del asunto, de contarse con
los elementos suficientes para ello. De no ser posible un pronunciamiento sobre
el fondo del asunto, deberá disponer la reposición del procedimiento al mo-
mento en que se produjo el vicio de nulidad.
Siendo ello así, resulta evidente que el extremo de lo resuelto por la Reso-
lución del Tribunal Fiscal referido al reparo a la provisión por desvalori-
zación de existencias, materia de cuestionamiento, por las que se decla-
raron nulas la Resolución de Determinación Nº 082-003-0001134,
la Resolución de Multa número 082-002-0001362 y la Resolución
de Intendencia número 0850140001010/SUNAT no ha causado es-
de dicho beneficio, no significando que dicho reenvío permitió la prosecución del de-
bate respecto a las dos materias antes señaladas; en consecuencia, la RTF cuestionada
tiene carácter definitivo en lo que respecta a tales aspectos, toda vez que fija de manera
concluyente la voluntad de la Administración con relación a la referida controversia, decisión
que además el administrado no tiene la posibilidad jurídica de controvertir en sede adminis-
trativa; siendo ello así, es clara la naturaleza definitiva del acto administrativo expe-
dido por el Tribunal Fiscal, por lo que cumple con el requisito de causar estado, no
pudiendo ampararse este argumento de defensa”. (El resaltado es nuestro).
138
La Sentencia no fue materia de recurso de casación.
La Corte Suprema señala que más allá que se haya dispuesto la emisión de un
nuevo pronunciamiento por parte de la Administración Tributaria, el pronun-
ciamiento del Tribunal Fiscal ha causado estado, toda vez que no cabe cuestio-
namiento alguno en vía administrativa.
● Resolución que no resuelve el fondo del asunto (se inhibe), toda vez que
existe otro procedimiento en curso que tiene incidencia directa sobre el
mismo; por ejemplo, una solicitud de devolución, cuya validez del crédito
se encuentre en discusión en otro expediente
En el caso planteado, la Resolución no podría causar estado, toda vez que aún
no se afecta la esfera jurídica del contribuyente. Bajo esa misma lógica, la Corte
Suprema en la Casación Nº 18456-2018-Lima concluyó lo siguiente:
Como es de verse, la Corte Suprema sostiene que una Resolución que reenvía a
la Administración Tributaria la controversia para efectos que resuelva en virtud
de otros procedimientos vinculados no causa estado, posición que es compar-
tida por la Relatoría, ya que, este tipo de Resoluciones no constituyen una de-
cisión de fondo, y en consecuencia aún no se ha visto afectada –de manera de-
finitiva– la esfera jurídica del contribuyente, ni tampoco puede considerarse
agotada la vía administrativa, toda vez que el pronunciamiento de la Adminis-
tración Tributaria, en “cumplimiento” de lo ordenado por el Tribunal Fiscal,
puede ser objeto de apelación. El razonamiento antes expuesto es compartido
por la Corte Superior en los Expedientes Nº 04120-2020139 y 05259-2019.140
No queremos cerrar este punto, sin dejar de manifiesto que los problemas que
139
“Como objetivamente se aprecia, la recurrente SUNAT equivocadamente asume que el Tribu-
nal Fiscal ha ordenado que liquide en función a lo que ya resolvió en las referidas RTF N.º
09834-1-2019 y 07061-3-2018, cuando en realidad dicho Colegiado Administrativo dispuso
que la SUNAT deberá estar a lo que se resuelva con motivo del cumplimiento de las Resolu-
ciones Nº 09834-1-2019 y 07061-3-2018, es decir que la SUNAT debía aguardar a lo que se
resuelva en cumplimiento de éstas RTF, en tal contexto se observa que aún no existe un pro-
nunciamiento de fondo, el mismo que se configura cuando emana una manifestación de vo-
luntad sobre el fondo del asunto, situación que se halla ausente en éste extremo de la de-
manda.
Así, es claro que en la RTF impugnada N.º 01144-9-2020 aún no se tiene pronunciamiento
de fondo en segunda instancia administrativa respecto de la reliquidación de los pa-
gos a cuenta del IR de enero a diciembre 2008 derivada de las Resoluciones de Deter-
minación N.º 012-003-00037699 a 012-003-0037708, 012-003-0037710 y 012-003-
0037711, razón por la cual la demanda no es atendible en este extremo dado que se presenta
la causal de improcedencia por falta de agotamiento de la vía administrativa, contemplado
en el inciso 3) del artículo 22º del T.U.O. de la Ley que regula el Proceso Contencioso Admi-
nistrativo, aprobado por Decreto Supremo N.º 011-2019-JUS”. (El resaltado es nuestro).
140
“Del análisis de los hechos expuestos se verifica que el Tribunal Fiscal en la resolución impug-
nada no ha emitido decisión definitiva sobre la controversia entre la Administración
Tributaria y la demandante (procedencia de la devolución de los pagos a cuenta del
Impuesto a la Renta de marzo a diciembre de 2013, así como de las sanciones de
multa vinculadas) que hubiere causado estado de acuerdo con lo expuesto en el sé-
timo considerando, en la medida que se ordena devolver los actuados a la Administración
Tributaria para que una vez resuelto el procedimiento contencioso tramitado respecto de la
Resolución de Determinación Nº 012-00-0069430 girada por el Impuesto a la Renta del ejer-
cicio 2012, se proceda a emitir el pronunciamiento respectivo (…)”. (El resaltado es nuestro).
1.3. La RTF que resuelve una queja puede ser objeto de una demanda
contencioso administrativa
Partiendo de esta premisa, el Ponente concluye que las RTF que resuelven re-
medios procesales que de acuerdo al Código Tributario se denominan “recursos
de quejas”, podrían ser susceptibles de control judicial en la medida que el pro-
nunciamiento afecte de forma determinante la esfera jurídica del administrado,
es decir, que impida la tramitación del reclamo o genere algún tipo de indefen-
sión a los afectados, por lo que la evaluación de la procedencia o no de una
demanda contencioso administrativa debe realizarse caso por caso.
Este mismo razonamiento es también recogido por la Corte Suprema en las Ca-
saciones Nº 03372-2016-Lima, 10606-2015-Lima, 11882-2014-Lima y
13268-2016-Lima, conforme a los siguientes términos:
Expuesto lo anterior, la Relatoría es de la opinión que una RTF que resuelve una
queja puede ser objeto de una demanda contencioso administrativa siempre que
se pronuncie sobre el fondo de la cuestión controvertida, es decir sobre un as-
pecto que ya no podría ser revisado en el procedimiento de impugnación, o que
141
Cabe mencionar que, pese a la clara posición de la Corte Suprema, en jurisprudencia re-
ciente, la Corte Superior en el expediente Nº 07316-2021 ha manifestado que: “Por tanto,
se tiene que la propia naturaleza jurídica de la queja (es decir, al ser un remedio pro-
cesal y no un recurso impugnatorio) impide que la vía administrativa sea agotada,
pues como bien se señaló anteriormente, la misma es irrecurrible, lo cual no constituye
un impedimento arbitrario y, por ende, tampoco vulnera el derecho de la demandante
a la tutela jurisdiccional efectiva. En consecuencia, corresponde desestimar el agravio ma-
teria de análisis”. (El resaltado es nuestro).
El artículo 153 del Código Tributario establece que contra lo resuelto por el Tri-
bunal Fiscal no cabe recurso alguno en la vía administrativa. No obstante, dicho
colegiado podrá corregir errores materiales o numéricos, ampliar su fallo sobre
puntos omitidos o aclarar algún concepto dudoso de la resolución.
Del propio texto de la norma, resulta claro que mediante una Resolución com-
plementaria que corrija errores materiales, no se puede cambiar lo resuelto por
el Tribunal Fiscal. Así lo ha entendido también la Corte Suprema en la Casación
Nº 7008-2015-LIMA:
Sin perjuicio de lo anterior, puede darse el caso que una Resolución comple-
mentaria se pronuncie sobre puntos omitidos que generen un cambio en los
fundamentos de la Resolución original, y por qué no en el fallo. En tales cir-
cunstancias, la Corte Superior en el Expediente Nº 07340-2021 ha considerado
que con la Resolución complementaria se entiende por agotada la vía adminis-
trativa, tal como se muestra a continuación:
De esta forma, conforme a los pronunciamientos del Poder Judicial, con la RTF
que resuelve el fondo de la controversia tributaria se entenderá por agotada la
vía administrativa, y solo excepcionalmente una Resolución complementaria
puede tener ese efecto (agotar la vía administrativa), siempre que con esta úl-
tima se haya modificado sustancialmente los fundamentos y/o el fallo de la Re-
solución original, criterio que la Relatoría comparte.
(…) el artículo 157 del TUO del Código Tributario vigente prevé que con
la emisión del acto administrativo por parte del Tribunal Fiscal se tiene
por agotada la vía administrativa, esto es, que se requiere de pronun-
ciamiento expreso de este tribunal administrativo, lo que descarta
la aplicación del silencio administrativo negativo como se ha indi-
cado en el considerando precedente. Por consiguiente, para el su-
puesto de ausencia de pronunciamiento respecto a un recurso de apela-
ción dentro de procedimientos contenciosos tributarios, cuyo plazo es de
doce meses de acuerdo con el artículo 150 del citado Código, no se ge-
nera una resolución denegatoria ficta que sea pasible de ser impug-
nada en la vía judicial. (El resaltado es nuestro).
(...), de acuerdo con las normas anotadas, el plazo para resolver la ape-
lación es de 12 meses y si se cumple dicho término sin que el Tribunal
Fiscal emita pronunciamiento, la contribuyente puede accionar ante
el Poder Judicial; tanto más que la no aplicación del silencio admi-
nistrativo negativo por las omisiones en resolver del Tribunal res-
ponde a un criterio que se encuentra en franca contradicción con el
principio de tutela jurisdiccional efectiva, consagrado por el numeral
3) del Artículo 139º de la Constitución Política. (El resaltado es nuestro).
142
SALAS, Percy. “Nuevos lineamientos ante resoluciones discordantes - Primer Pleno Juris-
diccional Tributario”. En: Diario Oficial El Peruano del 13 de noviembre del 2018, suple-
mento de análisis legal - Jurídico, Lima, Pág. 7. Al respecto, el autor señala lo siguiente:
“Los fundamentos que se esgrimieron para adoptar esta postura fueron los siguientes: i) el
silencio administrativo negativo habilita el acceso al sistema judicial en busca de tutela; ii) el
silencio administrativo negativo es una garantía reconocida en favor del administrado, tal
como lo expresa el Tribunal Constitucional (STC Nº 1003-98, entre otras) y la doctrina ad-
ministrativa; iii) exigir el pronunciamiento expreso del Tribunal Fiscal y, por lo tanto, no apli-
car el silencio administrativo negativo para agotar la vía previa en relación a las controversias
de índole tributaria, vulnera los derechos constitucionales a la tutela jurisdiccional efectiva
(específicamente el derecho de acceso a la justicia), el debido proceso (específicamente el de-
recho al plazo razonable) y el derecho a la igualdad en la medida en que respecto a los admi-
nistrados que interponen recursos de apelación ante otros órganos resolutores de la adminis-
tración pública si opera el silencio administrativo negativo.
También iv) en un Estado constitucional de derecho no se justifica que un deudor tributario
tenga que esperar de manera indefinida que el Tribunal Fiscal se pronuncie sobre su apelación;
v) la Primera Disposición Transitoria Complementaria y Final de la Ley Nº 29960, Ley del
Silencio Administrativo, y el artículo 157º del TUO del Código Tributario deben ser interpre-
tados a la luz de los derechos constitucionales antes citados, las garantías reconocidas a los
administrados y los principios pro actione y pro homine; vi) la ley recoge el silencio adminis-
trativo negativo como una técnica que otorga determinados efectos a la inacción de la admi-
nistración en resguardo a los intereses de los administrados. Así, el silencio administrativo
negativo tiene por efecto habilitar al administrado la interposición de los recursos y acciones
judiciales pertinentes.
Finalmente, vii) de conformidad con el numeral 188.3 del artículo 188 de la Ley Nº 27444, de
aplicación supletoria, si el Tribunal Fiscal no ha resuelto dentro del pazo de ley la apelación
interpuesta por el deudor tributario, este puede acogerse al silencio administrativo negativo
dando por agotada la vía administrativa”.
Esta relatoría comparte la decisión adoptada por el pleno jurisdiccional, toda vez
que es una decisión garantista que cautela el derecho a la tutela judicial efectiva
que tiene todo contribuyente, que no puede verse afectado por la inacción de la
Administración; sin embargo, solo sería una solución práctica para aquellos ca-
sos en que no exista deuda tributaria pendiente de pago, ya que en todos los
demás casos la interposición de una demanda contra la denegatoria ficta del
Tribunal Fiscal detonaría de inmediato la exigibilidad de la deuda y su conse-
cuente cobranza coactiva
Una idea que siempre se pone en mesa como medida para reducir la conflictivi-
dad tributaria en nuestro país, es la de restringir la facultad que tiene la Admi-
nistración Tributaria para cuestionar judicialmente las Resoluciones del Tribunal
Fiscal, atendiendo al incremento de procesos judiciales iniciados por el ente re-
caudador, y que hoy en día, esta facultad es entendida en su “expresión más
amplia” por los órganos jurisdiccionales, dejándose de lado su naturaleza ex-
cepcional.
143
PRIORI, Giovanni. El proceso y la tutela de los derechos. Pontificia Universidad Católica del
Perú, Lima, 2019, Pág. 177. Al respecto se señala que la “institución procesal que permite
establecer quién se encuentra habilitado para formular válidamente una pretensión en un pro-
ceso. La habilitación está dada por la relación que tiene quien actúa como parte con la pre-
tensión planteada”.
144
La legitimidad para obrar es una condición de procedencia de la acción, que obligará al Juez
a evaluar si quien inicia el proceso puede formular las pretensiones contenidas en la de-
manda por ser el sujeto activo de la relación jurídica sustancial pretendida.
145
DANÓS, Jorge. Op. Cit., Págs. 167-219. Al respecto se señala que “constituye un proceso
específico previsto por la Constitución para la impugnación ante el Poder Judicial de las deci-
siones de la administración pública a fin de verificar la legitimidad de la actuación de todas
las entidades”.
Con relación al artículo 149 del Código Tributario que señala que “la Adminis-
tración Tributaria será parte en el procedimiento de apelación, pudiendo contestar
la apelación, presentar medios probatorios y demás actuaciones que correspon-
dan”, coincidimos con el Ponente JORGE LIZÁRRAGA en el sentido que dicha
norma constituye únicamente una habilitación procesal para que la entidad par-
ticipe en la etapa de apelación administrativa, permitiendo así el fortalecimiento
de la resolución apelada, pero de ningún modo nos puede llevar a categorizarla
como administrado.
146
De acuerdo con el numeral 2 del artículo 61 de la LPAG una Autoridad Administrativa es
“el agente de las entidades que, bajo cualquier régimen jurídico, y ejerciendo potestades pú-
blicas conducen el inicio, la instrucción, la sustanciación, la resolución, la ejecución, o que de
otro modo participan en la gestión de los procedimientos administrativos”.
Estando, así las cosas, coincidimos con lo señalado por el Ponente EDUARDO
PEDROZA cuando sostiene que “en caso de mantenerse la interpretación de que
la Administración Pública puede recurrir a sede judicial en prácticamente cual-
quier supuesto, perdería sentido el procedimiento contencioso administrativo. Ello
debido a que siempre existiría la posibilidad de que finalmente la controversia ana-
lizada en sede administrativa termine siendo resuelta en sede judicial”.
147
MELÉNDEZ, F. Y ALVARADO, H. “La legitimidad para obrar activa de SUNAT en el proceso
contencioso administrativo”. En: Estudios sobre Derecho Administrativo A 20 años de la Ley
del Proceso Contencioso Administrativo. Vol. II. Asociación Civil Derecho y Sociedad, Lima,
2022, Pág. 305.
A. Problemática
148
Ejecutoria de la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia recaída en el Expe-
diente Nº 1266-2007, que indica: “(…) con respecto a la excepción formulada, la misma se
sustenta en lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 11º de la Ley 27584, Ley que regula
el Proceso Contencioso Administrativo, según la cual solo cuenta con legitimidad para obrar
activa la entidad pública facultada por ley para impugnar la actuación administrativa que
cuente con una resolución motivada que identifique el agravio (…) Dicha norma, sin em-
bargo, es aplicable sólo a los supuestos en que la entidad pública demande la nulidad de sus
propios actos administrativos, en cuyo caso (…) se exige que aquella identifique el agravio a
la legalidad administrativa y al interés público, emitiendo “un acto declarativo previo (decla-
ración de lesividad) donde fije sus criterios legales y técnicos para plantear esta vía, argumente
de qué manera considera que agravia el interés público con su subsistencia” (…) Tercero.-
Que en tal contexto resulta impertinente la aplicación del segundo párrafo del artículo 11º de
la Ley 27584 para efectos de calificar la legitimidad para obrar de la SUNAT, desde que dicha
entidad no demanda la nulidad de una resolución emitida por ella misma, sino de un acto
administrativo expedido por el Tribunal Fiscal que agravia sus intereses”. Fuente: Pinedo,
SILVIA. “Legitimación activa en la Ley del Proceso Contencioso Administrativo en materia
tributaria”. En: Derecho & Sociedad, Lima, 2014, Págs. 255-267.
Es recién con el Código Tributario aprobado por Decreto Ley Nº 25859, publi-
cado el 24 de noviembre de 1992, que se reconoce a la Administración Tributa-
ria la facultad de interponer un recurso de revisión contra una RTF, sin que dicho
ejercicio tenga algún tipo de requisito o límite:
En similar sentido fue regulado por el Código Tributario aprobado mediante De-
creto Legislativo Nº 816, publicado el 21 de abril de 1996, en cuyo artículo 157
se faculta a la Administración para interponer la demanda contencioso adminis-
trativa, sin limitaciones ni condicionamientos:
DISPOSICIONES DEROGATORIAS
(…)
3. Los Artículos 157 al 161 del Título IV del Libro Tercero del Texto
Único Ordenado del Código Tributario, aprobado por Decreto Supre-
mo Nº 135-99-EF y sus normas modificatorias. (El resaltado es nuestro).
Cabe resaltar que esta autorización del MEF fue reglamentada por el Decreto
Supremo Nº 035-2004-EF. Mediante el citado decreto se descartó la posibilidad
de que SUNAT interponga una demanda en el caso que discrepe de la interpre-
tación de normas, procedimientos o de pruebas practicadas por el Tribunal Fis-
cal, prevaleciendo en todos esos casos la resolución del superior jerárquico:
(…)
a) Exista dualidad de criterio entre las distintas Salas del Tribunal Fiscal
sobre la materia a demandar, aun cuando se refiera a un contribu-
yente distinto; o,
El texto actual del artículo 157 del Código Tributario señala lo siguiente:
Son vicios del acto administrativo, que causan su nulidad de pleno dere-
cho, los siguientes:
1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas regla-
mentarias.
2. El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo
que se presente alguno de los supuestos de conservación del acto a
que se refiere el artículo 14.
3. Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la apro-
bación automática o por silencio administrativo positivo, por los que
se adquiere facultades, o derechos, cuando son contrarios al ordena-
miento jurídico, o cuando no se cumplen con los requisitos, documen-
tación o tramites esenciales para su adquisición.
4. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal,
o que se dicten como consecuencia de la misma.
Como es de verse, nuestro actual Código Tributario parte del presupuesto que
la Administración Tributaria carece de legitimidad activa, y por ello se le otorga
de manera excepcional esta facultad.
Para entender esta disposición, tenemos que remitirnos a los antecedentes del
Código Tributario y a sus exposiciones de motivos.
Es así, que el legislador quiso dejar en claro con esta modificatoria que las enti-
dades administradoras de tributos, que incluyen tanto aquellas que también tie-
nen la calidad de acreedor tributario (llámese Gobiernos Regionales, Municipa-
lidades, OSINERGMIN, entre otras), como aquellas otras que solo tienen a su car-
go la administración del tributo (como la SUNAT y el SAT), no tienen legitimi-
dad para obrar activa para demandar una RTF, salvo las situaciones de excepción
previstas en la norma, por lo que no estaba en su mente las figuras procesales
de legitimidad ordinaria o extraordinaria,150 sino la de marcar una diferencia en
el acceso a la tutela judicial entre la Administración Tributaria y administrado,
la misma que como hemos mencionado encuentra amparo constitucional.
149
Exposición de Motivos del Decreto Legislativo Nº 953: “Se señala de manera expresa la
facultad de la Administración Tributaria de interponer Demanda Contencioso Administra-
tiva, aun cuando de la interpretación conjunta del artículo 11 de la Ley Nº 27584 y el artículo
149º del actual Código Tributario, dicha posibilidad existe actualmente”.
150
En doctrina procesal existen dos formas de legitimidad para obrar: la ordinaria y la extra-
ordinaria. a) La legitimidad para obrar ordinaria se presenta en los casos que quien alega
ser titular del derecho es quien formula la pretensión; y, b) La legitimidad para obrar extra-
ordinaria es la habilitación que se otorga a una persona distinta a aquella que es titular del
derecho para que formule una pretensión procesal.
De esta forma, coincidimos con Juan Carlos Morón cuando señala que “si bien
este inciso tiene un alto contenido emblemático, en términos pragmáticos bien
pudo haber sido suprimido por cuanto sus supuestos están subsumidos en cual-
Así tenemos que la propia LPAG nos señala cuales son los actos afectados por
vicios no trascedentes en el numeral 14.2 de su artículo 14, siendo estos los
siguientes:
14.2.1. El acto cuyo contenido sea impreciso e incongruente con las cues-
tiones surgidas en la motivación.
14.2.2. El acto emitido con una motivación insuficiente o parcial.
14.2.3 El acto emitido con infracción a las formalidades no esenciales
del procedimiento, considerando aquellas cuya realización co-
rrecta no hubiera impedido o cambiado el sentido de la decisión
final en aspectos importantes, o cuyo cumplimiento no afectase
el debido proceso del administrado.
14.2.4 Aquellos emitidos con omisión a documentación no esencial.
151
MORÓN URBINA, Juan Carlos. Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo Ge-
neral. Texto Único Ordenado de la Ley Nº 27444. Tomo I. Gaceta Jurídica S.A., Lima, 2017,
Pág. 249.
152
MELÉNDEZ, F. Y ALVARADO, H. Op. Cit. Pág. 310. En ese sentido, compartimos el co-
mentario realizado por los Ponentes cuando concluyen que solo debiera tratarse de actos
que incurren en vicios graves de nulidad, tales como: (i) vicios en la competencia; (ii) vicios
en el objeto o contenido (contrariar el ordenamiento jurídico o contener un imposible ju-
rídico); (iii) vicios en la finalidad perseguida por el acto; y, (iv) vicios en la regularidad del
procedimiento.
153
Ibidem. Al respecto señala que basa su afirmación “(…) en lo dispuesto en el artículo 6 de
la LPAG, que se refiere a la motivación de los actos administrativos, en el numeral 6.3. de este
se señala que no constituye causal de nulidad el hecho de que el superior jerárquico tenga una
apreciación distinta a la valoración de medios probatorios o de aplicación o interpretación
del derecho, ello en el marco de un recurso de apelación. De allí podemos concluir que, la
inadecuada valoración de medios probatorios no resulta, en estricto, un vicio de validez tras-
cendente del acto administrativo”.
Lo señalado deja una evidencia adicional de que no fue intención del legislador
el habilitar a la Administración Tributaria para que demande una RTF cuando
tenga discrepancias en cuanto a la interpretación de una norma o la valoración
de una prueba, como viene ocurriendo en la actualidad.
Luego del análisis realizado, en opinión de la Relatoría, una adecuada lectura del
artículo 157 del Código Tributario y de las causales de nulidad recogidas en el
artículo 10 de LPAG, nos deben llevar a concluir que la legitimidad para obrar
activa de la Administración Tributaria como parte activa en el proceso es efec-
tivamente excepcional, encontrándose limitada a los siguientes supuestos: (i)
que la RTF adolezca de vicios graves de validez, que haga que el acto esté vacío
de contenido; y, (ii) que la RTF haya sido emitida al amparo de un ilícito penal.
Las resoluciones del Tribunal Fiscal que interpreten de modo expreso y con
carácter general el sentido de normas tributarias, así como las emitidas
en virtud del Artículo 102, constituirán jurisprudencia de observancia
obligatoria para los órganos de la Administración Tributaria, mientras
dicha interpretación no sea modificada por el mismo Tribunal, por vía
reglamentaria o por Ley. En este caso, en la resolución correspondiente el
Tribunal Fiscal señalará que constituye jurisprudencia de observancia
obligatoria y dispondrá la publicación de su texto en el Diario Oficial.
La resolución a que hace referencia el párrafo anterior así como las que im-
pliquen un cambio de criterio, deberán ser publicadas en el Diario Oficial.
Con relación al último párrafo del artículo 154, JAIME LARA reflexiona en su
ponencia si efectivamente la Administración Tributaria se encuentra facultada
para demandar una RTF que establezca una jurisprudencia de observancia obli-
gatoria, y para ello repasa el marco normativo histórico del artículo 154.
Es así como el Ponente nos hace recordar que el artículo 154 se incorpora en el
Código Tributario con la Ley Nº 27038, y entra en vigencia el 1 de enero de
1999, cuando precisamente el Código Tributario habilitaba a las Administracio-
nes Tributarias a cuestionar una RTF sin restricciones ni limitaciones, por lo que
ese artículo se constituyó en ese momento en la única barrera que tenían las
referidas entidades para interponer una demanda contra una decisión del Tribu-
nal Fiscal.
Las Resoluciones del Tribunal Fiscal de observancia obligatoria tienen una natu-
raleza cuasi normativa, y se distinguen de cualquier otra RTF emitida, si pode-
mos decir, en un procedimiento contencioso ordinario, tanto es así que el pro-
pio Ponente considera que la vía para cuestionarla es la acción popular, opinión
que resulta coincidente con la Casación Nº 18816-2017 LIMA emitida por la
Tercera Sala de Derecho Constitucional y Social de 10 de abril del 2017, que en
base del carácter normativo de las Resoluciones de Observancia Obligatoria,
consideró que la vía para cuestionar estas resoluciones de carácter general es el
proceso constitucional de acción popular de conformidad con el artículo 200
numeral 5 de la Constitución, no encontrándose legitimada la Administración a
promover una demanda contencioso administrativa en este tipo de supuestos
154
Rescatamos también como relevante la opinión del Ponente respecto a que el Tribunal
Fiscal actúa como controlador de la legalidad, por lo que en los casos que los contribuyen-
tes reclamen la vulneración al principio de legalidad por no haber observado la SUNAT, al
En esta Relatoría no podemos sino estar de acuerdo con que la formula legisla-
tiva que regula la legitimidad para obrar activa de la Administración Tributaria
ha devenido en deficiente y el Poder Judicial, lejos de interpretar adecuadamente
dichas disposiciones en el marco de una facultad excepcional, ha agravado la
situación mediante criterios que atentan abiertamente a la naturaleza y finalidad
momento de emitir sus actos (determinación y/o resolutorios), los criterios emitidos en
sus informes vinculantes, debe declarar la nulidad de dichos actos sometidos a su compe-
tencia, sin entrar a cuestionar la idoneidad técnica del pronunciamiento contenido en el
informe, pensar lo contrario no es contrariar el referido principio, sino también el de igual-
dad, dado que es muy posible se configuren tratamientos desigualitarios.
TEMA VII:
EL EJERCICIO DE LA PLENA JURISDICCIÓN
Con relación a este cambio en nuestro ordenamiento y sobre la visión que debe
tener el Juez del contencioso administrativo a partir del mismo, el Ponente
ALFONSO TAPIA, sobre la base de una interesante recopilación de antece-
dentes legislativos, explica que la resolución de controversias tributarias a nivel
judicial, desde sus orígenes, se ha encontrado influenciada por las dinámicas
procesales del ordenamiento procesal civil. Ello en razón a que, por un extenso
período de tiempo, el proceso judicial tributario se tramitó en la vía procesal
civil, incorporándose a un sistema procesal privatístico que prepondera el Prin-
cipio Dispositivo, que a su vez sujeta el rol del Juez a la estricta actividad pro-
cesal desplegada por las partes.
como probar o impulsar el proceso, sino, busca coadyuvar a que se cumpla con
la finalidad para la que el proceso ha sido configurado, desplegando –de consi-
derarlo pertinente– la actuación de medios probatorios y saneando la relación
procesal con independencia de la actuación de las partes, o incluso emitiendo
un pronunciamiento sobre el fondo de la controversia jurídica.
Asimismo, el Ponente indica que, la LPCA ha acogido en gran medida los fun-
damentos procesales del sistema procesal publicista, a través de reconocer
como principios rectores del proceso a la tutela jurisdicción efectiva, integra-
ción, igualdad procesal, favorecimiento del proceso y, suplencia de oficio.
Como idea final, el Ponente reitera que el sistema adoptado por la LPCA exige
al Juez un rol más activo en la dirección del proceso a fin de brindar al adminis-
trado una vía real que satisfaga la tutela judicial que invoca.
Es un pedido tradicional, que busca que se declare la nulidad del acto o resolu-
ción administrativa impugnada judicialmente, debido a que incurre en algunas
de las causales de nulidad previstas en el artículo 10 de la LPAG.
Esta pretensión tiene por finalidad la satisfacción plena de los intereses de los
administrados, y tiene autonomía respecto a la pretensión de declaración de
nulidad, por lo que podría plantearse con independencia de esta.
Si bien es cierto que las pretensiones constituyen el objeto del proceso dado
que contraen el pedido en concreto, la exigencia de determinadas formalidades
en su planteamiento no deben ser –en ningún caso– un obstáculo para la ob-
tención de un pronunciamiento en cuanto al fondo de la controversia, más aún,
si la LPCA no establece ninguna exigencia expresa al respecto, y por el contrario,
reconoce como principios rectores del proceso a los principios de favorecimiento
del proceso y suplencia de oficio:
Pero no solo la doctrina privilegia la tutela judicial efectiva sobre cualquier tipo
de formalidad procesal, sino también lo hace la propia Corte Suprema:
Casación Nº 20280-2018:
5.2. Siendo estos los términos del recurso, partimos señalando que el ob-
jeto fundamental de los procesos contenciosos administrativos, reside en
posibilitar el control jurídico del juzgador sobre las actuaciones llevadas
a cabo por la Administración. Siendo dicho proceso uno de jurisdicción
plena en el cual se puede hacer efectiva la tutela de los derechos e intereses
de los administrados, posibilitando al juez otorgar mayor importancia a
los intereses subjetivos y pretensiones incorporados por los administrados;
no obstante, ello de modo alguno justifica que el juez desatienda su labor
de revisor de la actividad administrativa. En ese línea, podemos resumir
afirmando que el proceso contencioso administrativo es esencialmente un
proceso antiformalista, en el que el juzgador se encuentra en la obligación
de suplir las deficiencias del administrado con el propósito de favorecer
la vigencia del derecho, de conformidad, precisamente, con el principio de
suplencia de oficio recogido en el numeral 4 del artículo 2 de la Ley Nº
27584, Ley que Regula el Proceso Contencioso Administrativo, según el
cual: “El Juez deberá suplir las deficiencias formales en las que incurran
las partes, sin perjuicio de disponer la subsanación de las mismas en un
plazo razonable en los casos en que no sea posible la suplencia de oficio”.
5.3. Del texto normativo transcrito, se establece que desde un sentido li-
teral la suplencia procesal está referida a aspectos “formales” y no, sus-
tanciales, en tal virtud, la suplencia de oficio significa que el juzgador
debe procurar subsanar, por ejemplo, adecuando la vía procedimental
propuesta en la demanda, pero de ningún modo sustituyéndose a las par-
tes en aquello que por ley le corresponde cumplir.
155
MAC RAE, Elizabeth. “Objeto del proceso contencioso administrativo en el Perú”. En: Ad-
vocatus, Nº 36. 2020. Págs. 228 y 229.
156
AMPUERO, Saúl. “Las obligaciones dinerarias a cargo del Estado y el principio de plena
jurisdicción en el contencioso-administrativo”. En: Gaceta Civil & Procesal Civil, Nº 6.
Lima, 2013, Pág. 220:
“En efecto, una primera lectura de este artículo limita al juez contencioso-administrativo, a
tener en cuenta “la pretensión planteada” y, por cierto, a no salirse de ella, bajo crítica o
denuncia de violar el principio de congruencia o principio dispositivo. Esta sujeción a la pre-
tensión planteada impediría, por ejemplo, que el juez contencioso-administrativo pueda de-
clarar tutela subjetiva ante una demanda de nulidad de resolución de multa, y en la cual no
se pidió la devolución de lo indebidamente pagado.
(…) No parece ser muy útil la disposición del artículo 41, inciso 2, del TUO de la LPCA, y
obviamente con ella no podemos sostener enfáticamente que ya el proceso o el juez es de plena
jurisdicción, pues de muy poco nos sirve, a menos que se apuntale la “plena jurisdicción”
como un elemento caracterizador del PCA, y para ello no menos propicia es la ocasión de
insertar como un principio privativo del PCA el de la plena jurisdicción, con la finalidad no
solo de que en el dictado de la sentencia el juez vaya más allá del petitorio sino que desde el
inicio del proceso tenga esa potestad de reencauzar la pretensión o advertir otra de los propios
hechos aportados por las partes (…)”.
Al respecto, también véase, MURILLO FLORES, Fernando. Una plena conciencia sobre la
plena jurisdicción. Comentarios de jurisprudencia administrativa. Jurisprudencia 6/2008.
2008. Pág. 508, quien señala que: “Entonces, cualquiera sea la forma de control de las ac-
tuaciones de la administración (el objeto o de nulidad y el subjetivo o de plena jurisdicción)
a cargo del órgano jurisdiccional, siempre se requerirá que el demandante afirme la existencia
de un derecho subjetivo vulnerado o que requiera ser declarado; en tanto ello no suceda el
órgano jurisdiccional se verá imposibilitado de realizar, en el marco de un proceso contencioso
administrativo, el control jurisdiccional de la actuación de la administración, puesto que ese
control no puede ejercerse en abstracto, sino únicamente en un caso concreto, lo que equivale
a decir que siempre debe exponerse, sostenerse y probarse que existe un derecho subjetivo com-
prometido”.
También nos comenta el Ponente que el artículo 157 del Código Tributario no
colisiona ni se opone a las normas del proceso administrativo, pues del mismo
modo reconoce a la Administración Tributaria una legitimidad excepcional o ex-
traordinaria, lo que implica que si bien cuenta con facultades para presentar
demanda contencioso-administrativa contra resoluciones del Tribunal Fiscal
(que no constituyan precedentes de observancia obligatoria), dicha facultad
sólo le permitirá formular pretensiones de nulidad contra tales resoluciones,
mas no podrá solicitar que se evalúe nuevamente el fondo de la controversia (a
través de la plena jurisdicción).
157
Estas ponencias son desarrolladas en el Tema VI de la presente Relatoría General.
TEMA VIII:
REEXAMEN EN SEDE ADMINISTRATIVA
Y SU REVISIÓN JUDICIAL
El artículo 127 del Código Tributario en su versión actual contiene unos párrafos
agregados en comparación a la anterior, así, establece que “el órgano encargado
de resolver sólo puede modificar los reparos efectuados en la etapa de fiscalización
o verificación que hayan sido impugnados, para incrementar sus montos o dismi-
nuirlos”, lo que lleva al Ponente a afirmar que el ente resolutor tiene la facultad
de reexaminar la determinación realizada por el órgano fiscalizador, pero con
ciertas restricciones, porque solo puede incidir en el asunto controvertido, sin
poder alterar los reparos en su materia, fundamento y base legal, salvo en
cuanto a su cuantía.
158
Vigente desde el 16 de marzo de 2007.
En entendimiento del Ponente, a pesar que el artículo 129 del Código Tributario
dispone que, en las resoluciones, se “expresarán los fundamentos de hecho y de
derecho que les sirven de base, y decidirán sobre todas las cuestiones planteadas
por los interesados y cuantas suscite el expediente”, esta disposición no permite
que, mediante la facultad de reexamen en concordancia con el artículo 127 del
mismo Código, se alcancen aspectos sobre los cuales no existe controversia, ya
sea por no formar parte del cuestionamiento planteado en la reclamación o, por-
que no forman parte de la observación formulada por la SUNAT en uso de su
facultad de determinación que se caracteriza por ser única, integral y definitiva.
Indica también que el artículo 127 hace referencia al término “reparo impug-
nado” cuando menciona que “el órgano encargado de resolver sólo puede modifi-
car los reparos efectuados (…)” por lo que corresponde atender a su contenido.
– Sustento y/o fundamento del reparo: Son los fundamentos de hecho y/o de
derecho (esto es, la base legal aplicable y/o la calificación jurídica del hecho)
que fundamentan el reparo.
En opinión del Ponente, el texto del artículo 127 del CT no habilita modificar la
materia y sustento del reparo, sino solo la cuantía, por lo que cualquier modifi-
cación total o parcial a dichos elementos implica una transgresión a los alcances
de la facultad de reexamen.
159
TALLEDO, César. Manual del Código Tributario. Tomo II. Editorial Economía y Finanzas.
Lima, 2005.
– Cuando el artículo 127 del Código Tributario señala que el órgano encar-
gado de resolver está facultado para hacer un nuevo examen completo de
los “aspectos del asunto controvertido”, debe entenderse por tales a todo
elemento, faceta o matiz relativo a los puntos o extremos materia de la
reclamación interpuesta.
– Cuando el artículo 147 del Código Tributario regula los aspectos inimpug-
nables ante el Tribunal Fiscal, deberá entenderse como tales a todos aque-
llos elementos, facetas o matices de la determinación, reparo o motivo que,
figurando en la Orden de Pago o Resolución de la Administración Tributaria,
no hubieran sido discutidos por el deudor tributario en su reclamación;
siendo que la delimitación de tales aspectos dependerá de la evaluación de
cada caso concreto.
No debe perderse de vista que, si una reforma para peor es limitativa del derecho
de defensa, la interpretación de las normas que la contienen debe hacerse de
manera tal que dicho derecho no se vea lesionado.
160
Se formuló recurso de casación contra la citada sentencia, pero fue declarado improcedente
por la Quinta Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria (Auto de Calificación Nº
22191-2022-LIMA).
Sobre el punto anterior, esta Relatoría considera que el reparo queda definido
por el fundamento legal que lo sustenta, así por ejemplo si un intangible es
objetado como gasto deducible por la SUNAT porque considera que no es cau-
sal al amparo del artículo 37 de la Ley del Impuesto a la Renta, no podría variarse
en ejercicio de la facultad de reexamen y concluirse que el gasto es no deducible
pero porque no se acreditó el pago del precio, requisito exigido por el inciso g)
del artículo 44 de la Ley del Impuesto a la Renta. Lo dicho no significa que el
órgano resolutor no pueda ampliar los argumentos para sustentar el reparo,
dentro de los límites de la calificación legal efectuada por el área acotadora.
Como expresamente el artículo 127 del Código Tributario indica que los reparos
podrían ser aumentados (sin perjuicio de lo cuestionable que sea la norma por
validar una reforma peyorativa), el órgano resolutor podría revisar si el cálculo
fue correcto y en su caso corregirlo.
De acontecer los supuestos mencionados, en aplicación del artículo 147 del Có-
digo sustantivo que indica que el reclamante no podrá discutir en apelación los
aspectos que no fueron impugnados al reclamar, salvo que hubiesen sido incor-
porados al resolverse la reclamación; el contribuyente podrá discutirlos ante el
Tribunal.
Sucede que la SUNAT viene cuestionando en sede judicial dicho proceder y las
Salas de la Corte Superior Especializadas en lo Contencioso Administrativo con
Sub-Especialidad en temas tributarios y aduaneros vienen decidiendo que el cri-
terio del Tribunal Fiscal es errado. En entendimiento de estas Salas, si bien el
artículo 127 del Código Tributario no permite el cambio de fundamento, no co-
rresponde revocar la Resolución de Determinación o de multa sino habilitarse a
la Administración a que las reformule porque el vicio consistente en cambiar el
fundamento del reparo es de naturaleza procedimental y por tanto conlleva a la
nulidad según el numeral 2 del artículo 109 del Código Tributario. Es el caso del
siguiente pronunciamiento emitido por la Sexta Sala Especializada en lo Con-
tencioso Administrativo con Subespecialidad en temas tributarios y aduaneros,
recaída en el Expediente Nº 04540-2019:161
161
Razonamiento compartido en el Expediente Nº 08273-2019.
En efecto, debe tenerse presente que la facultad de reexamen que cabe re-
conocerle al Tribunal Fiscal se limita solo a los temas que hubieran sido
planteados por el administrado en sus respectivos medios impugnatorios,
en consonancia no solo con el principio de congruencia procesal, sino
también en observancia del principio de legalidad consagrado en el ar-
tículo IV de la Ley de Procedimiento Administrativo General, el que exige
otorgarle dicha potestad pero bajo las reglas recogidas, en estricto, en el
mencionado artículo 147 y último párrafo del artículo 150 del Código
Tributario.
(…)
Debe señalarse que las acciones efectuadas por el Tribunal Fiscal en torno
a revocar la Resolución de Gerencia General Nº 059-2009-GG/OSIPTEL y
dejar sin efecto las Resoluciones de Determinación 002-2003-GFS/OSIPTEL
a 004-2003-GFS/OSIPTEL, con el motivo que al no poderse identificar a los
clientes, fecha de los servicios e importes de los ingresos, y que tampoco se
verifica documentación alguna que evidencie dichas operaciones e ingre-
sos, no le permite verificar si estas corresponden a servicios públicos; mo-
difica la controversia discutida durante todo el procedimiento adminis-
de cumplimiento. En este caso, por su propia naturaleza, solo tendría que acatar
lo que ha señalado el Tribunal Fiscal, por lo que propiamente al emitirla, no
estaría ejerciendo una labor resolutora y en tal sentido, no correspondería ejer-
cer un reexamen en los términos del artículo 127 en comentario.
Considera JOAN TELLO que, con ello se reconoció que en los procedimientos
administrativos tributarios son aplicables todos los principios y regulaciones es-
tablecidas por la LPAG, modificada por el Decreto Legislativo Nº 1272, siempre
y cuando sean más favorables a lo dispuesto en el Código Tributario para los
procedimientos tributarios. Añade que esta norma entró en vigor desde el día
siguiente de su publicación y tuvo la naturaleza de una norma autoaplicativa,
por lo que el plazo de sesenta (60) días hábiles, previsto en la primera disposi-
ción complementaria y final del referido decreto legislativo, concedido a las en-
tidades de la Administración para que adecuen sus procedimientos especiales
al nuevo texto de la LPAG, no impidió que entre en vigencia de manera inme-
diata y derogara automáticamente las disposiciones establecidas en los proce-
dimientos especiales que establecían condiciones menos favorables a las seña-
ladas en el texto modificado de la LPAG, al ser incompatibles con el nuevo régi-
men de garantías otorgadas en favor del administrado.
Si bien, luego se emitió el Decreto Legislativo Nº 1311 que estableció, por una
parte, que los procedimientos especiales seguidos ante el Tribunal Fiscal y las
Administraciones Tributarias, se rigen supletoriamente por la LPAG y, que no
les es aplicable lo previsto en los numerales 1 y 2 del artículo II del Título Preli-
minar de dicha Ley, debiendo las Administraciones Tributarias y el Tribunal Fis-
cal sujetarse a los principios de la potestad sancionadora previstos en los ar-
tículos 168 y 171 del Código Tributario, no siéndoles de aplicación lo dispuesto
en el artículo 230 de la LPAG; lo correcto es aplicar un criterio de interpretación
axiológico y finalista y asumir que el Decreto Legislativo Nº 1272 prima sobre
las disposiciones establecidas por el Código Tributario, dado que la mismas fa-
vorecen al administrado y buscan hacer prevalecer un régimen jurídico acorde
con el orden constitucional ocurriendo que con las modificaciones establecidas
a la LPAG, a través del Decreto Legislativo Nº 1272 quedaron sin efecto las nor-
mas del Código Tributario que se le opusiesen.
Ahora bien, más allá de lo planteado por el Ponente, encontramos que, en di-
versa jurisprudencia, el Tribunal Fiscal sí ha aplicado la LPAG en materia de san-
ciones, como a continuación se reseña:
RTF Nº 02617-11-2019:
Que sin perjuicio de lo expuesto, cabe indicar que en caso de las Resolu-
ciones de Multa Nº [ ] vinculadas a las resoluciones de determinación
antes referidas, la Administración debió considerar el numeral 187.2 del
artículo 187º de la Ley del Procedimiento Administrativo General, aplica-
ble supletoriamente a los procedimientos tributarios de conformidad con
la Norma IX del Título Preliminar del Código Tributario, estableció que
“(…) en los procedimientos iniciados a petición del interesado, la resolu-
ción será congruente con las peticiones formuladas por éste, sin que en
ningún caso pueda agravar su situación inicial (…)” y que reliquidar las
sanciones contenidas en dichos valores, aplicando una nueva base de
cálculo significaría vulnerar la garantía que impide la reforma peyorativa
o reformatio in peius (…)
RTF Nº 00206-11-2020:
Que sobre dicha actuación, cabe tener en cuenta que conforme con el nu-
meral 187.2 del artículo 187º de la Ley del Procedimiento Administrativo
General, Ley Nº 27444, aplicable supletoriamente a los procedimientos
tributarios de conformidad con la Norma IX del Título Preliminar del Có-
digo Tributario, “(…) en los procedimientos iniciados a petición del in-
teresado, la resolución será congruente con las peticiones formuladas por
éste, sin que en ningún caso pueda agravar su situación inicial (…)”.
TEMA IX:
ACCIÓN DE AMPARO. PROBLEMÁTICA
REFERIDA A SU PROCEDENCIA
162
Aprobado mediante Ley Nº 31307 y vigente desde el 24 de julio de 2021.
163
ETO CRUZ, Gerardo. Teoría del Amparo. Grijley, Lima, 2016, Pág. 43.
Al respecto, Samuel Abad165 precisa que asociar al amparo con los términos
“acción”, “recurso” y “juicio” sería técnicamente incorrecto, siendo el término
adecuado “proceso de amparo”; de similar opinión es Eto Cruz,166 pero aún más
relevante es la denominación de proceso de amparo que otorga el CPCo, con lo
cual la Relatoría usará como término técnico-legal de “proceso de amparo”, toda
vez que la acción solo comprende una parte del proceso (el inicio).
164
Cabe precisar que no se han recibido ponencias por los asociados del instituto sobre los
temas planteados.
165
ABAD, Samuel. “El proceso constitucional de amparo en el Perú: Un análisis desde la teoría
general del proceso”. En: Boletín de Derecho Comparado. UNAM, México, 1996, Págs. 19-21.
166
ETO CRUZ, Gerardo. Op. Cit., Pág. 50.
167
MEJÍA, Marco. “El Amparo Tributario Peruano: Apuntes sobre las vías paralelas”. En: Re-
vista del Instituto Peruano de Derecho Tributario, Nº 58. IPDT, Lima, 2015, Págs. 101-128.
(ii) Proceso de amparo como vía alternativa: A partir de la Ley Nº 23506 hasta
la publicación del anterior Código Procesal Constitucional. En esta etapa
se reconoció que el Amparo era una vía de elección para la defensa de los
derechos constitucionales, por lo que cuando el supuesto afectado elegía la
vía ordinaria concurrente o paralela, ya no podía utilizar simultáneamente
la acción de amparo.
(iii) Proceso de amparo como vía subsidiaria o residual: A partir del anterior
Código Procesal Constitucional hasta la fecha, incluso con el nuevo CPCo,
se consolidó el carácter excepcional o residual del Amparo, estableciéndose
expresamente que la demanda de amparo será declarada improcedente
cuando existan vías procesales judiciales específicas, igualmente satisfacto-
rias, para la protección del derecho constitucional amenazado o vulnerado.
168
Al respecto, el nuevo CPCo en su artículo 44 establece expresamente que el amparo –en
general– procede en defensa de los siguientes derechos: De igualdad y de no ser discrimi-
nado por razón de origen, sexo, raza, características genéticas, orientación sexual, religión,
opinión, condición económica, social, idioma, o de cualquier otra índole; al libre desenvol-
vimiento de la personalidad; del ejercicio público de cualquier confesión religiosa; a la li-
bertad de conciencia y el derecho a objetar; de información, opinión y expresión; a la libre
contratación; a la creación artística, intelectual y científica; de la inviolabilidad y secreto de
los documentos privados y de las comunicaciones; de reunión; del honor, intimidad, voz,
imagen y rectificación de informaciones inexactas o agraviantes; de asociación, al trabajo;
de sindicación, negociación colectiva y huelga; de propiedad y herencia; de petición ante
la autoridad competente; de participación individual o colectiva en la vida política del país;
a la nacionalidad; de tutela procesal efectiva; a la educación, así como el derecho de los
padres de escoger el centro de educación y participar en el proceso educativo de sus hijos;
de impartir educación dentro de los principios constitucionales; a la seguridad social; de la
remuneración y pensión; de la libertad de cátedra; de acceso a los medios de comunicación
social en los términos del artículo 35 de la Constitución; de gozar de un ambiente equili-
brado y adecuado al desarrollo de la vida; al agua potable; a la salud; y, los demás que la
Constitución reconoce.
del amparo.169
Finalmente, los cambios más importantes que trajo el nuevo CPCo respecto de
la procedencia de la demanda de amparo, se encuentran referidos a la prohibi-
ción del rechazo liminar de la demanda, modificación de algunos supuestos para
declarar la improcedencia de la demanda y la regulación del amparo frente a
actos lesivos basados en normas.
Uno de los grandes retos a los que se enfrenta el contribuyente para proteger
sus derechos que son amenazados o vulnerados en materia tributaria es justa-
mente determinar en qué supuestos su demanda será declarada procedente o no.
169
SAGÜÉS, NÉSTOR. Derecho procesal constitucional. Acción de amparo, 2a. Ed., Astrea,
Buenos Aires, 1988, Págs. 144 y ss. Sagüés establece que es posible distinguir hasta tres
posibles opciones respecto de los derechos tutelados:
(i) La tesis amplia: Protege derechos constitucionales distintos a la libertad individual y
también derechos que no gozan de aquel rango pero que llegan a ser tutelados debido,
muchas veces, a una interpretación extensiva de una norma constitucional, por ejem-
plo, este el caso de México con la procedencia del llamado “amparo-casación” o “am-
paro-recurso” en defensa de la legalidad de las resoluciones judiciales, es decir, de la
exacta aplicación de la ley.
(ii) Tesis intermedia: Establece que procede el amparo respecto de todos los derechos
fundamentales y excluye a aquellos derechos que no gozan de reconocimiento cons-
titucional, incluyendo también a los derechos de naturaleza patrimonial.
(iii) La tesis restrictiva: No protege todos los derechos constitucionales, sino prioriza al-
gunos de ellos y excluye otros.
170
Al respecto, el artículo 7 del CPCo establece que no proceden los procesos constituciona-
les cuando:
“1. Los hechos y el petitorio de la demanda no están referidos en forma directa al contenido
constitucionalmente protegido del derecho invocado.
2. Existan vías procedimentales específicas, igualmente satisfactorias, para la protección del
derecho constitucional amenazado o vulnerado, salvo cuando se trate del proceso de ha-
beas corpus.
3. El agraviado haya recurrido previamente a otro proceso judicial para pedir tutela respecto
de su derecho constitucional.
4. No se hayan agotado las vías previas, salvo en los casos previstos por este código y en el
proceso de habeas corpus.
5. Cuando haya litispendencia por la interposición de otro proceso constitucional.
6. Si se trata de conflictos constitucionales surgidos entre los poderes del Estado o de entida-
des de la administración pública entre sí. Tampoco procede entre los gobiernos regiona-
les, locales o de ellos entre sí ni contra el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Poder
Judicial interpuesto por un gobierno local, regional o entidad pública alguna. En estos
casos, la controversia se tramita por la vía de los procesos de inconstitucionalidad o de
competencia, según corresponda.
7. Ha vencido el plazo para interponer la demanda, con excepción del proceso de habeas
corpus”.
171
ETO CRUZ, Gerardo. “El procedimiento previo al proceso de amparo”. En: El proceso de
amparo, principios, vías previas, improcedencia, demanda y sentencia. Gaceta Jurídica, Lima,
2019, Págs. 51, 53 y 54.
Eto Cruz173 afirma que esta excepción se justifica debido a que la Administración
está recortando la oportunidad al administrado para cuestionar la decisión
adoptada, hecho que transforma la posible afectación en un supuesto lesivo
manifiesto; mientras que, la consecuencia de la concretización de la lesión pro-
duce una especie de decisión definitiva que hace posible cuestionarla en sede
judicial, posición que es compartida por Sofía Salinas quien sostiene que, en el
supuesto analizado, nos encontraríamos ante un pronunciamiento antici-
pado.174
172
Así también lo ha entendido el Tribunal Constitucional en el Expediente 0895-2001-
AA/TC, donde sostiene que: “la exigencia de agotarse la vía administrativa antes de acudir
al amparo constitucional se fundamenta en la necesidad de brindar a la Administración la
posibilidad de revisar sus propios actos, a efectos de posibilitar que el administrado, antes de
acudir a la sede jurisdiccional, pueda en esa vía solucionar, de ser el caso, la lesión de sus
derechos e intereses legítimos”.
173
Op. Cit., Págs. 60.
174
SALINAS, Sofía. “Vías previas en el proceso de amparo, criterios jurisprudenciales sobre
La irreparabilidad se presenta cuando los efectos del acto reclamado como vul-
neratorio de un derecho constitucional, no pueden ser retrotraídos en el tiempo
por imposibilidad material o jurídica.175
Así, por ejemplo, en el caso de los amparos tributarios, tenemos que, en la STC
Nº 03666-2008-PA/TC se ha concluido que el inicio de las acciones de cobranza
coactiva son hechos suficientes para considerar que la exigencia del agota-
miento de la vía previa puede convertir en irreparable la lesión de los derechos
constitucionales.177
al plazo razonable.
Finalmente, cabe resaltar que –al igual que Sofía Salinas182 y Samuel Abad183–
consideramos que las excepciones al agotamiento de la vía previa antes desa-
rrolladas no son una lista taxativa, sino que pueden existir otros supuestos
donde no será exigible dicho presupuesto para acceder a la jurisdicción consti-
tucional, toda vez que el agotamiento de la vía administrativa no puede conver-
tirse en un ritualismo inútil.
El numeral 2 del artículo 7 del CPCo establece que no procede el proceso cons-
titucional de amparo cuando existen vías procedimentales/procesales específi-
cas, igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional
amenazado y/o vulnerado.
181
Este criterio es compartido en los amparos tributarios contenidos en las STC Nºs 01339-
2019-PA/TC, 02051-2016-PA/TC, 03438-2019-PA/TC, 03439-2019-PA/TC, 03468-
2019-PA/TC, 04084-2019-PA/TC y 04932-2019-PA/TC.
182
SALINAS, Sofía. Op. Cit., Págs. 104-106.
183
ABAD, Samuel. “Capítulo Cuarto: La relación del amparo con los procedimientos adminis-
trativos y los procesos judiciales: Vías previas y Vías paralelas”. Op. Cit., Pág. 305.
Sentencias Criterio
Sentencias Criterio
184
STC Nºs 00739-2020-PA/TC y 01808-2013-PA/TC:
“11. Al concluir el procedimiento contencioso tributario con la RTF cuestionada, se abría las
puertas para la cobranza coactiva de la deuda tributaria. Ésta habilita a la administración
a hacer efectiva una acreencia tributaria a través del embargo, la tasación y el remate de los
bienes del deudor, sin necesidad de recurrir a una autoridad jurisdiccional, salvo que la em-
presa cumpla con su obligación tributaria dentro de los siguientes 7 días, de conformidad con
el artículo 117 del TUO del Código Tributario. Ello configura una amenaza cierta e inmi-
nente a los derechos fundamentales alegados.
(…)
13. Existe una necesidad de brindar tutela de urgencia, la misma que es propia de los procesos
constitucionales, en la medida que el artículo 122 del TUO del Código Tributario exige que
previa a la impugnación judicial de la detracción del patrimonio de parte de la Sunat, esta
debe ser cobrada por la citada entidad, lo cual afectaría el derecho a la propiedad de la ac-
cionante y su derecho a la tutela judicial efectiva, al obstaculizarse el acceso al recurso im-
pugnatorio.
(…)
16. Por consiguiente, cualquier demora adicional, como el supuesto de remitir el caso a la vía
ordinaria sería perjudicial, puesto que podría tornarse en irreparable la lesión al derecho in-
vocado, pues la relevancia del derecho involucrado o la gravedad del daño que podría ocu-
rrirle vuelve inexigible obligar a la actora que transite por la vía ordinaria.
17. Así, el proceso constitucional de amparo es la vía idónea para brindar una adecuada
tutela del derecho invocado, porque, al presentarse la demanda, el riesgo de que la agresión
resulte irreparable era inminente y, por lo tanto, exigía una tutela de urgencia, tal como ha
sido destacado por el Tribunal Constitucional en las sentencias emitidas en los Expedientes
04532-2013-PA/TC y 04082-2012-PA/TC.
18. En consecuencia, un proceso contencioso administrativo no puede considerarse una alter-
nativa al amparo de autos, ni menos una vía igualmente satisfactoria frente al mismo. En
consecuencia, no cabe desestimar la demanda en aplicación del artículo 7, inciso 2 del actual
Código Procesal Constitucional (artículo 5, inciso 2, del anterior código)”.
STC Nº 04082-2012-PA/TC
“17. Respecto al presente caso, este Tribunal concluye que existe una necesidad de brindar
tutela de urgencia, la misma que es propia de los procesos constitucionales, dado que el ar-
tículo 122 del Código Tributario exige que previa a la impugnación judicial de la detracción
del patrimonio de parte de la Sunat, esta debe ser cobrada por la citada entidad, lo cual
afectaría el derecho a la propiedad de la accionante y su derecho a la tutela judicial efectiva,
al obstaculizar el acceso al recurso impugnatorio.
(…)
19. Estas situaciones han sido evaluadas por este Tribunal Constitucional, concluyendo que
el proceso constitucional de amparo es la vía idónea para brindar una adecuada tutela del
derecho invocado, basándose en el riesgo de que la agresión resulte irreparable es inminente
y, por lo tanto, exige una tutela de urgencia.
20. En tal sentido, este Tribunal advierte que exigirle a la accionante que utilice la vía del
contencioso administrativo para tutelar sus derechos, no cumpliríamos con brindarle una tu-
tela efectiva, pues las citadas vías no son igualmente satisfactorias para garantizar sus dere-
chos alegados, entre los que destaca su patrimonio.
21. Por lo expuesto, la Resolución del Tribunal Fiscal 12595-8-2011 no incide sobre los dere-
chos de la recurrente de la misma forma que la Resolución de Ejecución Coactiva 023-006-
1085011.
22. En consecuencia, un proceso contencioso administrativo contra la primera de ellas no
puede considerarse una alternativa al amparo de autos, ni menos una vía igualmente satis-
factoria frente al mismo. No cabe desestimar la demanda, pues, en aplicación del artículo 5,
inciso 2, del Código Procesal Constitucional”.
STC Nº 04532-2013-PA/TC
“En el presente caso, este Tribunal concluye que existe la necesidad de brindar tutela de ur-
gencia, toda vez que conforme lo dispone el propio artículo 157 del Código Tributario, “la
presentación de la demanda no interrumpe la ejecución de los actos o resoluciones de la Ad-
ministración Tributaria”, es decir, se advierte un riesgo de irreparabilidad en la lesión de los
bienes de relevancia constitucional invocados por la demandante, tales como el principio de
razonabilidad que rige la actuación de la administración pública o el derecho a recurrir en
sede administrativa; por lo que es menester emitir un pronunciamiento de fondo”.
STC Nº 02279-2019-PA/TC
“En el presente caso, la recurrente viene cuestionando resoluciones emitidas en el marco de un
procedimiento de ejecución coactiva, el mismo que de acuerdo con la revisión de los actuados
no se tiene constancia de que haya finalizado, por lo que no es claro que la vía contencioso-
administrativa constituya una vía alternativa igualmente satisfactoria al amparo. Por el con-
trario, al existir un procedimiento de ejecución coactiva en contra de la demandante, puede
discutirse dentro de un margen razonable de apreciación si la controversia puede ser resuelta
a través del proceso de amparo.
2. Siendo así, el Tribunal Constitucional efectuará un análisis de fondo de la controversia, en
atención a los principios de celeridad y economía procesal recogidos en el artículo III del Título
Preliminar del Nuevo Código Procesal Constitucional, según el cual, cuando en un proceso
constitucional se presente una duda razonable respecto de si el proceso debe declararse con-
cluido, el juez y el Tribunal Constitucional declararán su continuación”.
185
STC Nºs 01851-2020-PA/TC, 00418-2020-PA/TC, 00754-2020-PA/TC, 00598-2020-
PA/TC, 04432-2019-PA/TC, 04399-2019-PA/TC, 04086-2019-PA/TC, 03163-2019-
PA/TC, 04336-2019-PA/TC, 04559-2018-AA/TC, 00328-2016-PA/TC, 02020-2016-
PA/TC, 02410-2019-PA/TC y 05358-2016-PA/TC:
Con relación al amparo contra normas, el artículo 8 del actual CPCo sostiene
que “Cuando se invoque la amenaza o violación de actos que tienen como sustento
la aplicación de una norma incompatible con la Constitución, la sentencia que
190
Así, por ejemplo, en la STC Nº 01473-2009-PA/TC el Tribunal Constitucional reconoció
esta situación “cuando las normas dispongan restricciones y sanciones sobre aquellos admi-
nistrados que incumplan en abstracto sus disposiciones, queda claro que por sus alcances se
trata de una norma de carácter autoaplicativo que desde su entrada en vigencia generará una
serie de efectos jurídicos que pueden amenazar o violar derechos fundamentales”.
Otro ejemplo lo encontramos en la STC Nº 0615-2011-PA/TC, donde verificó la existencia
de una norma autoaplicativa en base al siguiente análisis:
“Que a diferencia del criterio expuesto por los magistrados de las instancias precedentes, este
Tribunal considera que la cuestionada Ley Nº 29237 sí tiene la naturaleza de norma auto-
aplicativa en la medida que, al generar la obligación de pasar por un servicio de revisión
técnica, su aplicabilidad no se encuentra sujeta a la realización de algún acto posterior ni
requiere de una posterior reglamentación legislativa para, eventualmente, generar una afecta-
ción respecto de los derechos invocados por el actor, toda vez que adquirió plena eficacia en
el mismo momento que entró en vigencia”.
191
El Tribunal Constitucional en la STC Nº 4577-2004-PA/TC descartó una lectura literal del
artículo 200 de la Constitución y, en cambio, sobre la base de una interpretación teleoló-
gica reconoció que nuestro ordenamiento recoge la tesis admisoria moderada: “(…) la
improcedencia del denominado “amparo contra normas”, se encuentra circunscrita a los su-
puestos en los que la norma cuya inconstitucionalidad se acusa sea hetero aplicativa, es decir,
aquella cuya aplicabilidad no es dependiente de su sola vigencia (…) Distinto es el caso de
las denominadas normas autoaplicativas, es decir, aquellas cuya aplicabilidad, una vez que
han entrado en vigencia, resulta inmediata e incondicionada”.
192
STC Nº 06301-2006-PA/TC.
193
Confrontar con STC Nº 02302-2003-PA/TC (fundamento 9): “las normas tributarias son
del tipo autoaplicativas, pues en la medida en que el demandante sea sujeto pasivo del tributo
y se configure en su caso el hecho imponible de la norma, la misma ya le es exigible, es decir,
ya se encuentra obligado al pago sin esperar que la administración desemboque su actuación
administrativa para ejercer la cobranza de la deuda (...)”.
194
Cabe precisar que, si bien el nuevo CPCo ha introducido ciertos cambios con relación al
amparo contra resoluciones judiciales, lo cierto es que las mismas están referidas exclusi-
vamente a su tramitación pues, en base a la modificatoria, la competencia de primera ins-
tancia ya no corresponde al Juzgado, sino a la Sala Superior (Constitucional o Civil) y en
segunda instancia es ahora la Corte Suprema (Sala Constitucional y Social) la que resolverá
la litis (como se aprecia en el artículo 42). Asimismo, conforme al artículo III del Título
Preliminar, si bien los procesos constitucionales se desarrollan con arreglo al principio de
gratuidad en la actuación del demandante, constituye una excepción cuando se trata de
procesos constitucionales iniciados por personas jurídicas con fines de lucro contra reso-
luciones judiciales.
Esto no quiere decir que el amparo contra resoluciones judiciales pueda ser una
vía para cuestionar asuntos reservados para la judicatura ordinaria, pues, como
indica el Tribunal Constitucional en la sentencia citada: “(…) la judicatura cons-
titucional no puede avocarse a conocer cualquier problema o cuestionamiento re-
lacionado con la justificación de decisiones judiciales, en la medida en que «la
competencia de la justicia constitucional está referida a asuntos de relevancia
constitucional» (cfr. Sentencia 00445-2018-PHC/TC). En este sentido, como tantas
veces se ha indicado, los procesos constitucionales no pueden ser utilizados como
una especie de «cuarta instancia» en la que se continúen discutiendo asuntos de
mera legalidad, que ya fueron resueltos por los jueces o juezas de la jurisdicción
ordinaria, a menos de que exista una cuestión constitucional involucrada que sea
de competencia de la judicatura constitucional en los términos precisados an-
tes”.195
Una mejor aproximación sobre los aspectos que pueden ser discutidos me-
diante el amparo contra resoluciones judiciales es desarrollada en la STC Nº
01704-2021-PA/TC, en donde se señala que existen asuntos y materias que no
pueden ser abordadas por los Jueces constitucionales por cuanto son de com-
petencia exclusiva de la jurisdicción ordinaria (como lo es la demanda conten-
cioso administrativa), por lo que es necesario “un análisis de manifiesto agravio
a la tutela procesal efectiva”.
(i) Por una parte, vicios del proceso o de procedimiento, frente a supuestos de
afectación de derechos que conformen la tutela procesal efectiva (como su-
cede con el acceso a la justicia y a los recursos impugnatorios), así como
por defectos de trámite que inciden en los derechos del debido proceso (co-
mo sucede con los problemas de notificación o contabilización de plazos).
195
STC Nº 03389-2021-PA/TC.
Finalmente cabe mencionar que el artículo 9 del CPCo citado, exige para que
proceda la demanda contra resoluciones judiciales, que estás tengan la calidad
de firmes, es decir, exige el agotamiento de la vía judicial, esto es, que el accio-
nante haya hecho uso de los recursos impugnatorios legalmente a su alcance.
TEMA X:
OTROS TEMAS A TRATAR VINCULADOS CON LA
DISMINUCIÓN DE LA LITIGIOSIDAD Y LA INDEFENSIÓN
EN LAS CONTROVERSIAS TRIBUTARIAS
Asimismo, siendo que hoy en día los avances tecnológicos inciden en los pro-
cedimientos y procesos tributarios, esta Relatoría ha desarrollado dicho tema
tratando de responder las siguientes interrogantes: ¿Cómo salvaguardar los de-
rechos de los administrados ante la tramitación a través de sistemas electróni-
cos de los procedimientos tributarios, por ejemplo, en el caso de las notificacio-
nes vía sistemas electrónicos, la presentación de medios probatorios, entre
otros?; ¿Qué ventajas y desventajas surgen de la tramitación de un expediente
virtual ya sea de fiscalización, contencioso o no contencioso y judicial?; y,
¿Cómo pueden aprovecharse las herramientas tecnológicas para mejorar el sis-
tema de administración de justicia?
196
El artículo 157 del Código Tributario establece lo siguiente:
mérito ejecutivo de las que han sido desfavorables a los contribuyentes, con lo
cual, aquellos que vean desestimada su apelación ante el colegiado administra-
tivo, se encontrarán obligados al pago actualizado de la deuda tributaria impu-
tada por la Administración.
“La resolución del Tribunal Fiscal agota la vía administrativa. Dicha resolución podrá im-
pugnarse mediante el Proceso Contencioso Administrativo, el cual se regirá por las normas
contenidas en el presente Código y, supletoriamente, por la Ley Nº 27584, Ley que regula el
Proceso Contencioso Administrativo.
La demanda podrá ser presentada por el deudor tributario ante la autoridad judicial compe-
tente, dentro del término de tres (3) meses computados a partir del día siguiente de efectuada
la notificación de la resolución debiendo contener peticiones concretas.
La presentación de la demanda no interrumpe la ejecución de los actos o resoluciones de la
Administración Tributaria.
(…)”.
En el mismo sentido, el artículo 24 de la LPCA establece que “La admisión de la demanda
no impide la vigencia ni la ejecución del acto administrativo, salvo que el Juez mediante una
medida cautelar o la ley, dispongan lo contrario”.
197
PRIORI, Giovanni. Comentarios a la Ley de Proceso Contencioso Administrativo. Op. Cit.,
Pág. 241.
El artículo 159 del Código Tributario ha dejado establecido que cuando el con-
tribuyente solicite una medida cautelar que tenga por objeto suspender o dejar
sin efecto cualquier actuación del Tribunal Fiscal o de la Administración Tribu-
taria, deberá presentar una contracautela de naturaleza personal o real, siendo
que, en ningún caso, se podrá aceptar la caución juratoria.198
198
“Artículo 159.- MEDIDAS CAUTELARES EN PROCESOS JUDICIALES
Cuando el administrado, en cualquier tipo de proceso judicial, solicite una medida cautelar
que tenga por objeto suspender o dejar sin efecto cualquier actuación del Tribunal Fiscal o de
la Administración Tributaria, incluso aquéllas dictadas dentro del procedimiento de cobranza
coactiva, y/o limitar cualquiera de sus facultades previstas en el presente Código y en otras
leyes, serán de aplicación las siguientes reglas:
1. Para la concesión de la medida cautelar es necesario que el administrado presente una
contracautela de naturaleza personal o real. En ningún caso, el Juez podrá aceptar como
contracautela la caución juratoria.
2. Si se ofrece contracautela de naturaleza personal, esta deberá consistir en una carta
fianza bancaria o financiera, con una vigencia de doce (12) meses prorrogables, cuyo
importe sea el sesenta por ciento (60%) del monto por el cual se concede la medida cau-
telar actualizado a la fecha de notificación con la solicitud cautelar. La carta fianza
deberá ser renovada antes de los diez (10) días hábiles precedentes a su vencimiento,
considerándose para tal efecto el monto actualizado hasta la fecha de la renovación.
En caso de que no se renueve la carta fianza en el plazo antes indicado el Juez procederá
a su ejecución inmediata, bajo responsabilidad.
3. Si se ofrece contracautela real, esta deberá ser de primer rango y cubrir el sesenta por
ciento (60%) del monto por el cual se concede la medida cautelar actualizado a la fecha
de notificación con la solicitud cautelar.
(…)
Excepcionalmente, cuando se impugnen judicialmente deudas tributarias cuyo monto total no
supere las quince (15) Unidades Impositivas Tributarias (UIT), al solicitar la concesión de
una medida cautelar, el administrado podrá ofrecer como contracautela la caución juratoria.
(…)”.
199
“Artículo 38.- Requisitos
La medida cautelar se dictará en la forma que fuera solicitada o en cualquier otra forma que
se considere adecuada para lograr la eficacia de la decisión definitiva, siempre que de los
fundamentos expuestos por el demandante:
1. Se considere verosímil el derecho invocado. Para tal efecto, se deberá ponderar la propor-
cionalidad entre la eventual afectación que causaría al interés público o a terceros la medida
cautelar y, el perjuicio que causa al recurrente la eficacia inmediata de la actuación impug-
nable.
2. Se considere necesaria la emisión de una decisión preventiva por constituir peligro la de-
mora del proceso, o por cualquier otra razón justificable. No es exigible este requisito cuando
se trate de pretensiones relacionadas con el contenido esencial del derecho a la pensión.
3. Se estime que resulte adecuada para garantizar la eficacia de la pretensión.
Para la ejecución de la medida cautelar el demandante deberá ofrecer contracautela aten-
diendo a la naturaleza de la pretensión que se quiere asegurar.
Tratándose de pretensiones contra actuaciones administrativas con contenido pecuniario, el
Juez podrá requerir de una contracautela distinta a la caución juratoria.
Si la resolución final no reconoce el derecho reclamado por el demandante, a pedido de la
parte interesada se procede conforme a las reglas establecidas en el Código Procesal Civil para
la ejecución de la contracautela”.
mas poseen un sustento jurídico que las hace discutibles. Es decir, no es exigi-
ble un juicio de certeza, toda vez que éste sólo se formulará al momento de
emitir sentencia en el proceso principal.
200
Mediante el párrafo cuarto del artículo 613 del Código Procesal Civil, aplicable supletoria-
mente al proceso contencioso administrativo, se establece que “La contracautela de natu-
raleza real se constituye con el mérito de la resolución judicial que la admite y recae sobre
bienes de propiedad de quien la ofrece; el juez remite el oficio respectivo para su inscripción
en el registro correspondiente”.
201
MONROY GÁLVEZ, Juan. Temas de Derecho Procesal Civil. Editorial Studium Lima, 1987.
202
PRIORI, Giovanni. La Tutela Cautelar: Su configuración como Derecho Fundamental. Lima:
Ara Editores, 2006. Pág. 61.
203
GARCÍA, Fernando. Tratado de lo contencioso administrativo, Tomo 2. Buenos Aires: 2004,
Hammurabi, Pág. 818.
Ante ello, el mismo autor señala que la caución no puede ser considerada como
un requisito para el otorgamiento de la medida cautelar pues, “la caución, al
tener como propósito asegurar el futuro y potencial reconocimiento de la afectación
ocasionada al demandado por una medida cautelar innecesaria y no la califica-
ción de la específica medida cautelar a ser otorgada, constituye en realidad un
requisito de actuación (de ejecución, en sentido lato) de la medida, mas no de pro-
cedencia”.205
204
MONROY GÁLVEZ, Juan. Bases para la formación de una Teoría Cautelar. Lima: 2002,
Comunidad, Pág. 202.
205
Ibidem. Pág. 203.
206
VARGAS, Sheilah. “Medidas Cautelares en el Proceso Contencioso Administrativo”. En: Es-
tudios Sobre el Derecho Administrativo, Volumen II. Lima: 2022, Derecho y Sociedad, Pág. 590.
Dicho lo anterior, consideramos que, tal y como lo han señalado Juan Monroy
y Sheilah Vargas, la contracautela –por su naturaleza– no debe calificar como
un requisito de procedencia para el otorgamiento de la medida cautelar, toda
vez que, no podemos referirnos a la existencia de un riesgo o peligro que cau-
telar para la Administración si aún no se admite la solicitud de medida cautelar.
Entender lo contrario no sólo implica desnaturalizar la naturaleza de la contra-
cautela, sino también mayores costos para los contribuyentes que deben so-
portar este sobrecosto aun cuando se les niegue su solicitud cautelar.
207
Sobre el tema véase la publicación del Instituto Peruano de Derecho Tributario con motivo
de las IX Jornadas Nacionales de Derecho Tributario, referidas al tema de “Los sujetos pa-
sivos responsables en materia tributaria” realizadas en el 2006; así como del Instituto La-
tinoamericano de Derecho Tributario (ILADT) con motivo de sus VIII Jornadas, celebradas
en 1977 en Lima, Perú; XVII Jornadas, celebradas en 1995 en Cartagena, Colombia; y,
XXVII Jornadas celebras en el 2014 en Lima, Perú; siendo que en todas ellas se abordó el
tema de responsabilidad tributaria.
208
CHAU, Lourdes. “La Responsabilidad Tributaria”. Relatoría por Perú presentada en las
XXVII Jornadas Latinoamericanas de Derecho Tributario, en Lima, Perú, 2014. Destaca la
autora la aplicación de los principios constitucionales en la designación de los terceros
obligados al cumplimiento de la obligación tributaria y, luego de analizar los principios de
legalidad y no confiscatoriedad, señala que la razón fundamental en su designación es la
intención del Estado de lograr que el tributo válidamente creado sea un tributo físicamente
percibido, pero detrás de esto existen diversas razones para designar a un tercero como
garante de la prestación tributaria, como herramienta para reducir los costos del Estado en
la fiscalización y recaudación de los tributos y como responsable por no haber cumplido
con las obligaciones tributarias de su representado.
Recordemos que la responsabilidad solidaria sólo puede surgir por mandato ex-
preso de la ley y en los supuestos que esta señale, toda vez que constituye un
aspecto reservado a ley conforme con lo previsto en el artículo 74 de la Consti-
tución Política del Perú y el inciso a) de la norma IV del Título Preliminar del
Código Tributario; y que, adicionalmente, la obligación legal que se imponga a
un tercero como responsable solidario, debe tener como requisito material la
existencia de un vínculo jurídico o económico con el contribuyente por causa
del tributo, así como la disposición de medios hábiles para el resarcimiento.209
209
Recomendación de las XXVII Jornadas del ILADT.
210
Código Tributario, artículo 17.- RESPONSABLES SOLIDARIOS EN CALIDAD DE ADQUI-
RENTES
“Son responsables solidarios en calidad de adquirentes: (…)
3. Los adquirentes del activo y/o pasivo de empresas o entes colectivos con o sin personali-
dad jurídica. En los casos de reorganización de sociedades o empresas a que se refieren
las normas sobre la materia, surgirá responsabilidad solidaria cuando se adquiere el ac-
tivo y/o el pasivo.
La responsabilidad cesará:
a) Tratándose de herederos y demás adquirentes a título universal, al vencimiento del plazo
de prescripción.
Se entienden comprendidos dentro del párrafo anterior a quienes adquieran activos y/o
pasivos como consecuencia de la reorganización de sociedades o empresas a que se refie-
ren las normas sobre la materia.
b) Tratándose de los otros adquirentes cesará a los 2 (dos) años de efectuada la transferen-
cia, si fue comunicada a la Administración Tributaria dentro del plazo que señale ésta.
En caso se comunique la transferencia fuera de dicho plazo o no se comunique, cesará
cuando prescriba la deuda tributaria respectiva”.
211
HERNÁNDEZ, Luis. “Los Sujetos Pasivos Responsables en Materia Tributaria - Relatoría
General”. En: IX Jornadas Nacionales de Derecho Tributario. Lima: 2006, IPDT, Pág. 28.
212
CÓRDOVA, Alex. “Alcances de la responsabilidad tributaria de los adquirientes de activos
y/o pasivos de empresas”. En: IX Jornadas Nacionales de Derecho Tributario. Lima: 2006,
IPDT, Pág. 51.
213
La Administración Tributaria se ha pronunciado mediante el Informe Nº 097-2019-
SUNAT/7T0000, al señalar que “La responsabilidad solidaria del adquirente, a que se refiere
la conclusión 2 del Informe Nº 085-2019-SUNAT/7T0000, se genera por la adquisición de un
negocio en su totalidad, así como por la adquisición de activos o pasivos que reduzcan la
capacidad del transferente para asumir el pago de sus obligaciones tributarias, al implicar
una afectación significativa en su potencial generación de beneficios económicos futuros,
como sería el caso de las transferencias de unidades de producción, de líneas de negocio o de
bienes que permitan la operatividad de un negocio”.
214
Así, mediante la Resolución del Tribunal Fiscal Nº 02641-4-2021, el órgano colegiado ha
señalado que: “(…) cuando el numeral 3 del artículo 17 del Código Tributario se refiere al
activo y/o pasivo de empresas o entes colectivos con o sin personalidad jurídica, debe enten-
derse que se trata de: (a) recursos que tienen el potencial de generar beneficios económicos
futuros derivados ya sea de su explotación productiva o de convertibilidad en efectivo de su
capacidad de reducir los costos de producción, esto es bienes que permitan la operatividad de
un negocio; y/u (b) obligaciones o deudas presentes vinculadas a activos del negocio”. Dicho
criterio también se encuentra contenido en las Resoluciones del Tribunal Fiscal Nºs 07593-
9-2018, 05357-3-2017, entre otras.
215
Dentro de tales criterios, NÚÑEZ, Fernando Y MATOS, Dante señalan los siguientes: (i) la
disminución significativa y evidente de los ingresos del transferente en los ejercicios pos-
teriores a la enajenación, (ii) la disminución relevante de los activos y/o pasivos en los
estados financieros (por ejemplo, más de dos tercios), (iii) ausencia de personal y directivos
o despido previo de tales, (iv) vinculación económica entre el transferente y adquirente,
(v) conocimiento de la deuda del enajenante a través de auditorías internas del adquirente,
(vi) no ha adquirido o renovado bienes en prolongado tiempo, (vii) que luego de una trans-
En sentido similar, Lourdes Chau señala que por una defectuosa técnica legisla-
tiva no se ha consignado en forma expresa que la responsabilidad tenga como
límite el valor de los bienes recibidos y no por ello debería interpretarse que la
responsabilidad sobrepase dicho valor; lo que se sustenta en una interpretación
lógica de la norma, dado que la razón por la que se atribuye responsabilidad es
evitar que el crédito tributario esté desprotegido por el desprendimiento de los
activos que pudiera hacer el contribuyente. Agrega, que interpretar lo contrario
implicaría atentar contra los principios de equidad y proporcionalidad, limitando
el derecho de propiedad en forma arbitraria y, además, se infringiría el principio
de igualad debido a que en los demás supuestos de responsabilidad si se con-
templa un límite.217
ferencia, los recursos obtenidos por el transferente no sean reinvertidos y sean más bien
sacados del flujo de caja, (viii) que la empresa transferencia inicie una liquidación, (ix) entre
otros.
216
FERNANDO NÚÑEZ Y DANTE MATOS, resaltan que el término “adquisición”, a su en-
tender, debería entenderse por la oportunidad en que ocurre la transferencia de propiedad,
cuestión que no necesariamente se encontrará vinculado a la fecha de celebración del con-
trato, ya que dependerá del tipo de bien y del pacto entre las partes (para lo cual explicitan
algunos casos referenciales, en su ponencia), debido a que es posible condicionar el efecto
traslativo de la propiedad.
217
CHAU, Lourdes. Op. Cit., Pág. 466.
Sin embargo, la SUNAT tiene una posición contraria en cuanto al límite cuanti-
tativo, pues, mediante el Informe Nº 085-2019-SUNAT/7T0000 ha señalado
que la responsabilidad solidaria de los adquirentes del activo y/o pasivo de las
empresas o entes colectivo con o sin personalidad jurídica “no está limitada al
valor de los bienes adquirido; por ende, la responsabilidad comprende la deuda
tributaria que hubiere generado el transferente hasta la fecha de la transferencia”.
Respecto de los límites temporales, en la segunda parte del numeral 3 del ar-
tículo 17 del Código Tributario, se dispone que la responsabilidad cesará, tra-
tándose de adquirentes distintos a los herederos y demás a título oneroso, “a
los 2 (dos) años de efectuada la transferencia, si fue comunicada a la Administra-
ción Tributaria dentro del plazo que señale ésta. En caso se comunique la transfe-
rencia fuera de dicho plazo o no se comunique, cesará cuando prescriba la deuda
tributaria respectiva”.
señalan que aún hay vacíos y dudas sobre su aplicación, pues si bien dicha
norma ha establecido un plazo de dos años para que cese la responsabilidad
solidaria, la SUNAT hasta la fecha no ha emitido regulación alguna, ni siquiera
ha señalado cuándo se debe comunicar dentro del referido plazo de dos años.
Dicha omisión por parte de SUNAT no puede perjudicar a los contribuyentes,
por lo que se debería considerar como válida la comunicación que se efectué en
cualquier momento luego de la transferencia y, de esta manera, precisan dichos
Ponentes, se consolidaría la protección de los derechos del responsable.
Lo propio ocurre con relación a las interrogantes que surgen respecto de quién
debe efectuar dicha comunicación. Según los citados Ponentes, podría ser el
adquirente, transferente o incluso un tercero (entre estos, las Notarías e incluso
los Registros Públicos), pues el artículo 17 del Código Tributario no establece
ninguna restricción y la SUNAT tampoco lo ha regulado, ni opinado en contrario
(Informe Nº 084-20018-SUNAT/7T0000).
En efecto, de acuerdo con la citada norma, podría darse el caso de que se confi-
guren causales de suspensión por plazos amplios (por ejemplo 5 o más años)
debido a la extensión del procedimiento contencioso administrativo tributario
que se encuentra afrontando el contribuyente, luego de lo cual, con la finaliza-
ción del mismo, la Administración Tributaria inicie el cobro de su acreencia y
ante la imposibilidad del pago por parte del contribuyente, decida imputar res-
ponsabilidad solidaria a terceros ajenos.
Por otro lado, el artículo 48 del Código Tributario señala que la prescripción
puede alegarse en cualquier estado del procedimiento administrativo o proceso
judicial. Además, precisa que, si se solicita que se declare la prescripción en un
procedimiento no contencioso, no puede oponerse esta en un procedimiento
contencioso tributario en forma paralela, y viceversa.
De acuerdo con ello, en caso un sujeto considere que podría imputársele res-
ponsabilidad solidaria respecto de una deuda tributaria prescrita, este no podría
alegar la prescripción sino hasta que le sea notificada la resolución de atribución
de responsabilidad respectiva tiempo del cual ya el procedimiento contencioso
seguido por el contribuyente pudiese haber concluido.
Nos surge la siguiente interrogante ¿En nuestro Código Tributario, qué meca-
nismos se le brinda al responsable solidario para garantizar su derecho de de-
fensa frente a la exigencia de que cumpla con el pago de la obligación tributaria
de cargo del contribuyente?
218
Según Oficio Nº 2277-2022-EF/13.01, el Ministerio de Economía y Finanzas remite al Se-
cretario del Consejo de Ministros el proyecto de Ley que modifica el Código Tributario,
aprobado en la sesión del Consejo de Ministros del día 28.09.2022. Dentro de las modifi-
caciones propuestas, cabe citar la siguiente: “Artículo 20-A. EFECTOS DE LA RESPONSABI-
LIDAD SOLIDARIA. (…) Para que surta efectos la responsabilidad solidaria, la administra-
ción tributaria debe notificar al responsable la resolución de determinación de atribución de
responsabilidad en donde se señale la causal de la responsabilidad y el monto de la deuda
Del artículo del mencionado Código se puede advertir que el responsable tribu-
tario no solo lo es a nivel del pago de la deuda sino también a nivel de la deter-
minación tributaria. Así, por ejemplo, en el caso de un responsable en su cali-
dad de representante de una persona jurídica, el propio Código en el artículo 16
señala que su responsabilidad surge por acción u omisión en el cumplimiento
de las obligaciones tributarias, es decir, porque su conducta fue decisiva en la
incorrecta determinación de la obligación tributaria. De esta situación da cuenta
el Tribunal Fiscal en la Resolución Nº 02962-5-2005. Asimismo, cuando el Tri-
bunal Fiscal ha analizado el caso de la responsabilidad solidaria de los represen-
tantes legales, ha examinado su participación en la determinación de la deuda
tributaria, por ejemplo, en la RTF Nº 00232-3-2010.
219
CHAU, Lourdes. Op. Cit., Pág. 477.
220
Ibidem, Pág. 478 y ss.
trol que prevé cuando se ejerce tal actividad está diseñado solo para los Jueces
y además, de esa manera se mantiene el principio de división de poderes y pre-
serva el sistema de control dual de jurisdicción constitucional reservado para el
Poder Judicial y/o el Tribunal Constitucional, conforme a los artículos 138 y 201
de la Constitución.
Sobre la base de este último fallo, los órganos administrativos, entre ellos la
SUNAT y el Tribunal Fiscal, se consideran incompetentes para efectuar un con-
trol constitucional de la ley en los casos sometidos a evaluación.
Considera el Ponente que si bien por definición, las normas legales deben y tie-
nen que aplicarse en la medida que gozan de una presunción de validez que
legitima su necesario carácter coercitivo y obligatorio, deben rechazarse si con-
travienen lo establecido en la Constitución, ya que la presunción de legalidad es
una “juris tantum” que debe ceder ante la manifiesta inconstitucionalidad de la
norma tributaria.
Del examen realizado por el Ponente no podemos sino coincidir en que la situa-
ción actual coloca al contribuyente en una situación de indefensión e incre-
menta los niveles de litigiosidad en el país, por lo que algunas de las medidas
que propone como el hecho que se implemente una cuestión prejudicial (nu-
meral 1.6 de la lista de propuestas) podrían ser incorporadas en nuestro sistema
legal.
Cabe recordar que el 30 de enero de 2002 se publicó la Ley Nº 27658, Ley Marco
de Modernización de la Gestión del Estado, mediante la cual se declaró al Estado
peruano en proceso de modernización en sus diferentes instancias, dependen-
cias, entidades, organizaciones y procedimientos, con la finalidad de mejorar la
gestión pública y construir un Estado democrático, descentralizado y al servicio
del ciudadano
221
NACER, Alejandra y CONCHA, Gastón “El gobierno electrónico en la gestión pública”.
Publicación realizada por Naciones Unidas. Santiago de Chile. 2011, Pág. 16.
222
“Artículo 30.- Procedimiento Administrativo Electrónico
30.1 Sin perjuicio del uso de medios físicos tradicionales, el procedimiento administrativo po-
drá realizarse total o parcialmente a través de tecnologías y medios electrónicos, debiendo
constar en un expediente, escrito electrónico, que contenga los documentos presentados por
los administrados, por terceros y por otras entidades, así como aquellos documentos remitidos
al administrado.
30.2 El procedimiento administrativo electrónico deberá respetar todos los principios, dere-
chos y garantías del debido procedimiento previstos en la presente Ley, sin que se afecte el
derecho de defensa ni la igualdad de las partes, debiendo prever las medidas pertinentes
cuando el administrado no tenga acceso a medios electrónicos.
30.3 Los actos administrativos realizados a través del medio electrónico, poseen la misma
validez y eficacia jurídica que los actos realizados por medios físicos tradicionales. Las firmas
digitales y documentos generados y procesados a través de tecnologías y medios electrónicos,
siguiendo los procedimientos definidos por la autoridad administrativa, tendrán la misma
validez legal que los documentos manuscritos”.
223
LOPEZ, Gerardo. “La digitalización de la controversia tributaria”. 20 Simposium de Tributa-
ción Minero-Energética, Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, Lima: 2021, Perú.
del Código Tributario y los datos personales que pueda encontrarse contenidos
en los referidos expedientes.
Cabe resaltar que el SIEV, aún no se encuentra habilitado para los recursos de
apelación; culminando el expediente electrónico virtual con la notificación de la
resolución de intendencia, lo que constituye un estancamiento porque al pasar
a dicha etapa se debe convertir todo a medios físicos.
(i) Contar con número de RUC y Clave SOL a la fecha de presentación del es-
crito de reclamación electrónico; e,
(ii) Impugnar uno o más actos reclamables que no versen sobre solicitudes de
devolución o resoluciones emitidas en procedimientos de fiscalización con-
tenidos en expedientes en soporte de papel.
Siendo ello así, aquellos administrados que no cuentan con número de RUC ni
clave SOL y que desean interponer un recurso de reclamación deberán presentar
su escrito ante las dependencias de SUNAT o, en su defecto, ante Mesa de Par-
tes Virtual, siendo que, la tramitación de su expediente se realizará de forma
documentaria –soporte físico–.
De esta manera, los contribuyentes que pueden hacer uso del SIEV o de la MPV
tienen un mayor rango de horarios para la presentación de sus escritos y/o so-
licitudes.
224
Resolución de Superintendencia que regula la notificación de actos administrativos por
medios electrónicos.
Otro aspecto importante que diferencia a la MPV del SIEV gira en torno a los
administrados que pueden hacer uso de esta plataforma virtual.
El Tribunal Fiscal no cuenta con una plataforma tecnológica como el SIEV o con
una mesa de partes virtual en los términos que ha implementado SUNAT. Al
contrario, el expediente de apelación sigue encontrándose en soporte de papel.
De ahí la necesidad de SUNAT de imprimir el expediente electrónico para ele-
varlo al órgano colegiado.
Nótese que los documentos que se envíen a través del correo institucional del
Tribunal Fiscal no deben de exceder el peso máximo de 25 MB y encontrarse en
formato PDF. En caso el administrado cuente con documentos que excedan el
peso máximo admitido, deberá presentar tal información en las dependencias
físicas del órgano colegiado.
Para contar con el referido buzón electrónico, el Tribunal Fiscal pone a disposi-
ción de los administrados formularios de afiliación al sistema de notificación
electrónica, los cuales una vez completados permiten al órgano colegiado otor-
gar a los usuarios solicitantes un código y clave de acceso, así como la activación
del buzón asignado.
Hoy, los contribuyentes que presentan quejas, recursos o solicitudes por tribu-
tos administrados por SUNAT, por el Servicio de Administración Tributaria -
SAT de Lima, municipalidades distritales de la provincia de Lima, municipalida-
des provinciales del país y otras administraciones no municipales (OSINERG-
MIN, OSIPTEL, etc.), así como las propias administraciones tributarias, están
obligadas a afiliarse al sistema de notificación electrónica del Tribunal Fiscal.
Si bien la notificación electrónica tiene sus propios problemas, lo que hay que
reconocer es que es una forma rápida y de menor costo para efectuar las notifi-
caciones, inclusive se evitan los problemas que podían presentarse cuando se
usaba el medio de notificación físico, como la negativa a la recepción, entre
otros. Lamentablemente, debido a que en el interior del país no todos los con-
tribuyentes tienen acceso a internet, el sistema no ha sido implementado en
todas las administraciones tributarias.
El principal problema del uso de las videoconferencias responde a las fallas téc-
nicas o de conexión, que conllevan a que se suspenda o reprograme la diligencia,
ya sea ésta de oficio o a pedido de parte. Otro inconveniente radica en la posi-
bilidad de grabar las actuaciones del Tribunal y de los administrados, pues no
existe una forma de garantizar el resguardo de la reserva tributaria. Asimismo,
solo se permite la participación de un número reducido de personas.
Esta fricción generada no cuenta una vía especial que regule la solución de las
controversias; encontrándose los contribuyentes obligados a interponer recur-
sos impugnatorios o quejas contra los actos que atentan sus derechos funda-
mentales. Así, es posible identificar en la jurisprudencia conflictos vinculados
a: (i) la notificación electrónica; (ii) error en la conexión a internet; y, (iii) la
presentación de documentación sustentatoria; los que ponen en evidencia la
relevancia de salvaguardar los derechos de los administrados.
Todo acto emitido por la SUNAT hoy es susceptible de ser notificado por esta
vía. La notificación de dichos actos administrativos vía Buzón SOL surte efectos
al día hábil siguiente a la fecha de depósito, de conformidad con el inciso b) del
artículo 104 y el artículo 106 del Código Tributario.225 De ahí, la importancia de
que los contribuyentes revisen periódicamente su portal web.
225
A razón de la modificación introducida por el artículo 3 del Decreto Legislativo Nº 1523,
desde el 1 de marzo de 2023, las notificaciones que se realicen por buzón electrónico
surtirán efectos en la fecha de depósito del mensaje de datos o documentos.
De esta manera, de haberse notificado vía Buzón SOL las resoluciones de inten-
dencia, las resoluciones de cobranza coactiva u otros actos administrativos;
cuando el contribuyente puso a disposición de la Administración su dirección
de domicilio fiscal para las respectivas notificaciones; como ocurrió en el caso
que analizó, resulta un claro ejemplo, según el Tribunal Constitucional, de una
vulneración del derecho de defensa del contribuyente.
226
Las posiciones descritas se pueden evidenciar en las RTF Nºs 02011-Q-2019 y 01037-Q-
2020; donde los recurrentes afirmaron que la Administración no les notificó debidamente
las resoluciones de determinación y resoluciones de multa (estas fueron notificadas vía
Buzón SOL); situación que generó la no impugnación dentro del plazo estimado contra
dichos valores; procediendo la autoridad tributaria a iniciar un procedimiento de cobranza
coactivo y medidas de embargo.
El problema que se origina con ello es que una notificación electrónica puede
ocurrir en cualquier momento del día. Inclusive, existe el Acuerdo de Sala Plena
Nº 2017-4 del Tribunal Fiscal que señala que “La notificación de los actos admi-
nistrativos emitidos por el Tribunal Fiscal debe efectuarse conforme con la regula-
ción establecida por el Código Tributario. En caso de efectuarse en día u hora
inhábil, se considerará válidamente realizada si se cumplen los requisitos previstos
por el artículo 104º del citado código y surtirá efecto desde el día hábil siguiente”,
con lo cual validaría –aunque equivocadamente– que una notificación pueda
efectuarse en cualquier momento del día.
vaguardar el derecho del administrado de recurrir ante una eventual falla de co-
nexión de internet durante la presentación de un recurso.
La presentación de los recursos y/o escritos ampliatorios, genera a favor del ad-
ministrado un cargo de recepción; el cual confirma que la Administración Tribu-
taria ha tomado conocimiento de la información presentada.
No obstante, no todos los cargos de recepción que emiten las plataformas vir-
tuales comprenden la información detallada de la información que el contribu-
yente presentó a través de las herramientas tecnológicas; dejando en una situa-
ción de indefensión al contribuyente, quien no podrá verificar si toda la infor-
mación presentada formará parte de su expediente.
Por ejemplo, las normas que regulan la tramitación del expediente de reclama-
ción virtual (SIEV) son claras en señalar que al ingresar el usuario su recurso de
reclamación y/o escritos ampliatorios, el cargo de recepción que reciba el con-
tribuyente en su Buzón SOL contendrá a detalle la lista de documentos presen-
tados por la plataforma SUNAT Operaciones en Línea, así como la hora y fecha
de presentación, entre otros datos relevantes.
Posteriormente, durante los años 2013 y 2014, se dispuso una primera etapa
de digitalización de expedientes físicos, rediseño de la Mesa de partes y obliga-
toriedad en el uso de notificaciones electrónicas; asimismo se instaló el registro
biométrico y se inició el diseño de jurisprudencia nacional sistematizada de ac-
ceso web. Esta implementación fue complementada en los años 2015 y 2016,
potenciándose el uso de Notificaciones Electrónicas (SINOE).227
227
Poder Judicial del Perú. Expediente Judicial Electrónico. 2021, Págs. 15-16.
228
A estos avances se suman los convenios realizados entre el Gobierno del Perú y el Banco
Mundial para modernizar y darle celeridad a los servicios de justicia en el país, con una
inversión total de US$ 158.13 millones, que será financiado con los US$85 millones otor-
gados por el Banco Mundial, y la diferencia será cubierta mediante una contrapartida na-
cional. Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) El Gobierno del Perú y el Banco Mundial
suscribieron convenio para modernizar y darle celeridad a los servicios de justicia en el
país. <https://www.mef.gob.pe/en/?option=com_content&language=en-GB&Itemid=
101108&view=article&catid=0&id=6231&lang=en-GB>.
229
PODER JUDICIAL DEL PERÚ. Expediente Judicial Electrónico. 2021, Pág. 24.
230
Ibidem.
Herramienta que permite la revisión integral de los actuados del proceso, pu-
diendo proceder con la descarga total o parcial del expediente. Así, nueva-
mente, nos dispensamos de la necesidad de recurrir al despacho jurisdiccional
que custodie el expediente.
Herramienta que no es propia del Poder Judicial, pero que fue tomada en consi-
deración para otorgar seguridad sobre el contenido de los actuados y los inter-
vinientes en su elaboración. Como hemos referido, su utilización ha quedado
flexibilizada a raíz de la pandemia, pero su utilización es de fácil acceso en la
medida que todos los ciudadanos que cuenten con un Documento Nacional de
Identidad Electrónico (DNIe) ya poseen firma digital, al tener un certificado de
firma digital que puede utilizar para garantizar la veracidad de la información.
Esta Relatoría resalta el trabajo realizado por el Poder Judicial a lo largo de estos
años, en tanto se está consolidando una auténtica e idónea plataforma digital
que facilita la administración de justicia, cuando menos en lo que respecta a la
materia tributaria que nos compete.
231
LAMA, Héctor (15 de diciembre de 2022) “El impacto del Expediente Judicial Electrónico
(EJE) en el Perú: Avances, logros y retos”. [Exposición del Doctor Héctor Lama] III Congreso
Internacional Expediente Judicial Electrónico del Poder Judicial del Perú. Comisión de Tra-
bajo del Expediente Judicial Electrónico (EJE) - Poder Judicial.
232
STC Nº 00097-2008-Q/TC del 18/07/2008.
233
MONROY GÁLVEZ, Juan. Introducción al proceso civil. Tomo I. Santa Fe de Bogotá: 1996.
Temis - De Belaunde & Monroy, Pág. 94.
ciales electrónicos).234
De hecho, en los últimos años, más países vienen dando importancia a la im-
plementación de la inteligencia artificial (IA) y la robótica, para el desarrollo de
sus actividades.
Asimismo, la práctica legal se ve cada vez más integrada con dichas herramien-
tas. Como ejemplos se tiene a Ross Intelligence, considerado como “el primer
abogado artificialmente inteligente del mundo” y es una inteligencia artificial
construida sobre la base de la plataforma de computación cognitiva Watson que
a su vez es un sistema de inteligencia artificial capaz de responder a preguntas
formuladas en lenguaje natural desarrollado por la empresa IBM. Ross propor-
ciona a los operadores respuestas a las preguntas jurídicas formuladas, luego de
procesar más de mil millones de texto por segundo. Otro ejemplo es Donotpay,
programa creado por Josue Browder, estudiante de Stanford que genera impug-
234
Expediente Judicial Electrónico, Comisión de trabajo del EJE (2021, Abril-Junio) Importan-
tes avances del EJE en su ejecución al primer semestre del 2021 [Boletín Informativo Nº 6].
235
Informe de recomendación del Consejo de la OCDE sobre buenas prácticas estadísticas del
año 2005.
Además, indica algunas líneas de acción238 que pueden seguir las Administra-
ciones Tributarias respecto al uso de datos:
236
Información extraída del artículo titulado “La inteligencia artificial y la resolución de con-
troversias tributarias” preparado por Eder Jayler Fuentes Illa y publicado en el Libro Digital
elaborado por la Defensoría del Contribuyente: Derecho Tributario y Aduanero: aspectos
relevantes en los procedimientos y en la era digital. Págs. 204-205. Lima, noviembre 2021.
237
BANCO DE DESARROLLO DE AMÉRICA LATINA. “El uso de la inteligencia artificial para
optimizar los ingresos tributarios”. 2022, Pág. 80.
238
BANCO DE DESARROLLO DE AMÉRICA LATINA. Op. Cit. Págs. 86-87.
Teniendo en cuenta ello, a pesar de que los sistemas de la SUNAT y del Tribunal
Fiscal son diferentes, debería existir interoperabilidad entre ellos y que los ad-
ministrados puedan acceder a la información de sus expedientes en una sola
plataforma, con lo cual el acceso a la información se agilizaría.
239
CORDELLA C. Y CONTINIO F. (2020). “Tecnologías digitales para mejorar los sistemas de
justicia. Un conjunto de herramientas para la acción”. Banco Interamericano de Desarrollo,
Pág. 12.
240
ESTÉVEZ, E. (2020). “Prometea - Transformando la Administración de Justicia con herra-
mientas de Inteligencia Artificial”. Banco Interamericano de Desarrollo.
241
FUENTES ILLA, Eder Javier. Op. Cit., Págs. 211-212.
242
A comparación de las soluciones que ofrecen países vecinos como Chile con el Servicio de
la Biblioteca del Congreso Nacional.
243
Biblioteca del Congreso Nacional de Chile BCN: <https://www.bcn.cl/leychile/>.
244
Criterio establecido en la Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente
Nº 00047-2004-AI/TC. La Quinta Disposición Complementaria Final de la LPCA: “Las
disposiciones de la presente Ley sólo será, modificadas por ley expresa”.
245
“Se tramita como proceso urgente únicamente a las siguientes pretensiones:
1. El Cese de cualquier actuación material que no se sustente en acto administrativo.
2. El cumplimiento por la administración de una determinada actuación a la que se encuen-
tre obligada por mandato de la ley o en virtud de acto administrativo firme.
3. Las relativas a materia previsional en cuanto se refieran al contenido esencial del derecho
a la pensión”.
Sea entonces esta, la oportunidad para invocar a las Salas Superiores para que
reexaminen la exigencia del “doble y conforme” como requisito de procedencia
para los recursos de casación interpuestos en procesos contenciosos adminis-
trativos de carácter ordinarios, y para solicitar a la Corte Suprema que considere
las razones expuestas para no exigir, tratándose de los procesos contenciosos
administrativos, el requisito antes mencionado.
CONCLUSIONES
Bloque Temático I - Análisis de medios convencionales y alternativos de
solución de conflictos o de reducción de litigios
2. Las causales que según el Código Tributario dan mérito a la suspensión del
procedimiento de cobranza coactiva tienen como factor común, la falta de
certeza en cuanto a la existencia de la deuda objeto de la cobranza. En el
caso de las solicitudes de prescripción y compensación, se trata de proce-
dimientos que implican un desacuerdo del contribuyente con relación a la
existencia (en el caso de la compensación) y a la exigibilidad (en el caso de
la prescripción) de la deuda puesta en cobranza, a pesar de lo cual, la nor-
mativa no las considera como causal de suspensión, lo que viene generando
situaciones de indefensión en los contribuyentes.
5. La queja tributaria ante el Tribunal Fiscal regulada por el artículo 155 del
Código Tributario es un remedio procesal que no tiene por objeto cuestio-
nar aspectos sustantivos de un acto administrativo sino solo los procedi-
mentales, es decir, busca que se subsanen los defectos en un procedimiento
y evita que los mismos puedan generar vicios de nulidad en los posteriores
actos administrativos. Una interpretación que no atienda a esta naturaleza,
origina que no sea un mecanismo para disminuir la conflictividad tributaria.
10. La inclusión del Acuerdo Conclusivo sería de gran utilidad porque permitiría
resolver de manera anticipada los conflictos que surgen en los procedimien-
tos de fiscalización, haciéndolos más efectivos, breves y menos costosos.
A su vez, el Estado podría recaudar sin las dilaciones que conlleva un pro-
cedimiento contencioso.
12. Toda vez que el Código Tributario contempla una preclusión probatoria,
con mayor razón, sobre la base de la verdad material y del principio de im-
pulso de oficio que irradia los procedimientos tributarios y en particular el
contencioso, el órgano llamado a resolver debe actuar de oficio los medios
probatorios que resultan relevantes en la resolución del caso.
14. La deficiente regulación en materia tributaria sobre la nulidad del acto ad-
ministrativo viene generando criterios disímiles entre el Tribunal Fiscal y el
Poder Judicial, contribuyendo al incremento de la litigiosidad y afectando la
seguridad jurídica.
17. Bajo el vigente artículo 108 del Código Tributario, la realización de una de-
terminación complementaria solo debe obedecer a actos dolosos del con-
tribuyente que no fueron de conocimiento de la Administración Tributaria
al momento de emitir la primera Resolución de Determinación.
19. La nulidad de una RTF declarada en sede judicial extiende sus efectos a los
demás actos que se encuentran vinculados al vicio de nulidad. Sin embargo,
el ordenamiento legal no define con claridad quién es la entidad competente
para declarar tales efectos.
24. La regulación actual del artículo 170 del Código Tributario no es suficiente
ni idónea para dar protección al administrado, por cuanto:
25. Desde una interpretación lógica, debe admitirse que la dualidad de criterio
puede ocurrir cuando se fiscaliza y determina la obligación tributaria, se
resuelve un recurso de reclamación o una solicitud no contenciosa, se ab-
suelve una consulta o a través de documentos, comunicados, cartillas de
instrucciones y similares que expresan un criterio.
26. Cuando el Tribunal Fiscal falla a favor del contribuyente, pero el Poder Judicial
revoca esta decisión, es clara la existencia de una duda razonable y así de-
bería ser reconocido para efectos de la inaplicación de intereses y sanciones.
27. El alcance de la aplicación del plazo razonable abarca a todos los procedi-
mientos y procesos en los que el contribuyente se encuentre, sea en etapa
administrativa o judicial.
28. El plazo razonable es una manifestación del derecho al debido proceso re-
conocido en la Constitución, por lo tanto, los contribuyentes no pueden
verse perjudicados con cualquier tipo de consecuencia y/o efecto que se
origine por una vulneración al mismo.
30 No “causa estado”, la RTF que no resuelve el fondo del asunto, pues aún
no se ha visto afectada –de manera definitiva– la esfera jurídica del contri-
buyente.
35. Los Jueces en lo contencioso están facultados para ejercer de oficio la plena
jurisdicción, siempre que sea en tutela de los derechos e intereses de los
administrados y resulte compatible con la controversia planteada en el pro-
ceso.
38. Según el artículo 127 del Código Tributario, el reparo queda definido por el
fundamento legal que lo sustenta, lo que sin embargo permite que el órgano
resolutor pueda complementar el desarrollo argumentativo para sustentar
39. La facultad de reexamen a que se refiere el artículo 127 del Código Tributario
solo pertenece al órgano que resuelva el recurso de reclamación.
40. El artículo 127 del Código Tributario en concordancia con el artículo 258 de
la LPAG que prohíbe que una sanción discutida se incremente con ocasión
de una impugnación, contiene una prohibición de una reforma peyorativa
en materia de sanciones, ya que impide que el órgano resolutor de la recla-
mación imponga una sanción distinta a la originalmente formulada en el
procedimiento de fiscalización.
41. El proceso de amparo califica como una vía subsidiaria o residual y sólo
procederá en caso de afectación directa de los derechos fundamentales.
RECOMENDACIONES
Bloque Temático I - Análisis de medios convencionales y alternativos de
solución de conflictos o de reducción de litigios
2. Teniendo en cuenta que entre las causales que regula el Código Tributario
para la suspensión del procedimiento de cobranza coactiva no se encuentra
la presentación de solicitudes de compensación y prescripción, los órganos
resolutores deberían dar prioridad a la resolución de los procedimientos de
compensación y prescripción, así como a las respectivas impugnaciones
vinculadas a estos temas.
7. Como mecanismo para reducir la carga procesal en sede judicial, debe in-
corporarse en nuestra legislación procesal el desistimiento obligatorio del
proceso judicial en caso desaparezca el interés para obrar de la Administra-
ción Tributaria, como ocurre cuando ésta emite una opinión institucional
contraria a la pretensión invocada en el proceso.
10. Se debe revisar la regulación del acceso a las consultas particulares sobre el
sentido y alcance en que deben interpretarse y aplicarse las normas tribu-
tarias, a fin de hacer más accesible su ejercicio.
13. Toda vez que la regulación en materia tributaria sobre la nulidad del acto
administrativo es imprecisa, por ejemplo, debería consignarse expresa-
16. Es recomendable que se revisen los requisitos que el artículo 170 del Código
Tributario exige para la aplicación de la duda razonable o dualidad de crite-
rio.
18. Por seguridad jurídica debería regularse expresamente que ante fallos con-
tradictorios del Tribunal Fiscal y del Poder Judicial, corresponderá inaplicar
intereses y sanciones.
21. En aquellos casos en que el exceso de plazo para resolver un recurso admi-
nistrativo ocurrió con anterioridad a la actual regulación del artículo 33 del
Código Tributario, el Tribunal Fiscal debería reconocer la no aplicación de
intereses, cuando dicho exceso no resultó imputable al contribuyente; con-
forme con la naturaleza indemnizatoria de los referidos intereses y en ob-
servancia del principio de igualdad.
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2005 Manual del Código Tributario. Tomo II. Lima: Editorial Economía y Finanzas.
1999 La determinación como acto jurídico. En: Cuadernos Tributarios, número
23. Lima.
1
Abogado por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas - UPC. Asociado del Despacho
Tributario en Rodrigo, Elías & Medrano Abogados.
1. INTRODUCCIÓN
2
En la referida Sentencia del Tribunal Constitucional se aprecia las siguientes consideraciones:
“A través de la Resolución 15, de 9 de setiembre de 2015, el citado juzgado declaró fundada
la demanda, pues, a su juicio, se ha vulnerado el derecho a ser juzgado en plazo razonable,
dado que la administración tributaria demoró en exceso en resolver las impugnaciones de la
actora, pese a contar con plazos extensos para ello, no siendo válido responsabilizar de ello
a la administrada, pues ella ejerció su derecho de defensa oportunamente, sin que la alta
carga procesal de la administración sea un argumento válido para perjudicar a la actora con
Ahora, entiéndase como parte de este ámbito tributario no sólo a las situacio-
nes que pueden emergen entre un contribuyente y una administración tributaria
interna, sino también en las relaciones que pueden conjurarse en la interacción
de dos (2) administraciones tributarias distintas, cuyos Estados tienen potesta-
des tributarias repartidas en virtud de un Convenio para Evitar la Doble Imposi-
ción (tratado internacional). También debe considerarse la particular situación
de los inversionistas privados (extranjeros o internos) y un Estado receptor de
la inversión, introducidos en un marco de garantías que precisamente buscan
establecer un clima propicio para las inversiones (a través de herramientas como
un Convenio de Estabilidad Jurídica o un Tratados de Inversión Bilateral).
Ahora bien, para propósitos didácticos de este trabajo y sin ser en absoluto
un procedimiento tan extenso” (…) “55. Asimismo, la excesiva carga procesal de la adminis-
tración tributaria como un factor que ocasionaría la demora en resolver, no puede ser invo-
cada sin más como motivo justificante del retardo en la absolución de un recurso administra-
tivo, máxime si se tiene en cuenta que en el caso de los procedimientos contencioso tributarios
la demora en la resolución de los medios impugnatorios se encuentra directamente vinculada
al cobro de intereses moratorios, cuyo pago deberá ser asumido a fin de cuentas por los con-
tribuyentes”.
3
PARK, William W. “Arbitrability and Tax”. En: Arbitrability: International and comparative
Perspectives 179. L. Mistelis & S. Brekoulakis. Boston Univ. School of Law, Public Law Re-
search Paper Nº 17-32. 2008.
Cabe señalar que, en el particular caso del derecho peruano, podemos subdividir
la tercera dimensión o ámbito del arbitraje –como método para solución de con-
flictos con contenido tributario– en dos: (a) la primera faceta vinculada en con-
creto con la resolución de conflictos entre un particular inversor extranjero y el
Estado receptor de la inversión; y, (b) la situación específica de los Convenios
de Estabilidad Jurídica suscrita por inversores ciertamente domiciliados en el
Perú. En efecto, en la legislación peruana se establece la posibilidad de suscribir
Contratos Ley o Contratos de Estabilidad donde los particulares y el Estado so-
meten las discusiones derivadas de dichos convenios a un tribunal arbitral. En
este tipo de contratos pueden surgir controversias relacionadas, por ejemplo,
en si los alcances del Convenio de Estabilidad abarcan o no a una referida adap-
tación/modificación en las reglas de aplicación del tributo estabilizado, convir-
tiéndose también en una vía donde el arbitraje resuelve controversias con con-
tenido tributario.
En el presente trabajo nos referiremos a las dos últimas dimensiones del arbi-
traje en materia tributaria.
Desde nuestro punto de vista, los Convenios para Evitar la Doble Imposición son
herramientas que buscan distribuir la potestad tributaria entre dos Estados. Im-
plican reglas jurídico-tributarias que deberán ser respetadas por las administra-
ciones para evitar que, entre otros supuestos, los actores de uno u otro estado
firmante sean afectados doblemente por una misma carga fiscal.
Nótese que los Convenios para Evitar la Doble Imposición no tienen como
propósito o finalidad crear, generar o imponer una carga impositiva nueva
en los contribuyentes (no crean tributos). Una de las facetas o finalidades
de estos convenios es evitar una doble imposición por una misma opera-
ción; sin embargo, como es usual en el ámbito tributario, y jurídico en ge-
neral, la aplicación de las disposiciones normativas puede (correcta o inco-
rrectamente) estar sujeta a diversas interpretaciones (y métodos de inter-
pretación). Además, la práctica de la hermenéutica-jurídica es una tarea
que puede, en ciertos casos, llevar a distintas conclusiones a las partes ac-
toras (punto aparte es considerar si dichas interpretaciones pueden ser con-
sideradas como legales o válidas). En el contexto de la relación tributaria
no es difícil suponer de casos u operaciones donde puedan surgir interpre-
taciones disímiles entre los contribuyentes y/o las Administraciones Tribu-
tarias sobre el sentido de las disposiciones contenidas en los Convenios
para Evitar la Doble Imposición.
cedimiento de mutuo acuerdo: (…) Para decidir ‘si, y bajo qué condiciones,
los intereses pueden ser tratados como dividendos bajo las reglas de infra ca-
pitalización en el país del deudor, y otorgar un alivio por la doble tributación
en el país de residencia del acreedor de la misma manera que para los divi-
dendos”.4
4
ROHATGI, Roy. Principios Básicos de Tributación Internacional. Primera Edición. Editorial
Legis. 2008. Págs. 323-325.
5
Ibidem.
6
GARCÍA PRATS, Francisco Alfredo. “Los Precios de Transferencia: Su tratamiento tributa-
rio desde una perspectiva europea”. En: Documentos - Instituto de Estudios Fiscales. 2005.
Págs. 51-55.
Antes del inicio del siglo XXI, el arbitraje, como mecanismo de solución de
este tipo de controversias, no tenía la consideración o mención que tiene
en la actualidad. Esto fluye de los antecedentes históricos que mencionaba
Vogel en el año 1997, donde no estaba incluido en el Modelo OCDE, y más
bien estaba incluido como una mera referencia junto con otros mecanismos
de resolución heterocompositivos, como el establecimiento de un comité,
una corte internacional de tributación o el arbitraje: “According to the EC
Agreement if a mutual agreement procedure is not completed within two years,
an advisory committee is established. This committee is obliged to deliver an
opinion within six months. Within six months following the release of the
opinion of the advisory committee, the competent authorities participating in
7
MALAMIS Spyridon E. y CAI Qiang. “International Tax Dispute Resolution in Light of Pillar
One: New Challenges and Opportunities”. IBFD. Bulletin for International Taxation. 2021.
Ver: <https://www.ibfd.org/sites/default/files/2021-09/OECD_International%20-%20
International%20Tax%20Dispute%20Resolution%20in%20Light%20of%20Pillar%20On
e%20New%20Challenges%20and%20Opportunities%20-%20IBFD.pdf>.
8
VOGEL, Klaus. On Double Taxation Conventions. Third Edition. Kluwer Law International.
1997. Pág. 1348.
9
Traducción libre: “De acuerdo con el Acuerdo EC si el procedimiento de mutuo acuerdo no es
completado dentro de los dos años, un comité consultivo es establecido. Este comité se en-
cuentra obligado a emitir una opinión dentro de los seis meses. Dentro de los seis meses si-
guientes a la emisión de dicha opinión del comité consultivo, las autoridades competentes
participantes en el procedimiento inicial deben arribar a un acuerdo mutuo en cuanto a la
decisión de como eliminar la doble tributación. Esta decisión puede diferir de las conclusiones
arribadas por el comité consultivo. Otra propuesta en el desarrollo del procedimiento de mu-
tuo acuerdo fue efectuado por la Cámara Internacional de Comercio. La resolución enfatizó
los derechos procedimentales de los contribuyentes y propuso el establecimiento en el largo
plazo de una corte internacional tributaria. En general sobre el arbitraje para las posibilidades
y propuestas de solución de controversias internacionales”.
El plan BEPS (Base Erosion and Profit Shifting) tiene como objetivo eliminar
esquemas abusivos, traslado de beneficios entre multinacionales, evitar
La Acción 15 del Plan BEPS tiene uno de los propósitos más ambiciosos en
materia de tributación fiscal internacional: crear o desarrollar un instru-
mento multilateral que modifique-complemente a los Convenios para Evitar
la Doble Imposición, suscritos de forma bilateral, para guardar sintonía o
impulsar la implementación del plan BEPS. Mosquera10 describe: “In 2013,
the Organization for Economic Cooperation and Development (OECD) with
the political mandate of the G20 introduced the Base Erosion and Profit
Shifting (BEPS) Project to prevent profit shifting by multinationals.2 Later, in
2015, the OECD presented 15 Actions to tackle BEPS including a proposal to
introduce a multilateral convention (MLI) to enable countries to streamline the
implementation of the BEPS treaty measures (Action 15). The content of these
15 Actions was decided by the BEPS 44 group (G20, OECD, and OECD acces-
sion (at that time countries)”.11
10
MOSQUERA VALDERRAMA, Irma. “BEPS principal purpose test and customary interna-
tional law”. Leiden Journal of International Law. 2020. Pág. 745.
11
Traducción libre: “En el año 2013, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Eco-
nómicos (OCDE), con el mandato político del G20, introdujo el proyecto Base Erosion and
Profit Shifting (BEPS) (en español Erosión de la base imponible y traslado de beneficios) con la
finalidad de evitar el traslado de beneficios entre empresas multinacionales. Luego, en el año
2015, la OCDE presentó 15 Acciones con la finalidad de combatir BEPS incluyendo una pro-
puesta para introducir una convención multilateral (MLI) que permita a los países agilizar la
implementación de las medidas BEPS (Acción 15). El contenido de dichas 15 Acciones fueron
decididas por el grupo BEPS 44 (G20, OCDE y adhesiones a la OCDE”.
Si bien el MLI aun no entra en vigor para el caso de Perú, y cuando desplie-
gue efectos se deberá realizar un análisis completo sobre las consecuencias
derivadas de ello, es importante hacer referencia a las consideraciones que
se tiene en este instrumento sobre el arbitraje. En efecto, la Parte VI del
MLI comprende o desarrolla de forma bastante detallada al arbitraje como
un mecanismo de solución de controversia cuando se consigue una abso-
lución a través del respectivo MAP. Estas disposiciones implican (claro
siempre sujetas a su adscripción, reservas u observaciones que pudiera ha-
cer cada jurisdicción firmante): la obligatoriedad del arbitraje, el mecanismo
de designación de árbitros, la confidencialidad del arbitraje, la resolución del
caso antes de la finalización del arbitraje, el tipo de procedimiento arbitral
y los costes del arbitraje.
No obstante ello, a partir del año 2010, la red de convenios suscritos por el
12
CIAT: <https://www.ciat.org/ciatblog-analyzing-mandatory-binding-arbitration-and-the
-map/?lang=en>.
13
Traducción libre: “En el corazón de la Acción 15 de BEPS se encuentra el Instrumento Multi-
lateral (MLI), una herramienta destinada a aliviar la carga de tener que renegociar indivi-
dualmente los tratados fiscales, logrando la implementación de las recomendaciones de BEPS
en los tratados existentes, colectivamente y en un período de tiempo más corto”.
Cuando MLI entre en vigor para el Perú (y siempre que exista una adhesión
a dicha parte o no exista una reserva u oposición específica sobre este caso)
podrá implicar la inclusión en los Convenios para Evitar la Doble Imposición
suscritos por Perú al arbitraje como instrumento de resolución de conflictos
“obligatorio y vinculante” cuando las autoridades competentes no puedan
ponerse de acuerdo para resolver el respectivo caso. De momento, según
la información publicada por la OCDE, no existe una observación por parte
de Perú (reserva o notificaciones) sobre los artículos contenidos en la VI
Parte del MLI;14 sin embargo, también sería necesaria la adopción expresa
por parte de Perú del apartado referido al arbitraje, tal como menciona el
Centro Interamericano de Administraciones Tributarias: “Features of Manda-
tory Binding Arbitration in Part VI of the MLI (…) the countries choose which
provisions of the MLI they want to adopt, they list the tax treaties to which
they wish them to apply, they sign and then ratify the MLI to give it legal effect.
If their treaty partners also list the same provisions, they are said to match and
thus the countries are notified that their treaty has in fact been modified”, lo
cual según el referido Centro Interamericano aún no habría sucedido.15,16
Ahora bien, a la par que Perú sigue desarrollando sus esfuerzos en incre-
14
Ver: <https://www.oecd.org/tax/treaties/beps-multilateral-instrument-text-translation-
spanish.pdf>.
15
<https://www.ciat.org/ciatblog-analyzing-mandatory-binding-arbitration-and-the-map
/?lang=en>.
16
Traducción libre: “Características del Arbitraje Vinculante Obligatorio en la Parte VI del MLI
(…) Los países eligen qué disposiciones del MLI quieren adoptar, enumeran los tratados fisca-
les a los que desean aplicar, firman y luego ratifican el MLI para darle efecto legal. Si sus
socios del tratado también enumeran las mismas disposiciones, se dice que coinciden y, por
lo tanto, se notifica a los países que su tratado de hecho ha sido modificado”.
17
Ministerio de Economía y Finanzas del Perú. Ver: <https://www.mef.gob.pe/es/?option
=com_content&language=es-ES&Itemid=100905&lang=es-ES&view=article&id=
3969>.
18
Ibidem.
19
MONALDI, Francisco J. The Cyclical Phenomenon of Resource Nationalism in Latin Amer-
ica. Oxford Research Encyclopedias. 2020. Ver: <https://oxfordre.com/politics/view/
10.1093/acrefore/9780190228637.001.0001/acrefore-9780190228637-e-1523>.
20
Ver: <https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/1526154/Gu%C3%ADa%20
Arbitraje%20Internacional%20Inversiones.pdf>.
21
. Ver: <https://www.mef.gob.pe/contenidos/inv_privada/sicreci/r_aprendizaje/Guia_
prevencion_controversias_inversiones.pdf>.
En cuanto a los aspectos tributarios de fondo, cabe señalar que una afecta-
ción o disputa resuelta por arbitraje en el marco de un BIT podría abarcar
tantos aspectos fiscales como el tipo de tributos al que se encuentra afecto
el inversionista respectivo.
22
DOIG, Bruno y MASNJAK, Daniel. “No taxation without investment protection: La potes-
tad tributaria en el arbitraje de inversiones”. En: Revista Themis Nº 76. 2020.
23
DANOS ORDOÑEZ, Jorge. “Los Convenios de Estabilidad Jurídica o también denominados
contratos leyes en el Perú”. En: Revista Ius et Veritas Nº 46. 2013. Pág. 268.
24
Ibidem.
a la materia que puede ser sometida al arbitraje: “es preciso señalar que el ámbito
en cuanto a la materia es limitado, debido a que no podrían ser sometidas a
arbitraje las diferencias surgidas a partir de la interpretación y/o aplicación de las
normas tributarias estabilizadas. Así, sólo podría revisarse en la jurisdicción
arbitral si determinada norma se encuentra o no estabilizada, mas no cómo debe
ser interpretada y/o aplicada dicha norma, correspondiendo en este último caso
que la controversia se ventile en el procedimiento contencioso ordinario”.25 Al res-
pecto, si bien coincidimos con el hecho que un Tribunal Arbitral (en el marco
de las garantías otorgadas por un Convenio de Estabilidad) podría no conside-
rarse competente para evaluar las vías de aplicación de una norma tributaria o
las facultades propias de la Administración Tributaria, consideramos que sí po-
dría ser objeto de revisión la “interpretación” dada respecto del régimen jurídico
estabilizado, en tanto es un elemento que da contenido precisamente al marco
normativo que fue objeto de la garantía otorgada al inversionista. Este tipo de
alcances precisamente fue mencionado por el citado Acuerdo de Sala Plena Nº
2002-13 del Tribunal Fiscal.
Esta decisión (teniendo como antecedente los procesos iniciados por Empresa
de Distribución Eléctrica Lima Norte S.A.A., EDELNOR S.A.A. Luz del Sur S.A.A.
y EDEGEL S.A.A.), al menos en lo que respecta a la vinculación u obligatoriedad
directa del laudo arbitral, fue adoptada de forma unánime por los vocales que
asistieron al voto. Este acuerdo complementa la eficacia del arbitraje como mé-
todo de solución de controversias en los Convenios de Estabilidad Jurídica y
coadyuva a la consecución de su finalidad sobre la promoción de la inversión
privada en el Perú.
25
DELGADO RATTO, Cecilia. “El arbitraje como mecanismo alternativo de resolución de con-
troversias en materia tributaria en el Perú”. Fondo Editorial de la Universidad de Lima. En:
Libro homenaje Facultad de Derecho. 2006. Pág. 120.
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
RESUMEN: De acuerdo con la Ley del proceso contencioso administrativo del Perú,
este proceso es uno de plena jurisdicción, lo que quiere decir que en aquél se debe
realizar un análisis integral del fondo del asunto de la controversia y no una simple
revisión o control de legalidad de lo actuado en la etapa administrativa previa.
Sin embargo, la misma ley pareciera restringir la actividad probatoria a realizarse
durante el proceso a las pruebas que se encuentran en el expediente administrativo,
salvo ciertos supuestos de excepción, lo que no corresponde a la naturaleza de este
proceso. Al respecto, los magistrados peruanos han tenido lecturas diversas de
esta norma, tanto a favor como en contra de aceptar la actuación de pruebas que
no constan en el expediente administrativo, no teniendo, por tanto, en la actuali-
dad, una línea interpretativa uniforme sobre este asunto.
INTRODUCCIÓN
1
Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú, máster en tributación por la Uni-
versidad de Georgetown. Socia de Zuzunaga, Assereto & Zegarra Abogados.
El primero de estos modelos, tiene como objetivo que el juez determine la vali-
dez o nulidad del acto administrativo que es materia de análisis, sin entrar a
examinar la actuación administrativa. Este modelo no tiene como objetivo la
protección de los derechos del administrado, sino que la función del juez se
limita a revisar la legalidad del acto materia de cuestionamiento, debiendo ba-
sarse en las pruebas que fueron actuadas en sede administrativa.
Este modelo luego fue superado. Tal como señala Espinosa-Saldaña,3 “pronto
comienza a considerarse como insuficiente la idea de un contencioso-administra-
tivo como un mero mecanismo de control de la actuación de la Administración,
mecanismo mediante el cual no se busca ni se permite el reconocimiento de situa-
ciones jurídicas individualizadas, sino, únicamente, la anulación (mas no la re-
forma) del acto impugnado”.
En cuanto al segundo modelo, señala Jiménez4 que “el antiguo régimen del pro-
ceso contencioso tenía como objeto la impugnación del acto administrativo, en
tanto que el actual régimen de control jurisdiccional de la actuación administra-
tiva tiene como objeto del proceso las pretensiones de las partes”. En el mismo
sentido, Espinosa-Saldaña5 indica que “en el contencioso-administrativo subje-
tivo o de plena jurisdicción, el análisis jurisdiccional no se circunscribe a determi-
nar si la Administración actuó conforme a Derecho o no, sino si en su quehacer
2
A lo largo del presente trabajo nos referiremos a estas entidades como “Corte Superior” y
“Corte Suprema”.
3
ESPINOSA-SALDAÑA, Eloy. “El Actual Proceso Contencioso-Administrativo Peruano y las
Peligrosas Repercusiones de no Asumir Plenamente un Contencioso de Plena Jurisdicción”.
En: Derecho y Sociedad. Nº 23. Pontificia Universidad Católica del Perú. 2004, Pág. 10.
4
JIMENEZ, Roxana. “Los Principios del Proceso Contencioso Administrativo”. En: Revista
de Derecho Administrativo - Contencioso Administrativo, Nº 11 (2012) Pontificia Universi-
dad Católica del Perú, pág. 23.
5
ESPINOSA-SALDAÑA, Eloy. Op. cit. Pág. 11.
Así, el modelo de plena jurisdicción, a diferencia del primero, tiene como obje-
tivo principal proteger los derechos subjetivos e intereses legítimos del admi-
nistrado frente a las actuaciones de la Administración que pudiesen vulnerarlos.
6
Cabe señalar que esta no es la primera vez que la acción contenciosa administrativa es
recogida en nuestro ordenamiento. En efecto, el artículo 94 de la Ley Nº 1510, Ley Orgá-
nica del Poder Judicial, 1912, establecía que “Corresponde a los jueces de primera instancia
de Lima, conocer, en primera instancia, de los despojos que infiera el Gobierno y de las de-
mandas que contra él se interpongan sobre derechos que hubiese violado o desconocido ejer-
ciendo funciones administrativas”.
Asimismo, el artículo 12 del Decreto Ley 14605, Ley Orgánica del Poder Judicial de 1963
establecía que “Hay acción ante el Poder Judicial contra todos los actos de la Administración
Pública, departamental y municipal que constituyan despojo, desconocimiento o violación de
los derechos que reconocen la Constitución y las Leyes”.
Posteriormente, la Constitución de 1979 señalaba en su artículo 240 que “las acciones
contencioso-administrativas se interponen contra cualquier acto o resolución de la adminis-
tración que causa estado. La Ley regula su ejercicio. Precisa los casos en que las cortes supe-
riores conocen en primera instancia, y la Corte Suprema en primera y segunda y última ins-
tancia”.
Así también, en el Decreto Legislativo 767, Ley Orgánica del Poder Judicial de 1991 se
estableció reglas procesales específicas para los denominados Procesos Contencioso-Ad-
ministrativos, mientras que en el Nuevo Código Procesal Civil, que entró en vigencia en
1993, Decreto Legislativo 768, se regulaba la “impugnación de acto o resolución adminis-
trativa”, como una modalidad de los procesos abreviados.
Este proceso, según señala Danós,7 “constituye el proceso específico previsto por
la Constitución para la impugnación ante el Poder Judicial de las decisiones de la
Administración Pública a fin de verificar la legitimidad de la actuación de todas
las entidades administrativas. Como sabemos, mediante el Proceso Contencioso
se garantiza una de las conquistas básicas del Estado de Derecho cual es la subor-
dinación de toda la actividad administrativa a la legalidad. En tal virtud, los
afectados por una actuación administrativa violatoria de sus derechos e intereses
están constitucionalmente facultados para demandar ante el Poder Judicial la sa-
tisfacción jurídica de sus pretensiones contra la Administración Pública”.
Sobre el particular, se debe tener en cuenta que la finalidad del proceso conten-
cioso administrativo está prevista en el artículo 1 de la ley, y se encuentra en-
focada al control jurídico por el Poder Judicial de las actuaciones de la Adminis-
tración Pública sujetas al derecho administrativo y la efectiva tutela de los de-
rechos e intereses de los administrados. En efecto, mediante el citado artículo
se establece que: “La acción contencioso administrativa prevista en el artículo
148º de la Constitución Política tiene por finalidad el control jurídico por el Poder
Judicial de las actuaciones de la administración pública sujetas al derecho admi-
nistrativo y la efectiva tutela de los derechos e intereses de los administrados”.8
Al respecto, como señala Jimenez,9 “lo más interesante de este primer artículo,
que encuadra la orientación y fines del Proceso Contencioso Administrativo, es que
no se circunscribe al control jurídico por el Poder Judicial de las actuaciones de la
Administración Pública, sino que hace hincapié en la efectiva tutela de los derechos
e intereses de los administrados”.
7
DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge. “El Proceso Contencioso Administrativo en el Perú”. En: Hechos
de la Justicia, Nº 10, revista electrónica editada por jueces peruanos, citado por JIMENEZ,
Roxana. “Los Principios del Proceso Contencioso Administrativo”. En: Revista de Derecho
Administrativo - Contencioso Administrativo, Nº 11 (2012) Pontificia Universidad Católica
del Perú. Pág. 23.
8
Cabe precisar que el artículo 148 de la Constitución establece que: “Las resoluciones admi-
nistrativas que causan estado son susceptibles de impugnación mediante la acción conten-
cioso-administrativa”.
9
JIMENEZ, Roxana. Loc. cit.
Tal como señala Danós10 refiriéndose a esta ley, “(se) diseña al proceso conten-
cioso-administrativo como un proceso de “plena jurisdicción”, o “de carácter sub-
jetivo”, de modo que los jueces no están restringidos a sólo verificar la validez o
nulidad del acto administrativo, o su posible ineficacia, sin entrar al fondo del
asunto, porque tienen encomendado la protección y la satisfacción a plenitud de
los derechos e intereses de los demandantes afectados por actuaciones administra-
tivas”.
10
DANÓS, Jorge. “El Proceso Contencioso-Administrativo en el Perú”. En: A & C R. de Dir.
Administrativo e Constitucional, Belo Horizonte, año 3, Nº 13, Págs. 167-219, jul./set.
2003, Pág. 207.
11
DÍEZ SÁNCHEZ, Juan José. “Comentarios en torno a la Ley del Proceso Contencioso-Ad-
ministrativo del Perú”. En: Revista de Administración Pública. Nº 165. Setiembre - diciem-
bre 2004, Pág. 329.
12
Tal como aparece citado en DÍEZ SÁNCHEZ, Ibidem. Pág. 339.
En línea con lo señalado, la tutela jurisdiccional va más allá del acto administra-
tivo, superando el antiguo concepto de revisión de legalidad de dicho acto, para
ingresar a un conocimiento pleno de la controversia, sin estar condicionado por
los alcances del acto administrativo impugnado.
Esta norma fue muy criticada en su momento, porque se señalaba que respondía
a una visión del proceso contencioso administrativo como uno de mera revisión
del actuar de la Administración y no uno de plena jurisdicción.
13
PRIORI, Giovanni. Comentarios a la Ley del Proceso Contencioso Administrativo (4ta Ed)
Lima: Ara, citado por HUAPAYA Tapia, Ramón. El Proceso Contencioso Administrativo.
Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Pág. 111.
fundamental a la prueba como parte del debido proceso. Esto es, que tanto de-
mandante como demandado ven indebidamente restringido su derecho a presentar
medios probatorios que puedan sustentar mejor su demanda o su defensa, de ser el
caso”.
Asimismo, Díez Sánchez14 sostenía que “una previsión de esta índole —muy di-
ferente a la consignada en el mismo artículo del Proyecto— es la propia de un
proceso objetivo o de revisión, no de un proceso subjetivo o de plena jurisdicción
que pretenda garantizar en su integridad el derecho a la tutela judicial efectiva”.
14
DÍEZ SANCHEZ, Juan José. Op. Cit. Pág. 344.
15
ESPINOZA-SALDAÑA, Eloy. “El proceso contencioso-administrativo: un puntual acerca-
miento a lo previsto en el Perú y España al respecto”. En: Revista de Derecho Administra-
tivo. Nº 1 Pontificia Universidad Católica del Perú. Pág. 442.
16
Informe Defensorial Nº 121 - Propuestas para una reforma de la Justicia Contencioso-
Administrativa desde la perspectiva del acceso a la justicia, junio 2007.
17
Publicado el 28 de junio de 2008.
18
Para efectos del presente trabajo, nos referiremos a esta norma como el artículo 30 de la LCA.
Interpretar de manera contraria bajo comentario, esto es, considerar que se si-
gue limitando la actividad probatoria básicamente a lo que ya obra en el expe-
diente administrativo, sería propio de un modelo de contencioso administrativo
19
DANÓS, Jorge. El Proceso Contencioso Administrativo en el Perú. Op. Cit. Pág. 213.
20
RIVERA, Ricardo. El Estado vigilante. Tecnos; Madrid. 2000. Pág. 216, como fue citado por
DANÓS, Jorge. “El Proceso Contencioso-Administrativo en el Perú”. En: A & C R. de Dir.
Administrativo y Constitucional, Belo Horizonte, año 3, Nº 13, Págs. 167-219, jul./set.
2003, Págs. 213 y 214.
21
SARMIENTO, Jorge. Introducción al Procedimiento y al Proceso Administrativo, en el colec-
tivo: Protección del Administrado. Edic. Ciudad Argentina. Buenos Aires 1996. Pág. 37,
como fue citado por DANÓS, Jorge. “El Proceso Contencioso-Administrativo en el Perú”.
En: A & C R. de Dir. Administrativo y Constitucional, Belo Horizonte, año 3, Nº 13, Págs.
167-219, jul./set. 2003, Pág. 214.
Debemos mencionar que existen casos en los que la Corte Superior se sujeta
estrictamente a la literalidad del artículo 30 de la LCA, y de plano y sin mayor
justificación restringe la actividad probatoria a lo que se encuentra consig-
nado en el expediente administrativo. Ninguno de estos casos está referido
a los supuestos de excepción contenidos en la propia norma.
22
En efecto, la Corte Superior señala: “En tal sentido, cabe indicar que sobre los Medios Proba-
torios Extemporáneos el artículo 141 del TUO del Código Tributario estipula que: (...) De la
revisión al expediente administrativo no obra que el importador haya manifestado que se en-
contraba impedida de tener o conocer la documentación que si presento en la etapa del Pro-
cedimiento Contencioso Tributario, siendo que dicha información correspondía a sus opera-
ciones comerciales entre otras. Es por todo lo expuesto líneas arriba, resulta acorde a ley el
rechazo de la documentación (…)”.
23
En ese caso, la Corte Superior señala que el informe presentado “no tiene como objeto probar
hechos nuevos o hechos ocurridos o conocidos con posterioridad al inicio del proceso, por lo
que el referido medio probatorio no resulta pertinente para dilucidar la presente controversia”.
24
En este caso, la Corte Superior está de acuerdo con el juzgado respecto a que la informa-
En estos casos, parece que la Sala se olvida que estamos ante un proceso de
plena jurisdicción en el cual la Administración se encuentra en capacidad de
presentar argumentos respecto de lo alegado por la otra parte incluyendo
cualquier prueba que presente durante el proceso. Según estos pronuncia-
mientos, pareciera que la Administración solo estaba en capacidad de de-
fenderse en la etapa administrativa, lo cual contradice la naturaleza de este
proceso.
“(...) El Artículo 30º del T.U.O de la Ley Nº 27584 que regula el proceso
contencioso administrativo, establece: (…) El tal efecto, atendiendo la
especial naturaleza del proceso contencioso administrativo a mérito
del cual la judicatura está en facultad de valorar los medios probatorios
que le permitan inferir la verdad material, se advierte que los documen-
tos cuestionados, si bien son posteriores al inicio del proceso, tam-
bién lo es, que tienen vinculación directa con los hechos debatidos,
que en conjunto con los demás documentos presentados en la etapa
administrativa, podrían ayudar a esclarecer la materia controver-
tida, razón por la cual, en atención a la tutela jurisdiccional efec-
Como se puede apreciar, en este caso, la Corte Suprema nota que estamos ante
una prueba que sí pudo haberse presentado en la etapa administrativa y que,
en buena cuenta, no se encuentra frente a un caso de nuevos hechos o que se
trate de hechos que hayan sido conocidos con posterioridad al inicio del pro-
ceso. Sin embargo, justamente atendiendo a la naturaleza del proceso conten-
cioso administrativo y a la tutela jurisdiccional efectiva, acepta merituar la
prueba en aras de llegar a la verdad material.
En efecto, el artículo 386 del Código Procesal Civil26 establece que el recurso de
casación se sustenta en la infracción normativa que incida directamente sobre
26
Según Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo Nº 768, aprobado por Resolución
Ministerial Nº 010-93-JUS.
Siendo esto así, cabe entonces preguntarse si procede la casación cuando los
jueces de instancias inferiores no merituaron la nueva prueba presentada, sea
en etapa administrativa o en la propia instancia judicial, a pesar de no encon-
trarse en alguno de los supuestos de excepción del artículo 30 de la LCA.
27
Auto Calificatorio del Recurso de Casación Nº 80-2017-LIMA
Por otra parte, existen casos en los que la Corte Suprema ha declarado impro-
cedente el recurso de casación en atención a que el demandante no señala cómo
así le perjudica la no valoración de pruebas nuevas.
recurso debido a que, “más allá de invocar una presunta vulneración de su dere-
cho a probar, la recurrente no justifica por qué la valoración del dictamen
pericial que ofreció como medio probatorio habría variado el sentido de lo
resuelto tanto por el Juzgado como por la Sala Superior; esto es, cómo dicho
documento demostraría que su parte no incurrió en las infracciones por las cuales
fue sancionada” (el énfasis es nuestro).
Finalmente, tenemos casos, en los cuales, si bien ninguna de las partes argu-
menta alguna vulneración por la no inclusión de pruebas nuevas en el análisis
de las instancias inferiores, la Corte Suprema sí evalúa, previo a pronunciarse
sobre el asunto, que la Sala Superior haya analizado el caso con los medios pro-
batorios aportados, en estricto, en el expediente administrativo. Tal es el caso
de las Casaciones 19374-2018-LIMA, 20413-2017-LIMA, 18875-2017-LIMA,
18034-2017-LIMA, 25867-2018-LIMA, 29247-2018-LIMA, 34618-2019-LIMA,
32605-2019-LIMA y 025903-2018-LIMA.
Agrega en la Nota 21 de esta Casación que “si bien la prueba en los procesos
contencioso administrativos se restringe a las actuadas en sede administrativa,
(…), nada obsta para que en situaciones específicas y motivadas se valoren medios
de prueba que han sido incorporados por las partes dentro del propio procedi-
miento administrativo, y que permitan al Juez formarse convicción sobre el conte-
nido y alcances de la pretensión planteada”.
28
ALSINA, Hugo. “Alegación de hechos nuevos en el proceso civil”. En: Revista de Derecho
Procesal (9). 1951. Pág. 7-47. (1956), tal como fue citado por CHÁVEZ, Juan Carlos. “Pro-
cedimiento para admitir y actuar pruebas extemporáneas en el proceso laboral peruano”.
En: Revista de Derecho Procesal del Trabajo. Vol. 1 Nº 1, enero - junio 2020, Pág. 79.
7. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
1. Existen dos modelos del contencioso administrativo. Por una parte, el mo-
delo llamado revisor del acto administrativo o de anulación y por otra el
modelo de plena jurisdicción. El primero tiene por objeto determinar la va-
7. En cuanto a qué debe entenderse por nuevos hechos o hechos que hayan
sido conocidos con posterioridad al inicio del proceso, la propia LCA no
desarrolla estos conceptos. Sin embargo, podemos mencionar un caso en
el cual la Corte Superior considera que no se está en tales supuestos,
cuando el administrado presenta en instancia judicial una prueba que se le
requirió en la etapa administrativa alegando que recién encuentra o conoce
tal prueba.
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
DÍEZ SÁNCHEZ, Juan José. “Comentarios en torno a la Ley del Proceso Conten-
cioso-Administrativo del Perú”. En: Revista de Administración Pública. Núm.
165. Setiembre - diciembre 2004.
1
Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Máster en Tributación y Po-
lítica Fiscal por la Universidad de Lima. Docente ordinario de la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Universidad ESAN (Escuela de Pos-
grado). Gerente senior del área de Tax & Legal de KPMG Perú.
Las opiniones expuestas en el presente artículo son a título personal y de exclusiva res-
ponsabilidad del autor.
2
Para propósitos de este estudio, entiéndase por “Administración Tributaria” a la SUNAT.
1. INTRODUCCIÓN
Con ello, si bien de una lectura textual de la redacción del precepto constitucio-
nal, así como del comentario doctrinario arriba señalados, podría inferirse que
el propósito de la referida acción sólo consiste en someter a proceso judicial al
acto administrativo pretendiendo su nulidad, lo que fundamentalmente permite
dicha acción es el restablecimiento de los derechos afectados por la decisión
administrativa en cuestión, ello mediante pretensiones de plena jurisdicción.
En efecto, en relación con dicho tipo de pretensiones, las mismas implican que
el juzgador decida sobre una situación jurídica sustancial normativamente pro-
tegida que haya sido afectada por la Administración Pública mediante uno de
sus actos administrativos, procurándose que con dicho pronunciamiento la ju-
dicatura “reconozca a favor del accionante una pretensión sustantiva” (Parada
2010:634).
3
Artículo 148 de la Constitución Política del Perú: “Las resoluciones administrativas que
causan estado son susceptibles de impugnación mediante la acción contencioso-adminis-
trativa”.
Nótese a este grado de avance que los referidos fines se manifiestan en el mismo
curso de proteger al administrado, preservándolo de excesos por parte de la Ad-
ministración Pública de la cual la SUNAT también forma parte.
En razón a ello, la tutela judicial efectiva, en tanto finalidad del control jurisdic-
cional de la actuación del aparato administrativo, constituye el fundamento para
las pretensiones conocidas como de plena jurisdicción, toda vez que mediante
éstas “no sólo se elimina el acto ilegal, sino también restablece el originario que
favorece al administrado” (2019: 65).
Respecto del papel que juega el Poder judicial como revisor de las decisiones
administrativas, la doctrina local ha expuesto, entre diversas posiciones, la si-
guiente:
4
Sombreado nuestro.
5
La acción de lesividad a que se refiere el autor previamente citado se encuentra también
recogida en el segundo párrafo del artículo 13 del Texto Único Ordenado de la Ley Nº
27584, la cual es distinta de aquella con la cual la Administración Pública puede cuestio-
nar, de manera acotada, los actos emitidos por otros entes administrativos.
Visto ello, y siendo los sujetos procesales directamente relevantes para nuestro
análisis tanto el administrado como la administración pública, y habiendo ade-
más dejado establecido el antecedente de que ambas partes pueden deducir la
nulidad de aquel acto que se caracterice por ser nulo en forma irremediable,
corresponde ahora evaluar en mayor detalle si la legitimación activa con la que
6
Aprobado mediante Decreto Supremo Nº 011-2019-JUS.
ambos cuentan les permite del mismo modo solicitar al juez el ejercicio de la
plena jurisdicción para resolver en su favor una materia controvertida.
Tiene legitimidad para obrar activa quien afirme ser titular de la situa-
ción jurídica sustancial protegida que haya sido o esté siendo vulnerada
por la actuación administrativa impugnable materia del proceso.
Por otro lado, y en mayores detalles respecto de la legitimación activa que co-
rresponde a la Administración Pública, ésta recurre al segundo párrafo del pre-
citado artículo 13 cuando necesita de instancias jurisdiccionales para solicitar
se declare la nulidad de un acto administrativo declarativo de derechos emitida
por ella misma, en caso de haber decaído su facultad de declarar por sí misma
dicha nulidad.
Con referencia a dicho tipo de legitimación, sea por sustitución o por represen-
tación, ésta se presenta cuando la ley de forma expresa atribuye a un sujeto la
7
Sombreado nuestro.
ministrado, por ser el titular del derecho subjetivo afectado (y, por ende, titular
de la situación jurídica sustancial protegida), puede plantear pretensiones de
plena jurisdicción, la Administración Tributaria sólo puede promover procesos
al acto administrativo mismo, esto es, pretender la declaración de su nulidad,
cuando dicho acto se encuentre viciado sin posibilidad alguna de subsanación.
Las pretensiones de nulidad así definidas tendrán como objetivo los actos ad-
ministrativos que adolezcan de nulidad manifiesta e insalvable con arreglo al
artículo 10 de la LPAG, no debiendo aportar el pretensor sólo motivos genéricos
de nulidad, sino que debe precisar expresamente, qué causales de forma y/o de
fondo invoca para sustentar su pedido de nulidad en relación con el acto im-
pugnado (Huapaya 2019: 62). Asimismo, la pretensión de nulidad también
puede plantearse con el propósito de que el órgano jurisdiccional que conoce la
controversia tributaria declare la nulidad, es decir, la privación de efectos de la
resolución emitida por el Tribunal Fiscal, y como consecuencia de ello, le ordene
al colegiado que vuelva a examinar la controversia y a expedir una nueva reso-
lución (Salas 2021: 56).
Respecto de este último tipo de pretensiones, debemos advertir que si para ac-
tuar en el proceso de plena jurisdicción es condición indispensable invocar un
derecho subjetivo lesionado (Dromi 1996: 820), dicho tipo de derecho no lo
tiene la Administración Pública, pues únicamente ésta se encuentra dotada de
potestades para tutelar y satisfacer el interés general (Herreros 2003: 07), mas
no cuenta con derechos subjetivos, pues no puede afirmarse que la administra-
ción sea titular de derechos subjetivos sobre aquello que sólo constituye potes-
tad que le ha sido conferida.
Con ello, queda refrendado que las pretensiones de plena jurisdicción tienen
como propósito tutelar derechos subjetivos (del administrado) no respetados
por actuaciones de la administración pública, pudiendo tales pretensiones im-
plicar tanto una tutela declarativa como de condena, puesto que, en primer lu-
gar, se reconoce o se dispone el restablecimiento de un derecho o interés con-
culcado por la actuación administrativa (efecto declarativo); y, en segundo lugar
se condena a la administración para que adopte todas las medidas o actos ne-
cesarios para el fin de reconocer o restablecer los derechos conculcados (efecto
condenatorio) (Huapaya 2019: 64).
En relación con esta pretensión de plena jurisdicción, autores como Salas señala
que los litigantes con frecuencia plantean en forma incorrecta sus pretensiones
debido a una inadecuada comprensión de la plena jurisdicción, deduciendo sólo
pretensiones de nulidad que no logran el objetivo de resolver el fondo de la con-
troversia y restablecerles su derecho sustantivo conculcado, lo cual perjudica el
propósito del proceso administrativo al definir su curso y conclusión sólo como
proceso revisor. (2021:207-208).
tades o poderes plenos en reabrir la discusión sobre el fondo del litigio ya que
no cuenta con derechos subjetivos a ser restablecidos.
8
Sombreado nuestro.
9
Sombreado nuestro.
Argumentos de la codemandada
10
De fecha 03 de noviembre de 2015.
11
Sombreado y subrayado nuestros.
● La plena jurisdicción ha sido pensada para ser invocada y solicitada por los
administrados, frente a una actuación administrativa violatoria de sus dere-
chos. Es decir, se trata de un ejercicio jurisdiccional corrector y definidor de
la situación jurídica generada por la administración.
● No hay motivo ni razón de carácter jurídico para que la SUNAT pueda rea-
lizar pretensión de plena jurisdicción, ya que se trata de una facultad que
únicamente puede ser invocada y/o peticionada por el administrado en de-
fensa de sus derechos subjetivos, los que no tiene la Administración Tribu-
taria, careciendo entonces la SUNAT de interés para obrar.
En vista de dichas consideraciones, con las cuales nos alineamos según los pá-
rrafos precedentes de la presente ponencia, damos repuesta a la interrogante
que hizo las veces de título de este trabajo, concluyendo que la SUNAT no
puede plantear pretensiones de plena jurisdicción y generar una nueva discusión
del fondo de la controversia que eventualmente le hubiere sido adversa, dado
que ni el artículo 157 del Código Tributario ni los artículos 5 y 13 del Texto
Único Ordenado de la Ley Nº 27584 le otorgan la posibilidad de formular dichas
pretensiones, correspondiendo que el contribuyente deduzca las respectivas ex-
cepciones o apele los respectivos autos admisorios de demanda que acojan pre-
tensiones de plena jurisdicción que la Administración fiscal no puede plantear,
según la sustentación realizada en este estudio.
6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
3. Será positivo que las respectivas instancias judiciales no sólo evalúen la pre-
cisión (y no generalidad) así como la verosimilitud de la nulidad planteada
por la SUNAT, sino también que: i) no incorpore pedidos de plena jurisdic-
ción como pretensiones accesorias o subordinadas a la pretensión principal
de nulidad; y, ii) se evalúe si los actos cuya nulidad la SUNAT solicite se
encuentra o no (en cada caso) comprendidos en algún supuesto de conser-
vación del acto administrativo, según el artículo 14 y normas conexas de la
LPAG.
7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
DE VALDIVIA, Ramiro (2017) “La Tutela Judicial efectiva y las demandas frívo-
las”. Equipo técnico institucional de implementación de la Nueva Ley Procesal
del Trabajo. Lima
HUAPAYA, Ramón
2019 “El Proceso Contencioso Administrativo”. Primera Edición. Pontificia
Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial.
2006 “Tratado del Proceso Contencioso Administrativo”. Lima. Jurista Editores.
MORELLO, Augusto (1994) “El proceso justo: Del garantismo formal a la tutela
efectiva de los derechos” Editorial Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
RUBIO, Marcial (2001) “Para leer la constitución de 1993”. Lima. Primera Edi-
ción. Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial.
SALAS, Percy
2021 “Proceso Contencioso Tributario. Análisis y práctica desde el enfoque de
plena jurisdicción”. Lima. Primera Edición. Gaceta Jurídica.
2012 “Las pretensiones en el proceso contencioso administrativo”. Lima. Revista
Oficial del Poder Judicial Nº 07.
RESUMEN: El presente trabajo, tiene como objetivo realizar un análisis de las de-
ficiencias prácticas que, a lo largo de los años, se vienen repitiendo al momento de
la emisión de precedentes vinculantes –en materia tributaria– por parte del Tribu-
nal Fiscal.
A través del referido análisis, se busca obtener una respuesta razonada, ante la
propuesta normativa de brindar a los administrados, una oportunidad de partici-
pación, en cuanto a la emisión de los referidos precedentes.
1. INTRODUCCIÓN
1
Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, cuenta con estudios de Espe-
cialización Avanzada en Tributación por la Universidad de Lima. Actualmente se desem-
peña como abogado asociado en Damma Legal Advisors. Es presidente de la Comisión de
Derecho Tributario de la Sociedad Peruana de Derecho y Director del Programa de Derecho
Tributario en la Radio jurídica La Decana.
2. DEFINICIÓN DE PRECEDENTE
En otras palabras, el precedente podría ser definido como todo acto anterior con
relevancia jurídica que puede proyectar efectos jurídicos hacia el futuro, condi-
cionando el comportamiento de distintos sujetos –por ejemplo, los ciudadanos,
los tribunales o la Administración– en casos similares.2
2
DÍEZ SASTRE, Silvia. El precedente administrativo: Fundamentos y eficacia vinculante. Ma-
drid: Editorial Marcial Pons. 2008. Pág. 70.
3
“En aquellos casos, el aplicador debió decidir entre una de las varias normas posibles, es decir,
realizó una interpretación decisoria. En ese sentido, podría afirmarse que un precedente es una
interpretación decisoria –en sentido amplio–”. DÁVILA, César. “Análisis del precedente
vinculante en materia tributaria en el Perú”. En: Revista Advocatus. 2021, Pág. 87.
Parada Vázquez,4 señala una clara diferencia entre la noción de precedente ad-
ministrativo y la de prácticas administrativas. Para el citado tratadista, esta úl-
tima “supone una reiteración en la aplicación de un determinado criterio en casos
anteriores”, distinguiéndolo de aquel que puede haber aparecido una sola vez,
en un caso análogo al que estamos estudiando.
Como puede apreciarse, la figura del precedente aparece como una técnica, cuya
tarea principal, se encuentra dirigida a establecer un orden y permitir una cierta
coherencia al momento de la emisión –por parte del ente administrativo encar-
gado en materia tributaria– de jurisprudencia.
4
VÁZQUEZ, Ramón, Derecho Administrativo. Marcial Pons, Madrid, 2020, T. I, Pág. 83.
En línea con lo anterior, Rubio Correa detalla que “(…) la jurisprudencia puede
tener un rol normativo adicional en el Derecho que es el de precedente vinculatorio
para casos futuros en el sentido de que, cuando estamos ante circunstancias
similares a las anteriores ya resueltas, la resolución posterior debe ajustarse a los
términos de lo resuelto anteriormente para dicho caso”.
Citando las palabras del profesor Rubio Correa, podemos indicar que “La
jurisprudencia tiene importancia porque es una Fuente del Derecho que crea conte-
nidos jurídicos para casos futuros análogos. Bien se sabe que no hay dos casos
exactamente iguales, aunque sí pueden tener un parecido sustancial. Cuando esto
ocurre estamos ante la analogía y es cuando la jurisprudencia dictada a casos
similares anteriores adquiere una gran importancia para resolver el nuevo caso,
debido a que será razonable que los jueces resuelvan ahora como resolvieron antes
si lo sustancial es similar. A esto se llama equidad y la administración de justicia
5
Nos referiremos a los actos administrativos, en tanto constituyan declaraciones con efec-
tos jurídicos directos e individuales cuya aparición en el mundo jurídico implique un valor
deseable y, por lo tanto, sanamente repetible para el accionar administrativo.
En base a lo expuesto, podemos colegir que, una de las principales labores del
precedente vinculante como “Institución” consiste en brindar seguridad jurídica
a los administrados a través de la creación/emisión de jurisprudencia “uni-
forme”;7 optimizando así, la posibilidad de que el contribuyente pueda intuir el
pronunciamiento de la Administración Tributaria frente a determinados casos
y/o procedimientos, conllevándolo a tomar la decisión de iniciar o no, un deter-
minado procedimiento.
Esta capacidad de predicción, que puede originarse –por ejemplo– al revisar los
pronunciamientos de la Administración Tributaria frente a casos similares; es lo
que conocemos, como el Principio de Predictibilidad.
6
RUBIO CORREA, Marcial. “Sobre la importancia de la Jurisprudencia en el Derecho”. En:
La jurisprudencia como fuente del Derecho. Parte III: Las Fuentes del Derecho. El Sistema
Jurídico. Introducción al Derecho. Libros y Revistas. VLEX 381798722.
7
Será aquella en la cual las decisiones se pronuncian en un mismo sentido y de manera
reiterada.
8
La Ley Nº 27444, aprobó en el año 2001 La Ley del Procedimiento Administrativo General
y recoge en la Norma IV de su Título Preliminar a los Principios que se aplican al Procedi-
miento Administrativo, dentro de los cuales ubicamos al Principio de Predictibilidad.
9
Dentro de la doctrina constitucional se señala que el Principio del “Stare decisis” tiene su
origen en una locución latina muy antigua cuya traducción sería más o menos lo siguiente:
“mantenerse con las cosas que ya fueron decididas”. Esta figura es utilizada de manera
frecuente en materia jurídica para efectos de referirse a la doctrina, según la cual las sen-
tencias o pronunciamientos dictados por un Tribunal determinan la creación de un prece-
dente, el cual califica como jurisprudencia de observancia obligatoria en el futuro frente a
casos similares, por lo que se determina que el criterio señalado en el pronunciamiento se
aplique posteriormente a éstos.
10
Numeral 6 del artículo 101.- Funcionamiento y Atribuciones del Tribunal Fiscal, del TUO
del Código Tributario.
11
La Sala Plena es la unidad orgánica del Tribunal Fiscal compuesta por todos los/las Vocales.
Puede ser convocada de oficio por el Presidente del Tribunal Fiscal o a pedido del Presidente
de cualquiera de las Salas Especializadas. En el caso que la materia a tratarse estuviera
referida a casos de competencia exclusiva de las Salas Especializadas, en materia tributaria
o aduanera, la Sala Plena podrá ser integrada exclusivamente por los Vocales integrantes
de las Salas en razón a la materia de su competencia, siendo el/la Presidente/a del Tribunal
Fiscal quien la presida y tenga voto dirimente.
12
Ley Nº 30264: Norma que dispone que las resoluciones del Tribunal Fiscal que interpreten
de modo expreso y con carácter general el sentido de normas tributarias, las emitidas en
virtud del artículo 102, las emitidas en virtud a un criterio recurrente de las Salas Especia-
lizadas, así como las emitidas por los Resolutores – Secretarios de Atención de Quejas por
asuntos materia de su competencia, constituirán jurisprudencia de observancia obligatoria
para los órganos de la Administración Tributaria, mientras dicha interpretación no sea mo-
dificada por el mismo Tribunal, por vía reglamentaria o por Ley. En este caso, en la reso-
lución correspondiente el Tribunal señalará que constituye jurisprudencia de observancia
obligatoria y dispondrá la publicación de su texto en el Diario Oficial El Peruano.
13
Conforme lo señalado por José Tirado Barrera en “El precedente administrativo y el cambio
de criterio interpretativo en la Ley Nº 27444, del Procedimiento Administrativo General”:
“(…) el precedente vinculante administrativo podrá ser emitido por todo órgano administra-
tivo que considere estar asumiendo un criterio que deba ser aplicado a todas las situaciones
idénticas”.
14
Conforme lo prevén los artículos 154 y 170 del Código Tributario.
15
Art. 102.- Jerarquía de las Normas: Al resolver el Tribunal Fiscal deberá aplicar la norma de
exista un criterio recurrente de las salas especializadas; (iv) Cuando existan re-
soluciones con fallos contradictorios entre sí, a fin de decidir el criterio que deba
prevalecer en posteriores resoluciones que emita el Tribunal Fiscal; (v) Cuando
se cambie un criterio anterior, sea o no vinculante; y, (vi) Cuando se aclare el
sentido de una norma que por su oscuridad genera una duda razonable en su
interpretación y, por ello, se dispense de la aplicación de intereses y sanciones
respecto de los incumplimientos producidos antes de la aclaración de la norma.
Como puede observarse, las vías antes mencionadas para efectos de proceder
con la emisión de una Resolución de Observancia Obligatoria por parte del Tri-
bunal Fiscal, podrían canalizarse bajo dos supuestos: (i) interpretación de nor-
mas;16 y, (ii) jerarquía de normas.17
mayor jerarquía. En dicho caso, la resolución deberá ser emitida con carácter de jurispru-
dencia de observancia obligatoria, de acuerdo a lo establecido en el artículo 154.
16
La Resolución del Tribunal Fiscal que interpreta de modo expreso y con carácter general
un dispositivo, rige desde la vigencia de la norma interpretada, toda vez que dicho criterio
es de aplicación para todas las actuaciones de la Administración Tributaria producidas
desde la vigencia de la referida Ley.
17
La Resolución del Tribunal Fiscal que resuelve una controversia por jerarquía de normas se
considera aplicable a partir del día siguiente de la publicación de la Resolución del Tribunal
Fiscal en el diario oficial “El Peruano”.
Por último, consideramos que, los esfuerzos del Tribunal Fiscal dirigidos a lograr
un ordenamiento jurídico tributario uniforme –sustentado en precedentes– es
admirable; pero, debido a la abundante carga procesal existente, no termina
siendo suficiente.
El propio Tribunal Fiscal es quien establece los criterios sobres los cuales un
pronunciamiento adquiere la calidad de Observancia Obligatoria. Como sabe-
mos, uno de los supuestos que habilita la emisión de un precedente vinculante,
es el referido a la interpretación precisa del sentido de una ley, cuya finalidad
consiste en buscar una armonía lógica frente a la confrontación de normas y/o
reglas jurídicas; nos referimos –específicamente– al supuesto en el que existen
resoluciones (jurisprudencia emitida por el Tribunal Fiscal), con fallos contradic-
torios entre sí.
La duda razonable a la que nos referimos podrá provenir –entre otros– de una
legislación confusa, incompleta, reglamentada tardíamente, con vacíos norma-
tivos, carente de normas transitorias que resuelvan las controversias que se pu-
dieran suscitar sobre su aplicación en el tiempo e incluso, de un exceso de pro-
ducción normativa cuya sucesión en el tiempo cree desconcierto.
Ahora bien, en línea con lo acotado hasta el momento, cabe formularnos la si-
guiente interrogante: ¿Qué sucede si dicha interpretación necesaria para efectos
de contribuir con el esclarecimiento de una duda razonable, y en consecuencia,
contribuir con el Principio de Predictibilidad y con la Seguridad Jurídica que se
necesita en un año “x”, se da en el año “x + 10”?, esto a consecuencia, de la
interminable carga procedimental que viene acumulando –año tras año– el Tri-
bunal Fiscal.
18
La referida Sentencia estableció como Precedente Vinculante –entre otras– la no proce-
dencia del cobro de intereses moratorios por los pagos a cuenta del Impuesto a la Renta
declarados y pagados oportunamente, conforme a lo previsto en el literal a) del artículo 85
de la Ley del Impuesto a la Renta y el artículo 34 del Código Tributario.
Otro supuesto, bajo el cual –el Tribunal Fiscal– se encuentra facultado para emi-
tir un precedente vinculante que constituya jurisprudencia de observancia obli-
gatoria, es el caso en el que exista un criterio recurrente de las salas especiali-
zadas que conforman el referido Órgano.
19
Publicado en el diario oficial El Peruano el 5 de julio de 2012.
20
Publicado en el diario oficial El Peruano el 23 de octubre de 2012.
taria peruana, dado que, en la actualidad existe una infinidad de criterios recu-
rrentes, que aún se encuentran pendientes de ser publicados en calidad de pre-
cedente vinculante.
(…) en relación con los correos electrónicos, estos pueden ser evaluados
como documentos probatorios en la medida que formen parte de un con-
junto de elementos probatorios, pero de manera individual no constituyen
prueba suficiente de que los servicios se brindaron (…).
Con el criterio antes expuesto, el Tribunal Fiscal indica que, durante un proce-
dimiento de fiscalización, efectuado por la Administración Tributaria, los correos
electrónicos serán merituados –para efectos de probar la ejecución de un servi-
cio– sí y solo sí, estos vienen acompañados de un conjunto de elementos pro-
batorios adicionales.
Como primer punto a observar, debemos señalar que, entre las vías propuestas
y reguladas por la normativa tributaria peruana, para efectos de emitir un pre-
cedente vinculante, ninguna se encuentra dirigida a brindar –cierta– oportuni-
dad de participación a los administrados; considerando la importancia del trato
igualitario que debe ser brindado, tanto a los ciudadanos como a la Administra-
ción Pública.
Entre las vías propuestas y reguladas por la normativa tributaria peruana, para
efectos de emitir un precedente vinculante, ninguna se encuentra dirigida a brin-
dar –cierta– oportunidad de participación a los administrados
Sin duda alguna, los métodos propuestos permitirían –de manera inmediata–
reforzar los fundamentos del precedente vinculante, nos referimos al Principio
de Predictibilidad y Seguridad Jurídica. Asimismo, ayudarían a mantener una
jurisprudencia uniformizada, obteniendo con ello, la atenuación de la conflicti-
vidad entre los órganos de la Administración Tributaria y los contribuyentes.
8. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El resultado del análisis muestra que el Estado Peruano aún tiene que tomar deci-
siones y emitir normas que regulen el PAM para que los contribuyentes tengan ga-
rantizado su derecho a utilizar dicho procedimiento. En efecto, si bien actualmente
el Perú tiene Convenios para Evitar la Doble Imposición vigentes con diversos paí-
ses y en ellos se incluye una cláusula de PAM, existe incertidumbre respecto a cómo
utilizar dicho mecanismo.
1
Consejera en Tributación y Fiscalidad Internacional en el Estudio Miguel Mur Abogados y
Profesora de los cursos de Impuesto a la Renta Empresarial y de Tributación Internacional
en la Maestría en Tributación y Política Fiscal de la Universidad de Lima. Se ha desempe-
ñado como Gerente Senior de PWC y EY. Asimismo, ha sido Directora General de Política
de Ingresos Públicos, Negociadora de Convenios para evitar la Doble Imposición Interna-
cional y Vocal del Tribunal Fiscal. Es Master en Política Tributaria por la Universidad de
Bath (UK) y Visiting Scholar del Programa de Tributación Internacional de la Universidad
de Harvard (EE.UU).
En este contexto, existen recomendaciones que han sido desarrolladas por organis-
mos internacionales, las cuáles el Perú debería seguir, para que así la autoridad
competente (o su representante como lo puede ser la administración tributaria) se
encuentre preparada en el corto plazo para atender las solicitudes de inicio del
PAM considerando la experiencia internacional sobre el tema.
Como hemos podido observar, uno de los problemas principales es como el PAM
va a implementarse en relación con otros procedimientos tributarios que ya tiene
el Sistema Tributario Peruano como lo es la Reclamación.
1. INTRODUCCIÓN
2
Ver <https://www.oecd.org/latin-america/paises/peru/>.
En este sentido, la acción 14 del Plan de Acción BEPS justamente se emitió para
estos efectos y, tiene por principal objetivo mejorar la eficacia del PAM en la
resolución de controversias relacionadas con la aplicación de los Convenios para
Evitar la Doble Imposición Tributaria, incluyendo los temas de ajustes de precios
de transferencia debido a que éstos frecuentemente derivan en temas de doble
imposición.
El Perú cuenta actualmente con ocho Convenios para Evitar la Doble Imposición
Tributaria y todos ellos incluyen una cláusula PAM como una medida de solu-
ción de conflictos,3 la cual sigue el Modelo de la OCDE para la celebración de los
Convenios para evitar la Doble Imposición y el intercambio de información entre
administraciones tributarias (CDI). Dos de ellos, los suscritos con Canadá y
Chile, incluyen una cláusula arbitral en caso las autoridades competentes no
puedan llegar a un acuerdo.
Además se debe tener en cuenta que el Perú en Junio de 2018 se adhirió con
determinadas reservas a la Convención Multilateral para aplicar las medidas re-
lacionadas con los tratados fiscales para prevenir la erosión de las bases impo-
nibles y el traslado de beneficios (Multilateral),4 la cual incluye una revisión de
la cláusula de los CDI sobre el PAM por lo que los CDI suscritos por Perú se irán
actualizando en forma paulatina en la medida que los países suscritores de di-
chos convenios ratifiquen también dicha convención.
No olvidemos que dicho tratado tiene que cumplir con lo dispuesto en el Capí-
tulo II del Título II de la Constitución Política del Perú vigente, el cual establece
3
Actualmente en el Perú se encuentran vigentes los CDI suscritos con Brasil, Canadá, Chile,
Corea, Japón, México, Portugal y Suiza.
4
Ver Resolución Suprema Nº 119-2018-RE.
que los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte del derecho
nacional.
Dicho esto, hay que entender y explicar el origen del PAM y en que consiste
dicho procedimiento para luego identificar los pasos que debe seguir el Perú con
el objetivo de implementar dicho procedimiento para asegurar su utilización por
todos los contribuyentes que se encuentren en una situación de doble imposi-
ción tributaria y sean beneficiarios de un CDI.
5
Los considerandos de esta resolución mencionan como sustento de la designación de
SUNAT como representante autorizado del Ministro (i) el hecho que el Perú tiene ocho
CDI suscritos y en vigor que regulan el mecanismo de resolución de controversias deno-
minado procedimiento de acuerdo mutuo para resolver las controversias relativas a la apli-
cación e interpretación de sus disposiciones entre las autoridades competentes de los Es-
tados Contratantes de los CDI (ii) Asimismo, establece que considerando que la SUNAT
cuenta con la información necesaria y el personal especializado requerido para designar los
procedimientos de acuerdo mutuo, corresponde designar al Superintendente Nacional de
Aduanas y de Administración Tributaria como representante autorizado.
nómica planteó una cláusula con un contenido similar a la cláusula PAM que
contiene actualmente el Modelo OCDE para la celebración de los CDI.
3. Las autoridades competentes de los Es- 3. Las autoridades competentes de las Ju-
tados Contratantes harán lo posible por risdicciones contratantes harán lo posi-
resolver las dificultades o las dudas que ble por resolver de mutuo acuerdo las
plantee la interpretación o aplicación dificultades o dudas que plantee la in-
del Convenio mediante un procedi- terpretación o aplicación del Convenio
miento de acuerdo mutuo. fiscal comprendido.
También podrán consultarse para
eliminar la doble imposición en los
casos no previstos en el Convenio fis-
cal comprendido.
4. Las autoridades competentes de los Es-
tados Contratantes podrán comuni-
carse directamente a fin de llegar a un
acuerdo en el sentido de los párrafos an-
teriores.
5. Si surge una dificultad o duda acerca de
la interpretación o aplicación de este
Convenio, que no pueda ser resuelta por
las autoridades competentes de los Esta-
dos Contratantes, el caso podrá, si las
autoridades competentes lo acuerdan,
ser sometido a arbitraje. El procedi-
miento será acordado entre los Estados
Contratantes por medio de notas que se-
rán intercambiadas a través de los ca-
nales diplomáticos.
6
El Multilateral permite a los Estados que se adhieran a este a formular reservas a la aplica-
ción del PAM tal como lo establece en el punto 5 párrafo a) del artículo 16.
7
U.N. Doc A/CONF.39/27 (1969), 1155 U.N.T.S. 331, entro en vigor el 27 de enero de 1980.
Se debe recordar que según la norma 31, Regla general de interpretación de di-
cha Convención,
Si bien la cláusula no indica cuáles son los conflictos que pueden ser materia de
un PAM, la práctica internacional muestra que no existen requisitos mínimos
sobre los temas que pueden someterse a dicho procedimiento ni establece res-
tricciones o límites por la materialidad del monto de impuestos en discusión.
La primera frase del apartado 1 se aplicará (…) cuando una persona con-
sidere que las medidas adoptadas por una o por ambas Jurisdicciones
contratantes implican o pueden implicar para ella una imposición que no
esté conforme con las disposiciones del Convenio fiscal comprendido, (…)
incluyendo aquellas disposiciones conforme a las que cuando el caso re-
caiga en el ámbito de lo dispuesto en un Convenio fiscal comprendido en
relación a la no discriminación por razón de nacionalidad, el caso pueda
presentarse a la Autoridad competente de la Jurisdicción contratante de
la que sea nacional.
8
Para los efectos de la interpretación de un tratado. el contexto comprenderá, además del
texto, incluidos su preámbulo y anexos:
a) todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido concertado entre todas las partes
con motivo de la celebración del tratado:
b) todo instrumento formulado por una o más partes con motivo de la celebración del
tratado y aceptado por las demás como instrumento referente al tratado;
De acuerdo con las nuevas reglas, los países deben comprometerse a resolver
los casos de PAM dentro de un plazo promedio de 24 meses.
Como se puede observar, se proponen normas para efectos que el PAM sea más
eficaz en el futuro a medida que las autoridades competentes interactúen más
estrechamente y se espera que las reuniones y conferencias relacionadas con el
PAM, que tienen lugar a nivel internacional, amplíen y fortalezcan las relaciones
bilaterales con las autoridades competentes.
El Perú se ha obligado a adoptar este estándar mínimo como lo han hecho otros
países de la región.
El PAM se puede utilizar para resolver una amplia gama de disputas y para ob-
tener una variedad de beneficios para los contribuyentes. Un PAM puede ser
invocado por los contribuyentes para que un país pueda eliminar, por acuerdo
con el otro país, casos de doble imposición derivados de las acciones de la au-
toridad fiscal en el otro país. Entre dichos casos están los siguientes:
a. Precios de Transferencia
El PAM puede ser invocado por un contribuyente con un conflicto de doble re-
sidencia para determinar qué país tiene derecho a imponer un impuesto como
país de residencia de un mismo contribuyente. En tales casos, las autoridades
pueden llegar a un acuerdo, al amparo de un PAM, sobre cual país es donde
reside el contribuyente. Esto con la finalidad de determinar qué país tiene po-
testad tributaria y, de ser ambos (porque uno de ellos es un país que tiene de-
rechos a gravar por ser fuente de una renta), comprometer al país residente a
proporcionar un método de alivio de la doble imposición.
Esto puede suceder cuando un país aplica retenciones en la fuente sobre ciertos
ingresos conforme a su norma interna, pero dicha potestad tributaria no puede
ejercerse o, cuando las tasas de los impuestos exceden los permitidos por el CDI.
e. Otros casos
6. CASUÍSTICA INTERNACIONAL
Un ejemplo internacional que muestra la utilización del PAM por los contribu-
yentes es el caso de Sifto Canada Corporation (Sifto),9 el cual fue resuelto por el
Tribunal Fiscal de Canadá y concluyó que una decisión de un PAM primaba
frente a las determinaciones del Impuesto a la Renta realizadas por la Adminis-
tración Tributaria luego de fiscalizar a la empresa.
Sifto era una empresa que operaba la mina de sal subterránea más grande del
mundo, ubicada en Ontario (Canadá) y en el desarrollo de su negocio vendió el
50% de la sal de roca que producía a otra corporación estadounidense, que era
una empresa vinculada a ella, llamada North American Salt Company (NASC).
Como resultado, Sifto declaró en forma voluntaria los ingresos adicionales por
las ventas de sal de roca a NASC en los años 2002 a 2006. La Administración
Tributaria de Canadá sin iniciar una fiscalización al contribuyente, aceptó el re-
porte de los mayores ingresos. Sin embargo, este ajuste efectuado por Sifto
generó una doble imposición económica en Estados Unidos, para Sifto en Ca-
nadá (debido a que la Administración la fiscalizó posteriormente determinando
un mayor ingreso al rectificado) y para NASC en los Estados Unidos también.
9
Ver case 2017 TCC 37 del 10 de Marzo de 2017 Canadá - Sifto Canada Corp. v. Her Ma-
jesty the Queen, 10 March 2017.
De otro lado, el artículo 26 del Tratado establece un PAM similar al del artículo
25 del Modelo de la OCDE, y este establecía como mecanismo de solución un
arbitraje vinculante obligatorio si las autoridades competentes, habiéndose es-
forzado por llegar a un acuerdo, no logran hacerlo.
de este argumento, también observó que pronto iba a vencer el plazo para
que el contribuyente pudiera invocar un arbitraje vinculante obligatorio y
como resultado sería imposible suspender el PAM hasta que finalizara la
fiscalización. En conclusión, la Autoridad Competente de Estados Unidos
decidió aceptar los ajustes voluntarios de los ingresos de Sifto en Canadá
según el acuerdo mutuo regulado por el artículo 26 del CDI suscrito entre
Canadá y Estados Unidos.
Por esta razón, el Tribunal agregó que en realidad cuando la Autoridad Compe-
tente de Canadá presentó el documento de su posición a Estados Unidos, dicha
autoridad estaba necesariamente adoptando su decisión respecto a los ajustes
en los ingresos del apelante, pues dicha conducta estaba en línea con lo dispues-
to por el párrafo 1 del Artículo IX del CDI. Para el Tribunal la Autoridad Com-
petente de Canadá analizó los ajustes voluntarios del contribuyente y llegó a la
conclusión de que estaba de acuerdo con ellos. Por lo tanto, el párrafo 3) del
artículo IX exigía que Estados Unidos procediera a realizar un ajuste también.
El caso de Sifto descrito en el punto anterior muestra que en Perú aún se tiene
mucho camino que recorrer para poder otorgar las garantías que un PAM puede
ofrecer a los contribuyentes para evitar la doble imposición.
Por un lado, el proceso para iniciar un PAM es complejo. Por otro, la mayoría
de los países no solo han designado las autoridades competentes que se ocupan
de las solicitudes de PAM iniciadas por sus contribuyentes residentes en sus
respectivos países, sino que también han establecido las normas internas para
que la utilización del PAM sea viable y previsible para los contribuyentes.
Sin embargo, esto no debería significar que los contribuyentes deban esperar
para solicitar un PAM al cual tienen derecho por un Tratado como lo es un CDI,
más aún cuando actualmente la Administración Tributaria viene fiscalizando
transacciones transfronterizas que pueden suponer una doble imposición para
ellos.
Lo que debe entenderse en el caso del Perú, como principio básico entonces, es
Para estos efectos, hay diversas aproximaciones que la OCDE recomienda para
que el MAP pueda ser coherente con otros procedimientos previstos en la le-
gislación doméstica como son:
(iii) Priorizar el PAM frente a otros procesos domésticos para lo cual el contri-
buyente deberá desistirse de estos últimos procesos para evitar que exista
contradicciones entre la resolución del PAM y otras acciones legales.
Por otro lado, a pesar de que el número de casos de PAM en otros países, como
es el caso de México y Brasil van en aumento, en Perú sólo se ha reportado uno
desde el 2017 según datos de OCDE.11 Esto se debe principalmente a la falta de
comprensión del proceso PAM y a los obstáculos legales y prácticos que actual-
mente existen.
Entonces, la pregunta es qué debe hacer el Perú en el corto plazo. Para estos
efectos, tanto la OCDE y el CIAT12 han establecido acciones a implementar y
10
<https://www.dian.gov.co/normatividad/Normatividad/Resoluci%C3%B3n%20000085
%20de%2021-08-2020.pdf>.
11
<https://www.ciat.org/ciatblog-procedimientos-de-acuerdo-mutuo-como-mecanismo-
de-resolucion-de-disputas-de-precios-de-transferencia-en-latinoamerica/>.
12
Ibidem.
recomiendan como buenas prácticas que los países al emitir sus normas inter-
nas consideren los siguientes pasos:
2. Una vez revisado el caso, bajo el supuesto de que cumple con los requisitos
para otorgar acceso a PAM, la Autoridad Competente receptora debe soli-
citar información adicional de ser necesario. De no requerirse información
adicional, debe realizarse un proceso de análisis;
3. Una vez analizado el caso, la Autoridad Competente debería poder dar una
solución al caso, es decir, aliviar o eliminar la doble imposición de acuerdo
a lo establecido en el CDI sea de forma unilateral o de lo contrario entrará
en un proceso de análisis con la otra Autoridad Competente;
4. Los elementos del análisis del caso y su resolución deben ser compartidos
y notificados a través de un documento que detalle y explique los argumen-
tos y bases de la posición asumida por la jurisdicción y los argumentos he-
chos por el contribuyente para facilitar la discusión con la otra Autoridad
Competente;
8. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
2. El Estado Peruano debe emitir normas que regulen el PAM para que los
contribuyentes tengan garantizado su derecho a utilizar dicho procedi-
miento. Dichas normas deben tener en cuenta que es un mecanismo pro-
tector de los derechos de los contribuyentes por lo que deben velar que la
resolución de dichos PAM sea en forma independiente a la posición del
contribuyente o de la Administración Tributaria.
3. El ámbito de aplicación del PAM debe ser lo más amplia posible si se quiere
cumplir con el objetivo de resolver conflictos de doble imposición de los
CDI.
4. Es recomendable que las regulaciones del MAP permitan que dicho proce-
dimiento pueda coexistir con otros procedimientos previstos en la legisla-
ción, especialmente cuando la resolución del PAM no es obligatoria para el
Perú en los CDI que ha suscrito hasta el momento.
9. BIBLIOGRAFÍA
VAN DER KLOK, Bert and ELSHOF, T. March/April 2009. “Transfer Pricing and
Mutual Agreement Procedures”. En: International Transfer Pricing Journal, Pág.
129.
*
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Contador Público Titulado por la
misma Universidad. Asociado del Área Tributaria de Miranda & Amado.
**
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Asociado del Área Tributaria de
Miranda & Amado.
ta con dos etapas por las cuales transitan los contribuyentes: Reclamación y Apela-
ción, siendo esta última la instancia definitiva en etapa administrativa.
Así, revisando la legislación comparada es posible apreciar que no todos los países
cuentan con una regulación de doble instancia administrativa tan marcada y que
por el contrario en la mayoría de los casos las etapas existentes son opcionales o
se ponen requisitos para acudir a una u otra. De igual forma, revisando la protec-
ción de los derechos del contribuyente a nivel constitucional, contar con una sola
instancia no afectaría los derechos de este.
Considerando todo ello, evaluar una posible modificación en la regulación del pro-
cedimiento contencioso tributario respecto a las etapas de este debería estar en
agenda del legislador a efectos de seguir mejorando la relación administración/
contribuyente y volviendo más efectiva la resolución de controversias tributarias.
INTRODUCCIÓN
Nuestra Constitución Política en el inciso 23 del artículo 2 señala que toda per-
sona tiene derecho a la “legítima defensa”. De igual forma el artículo 139 de la
Constitución reconoce también como parte de los principios y derechos de la
función jurisdiccional a no ser privado del derecho de defensa en ningún estado
del proceso y el derecho a la pluralidad de instancia.
cial”, pues la garantía que ofrece el Estado constitucional de derecho es que las
reclamaciones de los particulares contra los actos expedidos por los órganos públi-
cos, sean resueltas por un juez independiente, imparcial y competente, sede ésta en
la que, además, se debe posibilitar que lo resuelto en un primer momento pueda ser
ulteriormente revisado, cuando menos, por un órgano judicial superior”.
Nuestro Código Tributario tiene una forma específica de regular los procedi-
mientos y, en particular, los procedimientos contenciosos, tanto así que, si bien
la Ley del Procedimiento Administrativo General, aprobado por la Ley Nº 27444,
se usa de forma supletoria, la mayoría de las normas y reglas de los procedi-
mientos se encuentran claramente establecidas en el Código. Sin embargo,
como toda norma legal, siempre está en constante cambio, análisis y adaptación
a las nuevas realidades y situaciones que se hayan presentado a lo largo de su
aplicación.
Así, el presente artículo busca realizar una revisión de la forma en que actual-
mente se viene regulando el procedimiento contencioso tributario en nuestro
país, en especial en lo que respecta a la aplicación de la doble instancia admi-
nistrativa para poder encontrar si existen oportunidades de mejora o si la forma
en que se encuentran regulados es la mejor. Para ello, se realizará una revisión
del funcionamiento de los procedimientos contenciosos en algunos países de la
región y de algunos datos relevantes respecto a cómo se llevan actualmente los
procedimientos en nuestro país.
rio. Una definición adecuada es la establecida por Carmen del Pilar Robles al
señalar que se trata de “la secuencia de actos donde participan los administrados
y la Administración Pública para la formación del acto administrativo, que habrá
de producir efectos jurídicos individuales sobre los intereses, obligaciones o dere-
chos de los administrados”. (Robles:2018).
Es así como nuestro Código Tributario en su artículo 112 ha regulado todos los
tipos de procedimientos tributarios que se pueden generar como parte de la
relación jurídico-tributaria: (i) Procedimiento de Fiscalización, (ii) Procedimiento
de Cobranza Coactiva, (iii) Procedimiento Contencioso-Tributario; y, (iv) Proce-
dimiento No Contencioso.
Teniendo de precedente la definición del Dr. Zolezzi, veamos cómo regula el pro-
cedimiento Contencioso-Tributario en la actualidad nuestro Código Tributario.
Así, en los artículos mencionados se señala en primer lugar cuáles son las etapas
del procedimiento Contencioso-Tributario, que son únicamente dos: (i) Recla-
mación ante la Administración Tributaria; y, (ii) Apelación ante el Tribunal Fis-
cal. Es decir, en nuestro país contamos con dos instancias administrativas para
poder cuestionar las decisiones de la administración tributaria vinculadas a la
determinación de la obligación tributaria, la aplicación de sanciones u otros te-
mas vinculados al cumplimiento de las obligaciones tributarias. Este esquema
de doble instancia está regulado de esa manera desde nuestro primer Código
Tributario del año 1966.
¿Cuáles son los actos reclamables según nuestro Código Tributario? Principal-
mente los siguientes:
1. Resolución de Determinación.
2. Orden de Pago.
3. Resolución de Multa.
4. Resolución que determina la Pérdida de Fraccionamiento.
En general la apelación procede contra (i) las resoluciones que resuelven los re-
clamos, (ii) resolución ficta que desestima la reclamación, (iii) resoluciones que
resuelven resoluciones no contenciosas (excepto las de devolución), (iv) reso-
luciones de cumplimiento, etc.
Respecto a los temas formales de la apelación, esta debe ser presentada dentro
de los 15 días hábiles siguientes de la notificación de la resolución que resuelve
el reclamo y 30 días hábiles en el caso de resoluciones vinculadas a precios de
En cuanto al plazo con el que cuenta el Tribunal Fiscal para resolver, este será
en general de 12 meses, sin embargo, en el caso de precios de transferencia será
de 18 meses y cuando se trate de resoluciones que resuelvan reclamos sobre
comiso de bienes o internamiento temporal de vehículos será de 20 días hábiles.
Por ejemplo, en el caso del Tribunal Fiscal, el apelante puede solicitar el uso de
la palabra al interponer el recurso y la Administración lo puede solicitar en el
documento mediante el cual eleva el expediente al Tribunal Fiscal. Así, el Tri-
bunal dispone una fecha y hora específica en la cual se exponen ante los vocales
de la sala asignada, los puntos relevantes del caso materia de controversia.
Finalmente, se debe tener en cuenta que contra lo resuelto por el Tribunal Fiscal
no cabe recurso alguno en la vía administrativa. Solo cabe la posibilidad de que
el Tribunal Fiscal de oficio o a solicitud de parte corrija errores materiales o nu-
méricos en sus resoluciones, ampliar su fallo sobre puntos omitidos o aclarar
algún concepto dudoso de la resolución.
Cabe tener en cuenta que el Tribunal Fiscal para poder resolver la apelación,
previamente deberá calificar la impugnación como de puro derecho. De no con-
siderar que califica como de puro derecho, remitirá el recurso al órgano compe-
tente, notificando al contribuyente para que se tenga por interpuesto un recurso
de reclamación.
Para poder analizar las posibles oportunidades de mejora tomaremos como re-
ferencia los países de la región y la forma en que regulan sus procedimientos
contenciosos tributarios, en particular en lo que respecta a la doble instancia.
Así, realizaremos un pequeño resumen de los puntos más relevantes en el caso
de Argentina, Ecuador, Colombia y Chile:
Dicha normativa señala que, contra las resoluciones del fisco que determinen
impuestos, accesorios, sanciones y denegatorias de acciones de repetición, los
contribuyentes pueden presentar: un (i) recurso de reconsideración ante el fisco
el cual es resuelto por un superior; o, (ii) recurso de apelación ante el Tribunal
Fiscal de la Nación. Ambos recursos son optativos y excluyentes. Además,
ambos deben ser presentados dentro de los 15 días de notificados y ocasionan
la no ejecución de la decisión del fisco.
Así, de una revisión del Código Tributario ecuatoriano podemos observar que el
En efecto, según el artículo 140 del Código Tributario de Ecuador, contra las
resoluciones administrativas emitidas por la autoridad tributaria se podrá inter-
poner: (i) un recurso de revisión, el cual será resuelto por la máxima autoridad
administrativa que corresponda al órgano del que emana el acto; (ii) un recurso
de apelación, sólo en caso de procedimientos de ejecución coactiva; y, (iii) una
queja ante el superior jerárquico, en caso de una inacción por parte de la auto-
ridad tributaria.
En ese sentido, el código antes mencionado plantea una doble instancia admi-
nistrativa con la posibilidad de elección por parte del contribuyente de impugnar
el acto administrativo a través de un procedimiento contencioso tributario o ir
directamente a una impugnación en la vía judicial.
Para poder responder esta pregunta, previamente habría que revisar si la doble
instancia es una garantía constitucional en lo que respecta a procedimientos
administrativos.
(...)
A mayor abundamiento, autores como Morón Urbina (2019) han señalado que,
por un lado, en la sede administrativa no es aplicable la regla de la doble instan-
cia y, del otro, el recurso administrativo no es una garantía en favor del admi-
nistrado sino una verdadera carga en su contra y un privilegio de la Administra-
ción Pública.
Siendo ello así, ¿sigue siendo necesario tener como una alternativa transitar por
la etapa de reclamación en los casos de puro derecho? ¿Están los contribuyentes
conscientes y aplican regularmente el trámite de la Apelación de puro derecho
cuando corresponde? ¿Debe seguir existiendo la posibilidad de que la Adminis-
tración vea en una primera instancia de Reclamación todos los temas posibles?
En efecto, tener en la actualidad las dos instancias implica que muchas veces se
impugne en etapa de Reclamación casos que inevitablemente terminarán en el
Tribunal Fiscal, debido a que las posiciones adoptadas por la Administración se
manejan a nivel institucional y no son modificadas al momento de resolver los
De este modo, para propósitos de nuestro análisis resulta relevante señalar que
las deudas que se encontraban en etapa administrativa –cuya cobranza se en-
contraba suspendida– sumaba un total de S/ 31,971 millones durante el año
2021, lo cual equivaldría a un porcentaje aproximado del 25% sobre el total
recaudado por la SUNAT durante el 2021.
Así, partiendo de la premisa que son los PRICOS los que porcentualmente con-
tribuyen en mayor medida a la recaudación tributaria, resulta coherente afirmar
que los S/ 31,971 millones de deuda que se encontraban en etapa administrativa
corresponden mayoritariamente a procedimientos contenciosos tributarios ini-
ciados por estos contribuyentes y que en la mayoría de los casos transitan las
dos etapas señaladas por el Código Tributario.
Con esto es posible señalar nuevamente que muchas veces transitar por la etapa
de reclamación implica una demora innecesaria en la resolución de una contro-
versia tributaria, ya que es muy poco probable que la Administración modifique
su posición respecto al acto administrativo inicialmente emitido.
Ahora, mirando como esto se desarrolla en otros países, es posible concluir que
la regulación tributaria no exige transitar por dos etapas administrativas de ma-
nera necesaria.
Esto nos podría hacer notar que, si bien existe un Tribunal Fiscal especializado
como el nuestro, no se permite acudir a esa vía para supuestos que deben ser
resueltos sin problema por la propia entidad emisora, generando una menor
carga procesal a dicho Tribunal y dejando que sea esa instancia la que resuelva
temas de mayor envergadura.
sobre ellos. En los demás casos resueltos en etapa de revisión, esto se conside-
rará como última etapa administrativa y posterior a ello solo quedará acudir a
instancias judiciales.
Como se puede apreciar, existen diversos motivos y razones para poder reeva-
luar la forma en que actualmente se tiene regulado las etapas del procedimiento
contencioso en nuestro país, siendo necesario tener en cuenta las demoras, es-
pecialización, índice de recaudación, ejemplos de la regulación extranjera, etc.
Así, viendo todo ello, pensar en la posibilidad de modificar la regulación sobre
las etapas del procedimiento contencioso-tributario debería estar en agenda del
legislador a fin de seguir optimizando y mejorando la forma en que se lleva el
procedimiento e intentando solucionar los problemas que se han generado a lo
largo del tiempo. Esto, claro está, debe venir acompañado de una mejora y for-
talecimiento de la actividad del Tribunal Fiscal y mucha más de las Salas Espe-
cializadas del Poder Judicial.
Habiendo mencionado todo lo anterior es posible señalar algunas ideas y/o al-
ternativas que podría tener en cuenta el legislador si se pensara cambiar las eta-
pas del procedimiento contencioso-tributario.
Órgano administrativo
resolutor
Instancia
Administrativa
Tribunal
Medio impugnatorio SUNAT
Fiscal
Por su parte, en caso desee cuestionar los aspectos de hecho y de derecho, vin-
culados a la emisión de los valores, el contribuyente podrá presentar directa-
mente el recurso de apelación ante el Tribunal Fiscal.
Del mismo modo, la propuesta de trasladar a una ley los criterios emitidos por
el Tribunal Fiscal con carácter de jurisprudencia de observancia obligatoria tam-
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
butario. Evaluar una etapa única previa a acudir al Poder Judicial o señalar
que solo determinados temas puedan ser vistos por una u otra etapa debe
estar en agenda del legislador a fin de evaluar un cambio para una optimi-
zación de los procedimientos, una mejor distribución de la carga procesal y
la obtención de resoluciones que resuelvan conflictos tributarios en un me-
nor tiempo.
BIBLIOGRAFÍA
*
Quiero agradecer los valiosos aportes de Edith Díaz Zelada, brillante supervisora de
impuestos en KPMG. También va mi especial agradecimiento a Katya Adaui, destacada
escritora peruana, por la revisión del texto final.
1
Socio de International Tax - M&A y Litigios Tributarios en KPMG Perú. Máster en
Administración de Empresas por la Universidad Ramón Llull -ESADE, Barcelona, España.
Máster en Administración de Empresas por la Universidad del Pacífico. Máster en
Tributación y Política Fiscal por la Universidad de Lima. Abogado y Bachiller en Derecho
por la Pontificia Universidad Católica del Perú (Graduación Sobresaliente). Profesor de
planificación fiscal en la Universidad de Ciencias Aplicadas - UPC. Exjefe del área de
reclamación de la SUNAT. Asesor tributario y abogado litigante en materia tributaria a
nivel administrativo, judicial y constitucional.
1. INTRODUCCIÓN
En mis veinte años de experiencia como abogado sé que al litigar no solo con-
tradecimos de manera natural y en buena lid los intereses de nuestra contra-
parte, sino que también lo hacemos contra un sistema de reglas procedimenta-
les o procesales que, lejos de ser campo de acción imparcial y neutral para re-
solver las controversias fiscales, son establecidas (por el legislador) y deformadas
en su correcta aplicación e interpretación (por los operadores jurídicos estatales
y privados) para generar una mayor o menor recaudación.
En modo alguno esto justifica que los contribuyentes o sus asesores fiscales
que, artificiosa e impropiamente manipulan las reglas fiscales de los procedi-
mientos y procesos a favor de sus intereses particulares, expíen su responsabi-
lidad por participar en el alto nivel de litigiosidad existente. Igual cuota de res-
ponsabilidad debe ser atribuida a los “procuradores públicos” encargados de la
defensa de los intereses del Estado que, en materia tributaria, litigan en el Poder
Judicial y en el Tribunal Constitucional (hasta las últimas consecuencias y sin
medir la pertinencia de su conducta procesal), inclusive en contra de los informes
vinculantes (i.e. “rulings”) emitidos por la propia Administración Tributaria
(SUNAT) o contra todos los “precedentes”, de observancia obligatoria o no, que
son emitidos por el propio Tribunal Fiscal pese a que es su superior jerárquico y
porque no decirlo hasta contra los propios precedentes emitidos en el seno de
un pleno casatorio de la Corte Suprema de la República.
Y es que este menudo tema fue finalmente resuelto por el Tribunal Constitucio-
nal (en contradicción con varios de sus precedentes) sin evaluar en profundidad
la inexistente contradicción entre el Principio de Supremacía Constitucional - Je-
rarquía Normativa y el Principio de Legalidad, dirimiéndose la controversia sobre
la base del análisis de las características específicas del control difuso. Es decir,
si sobre la base de los requisitos y características que definen el “Control Difuso”
como institución resultaba aplicable en sede administrativa, considerando: i) la
independencia de la administración pública; ii) la bizantina discusión de si ejerce
o no función jurisdiccional; iii) su no pertenencia al Poder Judicial; iv) la su-
puesta naturaleza no definitiva de los pronunciamientos de la administración
pública; v) la ausencia de facultades expresas de inaplicación de normas; y vi) la
absoluta separación de poderes, etc. cuando el problema debió ser resuelto a
través de la “concordancia práctica de ambos principios”, a efectos de que la
Constitución tenga plena, directa, total, efectiva, inmediata e incuestionable vi-
gencia.
Considero que el primero de los principios debe contar con todos los mecanis-
mos dentro del ordenamiento procedimental y procesal para mantener ilesa la
Constitución y salvaguardar ab initio los derechos fundamentales de los contri-
buyentes. Debe ser la base eficiente y suficiente para que la Administración
Tributaria y el Tribunal Fiscal tengan la energía para resistirse a la aplicación de
“normas fiscales inconstitucionales”. De esta manera, evitaríamos que los con-
tribuyentes se vean obligados a discurrir por la penitencia que supone el iter
procedimental y/o procesal que les obliga a aguardar la futura inaplicación de la
“norma fiscal inconstitucional” cuestionada.
Como lo analizaré más adelante, una interpretación literal y restrictiva del Ar-
tículo 138 de la Constitución afecta de forma adversa el Principio de Unidad de
la Constitución. Según este, la interpretación de todas las normas constitucio-
nales debe realizarse considerando a la propia Constitución y las disposiciones
legales que formen parte del bloque de constitucionalidad como un todo armó-
nico conforme al cual, la eventual contradicción o tensión existente entre diver-
sas disposiciones constitucionales, debe resolverse considerando la protección
de los derechos fundamentales de los contribuyentes de manera que todas las
disposiciones constitucionales tengan plena, total, efectiva, inmediata e incues-
tionable eficacia y fuerza normativa vinculante, respecto de cualquier actuación
estatal. La fuerza normativa de la Constitución es real, directa y total. Se im-
pone como límite al ejercicio del poder estatal en garantía de los derechos fun-
damentales de los contribuyentes.
El principio constitucional indicado exige que todos los ámbitos en los que se
desenvuelven los operadores jurídicos, incluidos los tribunales administrativos
o judiciales, estén sometidos al cumplimiento de la Constitución, no pudiendo
existir área alguna de la función pública o estatal que pueda considerarse exenta
al control de su cumplimiento. No podría exigirse el cumplimiento del Principio
de Supremacía Constitucional - Jerarquía Normativa si los órganos encargados
de ejercer facultades jurisdiccionales de “iuris dictio” no están facultados a pre-
ferir (con motivo de la resolución de una controversia) a la Constitución por sobre
una norma fiscal tildada de inconstitucional por el fondo o por la forma.
Restringir la facultad del ejercer el “Control Difuso” solo al ámbito judicial resulta
en un “Control Difuso Concentrado en el Poder Judicial”, situación que genera
áreas (agujeros negros) en las que el desempeño de una función esencial del Es-
tado como la de dirimir controversias esté impedida de preferir a la Constitución
por encima de la norma con rango legal cuya constitucionalidad es cuestionada,
más aún cuando, en el sistema de heterocomposición de conflictos existente en
Perú, los conflictos derivados de las incertidumbres con relevancia jurídica no
solo se resuelven en el Poder Judicial, sino también en instancias previas como
es el caso de los controversias fiscales derivadas del ejercicio de la facultad de
fiscalización de la Administración Tributaria en razón de la especialidad técnica
que ellas exigen.
(…)
El poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo ejercen lo hacen con las
limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes estable-
cen.
danos y los poderes públicos están sujetos a ella, dejando de ser las
leyes el único camino de positivización facultativa del supuesto
“programa” constitucional que ellas mismas serán nulas si contra-
dicen los preceptos de la Constitución.
3. PRINCIPIO DE LEGALIDAD
Por definición, las normas legales deben y tienen que aplicarse en la medida de
que gozan de una presunción de validez que legitima su necesario carácter coer-
citivo y obligatorio. Por el contrario, deben inaplicarse en la medida que son
inválidas por contravenir lo establecido en la Constitución, careciendo en con-
secuencia de obligatoriedad al no existir el deber de actuar de acuerdo con ellas.
4. “CONTROL DIFUSO”
Dentro de los procesos judiciales contencioso-administrativos y constituciona-
les, es la parte demandante o actora la que solicita (de manera incidental) la
inaplicación de las normas inconstitucionales para que el juez que conoce la
causa ampare su pretensión. De esa manera, el rechazo incidental para un caso
concreto implica la inaplicación de la norma cuestionada debido a su fundada o
manifiesta incompatibilidad con una norma constitucional de rango superior.
Así la “norma fiscal inconstitucional” con vocación de pertinencia para la reso-
lución del caso es dejada de lado. No hablamos de la anulación abstracta y
definitiva de la norma viciada de inconstitucionalidad con efecto general (i.e.
erga omnes), sino simplemente de su inaplicación para la solución del caso con-
creto sub examine.
(…)
156. La Constitución como norma vinculante para la Administra-
ción Pública
(…)
En efecto, es preciso dejar a un lado la errónea tesis conforme a la que la
Administración Pública se encuentra vinculada a la ley o las normas ex-
pedidas por las entidades de gobierno, sin poder cuestionar su constitu-
cionalidad. El artículo 38 de la Constitución es meridianamente claro al
señalar que todos los peruanos (la Administración incluida desde luego)
tienen el deber de respetarla y defenderla.
En tal sentido, en los supuestos de manifiesta inconstitucionalidad de nor-
mas legales o reglamentarias, la Administración no sólo tiene la facultad
sino el deber de desconocer la supuesta obligatoriedad de las normas in-
fraconstitucional viciada, dando lugar la aplicación directa de la Consti-
tución.
(…)
(Sic) (Resaltado y subrayado nuestro).
En similar sentido, el Tribunal Constitucional reconoció en la sentencia recaída
en el Expediente Nº 3741-2004-AA/TC del 14 de noviembre de 2005 (aclarada
el 13 de octubre de 2006) que “Todo tribunal u órgano colegiado de la adminis-
tración pública tiene la facultad y el deber de preferir la Constitución e inaplicar
una disposición infraconstitucional que la vulnera manifiestamente, bien por la
forma, bien por el fondo, de conformidad con los artículos 38º, 51º y 138º de la
Constitución”.
El mismo Tribunal Constitucional en el fundamento Nº 24 de la sentencia re-
caída en el Expediente Nº 0144-2011-PA/TC del 21 de septiembre de 2011: i)
descartó la interpretación literal del Artículo 138 de la Constitución; ii) admitió
que la jurisdicción arbitral podía ejercer la facultad de “Control Difuso”; y iii)
calificó dicha facultad como una garantía. En efecto el supremo interprete de la
Constitución resolvió:
(…)
24. Siendo el arbitraje una jurisdicción independiente, como expresamente
señala la Constitución, y debiendo toda jurisdicción poseer las garantías
de todo órgano jurisdiccional (como las del Poder Judicial), es consecuen-
cia necesaria de ello que la garantía del control difuso de constitucionali-
dad, prevista en el segundo párrafo del artículo 138º de la Constitución,
pueda también ser ejercida por los árbitros en la jurisdicción arbitral, pues
el artículo 138º no puede ser objeto de una interpretación constitucional
restrictiva y literal, como exclusiva de la jurisdicción ordinaria o consti-
tucional; “por el contrario, la susodicha disposición constitucional debe
ser interpretada de conformidad con el principio de unidad de la Consti-
tución, considerando el artículo 51.º (…), más aún si ella misma (artículo
38.º) impone a todos –y no solo al Poder Judicial– el deber de respetarla,
cumplirla y defenderla” (STC 3741-2004-AA/TC, fundamento 9).
(…) (Sic) (Resaltado y subrayado nuestro).
(…)
3. En lo que respecta al primer extremo, el Tribunal estima que la munici-
palidad emplazada ha incurrido en un evidente exceso, pues la facultad
de declarar inaplicables normas jurídicas, conforme a lo que establece el
artículo 138º de nuestra Constitución Política, sólo se encuentra reser-
vada para aquellos órganos constitucionales que, como el Poder Judicial,
el Jurado Nacional de Elecciones o el propio Tribunal Constitucional, ejer-
cen funciones jurisdiccionales en las materias que les corresponden y no
para los órganos de naturaleza o competencias eminentemente adminis-
trativas. Por consiguiente, si bien resulta inobjetable que cualquier poder
público u organismo descentralizado tiene facultad para interpretar la
Constitución y, por ende, para aplicarla en los casos que corresponda, no
pueden, en cambio, arrogarse una potestad, como la de declarar inapli-
cables normas infraconstitucionales, que la Constitución no les ha confe-
rido de modo expreso e inobjetable.
(…)
(Sic) (Resaltado y subrayado nuestro).
Pese a los tres (3) precedentes anteriormente citados (ver 5.1.1) el Tribunal
Constitucional en la sentencia recaída en el Expediente Nº 04293-2012-PA/TC
(…)
(…)
Que por tanto y dado que en virtud del fallo contenido en el referido Expe-
diente Nº 1803-2004-AA/TC, se declaró inaplicable la norma que esta-
blecía que se perderían los beneficios de la gradualidad si habiéndose im-
pugnado la resolución que establece la sanción, el órgano resolutor la
mantiene en su totalidad y ésta queda firme y consentida en la vía admi-
nistrativa, por resultar violatoria, entre otros, del derecho de defensa re-
conocido en el artículo 139º inciso 14 de la Constitución y de la garantía
que impide la reforma peyorativa o reformatio in peius, garantía implícita
en el texto constitucional como parte del debido proceso, corresponde a
este Tribunal fallar en el mismo sentido, inaplicando al caso de autos el
numeral 8.2 del artículo 8º de la Resolución de Superintendencia Nº 141-
2004/SUNAT, que contiene una disposición idéntica a la que fue materia
de pronunciamiento por parte del Tribunal Constitucional, tal como éste
lo anota en su sentencia. Que por tanto, procede revocar la apelada en el
extremo que dispone que el cierre de establecimiento deberá ser por seis
(6) días calendario.
(…) (Sic).
(…)
(…)
(…)
(…)
Que en tal sentido, teniendo en cuenta que el Tribunal Fiscal no tiene fa-
cultades para emitir pronunciamiento sobre si los actos emitidos por la
Administración vulneran o amenazan derechos reconocidos por la Cons-
titución, ni para analizar la constitucionalidad de las normas, encontrán-
dose por el contrario en el imperativo de aplicarlas al caso de autos, pro-
cede confirmar la apelada, sin perjuicio que la Administración tenga en
cuenta lo que resuelva el Poder Judicial.
(…)
Que atendiendo a lo previsto por el artículo 101º del citado Código Tri-
butario, debe tenerse en cuenta que este Tribunal se encuentra obligado a
aplicar la ley y a verificar que los actos de la Administración se encuentren
sometidos a ella, como ocurre en el caso de autos, pues señalar lo contra-
rio implicaría arrogarse indebidamente el control difuso de la constitucio-
nalidad, función privativa del Poder Judicial y del Tribunal Constitucio-
nal de conformidad con los artículos 138º y 202º de la Constitución Polí-
tica del Perú.
(…)
(…)
(…)
(…)
5.3. Mi posición
Pero nadie puede poner en tela de juicio que tanto la Administración Tri-
butaria como el Tribunal Fiscal aplican Derecho. Los tributos se crean, re-
gulan, modifican a través de leyes o de decretos legislativos en el caso de
delegación de facultades. En consecuencia, no queda duda de que tanto la
Administración Tributaria como el Tribunal Fiscal aplican el Derecho (i.e.
cuentan con facultades de iuris dictio) que corresponde al caso para resolver
una controversia concreta de intereses intersubjetivos (los de la SUNAT
como ente recaudador en contraposición con los intereses del propio contribu-
yente). En tal sentido, dicho ámbito de actuación estatal no puede estar
desprovisto de los mecanismos que tutelen los derechos fundamentales de
los contribuyentes. Pensar lo contrario es desconocer la propia “Fuerza
Normativa” y supremacía de la Constitución en un importante ámbito de
la fusión administrativa estatal como es el fiscal.
(…)
12. Desde luego, no sólo los principios materiales del derecho sancio-
nador del Estado son aplicables al ámbito del derecho administrativo
sancionador y disciplinario. También lo son las garantías adjetivas
que en aquél se deben de respetar. En efecto, es doctrina consolidada
de este Colegiado que el derecho reconocido en el inciso 3) del artículo
139º de la Constitución no sólo tiene una dimensión, por así decirlo,
“judicial”, sino que se extiende también a sede “administrativa” y, en
general, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos lo ha
Como se desprende, no cabe hacer una distinción funcional ilógica entre las
funciones que cumple el fuero judicial y el fuero administrativo para cons-
truir un argumento, supuestamente válido, que habilite el desconocimiento
de la aplicación del “Control Difuso” en sede administrativa más aún cuando
dicha facultad es una garantía para: i) el cumplimiento del Principio de Su-
premacía Constitucional - Jerarquía Normativa; y ii) la adecuada protección
de los derechos fundamentales de los contribuyentes.
Constitución
Leyes
Roberto José Casanova-Regis Albi
513
Ponencia Individual
No existe razón válida para invertir la jerarquía de las normas cuando quien debe
decidir el Derecho aplicable es un órgano administrativo como la Administración
Tributaria y el Tribunal Fiscal. Operar en contrario es desconocer el necesario
control que la administración pública debe tener sobre sus propios actos, sobre
todo cuando de por medio están los derechos fundamentales de los contribu-
yentes al dirimir una controversia o conflicto intersubjetivo de intereses con
relevancia jurídica.
7.1. Indefensión
d) Para hacer las cosas aún más tortuosas, pese a que la pretensión de “in-
aplicación de la norma fiscal inconstitucional” no puede ser atendida en
sede administrativa, porque la Administración Tributaria y el Tribunal Fiscal
entienden que carecen de la competencia para aplicar el “Control Difuso”,
el contribuyente estará obligado a esperar el agotamiento de la vía previa
hasta tener un pronunciamiento del Tribunal Fiscal que habiendo “causado
estado” dé por agotada la vía administrativa previa. Esto condiciona la ac-
ción para ingresar su demanda contencioso-administrativa al Poder Judicial
y articular la “inaplicación de la norma fiscal inconstitucional” que no
fue objeto de pronunciamiento en sede administrativa.
2
DOMENECH PASCUAL, Gabriel. “La Inaplicación Administrativa de Reglamentos Ilegales
y Leyes Inconstitucionales”. En: Revista de Administración Pública. Número 155. Mayo-
Agosto 2001. Pág. 96.
De manera general, para poder ejercer correctamente las facultades que ha otor-
gado la Constitución y las demás disposiciones del ordenamiento jurídico, la
Administración Tributaria y el Tribunal Fiscal deben aplicar solo las normas vá-
lidas e inaplicar las inválidas. Por tanto, resulta más que razonable que cuando
se dota a una entidad pública de la competencia para atender un asunto con-
trovertido pueda, de manera naturalmente fluida, evaluar y decidir sobre todas
y cada una de las cuestiones previas, relevantes y necesarias para pronunciarse.
(…)
Al respecto conviene recordar que la Cuarta Disposición Final del Código Tribu-
tario precisa “(…) que a los procedimientos tributarios no se les aplicará lo dis-
puesto en el Artículo 13 (…) de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) (…)
excepto cuando surja una cuestión contenciosa que de no decidirse en la vía judi-
cial, impida al órgano resolutor emitir un pronunciamiento en la vía administra-
tiva”. Por su parte el Artículo 13 de la LOPJ prescribe que: “Cuando en un pro-
cedimiento administrativo surja una cuestión contenciosa, que requiera de un pro-
nunciamiento previo, sin el cual no puede ser resuelto el asunto que se tramita ante
la administración pública, se suspende aquel por la autoridad que conoce del
mismo, a fin de que el Poder Judicial declare el derecho que defina el litigio. Si la
autoridad administrativa se niega a suspender el procedimiento, los interesados
pueden interponer la demanda pertinente ante el Poder Judicial. Si la conducta de
la autoridad administrativa provoca conflicto, éste se resuelve aplicando las reglas
procesales de determinación de competencia, en cada caso”. A partir de lo expli-
cado en el presente trabajo y de lo establecido por las normas citadas, entiendo
que no resultaría posible plantear ante el Poder Judicial, como “Cuestión Pre-
Judicial” el pronunciamiento sobre la constitucionalidad o no de la “norma fiscal
supuestamente inconstitucional” al no afectar la dilucidación o no de dicho tema
a la Administración Tributaria y/o al Tribunal Fiscal los cuales podrían emitir sus
respectivos pronunciamientos al haberse declarado naturalmente incompeten-
tes para pronunciarse sobre temas constitucionales. Sin embargo, considero
que sobre la base de dicha incompetencia en sede administrativa si es posible
plantear, con éxito, el análisis sobre la constitucionalidad de la norma fiscal en
sede judicial (emplazando a la Administración Tributaria) a través del uso de las
vías paralelas resultando inexigible, respecto de la pretensión de “inaplicación
de la norma fiscal inconstitucional”, el agotamiento de la vía previa conforme lo
expliqué en el apartado 8.4 del presente trabajo.
14. La administración pública debe y tiene que ajustar su actuar a normas jurí-
dicamente válidas. Por tanto, sus actuaciones deben prescindir de la apli-
cación de normas jurídicas inválidas que no forman parte del ordenamiento
jurídico.
17. Sostener que la Constitución no dice nada en relación con la potestad ad-
ministrativa para inaplicar normas inconstitucionales es, inconstitucional-
mente, negar la plena, total, efectiva, inmediata e incuestionable vigencia
18. Sobre la base de la presunción iuris tantum de validez de las leyes, no puede
considerarse como arreglado a Derecho un acto administrativo dictado en
aplicación de una “norma fiscal manifiestamente inconstitucional”.
19. En los hechos y en la práctica, ninguno de los recursos al interior del pro-
cedimiento contencioso-tributario garantizan la plena, total, efectiva, in-
mediata e incuestionable vigencia de la Constitución. La reclamación ante
la Administración Tributaria y la apelación ante el Tribunal Fiscal como me-
canismos totalmente inoficiosos en lo que a protección defensa de la Cons-
titución y derechos fundamentales se refiere. En efecto, la aplicación im-
pensada y a ultranza del Principio de Legalidad de manera totalmente des-
conectada del Principio de Supremacía Constitucional - Jerarquía Normativa
ha generado en Perú que la Administración Tributaria y el Tribunal Fiscal,
indebidamente escudándose en una supuesta ausencia de competencia
para declarar inaplicables “normas fiscales inconstitucionales”, termine emi-
tiendo pronunciamientos a favor de su aplicación a pesar de tener menor
jerarquía que la Constitución.
Poder Judicial. Todos los poderes del Estado deben y tienen que respetar,
cumplir y defender la Constitución.
10. BIBLIOGRAFÍA
Para todo lo anterior, se requiere un marco normativo interno que permita poner
en práctica e implementar tales herramientas; sin tal marco legal estas herramien-
tas seguirán siendo como hasta ahora, sólo “letra muerta” en donde no se materia-
lice la eficiencia en la recaudación con seguridad y certeza a los inversionistas. Es
cierto que el Perú viene participando de los esfuerzos internacionales para incorpo-
1
Asociado Senior de CMS Grau. LL.M. in International Tax Law, Vienna University of Eco-
nomics and Business Administration. Estudios de especialización en la International Bu-
reau of Fiscal Documentation (Holanda), WU Transfer Pricing Center (Austria) y en la Uni-
versidad de Santiago de Compostela (España). Abogado por la Universidad Nacional Ma-
yor de San Marcos.
rar buenas prácticas de conformidad con la Acción 14 del plan BEPS; sin embargo,
estamos hacia el final en materia de regulación si observamos a países cercanos al
nuestro (Colombia, Chile o México, para mencionar algunos). En esa dirección,
las Guías de Precios de Transferencia aprobadas por la OCDE (actualmente, en su
versión 2022) pueden ser un instrumento inspirador muy útil; y es en ese contexto,
que a través del presente trabajo sugerimos y resaltamos algunos de los aspectos
prioritarios que deben ser considerados en el más breve plazo.
1. INTRODUCCIÓN
No cabe duda que la limitada red de Convenios para Evitar la Doble Tributación
(en adelante, “CDI”) que el Perú ha celebrado condiciona la solución a los temas
que las presentes jornadas sugieren, en lo que a transaccionales internacionales
se refiere. Con únicamente ocho CDI vigentes siguiendo el Modelo de Convenio
OCDE2 (en adelante, “Modelo OCDE”) y en efecto al día de hoy, las soluciones
concordadas para un tema de suma importancia no son una materia profusa;
sin embargo, ello no obsta para que en el presente trabajo y en las breves líneas
que siguen, destaquemos la oportunidad que nuestro país tiene de seguir avan-
zando en mejorar aquellos instrumentos que nuestra legislación provee, y lla-
mar la atención de la dirección en la que hay que seguir. Estos instrumentos que
hoy nos convocan son el “Acuerdo Anticipado de Precios” (en adelante, “AAP”),
reconocido en la normativa peruana, tanto en su modalidad unilateral y bilate-
ral;3 así como el “Procedimiento de Acuerdo Mutuo” (en adelante, “PAM”).
2
Cuando en el presente trabajo nos referimos al Modelo OCDE, aludimos a la versión 2017,
salvo que expresamente se indique lo contrario.
3
En adelante, sólo nos referimos al AAP bilateral, aun cuando mucho de lo que elaboremos
pueda ser aplicable a los AAP multilaterales.
4
El 23 de diciembre de 2003 se publicó en el diario oficial El Peruano el Decreto Legislativo
Nº 945, vigente a partir del ejercicio 2004, el cual incluyó un desarrollo integral sobre la
materia de precios de transferencia. Dicho decreto desarrolló: i) ámbito de aplicación; ii)
partes vinculadas; iii) ajustes; iv) análisis de comparabilidad; v) métodos de precios de
transferencia; vi) acuerdos anticipados de precios; vii) la declaración jurada y otras obliga-
ciones formales; y viii) fuentes de interpretación.
Así también, el acápite referido al uso de Guías de Precios de Transferencia como instru-
mento de interpretación fue incluido con este Decreto, el cual se mantiene sin alteraciones
hasta el día de hoy:
“Inciso h); Fuentes de Interpretación
Para la interpretación de lo dispuesto en este artículo, serán de aplicación las Guías sobre
Precios de Transferencia para Empresas Multinacionales y Administraciones Fiscales, aproba-
das por el Consejo de la Organización para la Cooperación y el desarrollo económico - OCDE,
en tanto las mismas no se opongan a las disposiciones aprobadas por esta Ley”.
Desde la perspectiva internacional, –aún sin referirnos a los CDI– diversos con-
flictos pueden igualmente suscitarse por la diversidad de regulaciones, fórmulas,
metodologías, normativas contables, entre otros, lo que termina produciendo
escenarios de doble tributación económica, perjudicando con ello el pleno de-
senvolvimiento de las transacciones internacionales. Lo anterior se agrava, con-
siderando que incluso hoy, si bien el principio de libre competencia se ha ex-
pandido a muchos países en Latinoamérica y Europa, en algunos (por ejemplo,
Estados Unidos y hasta hace poco Brasil), la metodología de precios de transfe-
rencia responde a criterios y métodos distintos a los enarbolados por la OCDE.
5
TORIBIO LEAO, Martha. “Advance Pricing Agreements and the Principles of Legality and
Los AAP son definidos por las Guías de Precios de Transferencia6 como: “(…)
un acuerdo que determina, previo a la realización de las transacciones controla-
das, un conjunto de criterios apropiados (por ejemplo, métodos, comparables, sus
respectivos ajustes, presupuestos clave en cuanto a futuros eventos), para la deter-
minación de los precios de transferencia para aquellas transacciones durante un
periodo de tiempo determinado”.7 (subrayado es nuestro).
Equality: The Problems Surrounding Contracts in Tax Law”. En: International Transfer Pri-
cing Journal. Julio/Agosto. 2014. IBFD. Pág. 259.
6
En lo que sigue, cuando nos referimos a las Guías de Precios de Transferencia aprobadas
por la OCDE, aludimos a la versión 2022.
7
Guías de Precios de Transferencia para Empresas Multinacionales y Administraciones Tribu-
tarias (Versión 2022). OCDE. Párrafo 4.134. Pág. 213. Traducción libre.
la reducción de litigiosidad cuando precisan que: “(…) tienen por objeto comple-
mentar los mecanismos tradicionales administrativos, judiciales y establecidos en
el tratado para resolver conflictos en materia de precios de transferencia. Pueden
ser más útiles cuando los mecanismos tradicionales fallan o son difíciles de apli-
car”.8 (subrayado nuestro).
8
Ibidem.
9
Refuerza este enfoque el que las propias Guías de Precios de Transferencia, al efectuar una
distinción entre los “tax rulings” (haciendo un símil con la legislación peruana, equivalen-
tes a las consultas particulares a las que se refiere el Artículo 95-A del Código Tributario)
y los AAP, destacan que este último se centra en hechos fácticos, los que tienen que ser
cuidadosamente analizados e investigados. No se enfocan –al menos no principalmente–
en la norma jurídica aplicable.
10
TORIBIO LEAO, Martha. Op. Cit. Pág. 260.
En lo que AAP unilaterales se refiere, la regla base es el primer párrafo del citado
inciso f), sobre el que se construyó una reglamentación que se encuentra en el
Artículo 118 del Reglamento de la LIR, numeral I, el cual titula: “Acuerdos an-
ticipados de precios celebrados entre el contribuyente domiciliado y la Admi-
nistración Tributaria”. Todo el desarrollo de este numeral está centrado en AAP
unilaterales, sin posibilidad de extender sus reglas a un AAP bilateral.
11
Con esto queremos ser enfáticos en que la interpretación de la norma jurídica no está fuera
de la evaluación en un AAP; lo que afirmamos es que, de lo que se trata es de aprovechar
este instrumento que la legislación nos franquea para que contribuyente y autoridad tri-
butaria puedan comprender de la misma manera los hechos propios de la realidad, para
luego –en un segundo momento, en términos sólo conceptuales– aplicar la norma jurídica
correspondiente.
regulación pueden explicar que, hasta la fecha, el Estado peruano no haya fir-
mado un solo AAP unilateral:
Hasta aquí sólo algunas de las cuestiones operativas que desincentivan la cele-
12
Inciso d) del Artículo 118 del Reglamento de la LIR.
13
Inciso g) del Artículo del Artículo 118 del Reglamento de la LIR.
14
Artículo 3 de la Resolución de Superintendencia Nº 377-2013/SUNAT.
bración de estos acuerdos y que, con las modificaciones pertinentes, se les po-
dría reformular como instrumentos útiles para reducir la conflictividad en mate-
ria de precios de transferencia.
Ahora bien, respecto de los AAP bilaterales, el Reglamento de la LIR sólo con-
tiene una referencia general:
Es cierto que el Perú, al ser parte del Marco Inclusivo de la OCDE, se encuentra
en el compromiso de desarrollar en el breve plazo un programa de AAP bilate-
rales15 como parte de las obligaciones comprendidas en la Acción 14 del Plan
BEPS; sin embargo, mientras ello no ocurra, perdemos la oportunidad de dar un
mensaje contundente a las inversiones sobre estabilidad, respeto a la legalidad,
certeza, seguridad y promoción de la inversión. Esto constituye una urgencia
para que el AAP pueda desplegar todos sus efectos en el marco del PAM esta-
blecido en el Artículo 25 del Modelo OCDE y en los CDI celebrados por el Perú.
15
Peru Dispute Resolution Country Profile <www.oecd.org>.
Si bien no todos los CDI celebrados por el Perú han recogido la segunda parte
de este párrafo (los CDI con Canadá, Corea, Japón y Suiza sí comprenden las
dos partes de este párrafo), lo que en una primera impresión podría establecer
la duda sobre si algunos CDI permiten la celebración de un AAP entre los Esta-
dos contratantes,16 las Guías de Precios de Transferencia son claras en que, el
cauce para este instrumento se puede sustentar desde ambas partes del párrafo
tercero; las Guías señalan lo siguiente:
(…) AAP que involucran a la autoridad competente del otro Estado con-
tratante deben ser considerados dentro del procedimiento de acuerdo mu-
tuo, de acuerdo al Artículo 25 del Modelo OCDE, aun cuando tales acuer-
dos no están expresamente mencionados en dicho artículo. El párrafo 3
establece que las autoridades competentes deben esforzarse para resolver
de acuerdo mutuo cualquier dificultad o duda que surja de la interpreta-
ción o aplicación del tratado. Aun cuando el párrafo 50 de los Comen-
tarios indica que los asuntos cubiertos por este párrafo son dificultades de
una naturaleza general en relación a una categoría de contribuyentes, ex-
presamente reconoce que los problemas pueden surgir en relación con un
caso específico17 (…) Párrafo 3 también establece que las autoridades
competentes pueden consultarse mutuamente para la eliminación de la
doble tributación en casos no previstos en el tratado. AAP bilaterales
caen en este supuesto pues ellos tienen como uno de sus objetivos evitar
la doble tributación.18 (subrayado es nuestro).
16
Ello en tanto uno podría pensar de una lectura literal que, en tanto el objetivo de un AAP
bilateral es evitar la doble tributación en su modo de “doble tributación económica”, al no
recogerse esta referencia expresa en párrafo 3, se estaría limitando o restringiendo la cele-
bración de estos AAP.
17
El párrafo 52 de los Comentarios, referido a la primera parte del párrafo 3 del Artículo 25
del Modelo OCDE indica además, expresamente, que los AAP bilaterales se encuentran
incluidos en esta parte del indicado párrafo.
18
Guías de Precios de Transferencia para Empresas Multinacionales y Administraciones Tribu-
Podemos entonces concluir que a nivel de los tratados celebrados por el Perú se
tiene el marco jurídico para que los AAP bilaterales puedan ser establecidos; sin
embargo, como se ha señalado, no contamos con un marco legal interno que
permita su implementación de manera eficaz y fluida.
Una vez materializados los AAP bilaterales, vale mencionar otro Artículo que
viene a interactuar en este proceso y que resulta fundamental, es el referido al
“Intercambio de Información”, que los CDI celebrados por el Perú han recogido
conforme al Modelo OCDE.19 Este Artículo busca proteger a los contribuyentes
en medio del intercambio de información y documentación que supone, entre
otros, el proceso de celebración de un AAP bilateral; sin duda que en el proceso
las dos autoridades fiscales recibirán información sensible del contribuyente o
contribuyentes involucrados, y por dicho Artículo, dicha información debe man-
tarias (Versión 2022). OCDE. Párrafo 4.150. Pág. 217. Traducción libre.
19
Los párrafos 1 y 2 del Artículo 26 del Modelo OCDE, referidos al Intercambio de Informa-
ción, establecen lo siguiente:
“1. Las autoridades competentes de los Estados Contratantes intercambiarán la información
previsiblemente relevante para aplicar lo dispuesto en este Convenio o para administrar
o exigir lo dispuesto en el derecho interno de los Estados Contratantes relativo a los tribu-
tos de cualquier tipo y descripción exigidos por cuenta de los Estados Contratantes, o de
sus subdivisiones políticas o autoridades locales, en la medida en que la imposición pre-
vista en el mismo no sea contraria al Convenio. El intercambio de información no se verá
limitado por los Artículos 1 y 2.
2. La información recibida por un Estado Contratante en virtud del párrafo 1 será mante-
nida en secreto de la misma forma que la información obtenida en virtud del derecho
interno de ese Estado Contratante y solo se comunicará a las personas o autoridades (in-
cluidos tribunales y órganos administrativos) encargadas de la liquidación o recaudación
de los tributos a los que hace referencia el párrafo 1, de su exigibilidad o de la persecución
del incumplimiento relativo a los mismos, de la resolución de los recursos en relación con
los mismos o de la supervisión de las funciones anteriores. Dichas personas o autoridades
solo utilizarán la información para estos fines. Podrán revelar la información en procedi-
mientos ante tribunales públicos o en decisiones judiciales. Sin perjuicio de lo anterior, la
información recibida por un Estado Contratante puede ser usada para otros fines cuando
dicha información pueda ser usada para otros fines de conformidad con las legislaciones
de ambos Estados y la autoridad competente del Estado que proporciona la información
autorice dicho uso”.
tenerse en el más absoluto secreto, por la confidencialidad que ello exige, pu-
diendo sólo liberarse en los casos específicamente señalados en el tratado.20
Nótese que el tratado, al privilegiarse jurídicamente sobre el derecho interno,
debe restringir y reducir los espacios en que dicha información puede ser libe-
rada más allá de la autoridad tributaria involucrada.
Una vez producido el conflicto en precios de transferencia, esto es, una vez
efectuada la acotación o iniciado un procedimiento de fiscalización, un instru-
mento poco explorado y sobre el que nuestro país tiene reducida experiencia y
que visto en perspectiva puede ser sumamente útil en la reducción de la litigio-
sidad es el PAM reconocido en el Modelo OCDE y en todos los CDI celebrados
por el Perú. En lo que corresponde a la materia, debemos revisar brevemente su
actuación en lo que es el objeto fundamental de estos tratados: evitar la doble
imposición (económica).
20
KERSCHNER, Ina y STIASTNY, Marion. The Experience with Advance Pricing Agreements.
Volumen 41. 2013. Kluwer Law Internacional. Pág. 591.
tratante y los beneficios así incluidos sean beneficios que habrían sido
obtenidos por la empresa del Estado Contratante mencionado en pri-
mer lugar si las condiciones convenidas entre las dos empresas hubie-
ran sido las que se hubiesen convenido entre empresas independien-
tes, ese otro Estado Contratante realizará el ajuste correspondiente de
la cuantía del impuesto que ha percibido sobre esos beneficios. Para
determinar dicho ajuste, se tendrán en cuenta las demás disposiciones
del presente Convenio y las autoridades competentes de los Estados
Contratantes se consultarán entre sí en caso sea necesario. (subra-
yado es nuestro).
Desde la perspectiva de los CDI celebrados por el Perú, todos los tratados inclu-
yen este segundo párrafo referido al ajuste correlativo, excepto el CDI firmado
con Brasil.21 Nótese que el tratado señala que las autoridades competentes se
consultarán con el objeto de cumplir la finalidad de evitar la doble imposición
(económica, en este caso). Es cierto que no existe la obligación de un Estado
contratante de aceptar obligatoriamente el ajuste primario que haya efectuado
la otra autoridad fiscal; aun cuando la redacción del segundo párrafo pareciera
indicar lo contrario (dado el término: “realizará”). Si bien los Estados en buena
fe deberían esforzarse en tutelar que no se produzca una doble tributación (eco-
nómica), el Estado requerido deberá evaluar en fondo, principio e importe si el
ajuste primario del otro Estado le parece conforme al principio de libre compe-
tencia.22 Cabe indicar que es posible, como lo reconocen las propias Guías de
Precios de Transferencia que, como consecuencia de estas consultas entre au-
toridades de los Estados contratantes, el Estado que efectuó el ajuste primario
opte por levantar su observación o reducirla en importe.23
En esta línea, parecería una interpretación forzada entender que en aquellos CDI
que comprendan la frase “si está de acuerdo”, el ajuste correlativo sería opcional
(como en el segundo párrafo del CDI Perú - México, por ejemplo), y en otros, en
donde tal frase no se ha establecido (como el CDI Perú - Japón, a modo ilustra-
tivo), el otro Estado requerido se encuentra obligado a aceptar el ajuste primario
21
Si bien en el caso del CDI Perú - Brasil no se incluye el segundo párrafo, en nuestra opinión
ello no obsta a que los Estados contratantes puedan proceder de buena fe en el marco del
procedimiento de acuerdo mutuo a fin de resolver un supuesto de doble imposición vía
ajuste correlativo, previa solicitud del contribuyente.
22
BICER, Ramazan. “The Effectiveness of Mutual Agreement Procedures as a Means for Set-
tling International Transfer Pricing Disputes”. En: International Transfer Pricing Journal.
Marzo/Abril. 2014. IBFD. Pág. 77.
23
Guías de Precios de Transferencia para Empresas Multinacionales y Administraciones Tribu-
tarias (Versión 2022). OCDE. Párrafo 4.32. Pág. 183.
realizado por el Estado solicitante. En todo caso, las Guías de Precios de Trans-
ferencia debilitan esta interpretación: “(…) de acuerdo al párrafo 2 del Artículo
9, una administración tributaria debería realizar un ajuste correlativo sólo en la
medida que considere que el ajuste primario sea justificado tanto en principio como
en importe. La naturaleza no obligatoria del ajuste correlativo es necesaria de tal
manera que la administración tributaria no se encuentre forzada a aceptar las con-
secuencias de un arbitrario o caprichoso ajuste efectuado por otro Estado. Es ade-
más importante mantener la soberanía fiscal de cada Estado miembro de la
OCDE”.24 (subrayado es nuestro).
1. Cuando una persona considere que las medidas adoptadas por uno
o por ambos Estados Contratantes implican o pueden implicar para
ella una imposición que no esté conforme con las disposiciones del
presente Convenio podrá, con independencia de los recursos previstos
por el derecho interno de esos Estados, someter su caso a la autoridad
competente del Estado Contratante del que sea residente o, si fuera
aplicable el párrafo 1 del Artículo 24, a la del Estado Contratante del
que sea nacional. El caso deberá presentarse en un plazo de tres años
a partir de la primera notificación de la medida que implique una
imposición no conforme con las disposiciones de este Convenio.
En primer término, no cabe duda que cuando ocurre una acotación en materia
24
Ibidem. Párrafo 4.35. Pág. 184. Traducción libre.
El párrafo 4.52 de las Guías de Precios de Transferencia, página 189, precisa que
tal momento puede ser aquel en el que la Administración Tributaria notifica al
contribuyente la propuesta de ajuste, lo que podríamos entender como el mo-
mento en que surte efectos la notificación de la “resolución de determinación”,
en tanto acto administrativo que liquida y materializa el ajuste efectuado por la
autoridad.26 A partir de dicho momento se computarían los tres años.
25
Los CDI con Japón, Corea, Portugal, Suiza y México reconocen el plazo de tres (3) años
según el Modelo OCDE. En el caso del CDI con Canadá el plazo es de dos (2) años. En el
CDI con Chile no se indica plazo, y en el CDI con Brasil, el plazo se deriva a la legislación
doméstica.
26
De la lectura de los párrafos 21 a 24 de los Comentarios al Artículo 25 del Modelo OCDE,
parece reforzarse esta idea en tanto se indica a la “notice of assessment” como momento,
entre otros, en que puede empezar a computarse el plazo a favor del contribuyente para
que pueda presentar su caso a la autoridad fiscal local.
27
Resolución Nº 85 de 2020 - DIAN (27 de agosto de 2020). Con esto no estamos indicando
que el “desistimiento” como condición para acceder al PAM sea lo más apropiado; solo
queremos resaltar la importancia de la regulación en esta materia.
país se requiere con urgencia e importancia una regulación amplia en este ex-
tremo, que permita certeza y seguridad a los inversionistas en un ámbito clave
como es el uso del PAM como mecanismo alternativo para reducir la litigiosidad.
Como indica Bicer, “(…) el contribuyente puede ser invitado a realizar la presen-
tación frente a las autoridades competentes, cuando sea apropiado, para asegurar
un entendimiento común de los hechos del caso particular. Es deseable que reciban
oportunidades razonables para exponer los hechos relevantes y los argumentos a
28
Cuestión planteada en el párrafo 4.36 de las Guías de Precios de Transferencia (página
184).
las autoridades competentes, tanto por escrito como oralmente. Esto es realmente
importante para casos complejos de precios de transferencia. Aun cuando las au-
toridades competentes pueden acceder a los detalles de las partes relacionadas,
puede ser muy difícil para las autoridades competentes comprender las razones
subyacentes de las transacciones. Un ejemplo que vale mencionar es la restructu-
ración de un negocio”.29
29
BICER, Ramazan. Op. Cit. Pág. 83.
30
DAS, Pitambar y CHAND, Vikram. “Transfer Pricing Policy: Should the Relief Mechanism
Dealing with Corresponding Adjustments Be reconsidered under Tax Treaties”. Mayo.
2019. En: Kluwer International Tax Blog.
31
El párrafo 5 del Artículo 25 del Modelo OCDE establece lo siguiente:
celebrados incorpora este párrafo; sólo los CDI con Chile y Canadá permiten
que, de manera acordada entre las autoridades competentes, se intercambien
notas por canales diplomáticos para establecer dicho procedimiento. Podríamos
afirmar que estos CDI reconocen un “arbitraje voluntario”. En los demás CDI,
aun cuando no hay una referencia al procedimiento de arbitraje, –en nuestra
opinión– debe entenderse que es posible su tramitación bajo términos a ser
establecidos por las propias autoridades competentes precisamente a través del
propio PAM, entendimiento que ratifica el párrafo 69 de los Comentarios al Mo-
delo OCDE correspondiente al párrafo 5 del Artículo 25.
Un enfoque diferente viene dado por los “autoajustes” que la entidad local
puede realizar cuando el ajuste primario ha sido efectuado por la autoridad fiscal
del otro Estado contratante a la contraparte en la transacción controlada. Aquí
surge la duda si el contribuyente local puede realizar unilateralmente el ajuste
correlativo rectificando su declaración jurada anual y reduciendo su Impuesto a
la Renta. En determinadas jurisdicciones existe regulación interna que describe
las condiciones y supuestos en que ello puede ocurrir, sin perjuicio del PAM ya
descrito y desarrollado líneas arriba. La autoridad tributaria italiana aprobó, por
ejemplo, en 2018 la Decisión 108954/2018, de fecha 30 de mayo (2018), a tra-
vés de la cual se reguló el procedimiento de “ajuste correlativo unilateral”, por
el que la empresa local puede presentar una solicitud a su autoridad tributaria
y requerir el ajuste correlativo como consecuencia del ajuste primario realizado
en la otra jurisdicción.
“5. Cuando,
a) en virtud del apartado 1 una persona haya sometido su caso a la autoridad compe-
tente de un Estado contratante alegando que las medidas adoptadas por uno o por
ambos Estados contratantes implican para ella una imposición no conforme con las
disposiciones del presente Convenio, y
b) las autoridades competentes no puedan ponerse de acuerdo para resolver la cuestión
conforme a lo dispuesto en el apartado 2, en el plazo de dos años desde la presenta-
ción del caso a la autoridad competente del otro Estado contratante,
a instancia del contribuyente, se someterá a arbitraje toda cuestión irresoluta relacionada
con ese caso. Sin embargo, este sometimiento no podrá realizarse cuando un tribunal u
organismo administrativo de cualquiera de los Estados contratantes se haya pronunciado
previamente sobre dichas cuestiones irresolutas. A menos que una persona a la que con-
cierna directamente el caso rechace el acuerdo amistoso que aplique el dictamen, dicho
dictamen será vinculante para ambos Estados y aplicable independientemente de los pla-
zos previstos por el derecho interno de los Estados contratantes. Las autoridades compe-
tentes de los Estados contratantes establecerán de mutuo acuerdo el modo de aplicación
de este apartado”.
Sin duda, se requiere un marco normativo que brinde las herramientas para sal-
vaguardar los fines del tratado: evitar la doble tributación (económica, en este
caso).
3. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
3. A nivel de los tratados celebrados por el Perú se tiene el marco jurídico para
que los AAP bilaterales puedan ser establecidos, ello de acuerdo al párrafo
tercero del Artículo 25 referido al PAM; sin embargo, en tanto no contamos
con un marco legal interno que permita su implementación de manera efi-
caz y fluida, diluimos toda posibilidad de contar con un medio alternativo
de prevención y solución de conflictos en materia tributaria.
5. Por otro lado, una vez iniciada la acotación de SUNAT en materia de precios
de transferencia, el procedimiento administrativo o en su caso, el judicial,
no contamos con unos lineamientos, guías o normativa aprobados por la
SUNAT ni con reglamentación o marco legal que permita al contribuyente
conocer los pasos a seguir para iniciar un PAM y propiciar que las dos Ad-
ministraciones Tributarias involucradas puedan alcanzar una solución a la
El presente artículo tiene como objeto absolver las siguientes interrogantes: ¿Puede
la SUNAT en el proceso contencioso administrativo cuestionar los criterios conte-
nidos en sus respuestas a las consultas formuladas al amparo del artículo 93 y
siguientes del Código Tributario? ¿Una pretensión judicial de la SUNAT que con-
tradiga una opinión institucional es jurídicamente improponible?
*
Abogado por la Universidad San Ignacio de Loyola. Con Maestrías en Derecho Constitu-
cional y Derechos Humanos por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en Argu-
mentación Jurídica por la Universidad de León España. Director de la Práctica de Procesos
Judiciales Tributarios de PwC.
1
El inciso i) del artículo 92 del Código Tributario establece como derechos de los contribu-
yentes a formular consultas y obtener la debida orientación respecto de sus obligaciones
El Código Tributario dispone que estas consultas podrán ser presentadas por los
particulares (artículo 95-A) o por las entidades representativas de las activida-
des económicas, laborales y profesionales, así como las entidades del Sector
Público Nacional (artículo 93).
Las respuestas que formula la SUNAT a las consultas planteadas permitirán a los
tributarias.
Esta situación pretende dotar de seguridad jurídica a la relación entre los admi-
nistrados y la Administración Tributaria. Y es que, se hace evidente que el de-
recho a formular consultas se sustenta en principios como el de seguridad jurí-
dica o el de predictibilidad y confianza legítima.
El numeral 1.15 al artículo IV del Título Preliminar del Texto Único Ordenado de
la Ley Nº 27444 - Ley del Procedimiento Administrativo General (en adelante,
“TUO de la LPAG”) dispone lo siguiente:
Y es que, tal como lo establece el propio TUO de la LPAG, sería arbitrario que la
Administración considere una interpretación determinada sobre un determi-
nado dispositivo en un caso concreto (plasmada a través de una respuesta a una
consulta formulada, por ejemplo) y después pretenda desconocer dicha inter-
pretación.2
2
En cuanto al principio de interdicción de la arbitrariedad, el Tribunal Constitucional, en la
Sentencia recaída en el Expediente Nº 3167-2010-PA/TC, estableció lo siguiente:
“11. En este sentido, la razonabilidad es un criterio íntimamente vinculado a la justicia y
está en la esencia misma del Estado Constitucional de Derecho. Se expresa como un
mecanismo de control o interdicción de la arbitrariedad en el uso de las faculta-
des discrecionales, exigiendo que las decisiones que se tomen en ese contexto res-
pondan a criterios de racionalidad y que no sean arbitrarias. Como lo ha sostenido
este Colegiado, esto «implica encontrar justificación lógica en los hechos, conductas y
circunstancias que motivan todo acto discrecional de los poderes públicos» (Cfr. Exp.
0006-2003-AI/TC)
12. Al reconocerse en los artículos 3 y 43 de la Constitución Política del Perú el
Estado Social y Democrático de Derecho, se ha incorporado el principio de
interdicción o prohibición de todo poder ejercido en forma arbitraria e injusta.
Este principio tiene un doble significado: (i) en un sentido clásico y genérico, la
arbitrariedad aparece como el reverso de la justicia y el derecho; (ii) en un sentido
moderno y concreto, la arbitrariedad aparece como lo carente de fundamentación
objetiva, lo incongruente y contradictorio con la realidad que ha de servir de
base a toda decisión. Es decir, como aquello desprendido o toda razón de expli-
carlo”.
Queda claro que cuando el artículo 94 del Código Tributario dota de efectos
vinculantes al pronunciamiento contenido en la respuesta a las consultas, pre-
tende proteger o tutelar la expectativa formada en el administrado, que encuen-
tra correlato en el principio de predictibilidad. Todos los órganos que conforman
la Administración Tributaria deberán pues acatar obligatoriamente el pronun-
ciamiento o criterio formulado en el Informe de respuesta.
Por otro lado, véase que la Resolución Nº 31 emitida por la Sétima Sala fue
impugnada por la SUNAT y el Tribunal Fiscal a través de recursos de casación.
La Tercera Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte Su-
prema (Casación Nº 3331-2017) declaró infundados tales recursos con el si-
guiente tenor:
VI. DECISIÓN:
Por las consideraciones expuestas y de conformidad con el dictamen del
señor Fiscal Supremo en lo Contencioso Administrativo, declararon:
1.- INFUNDADOS los dos recursos de casación interpuestos por la
Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tribu-
taria - Sunat, y el Tribunal Fiscal, en consecuencia NO CASARON la
sentencia de vista de fecha veintisiete de octubre de dos mil dieciséis; en
los seguidos por la Empresa Isla de Ons Sociedad Anónima Cerrada contra
la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria
Nótese que el fallo de la Tercera Sala Transitoria presupone que los informes
que emite la SUNAT la vinculan, a partir de su fecha de emisión. Se reafirma
que los órganos de la SUNAT se encuentran supeditados a sus pronunciamien-
tos, estos últimos son de obligatorio cumplimiento.
Esta posición del Poder Judicial es errada dado que omite analizar un aspecto
trascendental, que es el hecho que en un procedimiento administrativo prima
el principio de legalidad. Si el Poder Judicial o el Tribunal Fiscal advierten que
una entidad como la SUNAT está incumpliendo en aplicar un dispositivo legal
como es el artículo 94 del Código Tributario al desconocer el carácter vinculante
de las opiniones institucionales, lo correcto era declarar nulos los actos admi-
nistrativos y ordenarle a la SUNAT aplicar su propio criterio, independiente-
mente a que dicho criterio sea acorde o no a derecho.
Con lo anterior se garantiza la eficacia del mencionado artículo 94; siendo que
tanto el Poder Judicial como el Tribunal Fiscal deben velar por el cumplimiento
del principio de legalidad.
Otro aspecto para tener en cuenta es que muchas veces cuando un contribu-
yente cuestiona la no aplicación de un informe u opinión institucional lo que
busca es que justamente la SUNAT lo aplique a su caso concreto en función de
lo preceptuado por el Código Tributario, no que el Tribunal Fiscal o el Poder
Judicial analicen si el referido informe u opinión institucional es o no conforme
a derecho. Es decir, tienen una pretensión anulatoria por infracción al principio
de legalidad.
Bajo este contexto, esta posición del Tribunal Fiscal o del Poder Judicial de ana-
lizar el contenido del informe para inaplicarlo por considerarlo errado jurídica-
mente, contraviene el principio de congruencia procesal3 y generaría una poten-
cial vulneración al principio de igualdad dado que este informe u opinión podría
ser aplicado a otros contribuyentes.
Por último, otro fallo que contribuye con la falta de uniformidad sobre los efec-
tos vinculantes de los criterios de los Informes, lo encontramos en la Resolución
Nº 14 recaída en el Expediente Nº 05239-2020, emitida por la Sétima Sala:
3
En este caso podríamos encontrarnos ante una causal de fallo con incongruencia ultra pe-
tita, dado que se estaría resolviendo más allá del petitorio, dado que la validez del conte-
nido del informe no sería materia de discusión.
Al respecto, se debe reiterar una vez más que si bien el artículo 94 disponía
la obligatoriedad de aplicar sus informes a la SUNAT, no debe dejarse de
lado que la interpretación efectuada en dicho informe resultaba al
margen del Código Tributario, toda vez que contenía un criterio sin
sustento legal respecto a la suspensión de la prescripción con rela-
ción a la interposición de la demanda, siendo evidente que un pro-
nunciamiento interno de la Administración Tributaria no puede
prevalecer sobre una norma con rango de ley que ha cumplido con
todas las formalidades para ser considerado como tal, razón por la
que debe desestimarse el presente agravio y confirmarse la sentencia ape-
lada. (El resaltado es nuestro).
El objeto de este proceso recae en la pretensión que se formula contra una ac-
tuación administrativa impugnable, por lo que la facultad otorgada por el refe-
rido artículo 157 debe interpretarse siempre en forma restrictiva.
4
No es objetivo de este trabajo ahondar en este aspecto pues ya existen varios textos en la
doctrina nacional que abordan esta problemática.
Las condiciones de la acción han sido entendidas como los requisitos materiales
ineludibles para que el juez pueda expedir una sentencia sobre el fondo del
asunto. En caso la pretensión del demandante no cuente con una de estas con-
diciones, el Juez deberá rechazarla, encontrándose impedido emitir un pronun-
ciamiento de fondo.
Explicado ello véase que la voluntad de la ley ha sido denominada también como
“posibilidad jurídica”. Dicha condición exige que la pretensión se encuentre
regulada por el derecho material, que se encuentre amparada o tutelada por este
último (Zumaeta, 2005). La pretensión debe encontrarse considerada o al me-
nos no prohibida por el derecho positivo (Cavero, 2010).
Por lo expresado en la parte final del artículo 22 del TUO de la LPCA corresponde
remitirnos al artículo 427 del CPC que afirma que el juez declarará la improce-
dencia de la demanda en los siguientes casos:
Improcedencia de la demanda
Hemos referido que una de las condiciones necesarias para la acción, que per-
miten al Juez expedir una sentencia de mérito sobre el fondo de las pretensiones
planteadas, radica en el interés para obrar que posee el demandante.
¿En qué consiste el interés para obrar? En pocas palabras, en la necesidad que
tiene el demandante en recurrir al órgano jurisdiccional para plantear una pre-
tensión determinada. Definiendo el interés para obrar, Devis Echandía afirmó
que:
Por su parte, Chiovenda rescata que el interés para obrar no sólo consiste en el
interés en obtener una pretensión, sino además en la necesidad de activar la
labor jurisdiccional para dicho fin:
Por regla general puede decirse que el interés en obrar consiste en esto: que
sin la intervención de los órganos jurisdiccionales, el actor sufrirá
un daño injusto. (Chiovenda 1948: 188-189). (El resaltado es nuestro).
En doctrina nacional encontramos que el interés para obrar tiene como objetivo
analizar cuán útil es el proceso para la necesidad de tutela procesal invocada.
En específico, si la necesidad de tutela jurídica se ve satisfecha mediante el pro-
ceso, puede concluirse que el demandante tiene interés para obrar (Monroy,
2013). De forma opuesta, si el proceso no resulta útil para tutelar la situación
jurídica alegada, entonces no hay interés para obrar (Priori, 2009).
De hecho, resulta contradictorio que la SUNAT utilice una vía como el proceso
contencioso administrativo (prevista para tutelar a los administrados frente al
accionar lesivo de la Administración) para controvertir los criterios que han sido
emitidos en sus propios informes, y que además resultan de obligatorio cumpli-
miento.
5
Lamentablemente, la Sexta Sala Especializada en lo Contencioso Administrativo emi-
tió un reciente pronunciamiento (Resolución Nº 02 - Expediente Nº 01188-2022)
aplicando un razonamiento contrario, afectando el principio de seguridad jurídica. Allí se
afirmó que el artículo 157 del Código Tributario debe ser interpretado en forma amplia, no
siendo posible limitar la legitimidad para obrar de SUNAT a la postulación de una preten-
sión de nulidad.
La Sala Superior valida que la SUNAT, a través de una pretensión accesoria a una pre-
tensión de nulidad, invoque la plena jurisdicción (fondo del asunto).
(…)
De igual forma, se observa la falta de interés para obrar cuando SUNAT pretende
activar la vía contencioso-administrativa para cuestionar o controvertir sus pro-
pios pronunciamientos. No existe necesidad ni utilidad en dicha pretensión de
la Administración Tributaria pues se trata de criterios que han sido establecidos
por los órganos que la conforman y que, además, les resultan de obligatorio
cumplimiento.
En tal sentido, consideramos que en aquellos casos en los que SUNAT plantea
una pretensión que cuestione los criterios contenidos en sus respuestas a las
consultas formuladas al amparo de los artículos 93 y siguientes del Código Tri-
butario, dicho extremo deberá ser declarado improcedente por el Juzgado Con-
tencioso Administrativo. Ello de conformidad con el inciso 2 del artículo 427
del Código Procesal Civil que establece que la demanda es improcedente cuando
el demandante carece de interés para obrar.
dica (es decir, cuando estamos frente a una pretensión objetivamente im-
proponible) ocasionará el inmediato rechazo de esta última.
Consideramos que nuestro Código Procesal Civil reconoce a la –hasta aquí de-
nominada– posibilidad jurídica, en el inciso 5 de su artículo 427. Dicha norma
señala que será improcedente la demanda cuando “el petitorio fuese jurídica o
físicamente imposible”.
En comentario sobre el referido inciso 5 del artículo 427, Casafranca afirma que
existirá imposibilidad jurídica en un petitorio cuando éste no se encuentre per-
mitido o prohibido por el ordenamiento jurídico:
De igual forma, el artículo 95-A del Código Tributario sobre las consultas parti-
culares establece que “la contestación a la consulta escrita tendrá efectos vincu-
lantes para los distintos órganos de la SUNAT exclusivamente respecto del
consultante”.
El artículo 94 del Código Tributario prohíbe que la SUNAT pueda cuestionar los
criterios contenidos en las respuestas a las consultas formuladas, pues tales
criterios son de obligatorio cumplimiento y están dotados de efectos vincu-
lantes. Se trata de una pretensión jurídicamente imposible ya que la ley la
prohíbe expresamente.
En este punto es conveniente recordar también que la razón de ser del artículo
94 del Código Tributario es otorgar previsibilidad a la actuación de la SUNAT.
Con las respuestas a las consultas formuladas, los contribuyentes podrán cum-
plir con sus obligaciones tributarias, teniendo conocimiento de los criterios e
interpretaciones que rigen la actuación pública.
Por lo expuesto, cuando la SUNAT plantea una pretensión que cuestione los
criterios contenidos en sus propios informes, el Juzgado deberá declarar dicha
pretensión improcedente pues se trata de un petitorio jurídicamente imposible
(pretensión objetivamente improponible). Todo ello según lo establecido por el
inciso 5 del artículo 427 del Código Procesal Civil.
4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
AVENDAÑO, Juan (2010) “El interés para obrar”. En Themis, Año 2010, Nº 58,
Págs. 63-69.
DEVIS ECHANDÍA, Hernando (2002) Teoría General del Proceso. Tercera edición
revisada y corregida. Editorial Universidad.
ZUMAETA, Pedro (2005) Temas de Derecho Procesal Civil. Teoría General del
Proceso. Jurista editores.
1. INTRODUCCIÓN
1
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Asociado en Rodrigo,
Elías & Medrano Abogados. Miembro del Grupo de Investigación del Derecho Internacio-
nal Tributario (GIDIT) de la facultad de derecho de la PUCP. Adjunto de docencia y pre
docente en la facultad de derecho de la PUCP.
En las próximas líneas, ahondaremos en las razones por las que ello no habría
ocurrido. Para ello, abordaremos algunas cuestiones conceptuales sobre los
APA, sus características, ventajas y complicaciones. También mencionaremos
el tratamiento que recibe esta figura en otras legislaciones, para finalmente de-
tenernos en su tratamiento tributario en el Perú, los problemas derivados de
ello, los espacios de mejora que podrían introducirse en nuestra legislación y las
razones por las que no han sido aplicados de manera generalizada por los con-
tribuyentes hasta la fecha.
Con relación a los APA unilaterales, se ha señalado que los mismos podrían
generar complicaciones significativas de no ser adecuadamente negociados,
puesto que un eventual acuerdo suscrito con una sola Administración Tributa-
ria podría no ser compartido o aceptado por la Administración Tributaria del
Estado en que fuera residente la otra parte vinculada (de tratarse de una transac-
ción transfronteriza). En un escenario como ese, la segunda Administración
Tributaria podría rehusarse a aplicar el ajuste correlativo, lo que llevaría a un
claro supuesto de doble imposición.
Es por ello que en 2015, en el Informe Final de la Acción 14 del Plan BEPS (Hacer
más efectivos los mecanismos de resolución de controversias), se recomendó
como una buena práctica a ser adoptada por los Estados el implementar APA
bilaterales, puesto que “los APV [APA] suscritos de forma bilateral entre las au-
toridades competentes de los países firmantes de un convenio, proporcionan un
mayor nivel de certeza fiscal en ambas jurisdicciones, reducen la probabilidad de
la doble imposición y pueden prevenir la aparición de conflictos en materia de pre-
cios de transferencia. Los países deberían, por tanto, tratar de implantar progra-
mas APV bilaterales tan pronto como tuvieran capacidad para hacerlo”. (OCDE,
2016a, Pág. 30).
Ahora bien, los APA pueden ser suscritos por las Administraciones Tributarias
en virtud de sus legislaciones internas (como ocurre en el caso peruano), pero
también como parte del procedimiento de acuerdo mutuo que pudieran tener
regulado en los Convenios para evitar la Doble Imposición (CDI) que se hubieran
suscrito, dando lugar a los denominados “MAP APA”, al amparo de lo estable-
cido en el tercer párrafo del artículo 25 del Modelo de Convenio OCDE (que
2
Sin embargo, a la fecha no existe propiamente un procedimiento específico para la suscrip-
ción de APA multilaterales, por lo que suelen materializarse como una serie de APA bila-
terales suscritos de manera coordinada con todas las Administraciones Tributarias intere-
sadas, en términos sustancialmente similares. Tal es así que la OCDE ha señalado que la
referencia a “APA multilateral” es un término utilizado para describir una situación en la
que hay más de un APA bilateral (2022, Pág. 516). No obstante ello, en teoría, un APA
multilateral podría ser celebrado mediante la negociación de un único acuerdo entre todas
las autoridades competentes de los Estados pertinentes o a través de la negociación, por
separado, pero de manera consistente, de APA bilaterales (OCDE, 2019, Pág. C(25)-18).
Si bien los APA están pensados para surtir efectos de cara a ejercicios futuros,
en algunos casos es posible otorgarles efectos retroactivos, en la medida que las
transacciones en cuestión y los elementos que las configuran no hubieran te-
nido variaciones sustanciales, las partes se encontraran en posibilidad de acre-
ditar ello y según lo prevean las normas correspondientes. Tal es así que, en el
marco de la Acción 14 del Plan BEPS, se recomendó que aquellos países que
hubieran implementado APA bilaterales “(…) deberían aceptar, en ciertos casos,
el efecto retroactivo de dichos programas, cuando los hechos y las circunstancias
ocurridos en los ejercicios fiscales anteriores coincidan, siempre que se verifique
dicha coincidencia” (OCDE, 2016a, Pág. 21). Ello en la medida que dicho carác-
ter retroactivo “(…) puede ser de gran utilidad para prevenir o resolver posibles
controversias en materia de precios de transferencia” (OCDE, 2016a, Pág. 21).
3
El referido artículo ha sido tomado como referencia para la suscripción de diversos CDI
firmados por el Perú, tal como el CDI con Japón, en cuyo párrafo 3 se señala que “Las
autoridades competentes de los Estados Contratantes harán lo posible por resolver las dificul-
tades o las dudas que plantee la interpretación o aplicación del Convenio mediante un proce-
dimiento de acuerdo mutuo. También podrán consultarse para eliminar la doble imposición
en los casos no previstos en este Convenio”. Sobre el particular, la OCDE ha señalado que
los MAP APA se encuentran comprendidos dentro del alcance del artículo 25, a pesar de
que no se haga referencia expresa a los mismos y que si bien las materias cubiertas por el
párrafo 3 se refieren a dificultades de naturaleza general, también se reconoce específica-
mente –en los comentarios a dicho párrafo– que los problemas podrían darse con relación
a un caso individual (tal como las transacciones específicas que motivan la suscripción de
APA) (OCDE, 2022, Pág. 217).
Sin embargo, y también en línea con lo señalado por la doctrina (OCDE, 2022,
Págs. 213, 219-222 y Warthon, 2011, Págs. 248-249), la suscripción de APA
también acarrea ciertas dificultades o desventajas, tales como las siguientes:
4
Al respecto, y en el marco del COVID-19 y el impacto que este tuvo en las transacciones
entre partes vinculadas, la OCDE recomendó como buena práctica que las Administracio-
nes Tributarias coordinen entre ellas antes de imponer cambios unilaterales en los APA,
notando además que dicha consulta previa es establecida con el carácter de obligación en
algunos APA (2020, Pág. 27).
– Elegir entre establecer que en virtud del APA las normas de precios de trans-
ferencia (incluidas las obligaciones formales) no resultarían aplicables a las
transacciones incluidas por el período de tiempo acordado; o, establecer
que no se realizaría ningún ajuste de precios de transferencia a las transac-
ciones materia del APA.
– Evaluar incluir dentro de los alcances del APA a transacciones que incidan
en la atribución de beneficios a un establecimiento permanente.
– En México, una parte importante de sus APA ha sido suscrita con empre-
sas maquiladoras. En 2016, del total de sus APA en proceso de negocia-
ción, el 92.3% correspondía a la industria de maquila.
Asimismo, “se cuenta con una instancia pre-filling meeting que es una opción
de ir al SAT sin dar el nombre de la empresa y de recibir retroalimenta-
ción de la solicitud. Esto brinda confianza para acercar a los contribuyentes
Al respecto, el inciso f) del artículo 32-A de la LIR establece que SUNAT podrá
celebrar APA con contribuyentes domiciliados (APA unilaterales), respecto de
transacciones a las que les resultan aplicables las normas sobre precios de trans-
ferencia, en base a los métodos y criterios establecidos en ese mismo artículo y
en el RLIR.
En esa línea, podría ser posible suscribir un APA no solo respecto de operacio-
nes con partes vinculadas, sino también por operaciones con residentes en te-
rritorios de baja o nula imposición, de territorios no cooperantes o de sujetos
cuyas rentas, ingresos o ganancias estén sujetos a un régimen fiscal preferencial
(incluso si dichos sujetos o entidades no fueran partes vinculadas del contribu-
yente).
Por otro lado, el referido dispositivo normativo también faculta a SUNAT a sus-
cribir APA con otras administraciones tributarias (APA bilaterales), pero solo
con aquellas jurisdicciones con las que Perú hubiera suscrito un Convenio para
Evitar la Doble Imposición (CDI), lo que reduce considerablemente la lista de
potenciales contrapartes.5
Esta facultad fue incorporada al artículo 32-A de la LIR mediante Decreto Legis-
lativo Nº 1112, vigente a partir del 1 de enero de 2013. La Exposición de Moti-
vos de esta última norma justifica la habilitación otorgada a SUNAT para sus-
cribir APA bilaterales al ser estos también un mecanismo para evitar la doble
imposición internacional (y también la doble no imposición), generando bene-
ficios tanto a las Administraciones Tributarias como a los contribuyentes (Con-
greso de la República, 2012, Pág. 18).
5
Como sabemos, Perú ha suscrito y tiene actualmente vigentes CDI con Canadá, Brasil,
Chile, México, Suiza, Corea del Sur, Portugal y Japón. Asimismo, y a pesar de no ser en
estricto un CDI (sino una norma comunitaria), también existe la Decisión 578 de la Co-
munidad Andina, que regula materias de doble imposición entre sus países miembros
(Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia).
Consideramos que este extremo de la norma (que limita a SUNAT a solo poder
suscribir APA bilaterales con países con los que tenemos firmado un CDI) de-
bería actualizarse, puesto que las condiciones que sustentaban la limitación han
cambiado considerablemente desde el año 2013 (cuando la modificación nor-
mativa entró en vigencia).
En segundo lugar, la supuesta “complejidad” para suscribir una APA con otra
Administración Tributaria, como mínimo, se ha reducido considerablemente.
En buena cuenta, ello responde a la Acción 13 del Plan BEPS (Reexaminar la
documentación sobre precios de transferencia), en el marco de la cual se pro-
puso la adopción de reportes bastante uniformes en materia de precios de trans-
ferencia (Reporte Local, Maestro y País por País) los cuales han sido incorpora-
dos en el derecho interno de muchos países miembros y no miembros de la
OCDE, dentro de los cuales está el Perú.
Así, en la actualidad, existe por lo menos una gran similitud en cuanto a los
formatos y detalles que se proporcionan en la documentación que sustenta las
diversas transacciones sujetas a las normas de precios de transferencia a nivel
internacional, por lo que tomando dicha información como punto de partida,
no resultaría extremadamente complejo que dos Administraciones Tributarias
En base a todo lo anterior, consideramos que este párrafo del inciso f) del ar-
tículo 32-A de la LIR debería modificarse, a fin de incluir no solo a países con
los que Perú hubiera suscrito un CDI, sino también a otras jurisdicciones con
las que tengamos la posibilidad de realizar algún tipo de intercambio de infor-
mación (sea este a solicitud, de oficio o automático), que haga viable la suscrip-
ción de APA bilaterales con una mayor cantidad de países, puesto que estos
mecanismos coadyuvan a evitar la doble imposición y generan mayor predicti-
bilidad y seguridad jurídica que los APA unilaterales.
Por otro lado, el artículo 118 del RLIR establece diversos aspectos de forma y
fondo vinculados con los APA en el Perú, siendo los principales los siguientes:
6
Al respecto, el artículo 1362 del Código Civil señala que “Los contratos deben negociarse,
celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y común intención de las partes”.
– Los APA a ser celebrados con otras Administraciones Tributarias con las
que se ha celebrado un CDI deben realizarse en el marco del procedimiento
de acuerdo mutuo previsto en ellos.
Consideramos que podría evaluarse el retirar este requisito, puesto que po-
dría generar temor en los contribuyentes de que SUNAT pudiera fiscalizar
dichas otras transacciones al tomar conocimiento de ellas, a pesar de no
guardar ninguna relación con aquellas por las cuales se solicita la suscrip-
ción del APA.
En primer lugar, podemos señalar el recelo que pueden tener los contribuyentes
respecto de la actitud de SUNAT en torno a las potenciales transacciones a ser
sujetadas a APA. La percepción (ya mencionada) de SUNAT como un ente
esencialmente fiscalizador e impulsado por consideraciones recaudatorias es un
fuerte elemento disuasorio.
Podemos sumarle a ello el que no exista garantía que las conversaciones con
SUNAT solo serán de conocimiento del equipo de precios de transferencia de
dicha entidad o si también intervendrían equipos de fiscalización en la revisión
de la documentación (Lay, 2019, Pág. 46).
Un aspecto adicional, ya mencionado, tiene que ver con el largo plazo que tiene
SUNAT para evaluar las solicitudes de suscripción de APA, que en conjunto con
el carácter prospectivo (y no retroactivo) del mismo bajo legislación peruana,
podrían llevar a que algunas de las transacciones ocurran o inicien antes de que
SUNAT se pronuncie respecto de la procedencia o no del APA, generando inse-
guridad jurídica.
Ante ello, una opción podría consistir en permitir que el APA se aplique no
desde la fecha de suscripción sino desde la fecha de presentación de la solicitud
por parte del contribuyente.
Por otro lado, no parece haber especial proactividad por parte de SUNAT para
llevar a buen término las solicitudes de APA que han sido presentadas en el
pasado. Como señala Lay “(…) para SUNAT es un proceso muy delicado porque
tiene que comprometerse a decir que está de acuerdo con un método durante los
siguientes tres años y no va a colocarlo hasta estar seguro que tiene suficiente co-
nocimiento y experiencia sobre precios de transferencia” (2019, Págs. 47-48).
Sin embargo, es innegable que con el paso del tiempo, la gerencia de fiscaliza-
ción internacional y precios de transferencia de SUNAT ha reforzado su equipo
y ha adquirido experiencia importante en litigios de precios de transferencia, por
lo que un mayor impulso a la negociación y suscripción de APA por parte de
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
1. Los APA son acuerdos entre los contribuyentes y una o más Administra-
ciones Tributarias, que buscan establecer de manera previa las reglas de
precios de transferencia (método, comparables, ajustes, hipótesis críticas,
etc.) aplicables a determinadas transacciones. Pueden ser unilaterales (con
una sola Administración Tributaria), bilaterales (entre dos de ellas) o mul-
tilaterales (entre todas aquellas que tengan algún interés en las transaccio-
nes realizadas por un grupo multinacional).
2. Los APA unilaterales suelen generar problemas en caso los alcances de los
mismos no sean compartidos por la Administración Tributaria del otro es-
tado (de ser transacciones transfronterizas), la que podría negarse a efec-
tuar el ajuste correlativo. En ese sentido, se recomienda implementar APA
bilaterales o multilaterales, que contribuyen en mejor medida a eliminar la
doble imposición.
9. Perú limita la posibilidad de celebrar APA bilaterales con países con los que
tengamos suscrito un CDI. Las supuestas limitaciones o problemas intro-
ducidos por la Exposición de Motivos como justificación para esta medida,
por lo menos, se han reducido considerablemente a la fecha, en parte como
resultado de la Acción 13 del Plan BEPS, adoptada e incorporada en las le-
gislaciones internas de buena parte de países del mundo. Además de ello,
10. La parte pertinente del inciso f) del artículo 32-A de la LIR debería modifi-
carse, a fin de incluir no solo a países con los que Perú hubiera suscrito un
CDI, sino también a otras jurisdicciones con las que tengamos la posibilidad
de realizar algún tipo de intercambio de información, que haga viable la
suscripción de APA bilaterales con una mayor cantidad de países.
11. En el Perú, los APA son contratos y no actos administrativos. Por ello, le
resulten aplicables los principios generales en materia de contratos (pacta
sunt servanda y buena fe). Podría discutirse que la inclusión de su natura-
leza contractual en el RLIR y no en la LIR podría resultar vulneratoria del
principio de reserva de ley en materia tributaria, por lo que sería recomen-
dable incluir dicha mención en la LIR.
chos podría interpretarse que existe, por lo menos, una delimitación o fija-
ción previa su facultad discrecional de fiscalizar y determinar la obligación
tributaria.
14. Si bien la legislación en materia de APA tiene desde hace años un desarrollo
importante en el Perú, consideramos que el hecho de que a la fecha no se
haya suscrito ningún APA puede deberse a los siguientes factores: temor
por parte de los contribuyentes de que SUNAT se sirva de la documenta-
ción e información proporcionadas para iniciar procedimientos de fiscaliza-
ción; los largos plazos que tiene SUNAT para dar respuesta respecto de
transacciones relevantes para el contribuyente; y, la poca proactividad que
ha demostrado hasta el momento SUNAT de cara a la negociación exitosa
y suscripción de APA.
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
DLA Piper
2019 APA & MAP Country Guide 2019. Consulta: 14 de julio de 2022
<https://www.dlapiper.com/~/media/files/insights/publications/2019/0
3/2019_apa_and_map_guide_booklet_digital-v3.pdf?la=fi&hash=5A3
C3968F36F9DC46560574564164F6822E5EE78>.
1
Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, Master en Tributación/
Asesoría Fiscal por el Centro de Estudios Financieros de Madrid, Abogado de la Universidad
de Lima. Profesor de Derecho Tributario en la Universidad de Lima y en la Universidad de
San Martín de Porres.
1. INTRODUCCIÓN
Para desconocer el valor jurídico de los actos propios, los órganos de la Ad-
ministración vienen ensayando argumentaciones de todo tipo, tales como
que “el error no genera Derecho” o que “las consultas sólo resultan vincu-
lantes para los órganos de la Administración tributaria y no para el Tribunal
Fiscal” o que no se ha acreditado en el procedimiento la existencia de “dos
actos formales”.
2
(el subrayado es nuestro). Vid., el considerando 8 de la Resolución de fecha 09 de junio
de 2004, emitida en las Jornadas. En el mismo sentido, en las recomendaciones 7 y 11 de
la citada resolución se puede leer lo siguiente:
7 Que todo procedimiento de fiscalización (…) debe (…) concluir con la emisión de una
Resolución de Determinación la cual, salvo casos de excepción expresamente señalados,
debe ser única, integral y definitiva (…).
11. Que las únicas causales que deben permitir una determinación suplementaria deben ser
la constatación posterior de que hubo connivencia ente el administrado y los funcionarios
de la Administración Tributaria que formularon la determinación y la comprobación pos-
terior de que al formularse esta determinación el administrado ocultó información nece-
saria para una correcta determinación.
3
(el subrayado es nuestro). Vid., la conclusión 4 de la resolución de fecha 29 de abril de 2021.
Nótese que la preocupación manifestada por el IPDT tiene sustento en que me-
diante el “trámite de la retroacción de actuaciones administrativas” la Adminis-
tración podría implícitamente terminar vulnerando el carácter definitivo y pre-
clusivo del acto determinativo, y ello podría significar una especie de “auto-
restitución” de una facultad ya ejercida y agotada (como son las facultades de
fiscalización y de determinación).
El artículo 10 de la LPAG establece “los vicios del acto administrativo” que “cau-
san su nulidad de pleno derecho”. En el caso de los actos administrativos emi-
tidos en el ámbito tributario los supuestos de nulidad se encuentran recogidos
en el primer párrafo del artículo 109 del Código Tributario.
Como veremos, a esta diferente tipología en los vicios o anomalías en que pueda
incurrir la Administración (materiales, sustanciales o de fondo y formales o de
procedimiento) dentro del procedimiento de fiscalización le corresponden con-
secuencias jurídicas distintas. Por esta razón, es preciso efectuar una caracte-
rización en ambos tipos de vicios.
4
Cuestión sobre la que no nos pronunciaremos en estas breves líneas, por exceder los al-
cances del presente trabajo.
5
Como veremos en los acápites siguientes, los vicios formales o de procedimiento no nece-
sariamente causan la invalidez del acto administrativo, pues ello únicamente ocurrirá
cuando el incumplimiento sea trascendente. Por el contrario, si el vicio incurrido no es
trascendente prevalecerá la “conservación” del acto administrativo. Así, por ejemplo, en
la RTF de OO Nº 148-1-2004, el Tribunal Fiscal aplicó las normas de conservación (en este
caso de los resultados de un requerimiento), pues en el supuesto de autos el otorgamiento
de un plazo menor del legalmente establecido no causó indefensión en el ciuda-
dano/contribuyente.
6
Como señala el Tribunal Supremo español, entre otras en la Sentencia Nº 1089/2021 de
fecha 22 de julio de 2021, “(…) la insuficiencia probatoria no es un defecto formal acaecido
durante la tramitación del procedimiento sino un vicio sustantivo”. Por este motivo, con-
cluye que en casos de “insuficiencia probatoria” no cabe ordenar la retroacción.
Ahora bien, qué ocurre si la resolución de determinación fuera dejada sin efecto
en el marco de un procedimiento contencioso-tributario (reclamación o apela-
ción) o en un proceso contencioso-administrativo por razones materiales, sus-
tanciales o de fondo. ¿En estos casos se habilitaría a la Administración a emitir
una nueva determinación o, incluso, iniciar un nuevo procedimiento de fiscali-
zación o continuarlo? Evidentemente, la respuesta a tal cuestión debe resol-
verse de manera negativa, a la luz de la naturaleza única, integral y definitiva de
la resolución de determinación.
7
En el mismo sentido pueden consultarse, entre otras, las Resoluciones Nºs 05499-9-2019
y 11209-4-2012.
Esta consecuencia es explicada por Orena (2013) citando a la Sentencia del Tri-
bunal Supremo Nº 2011/6369 de 11 de julio de 2011, que se pronuncia respecto
de la legalidad de una orden de retroacción originada en defectos sustanciales,
la cual fue dejada sin efecto por las siguientes consideraciones:
La cita previa determina claramente que, como no puede ser de otra manera, no
cabe ordenar la retroacción de las actuaciones administrativas tratándose de
vicios materiales, sustanciales o de fondo.
En pocas palabras, los vicios de nulidad del acto administrativo tendrán efectos
invalidantes; y, en consecuencia, procede la retroacción de las actuaciones, si
se determinara que los vicios incurridos en éste le impiden cumplir con los fines
previstos en el acto. Esta situación, precisamente, impide su enmienda.
Como señala, Sesma Sánchez (2017) “(…) si el defecto formal no tuviera especial
gravedad o fuera posible su subsanación en vía de reclamación o recurso, en aras
de la eficacia administrativa, la seguridad jurídica y la confianza legítima, el
órgano revisor debería resolver el fondo del asunto” (Pág. 381).
Para estos fines, conviene diferenciar entre una “motivación suficiente” (co-
rrecta o incorrecta) de una “motivación insuficiente”.
Dicho esto, queda claro que con independencia de su corrección o no, se garan-
tiza el requisito de la motivación de un acto administrativo cuando éste satis-
face el estándar de la “suficiencia”. En tal sentido, una motivación “suficiente,
pero incorrecta” califica como un “vicio material, sustancial o de fondo”, que
evidentemente debe ser corregido sin duda, pero no por la vía de la retroacción,
sino de la “revocación”. Por el contrario, una “motivación insuficiente o parcial”
sí califica como un vicio formal o de procedimiento, y su efecto será la retroac-
ción de las actuaciones cuando no pueda subsanarse (enmendarse), por tratarse
de un vicio trascendente.
Lo dicho anteriormente nos permite reconocer los siguientes límites a las “nue-
vas” actuaciones de fiscalización originadas en una orden de retroacción:
8
Vid., la Sentencia del Tribunal Supremo español Nº 3607/2019 de fecha 25 de marzo de
2021 (fjº. 3).
Resolución Nº 05905-7-2013.-
Resolución Nº 04680-4-2013.-
9
Nótese que si fuera este el caso, la Administración incurriría claramente a un “fraude de
ley” (fraus legis), pues se pretendería coberturar una decisión en las normas que regulan la
nulidad de los actos administrativos [artículo 109.2) del CT – que pretende servirle de
norma de cobertura], y eludiría el cumplimiento de las normas que le obligan a concluir el
procedimiento de manera definitiva en los casos que los reparos no se ajusten a las normas
sustanciales que regulan cada tributo [norma defraudada - principio definitividad de los
actos administrativos].
(ii) La resolución en el caso agotó la vía administrativa (como podría ser una
resolución del Tribunal Fiscal).
Los argumentos expuestos determinan claramente que las resoluciones que or-
denan retrotraer las actuaciones de fiscalización resultan claramente impugna-
bles en la vía administrativa o jurisdiccional.
regla jurídica sino uno de los valores que subyacen a todo el régimen jurí-
dico de la materia (Pág. 68).
Queda claro, entonces, que los principios aludidos constituyen no sólo valores
de todo el ordenamiento procedimental, sino que también sirven de criterio in-
terpretativo e inspirador para resolver cualquier problema interpretativo que se
produzca dentro de todo tipo de procedimientos.
10
Lamentablemente, no parece ser esta la posición recurrente de las Salas de tributos inter-
nos del Tribunal, quienes vienen exigiendo que para que exista duplicidad de criterio que
la actuación administrativa inicial deba ser exteriorizada mediante un “acto formal”. Así,
se reconoce en la Resolución Nº 05427-1-2005, en la que se exige que los criterios con-
tradictorios deban haber sido puestos de manifiesto en forma expresa por la Administra-
ción Tributaria a través de un acto formal y no aquéllos que se pudieran inferir de su acti-
vidad material de verificación y/o fiscalización. En el mismo sentido, en las Resoluciones
Nºs 17911-1-2012 y 04635-1-2021 se indica que no puede sustentarse una duplicidad
de criterio en documentos emitidos durante la actividad de fiscalización de la Administra-
ción, esto es, resultados de requerimientos. Ello debido a que, en su opinión, ello no su-
pone una “manifestación expresa de la Administración”. Sin duda, las exigencias impues-
tas en estos casos no encuentran ningún fundamento en los artículos IV.1.8 y IV.1.15, ni
mucho menos en alguna doctrina sobre la materia.
11
Tratándose de “resoluciones de carácter general” (como podrían ser las Resoluciones de
Ahora bien, optar por la nulidad de pleno derecho de los actos mediante los que
se frustra la confianza legítima podría ser entendido como una vulneración al
deber de contribuir (interés público) y al principio de legalidad [en el entendido
que la Administración pretende hacer prevalecer un nuevo criterio interpretativo
(“ajustado a derecho”) contrario al anterior (“no ajustado a derecho”)]. Sin em-
bargo, es preciso tener en cuenta que en la regulación del “principio de buena
fe procedimental” y del “principio de predictibilidad o de confianza legítima”
(artículos IV.1.8 y IV.1.15 de la LPAG), el propio legislador ha realizado un test
de ponderación, dando preminencia a la seguridad jurídica (sustento de la con-
fianza legítima).
14. Bajo este marco situacional, es obvio que si la finalidad del beneficio
tributario otorgado por el Decreto Legislativo Nº 882 es la promoción
15
En cuyo caso, ahora sí, los ciudadanos/contribuyentes podría discutir la legalidad de la
nueva interpretación.
Nótese que en el caso, durante años los poderes públicos exteriorizaron sus
actuaciones en el sentido que el Crédito por Reinversión en la Educación se en-
contraba vigente, lo que impedía que la Administración frustrara la confianza
legítima de los contribuyentes acogidos al beneficio. Ello fue reconocido expre-
Sobre la forma que deben adoptar los criterios aprobados por la Ad-
ministración Tributaria, estos bien pueden haberse manifestado o
aplicado, expresa o tácitamente, mediante resoluciones de carácter
general, directivas o circulares públicas; asimismo, avisos en perió-
dicos, esquelas, respuestas a consultas gremiales, incluso reiterada y
manifiesta práctica administrativa contenida en instructivos, entre
otros, o para casos particulares, lo señalado o resuelto expresa-
mente en resoluciones de la administración (…).
1.3. (…) esta Sala Suprema considera que existe, en efecto, dos formas
por las cuales la Administración Tributaria fija un criterio interpreta-
tivo. Por un lado, se presenta el procedimiento formal que permite la
elaboración y emisión de una resolución de carácter general que es-
tablezca la posición de la SUNAT sobre la aplicación de alguna dis-
posición, la que resultará vinculante y obligatoria para los adminis-
trados y la propia entidad (…).
Nótese que para la Corte Suprema es bastante claro que los criterios interpre-
tativos “previos” fijados por la Administración no sólo son “vinculantes” para
resolver casos futuros, sino que además éstos bien pueden fijarse a través “dis-
posiciones de carácter general” y de “actuaciones concretas derivadas del trato
directo que mantiene con los administrados”.
Por otro lado, la Corte Suprema también ha dejado sentado el precedente, según
el cual la Administración no sólo se encuentra vinculada por sus propios crite-
rios interpretativos exteriorizados previamente, sino que un cambio en el crite-
rio requiere una justificación de las razones del cambio y éste sólo puede apli-
carse con efectos a futuro.
16
Nótese que este argumento no sólo desconoce la “confianza legítima” de aquel contribu-
yente que optó por seguir el “criterio interpretativo” establecido por una norma de carácter
general (fuente del derecho tributario, según la Norma III del CT), sino que le exige a los
contribuyentes además tener que “desconfiar” expresamente de las posiciones adminis-
trativas publicadas en el Diario Oficial, debiendo realizar una especie de “control difuso” e
“inaplicar” las normas emitidas por la misma Administración.
17
Aseveración que viola el principio de congruencia procedimental, pues no es eso lo que se
debate en el expediente, sino la “defraudación de la confianza legítima”, que se produce a
partir de que el contribuyente siguió el “criterio interpretativo” exteriorizado por la misma
Administración, y si éste resultaba vinculante para ésta.
– Sostiene que las opiniones en las que se sustenta SUNAT son del año
2014, pretendiendo aplicarlas a un supuesto de hecho generador su-
cedido dos años antes, es decir, se pretende aplicar su criterio de ma-
nera retroactiva, al respecto se debe precisar que dichas opiniones no
constituyen normas jurídicas, por lo que no resulta aplicable la retro-
actividad señalada por la recurrente.18
18
El argumento vulnera claramente el “principio de confianza legítima”, pues admite que la
Administración, pueda desvincularse de los “criterios interpretativos” sentados por la
misma Administración, incluso para hechos anteriores a la adopción del cambio de criterio.
Tal como lo indica expresamente el artículo VI de la LPAG: “La nueva interpretación no
podrá aplicarse a situaciones anteriores, salvo que fuere más favorable a los administrados”.
(iii) En los casos en los que el ciudadano/contribuyente opta por seguir el crite-
rio interpretativo exteriorizado por la Administración Tributaria, y en actos
singulares ésta es renuente a acatar su propio “criterio interpretativo”, en
una eventual impugnación el Tribunal Fiscal o la jurisdicción contencioso-
administrativa deben limitarse a “controlar” si la Administración frustró o
no la confianza legítima. Opinar que los órganos de control pueden con-
trolar si el “criterio interpretativo” es o no ajustado a derecho, lesiona el
principio de congruencia procedimental y termina vulnerando el principio
de confianza legítima; y,
4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5. BIBLIOGRAFÍA
Para ello desarrollaremos los supuestos en los que corresponde declarar la nulidad
de oficio, en qué etapa procede declararla, quién es el órgano facultado para ha-
cerlo y, cuáles son los efectos de la declaración de nulidad en aspectos tales como
el cómputo prescriptorio, los procedimientos en trámite, entre otros, abordando en
todos los casos las diversas problemáticas que se presentan en el devenir de la
práctica tributaria.
1
Gerente del Área de Litigios Tributarios en PwC Perú. Abogada por la Universidad Nacio-
nal Mayor de San Marcos. Egresada de la Maestría de Tributación y Política Fiscal de la
Universidad de Lima.
2
Abogada Senior del Área de Litigios Tributarios en PwC Perú. Abogada por la Pontificia
Universidad Católica del Perú.
1. INTRODUCCIÓN
Lo que pretende esta figura es desaparecer del mundo jurídico aquel acto que se
constituyó transgrediendo normas de orden público o en muchos casos, aten-
tando contra intereses privados.
Tal fundamento de la nulidad es trasversal tanto para el derecho civil como para
el derecho administrativo y tributario, puesto que, en todos los casos lo que se
pretende es extinguir los efectos jurídicos del acto que ha sido emitido prescin-
diendo de los requisitos de constitución y/o validez.
Si bien no cabe duda de que esta figura nace en la esfera del derecho civil, la
nulidad desde la perspectiva del derecho administrativo y tributario tiene parti-
cularidades propias de estas ramas, lo que se refleja aún más en el caso de la
nulidad de oficio.
Tal potestad por parte de los órganos y/o tribunales administrativos deriva de la
separación de poderes que se originó en Francia a partir del siglo XVIII; en espe-
cífico a través del Consejo del Estado Francés que tuvo gran influencia en el
desarrollo del derecho administrativo y la necesidad de que un ente indepen-
diente al judicial pueda decidir sobre temas específicos y especializados, como
lo es el derecho tributario en este caso.
3
La doctrina señala que, la Administración está capacitada como sujeto de derecho para
tutelar por sí misma sus propias situaciones jurídicas, eximiéndose de ese modo de la ne-
cesidad, común a los demás sujetos, de recabar una tutela judicial. Por ello se dice que la
decisión administrativa se beneficia de una presunción de legalidad que la hace de cumpli-
miento necesario, sin necesidad de tener que obtener ninguna sentencia declarativa previa.
En GARCÍA ENTERRÍA y Tomas RAMON FERNÁNDEZ, Curso de Derecho administrativo I.
tas interrogantes que surgen respecto de los efectos de la nulidad de oficio y los
límites que debería tener la Administración Tributaria para ejercer dicha facultad.
Cabe indicar que el acto administrativo declarado nulo no genera efectos jurídi-
cos válidos, desaparece de la vida jurídica como si nunca hubiera existido, los
efectos producidos se pierden, se borran y por supuesto, tampoco podrá generar
efectos para el futuro.8
En ese mismo sentido, Muñoz9 ha señalado que “La nulidad absoluta o de pleno
derecho de los actos administrativos es la consecuencia jurídica que se aplica a las
infracciones más graves del ordenamiento jurídico en que puedan incurrir aquellos.
Supone que el acto administrativo es ineficaz ab initio, de modo que no produce
efectos en ningún momento desde que se dictó hasta que la nulidad se declara. Co-
mo carece de efectos, la nulidad absoluta supone que el acto nulo no tiene ninguna
fuerza de obligar y cualquier ciudadano, funcionario o destinatario del acto puede
desconocer sus determinaciones y desobedecerlo. Considerando que no tiene efec-
tos, el órgano administrativo que lo dictó no podrá ejecutarlo forzosamente ya que
no hay ningún contenido jurídico reconocible que pueda ser llevado a la práctica”.
7
MORÓN URBINA, Juan Carlos. “La nulidad de oficio en el procedimiento administrativo”.
En: Manual de actualización administrativa. Gaceta Jurídica. Lima: 2010. Pág. 25.
8
MEIER, Henrique. Teoría de las nulidades en el Derecho Administrativo. Editorial Jurídica
Alva SRL. Caracas. Pág. 253.
9
MUÑOZ, Santiago. Tratado De Derecho Administrativo y Derecho Público General. Tomo
XII: Actos administrativos y sanciones administrativas. Madrid: 2017. Pág. 172.
10
Cuyo Texto Único Ordenado ha sido aprobado mediante Decreto Supremo Nº 004-2019-JUS.
Cabe indicar que no todo acto inválido tiene como consecuencia su nulidad, ya
que esta solo procede, en los supuestos establecidos en el artículo 10 de la
LPAG. Dicho artículo establece, taxativamente, cuáles son los vicios del acto
administrativo que acarrean su nulidad de pleno derecho, los que detallamos a
continuación:
11
CASSAGNE, E. “El control de la inactividad formal de la Administración”. En: Revista
Thomson La Ley. Buenos Aires: 2010. Pág. 39.
En este último caso, la nulidad debe ser deducida dentro del plazo de tres
(3) días de realizado el remate de los bienes embargados.
12
LEON PINEDO, Silvia. “Nulidad, sí; revocatoria, no: en resguardo de la seguridad jurídica”.
En: ADVOCATUS. Págs. 314-315.
Así, el primer párrafo del artículo 110 dispone que, la Administración Tributaria,
en cualquier estado del procedimiento administrativo, podrá declarar de oficio
la nulidad de los actos que haya dictado o de su notificación en los casos que
corresponda. Precisa que, sobre ellos no debería haber recaído resolución defi-
nitiva del Tribunal Fiscal o del Poder Judicial.
13
ALENZA García. Revisión, renovación y rectificación de actos administrativos. Navarra:
2017. Pág. 30.
14
DANOS, Jorge. “Régimen de la nulidad de los actos administrativos en la nueva Ley Nº
27444 de Procedimiento Administrativo General”. En: Comentarios a la Ley del Procedi-
miento Administrativo General. Lima: 2003. Pág. 33.
15
BUENO, Antonio. “La Revisión de oficio de disposiciones y actos administrativos nulos de
pleno derecho en España”. En: Revista digital de Derecho Administrativo, Nº 20, segundo
semestre/2018. Pág. 351.
Así, resulta válido que, por ejemplo, a un contribuyente se le notifique una Re-
solución de Determinación y que, este en su recurso de reclamación, además de
plantear los argumentos de fondo que desvirtúan la posición de la Administra-
ción Tributaria respecto a la procedencia del reparo “X”, solicite la nulidad de la
Resolución de Determinación, en tanto esta hubiera sido emitida prescindiendo
del procedimiento legal establecido (por ejemplo, porque la Resolución de De-
terminación carecía de debida motivación).
Hasta aquí tenemos que, si bien la normativa tributaria recoge las figuras de la
nulidad de parte y de oficio, el Código Tributario no tiene mayores alcances que
los antes descritos; de ahí que, corresponde remitirnos a la LPAG a efecto de
identificar que parámetros deberían regir la actuación de la Administración Tri-
butaria.16
Así, en líneas similares con el Código Tributario, la nulidad de parte podrá ser
planteada con ocasión de los recursos administrativos interpuestos por los ad-
ministrados.
Agrega la LPAG que, la nulidad de oficio será conocida y declarada por la auto-
ridad superior de quien dictó el acto. Si se tratara de un acto dictado por una
16
En aplicación de la Norma IX del Título Preliminar del Código Tributario que recoge la apli-
cación supletoria de los Principios del Derecho. Así dispone: “En lo no previsto por este
Código o en otras normas tributarias podrán aplicarse normas distintas a las tributarias siem-
pre que no se les opongan ni las desnaturalicen. Supletoriamente se aplicarán los Principios
del Derecho Tributario, o en su defecto, los Principios del Derecho Administrativos y los Prin-
cipios Generales del Derecho”.
Si bien ello es así, surgen dudas respecto a los límites que tiene la Administra-
ción Tributaria para declarar la nulidad de oficio, ¿es una potestad irrestricta
dado que se pretende restituir la legalidad del ordenamiento jurídico o debe ser
ejercida salvaguardando la seguridad jurídica de los contribuyentes?
bación automática o por silencio administrativo positivo, por los que se ad-
quiere facultades o derechos, cuando son contrarios al ordenamiento jurídico o
cuando no se cumplen con los requisitos, documentación o trámites esenciales
para su adquisición.
Así, el referido artículo recoge los supuestos en los cuales correspondería decla-
rar la nulidad de oficio;17 no obstante, no se establecen límites ni pautas para el
ejercicio de esta facultad.
17
Con relación a las causales de nulidad del acto, sólo corresponde remitirnos a las prevista
en el artículo 109 del Código Tributario, toda vez que esta norma prima frente a la LPAG
por principio de especialidad. En esa línea se pronuncia el Tribunal Fiscal en la Resolución
Nº 10367-1-2014.
18
Como referencia tenemos el artículo 53 del Código Tributario que dispone que, son órga-
nos de resolución en materia tributaria: 1. El Tribunal Fiscal, 2. La Superintendencia Na-
cional de Administración Tributaria - SUNAT, 3. Los Gobiernos Locales y, 4. Otros que la
ley señale.
Que el artículo 153º del Texto Único Ordenado del Código Tributario,
aprobado por Decreto Supremo Nº 133-2013-EF, dispone que contra lo
resuelto por este Tribunal no cabe recurso alguno en la vía administrativa,
sin embargo éste puede corregir errores materiales o numéricos, ampliar
su fallo sobre puntos omitidos o aclarar algún concepto dudoso de la re-
solución, de oficio o a solicitud de parte, formulada por única vez por la
Administración o por el deudor tributario, dentro del plazo de 10 días
hábiles, contados a partir del día siguiente de efectuada la notificación de
la resolución.
19
La última actualización del Glosario de Fallos se efectuó a través del Acta de Reunión de la
Sala Plena Nº 2019-13 de fecha 25 de marzo de 2019.
SUPUESTO RESULTADO
Cuando la resolución apelada ha sido emitida por un funcionario
Nula la apelada
incompetente de un órgano competente.
Cuando la apelada no expresa los fundamentos de hecho y de
Nula la apelada
derecho que le sirven de base, adoleciendo de falta de motivación.
Cuando la Administración en virtud de su facultad de reexamen
Nula la apelada
efectúa un nuevo reparo al emitir la resolución apelada.
Cuando la apelada no decide sobre todas las cuestiones plantea-
das por los interesados y cuantas suscite el expediente, de Nula la apelada
acuerdo con el artículo 129 del Código Tributario.
Cuando la Administración ejerce su facultad de reexamen sin se-
guir el procedimiento previsto por el artículo 127 del Código Tri-
Nula la apelada
butario, a partir de la entrada en vigencia del Decreto Legislativo
Nº 981.
Cuando la Administración considere que no corresponde admitir
medios probatorios en aplicación del artículo 141 del Código Tri-
butario, no obstante, se encuentra acreditado alguno de los su- Nula la apelada
puestos de excepción que dicha norma contempla para su admi-
sión.
Cuando el Tribunal Fiscal ha resuelto una apelación emitiendo
pronunciamiento sobre el fondo del asunto respecto de determi-
Nula la apelada e
nados valores, y el contribuyente interpone un nuevo recurso de
improcedente la
reclamación contra los mismos valores, y la Administración Tri-
reclamación
butaria al resolver dicha reclamación emite pronunciamiento so-
bre el fondo del asunto.
Cuando la Administración resuelve la reclamación antes del ven-
cimiento del plazo que corresponde en el requerimiento de admi- Nula la apelada
sibilidad y declara inadmisible la reclamación.
Cuando la Administración admite a trámite una reclamación y la
resuelve antes del vencimiento del término probatorio, salvo que Nula la apelada
sea declarada fundada o se trate de cuestiones de puro derecho.
Cuando se constate cualquier otro vicio que acarree la nulidad de
Nula la apelada
la resolución apelada.
Cuando se apela la resolución que declaró la inadmisibilidad de Nula la notificación
un recurso de reclamación y la notificación del requerimiento de del requerimiento y
admisibilidad es nulo. nula la apelada
Cuando se apela la resolución que declaró infundada o improce- Nula la apelada y
dente la reclamación y el valor presenta un vicio de nulidad. nulo el valor
SUPUESTO RESULTADO
Cuando la Administración en virtud de su facultad de reexamen Nula la apelada y
modifica el fundamento de los reparos en instancia de reclama- dejar sin efecto el
ción. valor
Cuando la reclamación contra la orden de pago es admitida a trá-
Nula la apelada y
mite por la Administración y en la resolución apelada la Adminis-
nula la orden de
tración no convalida el valor a pesar de que carece de alguno de
pago
los requisitos previstos en el artículo 77 del Código Tributario.
Cuando la reclamación contra la orden de pago es admitida a trá-
Nula la apelada y
mite por la Administración y en la resolución apelada se modifica
dejar sin efecto el
los fundamentos y disposiciones que sustentan la emisión de di-
valor7
cho valor.
Cuando la Administración declara infundada la reclamación con-
Nula la orden de
tra una orden de pago que se sustenta en una resolución que de-
pago y nula la
terminó mayor deuda acogida al RESIT, la cual ha sido declarada
apelada
nula por el Tribunal Fiscal.
Cuando la Administración declara infundada la reclamación for- Nula la apelada y
mulada contra una orden de pago que se encuentra sustentada nula la orden de
en una resolución que ha sido declarada nula por el Tribunal Fiscal. pago
Cuando se emite un acto administrativo como orden de pago,
Nula la apelada y
amparado en los numerales 1), 2) ó 3) del artículo 78 del Código
nula la orden de
Tributario, en aquellos supuestos en los que debió emitirse una
pago.
resolución de determinación.
Evidentemente, hasta este punto surgen dudas referidas a los parámetros que
deberá seguir la Administración Tributaria para declarar la nulidad de oficio.
¿Existen límites para su aplicación o la misma puede ser ejercida de forma dis-
crecional? ¿Tiene que cumplirse algún otro requisito en particular? ¿En qué plazo
puede ejercerla?
Agrega el numeral 2 del artículo citado, que la nulidad de oficio solo puede ser
declarada por el funcionario jerárquico superior al que expidió el acto que se
invalida. Si se tratara de un acto emitido por una autoridad que no está some-
tida a subordinación jerárquica, la nulidad es declarada por resolución del mismo
funcionario.
Esto último va en línea con lo dispuesto por el artículo 150 del Código Tributa-
rio, que prevé que cuando el Tribunal Fiscal constate la existencia de vicios de
nulidad, además de la declaración de nulidad debe pronunciarse sobre el fondo
del asunto, de contarse con los elementos suficientes para ello, salvaguardando
los derechos de los administrados. Cuando no sea posible pronunciarse sobre
el fondo del asunto, se dispone la reposición del procedimiento al momento en
que se produjo el vicio de nulidad.
Asimismo, dispone que, la facultad para declarar la nulidad de oficio de los actos
administrativos prescribe en el plazo de dos (2) años, contado a partir de la
fecha en que hayan quedado consentidos.
Entonces, tenemos que la LPAG establece los siguientes requisitos para declarar
la nulidad de oficio: (i) debe tratarse de un acto que agravie el interés público o
lesione derechos fundamentales, (ii) debe ser declarada por el funcionario jerár-
quico superior; en su defecto, de no contar con superior jerárquico, será decla-
rada por el mismo funcionario, (iii) la autoridad podrá pronunciarse sobre el
fondo del asunto de contar con los elementos suficientes, (iv) tratándose de
actos administrativos favorables para el administrado, podrá ejercer su derecho
Lo anterior implica que, si bien el fisco puede tener como objetivo lograr
una mayor recaudación, su actuación no puede ir en contra del interés pú-
blico, por lo que no puede perjudicar a los contribuyentes haciendo preva-
lecer intereses particulares de los funcionarios de la Administración Tribu-
taria en el afán de generar mayores ingresos para el Estado.
En materia tributaria también será aplicable este requisito, toda vez que la
nulidad únicamente podría ser declarada por el superior jerárquico de aquel
que emitió el acto.
20
CORREA, Jorge. “Algunas consideraciones sobre el interés público en la Política y el Dere-
cho”. En: Revista española de control externo, ISSN 1575-1333, Vol. 8, Nº 24. 2006. Pág. 140.
Tal condición la recoge el artículo 150 del Código Tributario, por lo que re-
sulta aplicable en caso el Tribunal Fiscal declare la nulidad de oficio.
21
BUENO, Antonio. Op. Cit. Pág. 348.
(…) respecto del plazo para declarar la nulidad de oficio por parte
de la Administración Tributaria, resulta aplicable el artículo 202º
de la Ley del Procedimiento Administrativo General, norma de
aplicación supletoria en virtud a la Norma IX del Título Preli-
minar del Código Tributario, que establece que en lo no previsto
por este Código o en otras normas tributarias, podrán aplicarse
normas distintas a las tributarias siempre que no se les opongan
ni las desnaturalicen.
(…)
(…)
22
Cabe señalar que, en la resolución citada se aplica el plazo de un (1) año puesto que aún
no entraba en vigencia el cambio legislativo efectuado a través del Decreto Legislativo Nº
1272 que modifica el plazo de prescripción de un (1) año a dos (2) años. Este último es el
que sigue vigente hasta la fecha.
Por su parte, Bielsa23 acota en relación con los efectos de la declaración de nu-
lidad:
23
BIELSA, Rafael. Derecho Administrativo; La Ley Sociedad Anónima Editora e Impresora.
Buenos Aires: 1964, Págs. 153-157.
Lo anterior sucederá ya sea que la nulidad haya sido solicitada de parte o decla-
rada de oficio por la Administración Tributaria.
(ii) Respecto del acto declarado nulo, los administrados no están obligados a
su cumplimiento y los servidores públicos deberán oponerse a la ejecución
del acto, fundando y motivando su negativa.
(iii) En caso de que el acto viciado se hubiera consumado, o bien sea imposible
retrotraer sus efectos, sólo dará lugar a la responsabilidad de quien dictó el
acto y en su caso, a la indemnización para el afectado.
Agrega el artículo 13.1 que la nulidad de un acto sólo implica la de los sucesivos
en el procedimiento, cuando estén vinculados a él.
24
MARES RUIZ, Carla. La Reformatio In Peius en la Vía Administrativa. Universidad de Piura.
Facultad de Derecho. Piura: 1999. Pág. 1.
Que sobre dicha actuación, cabe tener en cuenta que conforme con el nu-
meral 187.2 del artículo 187º de la Ley del Procedimiento Administrativo
General, Ley Nº 27444, aplicable supletoriamente a los procedimientos
tributarios de conformidad con la Norma IX del Título Preliminar del Có-
digo Tributario, “(…) en los procedimientos iniciados a petición del in-
teresado, la resolución será congruente con las peticiones formuladas por
éste, sin que en ningún caso pueda agravar su situación inicial (…)”.
Al respecto, somos de la idea que, si bien existe la garantía del non reformatio
in peius en nuestro ordenamiento jurídico, cuando estamos frente a una nulidad
de oficio declarada válidamente, no puede hablarse de una reforma a peor, toda
vez que el acto primigenio nunca debió ser emitido, con lo cual no es posible
equiparar ambas situaciones jurídicas (es decir, la situación 1 producto del acto
declarado nulo frente a la situación 2 producto del nuevo acto emitido por la
Administración Tributaria).
Somos de la opinión que no, toda vez que la primera resolución de determina-
ción nunca debió existir, al contravenir una de las causales establecidas en el
artículo 109 del Código Tributario, por lo que no resultaría coherente comparar
la situación generada al contribuyente inicialmente con la situación que real-
mente le correspondía.
Ahora bien, resulta importante mencionar que si bien el principio del non refor-
matio in peius no puede invocarse en casos respecto de los cuales existe una
nulidad de oficio de por medio, dicho principio sí debe encontrarse presente en
las demás actuaciones de la Administración Tributaria, salvo en los casos en los
que esta última, en aplicación de su facultad de reexamen –regulada en el ar-
tículo 127 del Código Tributario– modifique los reparos efectuados en etapa de
fiscalización o verificación y que hayan sido impugnados, para incrementar sus
montos.
Al respecto Caller Ferreyros25 señala que “el artículo 127 del citado Código,
al permitir que mediante un nuevo examen del asunto controvertido se efectúen
nuevas comprobaciones y se pueda incrementar el monto del reparo, resulta que
contiene una excepción a la prohibición de la reforma en peor. Dicha excep-
ción, sólo está referida al incremento del reparo y deberá sujetarse al procedimiento
25
CALLER FERREYROS, María Eugenia. “La facultad de reexamen. Su regulación en el Código
Tributario”. En: Revista del Instituto Peruano de Derecho Tributario. Nº 55, Abril 2013. De-
dicada íntegramente a las XII Jornadas Nacionales de Derecho Tributario. Pág. 156.
Hasta aquí, cabe advertir que será relevante determinar si el plazo de un (1)
año al que se refiere el numeral 1 del artículo 62-A del Código Tributario ya
ha trascurrido.26
Siendo ese el caso, si ya transcurrieron los nueve (9) meses desde la inter-
posición del reclamo, corresponderá que la SUNAT de inmediato emita un
nuevo pronunciamiento.
26
Según el mencionado artículo, el procedimiento de fiscalización que lleve a cabo la Admi-
nistración Tributaria debe efectuarse en un plazo de un (1) año, computado a partir de la
fecha en que el deudor tributario entregue la totalidad de la información y/o documenta-
ción que fuera solicitada por la Administración Tributaria, en el primer requerimiento no-
tificado en ejercicio de su facultad de fiscalización. De presentarse la información y/o do-
cumentación solicitada parcialmente no se tendrá por entregada hasta que se complete la
misma.
27
Así lo recoge el Tribunal Constitucional en la Sentencia recaída en el Expediente Nº 02051-
2016-PA/TC.
28
Agrega que, dichas acciones prescriben a los diez (10) años cuando el Agente de retención
o percepción no ha pagado el tributo retenido o percibido.
29
El término prescriptorio se computará:
“1. Desde el uno (1) de enero del año siguiente a la fecha en que vence el plazo para la
presentación de la declaración anual respectiva.
2. Desde el uno (1) de enero siguiente a la fecha en que la obligación sea exigible, respecto
de tributos que deban ser determinados por el deudor tributario no comprendidos en el
inciso anterior y de los pagos a cuenta del Impuesto a la Renta.
3. Desde el uno (1) de enero siguiente a la fecha de nacimiento de la obligación tributaria,
en los casos de tributos no comprendidos en los incisos anteriores.
4. Desde el uno (1) de enero siguiente a la fecha en que se cometió la infracción o, cuando
no sea posible establecerla, a la fecha en que la Administración Tributaria detectó la
infracción.
alguna de las causales previstas en los artículos 45 o 46 del mismo cuerpo legal,
respectivamente.
5. Desde el uno (1) de enero siguiente a la fecha en que se efectuó el pago indebido o en
exceso o en que devino en tal, tratándose de la acción a que se refiere el último párrafo
del artículo anterior.
6. Desde el uno (1) de enero siguiente a la fecha en que nace el crédito por tributos cuya
devolución se tiene derecho a solicitar, tratándose de las originadas por conceptos distin-
tos a los pagos en exceso o indebidos.
7. Desde el día siguiente de realizada la notificación de las Resoluciones de Determinación
o de Multa, tratándose de la acción de la Administración Tributaria para exigir el pago
de la deuda contenida en ellas”.
30
Con excepción de aquellos actos que se notifiquen cuando la SUNAT, en el ejercicio de la
citada facultad, realice un procedimiento de fiscalización parcial.
31
A través del Decreto Legislativo Nº 1311 se modificó el penúltimo párrafo del artículo 46
del Código Tributario y se incluyó el párrafo referido a que “la suspensión opera solo por los
plazos establecidos en el presente Código Tributario para resolver dichos recursos, reanudán-
dose el cómputo del plazo de prescripción a partir del día siguiente del vencimiento del plazo
para resolver respectivo”.
32
Aun cuando a la fecha la norma prevé que la suspensión solo opera por el plazo legal que
tienen los órganos para resolver consideramos que esto va en contra de la naturaleza de
la nulidad de los actos administrativos.
33
El Poder Judicial ha emitido sentencias que no recogen dicho criterio en el caso que la
nulidad de los valores se haya producido porque no se inició un procedimiento de fiscali-
zación válido respecto a un determinado tributo y periodo.
Al respecto, el artículo 146 del del Código Tributario señala que “la apelación
de la resolución ante el Tribunal Fiscal debe formularse dentro de los quince (15)
días hábiles siguientes a aquel en que se efectuó su notificación, mediante un escrito
en el que se identifique el acto apelable materia de impugnación, los fundamentos
de hecho y, cuando sea posible, los de derecho (…)”. Según se advierte, el referido
artículo no regula limitante alguna respecto de las impugnaciones de resolucio-
nes que declaran la nulidad de un acto administrativo. Por lo que se entendería,
que las resoluciones emitidas por la Administración Tributaria que declaran la
nulidad de oficio de un determinado acto administrativo tributario son apelables
ante el Tribunal Fiscal.
Al respecto, el inciso 3 del artículo 139 de la Constitución Política del Perú es-
tablece que son “principios y derechos de la función jurisdiccional la observancia
del debido proceso y la tutela jurisdiccional”. Sobre el alcance del derecho al
debido proceso, el Tribunal Constitucional en la Ejecutoria Nº 0090-2004-AA
señaló lo siguiente:
34
ESPINOSA-SALDAÑA, Eloy, “Exigibilidad de un Debido Proceso en los Procedimientos
Administrativos”. En: Derecho & Sociedad. Nº 15, XI. Lima: 2000. Págs. 85-86.
(…)
Que, por tanto, habiéndose declarado nulos los valores que fueron objeto
de reclamación, con cuya declaración se encuentra de acuerdo la re-
currente, dichos valores han desaparecido de la esfera jurídica de ésta al
haberse detectado que no fueron emitidos conforme a ley, y en consecuen-
cia, al no tener efectos jurídicos individuales respecto de la recurrente, no
existe controversia sobre la cual corresponda emitir pronunciamiento en
esta instancia. (El énfasis y subrayado es agregado)
Que, por tanto, habiéndose declarado nula la resolución que fue ob-
jeto de reclamación, aspecto no cuestionado por la recurrente, dicho
acto ha desaparecido de la esfera jurídica de la recurrente al haberse de-
tectado que no fue emitido conforme a ley y, en consecuencia, al no tener
efectos jurídicos individuales respecto de la recurrente, no existe contro-
versia sobre la cual corresponda emitir pronunciamiento en esta
instancia. (El énfasis y subrayado es agregado)
Entonces, tenemos que, si se apela una resolución que declaró nulo un valor y,
en la misma no se cuestiona la “nulidad como tal” no existirá materia contro-
vertida sobre la cual pronunciarse.
Consideramos que esto es algo bastante obvio, puesto que tratándose de una
resolución que declaró la nulidad de un acto, el aspecto controvertido única-
mente debería circunscribirse a determinar si esta era procedente o no.
De las citadas resoluciones podemos concluir que, en criterio del Tribunal Fiscal
si el contribuyente apela una resolución que ha declarado nulo un acto tributa-
rio, corresponderá confirmar la apelada, puesto que no existe controversia que
sea susceptible de ser conocida.
Somos de la opinión que dicha afirmación no es del todo cierta, toda vez que,
en muchas ocasiones la declaración de nulidad de un acto repercute de manera
negativa en los contribuyentes, por lo que sí se produce un agravio en su contra.
Por ejemplo, el escenario en el que se haya estado litigando un caso por más de
diez años y, llegado el momento, el Tribunal Fiscal declara la nulidad de la Re-
solución de Determinación. Ello implicará que el expediente regrese a foja cero
y que se reanude el procedimiento de fiscalización de determinado ejercicio.
En tal sentido, consideramos que en aquellos casos en los que se apele una
resolución que ha declarado nulo un acto tributario previo sí existirá materia
controvertida y, por lo tanto, el Tribunal Fiscal debería estar obligado a pronun-
ciarse sobre la procedencia de dicha nulidad.
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
8. En aquellos casos en los que se apele una resolución que ha declarado nulo
un acto tributario previo sí existirá materia controvertida y, por lo tanto, el
Tribunal Fiscal debería estar obligado a pronunciarse sobre la procedencia
de dicha nulidad.
9. Dado que existen criterios contrarios a nivel del Tribunal Fiscal, somos de
la opinión que, la posibilidad de impugnar una resolución que declaró nulo
un valor debería ser revisado en una sesión de la Sala Plena, de modo que
se pueda concluir que en dicho escenario sí existe materia controvertida y,
por lo tanto, que corresponde que el órgano resolutor se pronuncie sobre
la procedencia de la nulidad a efecto de no vulnerar el derecho de defensa
de los contribuyentes.
10. De ser necesario, se podría efectuar un cambio normativo a través del cual
se incorpore en el artículo 146 del Código Tributario, que serán apelables
las resoluciones que declaren la nulidad de un acto administrativo tributario
previo, de modo que los operadores jurídicos no tengan ninguna interpre-
tación distinta al momento de aplicar las normas tributarias.
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
2004 Expediente Nº 0090-2004-AA/TC. Sentencia: 5 de julio de 2004.
Consulta: 20 de julio de 2022
<https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2004/00090-2004-AA.html>.
2004 Expediente Nº 1803-2004-AA/TC. Sentencia: 25 de agosto de 2004
Consulta: 10 de julio de 2022
<https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2005/01803-2004-AA.html>.
2004 Expediente Nº 2384-2004-AA/TC. Sentencia: 9 de noviembre de 2004
Consulta: 6 de julio de 2022
<https://tc.gob.pe/jurisprudencia/2004/02384-2004-AA.html>.
2011 Expediente Nº 04088-2011-PA/TC. Sentencia: 24 de octubre de 2011
Consulta: 8 de julio de 2022
<https://tc.gob.pe/jurisprudencia/2011/04088-2011-AA%20Resolu-
cion.pdf>.
2016 Expediente Nº 02051-2016-PA/TC. Sentencia:12 de noviembre de 2020.
Consulta:17 de julio de 2022
<https://tc.gob.pe/jurisprudencia/2020/02051-2016-AA.pdf>.
Habiendo transcurrido más de cinco años desde que el Perú se unió al Inclusive
Framework de la OCDE, no hay aún un desarrollo legislativo en esta materia. En
ausencia de regulación doméstica, la autora analiza la posición institucional del
Ejecutivo recogida en el documento Peru Dispute Resolution Profile respecto de
cada uno de los elementos que forman parte de los términos de referencia de la
Acción 14, de cara al compromiso frente a la comunidad internacional de imple-
mentar el estándar mínimo de la Acción 14.
1. INTRODUCCIÓN
*
Abogada por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Advanced LLM en Internatio-
nal Taxation por la Universidad de Leiden (Países Bajos). Gerente de impuestos en Deloitte
Perú.
Esta ponencia está dividida en dos secciones. La primera aborda los aspectos
generales del MAP, sus condiciones de acceso, restricciones y garantías mínimas
de los contribuyentes frente a éstas, todo ello articulado con la nueva redacción
del Artículo 25 en la versión del Modelo de la OCDE que recoge las recomenda-
ciones BEPS y las renovadas exigencias a los Estados Contratantes que se com-
prometieron a implementar el estándar mínimo de la Acción 14.
La segunda sección perfila la situación actual del Perú de cara a los compromisos
asumidos en esta materia frente a la comunidad internacional luego de su in-
corporación como miembro del Inclusive Framework (IF) en el 2016 y su adhe-
sión al Multilateral Instrument (MLI) de la OCDE en el 2018. En ausencia de
desarrollo legislativo que permita analizar la interrelación entre el MAP de caso
específico y los acuerdos MAP con la norma doméstica peruana y nuestros tri-
bunales, revisamos la declaración contenida en el documento público Peru Dis-
pute Resolution Profile, que adelanta la posición institucional del Perú respecto
de los cuatro elementos de los términos de referencia de la Acción 14.
1
Conformado por las Acciones 5, 6, 13 y 14 BEPS.
2
Comentario 30 del Draft double taxation convention on income and capital de 1963.
3
Se introdujo la segunda parte al Artículo 25(1) estableciendo el límite de tres años para
que el contribuyente presente su caso, así como la segunda parte al Artículo 25(2) según
el cual el acuerdo MAP debe ser implementado sin perjuicio de los límites temporales de
la norma doméstica.
4
OECD (2013), Addressing Base Erosion and Profit Shifting, OECD Publishing, Paris:2013,
Pág. 13. <http://dx.doi.org/10.1787/9789264192744-en>.
5
OECD, Making Dispute Resolution Mechanisms More Effective - Action 14 - 2015 Final Report,
OECD/G20 Base Erosion and Profit Shifting Project, OECD Publishing, Paris: 2015.
<http://dx.doi.org/10.1787/9789264241633-en>.
iii. Asegurar que los contribuyentes accedan al MAP si califican para ello.
En este contexto, los compromisos adquiridos por los Estados como parte del
estándar mínimo de la Acción 14 se integran con las obligaciones de derecho
internacional asumidas al signar un Convenio de doble imposición, y por tanto
deben ser implementados de buena fe, de acuerdo con los términos y a la luz
del objeto y propósito del Tratado.6 Es decir, más allá de una promesa política
existe un verdadero deber jurídico de resolver efectiva y oportunamente los ca-
sos en que se verifique imposición no acorde con el propio Convenio.
Siguiendo la distinción que hace Zuger,8 estos conflictos pueden reducirse a dos
categorías básicas:
6
El Artículo 31 de la Sección Tercera del Convenio de Viena sobre los Derechos de los Tra-
tados de 1969 señala: “I. Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido
corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de estos y teniendo
en cuenta su objeto y fin” (1969:12).
7
SERRANO, Fernando. La Resolución de conflictos en el derecho internacional tributario: Pro-
cedimiento amistoso y arbitraje. Civitas, 2010, Pág. 149.
8
ZUGER, Mario. “Conflict Resolution in Tax Treaty Law”. En: Intertax, 2002, Volumen 30,
Pág. 342.
Por otra parte, los conflictos de derecho están cubiertos por el MAP interpreta-
tivo del párrafo 3 del Artículo 25, que en una suerte de interpretación auténtica
del Convenio habilita a las autoridades competentes de ambos Estados contra-
tantes a completar y aclarar la definición de un término incompleto o ambigua-
mente definido (Comentario 52 al Artículo 25 del Modelo), prerrogativa consi-
derada en el Artículo 3(2) del Modelo, que establece un orden de prioridad para
evitar el recurso a las definiciones de la norma doméstica en el llenado de vacíos
interpretativos.
A diferencia del MAP interpretativo, que tiene el poder de desplazar las defini-
ciones de la norma doméstica en la interpretación del Tratado,9 el MAP de caso
específico no pretende determinar con alcance general el sentido ordinario a ser
otorgado a los términos no definidos en el Convenio, sino solucionar un con-
flicto particular de un contribuyente en particular.
9
Según el comentario 13.2 del Artículo 3(2) del Modelo sólo el acuerdo alcanzado de con-
formidad con el párrafo 3 del Artículo 25 tiene prioridad sobre la norma doméstica
(2017:103).
Una vez la autoridad competente del otro Estado contratante haya sido contac-
tada empieza el proceso de negociación propiamente dicho, el cual no tiene
plazo, ni exigencia de un acuerdo en concreto. Eso sí, si se alcanzara uno deberá
implementarse sin perjuicio de los límites temporales de las respectivas legisla-
ciones internas.
10
Comentario 55 del artículo 25 del Modelo (2017:420).
11
Como indica Gerrit Groen, a diferencia de los otros MAP en que el conflicto interpretativo
se origina en los propios Estados contratantes, el conflicto resuelto vía MAP de caso espe-
cífico debe tenerse como un conflicto internacional indirecto del tratado fiscal (“indirect
international tax treaty dispute”), señalando que “sólo después que el Estado en el cual se
inició el recurso está dispuesto a tomar el recurso del contribuyente e iniciar el procedimiento
de acuerdo mutuo, la dispuesta se convierte en una disputa de tratado tributario internacional
entre Estados” (traducción libre). (Gerrit 2002: 4).
12
El Estado contratante puede, por ejemplo, válidamente negarse a dar inicio al MAP si con-
sidera que involucra una transacción de abuso del Convenio.
Sólo acciones u omisiones de uno o ambos Estados contratantes que sean con-
trarias a las disposiciones del Convenio están cubiertas con el MAP. Esto sig-
nifica que las meras violaciones a la legislación doméstica por parte de uno o
ambos Estados contratantes no pueden resolverse con este instrumento.
Aún más, el MAP de caso específico aplica incluso allí donde no hay doble im-
posición, pero sí imposición no conforme con el Convenio. Éste es el caso, por
ejemplo, cuando uno de los Estados sujete a imposición una clase particular de
renta, siendo que las disposiciones del Convenio otorgan derecho exclusivo de
imposición al otro Estado contratante, el que, sin embargo, no lo hace por apli-
cación de su propia norma doméstica.13
13
Comentario 13 al artículo 25 del Modelo (2017: 410).
tails a duty to negotiate; but as far as reaching mutual agreement through the
procedure is concerned, the competent authorities are under a duty merely to
use their best endeavours and not to achieve a result”.14 (2017:441).
14
“El párrafo 2 sin duda supone un deber de negociar, pero en cuanto a alcanzar un acuerdo
mutuo a través de este procedimiento, las autoridades competentes están ante el mero deber
de emplear sus mejores esfuerzos y no alcanzar un resultado” (traducción libre).
15
KOLLMAN, Jasmin y Laura TURCAN. “Chapter 2: Overview of The Existing Mechanism to
Resolve Disputes and Their Challenges in International Taxation in Tax Matters”, En: Inter-
national Taxation in Tax Matters. IBFD, Amsterdam: 2015, Pág. 15.
16
“¿Es la administración tributaria, encargada de la recaudación fiscal, la institución correcta
para administrar el proceso diseñado para remover barreras al comercio y la inversión y alo-
car los derechos impositivos entre los gobiernos?” (traducción libre). ALTMAN, Daniel. Dis-
pute Resolution under Tax Treaties. Doctoral Series 11. IBFD, 2006.
Aunque la Acción 14 aborda esta cuestión como parte del estándar mí-
nimo, esta falta de autonomía respecto de la función auditora y recaudadora
es particularmente preocupante en los países en desarrollo, que usualmente
no cuentan con los recursos financieros y técnicos para implementar un
equipo especial que lleve este tipo de casos, sin estar influenciado por su
propia política recaudatoria.17
17
PROTTO, Carlos. “Mutual Agreement Procedures in Tax Treaties: Problems and Needs in
Developing Countries and Countries in Transition”. En: Intertax, 2014, volumen 42, nú-
mero 3, Pág. 177.
18
Comentario 38 al artículo 25 del Modelo (2017: 441).
19
“De acuerdo con el artículo 25(1) las autoridades competentes usualmente no alcanzan una
solución basada en la mejor interpretación de un determinado dispositivo del tratado, pero
en cambio surge como un resultado basado en un mecanismo de tira y afloja en el contexto
de otros casos pendientes de acuerdos mutuos” (traducción libre). RAAD, Kees Van, “Inter-
national Coordination of Tax Treat Interpretation and Application”. En: Intertax, 2001, vo-
lumen 29, número 6/7, Pág. 213.
20
Aunque éstas sean las condiciones reales de negociación, de acuerdo con el comentario
Por lo anterior, el MAP conlleva una serie de garantías mínimas que los Estados
no pueden obviar, bajo riesgo de frustrar los objetivos de este instrumento y los
perseguidos por el propio Convenio:
El texto del párrafo primero del Artículo 25 del Modelo es claro al enfatizar
el carácter alternativo del MAP de caso específico: “Independientemente de
los remedios previstos en la legislación doméstica de aquellos Estados” (2017:
429). Así, el acceso a MAP no puede ser denegado cuando la misma ma-
41 al Artículo 25 del Modelo “debería tomarse en cuenta que el objetivo del procedimiento
es encontrar una solución equitativa para el caso individual a mano; por tanto, los casos
deberían ser resueltos con base en sus propios méritos y no por un toma y daca entre Estados”
(2017: 444).
21
RIBES, Aurora. “Compulsory Arbitration as a Last Resort in Resolving Tax Treaty Interpre-
tation Problems”. En: European Taxation, IBFD, número 9, 2002, Págs. 400-404.
22
OECD, Making Dispute Resolution Mechanisms More Effective, Action 14 - 2015 Final Report.
“OECD/G20 Base Erosion and Profit Shifting Project”, Pág. 12.
23
ISMER, Roland, en Reimer & Rust (editores), Klaus Vogel on Double Taxation Conventions.
Kluwer, 2015, Pág. 1794.
3. EL MAP EN EL PERÚ
Aunque este deber es extensible a todos los Convenios sin perjuicio de su ca-
rácter expreso, sólo los Convenios suscritos con Portugal y Japón establecen
expresamente que el acuerdo al que se llegue debe implementarse independien-
temente de los plazos y límites de la legislación interna.
Por último, tratándose del Convenio con Chile y con Canadá, además del MAP
de caso específico y del MAP interpretativo, también incluyen una cláusula de
arbitraje voluntario subsidiario al MAP, facultando este recurso en tanto ambas
autoridades competentes como el contribuyente acuerden sujetarse a la deci-
sión de un tribunal arbitral, que en todo caso será vinculante.
Al formar parte del MLI desde el 27 de junio del 2018,25 cuando este instru-
mento entre en vigencia en nuestro país (condicionado a su ratificación por el
Legislativo), los convenios suscritos por Perú y cubiertos por el MLI (es decir,
siempre que tanto el Estado peruano como el otro Estado contratante hayan
decidido cubrir el respectivo Convenio) se deberán leer e interpretar en línea con
las llamadas cláusulas preceptivas del MLI, cuya aplicación es obligatoria como
24
Sin perjuicio de ello, el Comentario 11 al Artículo 25 del Modelo expresa que aun cuando
un determinado Convenio no ha establecido reglas similares al párrafo 2 del artículo 9, el
solo hecho de haber insertado el párrafo 1 indica que es intención de las partes el cubrir la
doble imposición económica generada por ajustes de precios de transferencia con el MAP
(2017:432).
25
OECD, Peru signs landmark agreement to strengthen tax treaties and moves forward in
international tax co-operation, 2018. <https://www.oecd.org/countries/peru/peru-signs-
landmark-agreement-to-strengthen-tax-treaties-and-moves-forward-in-international-tax
-cooperation.htm>.
Ahora bien, en la medida que Brasil no ha firmado el MLI y que Suiza decidió
excluir el Convenio con Perú de su listado de convenios cubiertos, las modifica-
ciones dispuestas por el MLI, incluyendo los cambios al Artículo 25, no serán
extensibles a dichos Convenios.
26
“Cuando una persona considere que las acciones de una o ambas jurisdicciones contratantes
resulten o resultarán para esa persona en una tributación que no esté de acuerdo con las
disposiciones del Convenio fiscal comprendido, esa persona podrá, independientemente de los
recursos previstos por la legislación nacional de esas Jurisdicciones Contratantes, presentar el
caso a la autoridad competente de cualquiera de las Jurisdicciones Contratantes” (traducción
libre).
Dicho todo esto, y sin perjuicio de un análisis caso por caso (que no es el pro-
pósito de este trabajo), resulta manifiesta la intención del Estado peruano de
reforzar los mecanismos actuales de solución de controversias en materia fiscal,
alineándose a las prácticas de la comunidad internacional. Sin embargo, como
veremos a continuación, no necesariamente esta declaración de intenciones se
ha traducido en un desarrollo compatible y proactivo del asunto.
Para asegurar el éxito de los objetivos perseguidos por las Acciones BEPS, en el
2016 la OCDE creó el Inclusive Framework (IF), invitando a la membresía a países
y jurisdicciones interesadas, incluyendo las economías en desarrollo, con la con-
dición de comprometerse con el paquete integral del Proyecto BEPS y su con-
sistente implementación.
Para asegurar que las medidas del estándar mínimo de la Acción 14 sean imple-
mentadas rápida, consistentemente y abiertas a escrutinio público, la metodo-
logía establecida para el proceso de monitoreo se adoptó con un enfoque de dos
fases (two-stage approach): (i) identificación de las carencias que las jurisdiccio-
nes experimentan en la implementación del estándar mínimo de la Acción 14 y
un plan de acción para superarlas, y (ii) revisión de las acciones adoptadas por
los miembros del IF para superar las limitaciones identificadas en la fase anterior.
27
OECD, BEPS Action 14 on More Effective Dispute Resolution Mechanisms - Peer Review Docu-
ments, 2016, OECD/G20 Base Erosion and Profit Shifting Project, Pág. 9. <www.oecd.org/
tax/beps/beps-action-14-on-more-effective-dispute-resolution-mechanisms-peer-review-
documents.pdf>.
28
OECD, OECD/G20 Inclusive Framework on BEPS. Progress report July 2020 - September 2021,
Perú no forma parte de estas estadísticas. De hecho, junto con otras 56 juris-
dicciones que integran el IF, ha decidido postponer el proceso de revisión por
pares.29
Si bien los Comentarios al Modelo por un lado indican que los acuerdos MAP
son vinculantes para las respectivas autoridades fiscales (2017: 441) y por otro,
también enfatizan que las Cortes son los intérpretes exclusivos de los Tratados
(2017: 441), esa pregunta sólo puede ser respondida desde la norma interna.
Avery Jones distingue dos tipos de Estados con visiones diametrales respecto
del carácter vinculante de un acuerdo MAP. Los primeros, que consideran que
son sus Cortes las que tienen la última palabra en cuanto a interpretación de la
norma del Tratado y, los segundos que miran al MAP como un mecanismo vá-
lido de delegación de competencias, cuyo ejercicio por parte de las autoridades
competentes sobreviene en un acuerdo vinculante incluso para los órganos ju-
risdiccionales domésticos.34
34
AVERY, John. “The relationship between the mutual agreement and internal law”. en: EC
Tax Review, 1999, volumen 8, número 1, Págs. 4-8.
judicial exigible, no habrá espacio para un acuerdo MAP. Sin embargo, acá im-
porta hacer una diferenciación:
ii. Para las instancias jurisdiccionales, por el contrario, a menos que el contri-
buyente acepte los términos del acuerdo MAP (y entonces el conflicto des-
aparece), la existencia de un acuerdo al que se llega vía negociación entre
administraciones tributarias no puede ser vinculante y/o poner término al
ejercicio de la función jurisdiccional.
Aunque parcialmente correcta (al menos en lo que respecta a los remedios ju-
diciales), la declaración anterior puede entrar en contradicción con la que sigue
(traducción libre):
ii. Que una vez gatillado cualquiera de los mecanismos domésticos de solu-
ción de conflictos (administrativos y/o judiciales), el contribuyente que
quiera ejercitar su derecho al MAP, renuncie al procedimiento o proceso
local en el estadio en que se encuentre, o
iii. Que, en todo caso, el inicio de los mecanismos impugnatorios internos im-
pida el inicio del MAP, por tener las autoridades competentes que abste-
nerse a seguir con el proceso.
Philip Baker, cuando revisa el MAP de cara a su compatibilidad con las conven-
35
Si una vez ejercitado el acceso al MAP, el contribuyente no puede seguir los procedimien-
tos administrativos correspondientes para la impugnación del acto administrativo de de-
terminación que permiten suspender la cobranza coactiva, ¿qué sentido tiene esperar al-
guna eventual solución favorable en MAP si no existe incentivo para que la autoridad com-
petente convoque y resuelva efectivamente con la otra autoridad competente el conflicto
en cuestión, sabiendo que no está obligada a hacerlo?
4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
36
BAKER, Philip. Double Taxation Agreements and International tax law: A Manual on the
OECD Model Double Tax Convention on Income and on Capital of 1992. Segunda edición.
Sweet & Maxwell, London, Pág. 67.
37
PAGÉS I GATES, Joan. “La interpretación en el procedimiento amistoso de los Tratados de
doble imposición”. En: Fiscalidad y Globalización. Navarra: Aranzadi, Pág. 864.
5. Habiendo transcurrido más de cinco años desde que el Perú se unió al IF,
no existe aún regulación doméstica que desarrolle el estándar mínimo de la
Acción 14, ello sin perjuicio de haber decidido suspender el proceso de re-
visión de pares que monitorea su implementación. No obstante, mediante
la publicación del Peru Dispute Resolution Profile en el sitio oficial de la OCDE
sí ha adelantado su postura institucional por cada uno de los elementos
que forman parte de los términos de referencia de la Acción 14.
5. BIBLIOGRAFÍA
ALTMAN, Daniel (2006) Dispute Resolution under Tax Treaties. Doctoral Series
11. Amsterdam: IBFD Publications.
AVERY, John (1999) “The relationship between the mutual agreement and in-
ternal law”.En: EC Tax Review, volume 8, número 1, Págs. 4-8.
BAKER, Philip (1991) Double Taxation Agreements and International tax law: A
Manual on the OECD Model Double Tax Convention on Income and on Capital of
1992. Segunda edición. London: Sweet & Maxwell, Pág. 67.
MARKHAM, Michelle (2021) “Action 14 of the BEPS Project: Taking the Pulse
of Tax Certainty and Determining the Effectiveness of the Peer Review Process
Five Years On”. En: Bulletin for International Taxation. IBFD, Pág. 96.
1963 Comentario 30 del Draft double taxation convention on income and ca-
pital de 1963. Consulta: 29 de junio de 2022.
<https://www.oecd-ilibrary.org/docserver/9789264073241-en.pdf?exp
ires=1656619866&id=id&accname=oid335434&checksum=925144
983BA16826C16A002A132BAD95>.
2013 Addressing Base Erosion and Profit Shifting. OECD, Pág.13. Consulta: 24
de junio de 2022.
<http://dx.doi.org/10.1787/9789264192744-en>.
2018 Peru signs landmark agreement to strengthen tax treaties and moves for-
ward in international tax co-operation. Consulta: 29 de junio de 2022.
<https://www.oecd.org/countries/peru/peru-signs-landmark-agreement
-to-strengthen-tax-treaties-and-moves-forward-in-international-tax-
cooperation.htm>
ZUGER, Mario (2002) Conflict Resolution in Tax Treaty Law. En Intertax, Volu-
men 30, Pág. 342.
En ese contexto, el presente artículo tiene por objeto analizar los alcances de una
posible regulación del arbitraje nacional en materia tributaria como método alter-
nativo a la resolución de conflictos a nivel administrativo y judicial, considerando
el alto nivel de conflictividad que tiene nuestro país en dicha materia, la demora
en la que incurren los órganos resolutores, así como la experiencia y especialidad
requerida para la resolución de las controversias tributarias.
Para tal fin, se analiza la regulación actual del arbitraje y las disposiciones que
tendrían que adecuarse en nuestro ordenamiento jurídico, realizando una pro-
puesta para la implementación del arbitraje nacional en materia tributaria, resal-
tando cuales serían sus principales características, así como los posibles cuestio-
namientos y retos por superar.
1
Abogada por la Universidad de Lima. Asociada del Estudio Zuzunaga, Assereto & Zegarra
Abogados.
1. INTRODUCCIÓN
Sin perjuicio de lo anterior, cabe resaltar que actualmente sí existen ciertos con-
2
Según se desprende del numeral 1 del artículo 34 del Decreto Legislativo Nº 1071, Decreto
Legislativo que norma el arbitraje (en adelante “Ley de Arbitraje”).
3
Cuyo Texto Único Ordenado (TUO) ha sido aprobado mediante Decreto Supremo Nº 133-
2013-EF (en adelante “Código Tributario”).
4
Recogido por el artículo 148 de la Constitución Política del Perú de 1993 (en adelante “la
Constitución”) y regulado a través de la Ley Nº 27584, Ley que regula el Proceso Conten-
cioso Administrativo, cuyo TUO ha sido aprobado mediante Decreto Supremo Nº 011-
2019-JUS (en adelante “LPCA”). La aplicación de dicho proceso ha sido recogida también
en el artículo 157 del Código Tributario.
5
A nivel de Sudamérica, cabe resaltar el caso de Panamá, que reguló el arbitraje tributario a
través de Ley 76 de 2019 (Código de Procedimiento Tributario de la República de Panamá),
sin embargo, mediante Sentencia de fecha 8 de agosto de 2022 el Pleno de la Corte Su-
prema de Justicia de Panamá declaró su de inconstitucionalidad; y, el caso de Venezuela,
que reguló el arbitraje tributario desde el año 2001 en el Código Orgánico Tributario (y se
mantuvo en las versiones de 2014 y 2020), pero el mismo aún no ha sido aplicado según
lo señalado Fraga-Pittaluga (2020:94) y Díaz Candia (2014: 748). Por otro lado, cabe re-
saltar el caso de Estado Unidos, que permite el arbitraje en materia tributaria para resolver
cuestiones de hecho mas no de derecho en virtud del Tax Court Rule 124 (Chico de la
Cámara y otros. 2015: 185 y 187). En dicho libro también se señala el caso de Francia, que
cuenta con las denominadas “comisiones mixtas” en las que participan representantes de
la Administración y de los contribuyentes, el cual puede ser denominado como arbitraje
“cuasi-jurisdiccional” (Suberbiola Garbizu 2021:119); el caso del Reino Unido, que cuenta
con el non binding neutral evaluation que es la decisión de un tercero, pero no vinculante;
y, el caso de Sudáfrica, que tiene un modelo que cuenta con las características de un arbi-
traje, pero es voluntario (Chico de la Cámara y otros. 2015).
flictos vinculados a dicha materia que por disposición legal expresa (artículo 62
de la Constitución) son susceptibles de arbitraje nacional6 cuando derivan de
un incumplimiento contractual del Estado peruano en virtud de las garantías
tributarias otorgadas mediante un contrato-ley, tal como lo son los Convenio
de Estabilidad Jurídica7 que estabilizan el régimen del Impuesto a la Renta vi-
gente al momento de su suscripción.8
6
Por otro lado, cabe mencionar que también se someten a arbitraje internacional contro-
versias vinculadas a temas tributarios las cuales pueden derivar de vulneraciones a Con-
tratos de Inversión celebrados con el Estado y tratados internacionales (Tratados Bilatera-
les de promoción y protección recíproca de inversiones - BIT, Tratados de Libre comercio -
TLC, o Convenios para Evitar la Doble Imposición - CDI’s).
7
Regulados mediante el Decreto Legislativo Nº 662 y Decreto Legislativo Nº 757, ambos
reglamentados por el Decreto Supremo Nº 162-92-EF, Reglamento de los Regímenes de
Garantía de la Inversión Privada.
8
En dicha vía se puede discutir cuál es el alcance del Régimen tributario estabilizado o si el
Estado ha vulnerado la estabilidad garantizada al contribuyente, a través de una modifica-
ción legislativa, un acto administrativo o incluso un cambio en la interpretación de las
normas. Cabe señalar que, en estos casos, a fin de determinar si una materia tributaria
vinculada a un Convenio de Estabilidad Jurídica es arbitrable o no, resulta fundamental
determinar si la controversia deriva de un incumplimiento contractual directamente rela-
cionado al Convenio.
9
No se abordarán otros métodos como la mediación, conciliación o los acuerdos anticipa-
dos o conclusivos que tienen por objeto reducir o prevenir la conflictividad, sin embargo,
no descartamos que sería interesante evaluar su implementación como herramientas com-
plementarias al arbitraje. Al respecto, cabe señalar que otras jurisdicciones tal como Es-
paña, Italia, Reino Unido, Bélgica, Holanda, Sudáfrica, Estados Unidos, Alemania, entre
otros, han introducido de forma expresa o en la práctica dichos métodos distintos al arbi-
traje (Chico de la Cámara y otros 2015).
Al respecto, resulta relevante mencionar que, según el último reporte del Tribu-
nal Fiscal correspondiente a junio de 2022,10 el pasivo de expedientes que tiene
pendiente de sesión asciende a 8,956 expedientes. Si bien dicha cifra es menor
a la reportada en años anteriores,11 la misma sigue siendo elevada, refleja una
alta carga en sede administrativa, y de acuerdo con lo señalado por Fernando
Zuzunaga “la mayoría de procesos que están siendo resueltos no están relaciona-
dos con el cobro de la deuda exigible por SUNAT y menos aún tratan sobre la
deuda de los principales contribuyentes nacionales (IPCN), la cual conforma el
grueso de lo exigible por la SUNAT”.12 (Subrayado agregado).
Por otro lado, siendo también una de las principales ventajas del arbitraje su
especialidad, dicha vía permitirá que los contribuyentes sometan la resolución
de ciertos conflictos con un alto nivel de complejidad a profesionales calificados
que cuentan con amplia experiencia y conocimientos en materia tributaria, lo
10
De acuerdo con la información disponible a la fecha de elaboración del presente artículo.
Consultado en: <https://www.mef.gob.pe/contenidos/tribu_fisc/estadistic/imagenes/esta
distica1.jpg>.
11
Nótese que al 01.01.2021 el pasivo de expedientes ascendía a 10,520; al 01.01.2020 as-
cendía a 13,169; y al 01.01.2019 ascendía a 14,785; de acuerdo con la información brin-
dada mediante el Memorando Nº 0615-2021-EF, según se expuso en el Reporte “Conflic-
tividad Tributaria en Cifras Z&A - Reporte 2021" elaborado por el Estudio Zuzunaga, As-
sereto & Zegarra Abogados.
12
Nota publicada por el Diario Gestión el 29 de octubre de 2021.
13
En aplicación de lo dispuesto en los artículos 59, 67 y 68 de la Ley de Arbitraje.
14
Dicho estudio muestra que la principal demora se produce en la etapa de apelación en
instancia administrativa (en la que incluso se han identificado casos que han sido resueltos
por el Tribunal Fiscal después de más de 20 años) y en primera instancia en la vía judicial.
La materia arbitrable define el alcance de las controversias que pueden ser so-
metidas a arbitraje, lo que también es denominado “arbitrabilidad objetiva”
(Castillo Freyre y otros 2019:189).
Asimismo, cabe señalar que el artículo 53 del Código Tributario al regular los
órganos resolutores en materia tributaria, deja abierta la posibilidad de que se
establezca otros distintos al Tribunal Fiscal, la Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria (SUNAT) y los Gobiernos Locales, si se establece ello
mediante una ley.
Como se puede apreciar, la derogada Ley General de Arbitraje exigía que las
materias arbitrables sean de libre disposición –sin definir su contenido– y, ade-
más, excluía la posibilidad de arbitrar materias vinculadas a una atribución o
facultad del Estado o de una de sus entidades.
En ese sentido, nuestra Ley de Arbitraje ya no exige que las materias tributarias
sean calificadas per se como de libre disposición, pues bastará que una norma
con rango de ley autorice que son materias arbitrables. Un claro ejemplo de lo
anterior es el artículo 62 de la Constitución que, como señalamos en la intro-
ducción al presente artículo, autoriza que los conflictos derivados de los con-
tratos-ley que otorgan garantías y seguridades (tal como los Convenios de Es-
tabilidad Jurídica) puedan ser sometidos a la vía arbitral.
Por lo tanto, podemos concluir que, a fin de regular el arbitraje nacional en ma-
teria tributaria como método alternativo de resolución de conflictos, necesaria-
mente se requerirá la introducción de una norma con rango de ley que habilite
dicha posibilidad, regulando y delimitando los supuestos en los que se permitirá
acceder a dicha vía.
A. El convenio arbitral
En el presente caso, si bien existe una relación jurídica que da origen a las con-
troversias en materia tributaria, esto es, la obligación tributaria que es el vínculo
entre el acreedor y el deudor tributario, la misma es establecida por ley16 y no a
través de un contrato.
15
De forma supletoria serán aplicables las reglas de la Ley de Arbitraje.
16
De acuerdo con lo dispuesto por el artículo 1 del Código Tributario.
En línea con lo anterior, consideramos que la Ley propuesta deberá señalar ex-
presamente que, a través de dicha norma el Estado se obliga a someter a arbi-
traje las materias tributarias reguladas como arbitrables (ver apartado C), lo que
representa la manifestación de voluntad del Estado siendo una suerte de “oferta
de arbitraje”,17 la cual puede aceptar el contribuyente si decide acceder a dicha
vía, manifestando éste último su voluntad a través de la presentación de la so-
licitud de arbitraje y configurando con ello un “convenio arbitral” de pleno de-
recho.18
Por otro lado, debe tenerse en consideración que el artículo 14 de nuestra Ley
de Arbitraje permite la extensión del convenio arbitral a terceros que hayan te-
nido una “participación activa y de manera determinante en la negociación, cele-
bración, ejecución o terminación del contrato que comprende el convenio arbitral
o al que el convenio esté relacionado”. Al respecto, consideramos que dicha dis-
posición no debe aplicarse al arbitraje en materia tributaria, al encontrarse en
discusión un acto administrativo y, además, el convenio arbitral deriva de la ley
y de la manifestación de voluntad del contribuyente interesado en iniciar el ar-
bitraje, sin la intervención de terceros.19
B. Tipo de arbitraje
17
Término similar utilizado por Santistevan de Noriega al referirse al arbitraje recogido en la
Ley de Contrataciones del Estado, según se señala en el artículo de Castillo Freyre y Sa-
broso Minaya (2009: 244).
18
Una regulación similar a través de una “oferta pública de adhesión” en la que la solicitud
de arbitraje perfecciona el convenio arbitral ha sido objeto de desarrollo por Suberbiola
Garbizu (2021: 179 y 190).
19
Sin perjuicio de ello, debemos señalar que podría darse el supuesto en el que varios con-
tribuyentes tengan un conflicto que se base en “los mismos hechos o circunstancias”, por
ejemplo, la interpretación de un concepto indeterminado o una norma. Para dichos casos
la regulación de Portugal permite la acumulación de demandantes, según señalan Sánchez
Freire, Á. y Gorjao Henriques (2015: 103).
20
Regulación introducida a través del artículo 2 del Decreto de Urgencia Nº 020-2020, pu-
blicado el 24 de enero de 2020 en el Diario Oficial “El Peruano”.
La Ley propuesta deberá delimitar qué controversias califican como materias ar-
bitrables, pues consideramos que no todos los conflictos tributarios deberían
ser sometidos a dicha vía.
Para tal efecto, debe primero recordarse qué se busca con dicha medida, lo que
consideramos debe ser principalmente: (i) reducir la conflictividad tributaria, ali-
viando la carga actual de expedientes por resolver a nivel administrativo como
judicial; y, (ii) resolver conflictos de forma definitiva, en un menor tiempo y con
un alto nivel de especialidad.
21
Con excepción de los proyectos desarrollados mediante Asociación Público Privada.
22
De acuerdo con lo expresamente señalado en el artículo 1 del Código Tributario.
23
Nótese que, si bien esta es la posición mayoritaria en doctrina, sí se había contemplado la
posibilidad de que el arbitraje sea ad hoc en el caso de Panamá (artículo 361 de la Ley 76
de 2019) y Venezuela, en este último se denomina “arbitraje independiente” (artículo 312
del Código Orgánico Tributario de 2001, y se mantuvo en las versiones de 2014 y 2020
como artículo 319 y 320, respectivamente).
(iii) La controversia debe versar sobre alguna de las siguientes materias: vicios
de nulidad y anulabilidad del acto administrativo, aplicación de la cláusula
antielusiva general y especial, determinación sobre base presunta, pagos a
cuenta, obligación de retención de no domiciliados, asistencia técnica, valor
de mercado y precios de transferencia, multas, solicitudes no contenciosas
e interpretación de conceptos jurídicos indeterminados.
24
Sin embargo, en dichos casos no se ha previsto, por ejemplo, a las sanciones como mate-
rias arbitrables.
25
Nótese que en Portugal existe también un límite máximo de 10 millones de euros, según
describen Chico de la Cámara y otros (2015:131). Sin embargo, la inclusión de un límite
máximo no ha sido considerado como conveniente para efectos de la presente propuesta.
26
Valor de la UIT para 2022 asciende a S/4,600.00. El valor mínimo considerando para la
presente propuesta es meramente referencial y tiene por objeto que controversias de me-
nor cuantía sean resueltas por la vía ordinaria (sede administrativa y judicial). Cabe señalar
que, en el caso de Panamá, el artículo 357 de la Ley Nº 76 de 2019, establecía como monto
mínimo para resolver una controversia mediante la transacción o el arbitraje tributario cien
mil Balboas.
27
Numeral 2 del artículo 5 del Decreto-Ley Nº 10-2011.
Los actos que consideramos pueden ser impugnados en la vía arbitral para efec-
tos de la presente propuesta, son: la Resolución de Determinación, la Orden de
Pago,28 la Resolución de Multa, la Resolución ficta sobre recursos no contencio-
sos, la Resolución de Intendencia o aquella emitida por la Administración tribu-
taria en primera instancia y, la Resolución del Tribunal Fiscal que agota la vía
administrativa.29
Por otro lado, deberá permitirse que respecto a un mismo acto impugnable se
inicie un arbitraje de forma paralela a la vía ordinaria administrativa y/o judicial,
siempre que los hechos y pretensiones que se plantean sean distintos. Ello,
considerando que, por ejemplo, podría darse el caso que una Resolución de De-
terminación contenga una pluralidad de reparos y no todos sean susceptibles
de acceder a la vía arbitral.
28
En dicho caso deberá requerirse el pago previo de la deuda tributaria objeto de impugna-
ción en línea con lo establecido en el artículo 136 del Código Tributario.
29
Para tal efecto, deberá adecuarse el último párrafo del artículo 152 del Código Tributario
que establece que “la resolución del Tribunal Fiscal puede ser impugnada mediante demanda
contencioso-administrativa ante el Poder Judicial”. Adicionalmente, cabe señalar que si bien
el artículo 148 de la Constitución establece que “las resoluciones administrativas que cau-
san estado son susceptibles de impugnación mediante la acción contencioso-administrativa”
dicha disposición no establece que la vía contencioso-administrativa sea la única vía para
impugnar un acto administrativo que cause estado.
Por otro lado, el Centro de arbitraje deberá contar con un Consejo, el cual con-
sideramos podría estar integrado, por ejemplo, por seis (6) miembros, entre
ellos, funcionarios del MINJUSDH (si se adscribe el Centro a dicho Ministerio),
funcionarios del MEF, funcionarios de la Defensoría del Contribuyente adscrita
al MEF, abogados de reconocido prestigio especializados en materia tributaria
y/o arbitraje. Si bien dicha propuesta es meramente referencial, el objetivo es
que en la conformación de los miembros del Consejo exista un balance entre el
sector público y privado.
30
Dicho Ministerio cuenta con la Dirección de Conciliación Extrajudicial y Mecanismos Al-
ternativos de Solución de Conflictos (DCMA) a cargo del Arbitraje Popular. Además, Cabe
señalar que el MINJUSDH tiene actualmente a su cargo el Registro Nacional de Árbitros y
de Centros de Arbitraje - RENACE, en virtud de lo dispuesto por el Decreto de Urgencia
Nº 020-2020.
En todos los casos, los árbitros elegidos deben cumplir con el requisito de ser y
permanecer durante el arbitraje independientes e imparciales, de acuerdo con lo
establecido en el numeral 1) del artículo 28 de la Ley de Arbitraje, debiendo
regularse en forma expresa una lista enunciativa de las causales de abstención
y recusación, siendo aplicables de forma supletoria las causales de incompatibi-
lidad establecidas en el artículo 21 de la Ley de Arbitraje.32
31
Esta modalidad ha sido regulada en el arbitraje tributario de Portugal, Venezuela y Panamá.
Distinto sería el caso de una designación aleatoria, tal como lo han propuesto Chico de la
Cámara y otros para España.
32
“Tienen incompatibilidad para actuar como árbitros los funcionarios y servidores públicos del
Estado peruano dentro de los márgenes establecidos por las normas de incompatibilidad res-
pectivas. En los arbitrajes en los que interviene como parte el Estado peruano, tiene incompa-
tibilidad para actuar como árbitro/a, el que ha tenido actuación previa en el caso concreto
que debe resolver, sea como abogado/a de alguna de las partes, como perito/a o el que tenga
intereses personales, laborales, económicos, o financieros que pudieran estar en conflicto con
el ejercicio de su función arbitral, sea como abogados/as, expertos/as y/o profesionales en otras
materias”.
G. El procedimiento arbitral
Consideramos que la tasa para acceder a la vía arbitral puede ser más ele-
vada que aquella requerida en sede judicial por cada instancia de forma in-
dependiente, pues debe considerarse que en sede arbitral la controversia se
33
Artículo 33 de la Ley de Arbitraje considera que el mismo inicia con la recepción de la
solicitud para someter la controversia a arbitraje.
34
Se ha tomado como referencia la regulación del Código Tributario aplicable para la inter-
posición de la reclamación y apelación vencido el plazo legal regulado para tal efecto.
35
Consideramos que para la resolución de conflictos en materia tributaria, por la complejidad
de algunas materias y el hecho que se actúa en única instancia, será indispensable que se
celebre al menos un Informe Oral a fin de escuchar la posición de las partes, por lo que no
resultará aplicable lo dispuesto por el artículo 42 de la Ley de Arbitraje, que establece que
el tribunal arbitral podrá decidir si se celebrarán audiencias, o si las actuaciones serán sola-
mente por escrito, salvo que las partes hubieran convenido que no se celebren audiencias.
Por otro lado, la Ley propuesta deberá establecer los criterios a considerar
para la actuación probatoria, regulando la posibilidad de admisión de me-
dios probatorios de oficio con posterioridad a la presentación de la solicitud
de arbitraje y contestación. Además, deberá establecerse que el Tribunal
arbitral podrá proponer de oficio que se actúen medios probatorios adicio-
nales o la intervención de un perito a elección del referido Tribunal, de con-
siderarlo relevante para la resolución del caso.
Finalmente, antes de la emisión del laudo, las partes contarán con un plazo
para presentar un escrito de alegatos finales en el que aporten las conclu-
siones de sus argumentos y de lo expuesto en el informe oral y audiencias
adicionales, de corresponder.
El laudo que resuelte el conflicto debe constar por escrito y estar debida-
mente motivado. Es definitivo, inapelable y de obligatorio cumplimiento
desde su notificación a las partes, produciendo efectos de cosa juzgada.36
En ese sentido, deberá ser respetado por todas las entidades del Estado para
el caso particular. Sin embargo, no producirá efectos frente a terceros, aun-
que podrá ser invocado como jurisprudencia.
36
En línea con lo regulado por los artículos 55, 56 y 59 de la Ley de Arbitraje.
37
Será aplicable lo dispuesto en el artículo 58 de la Ley de Arbitraje para la interposición de
dichas solicitudes.
Finalmente, cabe señalar que también resulta importante determinar los princi-
pios que rigen el procedimiento arbitral tributario, regular el reglamento del
Centro de Arbitraje Tributario y un Código de ética aplicable a los árbitros, entre
otros aspectos.
38
Cabe señalar que en el caso de Panamá, la declaración de inconstitucionalidad de la regu-
lación del arbitraje en materia tributaria se sustentó principalmente en la consideración del
orden público como límite a la arbitrabilidad, así como la competencia privativa de la Sala
Tercera de la Corte Suprema de Justicia en virtud de la Constitución Política de Panamá
(numeral 2 del artículo 206), entre otros.
Al respecto, cabe recordar que entre las recomendaciones de las XXII Jornadas
Latinoamericanas de Derecho Tributario celebradas en el 2004, se incluyó la ex-
pedición de normas en las que se establezcan medios alternativos de solución
de controversias en materia tributaria y particularmente el arbitraje, incluyendo
aquel aplicable en el ámbito interno y, además, se señaló que para tal efecto no
resulta un obstáculo la indisponibilidad de la potestad tributaria normativa y del
crédito tributario. Sin embargo, habiendo transcurrido casi dos décadas, no se
ha introducido una regulación en dicha materia.39
Por otro lado, luego de haber hecho una breve referencia a los principales cues-
tionamientos que se han desarrollado en cuanto a la implementación del arbi-
traje nacional tributario como vía alternativa a la resolución de conflictos, con-
sideramos relevante mencionar algunas interrogantes vinculadas a los posibles
retos que se tendrían que superar una vez regulado e implementado el arbitraje
en materia tributaria.
Otro reto que se deberá superar y que consideramos muy relevante está vincu-
lado a la uniformidad de la jurisprudencia, predictibilidad y la aplicación de cri-
terios vinculantes emitidos por otros órganos resolutores.
Al respecto, debe considerarse que el laudo solo tendrá efectos vinculantes para
las partes que participaron en el arbitraje mas no frente a terceros, lo que signi-
fica que otro contribuyente que discuta la misma controversia en dicha vía o
incluso a través de la vía ordinaria, podría obtener un resultado distinto.
39
Sin considerar el caso de Venezuela, que ya contaba con una regulación en dicho momento
y, a pesar de ello, a la fecha no ha sido aplicada, tal como se ha mencionado previamente.
Por otro lado, deberá ser objeto de análisis la posibilidad de acceder a la cuestión
prejudicial del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina (TJCAN), conside-
rando como referencia lo ocurrido en Portugal, en el que los Tribunales Arbitra-
les Tributarios han sido considerados como órganos jurisdiccionales para efec-
tos de la resolución de cuestiones prejudiciales en aplicación del Tratado de fun-
cionamiento de la Unión Europea (Sánchez Freire y Gorjao Henriques 2015:
104).
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El presente artículo ha tenido por objeto desarrollar los alcances de una posible
regulación del arbitraje nacional en materia tributaria como método alternativo
de solución de conflictos frente a la vía administrativa y judicial, considerando
el alto nivel de conflictividad que tiene nuestro país en dicha materia, la demora
en la que incurren los órganos resolutores, así como la experiencia y especiali-
dad requerida para la resolución de las controversias tributarias.
7. Los árbitros deben formar parte del registro del Centro de Arbitraje Tribu-
tario, ser abogados y acreditar tener experiencia mínima en el ámbito tribu-
tario de diez (10) años;
8. El arbitraje se caracteriza por su celeridad, por lo que debe tener una dura-
ción máxima de seis (6) meses, prorrogable excepcionalmente por seis (6)
meses adicionales;
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
GESTIÓN (2021) “Procesos tardan más de siete años en promedio” Nota publi-
cada por el Diario Gestión. Lima, 29 de octubre. Consulta: 01 de julio de 2022
<https://www.zyaabogados.com/blog/informe-publicado-por-sunat-3-copy/>.
LOAYZA JORDÁN, Fernando (2014) “Arbitraje Tributario ¿por qué no?”. Lima:
Ius 360. Consulta: 01 de julio de 2022. Consulta: 01 de julio de 2022.
<https://ius360.com/arbitraje-tributario-por-que-no/>.
RESUMEN: La regla contenida en el último párrafo del artículo 154 del Código
Tributario prohíbe a la Administración Tributaria interponer demanda conten-
cioso administrativa contra resoluciones del Tribunal Fiscal que establezcan juris-
prudencia de observancia obligatoria y con ello establece respecto de tales resolu-
ciones una zona exenta de control constitucional a cargo del Poder Judicial, con-
trariando los fundamentos del estado constitucional de derecho, tal como lo ha
establecido el Tribunal Constitucional en reiteradas resoluciones. El artículo 148
de la Constitución establece que todas las resoluciones administrativas que causen
estado son susceptibles de impugnación mediante la acción contenciosa adminis-
trativa, sin hacer distingo alguno; de tal manera que, el mencionado último párrafo
del artículo 154 del Código Tributario debe ser interpretado conforme a lo estable-
cido en el artículo 148 de la Constitución, en favor de admitir su revisión en vía de
demanda contencioso administrativa. Interpretar lo contrario, propendería a que
una decisión administrativa impida que la constitucionalidad de los temas en ella
tratados sean controlados por el Poder Judicial.
1
Abogado, magíster y doctor en derecho por la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Máster en argumentación jurídica por la Universidad de Alicante. Profesor de la Facultad
de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Facultad de Derecho
de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
1. INTRODUCCIÓN
Según lo establece el primer párrafo del artículo 157 del Código Tributario, “La
resolución del Tribunal Fiscal agota la vía administrativa” en materia tributaria;
de manera que, las controversias entre los deudores tributarios y la Adminis-
tración Tributaria, surgidas como consecuencia de las actuaciones de inspec-
ción, investigación y control realizadas por la Administración Tributaria, así
como las derivadas del ejercicio de las demás potestades que la ley concede a la
referida Administración, no puedan seguir siendo discutidas en la vía adminis-
trativa luego de emitida la resolución del Tribunal Fiscal, como consecuencia de
que la referida resolución causa estado al agotar la vía administrativa, por lo que
contra ellas procede demanda contencioso administrativa ante el Poder Judicial.
Sin embargo es necesario precisar que no toda resolución emitida por el Tribunal
Fiscal agota la vía administrativa, así por ejemplo no se agota la vía administra-
tiva cuando el Tribunal Fiscal declara la nulidad de un acto de la Administración,
en cuyo caso el procedimiento se retrotrae al momento de la comisión del vicio
que provoca la aludida nulidad, o el caso de la emisión de resoluciones en las
que no se pronuncia de forma concluyente sobre el fondo de la controversia,
como ocurre en algunos casos de solicitudes de queja contra actuaciones de la
Administración. Sin embargo, en algunos otros casos la RTF que resuelve una
queja sí agota la vía administrativa, tal como lo ha señalado la Corte Suprema
de Justicia de la República en la Casación Nº 13482-2015 Lima, de fecha 3 de
2
GUERRA CERRÓN, María Elena. “La mutación del proceso contencioso administrativo y
su efectividad en el derecho peruano”. En: Derecho & Sociedad, Nº 50, Lima 2018, Pág. 37.
julio de 2017, respecto de una RTF sobre queja, señalando que la referida “Re-
solución del Tribunal Fiscal Nº 00147-Q-2014, constituye una resolución que
causa estado, sujeta a acción contenciosa administrativa en los términos del ar-
tículo 148º de nuestra Constitución Política del Perú, ya que tiene el carácter de
definitiva en tanto la entidad ha expresado de manera concluyente su voluntad al
resolver la controversia de fondo y porque contra esta no existe recurso impugna-
torio alguno en sede administrativa; en consecuencia, corresponde que el análisis
de su legalidad sea materia de revisión por parte del Poder Judicial, mediante el
proceso contencioso administrativo”.
Es en ese sentido que el Dr. Marcial Rubio Correa señala que, “Una resolución
que causa estado en materia administrativa, tiene presunción de legalidad y es
ejecutable porque proviene de la autoridad del Estado en ejercicio de funciones le-
gítimas. Por consiguiente, si el interesado discrepa del sentido final de lo resuelto,
ya no tiene más recurso que interponer dentro del procedimiento administrativo y
se verá perjudicado por ella”.4
Por esa razón el primer párrafo del artículo 157 del Código Tributario señala que
la resolución del Tribunal Fiscal que agota la vía administrativa podrá ser impug-
3
RUBIO CORREA, Marcial. Estudio de la Constitución Política de 1993. Lima, Fondo Editorial
de la Pontificia Universidad Católica del Perú. 1999, Tomo 5, Pág. 194.
4
Ibidem.
5
Ibidem.
6
PRIORI POSADA, Giovanni. Comentarios a la Ley del Proceso Contencioso Administrativo.
Lima ARA, 2009, Pág. 69.
Art. La Administración
159 Tributaria a través de los
representantes
designados por la misma, Derogado
defenderá los intereses
relacionados con los
tributos que administra.
Ahora bien, con relación a la pregunta antes formulada existen cuando menos
cuatro posibles respuestas, tal como las pasamos a enumerar y seguidamente a
desarrollar:
1) Que el último párrafo del artículo 154 del Código Tributario esté vigente y
conforme a lo allí dispuesto, la Administración Tributaria esté prohibida o
impedida de interponer demanda contencioso administrativa contra Reso-
luciones del Tribunal Fiscal que constituyen jurisprudencia de observancia
obligatoria;
2) Que el último párrafo del artículo 154 del Código Tributario esté vigente y
exista una antinomia o conflicto de normas entre los artículos 154 y 157 del
Código Tributario, en lo referido a la interposición de demanda contencioso
administrativa por parte de la Administración Tributaria contra Resoluciones
del Tribunal Fiscal que constituyen jurisprudencia de observancia obligatoria;
3) Que el último párrafo del artículo 154 del Código Tributario no esté vigente
y por lo tanto no exista limitación para que la Administración Tributaria
pueda interponer demanda contencioso administrativa contra Resoluciones
del Tribunal Fiscal que constituyen jurisprudencia de observancia obligato-
ria; y
4) Que el último párrafo del artículo 154 del Código Tributario esté vigente el
cual al ser interpretado conforme a lo establecido en el artículo 148 de la
Constitución, debe prevalecer el control jurídico del acto administrativo aún
cuando constituya jurisprudencia de observancia obligatoria y la demanda
contencioso administrativa sea interpuesta por la Administración Tributaria.
2.1. No procede, porque el último párrafo del artículo 154 del Código
Tributario lo impide
2.2. Que el último párrafo del artículo 154 del Código Tributario esté
vigente y exista contradicción con lo dispuesto en el artículo 157
del Código Tributario
El artículo 157 del Código Tributario contiene una regla general que niega legi-
timidad activa a la Administración Tributaria para interponer demanda conten-
cioso-administrativa contra todas las resoluciones del Tribunal Fiscal. Por su
parte el artículo 154 del Código Tributario niega legitimidad activa a la Admi-
nistración Tributaria para interponer demanda contencioso-administrativa con-
7
BARDALES CASTRO, Percy. “Breves notas en torno a la legitimidad para obrar activa de la
Administración Tributaria y el proceso contencioso-administrativo tributario”. En: Revista
del Instituto Peruano de Derecho Tributario. Nº 70, Lima marzo 2021, Pág. 284.
Por otro lado, lo establecido en el artículo 154 del Código Tributario tampoco
afecta a la excepción establecida en la parte final del artículo 157 puesto que,
en cuanto las Resoluciones del Tribunal Fiscal incurran en causal de nulidad, les
es de aplicación la referida excepción que habilita a la Administración Tributaria
a interponer demanda contenciosa administrativa contra las resoluciones que
padecen de nulidad, sin hacer ninguna distinción por el tipo de resolución y en
consecuencia incluyen a las resoluciones de observancia obligatoria.
2.3. Que el último párrafo del artículo 154 del Código Tributario no esté
vigente y por lo tanto no exista limitación para que la Administra-
ción Tributaria pueda interponer demanda contencioso administra-
tiva contra Resoluciones del Tribunal Fiscal que constituyen juris-
prudencia de observancia obligatoria
En ese sentido cabe señalar que, a partir de la entrada en vigencia del Código
Tributario aprobado por el Decreto Ley Nº 25859; esto es, a partir del 1 de di-
ciembre de 1992, se estableció que:
Tres años más tarde, con fecha 17 de abril de 2002, entró en vigencia la Ley que
Regula el Proceso Contencioso Administrativa, aprobado por Ley Nº 27584, de
fecha 7 de diciembre de 2001, la cual mediante el numeral 3 de su Primera Dis-
posición Derogatoria, dispuso que a partir de la entrada en vigencia de la referida
ley quedaban derogados “Los artículos 157 al 161 del Título IV del Libro Tercero
del Texto Único Ordenado del Código Tributario, aprobado por Decreto Supremo
Nº 135-99-EF y sus normas modificatorias”.
Al efecto cabe traer a colación que conforme a lo señalado por Percy Bardales
Castro la Administración Tributaria no tenía tal facultad:
Asimismo cabe señalar que el referido autor agrega con relación al segundo pá-
rrafo del mencionado artículo lo siguiente:
8
Ibidem, Pág. 288.
2.3.1. El último párrafo del artículo 154 del Código Tributario fue derogado
tácitamente como consecuencia de la derogación expresa del artícu-
lo 157 del mismo Código Tributario
Es cierto que el último párrafo del artículo 154 del Código Tributario no fue
derogado expresamente, pero al haberse derogado la regla general contenida en
el artículo 157 del Código Tributario, también habría sido derogada por incom-
patibilidad, la regla excepcional contenida en el último párrafo del artículo 154
del Código Tributario, tal como lo establece el Artículo I del Título Preliminar
del Código Civil.
Es sabido que los particulares pueden realizar libremente todo aquello que no
esté expresamente prohibido, mientras que la Administración Pública solo
puede realizar aquello a que está expresamente facultado. De manera que, en
el ámbito público las prohibiciones, limitaciones y excepciones sólo operan res-
pecto de atribuciones previamente concedidas. Por lo tanto, luego de derogada
la habilitación general que el artículo 157 efectuaba en favor de la Administra-
ción Tributaria para interponer demanda contencioso administrativa, carece de
sentido una limitación o excepción particular como la contenida en el párrafo
final del artículo 154 del Código Tributario, sin una regla general que pueda ser
limitada.
Por lo tanto, como consecuencia de la derogación del artículo 157, que atribuía
a la Administración Tributaria legitimidad activa para interponer demanda con-
tencioso administrativa contra las resoluciones del Tribunal Fiscal, también
quedó derogada tácitamente por incompatible la regla excepcional contenida en
el último párrafo del artículo 154 del Código Tributario.
2.3.2. El último párrafo del artículo 154 del Código Tributario no fue dero-
gado tácitamente como consecuencia de la derogación expresa del
artículo 157 del mismo Código Tributario
También se podría sostener que el último párrafo del artículo 154 del Código
Tributario no fue derogado tácitamente como consecuencia de la derogación
expresa del artículo 157 del mismo Código Tributario, debido a que ninguna
norma ni sentencia ha declarado expresamente que el último párrafo del artículo
154 del Código Tributario haya sido derogado tácitamente, por el contrario son
numerosas las sentencias judiciales y resoluciones administrativas que lo con-
sideran vigente sin que en la práctica su vigencia esté sujeta a discusión.
2.4. Que el último párrafo del artículo 154 del Código Tributario esté
vigente pero sea interpretado conforme a lo establecido en el ar-
tículo 148 de la Constitución
Este criterio es el que habría sido asumido por la Corte Suprema de Justicia de
la República en la Casación Nº 11880-2018 Lima, de fecha 28 de abril de 2022,
razón por la cual a continuación analizaremos el referido pronunciamiento del
Supremo Tribunal.
cia obligatoria no constituye obstáculo para que se proceda con el control orgánico
que ejerce el Poder Judicial sobre la Administración a fin de garantizar el respeto
del Principio de Constitucionalidad”.
De manera que la Corte Suprema realiza su análisis desde las categorías funda-
mentales del estado constitucional de derecho, considerando al sistema jurídico
como un sistema de reglas y de principios, donde la constitución tiene valor
normativo y primacía en el ordenamiento jurídico y donde las normas infracons-
3. CONCLUSIONES
El artículo 154 del Código Tributario, sustituido por Ley Nº 27038, en su último
párrafo establece que la Administración Tributaria no podrá interponer de-
manda contencioso administrativa contra las resoluciones que establezcan ju-
risprudencia de observancia obligatoria. El referido mandato no está exento de
discusión, puesto que respecto de él se discute tanto su vigencia, como su apli-
cación conforme a lo establecido en el artículo 148 de la Constitución.
La Ley Nº 27584 derogó los artículos 157 al 161 del Código Tributario. Si bien
el artículo 154 no fue derogado expresamente, sin embargo habría sido dero-
gado tácitamente, como consecuencia de la derogación del artículo 157 que fa-
cultaba a la Administración Tributaria a interponer demanda contencioso admi-
Aún cuando el mandato contenido en el último párrafo del artículo 154 del Có-
digo Tributario estuviese vigente, éste debiera ser interpretado conforme a lo
establecido en el artículo 148 de la Constitución, conforme a la cual, todas las
resoluciones administrativas que causen estado, sin distingo alguno, son sus-
ceptibles de impugnación mediante la acción contencioso administrativa. Por
lo tanto las Resoluciones que establecen jurisprudencia de observancia obliga-
toria, también lo serían.
En ese mismo sentido, cabe concluir que una interpretación literal del referido
último párrafo del artículo 154 del Código Tributario, establecería una zona
exenta de control de juridicidad por parte del Poder Judicial, así como la preva-
lencia de una decisión administrativa sobre la decisión jurisdiccional, a pesar
que ésta solo tiene el carácter de cosa decidida, situación que no se condice con
los presupuestos del actual estado constitucional de derecho, conforme a los
cuales la Constitución es la norma suprema, en base a la cual se efectúa el con-
trol de la constitucionalidad de las leyes, y se reconoce que la Constitución tiene
valor normativo y aplicación directa.
4. RECOMENDACIONES
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
GUERRA CERRÓN, María Elena. “La mutación del proceso contencioso admi-
nistrativo y su efectividad en el derecho peruano”. En: Derecho & Sociedad, Nº
50, Lima 2018, Págs. 37-53.
*
Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Magister en Derecho Empresarial
por la Universidad de Lima. Socia de SLP Consultores Tributarios. Ha sido socia encargada
del área tributaria del estudio Benites, Forno & Ugaz y consultora del estudio Rodrigo,
Elías & Medrano Abogados. Ha sido Vocal y Vocal Presidenta de diversas Salas del Tribunal
Fiscal por 16 años.
INTRODUCCIÓN
Asimismo, interesa revisar los alcances de las facultades de los jueces en los
procesos contenciosos respecto de la declaratoria de nulidad. Es por ello que,
en primer lugar, se analiza la nulidad de un acto administrativo declarada por
los jueces cuando no hubiera sido propuesta como pretensión por el deman-
dante o éste la hubiera invocado en diferentes términos, (nulidad parcial en vez
de nulidad total). En este estudio resulta valioso examinar el papel que cumple
el principio de congruencia.
Según Danós Ordoñez, la doctrina administrativa considera que existen dos gra-
dos de nulidad, según sea la afectación al ordenamiento jurídico: la nulidad ab-
soluta (o de pleno derecho) y la nulidad relativa (o anulabilidad), agregando que
el acto administrativo inválido “sería aquél en el que existe discordancia entre el
acto y el ordenamiento jurídico y por tanto es un acto ilegal”. (2003:33).
En materia tributaria la nulidad pueda ser declarada de oficio por la propia Ad-
ministración Tributaria que emitió el acto, y también por los órganos resoluto-
res, en primera y segunda instancia; postura diferente a otros temas de menor
importancia, los cuales, para el legislador, deben ser planteados en la etapa co-
rrespondiente.1
1
Ver al respecto el artículo 147 del Código Tributario.
2
Aprobado por D. S. Nº 004-2019-JUS.
3
Artículo 3 del TUO de la LPAG.
4
Artículo 16 del TUO de la LPAG.
5
Artículo 9 del TUO de la LPAG. “Todo acto administrativo se considera válido en tanto su
pretendida nulidad no sea declarada por autoridad administrativa o jurisdiccional, según
corresponda”.
6
Artículo 11.2 de la LPAG. “La nulidad será conocida y declarada por la autoridad superior
de quien dictó el acto”.
ser parcial,7 tiene efectos retroactivos a la fecha del acto8 y acarrea la nulidad de
los actos vinculados a él.9
Por su parte, el artículo 10 de la LPAG expresamente señala que son vicios del
acto administrativo, que causan su nulidad de pleno derecho, los siguientes:
El referido cuerpo normativo es la norma que nos informa sobre los principios,
fundamentos y procedimientos que regulan la materia tributaria.
El Código Tributario es el que establece los supuestos en los que cabe declarar
la nulidad del acto administrativo tributario; sin embargo, dicho marco norma-
tivo no regula los alcances y efectos de la nulidad del acto administrativo. Por
ello, cuando se analiza esta institución siempre se debe acudir, en aplicación de
la Norma IX del TP del Código Tributario, a lo dispuesto por la LPAG a fin de
efectuar una interpretación sistemática.
7
Artículo 13.2 de la LPAG. “La nulidad parcial del acto administrativo no alcanza a las otras
partes del acto que resulten independientes de la parte nula”. En igual sentido, se pronuncia
el artículo 109 del Código Tributario.
8
Artículo 12.1 de la LPAG. “La declaración de nulidad tendrá efecto declarativo y retroactivo
a la fecha del acto”.
9
Artículo 13 del TUO de la LPAG.
10
Aprobado por D.S. N° 133-2013-EF.
Dado que la declaratoria de nulidad debe ser efectuada por el superior jerárquico,
el ente llamado a declarar la nulidad de un acto administrativo tributario notifi-
cado por la Administración Tributaria, es la misma Administración, de oficio o
cuando resuelva el reclamo interpuesto por el contribuyente contra dicho valor;
o, el Tribunal Fiscal, también de oficio o resolviendo el recurso de apelación in-
terpuesto por el contribuyente, en segunda y última instancia administrativa.
A pesar de que el Tribunal Fiscal constate vicios de nulidad, debe evaluar la po-
sibilidad de pronunciarse sobre el fondo del asunto, sin perjudicar los derechos
del contribuyente.12
De conformidad con el artículo 171 del Código Procesal Civil “la nulidad se san-
ciona solo por causa establecida en la ley. Sin embargo, puede declararse cuando
11
Ver al respecto el artículo 110 del Código Tributario.
12
Revisar las RTF N° 5243-1-20 y 107-1-20.
Asimismo, el artículo 355 del mismo cuerpo legal dispone que “mediante los
medios impugnatorios las partes o terceros legitimados solicitan que se anule o
revoque, total o parcialmente, un acto procesal presuntamente afectado por vicio
o error”.
13
Los plazos de prescripción de la facultad de determinación de la obligación tributaria se
encuentran regulados en el Código Tributario. Un tema importante está vinculado con la
causal de suspensión de la prescripción cuando se declare la nulidad del acto administra-
tivo; el cual no es materia de este artículo.
14
Claramente nos estamos refiriendo a la determinación integral del impuesto. Excepcional-
mente, la Administración Tributaria solo podría efectuar una determinación complemen-
taria, adicional a la notificada, si acredita estar en alguno de los supuestos recogidos en el
artículo 108 del Código Tributario.
15
Salvo el caso de órganos sometidos a jerarquía, según el artículo 124 del Código Tributario.
16
De acuerdo con el artículo 53 del Código Tributario, “son órganos de resolución en materia
tributaria:
1. El Tribunal Fiscal.
2. La Superintendencia Nacional de Administración Tributaria-SUNAT.
3. Los Gobiernos Locales.
4. Otros que la Ley señale”.
17
Ver al respecto los artículos 98 al 101 del Código Tributario.
Ello es posible, dado que, siendo el superior jerárquico, tiene el deber de revisar,
en última instancia, la legalidad18 de los actos administrativos emitidos y noti-
ficados al contribuyente.
Para Morón Urbina, la revocación consiste en “la potestad excepcional que la ley
confiere a la Administración Pública para que, de manera directa, de oficio y me-
diante un nuevo acto administrativo pueda modificar, reformar o sustituir (total o
parcialmente), o simplemente extinguir los efectos jurídicos futuros de un acto ad-
ministrativo generado conforme a derecho (válido y eficaz) fundándose en la nece-
sidad de adecuarse a una necesidad extrínseca y posterior: el interés público sobre-
viviente”. (2019: 177).
El artículo 214 del TUO de la LPAG considera la revocación como una potestad
que genera la extinción de actos administrativos con fundamento en razones de
oportunidad, mérito o conveniencia por causa de interés público.19
18
El artículo IV de la LPAG, recoge los principios aplicables a un procedimiento administra-
tivo, entre otros, el principio de legalidad y el de predictibilidad.
19
Artículo 214° del TUO de la LPAG. Revocación.
Así, si el Tribunal Fiscal concluyera que procede la revocatoria del acto adminis-
trativo, (por ejemplo, de la Resolución que resolvió la reclamación y, en conse-
cuencia de la RD), que determinó una mayor deuda tributaria respecto de un
tributo y un periodo entonces la Administración Tributaria, ya no podría, pos-
teriormente, emitir otra RD exigiéndole al contribuyente el pago de una mayor
deuda,20 por dicho tributo y período, en la medida que, según se ha indicado,
las normas tributarias, solo permiten que se emita una sola RD por tributo y
período y la revocatoria no implica la expulsión del acto administrativo del
mundo jurídico.
Dado que la nulidad implica que el acto administrativo fue expulsado del mundo
jurídico, se entiende que no produjo efectos por lo que la Administración Tri-
butaria podría volver a emitir otro acto por el mismo tributo y período, en la
medida que no hubiera prescrito su facultad de determinación. En cambio, ello
no será posible si se procedió a revocar el acto administrativo porque la Admi-
nistración no podría volver a emitir otro por el mismo tributo y período.
21
Ver al respecto nuestro artículo, “Nulidad, sí, revocatoria, no; en resguardo de la seguridad
jurídica”.
22
Acta de Reunión de Sala Plena N° 2019-13 del Tribunal Fiscal, del 5.3.2019, aprueba el
Anexo I del Glosario de Fallos de dicho colegiado. Lo referido a la revocatoria y a la nulidad
se encuentran recogidos en los numerales 23 a 37 y 62 a 81 respectivamente.
Dicho glosario de fallos precisa, entre otros, cuándo procede resolver declarando
la nulidad o revocando el acto administrativo. Así, en el acápite 75 nos indica
que cabe declarar la nulidad de la apelada y del valor cuando se apela la resolu-
ción que declaró infundada o improcedente la reclamación y el valor presenta
un vicio de nulidad. En el acápite 23 nos señala que la revocatoria procederá
cuando la apelada no se encuentra conforme a ley no existiendo causales de
nulidad.
Sin embargo, en los últimos años de lo que hemos sido testigos es que quien
más ha demandado es la SUNAT25 a pesar de que la intención del legislador
indicara que la participación de la Administración debiera darse en situaciones
de excepción.26
23
TUO aprobado por DS Nº 011-2019-JUS.
24
Ver “Implicancias de la nueva Ley del Proceso Contencioso Administrativo en el campo
tributario”. Revista de la Facultad de derecho de la PUCP. Libro Homenaje a Armando
Zolezzi M. Palestra Editores 2006.
25
Aunque según las cifras publicadas por el reporte “Conflictividad tributaria en cifras Z&A”
correspondiente al año 2021, fueron los contribuyentes los que más demandaron.
26
Si bien no es materia del presente artículo nos preguntamos si cambiaría dicha situación
si se modificase el último párrafo del artículo 157 del Código Tributario a fin de indicar que
la legitimación activa de la Administración procedería solo en aquellos casos en los que la
RTF incurriera en alguna de las causales de nulidad del artículo 109 del mismo código tri-
butario y no remitirse al artículo 10 de la LPAG.
27
Incluso las emitidas por los órganos unipersonales resolutores de quejas. Siempre y cuando
causen estado, tema que no es materia de análisis en el presente artículo.
Asimismo, los dos primeros numerales del Artículo 40, y modificatorias, indica
que la sentencia que declare fundada la demanda podrá decidir en función de la
pretensión planteada lo siguiente:
4.2. Congruencia
El artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil, expresamente in-
dica que: “El juez debe aplicar el derecho que corresponda al proceso, aunque no
haya sido invocado por las partes o lo haya sido erróneamente. Sin embargo, no
puede ir más allá del petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los que
han sido alegados por las partes”.
Según la jurisprudencia del Poder Judicial, el vicio cometido puede ser de orden
formal como por ejemplo falta de motivación o de tipo sustancial que lleve a un
nuevo pronunciamiento de fondo, sea porque no se tuvo en consideración al-
guna norma o la interpretación dada no se ajustó a ley.
Estos temas se han venido resolviendo accediendo a las pretensiones del de-
mandante en la medida que se entiende que el proceso contencioso adminis-
trativo es de plena jurisdicción y se busca restablecer o reconocer una situación
jurídica individualizada que ha sido vulnerada.
No obstante, nos preguntamos, cuál debería ser el alcance del fallo del juez si
la pretensión del contribuyente solo hubiera sido la nulidad parcial de la RTF y
el juez considerara que la nulidad debería ser total, o si solicitó la nulidad de la
RTF, supongamos por violación al debido procedimiento, y, adicionalmente, el
juez verificara que la Resolución de Determinación adolece de nulidad, por otro
supuesto, por ejemplo, falta de motivación, ¿su fallo podría declarar la nulidad
28
Generalmente vamos a encontrar que los contribuyentes además de la nulidad de la RTF
también solicitan la de la Resolución que resolvió el reclamo y de la RD, más aún, cuando
la pretensión es de plena jurisdicción.
29
Conforme lo ha entendido la jurisprudencia del Tribunal Fiscal, la nulidad del valor implica
que se regresa a etapa de fiscalización y la Administración Tributaria podría volver a emitir
otro valor en la medida que no haya prescrito su facultad de determinación. Revisar al
respecto la RTF Nº 2340-8-17.
en dichos términos, aun cuando no hubiera sido planteada de esa manera por
el contribuyente?
Nos preguntamos si esa posición, ¿podría o debería flexibilizarse? ¿El juez debe
respetar la pretensión solicitada por el demandante, a pesar de que constate
que se ha producido una afectación al interés público?
30
En este escenario, en aplicación del artículo 110 del Código Tributario, la Administración
En ese sentido, coincidimos con Huapaya cuando afirma que “En función al prin-
cipio de tutela judicial efectiva, […] el juez puede apreciar la nulidad y sus causa-
les, así como sus alcances, conforme a lo establecido en los artículos 12 (efectos de
la nulidad) y 13 (alcance de la nulidad) del TUO de la LPAG, sin que el principio
dispositivo sea un obstáculo para ello”. (2019:148).
A continuación, nos interesa revisar algunos casos en los que la SUNAT solicitó
como pretensión la nulidad de la RTF.
31
Op. cit. “Implicancias de […]”.
Resulta claro que los términos revocar y nulidad no pueden utilizarse de manera
indistinta, por ello no se puede pretender darle a la revocatoria los mismos efec-
tos que la nulidad.
32
La cual se repitió en otros expedientes como en el Expediente N° 9111-2014-0.
En esta resolución la Corte Superior ordenó al Tribunal Fiscal emitir una nueva
RTF, precisando que el acto administrativo impugnado responde al denominado
“Glosario de Fallos empleado en las Resoluciones del Tribunal Fiscal”, conside-
rando, –sin embargo–, que “lo decidido por el Tribunal Fiscal supone –como lo
ha entendido la SUNAT– una contravención a los principios de legalidad, seguri-
dad jurídica (o de predictibilidad) y del debido procedimiento, pues al ponerse de
manifiesto irregularidades en el procedimiento seguido por la Administración Tri-
butaria para determinar la renta neta imponible sobre base presunta, las que ten-
drían que ser corregidas, resulta claro que ésta se encuentra habilitada para deter-
minar dicha obligación tributaria sobre base presunta, pero siguiendo un adecuado
procedimiento y con estricto ceñimiento a la normatividad pertinente, los criterios
fijados por el Tribunal Fiscal, y los principios de razonabilidad y de verdad mate-
rial, con lo cual se garantizará el derecho de la contribuyente a un debido procedi-
miento administrativo; ergo, en el caso concreto, correspondía que el Tribunal Fis-
cal declarara nulos los valores (las Resoluciones de Determinación y de Multa an-
tes indicadas) y nulo el procedimiento de determinación de la obligación tributaria
sobre base presunta en función al margen de utilidad bruta promedio de empresas
similares, lo cual supondrá retrotraer dicho procedimiento a la fase respectiva a fin
de que se renueve aquella actuación afectada con invalidez y se emitan nuevos
valores, de corresponder, en estricta y correcta aplicación de lo preceptuado en el
artículo 109, inciso 2, del Código Tributario”.
33
Actual numeral 32 del Glosario de Fallos.
34
Ver Resolución 17 del 15.3.18, de la Sexta Sala de la Corte Superior especializada en lo
Contencioso Administrativo, con subespecialidad tributaria y aduanera. Expediente Nº
005-2017-0.
Otro tema que es de sumo interés es ¿quién debería dar cumplimiento al man-
dato del Poder Judicial?, esto es, el expediente, ¿necesariamente debe ir al Tribu-
nal Fiscal para que dicho Colegiado declare la nulidad de la Resolución que resol-
vió la reclamación y de la Resolución de Determinación? o ¿podría ir directamen-
te a la Administración Tributaria para que sea ésta quien declarara la nulidad del
Acto Administrativo y, de ser el caso, emitiera otro acto administrativo?
Es por ello que estimamos que en los casos en los que el Poder Judicial considere
que es nula la Resolución de Determinación podría decidir remitir el expediente
directamente a la Administración y ya no al Tribunal Fiscal.
5. CONCLUSIONES
6. BIBLIOGRAFÍA
CASSAGNE, Juan Carlos (1981) El acto administrativo. 2da Edición. Buenos Ai-
res: Abeledo-Perrot.
INTRODUCCIÓN
1
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Master en Tributación y
Política Fiscal por la Universidad de Lima. Docente del curso de Derecho Tributario en la
PUCP y de los cursos de Procedimientos Tributarios y Tributación Municipal en la escuela
de Post Grado de la Universidad Continental. Director de Asesoría y Controversias Tribu-
tarias en KPMG. Las opiniones vertidas en la presente ponencia son de exclusiva respon-
sabilidad del autor.
2
Superintendencia Nacional de Administración Tributaria y Aduanera.
por el contribuyente.
Así, el contribuyente tiene hasta dos etapas (una dentro del Poder Ejecutivo y
la otra dentro del Poder Judicial) para tratar de rebatir la posición de la SUNAT
respecto a la determinación efectuada por ella en el marco de un procedimiento
de fiscalización.
3
TUO aprobado por Decreto Supremo Nº 133-2013-EF.
4
Aprobado por Decreto Supremo Nº 085-2007-EF.
5
Órgano resolutivo del Ministerio de Economía y Finanzas que constituye la última instan-
cia administrativa en materia tributaria y aduanera, a nivel nacional. Como tal es compe-
tente para resolver las controversias suscitadas entre los contribuyentes y las administra-
ciones tributarias. Depende administrativamente del ministro y tiene autonomía en el
ejercicio de sus funciones.
cial una resolución del Tribunal Fiscal, siempre que se verifiquen ciertas circuns-
tancias.
Esto sin duda genera un aumento de carga procesal en el Poder Judicial de ex-
pedientes tributarios. En esta ponencia propondremos un mecanismo que
ayude a eliminar la litigiosidad en el Poder Judicial sin que ello afecte directa-
mente las razones por las cuales se otorgó a la SUNAT la posibilidad de cues-
tionar una RTF en el Poder Judicial.
La regla del agotamiento de la vía administrativa está concebida, para que las
entidades administrativas tengan la oportunidad y la posibilidad de conocer y
resolver sobre cualquier controversia que su actuación u omisión puedan pro-
ducir en la esfera de intereses o derechos de los administrados, con anticipación
a que sea sometido el diferendo a la función jurisdiccional (Morón 2003: 184).
Ello es así, principalmente por dos motivos: el primero es para darle la oportu-
nidad al Poder Ejecutivo para que pueda corregir sus propios actos.6
6
A partir del año 2013 existen juzgados y salas especializadas en materia tributaria, por lo
que la competencia especializada de las entidades del Poder Ejecutivo ya no sería un jus-
tificante para el agotamiento de la previa administrativa.
Así, este procedimiento regula entre otras disposiciones las siguientes: las eta-
pas, los medios probatorios que el contribuyente puede presentar, la prueba de
oficio, la facultad de reexamen, los plazos (tanto para presentar las impugnacio-
nes como para resolver las mismas), los requisitos para presentar impugnacio-
nes extemporáneas, etcétera.
7
Artículo 138 de la Constitución Política del Perú: “La potestad de administrar justicia emana
del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos con arreglo a la
Constitución y las leyes (…)”.
Ahora bien, mención aparte merece lo dispuesto en el artículo 149 del Código
Tributario, que a la letra dispone lo siguiente: “La Administración Tributaria será
considerada parte en el procedimiento de apelación, pudiendo contestar la apela-
ción, presentar medios probatorios y demás actuaciones que correspondan”.
Si hacemos una lectura aislada de dicho artículo sin comprender la finalidad del
procedimiento contencioso tributario, podríamos caer tentados en concluir que
la SUNAT tendría el derecho de recibir tutela jurisdiccional efectiva de plena
jurisdicción.
En ese sentido, los alcances del término “parte” contenidos en el artículo 149
del Código Tributario deben ser restringidos a actuaciones que permitan a la
8
Artículo 4 del Código Tributario: “Acreedor tributario es aquél en favor del cual debe reali-
zarse la prestación tributaria. El Gobierno Central, los Gobiernos Regionales y los Gobiernos
Locales, son acreedores de la obligación tributaria, así como las entidades de derecho público
con personería jurídica propia, cuando la ley les asigne esa calidad expresamente”.
Por otro lado, la norma agrega que la administración tributaria podrá realizar las
demás actuaciones que correspondan. Desde nuestro punto de vista, queda
claro qué aquellas demás actuaciones que correspondan son aquellas que tienen
como propósito sustentar su resolución frente al Tribunal Fiscal, como podría
ser el uso de la palabra en el informe oral o la presentación de los escritos de
alegatos luego del informe oral.
ralidad de instancias.9
9
Artículo 139: “Son principios y derechos de la función jurisdiccional: (…) 6. La pluralidad de
instancias”.
10
STC Nº 8105-2005-AA/TC: “El debido proceso y los derechos que conforman su contenido
esencial están garantizados no solo en el seno de un proceso judicial, sino también en el ám-
bito del procedimiento administrativo. El debido procedimiento administrativo supone, en
Ahora bien, ¿Qué significa que el Tribunal Fiscal sea el superior jerárquico de
SUNAT, en cuanto a resolución de controversias se refiere?; pues bien, significa
que el Tribunal Fiscal es el órgano revisor de la decisión adoptada por la SUNAT
(en forma y fondo), pudiendo revocar la decisión adoptada por ella, culminando
de manera definitiva el procedimiento contencioso tributario.
12
Las salas especializadas del Tribunal Fiscal están compuestas por tres miembros.
de tal forma que la decisión que tome el Tribunal Fiscal sea definitiva en materia
administrativa, la cual solo si es desfavorable para el contribuyente podría ser
cuestionada a nivel judicial, pues el contribuyente siempre tendrá el derecho a
que sus pretensiones sean resueltas por el Poder Judicial.
El artículo 10 de la LPAG establece como vicios del acto administrativo que cau-
san su nulidad de pleno derecho los siguientes:
13
Artículo 157 del Código Tributario: “La Administración Tributaria no tiene legitimidad para
obrar activa. De modo excepcional, la Administración Tributaria podrá impugnar la resolu-
ción del Tribunal Fiscal que agota la vía administrativa mediante el Proceso Contencioso Ad-
ministrativo en los casos en que la resolución del Tribunal Fiscal incurra en alguna de las
causales de nulidad previstas en el artículo 10 de la Ley 27444. Ley del Procedimiento Admi-
nistrativo General”.
14
De acuerdo al artículo 3 de la LPAG son requisitos de validez de los actos administrativos:
1. Competencia.- Ser emitido por el órgano facultado en razón de la materia, territorio, grado,
tiempo o cuantía, a través de la autoridad regularmente nominada al momento del dictado y
en caso de órganos colegiados, cumpliendo los requisitos de sesión, quórum y deliberación
indispensables para su emisión.
2. Objeto o contenido.- Los actos administrativos deben expresar su respectivo objeto, de tal
modo que pueda determinarse inequívocamente sus efectos jurídicos. Su contenido se ajustará
a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico, debiendo ser lícito, preciso, posible física y jurídi-
camente, y comprender las cuestiones surgidas de la motivación.
3. Finalidad Pública.- Adecuarse a las finalidades de interés público asumidas por las normas
que otorgan las facultades al órgano emisor, sin que pueda habilitársele a perseguir mediante
el acto, aun encubiertamente, alguna finalidad sea personal de la propia autoridad, a favor
de un tercero, u otra finalidad pública distinta a la prevista en la ley. La ausencia de normas
Esto es, la SUNAT, a pesar de que no estamos de acuerdo con ello, solo puede
demandar una resolución del Tribunal Fiscal para solicitar la nulidad de la reso-
lución por haber incurrido ésta en alguna de las causales de nulidad del artículo
10 de la LPAG.
Por tanto, la SUNAT tiene legalmente legitimidad para obrar activa excepcional
y limitada a pretensiones de nulidad y no de plena jurisdicción.15 Las preten-
siones de plena jurisdicción están reservadas al contribuyente, y en ningún caso
a la SUNAT.
Superando los límites del dogma revisor, la idea de plena jurisdicción, basada en
el debido proceso y la tutela jurisdiccional efectiva, permite al administrado so-
licitar la tutela de la generalidad de sus derechos subjetivos lesionados por la
administración. Igualmente, permite al juez, no solo revisar la legalidad de la
actuación administrativa, sino, pronunciarse sobre el conflicto de fondo, es de-
cir, sobre los derechos subjetivos del administrado realmente afectados, reco-
nociéndolos, restableciéndolos y adoptando todas las medidas necesarias para
garantizar su efectiva satisfacción (Salas 2012-2013: 222).
Una de las justificaciones que se sostiene para permitir que la SUNAT tenga la
facultad excepcional y limitada para demandar, es la intolerancia del Ordena-
miento Jurídico a la existencia de actos viciados.
El Derecho repudia los actos viciados, por ello los sanciona con nulidad de pleno
derecho, siendo los efectos de la nulidad declarativos y retroactivos a la fecha
de emisión del acto. El Ordenamiento Jurídico puede tolerar una decisión equi-
vocada pero no puede tolerar una decisión que haya incurrido en vicios de nu-
lidad.
Ahora bien, por otro lado, a pesar de que el artículo 157 del Código Tributario
es claro al disponer que la SUNAT solo puede demandar una resolución del Tri-
bunal Fiscal por causales de nulidad, lo cierto es que por lo menos las causales
contenidas en los numerales 1 y 2 del artículo 10 de la LPAG son ambiguas, y
normalmente son usadas por la Administración Tributaria para indirectamente
cuestionar a través de dichas causales la decisión de fondo (reconocimiento o
restablecimiento de derechos) del Tribunal Fiscal.
En este contexto, el Poder Judicial recibe demandas de SUNAT en las cuales ella
pretende cuestionar indirectamente la decisión de fondo del Tribunal Fiscal y no
solo cuestionar su forma, generando inoficiosamente litigiosidad, toda vez que
el Poder Judicial (en todas sus potenciales instancias) tendrá que pronunciarse
sobre todas las pretensiones de SUNAT.
16
El último párrafo del artículo 154 del Código Tributario dispone lo siguiente: “En los casos
de resoluciones que establezcan jurisprudencia de observancia obligatoria, la Administración
Tributaria no podrá interponer demanda contenciosa-administrativa”.
Sería sencillo proponer la eliminación del último párrafo del artículo 157 del Có-
digo Tributario para eliminar la litigiosidad tributaria, pues extinta la facultad de
SUNAT para demandar por causales de nulidad, eliminaría de manera directa la
cantidad de expedientes en el Poder Judicial.
El artículo 213.1 de la LPAG dispone que: “en cualquiera de los casos enumerados
en el artículo 10, puede declararse de oficio la nulidad de los actos administrativos,
aun cuando hayan quedado firmes, siempre que agravien el interés público o lesio-
nen derechos fundamentales”.
Agrega el artículo 213.2 que “la nulidad de oficio solo puede ser declarada por el
funcionario jerárquico superior al que expidió el acto que se invalida. Si se tratara
de un acto emitido por una autoridad tributaria que no está sometida a subordi-
nación jerárquica, la nulidad es declarada por el mismo funcionario. (…) En caso
de declaración de nulidad de oficio de un acto administrativo favorable al admi-
nistrado, la autoridad, previamente al pronunciamiento, le corre traslado, otor-
gándole un plazo no menor de cinco (5) días para ejercer su derecho de defensa”.
Por su lado, el artículo 213.5 establece que “Los actos administrativos emitidos
por consejos o tribunales regidos por leyes especiales, competentes para resolver
controversias en última instancia administrativa, sólo pueden ser objeto de decla-
ración de nulidad de oficio en sede administrativa por el propio consejo o tribunal
con el acuerdo unánime de sus miembros. Esta atribución sólo puede ejercerse den-
tro del plazo de dos (2) años contados desde la fecha en que el acto haya quedado
consentido. (…)”.
En caso el Tribunal Fiscal considere que una resolución cuyo resultado fue favo-
rable al contribuyente haya incurrido en alguna causal de nulidad, puede decla-
rar la nulidad de oficio de dicho acto, siempre que previamente se le haya otor-
gado la oportunidad al contribuyente de expresar sus descargos y siempre que
se realice dentro del plazo de 2 años de haber quedado consentido.
El último párrafo del artículo 213.5 establece que: “También procede que el titu-
lar de la Entidad demande su nulidad en la vía de proceso contencioso adminis-
trativo, siempre que la demanda se interponga dentro de los tres años siguientes de
notificada la resolución emitida por el consejo o tribunal”.
Por su parte, el segundo párrafo del artículo 13 de la Ley del Proceso Conten-
cioso Administrativo señala que: “También tiene legitimidad para obrar activa la
entidad pública facultada por ley para impugnar cualquier actuación administra-
tiva que declare derechos subjetivos; previa expedición de resolución motivada en
la que se identifique el agravio que aquella produce a la legalidad administrativa
y al interés público, y siempre que haya vencido el plazo para que la entidad que
expidió el acto declare su nulidad de oficio en sede administrativa”.
Así, estas normas permiten al Tribunal Fiscal demandar ante el Poder Judicial la
nulidad de su propio acto, luego de que haya vencido el plazo para que ella
misma pueda declarar de oficio su nulidad.
17
Casación Nº 3469-2014-LIMA y Casación Nº 1117-2011-LIMA.
Lo que proponemos es eliminar el último párrafo del artículo 157 del Código
Tributario e incorporar un procedimiento de reconsideración de acto por causa
de nulidad a nivel administrativo, a través del cual la SUNAT pueda solicitar al
Tribunal Fiscal que corrija el acto emitido por haber incurrido en una causal de
nulidad y sea este órgano colegiado el que declare de oficio la nulidad.
iv) El Tribunal Fiscal declarará la nulidad de oficio del acto, siempre que la soli-
citud de reconsideración sea aprobada por mayoría de sus miembros.
Creemos que solo los actos que realmente hayan incurrido en alguna causal
evidente de nulidad del artículo 10 de la LPAG serán atendidos a favor de la
SUNAT, pues para que ello ocurra requerirá de voto aprobatorio de la mayoría
legal de miembros del Tribunal Fiscal.
tudes, por lo que la nulidad debe ser evidente e insubsanable para que tenga
alguna posibilidad de que sea amparada por la Sala Plena del Tribunal Fiscal.
6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
7. BIBLIOGRAFÍA
*
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Con Maestría en Tributación y
Política Fiscal por la Universidad de Lima. Profesor en la Universidad de Lima, Universidad
Ricardo Palma y Universidad Continental.
1
El segundo párrafo del artículo 1 del TUO de la Ley que Regula el Proceso Contencioso
Administrativo indica: “Para los efectos de esta Ley, la acción contencioso administrativa se
denominará proceso contencioso administrativo”.
1. INTRODUCCIÓN
2
Aunque también se indica que este sistema tradicional en Inglaterra ha sido en parte ate-
nuado a partir del año 2000 por la creación de una Administrative Court como una sala
especial dentro de la High Court encargada de conocer en materia administrativa.
Como es sabido, en el Perú contamos desde 1964 con el Tribunal Fiscal,3 que
es un tribunal administrativo tributario, encargado de resolver en última instan-
cia administrativa las controversias en materia tributaria. El Tribunal Fiscal no
es parte del Poder Judicial sino de la Administración Pública. Sus pronuncia-
mientos agotan la vía administrativa. Lo resuelto por el Tribunal Fiscal puede
ser impugnado en la vía judicial a través de una Demanda Contencioso Admi-
nistrativa. En el Poder Judicial existe una vía jurisdiccional especializada en ma-
teria tributaria y aduanera, para ello existen Juzgados de Primera Instancia y
Salas de la Corte Superior de Justicia de Lima, especializadas en lo Contencioso
Administrativo con sub especialidad en materia tributaria y aduanera. A nivel
de la Corte Suprema, a donde pueden llegar los casos en casación, no existen
salas especializadas en lo tributario, habiéndose encargado a determinadas salas
3
Mediante el artículo 15 de la Ley Nº 14920, publicada el 28 de febrero de 1964, se creó el
Tribunal Fiscal sobre la base del anteriormente denominado Consejo Superior de Contri-
buciones.
Por su parte, el primer párrafo del artículo 1 del Texto Único Ordenado de la Ley
Nº 27584 - Ley que Regula el Proceso Contencioso Administrativo, aprobado
por Decreto Supremo Nº 011-2019-JUS,4 indica:
4
En adelante TUO de la Ley 27584.
Las normas detalladas constituyen la principal base legal que el derecho positivo
peruano nos brinda para regular las impugnaciones judiciales que hacen efectivo
el control jurídico por el Poder Judicial de las actuaciones de la administración
pública, en especial del Tribunal Fiscal. Son las normas que regulan el acceso a
la decisión de última ratio y no susceptible de recurso, acerca de las decisiones
de carácter previo y no definitivo de los órganos de la administración pública,
decisión definitiva que como señalamos se encuentra a cargo del Poder Judicial,
por mandato constitucional.
Tal como hemos indicado, el artículo 157 del Código Tributario señala que la
resolución del Tribunal Fiscal agota la vía administrativa y agrega que dicha re-
solución podrá impugnarse mediante el Proceso Contencioso Administrativo.
Sin embargo, a pesar de la aparente amplitud de la referida norma, no debe en-
tenderse que todas las resoluciones del Tribunal Fiscal pueden impugnarse ju-
dicialmente, es necesario recurrir a las otras normas que regulan el proceso con-
tencioso administrativo para entender los límites y las reglas aplicables.
El artículo 19 del TUO de la Ley 27584, señala que es requisito para la proce-
dencia de la demanda el agotamiento de la vía administrativa conforme a las
reglas establecidas en la Ley de Procedimiento Administrativo General o por
Entonces, podemos concluir esta parte señalando que la condición de una ac-
tuación administrativa para ser parte de un proceso contencioso administrativo
que permita el control jurídico por el Poder Judicial de las actuaciones de la ad-
ministración pública, es que esta actuación administrativa cause estado.
Tal como hemos indicado, si bien la resolución del Tribunal Fiscal agota la vía
administrativa, esto no quiere decir que todas resoluciones del Tribunal Fiscal
son susceptibles de ser parte de un proceso contencioso administrativo, solo
las resoluciones del Tribunal Fiscal que causen estado podrán acceder a este
control jurídico por parte del Poder Judicial denominado proceso contencioso
administrativo.
Lo primero que advertimos es que no contamos con una definición legal del
concepto “causar estado”, a pesar de ser un término mencionado expresamente
en la constitución y ser un presupuesto procesal del proceso contencioso ad-
ministrativo.
Ciertamente tenemos varias situaciones similares, así por ejemplo uno de los
principales conceptos, eje de la tributación, carece de una definición legal, nos
referimos al concepto de tributo. Ni el Código Tributario, ni ninguna otra norma
legal, han definido qué se debe entender por tributo. Ha habido algunos inten-
tos de incorporar al Código Tributario una definición legal, pero por el momento
ha prevalecido la posición que es mejor dejar esa definición abierta. Así ocurre
con el que quizá es el concepto más importante de la tributación.
Debemos precisar, en este caso, que si bien no existe una definición legal de
tributo, como en aplicación del principio de legalidad los tributos se crean por
ley, es esta la que en principio “categoriza” si determinada exigencia de pago
califica o no como tributo. Entonces, no hay una definición, pero si una “cate-
Recordemos las controversias que se generaron por ejemplo con la regalía mi-
nera, donde finalmente el Tribunal Constitucional determinó que no calificaba
como tributo. También la discusión con relación a la Contribución al FONAVI
donde después de idas y vueltas, el Tribunal Constitucional concluyó que a par-
tir de determinado momento no calificaba como tributo. Entonces, la categori-
zación puede disminuir la discusión, pero no la elimina.
Otro ejemplo parecido, pero con un desenlace distinto, ocurrió con otro con-
cepto muy importante para la tributación, en específico, para el Impuesto a la
Renta, como es el concepto del devengado. Durante muchos años este con-
cepto tan relevante, no tuvo una definición legal siendo la doctrina y la juris-
prudencia la encargada de llenarlo de contenido, recurriéndose en muchos casos
a las definiciones contables para lograr ese objetivo, lo cual no estuvo carente
de críticas, se hablaba del “devengo contable”. Esto hasta que en el 2018 se
incorporó a la Ley del Impuesto a la Renta la definición del devengo.5 A partir
de ese momento se habla del “devengo jurídico”, lo que significó una pequeña
revolución y que a su vez generó otro debate acerca de cómo se debe aplicar el
“devengo jurídico”.
Volviendo al tema objeto del presente trabajo, reiteramos que no existe una
definición legal de “causar estado”. Consideramos conveniente que se esta-
blezca una definición legal de dicho concepto a fin de contribuir a la seguridad
jurídica y reducir la litigiosidad. La experiencia nos habla de controversias que
han generado un gran número de procesos judiciales que demoraron muchos
años en resolverse, justamente por la falta de definición del concepto. La norma
precisa donde se podría incorporar esa definición sería el TUO de la Ley 27584
y constituiría el desarrollo legislativo de la disposición contenida en el artículo
148 de la Constitución Política del Perú.
5
Por medio del artículo 3 del Decreto Legislativo Nº 1425, publicado el 13 septiembre 2018,
vigente desde el 1 de enero de 2019.
Afirmamos esto último por cuanto si bien las opiniones de los autores pueden
ser importantes, es en los pronunciamientos judiciales donde se aprecia el “de-
recho vivo” que nos permitirá conocer cómo se aplican en la práctica los con-
ceptos jurídicos, donde se ponen a prueba los mismos y se comparan con la
realidad del caso concreto, de tal manera que los operadores del derecho poda-
mos tener una idea clara de cómo se resuelvan los casos donde esos conceptos
se involucran, en este caso el concepto de “causar estado”.
6
Sin embargo, agrega Morón que la realidad cotidiana demuestra que esta exigencia no re-
porta beneficios tangibles a los administrados, por lo que comienza a ser flexibilizada o
abandonada por algunos ordenamientos. Añade que la regla sobrevive como una reminis-
cencia antigua que impedía la justiciabilidad de los actos de los soberanos, actualizada
bajo estándares procesales constitucionales a favor de la Administración contemporánea,
pero que esta regla sirve como factor de desaliento para la justiciabilidad de los actos de la
Administración y, sobre todo, impide que el derecho administrativo se nutra con más fre-
cuencia y utilidad de una de sus fuentes más valiosas, la jurisprudencia judicial.
Hablamos en primer término del principio “pro actione” que según el diccionario
panhispánico del español jurídico se define como:
7
En nuestro ordenamiento legal tenemos el artículo 43 del Código Procesal Constitucional
que señala, con relación a la acción de amparo, que en caso de duda sobre el agotamiento
de la vía previa se preferirá dar trámite a la demanda de amparo.
Entonces, según esta sentencia, el término causar estado tiene que ver con el
agotamiento de la vía administrativa, pero no solo con ello, sino que también
incluye que el pronunciamiento implique un modificación o impacto que goza
de carácter definitivo o determinante en la esfera jurídica del afectado.
En resumen, las razones de estos pronunciamientos para sostener que las reso-
luciones del Tribunal Fiscal que resuelven recursos de queja no causan estado
son las siguientes:
● Los únicos recursos que se pronuncian sobre temas de fondo y que pueden
ser parte de una demanda contencioso administrativa son los que resuelven
una reclamación y luego una apelación, ya que la queja no es un recurso
sino un remedio procesal.
8
Como referencia podemos citar las sentencias de primera instancia emitidas en los expe-
dientes Nº 04911-2014 y 04955-2014, por el 18º y 20º Juzgados Contencioso Adminis-
trativos con Especialidad en Materia Tributaria y Aduanera, respectivamente.
El siguiente punto de discrepancia tiene que ver con la aplicación del concepto
causar estado, por cuanto en los pronunciamientos judiciales de primera ins-
tancia se afirma que como la queja se pronuncia sobre aspectos de procedi-
miento, entonces, no se pronuncia sobre el fondo, por tanto, no causa estado.
Nos permitimos discrepar respetuosamente de este criterio, que desde nuestro
punto de vista parte de la errada idea de que procedimiento y fondo son con-
ceptos contrapuestos. Pero si tenemos un expediente donde el tema de fondo
es si el procedimiento estuvo bien seguido o no y, además, existe un pronun-
ciamiento en última instancia administrativa que constituye la voluntad última
de la administración sobre el asunto materia de controversia, estaremos ante
una decisión que causa estado. En otras palabras, nada impide que el tema de
fondo de un expediente sea la revisión del procedimiento. Para ello será nece-
sario revisar justamente el caso concreto para conocer cuál es la materia en
controversia y definir si lo ahí decidido es un pronunciamiento transitorio o in-
cidental o si, por el contrario, es la voluntad última, definitiva e irreversible de
la administración sobre el tema materia de controversia. Consideramos que
este debe ser el real entendimiento del concepto causar estado.
9
Por ejemplo, en la Sentencia de Casación Nº 10606-2015-LIMA de la Tercera Sala de De-
recho Constitucional y Social Transitoria de la Corte Suprema y en la Sentencia de Casación
Nº 13649-2015-LIMA de la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la
Corte Suprema.
10
En Derecho Administrativo. Tomo II. Gaceta Jurídica. Agosto de 2005. 1ª Edición Peruana.
Lima Págs. 565-566.
– Acto asimilable al acto definitivo es aquel que sin resolver el fondo im-
pide la tramitación del reclamo interpuesto.
11
Citado por Gordillo Agustín. Tratado de derecho administrativo. Abeledo Perrot. Tomo III.
Pág. II-9.
pretende impugnar haya causado estado, lo que implica que no solo haya
agotado la vía de los recursos administrativos, sino que produzca un estado
definitivo o concluyente en la esfera jurídica a la cual se dirige, pues
de otro modo, si la actuación administrativa es únicamente interina o inci-
dental dentro de un procedimiento administrativo, deberá mantenerse to-
davía vigente la potestad de la Administración Pública para decidir respecto
a ella hasta que su decisión adquiera carácter decisivo.
Por tanto, relacionando las ideas que hemos analizado en el presente trabajo,
nos permitimos llegar a una serie de conclusiones y recomendaciones sobre el
agotamiento de la vía administrativa y el concepto de causar estado, que repro-
ducimos a continuación:
3. CONCLUSIONES
1. No cabe duda de que uno de los requisitos para acceder al proceso conten-
cioso administrativo es que el acto que se pretende impugnar judicialmente
haya agotado la vía administrativa, siendo que de conformidad con el ar-
tículo 157 del Código Tributario, la resolución del Tribunal Fiscal agota la
vía administrativa. Sin embargo, de ello no se debe desprender que todas
las resoluciones del Tribunal Fiscal son susceptibles de ser parte de un pro-
ceso contencioso administrativo, solo pueden acceder a ello las resolucio-
nes que causen estado.
2. Las resoluciones del Tribunal Fiscal cumplen con el requisito de causar es-
tado cuando su pronunciamiento implica una modificación o impacto de
carácter definitivo, concluyente o determinante en la esfera jurídica del afec-
tado a la cual se dirige. Puede tratarse de un “acto administrativo definiti-
vo” o de un “acto administrativo asimilable al acto definitivo”. El primero es
el que establece la voluntad final de la Administración sobre el problema de
fondo, se trata de la decisión definitiva de la Administración sobre el fondo
de la controversia. El segundo es aquel que, aunque no resuelva el fondo,
impide continuar con el fondo de la controversia, por ejemplo, los actos de
trámite que determinan la imposibilidad de continuar el procedimiento o
que coloquen al afectado en indefensión, por ello, la protección que se le
otorga es la correspondiente a los actos definitivos y causan estado.
4. Por ejemplo, las resoluciones del Tribunal Fiscal que resuelven recursos de
queja, ordenando la conclusión del procedimiento de cobranza coactiva y
el levantamiento de los embargos, son pronunciamientos que producen
efectos definitivos sobre la esfera jurídica de la Administración, porque le
impide continuar con determinado procedimiento y por ello se trata de pro-
nunciamientos que causan estado.
6. En el mismo sentido, no todas las resoluciones del Tribunal Fiscal que re-
suelven recursos de apelación causan estado, deberá evaluarse el contenido
de cada una para establecer si se cumplen las condiciones para que causen
estado.
4. RECOMENDACIONES
2. Para ello planteamos como punto de partida la definición que hemos esbo-
zado en las conclusiones del presente trabajo, que recogen la doctrina y la
jurisprudencia donde se puso a prueba el concepto.
4. Para ello es muy importan tener en cuenta los principios “pro actione” y
“favorecimiento del proceso”, que coinciden en que deben eliminarse los
obstáculos que impidan que un órgano jurisdiccional conozca y resuelva
sobre la controversia a él sometida, destacando que, en caso de duda sobre
la admisión o procedencia de la demanda, se debe preferir darle trámite.
5. BIBLIOGRAFÍA
RskxuAD3gIz69ffaOr/zAfz/pHEWbOJGoanQuithtjCrzXDKSPN3Sl6TCIBVQ9Ti
82tzUQq9YNWzlVjSAHs7JGD9sUX8ycDsOgZ+ibBoI6hjJhY7VStAG3uvx6Ac
AYDIODjREYr5YtpQv3y+Hm0hgX3GvsvVQZuyk9wbo7dJqGpckwxeJxBBwQ4
cOFY79TYgWfhLHAuBLHA==>.
*
Socio del Estudio Hernández & Cía. Abogados. Abogado por la Universidad de Lima. LL.M
en Tributación Internacional y Europea por la Universidad de Maastricht, Holanda.
**
Asociado Senior del Estudio Hernández & Cía. Abogados. Abogado por la Pontificia Uni-
versidad Católica del Perú. Maestría en Derecho Tributario por la misma Universidad.
1. INTRODUCCIÓN
Así, una de las principales críticas que se tiene actualmente es que la Superin-
tendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (“SUNAT”) no
viene llevando a cabo las acciones necesarias que permitan ejercer de manera
real a los supuestos responsables solidarios el derecho de impugnar la deuda
tributaria que se les pretende cobrar en el futuro.
De todos modos, como veremos más adelante, hay una serie de aspectos sus-
tanciales de la responsabilidad tributaria en la adquisición de activos y/o pasivos
que deberían ser desarrollados, corregidos o implementados a fin de evitar una
afectación a los derechos de los contribuyentes, lo cual se traduce en largos y
tediosos litigios.
Agrega que es sustituto el sujeto pasivo que, por imposición de la ley y en lugar
del contribuyente, está obligado a cumplir la obligación tributaria principal, así
como las obligaciones formales inherentes a la misma.
Del mismo modo, en Colombia, en el artículo 792 del Estatuto Tributario Na-
cional se dispone que, son contribuyentes o responsables directos del pago del
tributo los sujetos respecto de quienes se realiza el hecho generador de la obli-
gación tributaria sustancial y, asimismo, en el artículo 793 de la misma norma
se indica una lista de supuestos donde responden con el contribuyente por el
pago de los tributos.
1
VALLE, Andrés y ESCOBAR, Freddy (2008). “La responsabilidad solidaria tributaria por la
adquisición de activos en el marco de operaciones de reorganización societaria”. En: IUS
ET VERITAS. Lima, número 36, Págs. 414-415.
El artículo 20-A del CT establece que, la deuda tributaria puede ser exigida total
o parcialmente a cualquiera de los deudores tributarios o a todos ellos simultá-
neamente.
Agrega la norma que, para que surta efectos la responsabilidad solidaria, la Ad-
ministración Tributaria deberá notificar al responsable la resolución de determi-
nación de atribución de responsabilidad en donde se señale la causal de atribu-
ción de la responsabilidad y el monto de la deuda objeto de la responsabilidad.
2
CÓRDOVA, Alex (2006). “Alcances de la responsabilidad tributaria de los adquirientes de
activos y/o pasivos de empresas”.En: IX Jornadas Nacionales de Derecho Tributario. Lima,
IPDT, Pág. 45.
De otro lado, cabe indicar también un tema importante que señala el numeral
4) del referido artículo 20-A del CT, pues este dispone que los efectos de la
responsabilidad solidaria son, entre otros, “La impugnación que se realice contra
la resolución de determinación de responsabilidad solidaria puede referirse tanto
al supuesto legal que da lugar a dicha responsabilidad como a la deuda tributaria
respecto de la cual se es responsable, sin que en la resolución que resuelve dicha
impugnación pueda revisarse la deuda tributaria que hubiera quedado firme en la
vía administrativa. Para efectos de este numeral se entenderá que la deuda es firme
en la vía administrativa cuando se hubiese notificado la resolución que pone fin a
la vía administrativa al contribuyente o a los otros responsables”.
Del texto de esta norma, se entendería que los responsables solidarios tienen
derecho a impugnar dos aspectos: el supuesto legal que da lugar a la responsa-
bilidad tributaria, y, la deuda tributaria de la que este es considerado responsa-
ble. Sin embargo, como veremos más adelante, este tema puede generar cierta
ambigüedad e indefensión para los responsables solidarios que sean sujetos
bajo el supuesto de adquisición de activos y/o pasivos de empresas.
Como se observa, nuestro CT tiene vacíos relevantes sobre este tipo de respon-
sabilidad, pues, por ejemplo, no ha establecido expresamente qué tipo de ad-
quisiciones generan dicha responsabilidad, tampoco delimita el monto de la res-
ponsabilidad solidaria del adquirente, ni precisa los conceptos que comprenden
la referida responsabilidad.
Al revisar el texto del numeral 3) del artículo 17 del CT, se aprecia que esta
redacción puede dar lugar a una interpretación por la cual se atribuye la respon-
sabilidad solidaria a cualquier tipo de transferencia de activos y/o pasivos de una
empresa. Así, bajo un entendimiento literal, por ejemplo, la adquisición de un
simple bien mueble como una computadora o un mueble de oficina, sería sufi-
ciente para generar la responsabilidad solidaria del adquirente respecto de las
deudas tributarias del transferente.
3
CÓRDOVA, Alex. Op. Cit. Pág. 51.
4
HERNANDEZ, Luis (2006). “Los Sujetos Pasivos Responsables en Materia Tributaria - Re-
latoría General”. En: IX Jornadas Nacionales de Derecho Tributario. Lima, IPDT, Pág. 28.
5
CÓRDOVA, Alex. Op. Cit. Pág. 51.
Precisamente, para evitar la incertidumbre que había sobre este tema y sin duda
para evitar mayores discusiones, en la RTF Nº 05357-3-2017, el Tribunal Fiscal
manifestó que:
Como se puede apreciar, el tema aún queda en cierta subjetividad, por lo que
esto sin duda implica una puerta abierta para que SUNAT pueda seguir impu-
tando responsabilidad solidaria si es que no le convence la calificación dada a
los bienes por el transferente y/o adquirente.
En ese sentido, es evidente que los adquirentes de bienes ahora tendrán que ser
más diligentes, pues tendrán que evaluar la situación financiera del transferente
para tener un sustento objetivo sobre su calificación de los bienes adquiridos
(cuestión que sería más complejo aun en los casos de adquisiciones de nego-
cios, unidades de producción, líneas de negocio) y, asimismo, tendrán que bus-
car también formas de protegerse contractualmente (vía indemnidades u otros
mecanismos de protección), sin embargo, el panorama será igualmente incierto,
6
No obstante la interpretación dada a nivel administrativo, cabe tener en cuenta que el
tema igual podría seguir en discusión, pues ello no exime de que surjan otros puntos de
vista que quieran discutirse a nivel administrativo y/o judicial, ya que algún administrado
podría considerar que el numeral 3 del artículo 17 del CT únicamente hace alusión al “ac-
tivo” y/o “pasivo” de empresas o entes colectivos y que, por tanto, debe entenderse por
tales términos como todo el activo y/o el pasivo registrado por la empresa en sus estados
financieros. Por lo tanto, la referida responsabilidad únicamente será aplicable cuando se
trasfiera la totalidad del activo y/o pasivo de una empresa, es decir, todo el activo y/o pasivo
registrado por la empresa en sus estados financieros, más no parte de esta.
Por tanto, es importante que este tema bajo comentario se introduzca en el CT,
pues, además de consignarse expresamente en ella el entendimiento sobre qué
adquisiciones generan responsabilidad,7 también se tendría que consignar algu-
nos criterios para saber cuándo estamos ante un bien relevante para fines de la
responsabilidad solidaria en adquisición de activos. Ello, sin perjuicio de detallar
o regular igualmente sobre cómo debe actuar SUNAT en tales casos.
Así, por ejemplo, entre tales criterios a tener en cuenta, podrían ser: (i) la dis-
minución significativa y evidente de los ingresos del transferente en los ejerci-
cios posteriores a la enajenación, (ii) la disminución relevante de los activos y/o
pasivos en los estados financieros (por ejemplo, más de dos tercios), (iii) ausen-
cia de personal y directivos o despido previo de tales, (iv) vinculación económica
entre el transferente y adquirente, (v) conocimiento de la deuda del enajenante
a través de auditorías internas del adquirente, (vi) no ha adquirido o renovado
bienes en prolongado tiempo, (vii) que luego de una transferencia, los recursos
obtenidos por el transferente no sean reinvertidos y sean más bien sacados del
flujo de caja, (viii) que la empresa transferencia inicie una liquidación, (ix) entre
otros.
Si bien hay casos concretos donde el Tribunal Fiscal ha analizado ciertas cir-
cunstancias para saber si se está o no ante bienes que permiten el desarrollo del
negocio, como por el ejemplo la RTF Nº 05357-3-2017 (en donde el Tribunal
Fiscal evidencio un caso en el que la empresa transferente se desprendió de ac-
tivos fijos que en su conjunto permitían el desarrollo de su negocio),8 es impor-
7
Esto es, negocios en su totalidad, unidades de producción, líneas de negocio y bienes re-
levantes que permitan la operatividad de un negocio de la empresa o que reduzcan la ca-
pacidad del transferente para asumir el pago de sus obligaciones tributarias.
8
En dicha resolución se desarrolló lo siguiente:
“Que de la evaluación de los bienes que integran la relación antes listada, se comprueba que
se trata de recursos que califican como activos fijos, específicamente los correspondientes a
las partidas de inmuebles, maquinaria y equipo (…).
Que cabe indicar que los referidos activos constituyen los recursos principales de las operacio-
nes de las empresas transferentes y permitían la operatividad de las actividades económicas
de aquellas, relativas a la venta de alimentos y bebidas y al transporte de carga (…).
Que ello se evidencia de manera particular de los siguientes activos: cámara frigorífica, gón-
Como indicamos anteriormente, al amparo del numeral 4) del artículo 20-A del
CT, los responsables solidarios tienen derecho a impugnar: i) El supuesto legal
que da lugar a la responsabilidad tributaria; y, ii) la deuda tributaria de la que
este es responsable.
Sin embargo, la poca regulación o vacíos del CT terminan impidiendo a los impu-
tados como responsables a que ejerzan el derecho de defensa y en ese contexto,
puedan impugnar la deuda tributaria.
En efecto, este derecho a impugnar la deuda tributaria que se les atribuye como
responsables solidarios ha sido reconocido en la Exposición de Motivos del De-
creto Legislativo Nº 981, que introdujo esta norma en nuestro CT, pues señala
que, “tomando en cuenta que la atribución de responsabilidad solidaria tiene
como correlato el cobro de la deuda tributaria respecto de la cual se atribuye la
misma, el responsable puede impugnar no solo la atribución de la responsabilidad,
sino también la deuda tributaria que se le pretende cobrar, siendo ello consustan-
cial a su derecho de defensa”.
Asimismo, dicho artículo señala que, además de los derechos antes señalados,
los administrados también podrán ejercer los conferidos por la Constitución,
por este Código o por leyes específicas.
9
Fundamento Jurídico Nº 5 de la Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expe-
diente Nº 5085-2006-PA/TC.
Siendo ello así y en la medida que el artículo 20-A del CT establece el derecho
de los responsables de impugnar la deuda que se les pretende imputar, la
SUNAT tiene que respetar el derecho establecido en el dicho artículo y, como
tal, debe permitir al responsable a ejercer su defensa sobre la deuda tributaria
desde el primer momento en que se le inicia alguna fiscalización al contribu-
yente que generaría la deuda tributaria que eventualmente se le cobrará en el
futuro al citado responsable o desde el primer momento en que se toma cono-
cimiento de algún hecho que pudiera generar responsabilidad solidaria.
A tal efecto, la autoridad tributaria debe llevar a cabo las acciones necesarias y
oportunas que permitan ejercer a los supuestos responsables solidarios el dere-
cho de impugnar los valores que se les pretende cobrar en el futuro.
Así, por ejemplo, dicha autoridad debería notificar o comunicar al potencial res-
ponsable solidario de que se está iniciando una fiscalización al transferente de
los activos y/o pasivos y, en esa línea, debería permitir a dicho potencial respon-
sable a que manifieste sus descargos sobre la deuda tributaria a ser cobrara po-
tencialmente en el futuro a dicho sujeto, pues de esta manera se evita que el
responsable solidario tome conocimiento de su responsabilidad y de la deuda
después de muchos años o décadas (pues prácticamente la deuda se discute
sólo con el contribuyente y sin que se entere el potencial responsable), siendo
esto claramente una situación perjudicial para el responsable como adminis-
trado.
10
Fundamento Jurídico Nº 14 de la Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expe-
diente Nº 0729-2013-PA/TC.
Asimismo, esto también deja en claro la importancia de regular los criterios ge-
nerales que indicábamos previamente para saber si un bien es relevante o no
para fines de la responsabilidad solidaria en adquisición de activos, pues, por
ejemplo, en el supuesto de que una empresa venda sus activos y luego se li-
quide, dicho supuesto automáticamente debería generar la obligación de
SUNAT de notificar al adquirente de dicha situación para que tenga conoci-
miento de tales hechos y pueda ejercer su defensa.
Siendo ello así, consideramos que este aspecto de que la SUNAT dé a conocer
y permita la defensa del responsable solidario en el momento en que la SUNAT
inicie alguna fiscalización o cuando tome conocimiento de algún caso que pu-
diera generar responsabilidad solidaria, igualmente se debe encontrar regulado
de forma más precisa en el CT, pues es importante que no se deje indefenso al
responsable solidario a fin de evitar futuros y potenciales litigios tributarios, más
aún si existen derechos reconocidos por el propio CT y la Constitución que de-
ben ser mejor efectivizados en el ámbito tributario.
11
En principio, la responsabilidad se extiende a todos los componentes de la deuda tributaria
previstos en el artículo 28 del CT, con lo cual comprendería a los intereses moratorios del
tributo, a las multas, a los intereses moratorios de las multas y a los intereses por facilida-
des de pago. Naturalmente, el crecimiento de la deuda tributaria, por aplicación de intere-
ses, desde que se produce la responsabilidad del adquirente, también se atribuye al res-
ponsable
Este tema también fue discutido en las IX Jornadas Nacionales de Derecho Tri-
butario, pues en la Recomendación 7 de la Resolución aprobada en dichas Jor-
nadas se indica lo siguiente:
12
En efecto, en los casos de transferencia de bienes muebles, la transferencia de propiedad
no ocurre en virtud del contrato (título), sino que será necesario también la entrega (tra-
dición) del bien tal como disponen las normas del Código Civil (artículo 947). Situación
distinta es el caso de un bien inmueble, pues en este caso se transfiere solo en virtud del
acuerdo tal como disponen las normas del Código Civil (artículo 949), salvo que se condi-
cione el efecto de transferencia de propiedad a un evento posterior (contrato sujeto a con-
dición, o pacto de reserva de propiedad).
Del mismo modo, en el caso de las reorganizaciones societarias como la escisión y reorga-
nización simple, el efecto de adquisición de los bienes conformantes del bloque patrimo-
nial se realizará conforme al contenido del Acta de Junta General de Accionistas que acuer-
da la reorganización, siendo posible diferir los efectos de transferencia de los bloques patri-
moniales a un momento posterior (artículo 353 y 378 de la Ley General de Sociedades).
13
En efecto, en los numerales 1 y 2 del artículo 17 del CT se indica lo siguiente:
“Son responsables solidarios en calidad de adquirentes:
1. Los herederos y legatarios, hasta el límite del valor de los bienes que reciban.
Los herederos también son responsables solidarios por los bienes que reciban en anticipo
de legítima, hasta el valor de dichos bienes y desde la adquisición de éstos.
2. Los socios que reciban bienes por liquidación de sociedades u otros entes colectivos de los
que han formado parte, hasta el límite del valor de los bienes que reciban”.
Por tanto, extender dicha persecución a otros bienes –distintos a los bienes que
han generado la responsabilidad– resulta perjudicial para los contribuyentes y
no se salvaguardaría los derechos de los administrados, pues en aplicación del
principio de capacidad contributiva lo razonable es que el adquirente tribute por
un máximo ascendiente al valor de los activos, ya que este es el único signo
objetivo e indiscutible que muestra capacidad contributiva.
Precisamente sobre este tema del límite temporal para los casos de adquisición
de activos y/o pasivos de empresas aún hay vacíos y dudas en la práctica sobre
su aplicación, pues si bien el CT permite que la responsabilidad solidaria cese en
un plazo corto de 2 años de efectuada la transferencia de activos y/o pasivos,
dicha norma también dispone que dicho beneficio se encuentra condicionado a
que la transferencia se haya comunicado a la SUNAT dentro del plazo que se-
ñala ésta.
14
Es de notar que la prescripción es de cuatro (4) o seis (6) años, dependiendo si presentó o
no la declaración jurada de impuestos respectiva
Sin embargo, sobre esto último, creemos que dicha aplicación supletoria tam-
poco sería la solución, ya que no hay claros vínculos normativos, pues la citada
resolución, en primer lugar, regula aspectos vinculados al RUC (datos de domi-
cilio fiscal, datos de representantes legales, datos de accionistas, entre otros
datos), los cuales –sin duda– son ajenos a la comunicación que venimos co-
mentando, pues esta comunicación no es un simple hecho, sino que es un as-
pecto sustancial para delimitar la aplicación temporal de la responsabilidad so-
lidaria.
Por tanto, a fin de que los responsables puedan gozar de este derecho a un plazo
reducido y se le respete dicho derecho, consideremos que, ante este caso de
múltiples interpretaciones y vacíos, se debe considerar como válida la comuni-
cación que se efectúe en cualquier momento luego de la transferencia, pues de
esta manera se consolidaría la protección de los derechos del responsable.
15
En efecto, en el Fundamento Jurídico 5.11 de la Sentencia recaída en el Expediente Nº
02061-2013-PA/TC., se ha indicado lo siguiente: “Por otro lado, debe tenerse en considera-
ción que los jueces, al momento de resolver un recurso, deben tener siempre presente las nor-
mas que regulan el sistema recursivo aplicando el principio pro actione: es decir, en sentido
favorable para posibilitar el acceso a la tutela jurisdiccional y, consiguientemente, a la plura-
lidad de instancias, con exclusión de toda opción interpretativa que sea contraria a ese pro-
pósito. En este sentido, y por extensión, este Colegiado considera que la interpretación de la
resolución materia de cuestionamiento resulta acorde con los principios pro homine y pro li-
bertatis, según los cuales, ante diferentes interpretaciones de un dispositivo legal, se debe optar
por aquella que conduzca a una mejor protección de los derechos fundamentales, descartando
así las que restrinjan o limiten su ejercicio. Vale decir, el principio pro homine impone que, en
lugar de asumirse la interpretación restrictiva e impedir el derecho a la efectiva tutela jurisdic-
cional, se opte por aquella que posibilite a los recurrentes el ejercicio de dicho derecho”.
municación.
(…)
Siendo ello así, se puede concluir que para computar el mencionado plazo,
se debe tener en cuenta el momento en que la transferencia es comunicada
por primera vez a la SUNAT; pudiendo ser realizada esta comunicación
por el transferente o por el adquirente.
Si bien es cierto que de una lectura literal de dicho informe se podría entender
que la comunicación sólo pueden efectuarlo el transferente o adquirente, tam-
bién es cierto que de una lectura integra y sistemática de este también se podría
entender que dicha comunicación puede ser efectuado por cualquier otro ter-
cero (distinto al transferente o adquirente), pues lo importante es que se cumpla
la finalidad de que sea “conocida” por SUNAT.
Al respecto, es de notar que conforme al Artículo 96 del CT, los Notarios co-
municarán y proporcionarán a la SUNAT las informaciones relativas a hechos
generadores de obligaciones tributarias que tengan conocimiento en el ejercicio
de sus funciones, de acuerdo con las condiciones que establezca la Administra-
ción Tributaria.
– Los Notarios que, entre otras transacciones, hubieran otorgado una escri-
tura pública que contenga operaciones patrimoniales, se encuentran obli-
gados a presentar la Declaración Anual de Notarios.
En ese sentido, bajo dicha regulación, es claro que la SUNAT también toma
conocimiento de la transferencia de propiedad de los bienes que podrían originar
la atribución de responsabilidad solidaria a través de la “comunicación” de los
Notarios, el cual además ocurriría en el mes de enero del ejercicio siguiente al
que corresponda la transferencia.
Incluso, como mayor fundamento, cabe tener en cuenta además que la SUNAT
también puede tomar conocimiento de la transferencia de propiedad de los bie-
nes que originarían la atribución de responsabilidad solidaria a través del conte-
nido de la inscripción de las transferencias en los Registros Públicos.
En efecto, el artículo 2012 del Código Civil establece que “se presume, sin admi-
tirse prueba en contrario, que toda persona tiene conocimiento del contenido de las
inscripciones”.
Por lo tanto, bajo los términos indicados, consideramos que no existiría ninguna
posibilidad legal (pues nos encontramos ante una presunción iuris et de iure) de
4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
1. Al amparo del numeral 4) del artículo 20-A del CT, los responsables solida-
rios tienen derecho a impugnar: El supuesto legal que da lugar a la respon-
sabilidad tributaria; y, la deuda tributaria de la que este es responsable, por
lo tanto, es deber de la SUNAT que, en el marco de la facultad de fiscaliza-
ción al contribuyente o cuando tome conocimiento de algún hecho que pu-
diera generar responsabilidad solidaria, lleve a cabo las acciones necesarias
y que permita ejercer de manera real a los supuestos responsables solidarios
el derecho de impugnar la deuda tributaria que se les pretende cobrar en el
futuro.
A pesar de que esa sea la correcta interpretación del citado numeral, esta
interpretación todavía podrá generar disputas con la SUNAT cuándo se dis-
cuta si el bien adquirido permite o no la operatividad del negocio o reduce
o no la capacidad de pago del transferente. Por lo tanto, resulta recomen-
dable que se introduzca en el CT algunos criterios para saber cuándo se
entendería que estamos ante un bien relevante para fines de la responsabi-
lidad solidaria en adquisición de activos.
5. BIBLIOGRAFÍA
CUENTAS, Enrique (1997) “El abuso del Derecho”. En: Derecho PUCP. Lima,
número 51, 463-484.
En ese contexto, resulta necesario conocer cuáles son los límites legales en el ejerci-
cio de la facultad discrecional por parte de la Administración Tributaria y su regu-
lación en el Código Tributario.
1. INTRODUCCIÓN
*
Abogado por la Universidad de Lima. Master en Derecho Administrativo y Tributario por
la Universidad Complutense de Madrid. Socio del Estudio Jamis Dalguerre Abogados &
Asociados. Vicepresidente del Consejo Directivo de la Asociación Contribuyentes por Res-
peto. Docente de ESAN Business Law y la Universidad de Lima.
El autor agradece al Dr. Marcelo Roncal Pagador, por su apoyo en la elaboración del pre-
sente trabajo.
1
“NORMA IV: PRINCIPIO DE LEGALIDAD - RESERVA DE LA LEY
Por esta razón, no ha sido una coincidencia que su desarrollo en el Título Preli-
minar del Código Tributario, justamente se haya realizado en la norma titulada
“Principio de Legalidad - Reserva de la Ley”, como un claro recordatorio de los
límites legales e, incluso, constitucionales que deben ser considerados en el
ejercicio de la facultad discrecional.
Asimismo, además del límite legal antes señalado, la misma Norma IV establece
que, al momento de la actuación discrecional, la Administración Tributaria ten-
drá una casi total libertad en su decisión, únicamente sujetándola a una evalua-
ción sobre lo que se considera como más conveniente para el interés público.
(…)
En los casos en que la Administración Tributaria se encuentra facultada para actuar discre-
cionalmente optará por la decisión administrativa que considere más conveniente para el in-
terés público, dentro del marco que establece la ley”.
2
GARCÍA DE ENTERRÍA, E. y FERNÁNDEZ, T. (2006). Curso de Derecho Administrativo,
(12.a ed.). Lima: Palestra.
3
Cfr Sentencia del Expediente Nº 0090-2004-AA/TC, fundamento 11.
Sin embargo, ante este escenario basado en una falta de regulación en su apli-
cación, en la carencia de una definición del concepto “interés público” y a la
preponderancia del derecho del Estado a conseguir la recaudación tributaria en
desmedro de otros derechos individuales de los contribuyentes; la facultad para
la actuación discrecional por parte de la Administración Tributaria en muchas
de sus decisiones no tiene límites de fácil identificación y, lo que resulta más
grave, no se ha establecido una vía de defensa procedimental para los adminis-
trados que puedan verse afectados por una arbitrariedad en su ejercicio.
4
CHANG YONG, Cristina María. (2006). “Límites a las facultades Discrecionales de la Ad-
ministración Tributaria en el ejercicio de su Función Fiscalizadora”. En: Revista Vectigalia.
Nº 2 Año II, PUCP, Lima.
5
Cfr Sentencia 922/2021 de los Expedientes Nºs 00003-2021-PI/TC y 00009-2021-PI/TC
(acumulados), fundamento 85.
6
Cfr Sentencias de los Expedientes Nºs 4168-2006-PA/TC y 0090-2004-AA/TC.
7
Cfr RTF Nº 1144-3-98 de fecha 31 de diciembre de 1998.
ese mandato, por más que haya sido dictado en uso de una facultad dis-
crecional, y por más discrecional que ella sea la actuación o decisión ad-
ministrativa no puede obedecer a la mera voluntad del funcionario, sino
que la Administración debe aportar las razones o criterios que la llevaron
a elegir o determinar la consecuencia jurídica, evitando así cualquier ejer-
cicio arbitrario de poder.8 (Pág. 2) (el subrayado es nuestro)
En ese sentido, y con el sustento antes desarrollado, resulta preciso ratificar que
el ejercicio de la facultad discrecional por parte de la Administración Tributaria
no es ilimitado; siendo el caso de tratarse de decisiones que no cuentan con una
regulación legal, los únicos límites para poder identificar una arbitrariedad serán
los principios constitucionales.
Si bien es cierto que una posición global en el ámbito tributario, ha sido empo-
derar las administraciones tributarias con la finalidad de poder enfrentar las es-
tructuras elusivas y defraudadoras, dejando de desarrollar definiciones que pu-
dieran generar limites en estas acciones; no podemos olvidar que el Perú es un
país en vías de desarrollo y que muchos de los lineamientos que se pretenden y
se han venido implementando en nuestra legislación provienen de modelos aje-
nos e inaplicables en nuestra jurisdicción.
8
Cfr RTF Nº 02882-1-2009 de fecha 27 de marzo de 2009.
9
GARCÍA NOVOA, César. (2012). “La discrecionalidad en materia tributaria”. Ponencia en
el I Congreso Internacional de Derecho Tributario. Panamá.
de interpretación legal que pueda conllevar efectos tributarios,10 así como la re-
levante necesidad de desarrollar seguridad jurídica basándonos en la predictibi-
lidad.
10
“NORMA VII: INTERPRETACIÓN DE NORMAS TRIBUTARIAS
Al aplicar las normas tributarias podrá usarse todos los métodos de interpretación admitidos
por el Derecho.
En vía de interpretación no podrá crearse tributos, establecerse sanciones, concederse exone-
raciones, ni extenderse las disposiciones tributarias a personas o supuestos distintos de los
señalados en la ley. Lo dispuesto en la Norma XVI no afecta lo señalad o en el presente pá-
rrafo”.
Sin embargo, la práctica nos permite asegurar que, en la mayor parte de los
casos antes precisados, no es posible acreditar el cumplimiento de estas condi-
ciones, por ejemplo, cuando se realiza la elección del contribuyente que será
materia de un procedimiento de fiscalización, en la decisión del inicio de medi-
das cautelares previas o en el ejercicio de la potestad de reexamen.
11
Cfr Casación Nº 14263-2019 LIMA.
12
“Artículo 127º.- FACULTAD DE REEXAMEN
El órgano encargado de resolver está facultado para hacer un nuevo examen completo de los
aspectos del asunto controvertido, hayan sido o no planteados por los interesados, llevando
a efecto cuando sea pertinente nuevas comprobaciones.
Mediante la facultad de reexamen el órgano encargado de resolver sólo puede modificar los
reparos efectuados en la etapa de fiscalización o verificación que hayan sido impugnados,
para incrementar sus montos o para disminuirlos.
En caso de incrementar el monto del reparo o reparos impugnados, el órgano encargado de
resolver la reclamación comunicará el incremento al impugnante a fin que formule sus alega-
tos dentro de los veinte (20) días hábiles siguientes. A partir del día en que se formuló los
alegatos el deudor tributario tendrá un plazo de treinta (30) días hábiles para ofrecer y actuar
los medios probatorios que considere pertinentes, debiendo la Administración Tributaria re-
solver el reclamo en un plazo no mayor de nueve (9) meses contados a partir de la fecha de
presentación de la reclamación.
Por medio del reexamen no pueden imponerse nuevas sanciones.
Contra la resolución que resuelve el recurso de reclamación incrementando el monto de los
reparos impugnados sólo cabe interponer el recurso de apelación.”
En efecto, si bien el primer y segundo párrafo del artículo 127 del Código Tribu-
tario son amplios al otorgar la facultad de reexamen al órgano encargado de
resolver, caso en el cual sí podría considerarse al Tribunal Fiscal como tal;14 la
13
Cfr Casación Nº 14263-2019 LIMA, numeral 2.5.
14
Código Tributario, “Artículo 143º.- ÓRGANO COMPETENTE
El Tribunal Fiscal es el órgano encargado de resolver en última instancia administrativa las
lectura de los párrafos tercero y quinto del mismo artículo sirve para aclarar
cualquier duda interpretativa que pudiera existir sobre este asunto.
Esta misma posición ya ha sido desarrollada por el Dr. Luis Hernandez Bereguel,
cuando concluye en su trabajo lo siguiente:
reclamaciones sobre materia tributaria, general y local, inclusive la relativa a las aportaciones
a ESSALUD y a la ONP, así como las apelaciones sobre materia de tributación aduanera”.
15
“Artículo 133º.- ÓRGANOS COMPETENTES
Conocerán de la reclamación en primera instancia:
1. La SUNAT respecto a los tributos que administre y a las Resoluciones de Multa que se
apliquen por el incumplimiento de las obligaciones relacionadas con la asistencia admi-
nistrativa mutua en materia tributaria.
2. Los Gobiernos Locales.
3. Otros que la ley señale”.
16
HERNÁNDEZ BERENGUEL, Luis. (2013). “La Facultad de Reexamen”. En: Revista del Insti-
tuto Peruano de Derecho Tributario. Lima. Nº 56, Tomo III dedicada a las XII Jornadas Na-
cionales de Derecho Tributario.
prema de Justicia, tal como resulta la regulación del ejercicio de la facultad dis-
crecional.
17
Cfr Sentencia del Expediente Nº 04293-2012-PA/TC.
4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5. BIBLIOGRAFÍA
*
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Consultor independiente en ma-
teria tributaria.
**
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú con un LL.M. en Derecho Tributa-
rio y una Certificación en Tributación Internacional por Georgetown University. Asociado
Senior de Rodrigo, Elías & Medrano Abogados. Profesor de la facultad de Derecho de la
Universidad de Piura y Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
1 INTRODUCCIÓN
El “Precedente Vinculante Judicial” (en adelante, PVJ) es una figura jurídica que
tiene como finalidades la realización del principio de igualdad y predictibilidad
(seguridad jurídica), así como la reducción de la litigiosidad.
2. CUESTIONES PRELIMINARES
(…)
f) La jurisprudencia;
1
En efecto, Alzamora Valdez hace mención de los desacuerdos entre los juristas en cuanto
a cuáles deberían considerarse las fuentes formales del Derecho (Alzamora Valdez 1984:
236).
2
En el mismo sentido estaría Indacochea Prevost, quien señala (específicamente en relación
a la jurisprudencia constitucional): “que la cuestión de las fuentes del Derecho, y el lugar que
en ella ocupa la jurisprudencia constitucional, depende del concepto de “fuente de Derecho”
que se adopte, lo cual está íntimamente ligado con una determinada concepción del De-
recho y de una noción de norma jurídica (Indacochea 2015: 310).
3
Para fines ilustrativos, mencionamos que Alzamora Valdez lista siete acepciones de
“fuente del Derecho” (Alzamora 1984: 233).
La norma citada establece de forma expresa como una de las fuentes del Derecho
tributario a la “jurisprudencia”, sin hacer una distinción entre la proveniente del
Poder Judicial y la del Tribunal Fiscal, en cuyo caso, consideramos que com-
prende a ambas.4
Caller Ferreyros y Ruiz Reyna Farje definen el precedente vinculante en los si-
guientes términos: “El precedente se define como todo acto anterior con relevancia
jurídica que puede proyectar efectos jurídicos hacia el futuro, condicionando el
comportamiento de distintos sujetos –por ejemplo, los ciudadanos, los tribunales o
la Administración– en casos similares” (Caller y Ruiz 2013: 20).
4
En cambio, la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, cuyo Texto
Único fue aprobado por el Decreto Supremo Nº 004-2019-JUS, norma que se aplica su-
pletoriamente al ordenamiento tributario, en el Artículo V de su Título Preliminar sí hace
una distinción entre la jurisprudencia proveniente del Poder Judicial y aquella emitida por
los tribunales administrativos, estableciendo a ambas como fuentes del procedimiento ad-
ministrativo.
dos partes en una sentencia, y que son el fallo (que contiene la decisión respecto
de la demanda) y los fundamentos jurídicos; siendo estos últimos los que reco-
gen los distintos criterios de interpretación de la Constitución que formula el
Tribunal Constitucional, y que serán exigidos a todos, y particularmente al Po-
der Judicial (Castillo 2008: 3). En ese sentido, estaríamos de acuerdo con Caller
Ferreyros y Ruiz Reyna Farje, quienes definen al precedente judicial como: “(…)
la «regla jurídica que, vía interpretación o integración del ordenamiento positivo,
crea el juez para resolver el caso planteado y que debe o puede servir para resolver
un caso futuro sustancialmente análogo»” (Caller y Ruiz 2013: 20).
5
Dávila Alvarado hace mención del trabajo titulado “Interpreting Precedent”, elaborado por
el Círculo de Bielefeld, grupo de académicos de alto nivel, entre los cuales se encuentra
Aarnio, Alexy, Laporta, MacCormick, Peczenik, Taruffo, Troper y Summers.
guna axiológica, que es colmada por el mismo juez. O también, en el caso que
el juez realice una nueva evaluación o ponderación de los valores involucrados,
éste determinará que existe una solución más conforme a derecho que la del
precedente (Dávila 2021: 91).
a) Principio de igualdad
Como se aprecia, el precedente supone una regla de derecho que, por su carácter
vinculante, obliga a ser aplicado en los casos futuros que sean idénticos o sus-
tancialmente análogos. Por tanto, el precedente vinculante tiene como propó-
sito garantizar la realización del principio (derecho) de igualdad.
García Novoa (citado por Caller Ferreyros y Reyna Farje) distingue dos planos
de manifestación de la seguridad jurídica, uno normativo y otro en su aplicación.
6
Sentencia recaída en el Expediente Nº 0016-2002-AI/TC.
Como habíamos señalado, el precedente supone una regla de derecho, que por
su carácter vinculante, obliga a ser aplicado en los casos futuros que sean idén-
ticos o sustancialmente análogos. Por tanto, los sujetos pueden prever cómo
se les aplicaría el Derecho en el supuesto que su caso sea idéntico o análogo a
aquel sobre el cual versó el precedente.
7
La referencia a “tribunales” incluye también a los tribunales administrativos.
8
En vista a que los precedentes son vinculantes para los funcionarios que integran la autori-
dad tributaria, están en la obligación de seguirlos, e impedidos de actuar sin considerarlos.
Sin embargo, no resulta suficiente que exista una regulación que establezca el
PVJ para que se logren los propósitos descritos. El éxito dependerá de dos fac-
tores: (i) una adecuada regulación; y, (ii) una debida aplicación por parte de los
operadores del Derecho (administraciones tributarias, Tribunal Fiscal, Poder Ju-
dicial y contribuyentes).
Estos principios deben ser invocados por los Magistrados de todas las ins-
tancias judiciales, cualquiera que sea su especialidad, como precedente
de obligatorio cumplimiento. En caso que por excepción decidan apar-
tarse de dicho criterio, están obligados a motivar adecuadamente su reso-
lución dejando constancia del precedente obligatorio que desestiman y de
los fundamentos que invocan.
9
Cuyo Texto Único Ordenado fue aprobado por el Decreto Supremo Nº 017-93-JUS, publi-
cado en el Diario Oficial El Peruano, con fecha 02 de junio de 1993.
10
Ley Nº 27584, cuyo Texto Único Ordenado fue aprobado por el Decreto Supremo Nº 011-
2019-JUS, publicado en el Diario Oficial El Peruano, con fecha 04 de mayo de 2019.
Por una parte, el Poder Judicial es el encargado del control jurídico de las actua-
Estimamos que la pregunta (iii) es la más difícil de responder, debido a que las
disposiciones que regulan la producción del PVJ son muy escuetas y no aportan
suficiente claridad. Por una parte, el Artículo 22 de la LOPJ establece que: “En
caso que por excepción decidan apartarse de dicho criterio, están obligados a mo-
tivar adecuadamente su resolución dejando constancia del precedente obligatorio
que desestiman y de los fundamentos que invocan”. El dispositivo citado esta-
blece la posibilidad de apartarse, sin especificar los supuestos de “excepción” ni
en qué consiste precisamente ese “apartamiento”. De otro lado, el Artículo 36
de la LPCA estipula que: “Los órganos jurisdiccionales podrán apartarse de lo es-
tablecido en el precedente vinculante, siempre que se presenten circunstancias par-
ticulares en el caso que conocen y que motiven debidamente las razones por las
cuales se apartan del precedente”. Esta última disposición también dispone la
posibilidad de “apartamiento”, sin describir las “circunstancias particulares”
que pudieran presentarse, ni en qué consiste ese “apartamiento”.
11
Según el Artículo 148 de la CP: “Las resoluciones administrativas que causan estado son
susceptibles de impugnación mediante la acción contencioso-administrativa”.
12
El primer párrafo del Artículo 1 de la LPCA estipula que: “La acción contenciosa adminis-
trativa prevista en el artículo 148 de la Constitución Política tiene por finalidad el control
jurídico por el Poder Judicial de las actuaciones de la administración pública sujetas al dere-
cho administrativo y la efectiva tutela de los derechos e intereses de los administrados”.
Por el contrario, el contribuyente afirmaba que los pagos a cuenta del IR del
2002 y 2003 cuestionados fueron cancelados de manera oportuna, conforme
con lo establecido por el inciso a) del Artículo 85 de la Ley del IR y considerando
los elementos de cálculo existentes al momento de su cancelación; por ello,
cualquier determinación del IR del ejercicio anterior efectuada de forma poste-
rior a la cancelación de los referidos pagos a cuenta no debe tener incidencia
alguna.
13
Publicado en el Diario Oficial El Peruano con fecha 30 de octubre de 2015.
5.2 Por lo que conforme a los fundamentos del considerando 3.5 se esta-
blecen las siguientes reglas con carácter de precedentes vinculantes:
5.2.1 La Norma VIII del Título Preliminar del Código Tributario no des-
carta la aplicación de la analogía tampoco la interpretación extensiva ni
la restrictiva, admitidas en el derecho para cierto tipo de normas; sino que
el uso se encuentra limitado por la prohibición del segundo párrafo de la
Norma anotada, resultando para ello muy importante que el Juez selec-
cione el método adecuado al tipo de disposición tributaria a interpretar.
– Sólo hay intereses moratorios en los pagos a cuenta cuando éstos (calcula-
dos conforme con la base y elementos de cálculo existentes en la oportu-
nidad del abono) no se realizaron oportunamente (es decir mensualmente,
y en los plazos legales).
– Cuando se modifican los datos que con los cuales se calcula el coeficiente
(aplicable para calcular el pago a cuenta) de modo posterior al plazo de
abono del pago a cuenta, no tendrá efectos sobre el coeficiente aplicable a
los pagos a cuenta ya calculados y pagados oportunamente, ni generará
intereses moratorios.
Que sostiene que sus argumentos han sido corroborados por la Corte Su-
prema en la Casación Nº 4392-2013 de carácter vinculante, no obstante,
la Administración ha desconocido lo resuelto por el Poder Judicial pese a
que se trata del tema materia de controversia, por lo que cita al respecto
el artículo VI del Título Preliminar de la Ley Nº 27444, el artículo 4º del
Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, y las Normas
III y IX del Título Preliminar del Código Tributario; finalmente, adjunta el
Informe Nº 73-2014-SUNAT-5D1000 y Memorándum Nº 173-2014-
SUNAT/5D1000, con los cuales se probaría que la Administración aplicó
la doctrina jurisprudencial recaída en la Sentencia de Casación Nº 45-
2012-CUSCO.
14
A la emisión de la Casación, se encontraba vigente el anterior Texto Único Ordenado de
la Ley que Regula el Proceso Contencioso Administrativo aprobado por el Decreto Su-
premo Nº 013-2008-JUS. En su Artículo 37 establecía la emisión de resoluciones que fijan
precedentes vinculantes.
DECLARAR que de acuerdo con el artículo 154º del Texto Único Orde-
nado del Código Tributario, aprobado por Decreto Supremo Nº 133-
2013-EF, modificado por Ley Nº 30264, la presente resolución constituye
precedente de observancia obligatoria, disponiéndose su publicación en el
diario oficial “El Peruano”, en cuanto establece el siguiente criterio:
15
Publicada en el Diario Oficial El Peruano con fecha 08 de julio de 2017.
16
El artículo 154 del Código Tributario establece que las resoluciones del Tribunal Fiscal que
interpreten de modo expreso y con carácter general el sentido de normas tributarias, las
emitidas en virtud del artículo 102 del referido código, las emitidas en virtud a un criterio
recurrente de las Salas Especializadas o de la Oficina de Atención de Quejas, así como las
emitidas por los Resolutores - Secretarios de la Oficina de Atención de Quejas por asuntos
materia de su competencia, constituyen jurisprudencia de observancia obligatoria para los
órganos de la Administración Tributaria, mientras dicha interpretación no sea modificada
por el mismo Tribunal, por vía reglamentaria o por ley.
Con este actuar todos nos vemos perjudicados, porque un contribuyente debe
realizar el pago de la deuda tributaria relacionada a la determinación de los pa-
gos a cuenta del IR siguiendo el criterio establecido por el Tribunal Fiscal y luego
de agotar la instancia administrativa tributaria con una resolución en contrario,
demandarla con el fin de obtener la devolución de lo pagado indebidamente ba-
sándose en lo establecido en la Casación, lo que le hará incurrir en un gasto de
recursos, el cual no sería necesario si en instancia administrativa se hubiera apli-
cado el PVJ.
17
Cabe indicar que el PVJ contenido en la Casación ya no tiene cabida con la normativa
actualmente vigente, dada la promulgación del Decreto Legislativo Nº 1528 que incorpora
el siguiente párrafo al Artículo 34 del Código Tributario: “Lo dispuesto en el presente artículo
es aplicable incluso cuando, con posterioridad al vencimiento o determinación de la obliga-
ción principal, se hubiese modificado la base de cálculo del pago a cuenta o el coeficiente
aplicable o el sistema utilizado para su determinación, por efecto de la presentación de una
declaración jurada rectificatoria o de la determinación efectuada sobre base cierta por la Ad-
ministración” (El subrayado es agregado).
Desde un punto de vista del Análisis Económico del Derecho, los costos de
transacción de este caso, generarán que, en conjunto, el Estado Peruano pierda
más de lo que gana con su acotación tributaria, considerando los montos que
tendrá que devolver al contribuyente más los intereses moratorios correspon-
dientes luego de perder en instancia judicial.
(…)
18
La Resolución del Tribunal Fiscal Nº 11970-4-2015 fue materia de impugnación en este
proceso judicial.
En la sentencia citada, observamos que la Sexta Sala afirma que el PVJ materia
de análisis no resulta aplicable, debido a que la Casación se refirió a un caso en
que se discutía la modificación de los coeficientes a raíz de una declaración rec-
tificatoria del impuesto del ejercicio anterior, mientras que en el caso resuelto
por la Sexta Sala, la redeterminación del impuesto es efectuada por la SUNAT a
través de un procedimiento de fiscalización. Es decir, la Sexta Sala consideró
que los supuestos fácticos del caso a resolver no son los mismos al resuelto a
través de la Casación, concluyendo que este último resulta inaplicable. De otro
lado, a pesar de señalar que no resulta aplicable el PVJ, interpreta que el prece-
dente estaría referido específicamente a la prohibición de la interpretación ex-
tensiva y restrictiva, y en esa medida, al utilizar los métodos de interpretación
literal y sistemático, no contraviene el mencionado PVJ.
19
La Resolución del Tribunal Fiscal Nº 04711-2-2017 fue materia de impugnación en este
proceso judicial.
(…)
Este colegiado concuerda con las reglas determinadas por la Corte Su-
prema, esto es, que los puntos 5.2.1 y 5.2.2, han sido concebidas en base
a los alcances de la Norma VII del Título Preliminar del Código Tributa-
rio; sin embargo, en el ejercicio de sus facultades, analizando los actuados
administrativos judiciales, así como las posiciones adoptadas por las par-
tes, llega a la conclusión que existen otros métodos de interpretación de
los mencionados textos normativos, a efectos de resolver la presente con-
troversia, como son el literal, sistemático por ubicación de la norma y te-
leológico, lo que se pasará a examinar.
(…)
(…)
(…)
Como se podrá apreciar, los hechos del caso que fueron materia de análisis por
la Sexta Sala en la resolución citada, son idénticos a los de la Casación; sin em-
bargo, resuelve de una forma distinta. En este caso, la Sexta Sala interpreta que
el PVJ establece la prohibición de la interpretación extensiva y restrictiva, pero
permite la utilización de los métodos de interpretación literal, sistemático y te-
leológico, los cuales aplica para interpretar el Artículo 85 de la Ley del IR y el
Artículo 34 del Código Tributario (en concordancia con otros dispositivos), y
resuelve en un sentido contrario al de la Casación, aun cuando los hechos fue-
ron idénticos.
20
La Resolución del Tribunal Fiscal Nº 04698-1-2019 fue materia de impugnación en este
proceso judicial.
21
Sexto párrafo del Fundamento 4.1 de la Resolución N° 18 recaída en el Expediente Nº
9841-2019-0.
22
Lo cual es afirmado expresamente en el numeral 8 del Fundamento 4.1 de la resolución
antes mencionada.
23
Publicado en el Diario Oficial El Peruano con fecha 31 de agosto de 2021.
24
Publicado en el Diario Oficial El Peruano con fecha 13 de diciembre de 2021.
25
Publicado en el Diario Oficial El Peruano con fecha 13 de diciembre de 2021.
26
Punto 12.3 del Fundamento Décimo Segundo.
27
Publicado en el Diario Oficial El Peruano con fecha 13 de diciembre de 2021
28
Publicado en el Diario Oficial El Peruano con fecha 06 de abril de 2022.
del ejercicio anterior, sea por rectificatoria del contribuyente o un acto de de-
terminación de la autoridad tributaria, resultaría irrelevante.
Teniendo presente esto último, no resulta posible predecir con deseable certeza
si casos idénticos o similares serán resueltos de idéntica o similar forma.
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
29
No nos resultó posible acceder al texto de la Sentencia de Casación Nº 27444-2018-Lima,
sino que tomamos conocimiento de su sentido a través de una nota informativa emitida
por la firma auditora PricewaterhouseCoopers Perú.
Además, resultaría necesario precisar que los PVJ deben ser aplicados en casos
posteriores en los que la situación fáctica resulte idéntica o análoga al del caso
del cual surgió el mismo PVJ. También, debería existir en los operadores jurídi-
cos (Administración Tributaria, Tribunal Fiscal, Poder Judicial y ciudadanos) la
conciencia de que los casos posteriores, iguales o similares al caso del cual sur-
gió el PVJ, deben ser resueltos en base a las reglas vinculantes de forma igual o
parecida. Finalmente, tener siempre presente que el PVJ debe ser aplicado con-
siderando si se está logrando la realización de la igualdad, seguridad jurídica y
se reduce de la litigiosidad.
6. BIBLIOGRAFÍA
CALLER FERREYROS, María Eugenia y RUIZ REYNA FARJE, Regina (2013) “Los
Precedentes en nuestro ordenamiento jurídico: su regulación y emisión en ma-
teria tributaria”. Thémis. Lima, número 64, Págs. 19-35.
*
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Asociado del Área Tributaria de
Miranda & Amado.
INTRODUCCIÓN
En los últimos años hemos visto que, en la práctica del derecho tributario, los
procesos judiciales iniciados por la Administración Tributaria se han incremen-
tado exponencialmente. Es esto tan común que a veces se percibe a dichos
procesos como una parte más de todo el actuar procedimental/procesal que es
necesario atravesar para lograr el reconocimiento de un derecho del contribu-
yente. No obstante, ello, es evidente que la revisión de los actos administrati-
vos por parte del Poder Judicial es una muy positiva garantía para el contribu-
yente cuando éste requiere que se revoque una decisión administrativa que le
sea contraria. Sin embargo, no se tiene la misma percepción cuando el contri-
buyente, a pesar de haber obtenido un resultado positivo en la última instancia
administrativa, se ve obligado a transitar por distintas instancias judiciales solo
por el hecho de que la Administración Tributaria no está de acuerdo con la po-
sición tomada por el Tribunal Fiscal.1
El daño que ello genera al administrado no solo se explica en los intereses adi-
cionales que tendría que pagar en caso pierda finalmente la controversia judicial,
sino también por todos los costos adicionales en que tendrá que incurrir para
tener una defensa adecuada. Estos problemas podrían atenuarse si en el Perú
los procedimientos administrativos y judiciales se concluyeran en un plazo ra-
zonable y si existieran mecanismos para reducir adecuadamente los daños su-
fridos por los contribuyentes obligados a acudir al Poder Judicial luego de obte-
ner un resultado positivo frente al Tribunal Fiscal.2 Sin embargo, a la fecha, no
existe en la legislación actual una solución expresa a esta problemática del ad-
ministrado generada a raíz de la Demanda Contencioso Administrativa (“DCA”)
iniciada por la Administración Tributaria.
1
Incluso existen algunos casos en los que la SUNAT ha presentado una Demanda Conten-
cioso Administrativa contra una Resolución del Tribunal Fiscal que contenía un criterio
ratificado por la propia SUNAT mediante un Informe emitido al amparo del artículo 93 del
Código Tributario.
2
Por ejemplo, en caso de que el Poder Judicial confirme la decisión del Tribunal Fiscal, el
contribuyente afectado por el actuar de la Administración Tributaria debería poder exigirle
el reembolso de los costos incurridos en la defensa de su caso. De igual forma, en el su-
puesto en que el Poder Judicial revoque la resolución emitida por el Tribunal Fiscal, el Có-
digo Tributario debería permitir la exoneración de los intereses incurridos durante la etapa
judicial, pues recordemos que en dicho caso el contribuyente no pagó la deuda tributaria
con anterioridad en tanto existía una resolución emitida en última instancia administrativa
que le hacía pensar razonablemente, que dicha deuda no existía.
Así pues, surge la pregunta ¿existe una carta blanca para que Administración
Tributaria recurra al Poder Judicial? Si acudimos al Código Tributario, en princi-
pio, se observará que esto no debería ser así, pues la norma establece expresa-
mente que esta facultad debe ejercerse solo de manera excepcional. Sin em-
bargo, la tendencia interpretativa es que, en la práctica, la respuesta a la pre-
gunta antes planteada es que sí.
3
Cuyo Texto Único Ordenado ha sido aprobado por el Decreto Supremo Nº 011-2019-JUS.
mos posteriormente. Sin embargo, antes de revisar las normas de rango legal
que sustentan dicho proceso, es necesario tomar en cuenta que su sustento
principal se encuentra en la propia Constitución Política del Perú (en adelante,
la “Constitución”).
Así, la pregunta que consideramos necesario responder es: ¿en favor de quién
se establece esta garantía constitucional? Con ello, pretendemos determinar si
el objetivo de la norma constitucional es que el proceso contencioso adminis-
trativo pueda ser iniciado solo por el administrado que se ve afectado por el acto
administrativo emitido, o si –además– también se busca proteger el interés pú-
blico vulnerado por un acto que podría ser contrario a la Ley, permitiéndole así
a la Administración Tributaria impugnar un acto emitido por el Tribunal Fiscal.
En tanto la norma no dispone una restricción sobre quién es el que puede iniciar
el proceso en cuestión, parecería ser posible concluir que la respuesta a esta
pregunta debería ser la segunda de estas alternativas.
pecial relevancia.
En efecto, es importante notar lo que indica Danós sobre esta norma constitu-
cional:
Este artículo nos dice que todo acto administrativo es impugnable ante el
Poder Judicial. La acción Contencioso-Administrativa, consiste en el de-
recho que tienen las personas de recurrir al Poder Judicial, para que
anule cualquier acto o resolución del Poder Ejecutivo o de cualquier Ór-
gano Administrativo del Estado (Chanamé 2015: 1005).
Por su parte, Rubio Correa, señala de forma muy didáctica lo siguiente sobre el
proceso contencioso administrativo:
En este contexto, cabe indicar que el numeral 3 del artículo 139 de la Constitu-
ción establece, como un principio de la función jurisdiccional, lo siguiente:
El debido proceso son las garantías mínimas que requiere una persona
para ser investigado o procesado (derecho de defensa, pluralidad de ins-
4
Esta interpretación “(…) debe hacerse teniendo en cuenta el conjunto, subconjunto, grupo nor-
mativo, etcétera, en el cual se halla incorporada, a fin de que su ‘qué quiere decir’ sea esclare-
cido por los elementos conceptuales propios de tal estructura normativa” (Rubio 1999: 245).
que permite al Estado acudir a la Sede Jurisdiccional para revisar una decisión
emanada del propio Estado, salvo que existan razones extraordinarias que lo
justifiquen. Si esta facultad fuera ordinaria y ejercida en cualquier supuesto, no
sería posible para el ciudadano tener una expectativa razonable de que, en caso
el Estado le dé la razón en la controversia tributaria surgida (a través del Tribunal
Fiscal), dicha decisión no será posteriormente revocada por el propio Estado.
Ante ello, cabe preguntarse, ¿es dicha excepcionalidad la que ha sido recogida
por el Código Tributario? Y de ser ese el caso, ¿cómo debería ser aplicada esta
regla de excepción?
En efecto, el Título IV del Código Tributario regula algunos aspectos del proceso
contencioso administrativo en materia tributaria. Además de establecer ciertas
normas sobre medidas cautelares y requisitos de admisibilidad, el artículo 157
del Código Tributario5 establece las normas sobre legitimidad para obrar activa
de la Administración Tributaria de acuerdo con lo siguiente:
5
Además, esta norma establece que la resolución del Tribunal Fiscal agota la vía adminis-
trativa, que este acto puede ser impugnado mediante el Proceso Contencioso Administra-
tivo y que dicha demanda puede ser presentada por el deudor tributario dentro de los tres
(3) meses computados a partir del día siguiente de la notificación del acto impugnado.
En esa línea, Priori define a la legitimidad para obrar activa de la siguiente manera:
6
Cuyo Texto Único Ordenado ha sido aprobado por el Decreto Supremo Nº 004-2019-JUS.
7
Es importante mencionar que el artículo IV del Título Preliminar del Código Procesal Civil
(“CPC”) señala que “el proceso se promueve solo a iniciativa de parte, la que invocará interés
y legitimidad para obrar. (…)”. En ese sentido, según el numeral 1 del artículo 427 del
CPC, el Juez declarará improcedente la demanda cuando “el demandante carezca evidente-
mente de legitimidad para obrar”.
En efecto, como hemos visto previamente, el artículo 157 del Código Tributario
establece, en primer lugar, que la Administración Tributaria no tiene legitimidad
para obrar activa; sin embargo, a continuación, señala que sí la tendrá cuando
se alegue una nulidad en virtud de lo dispuesto por el artículo 10 de la LPAG.
Al respecto, el artículo 10 de la LPAG establece que son vicios del acto admi-
nistrativo, que causan su nulidad de pleno derecho, los siguientes:
Si bien cualquiera de los cuatro supuestos puede ser alegado por la Administra-
ción Tributaria para interponer una DCA, en la práctica el más utilizado por las
Administraciones Tributarias es el indicado en el punto 1.8 Ello es así debido a
8
También se podría alegar el supuesto indicado en el numeral 2, pues recordemos que uno
de los requisitos de validez del acto administrativo, de acuerdo con el artículo 3 de la LPAG,
es que éste tenga un objeto o contenido, y que éste se ajuste a lo dispuesto en el ordena-
miento jurídico.
No obstante lo anterior, el Poder Judicial suele aceptar las DCA presentadas por
las Administraciones Tributarias en las que basta alegar el supuesto indicado en
el punto 1 anterior; ello a pesar de que las controversias traten manifiestamente
sobre la correcta interpretación de normas tributarias. Creemos que esta prác-
tica podría evitarse si esta facultad fuera aplicada considerando lo indicado pre-
viamente de cara a la Constitución e, incluso, aplicando una interpretación his-
tórica del artículo 157 del Código Tributario.
En efecto, es claro que el artículo 157 del Código Tributario señala expresamente
que la legitimidad para obrar activa de la Administración Tributaria debe ser
ejercida solo en supuestos excepcionales. Sin embargo, dichos supuestos son
los indicados en el artículo 10 de la LPAG, por lo que una interpretación literal
de la norma nos llevaría a una conclusión contraria, en el sentido de que esta
facultad puede ser ejercida básicamente en cualquier supuesto.
Sobre el método de interpretación literal hay que tomar en cuenta que este no
siempre es el más adecuado. Así lo señala Marcial Rubio cuando comenta:
rriendo a los contenidos que brindan los antecedentes jurídicos directamente vin-
culados a la norma de que se trate. Este método se fundamenta en que el legislador
siempre tiene una intención determinada al dar la norma jurídica, llamada inten-
ción del legislador, que debe contribuir decisivamente a explicarnos su sentido”
(Rubio 1999: 248).
Si bien somos conscientes de que este método puede ser discutido porque no
siempre existen suficientes documentos que pueden demostrar la real intención
del legislador, consideramos que en este supuesto particular existe documenta-
ción suficiente para aplicar debidamente dicho método de interpretación.
Sin embargo, el artículo 157 del Código Tributario fue luego modificado por el
numeral 3 de la Primera Disposición Derogatoria de la LPCA.11 De acuerdo con
9
Esta norma fue publicada el 7 de diciembre de 2001 y, según su Tercera Disposición Final,
entró en vigencia a los treinta (30) días naturales siguientes a su publicación en el Diario
Oficial.
10
El artículo 157 del Código Tributario señalaba en dicho momento lo siguiente:
“Contra lo resuelto por el Tribunal Fiscal podrá interponerse demanda contencioso-adminis-
trativa, la misma que se regirá por las normas contenidas en el presente Título.
La demanda podrá ser presentada por la Administración Tributaria o por el deudor tributario
ante el Tribunal Fiscal, dentro del término de quince (15) días hábiles computados a partir
del día siguiente de efectuada la notificación certificada de la resolución al deudor tributario,
debiendo tener peticiones concretas. Su presentación no interrumpe la ejecución de los actos o
resoluciones de la Administración Tributaria (…)”.
11
Luego de esta modificación, el artículo 157 del Código Tributario quedó redactado de la
siguiente forma:
“La resolución del Tribunal Fiscal agota la vía administrativa. Dicha resolución podrá impug-
narse mediante el Proceso Contencioso Administrativo el cual se regirá por las normas conte-
nidas en el presente Código y supletoriamente por la Ley Nº 27584 - Ley que regula el Proceso
Contencioso Administrativo.
La demanda podrá ser presentada por la Administración Tributaria, previa autorización del
Ministro de Economía y Finanzas tratándose de SUNAT, o por el deudor tributario ante la
Sala Contencioso Administrativa de la Corte Superior respectiva, dentro del término de tres
(3) meses computados, para cada uno de los sujetos antes mencionados a partir del día si-
guiente de efectuada la notificación de la resolución debiendo tener peticiones concretas”.
12
El artículo 11 de la LPCA establecía lo siguiente:
“Tiene legitimidad para obrar activa quien afirme ser titular de la situación jurídica sustancial
protegida que haya sido o esté siendo vulnerada por la actuación administrativa impugnable
materia del proceso.
También tiene legitimidad para obrar activa la entidad pública facultada por ley para im-
pugnar cualquier actuación administrativa que declare derechos subjetivos; previa expedición
de resolución motivada en la que se identifique el agravio que aquella produce a la legalidad
administrativa y al interés público, y siempre que haya vencido el plazo para que la entidad
que expidió el acto declare su nulidad de oficio en sede administrativa”.
13
Luego de esta modificación, el artículo 157 del Código Tributario quedó redactado de la
siguiente forma:
“(…) La Administración Tributaria no tiene legitimidad para obrar activa. De modo excep-
cional, la Administración Tributaria podrá impugnar la resolución del Tribunal Fiscal que ago-
ta la vía administrativa mediante el Proceso Contencioso Administrativo en los casos en que:
a) Exista dualidad de criterio entre las distintas Salas del Tribunal Fiscal sobre la materia a
demandar, aun cuando se refiera a un contribuyente distinto; o,
establecer –por primera vez de forma expresa– que la legitimidad para obrar ac-
tiva de la Administración Tributaria debía ejercerse de forma excepcional. Si
bien en este caso se estableció –en nuestra opinión, de forma correcta– que
cabía la presentación de una DCA cuando la resolución emitida por el Tribunal
Fiscal contuviera una dualidad de criterios respecto de otras Salas o ésta no hu-
biera sido emitida por unanimidad de votos, se incorporó también la posibilidad
de que ello ocurra cuando la resolución del Tribunal Fiscal hubiera incurrido en
algún supuesto de nulidad establecido en el artículo 10 de la LPAG.
b) La resolución del Tribunal Fiscal no se haya emitido por unanimidad de los votos en la
Sala correspondiente; o,
c) La resolución del Tribunal Fiscal incurra en una de las causales de nulidad previstas en
el artículo 10 de la Ley No. 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General (…)”
Así pues, es claro que la intención de los legisladores que presentaron los pro-
yectos que dieron origen a la Ley Nº 28365 fue reducir la posibilidad de una
DCA presentada por la Administración a solo ciertos supuestos particulares o,
incluso, suprimir dicha posibilidad. A pesar de ello, el texto que fue aprobado
–en primera instancia– por el Congreso de la República contenía, como causal
para que existiese legitimidad para obrar activa de la Administración Tributaria,
que la resolución del Tribunal Fiscal fuera nula (aunque sin hacer referencia al
artículo 10 de la LPAG). Ante ello, sin embargo, el Poder Ejecutivo observó la
autógrafa de dicha Ley y señaló expresamente que, en el caso que la nulidad
antes mencionada fuera la indicada en el artículo 10 de la LPAG, esto no sería
coherente con el fin de la norma. Así, sobre el particular, el Poder Ejecutivo
observó lo siguiente:
14
Este Decreto Supremo fue dejado sin efecto por la Ley Nº 28365, pero antes de ello esta-
blecía en su artículo 3 lo siguiente:
“El Ministerio de Economía y Finanzas autorizará a la SUNAT a presentar la demanda con-
tencioso administrativa a que se refiere el artículo 1 del presente Decreto cuando:
1. Exista un error de forma o de fondo en la Resolución del Tribunal Fiscal el cual no pueda
impugnarse por una vía procesal establecida en las normas vigentes.
2. Se trata de un tema distinto a la mera interpretación de normas, de procedimientos o de
pruebas sobre los cuales SUNAT en la etapa de la reclamación tuvo una opinión distinta
al Tribunal Fiscal.
3. Cuando exista dualidad de criterio del Tribunal Fiscal sobre la materia a demandar aun
cuando se refiera a un contribuyente distinto”.
15
Asimismo, se señalaba que era razonable que también se incluyera como una causal para
la existencia de legitimidad para obrar activa de la Administración Tributaria al hecho de
que la resolución del Tribunal Fiscal no se haya emitido por unanimidad de votos.
Así, si bien la intención del legislador fue aceptar las observaciones del Poder
Ejecutivo, el Congreso de la República cometió el grave error de continuar con
el texto preparado previamente, bajo el entendido de que recogía el mismo con-
tenido. Es aquí entonces que ocurre una grave falta de técnica legislativa, pues
si bien el Congreso de la República se encontraba de acuerdo en acotar los su-
puestos en que la Administración Tributaria pudiera presentar una DCA, su falta
de comprensión de las observaciones técnicas realizadas por el Poder Ejecutivo
llevó a que se mantenga un texto que, en la realidad, contrariaba todo los co-
a) Cuando exista dualidad de criterio entre las distintas Salas del Tribunal Fis-
cal sobre la materia a demandar.
b) Cuando la resolución del Tribunal Fiscal no se haya emitido por unanimidad
de los votos en la Sala correspondiente.
c) Cuando la resolución del Tribunal Fiscal incurra en una de las causales de
nulidad previstas en el artículo 10 de la LPAG.
Finalmente, el texto actual del artículo 157 del Código Tributario –en lo relacio-
nado a la legitimidad para obrar activa de la SUNAT– fue eventualmente modi-
ficado por el Decreto Legislativo Nº 981 (en adelante, “DL 981”). En virtud de
este DL 981, se suprimieron los supuestos a) y b), mencionados en el párrafo
anterior, con la finalidad de supuestamente reducir aún más los casos en que la
Administración Tributaria pudiera presentar una DCA. La Exposición de Moti-
vos del DL 981 señalaba lo siguiente:
16
El artículo 157 del Código Tributario finalmente aprobado mediante la Ley Nº 28365 indi-
caba, sobre la legitimidad para obrar activa de la Administración Tributaria, lo siguiente:
“La Administración Tributaria no tiene legitimidad para obrar activa. De modo excepcional,
la Administración Tributaria podrá impugnar la resolución del Tribunal Fiscal que agota la
vía administrativa mediante el Proceso Contencioso Administrativo en los casos en que:
a) Exista dualidad de criterio entre las distintas Salas del Tribunal Fiscal sobre la materia a
demandar, aun cuando se refiera a un contribuyente distinto; o,
b) La resolución del Tribunal Fiscal no se haya emitido por unanimidad de los votos en la
Sala correspondiente; o,
c) La resolución del Tribunal Fiscal incurra en una de las causales de nulidad previstas en
el artículo 10 de la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General”.
Consideramos que debe respetarse el real sentido de las normas que dotan de
legitimidad para obrar activa a la Administración Tributaria, a fin de que dicha
facultad sea ejercida solo cuando la nulidad alegada no se genere solo por una
cuestión de interpretación de las normas. Para ello, a pesar de que es posible
desprender esta conclusión de las normas ya existentes, sugerimos que estas
sean debidamente modificadas a efectos de establecer expresamente los su-
puestos excepcionales en los que dicha facultad podrá ser utilizada.
a) Cuando exista dualidad de criterio entre las distintas Salas del Tribunal Fis-
cal sobre la materia a demandar.
3. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Partiendo de las ideas antes descritas, hemos llegado a las siguientes conclusio-
nes y recomendaciones:
4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
DANÓS, Jorge.
2003 “El Proceso Contencioso-Administrativo en el Perú”. En: Revista de Di-
reito Administrativo & Constitucional. Editora Fórum, Pág. 175.
2015 “Comentarios al artículo 148 de la Constitución Política del Perú”. En:
La constitución comentada. Análisis artículo por artículo. Tomo III. Lima:
Gaceta Jurídica, Pág. 984.
PRIORI, Giovanni
2006 “Comentarios a la Ley del Proceso Contencioso Administrativo”. Págs.
51-52.
2019 El Proceso y la Tutela de los Derechos. Fondo Editorial de la Pontifica Uni-
versidad Católica del Perú, Pág. 177.
RUBIO, Marcial.
1999 Estudio de la Constitución Política de 1993. Tomo V. Lima: PUCP. Fondo
Editorial, Pág. 194.
2009 El Sistema Jurídico - Introducción al Derecho. Fondo Editorial de la Ponti-
ficia Universidad Católica del Perú. Décima Edición, Págs. 239-248.
VIALE, Fausto (1994) “Legitimidad para obrar”. En: Derecho PUCP, Nº 48. Pág. 31.
1. INTRODUCCIÓN
1
Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesora ordinaria de la Univer-
sidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
2
Publicado en el Diario Oficial el peruano el 5 de febrero del 2004.
3
Publicado en el Diario Oficial el peruano el 15 de abril del 2004.
en la Ley del Procedimiento Administrativo General, y b) velar para que las dis-
posiciones de los diversos órganos de la Administración Tributaria y el Tribunal
Fiscal se cumplan, sin excesos, dentro del marco normativo vigente.
2. DERECHO CONSTITUCIONAL
Como se sabe, a partir de mediados del siglo XX toma fuerza el proceso de cons-
titucionalización del Derecho en cuya virtud el Derecho Constitucional pasa a
ser el centro del Derecho. Una de las consecuencias de este proceso es que para
la realización de cualquier estudio sobre determinado tema jurídico conviene
empezar desde la perspectiva del Derecho Constitucional.
El punto de partida tiene que ver con la persona humana o más exactamente el
ciudadano, en tanto titular de derechos humanos. Ahora bien, cuando el ciu-
dadano ejerce de modo puntual el derecho de petición sobre alguna materia de
tipo tributario, entonces el Estado o más exactamente la Administración Tribu-
taria en sentido amplio (SUNAT, Administraciones Tributarias que pertenecen
a los Gobiernos Locales, Tribunal Fiscal, etc.) tiene el deber de activar un debido
procedimiento para atender la referida solicitud.
Ante esta clase de problemas se piensa que –dentro del propio Estado– se tiene
que encontrar determinadas alternativas de solución. Es aquí donde entra en
escena la DEFCON, en la medida que viene a ser una entidad que procura la
superación de los problemas de gestión ya indicados, con la finalidad que la
Administración Tributaria pase a cumplir con el debido procedimiento. De esta
manera la autoridad tributaria termina por emitir un determinado pronuncia-
miento ante la petición del ciudadano.
3. QUEJA
La DEFCON actúa ante instancia de parte. Por esta razón de inmediato pasamos
al estudio del mecanismo procesal que cuenta el ciudadano para activar a la
DEFCON. Este mecanismo viene a ser la queja.
El inciso a) artículo 155 del Código Tributario, señala que “La queja se presenta
cuando existan actuaciones o procedimientos que afecten directamente o infrinjan
lo establecido en este Código, en la Ley General de Aduanas, su reglamento y dis-
posiciones administrativas en materia aduanera, así como en las demás normas
que atribuyan competencias al Tribunal Fiscal: La queja es resuelta por a) La Ofi-
cina de Atención de Quejas del Tribunal Fiscal dentro del plazo de veinte (20) días
hábiles de presentada la queja, tratándose de quejas contra la Administración Tri-
butaria”.
Además, conviene destacar que la queja que se interpone ante el Tribunal Fiscal
implica la activación de un órgano resolutivo que emite actos administrativos,
mientras que la queja que se formula ante la DEFCON implica la activación de
un órgano persuasivo (mas no resolutivo) toda vez que básicamente lleva a cabo
gestiones o coordinaciones para corregir situaciones irregulares, vulneraciones
o excesos procedimentales que afectan los derechos de los administrados.
La figura de la Defensoría aparece por primera vez en Suecia en 1809 con el nombre
de Ombudsman. En el idioma sueco el término “Ombud” quiere decir agente, re-
presentante, delegado, mientras que el término “man” significa hombre.
En sus orígenes el Ombudsman era un órgano particular del poder legislativo des-
tinado al control de la observancia de las leyes por parte de los tribunales y fun-
cionarios de la administración pública. El ombudsman estaba facultado para de-
mandar ante la Justicia a quienes en el ejercicio de su función hubiesen cometido
ilegalidades o descuidado el correcto desempeño de los deberes propios de su cargo.
El Ombudsman tenía por misión prevenir los abusos de la administración pública
y de los jueces.
Por otra parte en la Constitución Peruana la figura del Defensor del Pueblo se
encuentra en el artículo 161 donde se indica que la Defensoría del Pueblo es una
institución autónoma respecto de las demás reparticiones que forman parte del
Estado. Por su parte los órganos públicos están obligados a colaborar con el
Defensor del Pueblo.
De otro lado, hemos podido apreciar que en los últimos años la figura del De-
fensor se ha venido multiplicando en el Perú, a la luz de cierto criterio de espe-
cialización, de tal manera que hoy día resulta que en el interior de ciertas repar-
ticiones públicas existe un órgano que recibe la denominación de Defensor o
Defensoría. Así sucede por ejemplo en el interior de la Administración Tributa-
ria nacional (SUNAT); Administraciones Tributarias que pertenecen a los Go-
biernos Locales y otras instituciones públicas específicas, en la medida que
cuentan con la figura del Defensor.
4
<https://fundacionsolon.org/2021/05/06/el-origen-de-las-defensorias/>.
Una de las razones que explica esta situación de indefensión del administrado
tiene que ver con la excesiva proliferación y complejidad de los dispositivos le-
gales tributarios que, ciertamente, disminuyen las posibilidades que un ciuda-
dano promedio pueda identificar y ejercer los derechos que corresponden a todo
administrado.
Así como la DEFCON puede recibir y atender las quejas formuladas por los ad-
ministrados, relativas a la actuación de las Administraciones Tributarias, resulta
que la DEFCON no tiene potestad cuando se trata de procedimientos que cuen-
tan con una vía procedimental idónea, de tal manera que nos encontramos ante
un límite material que muchas veces impide el accionar de la referida institución.
6. EL DEBIDO PROCEDIMIENTO
Dentro de este orden de ideas, el debido proceso viene a ser un mecanismo que
ciertamente limita los poderes del Estado, toda vez que se encuentra consagrado
en la ley, de tal manera que las actuaciones de las autoridades administrativas
tienen que respetar y acatar esta clase de precepto legal. Además, el debido
proceso constituye una garantía para el ciudadano en el sentido que quedan
protegidos los derechos de las personas.
Además, nuestro Tribunal Constitucional señala que: “El debido proceso en sede
administrativa importa un conjunto de derechos y principios que forman parte de
un contenido mínimo, y que constituyen las garantías indispensables con las que
cuenta el administrado frente a la Administración”.5
5
<http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2007/08957-2006-AA.pdf>.
6
<http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2006/03741-2004-AA.pdf>.
¿Como se tramita?
La queja se puede presentar de manera presencial,8 por teléfono, por escrito, por
correo electrónico o por el formato web).9 Una vez recibida la queja pasa a ser
objeto de análisis. Luego de definida la vulneración de un determinado derecho,
la DEFCON está facultada para requerir y recabar de las Administraciones Tri-
butarias (de nivel nacional o municipal) la información que considere necesaria
para atender la queja y proponer la solución que considere conveniente para
superar la vulneración reportada por el administrado.
7
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_content&language=es-ES&Itemid=101062
&lang=es-ES&view=article&id=484>.
8
En los locales que tiene la Defensoría en Lima y algunas ciudades fuera de Lima.
9
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10135
8&lang=es-ES&view=wrapper>.
En estos casos específicos que tienen que ver con los derechos de los adultos
mayores11 en materia de procedimientos tributarios la DEFCON ha evaluado el
derecho a la atención prioritaria, derecho a la aplicación de los principios de
verdad material e impulso de oficio cuando la autoridad se debe pronunciar en
torno a una determinada solicitud acerca del ejercicio de cierto beneficio que
contempla la legislación del Impuesto Predial, derecho a la debida asistencia y
orientación respecto de las nomas que les resultan aplicables, etc.
Veamos un caso que ha sido visto por la DEFCON. Como señala el libro del año
2020 los datos han sido cambiados por el tema de la reserva).
En julio del año 2018, la señora María Eleonor tenía 70 años de edad;
información que se desprendía de los datos consignados en su Documento
Nacional de Identidad. En el indicado mes, la contribuyente recibió de la
10
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>. Pág. 41.
11
Ley Nº 30490, Ley del Adulto Mayor, publicada en el diario Oficial el Peruano el
21.07.2016
Veamos uno de estos casos que ha sido visto por la DEFCON. Seguidamente
se exponen los hechos y los problemas que han sido identificados por la referida
institución:
12
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>. Pág. 245.
13
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>. Pag 246.
14
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>. Pag 250.
15
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>. Pag 254.
16
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>. Pág. 261.
Veamos otro de los casos que ha sido visto por la DEFCON. Conviene adelantar
que en esta oportunidad se encontraba en juego el derecho del contribuyente a
la devolución de ciertos montos que habían sido indebidamente embargados
debido a un pago con error. Aquí también tenía presencia el derecho a la resti-
tución de la comisión bancaria.
17
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>. Pág. 71.
Seguidamente veamos otro caso que ha sido visto por la DEFCON, esta vez en
materia de cierto procedimiento no contencioso, donde estuvo en juego el de-
recho a que la Administración Tributaria se pronuncie de manera expresa sobre
una determinada solicitud no contenciosa tributaria, toda vez que el contribu-
yente había preferido no ir por la posibilidad de considerar denegada su solicitud
(silencio administrativo negativo).
En este caso la DEFCON coordinó con la SUNAT acerca del deber de la Admi-
nistración Tributaria de resolver los procedimientos no contenciosos dentro del
plazo de ley y la aplicación del silencio administrativo negativo, ya que aún
cuando el contribuyente había optado por no considerar denegada la solicitud
no contenciosa que había presentado, esto no significaba que los funcionarios
de la Administración Tributaria no estaban obligados a la emisión de un pro-
nunciamiento.
Luego de las gestiones realizadas por la DEFCON con SUNAT, esta entidad cum-
18
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>. Pág. 76.
Como podemos apreciar la resolución del caso evitó el transcurso del plazo de
9 meses adicionales si el contribuyente hubiese optado por la vía de la reclama-
ción luego de aplicar el silencio administrativo negativo, lo que demuestra que
las gestiones que realiza la DEFCON poseen un importante beneficio en el sen-
tido que evita la acumulación de expedientes y el alargamiento de la atención
de las solicitudes de los administrados.
Veamos otro caso, esta vez relativo a un procedimiento contencioso, por la de-
mora en resolver cierto recurso de reclamación debido a que el contribuyente
había considerado denegada una solicitud de devolución de impuestos.
19
. <https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>. Pág. 79.
Seguidamente se exponen los hechos relevantes y los problemas que han sido
identificados por la Defensoría:
Las gestiones realizadas por la DEFCON con la SUNAT se dieron de forma in-
mediata para que esta autoridad verifique el estado del recurso de reclamación
en trámite, reportando la situación en la que se encontraba el procedimiento.
Además, la DEFCON solicitó la atención preferente al recurso planteado por el
interesado teniendo en cuenta su estado de salud. La SUNAT procedió con la
atención preferente al recurso de reclamación, el mismo que fue declarado fun-
dado y resolvió la iniciación del trámite de devolución del impuesto de oficio.
Al respecto, la DEFCON coordinó la celeridad en la devolución, así como la
forma de pago.
20
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>. Pág. 91.
Adicionalmente a los casos que conoce la DEFCON y que tramita con las Ad-
ministraciones Tributarias, esta institución realiza otra clase de actuaciones que
sirven para disminuir los conflictos entre los administrados y la Administración
Tributaria tal como pasamos a explicar de inmediato.
Desde el año 2012 la DEFCON publica un libro digital por año, sobre diferentes
temas. Estos textos se pueden encontrar en el link de la página web.21 Uno de
estos libros lleva por título: “Reflexiones sobre los procedimientos tributarios y
aduaneros desde la perspectiva de los derechos de los administrados”. Otros
textos muy importantes para que el ciudadano pueda conocer los procedimien-
tos tributarios poseen los siguientes títulos: “El Procedimiento de Cobranza
Coactiva. Ensayos sobre la vigencia de los derechos y garantías de los adminis-
trados”,22 “El procedimiento contencioso tributario: Derechos y Garantías del
contribuyente en sede administrativa y judicial”23 y “Reflexiones sobre la tribu-
tación municipal en el Perú”.24
21
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=1020
19&lang=es-ES&view=wrapper>.
22
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10201
8&lang=es-ES&view=wrapper>.
23
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10240
0&lang=es-ES&view=wrapper>.
24
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10264
3&lang=es-ES&view=wrapper>.
25
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>.
26
Del 2020.
Tal como se señala en el prólogo del libro, se trata de la exposición de casos que
han sido atendidos debido a la formulación de las quejas que las personas han
planteado ante la DEFCON contra las Administraciones Tributarias, donde se
puede apreciar situaciones de desprotección o vulneración de derechos que han
motivado recomendaciones a las autoridades tributarias.
Otra de las labores que asume la Defensoría para garantizar los derechos
de los ciudadanos es la de brindar asistencia y orientación al adminis-
trado para el conocimiento de sus derechos y de sus obligaciones como
27
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-ES&Itemid=10273
0&lang=es-ES&view=wrapper>. Pág. 48.
28
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_content&language=es-ES&Itemid=102333
&lang=es-ES&view=article&id=4377>.
Esto significa que, por ejemplo, si un sujeto no conocía que debía pagar deter-
minado tributo por la realización de una operación económica o por un error en
el que incurrió el contador, o porque no reclamó dentro de plazo, etc. entonces
se procede con la explicación al administrado de lo sucedido y se le ilustra acerca
de su situación actual, de tal manera que muchas veces no necesariamente re-
cibe una noticia grata. Aquí de todos modos la DEFCON realiza un esfuerzo
para que el deudor se involucre en el caso, de tal manera que pueda entender
adecuadamente como debe actuar, evitando procedimientos equivocados que
hubiera iniciado por no tener los conceptos claros. De esta manera la labor de
la DEFCON evita que la carga procesal se eleve de manera injustificada.
Qué duda cabe que un ciudadano bien informado, orientado y conocedor de sus
derechos y sus deberes, además de poderse defender mejor, no va iniciar proce-
dimientos contenciosos y controversias que no lo van a favorecer; en este sen-
tido también es conveniente la labor de la DEFCON, ya que gracias a su actua-
ción se produce la disminución de los procedimientos inoficiosos.
29
<https://www.mef.gob.pe/es/?option=com_wrapper&language=es-
ES&Itemid=102730 &lang=es-ES&view=wrapper>. Pag. 47.
30
<https://www.mef.gob.pe/defensoria/boletines/boletin2018_ene_jun.pdf>.
8. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
2. Existen importantes diferencias entre la queja prevista por el artículo 155 del
Código Tributario y la queja que puede conocer la Defensoría del Contribu-
yente y Usuario Aduanero.
4. LA DEFCON, además de sus gestiones que lleva a cabo ante las Administra-
ciones Tributarias en procura de la efectiva vigencia de los derechos de los
administrados relativos al debido procedimiento, también lleva a cabo otras
actividades que tienen que ver con la información y orientación a los admi-
nistrados, así como con la capacitación a todos los operadores del Derecho
Tributario. Además, la DEFCON también publica libros donde los especia-
listas analizan diversos aspectos que tienen que ver con los problemas y
alternativas en torno al desconocimiento de los derechos de los administra-
dos relativos al debido procedimiento por parte de las Administraciones Tri-
butarias.
9. BIBLIOGRAFÍA
ROBLES MORENO, Carmen del Pilar. “La SUNAT y los procedimientos admi-
nistrativos tributarios”. En: Lo Esencial del Derecho. Nº 37. Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima 2018.
*
Abogada por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Senior Associate en el Área
de Litigios de PwC.
INTRODUCCIÓN
Es bajo dicha premisa, que el Código Tributario,2 además de detallar los supues-
tos en los que una deuda tributaria adquiere la condición de ser exigible –según
se trate de una deuda determinada por el contribuyente, o determinada por la
Administración Tributaria– tiene un apartado destinado a la regulación del pro-
cedimiento de cobranza coactiva, dentro del cual destacaremos para los propó-
sitos del presente trabajo, los supuestos que ameritan la suspensión del proce-
dimiento de cobranza coactiva, los que en todos los casos se justifican por im-
plicar la falta de certeza en la existencia de la deuda tributaria materia de la
cobranza coactiva.
1
Al respecto, el Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el Expediente Nº 0015-
2005-PI/TC ha señalado respecto de la cobranza coactiva lo siguiente: “(…) a hacer cum-
plir por sí misma un acto administrativo dictado por ella, sin la intervención del órgano judi-
cial, respetando los límites impuestos por mandato legal, así como a utilizar los medios de
coerción para hacer cumplir un acto administrativo y a contar con el apoyo de la fuerza
pública para la ejecución de sus actos cuando el administrado no cumpla con su obligación
y oponga resistencia de hecho. La ejecutoriedad es, pues una consecuencia del acto adminis-
trativo y su sustento constitucional tiene origen en el numeral 1 del artículo 118 de nuestra
Carta Magna, que ordena al Presidente de la República –y, por ende, al Poder Ejecutivo y a
toda la Administración Pública– a «cumplir y hacer cumplir la Constitución y los tratados,
leyes y demás disposiciones legales»”.
2
Cuyo Texto Único Ordenado ha sido aprobado mediante Decreto Supremo 133-2013-EF.
3
Numeral 2 del artículo 2 de la Constitución Política del Perú: “A la igualdad ante la ley.
Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, con-
dición económica o de cualquiera otra índole”.
De esta manera, se intenta realizar un símil entre los objetivos y las consecuen-
cias en la certeza de la existencia de la deuda, de la formulación de las solicitudes
de compensación y prescripción y de las demás causales de suspensión; así
como analizar las razones por las cuales la invocación de la prescripción dentro
del procedimiento de cobranza coactiva sí suspende en la práctica dicho proce-
dimiento y no cuando la prescripción es solicitada en un procedimiento no con-
tencioso independiente.
En este supuesto se ubica aquella deuda determinada por acto del con-
tribuyente mediante la Declaración Jurada respectiva, la cual será exi-
gible desde el día siguiente al vencimiento del plazo fijado por Ley o
Reglamento, y a falta de este plazo, a partir del décimo sexto día del
mes siguiente al nacimiento de la obligación.
4
Cuyo Texto Único ordenado fue aprobado mediante Decreto Supremo Nº 004-2019-JUS.
5
El cual señala lo siguiente:
“Artículo 29º.- LUGAR, FORMA Y PLAZO DE PAGO
El pago se efectuará en la forma que señala la Ley, o en su defecto, el Reglamento, y a falta de
éstos, la Resolución de la Administración Tributaria.
(…)
Tratándose de tributos que administra la SUNAT o cuya recaudación estuviera a su
cargo, el pago se realizará dentro de los siguientes plazos:
a) Los tributos de determinación anual que se devenguen al término del año gravable se
pagarán dentro de los tres (3) primeros meses del año siguiente.
b) Los tributos de determinación mensual, los anticipos y los pagos a cuenta mensuales
se pagarán dentro de los doce (12) primeros días hábiles del mes siguiente, salvo
Ahora bien, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 115 del Código Tri-
butario, el momento en que las referidas deudas adquieren el carácter de
exigibles son los siguientes:
(…).
Se aprecia de la cita, que las deudas exigibles son aquellas respecto de las
cuales hay certeza de su existencia y de su cuantía en tanto que el contri-
buyente no formula impugnación contra la misma dentro del plazo legal.
6
Es decir, que el correspondiente recurso impugnatorio sea interpuesto dentro del plazo
legal previsto para los casos de reclamación o apelación.
(…)
– Solicitud de compensación
– Solicitud de prescripción
7
SEVILLANO, Sandra. Lecciones de Derecho Tributario, Fondo Editorial de la Pontifica Uni-
versidad Católica del Perú, año 2014. Pág. 208.
8
Coincidimos con diversos autores, entre los que se encuentra Sandra Sevillano, quien se-
ñala que “en el sistema peruano, la prescripción no es una forma de extinción de la obligación
tributaria, de hecho no está mencionada en el artículo 27 (…) donde se listan los medios de
extinción previstos por el Código Tributario”, Ibidem.
De esta forma, y toda vez que las causales de suspensión del procedimiento de
cobranza coactiva se sustentan en la falta de certeza en cuanto a la existencia
de la deuda, somos de la opinión que la presentación de solicitudes de compen-
sación y de prescripción sí deberían justificar la suspensión de la cobranza coac-
tiva.
9
Resolución Nº 02907-Q-2018:
“Que el hecho que la quejosa, hubiera interpuesto recurso de apelación contra la referida reso-
lución que denegó su solicitud de fraccionamiento, no constituye causal para la suspensión
del procedimiento de cobranza coactiva, al no encontrarse comprendido dentro de alguno de
los supuestos del artículo 119 del Código Tributario, más aún si se tiene en cuenta que el
citado procedimiento de apelación no ha sido iniciado contra los valores de materia de co-
branza coactiva sino contra una resolución que denegó el fraccionamiento, cuyo otorga-
miento está destinado a facilitar el pago de la deuda y no incide en la determinación de la
obligación tributaria”.
El mismo criterio se aprecia en la Resolución Nº 03686-Q-2016.
Que el inciso c) del numeral 31.1 del artículo 31 de la citada ley [LPEC
No. 29679], modificado por Ley Nº 28165, dispone que el ejecutor, bajo
responsabilidad, deberá suspender el procedimiento cuando se haya pre-
sentado, dentro de los plazos de ley, recurso impugnatorio de reclama-
ción, de apelación ante la municipalidad provincial, de ser el caso o ape-
lación ante el Tribunal Fiscal;
Que las normas antes indicadas han dado lugar a dos tipos de interpreta-
ciones: i) la primera, que considera procedente la suspensión de la co-
branza coactiva durante la tramitación de un recurso de apelación for-
mulado dentro de un procedimiento no contencioso, y ll) la segunda, que
considera que dicha suspensión solo es procedente cuando la apelación
sea interpuesta dentro de un procedimiento contencioso;
Que el segundo criterio antes aludido es el que ha sido adoptado por este
Tribunal mediante Acta de Reunión de Sala Plena Nº 2004-15 del 23 de
setiembre de 2004, de acuerdo a los fundamentos que se exponen en los
siguientes considerandos;
Que en este sentido, cuando el inciso c) del numeral 31.1 del artículo 31
de la Ley de Procedimiento de Ejecución Coactiva, considera como causal
de suspensión del procedimiento coactivo la interposición, dentro de los
plazos de ley, de los recursos impugnativos de reclamación, apelación
ante la municipalidad provincial y apelación ante el Tribunal Fiscal, debe
entenderse que dichos recursos deben ser formulados dentro de un proce-
dimiento contencioso tributario, pues sostener lo contrario, esto es, que
se pueda suspender la cobranza coactiva por el inicio de un proce-
dimiento no contencioso, implicaría introducir una causal no pre-
Es así que bajo dichos considerandos, el Tribunal Fiscal dispuso como criterio
de observancia obligatoria el siguiente: “De acuerdo con el inciso c) del numeral
31.1 del artículo 31 de la Ley del Procedimiento de Ejecución Coactiva, Ley Nº
26979, modificada por Ley Nº 28165, no procede la suspensión del procedimiento
de cobranza coactiva durante la tramitación de un recurso de apelación formulado
dentro de un procedimiento no contencioso”.
Como es posible apreciar, en dicha ocasión, el Tribunal Fiscal sin efectuar dis-
tinción alguna dentro de los tipos de procedimientos no contenciosos, señaló
que el inicio de alguno de ellos no podía justificar la suspensión del procedi-
miento de ejecución coactiva, debido a que: (i) no constituía una causal prevista
en la normativa, (ii) no existe vinculación con el carácter de exigibilidad de la
deuda y (iii) al no existir un plazo para su interposición, los contribuyentes po-
drían interponer en cualquier momento cualquier procedimiento no conten-
cioso y con ello desvirtuar la finalidad del procedimiento de cobranza coactiva.
Por último, respecto de (iii), es cierto que de cambiarse la norma y estipular que
las solicitudes de prescripción y de compensación constituyan causales de sus-
pensión podría significar en algunos casos un uso abusivo por parte de los con-
tribuyentes, no obstante, también es cierto que podría condicionarse el inicio
malicioso de este tipo de procedimientos a la aplicación de sanciones y recargo
de costos y costas por el procedimiento iniciado inútilmente como disuasor.
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
2. Mas aun si es que hoy en día (18 años después de expedida la Resolución
Nº 07367-3-2004, en la cual el Tribunal Fiscal sostuvo que las solicitudes
de compensación y prescripción no justificaban la suspensión de la co-
branza coactiva), los datos de los créditos y deudas de casi el 100% de los
contribuyentes registrados se encuentran actualizados en los sistemas in-
formáticos de la SUNAT, en consecuencia, en un corto tiempo podría de-
clararse la compensación y de otro lado, se tiene la data de las notificaciones
de documentos efectuadas por la SUNAT que contengan exigencia de deu-
das, pagos efectuados, entre otros, por lo que la revisión de la prescripción
de la facultad de cobro podría efectuarse en un menor tiempo.
RESUMEN: Un “precedente” puede ser entendido como una regla jurídica expuesta
en un caso resuelto anteriormente, que, por un mandato legal, produce efectos ju-
rídicos y fuerza vinculante a casos similares futuros.
Nuestra legislación tributaria no deja dudas sobre los alcances de los precedentes
establecidos por el Tribunal Fiscal, los cuales deben ser cumplidos por los órganos
de la Administración Tributaria y por los vocales del Tribunal Fiscal. Asimismo,
impide que la Administración Tributaria impugne judicialmente dichos precedentes.
*
Socia Líder de Tax & Legal y ASG & Sostenibilidad en KPMG en Perú. Abogada por la
Universidad Femenina del Sagrado Corazón. Magíster en Gestión Pública en Maxwell
School of Citizenship and Public Affairs, de la Universidad de Syracuse, New York, USA.
Master en Administración de Negocios por Adolfo Ibañez School of Management, Miami-
Lima. Programa de Alta Dirección por la Universidad de Piura.
**
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Posgrado en Tributación por la
Universidad de Lima. Asociado Senior en Hernández & Cía. Abogados.
Opinamos, sin embargo, que los precedentes tributarios establecidos por la Corte
Suprema deben ser aplicados por los órganos administrativos que resuelven con-
troversias tributarias. No es razonable sostener que actuaciones sujetas a control
jurisdiccional no se rijan por los precedentes fijados por los órganos jurisdiccionales
que las controlan.
Por ello, creemos necesaria una modificación a la Ley que Regula el Proceso Con-
tencioso Administrativo para precisar que los precedentes regulados por esta dis-
posición también vinculan a los órganos y tribunales administrativos que resuelven
controversias tributarias.
1. INTRODUCCIÓN
De acuerdo con Diez Picasso, “suele entenderse por precedente el supuesto ya re-
suelto anteriormente en un caso similar. Conviene añadir que, para que el prece-
dente goce de relevancia jurídica debe tener una cierta, aunque no siempre bien
delimitada, fuerza vinculante” (Díez Picasso, 1982, Pág. 7).
Díez Sastre define al precedente como “todo acto anterior con relevancia jurídica
que puede proyectar efectos jurídicos hacia el futuro, condicionando el comporta-
miento de distintos sujetos –por ejemplo, los ciudadanos, los tribunales o la Admi-
nistración– en casos similares” (Díez Sastre, 2008).1
1
DIEZ SASTRE, Silvia, citada por Caller & Ruiz, 2013, Pág. 20.
Por su parte, Mitidiero señala que “el precedente puede ser identificado con la
ratio decidendi de un caso o de una cuestión jurídica, [la cual] constituye una
generalización de las razones adoptadas como pasos necesarios y suficientes para
decidir un caso o las cuestiones de un caso por el juez (…) La proposición es nece-
saria cuando sin ella no sea posible llegar a la solución de la cuestión, en tanto que
es suficiente cuando basta para la resolución de la cuestión” (Mitidiero, 2013,
Págs. 278-279).
Las definiciones expuestas nos permiten colegir que un precedente es una regla
jurídica expuesta en un caso resuelto anteriormente y que produce efectos jurí-
dicos y fuerza vinculante a casos similares que se producirán en el futuro.
Del mismo modo, Guastini entiende por “disposición” a todo enunciado nor-
mativo contenido en una fuente del derecho y a “norma” al contenido de signi-
ficado extraído de una disposición (Guastini, 2014, Pág. 77).
Sin embargo, “en la mayor parte de los casos (si no siempre), un enunciado nor-
mativo expresa significados distintos según que se lo someta a uno u otro método
interpretativo” (Guastini, 2014, Pág. 64).
Diez Picasso señala que el fundamento básico del carácter vinculante del prece-
dente administrativo es el principio de igualdad ante la ley. Asimismo, indica
2
Guastini propone como ejemplo que la disposición de la Constitución italiana “Todos los
ciudadanos tienen derecho a asociarse libremente en partidos” puede tener como resul-
tado una interpretación literal, según la cual el referido derecho de asociación sólo es otor-
gado a quienes legalmente tienen la ciudadanía italiana y no a los extranjeros y apátridas.
Sin embargo, la misma disposición puede tener como resultado una interpretación siste-
mática, según la cual el derecho en cuestión es otorgado a todas las personas, indepen-
dientemente de su ciudadanía, pues otro artículo de la Constitución italiana considera que
el referido derecho es un derecho “inviolable del hombre”. (Guastini, 2014, Pág. 64).
que para que exista la igualdad jurídica no basta con que la ley sea igual para
todos, sino que es inexcusable que a todos les sea aplicada del mismo modo
(Díez Picasso, 1982, Págs. 10-11).
A su vez, Blanco señala que “el precedente, entonces, adquiere relevancia especial
por una cuestión de justicia básica: los ciudadanos no acuden a la administración
de justicia para que los jueces resuelvan sus litigios con base en algún derecho re-
cién creado por los mismos jueces, sino respetando y aplicando las reglas y el dere-
cho establecido previamente. De allí que la igualdad aparezca concatenada con
otros valores esenciales para todo sistema jurídico: la seguridad jurídica entendida
como la previsibilidad de las respuestas y la confianza legítima” (Blanco, 2016,
Pág. 114).
Del mismo modo, Diez Picasso sostiene que el principio de igualdad no justifica,
en todos los casos, el carácter vinculante del precedente. Tal justificación tam-
bién encuentra fundamento en el principio de seguridad jurídica, toda vez que
con sus actuaciones previas “la Administración crea una apariencia jurídica y
suscita una confianza en los administrados que no puede violar impunemente”
(Díez Picasso, 1982, Págs. 12-13).
Por lo tanto, “la predictibilidad del precedente es una manifestación del principio
3
Del mismo modo se pronunció el Tribunal Constitucional en el fundamento jurídico 60 de
la sentencia recaída en el Expediente Nº 00048-2004-AI/TC.
Las resoluciones del Tribunal Fiscal que interpreten de modo expreso y con
carácter general el sentido de normas tributarias, las emitidas en virtud
del artículo 102, las emitidas en virtud a un criterio recurrente de las Salas
Especializadas o de la Oficina de Atención de Quejas, así como las emiti-
das por los Resolutores - Secretarios de la Oficina de Atención de Quejas
por asuntos materia de su competencia, constituyen jurisprudencia de ob-
servancia obligatoria para los órganos de la Administración Tributaria,
mientras dicha interpretación no sea modificada por el mismo Tribunal,
por vía reglamentaria o por ley. En este caso, en la resolución correspon-
diente el Tribunal señala que constituye jurisprudencia de observancia
obligatoria y dispone la publicación de su texto en el diario oficial El Pe-
ruano.
Por su parte, el Acuerdo de Sala Plena del Tribunal Fiscal Nº 2002-10 estableció:
De las normas expuestas podemos apreciar que no existen dudas respecto a que
los precedentes de observancia obligatoria establecidos por el Tribunal Fiscal en
virtud del artículo 154 del Código Tributario deben ser cumplidos de forma obli-
gatoria por todos los órganos de la Administración Tributaria y todos los vocales
del Tribunal Fiscal.
Por ello, cuando el Tribunal Fiscal dicta una jurisprudencia de observancia obli-
gatoria, los operadores jurídicos tienen la certeza de que dicho criterio será apli-
cado en forma uniforme en casos similares, respetando de esta forma los prin-
cipios constitucionales de igualdad y seguridad jurídica.
De otro lado, el artículo 154 del Código Tributario también establece que “en
los casos de resoluciones que establezcan jurisprudencia obligatoria, la Adminis-
tración Tributaria no podrá interponer demanda contencioso-administrativa”.
Estos principios deben ser invocados por los Magistrados de todas las ins-
tancias judiciales, cualquiera que sea su especialidad, como precedente
de obligatorio cumplimiento. En caso que por excepción decidan apar-
tarse de dicho criterio, están obligados a motivar adecuadamente su reso-
lución dejando constancia del precedente obligatorio que desestiman y de
los fundamentos que invocan.
Por su parte, la Ley Orgánica del poder Judicial establece que los principios ju-
risprudenciales fijados por las Salas Especializadas de la Corte Suprema deben
ser de obligatorio cumplimiento para los “magistrados de todas las instancias
judiciales”, expresión que podría dar a entender que tales principios no son obli-
gatorios para las Administraciones Tributarias ni para el Tribunal Fiscal.
Sin embargo, en el punto siguiente expondremos las razones por las que cree-
mos que los precedentes vinculantes en materia tributaria establecidos por la
Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema deben ser aplicados por los
órganos administrativos que resuelven controversias tributarias.
De este modo, “la finalidad del proceso contencioso administrativo es doble: por
un lado, la efectiva tutela de los derechos e intereses de los administrados, pero,
por otro y como condición previa, el control jurídico de las actuaciones de la ad-
ministración pública, habiéndose incluso establecido una lista de aquéllas contra
las que procede la impugnación” (Huapaya, 2019, Pág. 50).
En el mismo sentido, Huapaya opina que “aun cuando la norma [el artículo 36
de la Ley del Proceso Contencioso Administrativo] no lo mencione expresamente,
dichos principios jurisprudenciales constituyen precedentes vinculantes no solo
para los demás órganos jurisdiccionales, sino también —y quizás más impor-
tante— para todas las autoridades administrativas que apliquen la norma jurí-
dico-pública interpretada por la Corte Suprema. Lo dicho se respalda, a su vez,
con una lectura sistemática de esta norma y del artículo V del TUO de la LPAG,
que establece como fuente del procedimiento administrativo, «la jurisprudencia
proveniente de las autoridades jurisdiccionales que interpreten disposiciones admi-
nistrativas»”. (Huapaya, 2019, Pág. 126).4
Por otro lado, y como fue desarrollado en el punto 1.2 anterior, un precedente
judicial vinculante en materia tributaria implica que la Sala Constitucional y So-
cial de la Corte Suprema ha establecido la norma tributaria que subyace a una
disposición tributaria, es decir, ha encontrado el significado de esta disposición,
descartando los otros significados plausibles de tal disposición. Por ello, “seguir
el precedente vinculante de mayor alcance institucional, como el emitido por la
Corte Suprema, es seguir la «ley» misma, hacer lo contrario en cambio sería que-
brantarla” (Dávila, 2021, Pág. 107).
4
La Norma III del Título Preliminar del Código Tributario establece a la jurisprudencia como
una de las fuentes del derecho tributario.
como este Tribunal, al no ser dependientes del Poder Judicial, sin perjuicio de que
en casos concretos se debe dar cumplimiento a lo dispuesto por dicho poder del
Estado según lo señalado por el artículo 4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial”.
Por lo tanto, en casos de discrepancia entre los precedentes judiciales y los cri-
terios (vinculantes o no) del Tribunal Fiscal, estos últimos criterios resultan ser
una fuente de conflictividad tributaria, pues es previsible que la parte que con-
sidere que el supuesto analizado en la vía administrativa se encuentra dentro de
los alcances del precedente judicial, iniciará un proceso contencioso adminis-
trativo para solicitar su aplicación continuando con la controversia tributaria en
el Poder Judicial, proceso que tiene una duración promedio de casi 5 años.5
Sin perjuicio de haber expuesto las razones por las que consideramos que los
precedentes emitidos en virtud del artículo 36 de la Ley que Regula el Proceso
Contencioso Administrativo son vinculantes para las Administraciones Tribu-
tarias y el Tribunal Fiscal, creemos que, en la práctica, resulta poco probable que
este último órgano colegiado modifique la reiterada y uniforme jurisprudencia
que viene emitiendo sobre el particular.
5
Nótese que, en el año 2020, el procedimiento contencioso tributario (en las instancias de
reclamación y apelación) tuvo una duración promedio de 4 años y 4 meses, mientras que
el proceso contencioso administrativo (desde la interposición de la demanda hasta la re-
solución del recurso de casación) tuvo una duración promedio de 5 años y 2 meses. Asi-
mismo, en el año 2021 el procedimiento contencioso tributario tuvo una duración prome-
dio de 2 años 11 meses, mientras que el proceso contencioso administrativo tuvo una
duración promedio de 4 años 8 meses. Ver: Estudio de Conflictividad Tributaria, elaborado
por Zuzunaga, Assereto & Zegarra, Abogados, en: <https://www.zyaabogados.com/blog/
informe-publicado-por-sunat-3-copy/>.
Luego de descritos los alcances de los precedentes vinculantes, así como la con-
troversia respecto a la vinculación de las Administraciones Tributarias y el Tri-
bunal Fiscal respecto a los precedentes emitidos por la Sala Constitucional y
Social de la Corte Suprema, nos ha parecido pertinente describir cómo este di-
verso entendimiento respecto a los alcances de un precedente judicial, ha pro-
vocado que éste, lejos de fortalecer el derecho a la igualdad de los litigantes y
de producir predictibilidad en nuestro sistema tributario, ha generado –y sigue
generando– mayor inseguridad jurídica y conflictividad.
a. La Norma VIII del Título Preliminar del Código Tributario no descarta la apli-
cación de la analogía, tampoco la interpretación extensiva ni la restrictiva,
admitidas en el derecho para cierto tipo de normas. Su uso se encuentra
limitado por la prohibición del segundo párrafo de la Norma anotada, resul-
tando para ello muy importante que el Juez seleccione el método adecuado
al tipo de disposición tributaria a interpretar.
(…) en el caso de autos se cumplió con abonar, dentro de los plazos es-
tablecidos, los pagos a cuenta en los montos determinados, siguiendo el
procedimiento regulado en el referido artículo 85° de la Ley del Impuesto
a la Renta, esto es, sobre la base del “impuesto calculado” que se tenía al
momento de efectuar la determinación de los referidos pagos a cuenta de
mayo a julio de dos mil trece, de tal forma que no resultan aplicables los
intereses moratorios que regula el artículo 34° del Código Tributario, al
acreditarse el pago oportuno, sin poder emitirse las Órdenes de Pago que
refiere el numeral 3 del artículo 78° del mencionado Código. (El subrayado
y resaltado son nuestros).
Por ello, siguiendo los alcances del referido precedente, la Administración Tri-
butaria no se encuentra facultada a cobrar intereses moratorios, aun cuando, de
forma posterior, se modifiquen los coeficientes de los pagos a cuenta como con-
secuencia de una declaración rectificatoria de las declaraciones anuales del Im-
puesto a la Renta del ejercicio anterior o precedente al anterior, o de un proce-
dimiento de fiscalización que modifique el Impuesto a la Renta de tales ejerci-
cios.
Como fue descrito en el punto 1.7 anterior, el Tribunal Fiscal considera que los
precedentes en materia tributaria emitidos por la Sala Constitucional y Social de
la Corte Suprema no lo vinculan.
6
En adelante “la Sexta Sala”.
Por otro lado, entre noviembre de 2017 y julio de 2021, la Sétima Sala Especia-
lizada en lo Contencioso Administrativas con Sub-Especialidad Tributaria y
Aduanera de la Corte Superior de Justicia de Lima,7 venía aplicando el prece-
dente establecido en la Casación Nº 4392-2013-Lima.
Cabe mencionar que el cambio de criterio sólo es sostenido por uno de los vo-
cales de la Sétima Sala, mientras que dos de ellos siguen señalando que la Ca-
sación Nº 4392-2013-Lima contiene un precedente vinculante. Por ello, en la
primera vista de causa ante la Sétima Sala se produce una discordia, que conlleva
7
En adelante “la Sétima Sala”.
8
La Sétima Sala mantiene este criterio, como se puede apreciar en la sentencia recaída en el
Expediente Nº 15305-2018 del 13 de diciembre de 2021.
al llamado a uno de los vocales de la Sexta Sala para que la resuelva, convocán-
dose, a su vez, a una segunda vista de la causa del expediente.
Como ya fue descrito, los vocales de la Sexta Sala consideran que la Casación
Nº 4392-2013-Lima no contiene un precedente vinculante, por lo que la dis-
cordia se mantiene, siendo necesario llamar a un segundo vocal de la Sexta Sala
y convocar a una tercera vista de la causa para que, al fin, se resuelva la discordia
y se emita la sentencia de segunda instancia9 en la que participan cinco vocales
de la Corte Superior (tres de la Sétima Sala y dos de la Sexta Sala).
(…) es conveniente que ello [el cobro de intereses moratorios por la modi-
ficación del coeficiente de los pagos a cuenta] sea indicado por la norma
expresamente.
9
Se aprecia este procedimiento en las Resoluciones Nºs 14 y 18 recaídas en el Expediente
Nº 09038-2018, seguido ante la Sétima Sala.
4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CALLER, M. E., & RUIZ Reyna Farje, R. (2013). “Los precedentes en nuestro
ordenamiento jurídico: su regulación y emisión en materia tributaria”. Themis,
Revista de Derecho (64), 19-35.
RESUMEN: El presente trabajo tiene como finalidad abordar el principio del plazo
razonable para resolver las controversias tributarias, como un eslabón principal
en la tutela del Debido Proceso.
Para ello, analizaremos las normas aplicables a dichos procedimientos, así como
la jurisprudencia nacional e internacional sobre la materia; a fin de, poder estable-
cer si, a través de los criterios que abordaremos es posible considerar a la etapa
judicial como parte del cómputo del plazo razonable para resolver y poder tutelar
el derecho a un Debido Proceso.
1. INTRODUCCIÓN
*
Abogado por la Universidad de Lima. Asociado del Área Tributaria de Miranda & Amado.
Ahora bien, los intereses, tanto a favor como en contra del contribuyente, tie-
nen como finalidad el “indemnizar” la demora en el pago de alguna de las partes
a favor de la otra. No obstante, sobre la base del procedimiento tributario es
posible observar diversos elementos que deben ser considerados para un análi-
sis integral de dicha obligación.
Entre dichos elementos, podemos identificar tres hechos que configuran el de-
vengo de intereses, (i) la existencia de una deuda u acreencia impaga, configu-
rada por el importe pagado por un contribuyente en exceso, indebidamente y/o
hasta el importe que haya sido devuelto a un contribuyente pero de manera
indebida; (ii) la exigibilidad de dicha deuda u acreencia impaga, es decir, que
dicha deuda no sólo se haya configurado desde la fecha de su pago, sino que la
misma no haya prescrito y/o que el plazo para poder solicitarla en devolución
no haya caducado; y, (iii) el paso del tiempo, toda vez que no hay intereses sin
término indemnizatorio.
Así fue como se logró modificar el Código Tributario y establecer que, durante
el proceso contencioso tributario, los intereses únicamente devengarían por el
plazo que tenía la Administración Tributaria1 y el Tribunal fiscal,2 para resolver
las respectivas reclamaciones y/o apelaciones interpuestas ante estos, respecti-
vamente. Años antes ya se había proscrito del mismo cuerpo legal, la posibili-
dad de capitalizar los intereses devengados anualmente; por lo que dicha pro-
blemática fue exitosamente superada a nivel legislativo.
1
El Artículo 142 del Código Tributario establece que “La Administración Tributaria resolverá
las reclamaciones dentro del plazo máximo de nueve (9) meses, incluido el plazo proba-
torio, contado a partir de la fecha de presentación del recurso de reclamación. Tratándose de
la reclamación de resoluciones emitidas como consecuencia de la aplicación de las normas
de precios de transferencia, la Administración resolverá las reclamaciones dentro del plazo
de doce (12) meses, incluido el plazo probatorio, contado a partir de la fecha de presenta-
ción del recurso de reclamación”.
2
El Artículo 150 del Código Tributario establece que: “El Tribunal Fiscal resolverá las apela-
ciones dentro del plazo de doce meses (12) meses contados a partir de la fecha de
ingreso de los actuados al Tribunal. Tratándose de la apelación de resoluciones emitidas
como consecuencia de la aplicación de las normas de precios de transferencia, el Tribunal
Fiscal resolverá las apelaciones dentro del plazo de dieciocho (18) meses contados a
partir de la fecha de ingreso de los actuados al Tribunal”.
Para ello, revisaremos las normas que regulan el procedimiento tributario y re-
pasaremos la jurisprudencia del Tribunal Constitucional en cuanto al devengo
de intereses en contra del contribuyente; así como los criterios desarrollados
con respecto al debido proceso y el plazo razonable para resolver una contro-
versia tributaria.
(…)
a nivel nacional.3
Si bien esta disposición hace referencia al Poder Judicial, ello no es limitante para
extender su alcance a cualquier otra entidad estatal que desarrolle actividad ju-
risdiccional; como por ejemplo los tribunales administrativos y/o cualquier otro
órgano colegiado.
Así, la citada norma establece que son fuentes del Derecho Tributario:
3
Sobre el particular podemos citar el criterio contenido en la Casación Nº 5734-2013-
TACNA, donde se estableció que “El derecho al debido proceso, consagrado en el inciso 3)
del artículo 139º de la Constitución Política del Estado, constituye un principio y un derecho
de la función jurisdiccional por el cual todo proceso debe iniciarse y concluirse con la necesa-
ria observancia y respeto de todos los derechos que de él emanen. El derecho fundamental al
debido proceso no se limita a velar únicamente el aspecto formal o procedimental, (compe-
tencia y observancia del procedimiento, etc.), sino que la protección de este derecho conlleva
a considerar, necesariamente, el contenido sustancial del mismo, lo que exige observar dili-
gentemente los estándares o criterios de justicia sustentables de toda decisión judicial (juicio
de razonabilidad, juicio de proporcionalidad, interdicción de la arbitrariedad, etc.)”.
d. (…)
Como podemos observar en las citadas normas, el principio del debido proceso
es eje rector de los procedimientos judiciales y administrativos en el país; y,
tiene como base la Constitución Política del Perú.
Para efectos fiscales, el Código Tributario hace suyos los principios tanto cons-
titucionales como administrativos, contemplados en la Constitución y las de-
más leyes de carácter administrativo, las mismas que aplicarán con carácter su-
pletorio a las disposiciones tributarias.
4
Por ejemplo, el 1.9. Principio de celeridad, el cual establece que: “Quienes participan en el
procedimiento deben ajustar su actuación de tal modo que se dote al trámite de la máxima
dinámica posible, evitando actuaciones procesales que dificulten su desenvolvimiento
o constituyan meros formalismos, a fin de alcanzar una decisión en tiempo razonable,
sin que ello releve a las autoridades del respeto al debido procedimiento o vulnere el
ordenamiento”.
Por otro lado, también tenemos el Principio de eficacia, en el cual “Los sujetos del procedi-
miento administrativo deben hacer prevalecer el cumplimiento de la finalidad del acto proce-
dimental, sobre aquellos formalismos cuya realización no incida en su validez, no determinen
aspectos importantes en la decisión final, no disminuyan las garantías del procedimiento, ni
causen indefensión a los administrados. En todos los supuestos de aplicación de este principio,
la finalidad del acto que se privilegie sobre las formalidades no esenciales deberá
ajustarse al marco normativo aplicable y su validez será una garantía de la finalidad
pública que se busca satisfacer con la aplicación de este principio”.
naturaleza jurídica del debido proceso y ¿por qué el debido proceso es categori-
zado como un derecho fundamental? Pues, la respuesta la podemos encontrar
en la Convención Americana de Derechos Humanos, la cual establece en su ar-
tículo 8.1 lo siguiente:
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías
y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para
la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral,
fiscal o de cualquier otro carácter. (El énfasis es nuestro).
Es decir, el debido proceso debe ser observado en todas las instancias procesales
tal como señaló la Corte IFH en el caso Ivcher Bronstein.
5
Véase en Loayza Tamayo, Carolina. “El Debido Proceso en la Jurisprudencia de la Corte
Americana”. En: <www.cal.org.pe>.
6
Corte IDH. Caso Tribunal Constitucional. Sentencia de Fondo de 31 de enero de 2001,
párr. 71.
Por otro lado, la Corte IDH interpretó en el Caso Baena Ricardo, que estas “ins-
tancias procesales”, pueden ser de orden penal, civil, laboral, fiscal, o dentro
carácter, administrativa sancionador o jurisdiccional. En tal sentido dijo:8
7
Corte IDH., Caso Ivcher Bronstein. Sentencia de 6 de febrero de 2001. Serie C Nº 74.
8
Corte IDH. Caso Baena Ricardo. Sentencia de 2 de febrero de 2001, párr. 124.
9
Corte IDH., Caso Claude Reyes y otros. Sentencia del 19 de septiembre de 2006. Serie C
Nº 151.
10
El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos (en adelante “SIDH” o
“Sistema Interamericano”) es el mecanismo regional encargado de promover y proteger los
derechos humanos en América. Con base en su soberanía y en el marco de la Organización
de Estados Americanos (OEA), los Estados americanos adoptaron una serie de instrumen-
Habiendo establecido el marco legal aplicable para la aplicación del principio del
debido proceso y sus elementos, como el plazo razonable para resolver, es ne-
cesario pasar a revisar el procedimiento tributario en sí y establecer cómo es que
debe ser interpretado este principio.
Sobre el particular y de acuerdo con el artículo 59 del Texto Único Ordenado del
Código Tributario,11 la facultad de fiscalización no es del todo una etapa del
Procedimiento Administrativo Tributario;12 sino más bien, es una facultad que
posee la Administración Tributaria por mandato de la Ley.
En este orden de ideas se puede decir que la fiscalización es, en opinión de al-
tos internacionales que se han convertido en la base del Sistema Interamericano. Dicho
sistema reconoce y define estos derechos y establece obligaciones tendientes a su promo-
ción y protección, y crea órganos destinados a velar por su observancia, los cuales son: la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. (Manuel E. Ventura Robles en <https://www.corteidh.or.cr/tablas/r34041.pdf>).
11
Aprobado por Decreto Supremo Nº 133-2013-EF y modificatorias.
12
No obstante, el artículo 112 del Código Tributario establece que “Los procedimientos tribu-
tarios, además de los que se establezcan por ley, son:
1. Procedimiento de Fiscalización.
2. Procedimiento de Cobranza Coactiva
3. Procedimiento Contencioso Tributario.
4. Procedimiento No Contencioso”.
Si bien el procedimiento de fiscalización es uno de carácter tributario, el análisis sobre este
tendrá un énfasis vinculado al cumplimiento del debido procedimiento tributario.
gunos autores:
Dicho de otro modo, viene a ser una “Auditoria del Cumplimiento de las
Obligaciones Formales y Sustanciales” realizada por la propia Adminis-
tración Tributaria, para lo cual se ayuda de técnicas y procedimientos
especialmente diseñados y estructurados para tal fin, requiriendo para
ello, la exhibición de documentos e información correspondiente.13
13
EFFIO PEREDA, Fernando; AGUILAR ESPINOZA, Henry; BRUN HERBOZA, Henry. Código
Tributario Comentado y Concordado. Lima: Entrelíneas S.R.L., 2007, 123 Págs.
14
ROBLES MORENO, Carmen del Pilar y otros. Código Tributario Doctrina y Comentarios.
Lima: Instituto Pacifico, 2009, 404 Págs.
15
Al respecto, los numerales 1 y 2 del Artículo 62-A del Código Tributario establecen:
“1. Plazo e inicio del cómputo: El procedimiento de fiscalización que lleve a cabo la Admi-
nistración Tributaria debe efectuarse en un plazo de un (1) año, computado a partir de
la fecha en que el deudor tributario entregue la totalidad de la información y/o documen-
tación que fuera solicitada por la Administración Tributaria, en el primer requerimiento
notificado en ejercicio de su facultad de fiscalización. De presentarse la información y/o
documentación solicitada parcialmente no se tendrá por entregada hasta que se complete
la misma.
2. Prórroga: Excepcionalmente dicho plazo podrá prorrogarse por uno adicional cuando:
a) Exista complejidad de la fiscalización, debido al elevado volumen de operaciones del
deudor tributario, dispersión geográfica de sus actividades, complejidad del proceso
productivo, entre otras circunstancias.
b) Exista ocultamiento de ingresos o ventas u otros hechos que determinen indicios de
evasión fiscal.
c) Cuando el deudor tributario sea parte de un grupo empresarial o forme parte de un
contrato de colaboración empresarial y otras formas asociativas”.
16
HUAMANI CUEVA, Rosendo. Código Tributario Comentado. Lima: Osbac S.R.L. 395 Págs.
En este contexto, donde sabemos que ya existe una discrepancia entre el con-
tribuyente y la Administración Tributaria es que debemos preguntarnos ¿cuál
es el punto de partida para computar el plazo razonable para resolver? Al res-
pecto, somos de la opinión de que este plazo debe ser contabilizado a partir del
inicio de la etapa de fiscalización y no cuando esta haya culminado y el contri-
buyente impugnado sus resultados. Para ser más exactos, siempre que no haya
mediado una prórroga atribuible enteramente a la Administración Tributaria, el
plazo razonable para resolver debería computar a partir del cierre del primer re-
querimiento.
66. De otro lado, de acuerdo con el artículo 124 del TUO del Código Tri-
butario, el procedimiento contencioso tributario consta de dos etapas: a)
la reclamación ante la administración tributaria y b) la apelación ante el
Tribunal Fiscal. Es decir, mientras el procedimiento de fiscalización cul-
mina con la emisión de una resolución de determinación, orden de pago
o multa; el procedimiento contencioso tributario comienza con la presen-
tación de un recurso de reclamación contra cualquiera de las referidas
plazo debería ser entendido como el tiempo máximo que tiene la SUNAT para
emitir las Órdenes de Pago, Resoluciones de Determinación o de Multa respec-
tivas, de acuerdo con lo que encuentre en la investigación.
Por su parte, el proceso de fiscalización acarrea consigo una serie de actos por
realizados por el contribuyente, orientados a cumplir con el requerimiento de
información solicitado por SUNAT. Dentro de estos actos podemos citar:
1. Convocar una reunión con la finalidad de analizar el contenido y alcance del
requerimiento de SUNAT.
2. En algunos casos, contratar el servicio de profesionales en materia tributaria,
para apoyar a la empresa en el proceso de fiscalización.
3. Reunirse y establecer conjuntamente con los funcionarios de SUNAT, el
mejor cronograma de operaciones para poder cumplir con el requerimiento
de información.
4. Asignar personal de contabilidad e impuestos a recabar la información so-
licitada por SUNAT.
5. Destinar personal capacitado para atender a los funcionarios de SUNAT.
6. Analizar la información antes de ser proporcionada a SUNAT, con la finali-
dad de materializar las posibles contingencias a encontrar por esta.
7. Elaborar un escrito de absolución al requerimiento de información solicitada
por SUNAT.
17
Artículo 25 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, la cual en su primera
numeral establece que: “1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra
actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la pre-
sente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio
de sus funciones oficiales”.
Todos los actos enunciados no son taxativos, sino que muestran un orden de
actuaciones a realizar con la finalidad de cumplir de manera satisfactoria el re-
querimiento de SUNAT.
Esto quiere decir que, las actuaciones a tomar en cuenta tendrían que ser las
transcurridas en el Proceso contencioso tributario, el cual comprende el proce-
dimiento de reclamación, de apelación y, en ciertos casos, el procedimiento de
queja o de aclaración frente al Tribunal Fiscal. Ello conllevaría a que no se con-
sidere dentro de la evaluación del plazo razonable para resolver, al procedi-
18
Esto puede observarse en los considerandos 11 y 13 del voto singular del magistrado Er-
nesto Blume Fortini, en la Sentencia 919/2021 recaída sobre el Expediente Nº 00222-
2017-PA/TC LIMA SCOTIABANK PERU SAA. En dicho caso, el procedimiento adminis-
trativo tomó no menos de 13 años en ser resuelto de forma definitiva mediante la emisión
de la Resolución del Tribunal Fiscal Nº 14935-5-2013.
miento ante el Poder Judicial en todas sus instancias y/o hasta el propio Tribunal
Constitucional.
En ese sentido, el lapso analizado por el Tribunal Constitucional para poder ob-
servar una presunta vulneración al plazo razonable para resolver no compren-
dería todas las actuaciones en sede judicial y, por ende, no podría generar un
pronunciamiento sobre las mismas.
Agrega el Tribunal Constitucional que, entre los elementos necesarios para re-
19
Considerando 61 de la Sentencia 176/2022, Exp. Nº 02169-2016-PA/TC Lima IBM del
Perú SAC.
Por su parte, en el caso Genie Lacayo, la Corte IDH estableció que el “plazo
razonable” no es un concepto de sencilla definición, por lo que recurre a lo es-
El análisis de cada uno de estos criterios se tiene que hacer en relación con los
hechos materia del caso. Por lo tanto, la complejidad del asunto se determina
a través de la pluralidad de imputados dentro de la misma causa, la cantidad de
hechos que se investigan, la voluminosidad del expediente y el acervo probato-
rio.22
20
Corte IDH, Caso Genie Lacayo vs. Nicaragua, sentencia del 29 de enero de 1997.
21
CIDH, Informe “El acceso a la justicia como garantía de los derechos económicos, sociales
y culturales. Estudio de los estándares fijados por el Sistema Interamericano de Derechos
Humanos” 07.IX.07.
22
RODRIGUEZ RESCIA, Víctor Manuel. “El Debido Proceso Legal y la Convención”. En: Liber
Amicorum, Hector Fix-Zamudio. Vol. II. Secretaria Corte IDH. San José, Costa Rica, 1998
Pág. 1302.
Aquí, por ejemplo, para la Corte IDH es relevante establecer cuál de las partes,
bajo sus obligaciones (no bajo sus potestades) efectivamente no dilata o retrasa
el procedimiento. En este sentido, encontramos una diferencia en cuanto a lo
establecido en la Sentencia 919/2021 recaída sobre el Expediente Nº 00222-
2017-PA/TC LIMA SCOTIABANK PERU SAA; en la cual, se exigía al contribu-
yente haberse quejado primero contra el propio Tribunal Fiscal mediante un pro-
cedimiento de Queja, a fin de que pueda proceder su reclamo constitucional,
contra la omisión administrativa en resolver en un plazo razonable.
Por otro lado, debemos tener en cuenta también que muchas veces un rápido
proceso puede significar una violación al propio derecho al debido proceso,
como se estipula en la sentencia del caso La Cantuta:
23
Voto Razonado Del Juez Sergio García Ramírez en el Caso La Cantuta, de la Corte IDH.
24
“El Debido Proceso en la Jurisprudencia de la Corte Interamericana”. En: Revista Lex, Vo-
lumen 10, Número 9, 2012.
Como podemos observar, para la Corte IDH no sólo se debe considerar una
eventual vulneración directa a los derechos de la persona, como podría darse en
25
Corte IDH. Caso Suárez Rosero. Sentencia de 12 de noviembre de 1997, párr. 70-75.
Asimismo, la Corta IDH considera que el término de dicho plazo debe estable-
cerse en base a una decisión firme, lo cual únicamente puede contemplarse en
el momento en que se obtiene una sentencia inimpugnable conforme a las nor-
mas internas de cada país.
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
7. Los elementos para evaluar la razonabilidad del plazo para resolver un pro-
cedimiento comprenden principalmente lo siguiente: (i) complejidad del
caso, (ii) la conducta procedimental del administrado; y, (iii) la conducta
procedimental de la autoridad administrativa.
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CORTE IDH.
Caso Tribunal Constitucional. Sentencia de Fondo de 31 de enero de 2001, párr. 71.
Caso Ivcher Bronstein. Sentencia de 6 de febrero de 2001. Serie C Nº 74.
Caso Baena Ricardo. Sentencia de 2 de febrero de 2001, párr. 124.
Caso Claude Reyes y otros. Sentencia del 19 de septiembre de 2006. Serie C Nº 151.
ROBLES MORENO, Carmen del Pilar y otros. Código Tributario Doctrina y Co-
mentarios. Lima: Instituto Pacifico, 2009, Págs. 404.
Corte IDH, Caso Genie Lacayo vs. Nicaragua, sentencia del 29 de enero de 1997.
CIDH, Informe “El acceso a la justicia como garantía de los derechos económi-
cos, sociales y culturales. Estudio de los estándares fijados por el Sistema Inter-
americano de Derechos Humanos” 07.IX.07.
*
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Abogado en Tax Litigation en PwC.
A fin de aclarar este asunto, recomendamos que se modifiquen las normas perti-
nentes (en particular, que se señale expresamente que la pretensión de plena juris-
dicción solo puede ser solicitada por el administrado), de tal forma que se evidencie
que la facultad de la Administración Tributaria es restringida a determinados su-
puestos.
1. INTRODUCCIÓN
Ante lo resuelto por el Tribunal Fiscal, las partes intervinientes pueden cuestio-
nar aquella decisión en la vía del proceso contencioso administrativo, para lo
cual es necesario cumplir con los requisitos previstos en el Código Tributario, la
Ley del Procedimiento Administrativo General2 y la Ley que Regula el Proceso
Contencioso Administrativo.3
Hasta este punto nos preguntamos cuáles son los alcances de esta facultad ex-
cepcional de la Administración Tributaria y cómo es que viene siendo entendida
en instancia judicial.
1
Texto Único Ordenado aprobado mediante Decreto Supremo Nº 133-2013-EF.
2
Ley Nº 27444 (en adelante, LPAG).
3
Ley Nº 27584 (en adelante, LPCA).
El Artículo IV del Título Preliminar del Código Procesal Civil4 dispone que el
proceso se promueve únicamente a iniciativa de parte, la que invoca interés y
legitimidad para obrar.
De las normas citadas se observa que en todo proceso se debe acreditar que la
parte demandante tenga interés y legitimidad para obrar; de no ser así, se estaría
incurriendo en alguna de las causales de improcedencia reguladas en el artículo
427 del CPC.
Sobre la legitimidad para obrar activa, autores como Monroy sostienen que este
concepto supone que los sujetos que formaron parte de una relación jurídica
sustantiva se trasladen a una relación jurídica procesal (1987, Pág. 182). Asi-
mismo, Priori sostiene que la legitimidad para obrar es un requisito de proce-
dencia (y no de admisión) en el proceso, permitiendo que el juez pueda analizar
la discusión planteada por la parte demandante (2003, Pág. 68).
4
En adelante, CPC.
5
Por ejemplo, en las Casaciones N° 05615-2007-LIMA y 00589-2010-LIMA.
6
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente Nº 03610-2008-PA/TC.
De igual forma, el artículo 154 del Código Tributario establece otra limitación a
la posibilidad de la Administración Tributaria para iniciar proceso contencioso
administrativa al señalar que esta entidad no puede demandar en la vía judicial
resoluciones de observancia obligatoria.
7
En el Dictamen de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del proyecto de la LPCA
se señaló que una de las principales novedades de la norma es establecer que el objeto del
proceso contencioso administrativo permite tutelar los derechos e intereses del adminis-
trado.
Como cuestión previa, debemos indicar que estos criterios se emitieron casi en
su totalidad con ocasión de la interposición de excepciones por falta de legitimi-
dad para obrar activa propuestas por contribuyentes y/o deudores tributarios que
formaron parte del proceso como demandados. Esto nos lleva a concluir que:
– Para que se discuta esta facultad, la parte demandada (en particular, el con-
tribuyente y/o deudor tributario) objeta la actuación de la Administración
Tributaria deduciendo una excepción de falta de legitimidad para obrar ac-
tiva. En caso contrario, el proceso seguirá su transcurso habitual hasta su
conclusión.
Cabe precisar que la base legal que limita las pretensiones que puede for-
mular la Administración Tributaria está contemplada en los artículos 1 y 5
de la LPCA y no en el Código Tributario como sostiene el órgano jurisdic-
cional.
8
Criterio contenido en el Expediente Nº 04797-2017 (primera instancia).
9
Criterio contenido en el Expediente Nº 13354-2017 (primera instancia), Nº 07299-2018
(primera instancia), Nº 03636-2018 (primera instancia), Nº 02171-2019 (primera instan-
cia), Nº 08876-2019 (primera instancia), Nº 08270-2018 (primera instancia), Nº 08270-
2018 (segunda instancia), Nº 00089-2017 (segunda instancia), Nº 04523-2018 (segunda
instancia), Nº 07328-2019 (segunda instancia), Nº 00838-2017 (segunda instancia), en-
tre otras.
Sin perjuicio de ello, reiteramos que para analizar la legitimidad para obrar
activa es necesario verificar los requisitos exigidos en el Código Tributario;
esta norma no exige que al momento de analizar la procedencia de la de-
manda interpuesta por la Administración Tributaria se advierta la existencia
de una relación jurídica sustancial pues el referido código establece que esta
entidad no tiene legitimidad para obrar activa sino una facultad excepcional
reconocida por ley.
10
Criterio contenido en el Expediente Nº 04850-2018 (primera instancia).
11
Criterio contenido en el Expediente Nº 06786-2019 (primera instancia), Nº 14127-2018
(primera instancia).
De esta forma, el hecho que en este criterio se alegue que debe tomar en
cuenta el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva no justificaría que la Ad-
ministración Tributaria plantee pretensiones de plena jurisdicción toda vez
que el proceso contencioso administrativo tiene como finalidad que este
tipo de pretensiones sean solicitadas por los administrados cuando exista
una actuación de la Administración que afecte sus derechos.
12
Criterio contenido en el Expediente Nº 00880-2013 (primera instancia).
13
Criterio contenido en el Expediente Nº 06589-2021 (primera instancia).
Ahora bien, el error de este criterio está en sostener que la legitimidad para
obrar activa de la Administración Tributaria se sustenta en el artículo 13 de
la LPCA, referido a la acción de lesividad que señala lo siguiente:
Este tipo de legitimidad para obrar activa especial tiene como finalidad re-
parar la legalidad y el interés público vulnerados por un acto administrativo
que no puede ser declarado nulo de oficio.14 Es por esto que no se puede
equiparar la facultad excepcional de la Administración Tributaria para cues-
tionar resoluciones del Tribunal Fiscal en el proceso contencioso adminis-
trativo con la acción de lesividad; en caso contrario, para verificar la legiti-
midad para obrar activa de la Administración Tributaria se tendría que cum-
plir con los requisitos del artículo 13 de la LPCA.
14
Criterio contenido en la Casación Nº 15015-2015-LIMA.
15
Criterio contenido en el Expediente Nº 04797-2017 (segunda instancia), Nº 08876-2019
(segunda instancia), Nº 01139-2019 (segunda instancia), Nº 06111-2019 (segunda ins-
tancia).
16
Criterio contenido en el Expediente Nº 04850-2018 (segunda instancia).
17
Criterio contenido en el Expediente Nº 02171-2019 (segunda instancia).
Por otro lado, el órgano jurisdiccional agrega que para cumplir con lo dis-
puesto en el Código Tributario se debe verificar que: (i) la resolución del
Tribunal Fiscal impugnada haya agotado la vía administrativa, (ii) la de-
manda se interponga dentro del plazo de tres (3) meses contados a partir
del día siguiente de notificada la resolución administrativa y (iii) se señale
que la resolución impugnada adolece de alguna de las causales de nulidad
previstas en el artículo 10 de la LPAG.
18
Criterio contenido en el Expediente Nº 13354-2017 (segunda instancia), Nº 07299-2018
(segunda instancia), Nº 02171-2019 (segunda instancia).
Este criterio es uno de los más recientes y que reconoce los alcances de la
facultad excepcional de la Administración Tributaria en los términos que
describimos en líneas anteriores.
Como hemos indicado, la referida facultad debe ser analizada según lo pre-
visto en el Código Tributario, la LPAG y la LPCA. De esta forma, se concluye
que la Administración Tributaria puede iniciar proceso contencioso si se-
ñala que la resolución del Tribunal Fiscal adolece de alguno de los vicios de
nulidad del artículo 10 de LPAG; asimismo, de acuerdo con el objeto del
proceso, la Administración Tributaria solo puede plantear pretensiones de
nulidad. Es por esto que coincidimos con la afirmación del juez cuando
señala que la plena jurisdicción es una facultad que únicamente puede ser
peticionada por el administrado en defensa de sus derechos subjetivos.
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
1. La legitimidad para obrar activa supone que un sujeto que afirma ser titular
de una situación jurídica pueda participar en el proceso a fin de que el juez
emita el pronunciamiento correspondiente. En el caso del proceso conten-
cioso administrativo, un sujeto cuenta con legitimidad para obrar activa
cuando señala que sus derechos o intereses fueron o vienen siendo afecta-
dos por actuaciones de la Administración.
19
Criterio contenido en el Expediente Nº 12858-2019 (segunda instancia).
Ante esta situación, consideramos que para aclarar cualquier controversia sobre
los alcances de esta facultad excepcional se debería modificar las normas antes
citadas de tal forma que se demuestre el carácter excepcional y restringido de
dicha facultad; específicamente, consideramos pertinente que modifique la
LPCA para precisar que la Administración Tributaria solo puede plantear pre-
tensiones de nulidad, mientras que las de plena jurisdicción son exclusivas de
los administrados.
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
DEVIS, H. (1984). Teoría general del proceso. Aplicable a toda clase de procesos.
Editorial Universidad.
MORÓN, J.
2015 “El proceso contencioso de lesividad: catorce años después de su incor-
poración en el derecho peruano”. En: Ius Et Veritas, Nº 51. 224-246.
2002 “El proceso de lesividad: el contencioso promovido por la administra-
ción”. En: Proceso y Justicia, Nº 3. 30-43.
PRIORI, G.
2006 Comentarios a la Ley del Proceso Contencioso Administrativo. ARA Editores.
2003 El Código Civil comentado por los 100 mejores especialistas. Gaceta Jurí-
dica. 64-69.
VIALE, F. (1994). “Legitimidad para obrar”. En: Derecho PUCP, Nº 48. 29-49.
*
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. LLM en Tributación Internacional
(International Taxation Programs) en New York University School of Law (NYU), New
York. Socio de Miranda & Amado.
INTRODUCCIÓN
En el Perú, los tributos pueden ser determinados por la AT, cuando corresponda
de acuerdo a ley, o autodeterminados por los contribuyentes, que es el caso de
la mayoría de los tributos vigentes.1
1
El artículo 59 del Código Tributario señala que por el acto de la determinación de la obli-
gación tributaria: (a) el deudor tributario verifica la realización del hecho generador de la
obligación tributaria, señala la base imponible y la cuantía del tributo; (b) la AT verifica la
realización del hecho generador de la obligación tributaria, identifica al deudor tributario,
señala la base imponible y la cuantía del tributo.
ceso y la tutela jurisdiccional. Añade el artículo que ninguna persona puede ser
desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a procedi-
miento distinto de los previamente establecidos, ni juzgada por órganos juris-
diccionales de excepción ni por comisiones especiales creadas al efecto, cual-
quiera sea su denominación.
En relación al concepto de “debido proceso” César Landa2 señala que éste tiene
su origen en el due process of law anglosajón y se descompone en el debido
proceso sustantivo, que protege a los ciudadanos de las leyes contrarias a los
derechos fundamentales y, el debido proceso adjetivo, referido a las garantías
procesales que aseguran los derechos fundamentales de quienes se someten al
proceso, sean personas naturales o jurídicas.
Desde este punto de vista, entonces, la noción de debido proceso debe enten-
derse no sólo como un principio o derecho de quienes ejercen la función juris-
diccional –como parece plantearlo el texto de la Constitución–, sino principal-
mente como un derecho fundamental de las personas. Y esto ha sido entendido
así por la doctrina y la jurisprudencia nacional.
2
Obtenido del siguiente link: <https://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.
nsf/C0C8578C81370C4005257BA600724852/$FILE/con_art12.pdf>.
Lo anterior encuentra eco en el numeral 1.2 del Artículo IV del Título Preliminar
de la Ley del Procedimiento Administrativo General (“LPAG”),3 que incluye ex-
presamente en su texto, el principio del debido procedimiento, como sigue:
3
Cuyo Texto Único Ordenado ha sido aprobado por el Decreto Supremo Nº 011-2019-JUS
Como ya lo hemos señalado, el numeral 1.2 del Artículo IV del Título Preliminar
de la LPAG, que consagra el principio del debido procedimiento, señala expre-
samente que éste incorpora, entre otros, el derecho de los administrados a ofre-
cer y a producir pruebas. Así, el contenido esencial de este derecho está cons-
tituido por tres elementos, a saber: (i) admisión de medios probatorios, el cual
requiere que la prueba sea pertinente, idónea, útil y lícita; (ii) actuación de los
medios probatorios, que conlleva darle materialidad al derecho de prueba; y, (iii)
valoración debida de la prueba, que busca reglar el fuero interno del juzgador
bajo parámetros entendidos como racionales y razonables (Duran 2009: 10).
En ese sentido, señala Durán que este carácter de configuración legal del derecho
a probar ha llevado a que los ordenamientos jurídicos hayan restringido la actua-
ción de este derecho en base a consideraciones de carácter económico, celeridad
procesal o por razones de la naturaleza del hecho materia de prueba (2009: 12).
Queda claro entonces que el ejercicio del derecho a la prueba, como parte inhe-
rente al derecho fundamental al debido proceso, puede estar sometido a restric-
ciones y limitaciones. Estas restricciones y limitaciones, sin embargo, serán vá-
lidas siempre que sean proporcionales al derecho que pretenden proteger.
4
Cuyo Texto Único Ordenado se aprobó por el Decreto Supremo Nº 133-2013-EF.
Plazo Artículo
Observaciones
(en días útiles) CT
El que establezca la AT en cada no- De comunicarse las conclusiones
tificación cursada. de la fiscalización, los contribu-
yentes pueden presentar pruebas
Fiscalización 75
adicionales en el plazo que la AT
determine, el que no puede ser
menor a 3 días.
● 30 días. No se admite como medio proba-
● 45 días en el caso de resolucio- torio el que, habiendo sido reque-
nes emitidas por normas de pre- rido por la AT en la fiscalización5
cios de transferencia o de la o en la primera instancia, no fue
Norma XVI del Título Preliminar presentado y/o exhibido por el
del CT. contribuyente, salvo que:
125,
Reclamación ● 5 días en el caso de sanciones de
comiso de bienes, interna- (i) Pruebe que la omisión no se 141
generó por su causa; o,
miento temporal de vehículos y
cierre temporal de estableci- (ii) Acredite la cancelación del
miento u oficina de profesiona- monto reclamado vinculado a
les independientes, y de las re- las pruebas presentadas ac-
soluciones que las sustituyan. tualizado a la fecha de pago, o
El plazo se cuenta desde la fecha en presente carta fianza bancaria
que se interpone el recurso de recla- o financiera u otra garantía por
mación o apelación. dicho monto debidamente ac-
tualizado.
Para la presentación de medios pro- 125,
Apelación
batorios, el requerimiento del ór- En instancia de apelación tam- 148
gano encargado de resolver será for- poco podrá actuarse medios pro-
mulado por escrito, otorgando un batorios que no hubieran sido
plazo no menor de 2 días hábiles. ofrecidos en primera instancia.
Como se puede apreciar de las normas antes referidas, el Código Tributario prevé
que vencidos los plazos para la presentación de pruebas en la instancia que
corresponda, el contribuyente pierde la posibilidad de hacerlo.
5 Según Mario Alva Matteucci, “esta afirmación puede resultar discutible para una parte de la Doc-
trina, ya que según afirman, en el proceso de fiscalización no se presentan pruebas sino indicios,
documentos y otros elementos que permitan a la AT determinar la existencia o no de una Deuda o
un Crédito Tributario Es recién en el proceso contencioso tributario en donde hacen su aparición las
llamadas «pruebas» o siguiendo la terminología utilizada por el actual Código Tributario, los lla-
mados «medios probatorios»“. (2010).
Ello no obstante, la norma prevé que incluso vencidos los referidos plazos, el
contribuyente pueda presentar las pruebas omitidas si acredita que la omisión
no fue por su causa o que ha pagado o afianzado la parte de la deuda vinculada
a dichas pruebas.
rios; pasado dicho plazo, no tendrá lugar la solicitud probatoria. Así, en la re-
ferida Sentencia, el Tribunal señala, expresamente, que “para que los medios
probatorios sean admitidos deben ser presentados en su oportunidad”.
Para los referidos autores, entonces, las reglas de preclusión que rigen en el
procedimiento administrativo, por más que tengan como finalidad asegurar la
recaudación, pueden generar, más bien, sobre costos en la forma de procesos
judiciales iniciados por los contribuyentes, que –sobre la base de ciertos prece-
6
Artículo IV del Título Preliminar de la LPAG: 1.7. Principio de presunción de veracidad.- En
la tramitación del procedimiento administrativo, se resume que los documentos y decla-
raciones formulados por los administrados en la forma prescrita por esta Ley, responden a
la verdad de los hechos que ellos afirman. Esta presunción admite prueba en contrario.
7 Artículo IV del Título Preliminar de la LPAG: 1.11 Principio de verdad material.- En el procedi-
miento, la autoridad administrativa competente deberá verificar plenamente los hechos que sir-
ven de motivo a sus decisiones, para lo cual deberá adoptar todas las medidas probatorias nece-
sarias autorizadas por la ley, aun cuando no hayan sido propuestas por los administrados o
hayan acordado eximirse de ellas. (…)
dentes– buscarán que sea el Poder Judicial quien admita a trámite aquellas prue-
bas que la administración rechazó por extemporáneas (2011: 245).
De otro lado, hay quienes señalan –con razón– que la regulación vigente para el
procedimiento administrativo tributario, si bien resulta muy restrictiva, no es
abiertamente contraria al contenido esencial del derecho al debido procedi-
miento, a la defensa, o al derecho a probar, como además lo ha sostenido el
Tribunal Constitucional. Añaden además que en tanto la realización de hechos
generadores de obligaciones tributarias y el cumplimiento de los deberes admi-
nistrativos propios dependen sólo de la voluntad de cada contribuyente, es im-
portante que aquellos se formen con un sentido mínimo de responsabilidad,
respetando las reglas de preclusión establecidas en las normas vigentes y en la
jurisprudencia del Tribunal Fiscal (Sánchez s/f: 78).
8
En su Informe Nº 280-2002-SUNAT/K00000, la SUNAT señaló que lo siguiente:
“(…) en sede procesal existe la denominada carga de la prueba, figura que sirve para formar la
convicción del juzgador y sustentar la decisión que éste tome respecto de la pretensión planteada
ante su instancia. En ese sentido, el artículo 200° del TUO del CPC establece que si no se prueban
los hechos que sustentan la pretensión, la demanda será declarada infundada.
La carga de la prueba –así como toda carga procesal– no constituye en estricto una obligación,
dado que de ella no se deriva un derecho correlativo para exigir determinada conducta a quien
soporta dicha carga y, en caso de inactividad de éste, tampoco resulta aplicable alguna sanción.
Por el contrario, la carga de la prueba supone una atribución otorgada a la parte correspondiente
cuya falta de asunción acarrea, como única consecuencia, el riesgo que se perjudique el interés con-
creto de dicha parte cuando el órgano competente se pronuncie respecto de la pretensión formu-
lada”.
ley, aun cuando no hayan sido propuestas por los administrados o hayan acor-
dado eximirse de ellas.
Considerando ello, Fabiana del Padre Tomé señala que la producción de pruebas
por la AT no se caracteriza como una mera carga, entendida como gravamen
necesario para alcanzarse una pretensión. Más que eso configura un “verdadero
deber”, pues la AT debe certificarse de la ocurrencia o no del hecho jurídico
desencadenador del vínculo obligacional, lo que sólo es posible mediante el len-
guaje de las pruebas (Del Padre s/f: 400).
Por su parte, el artículo 196 del Código Procesal Civil –que traemos a colación,
aunque, en estricto, no es aplicable a los procedimientos administrativos–, se-
ñala lo siguiente:
la del Código Procesal Civil sobre carga de la prueba. Sin embargo, sí es verdad
que la normativa tributaria regula, en diversas disposiciones y de manera implí-
cita o indirecta, quién tiene la carga de la prueba en diversos procedimientos, a
saber:
9
El artículo 64 del Código Tributario incluye, en total, 15 supuestos que permiten aplicar la
determinación sobre base presunta.
10
Cuyo Texto Único Ordenado ha sido aprobado por el Decreto Supremo Nº 179-2004-EF.
legal, que señala que no se admitirá como medio probatorio el que, ha-
biendo sido requerido por la AT durante el proceso de verificación o fiscali-
zación, no hubiera sido presentado y/o exhibido, salvo que el deudor tribu-
tario prueba que la omisión no se generó por su causa. Como se puede
apreciar, este artículo transfiere íntegramente la carga de la prueba al admi-
nistrado, no sólo en cuanto a la presentación oportuna de los documentos
cuando los exige la AT, sino a la obligación de demostrar que, en caso de
una omisión, ésta no se generó por su causa. Cabe señalar además que
proporcionar a la AT la información que ésta requiera es parte de las obli-
gaciones de los administrados contempladas en el artículo 87 del Código
Tributario y su incumplimiento habilitaba a la AT a considerar que un de-
terminado hecho no ha sido acreditado por el contribuyente, además de
imponer las multas que correspondan.
11
Fabiana del Padre Tomé señala que: “Para relativizar la dificultad de identificar los hechos
jurídicos-tributarios realizados por el vasto universo de contribuyentes, tiene lugar la imposi-
ción de este tipo de deberes, quedando el sujeto pasivo y, también, terceros de alguna forma
relacionados con un referido hecho, compelidos a realizar actos que auxilien a la Administra-
ción en su actividad fiscalizadora. (…) A los contribuyentes les corresponde realizar los de-
bidos registros, en los libros contables, de los hechos relativos a su movimiento empresarial,
siempre fundamentado en documentos idóneos y hábiles, que deberán, cuando sean requeri-
dos, ser entregados a la fiscalización, sirviendo para la administración hacendaria como ele-
mento de prueba (…)” (s/f: 405).
12
Sin perjuicio de otras reglas sobre carga de la prueba que pudieran existir en el Código Tributario,
conviene señalar que no hemos identificado que nuestras normas contemplen una regla que
permita resolver a favor de los contribuyentes, los vacíos probatorios que pudieran generarse en
los procedimientos y respecto de los cuales la carga de la prueba no recaiga en aquellos, como
sí sucede, por ejemplo, en Colombia. Evelin Liset Luquez Rivera señala, respecto de la legislación
colombiana, que el artículo 745 del Estatuto Tributario dispone que las dudas provenientes de
vacíos probatorios deben resolverse a favor del contribuyente. Precisa, sin embargo, que “esta
regla solo opera cuando el contribuyente no se encuentra obligado a probar las circunstancias espe-
ciales de que tratan el capítulo III del del título VI que consagra el régimen probatorio, y que se
refieren a los ingresos no constitutivos de renta, los pagos y pasivos negados por los beneficiarios,
los hechos que los hacen acreedores de una exención o que justifican un aumento patrimonial, los
activos poseídos a nombre de terceros, y las transacciones efectuadas con personas fallecidas -ar-
tículos 786 a 791 del Estatuto Tributario. De tal manera que, en aquellos eventos en que el contri-
buyente no deba probar esos hechos y la Administración tenga dudas por vacíos probatorios, la
carga de la prueba recae en la entidad fiscal, que deberá hacer lo posible por eliminarlas, y en caso
de que ello no ocurra, la ley establece como consecuencia jurídica que la DIAN debe darle la razón
al contribuyente”. (2017).
Cabe señalar que este criterio del Tribunal Fiscal sobre la aplicación de la carga
dinámica de la prueba se ha mantenido en jurisprudencias emitidas hasta el
2020, definiéndose, según las características de cada caso, si la administración
o el contribuyente tenían la carga de la prueba.
Siendo esto así, conviene preguntarse por qué es que la teoría de la carga diná-
mica de la prueba no es implementada en las fiscalizaciones realizadas por la AT
ni en la resolución de reclamaciones en primera instancia administrativa, habida
cuenta de que, según lo ha señalado el propio Tribunal Fiscal, su aplicación re-
sulta consistente con el principio de verdad material que rige la actividad de la
administración conforme lo dispone la LPAG.14 En ese sentido, es claro que, a
pesar de no existir una norma que disponga su aplicación en sede administra-
tiva, ésta es procedente.
Consideramos entonces que este tema debe ser revisado con mayor profundi-
dad, en la medida que su correcta regulación y aplicación podría lograr mejores
y más rápidos resultados tanto en la recaudación tributaria vía fiscalización
como en la resolución de los procedimientos contenciosos que pudieran iniciar
los contribuyentes.
13
Cuyo Texto Único Ordenado ha sido aprobado por el Decreto Supremo Nº 011-2019-JUS.
14
Ello sin perjuicio de reconocer que existen diversas resoluciones del Tribunal Fiscal donde,
pudiéndose haber aplicado la teoría de la carga dinámica de la prueba, no se hizo. Este es
el caso de la Resolución Nº 0005-3-2017 y otras que mencionamos más adelante.
Recordemos que el artículo 126 del Código Tributario señala que, para mejor
resolver, el órgano encargado podrá, en cualquier estado del procedimiento, or-
denar de oficio las pruebas que juzgue necesarias y solicitar los informes nece-
sarios para el mejor esclarecimiento de la cuestión a resolver. No sólo ello, el
artículo 62 del mismo cuerpo legal señala que en el marco de su facultad de
fiscalización, la AT cuenta con las siguientes facultades discrecionales:
(iii) Requerir a las entidades públicas o privadas para que informen o com-
prueben el cumplimiento de obligaciones tributarias de los sujetos some-
tidos al ámbito de su competencia o con los cuales realizan operaciones,
bajo responsabilidad.
Así, parece claro que en aquellos casos en que el contribuyente no cuenta con
la información requerida, la AT, en uso de sus facultades de fiscalización, debería
obtenerla por las otras vías que estén a su alcance –por ejemplo, a través de
cruces de información con terceros–. Esta acción se sustentaría no sólo en la
aplicación de la carga dinámica de la prueba –en la medida que es claro que sólo
la AT puede realizar el cruce de información y, por ende, está en mejor posición
de generar el medio probatorio–, sino principalmente en el principio de impulso
de oficio que regula la carga de la prueba según lo establece la LPAG.
La AT, sin embargo, suele ser reacia a ejercer a plenitud sus facultades de fisca-
lización y muchas veces opta por una actitud pasiva frente al contribuyente: si
aquél no provee la documentación requerida, aquella tampoco realizará mayo-
res esfuerzos para obtenerla y, más bien, procederá a la acotación del tributo.
Con relación a ello, sin embargo, es importante tener en cuenta que el Tribunal
Fiscal no ha sido consistente en su posición respecto de la obligación de, por
ejemplo, la SUNAT, de realizar todos los actos a su alcance para la determina-
ción del tributo.
4. CONCLUSIONES
Así, dado que, según lo han señalado tanto el Tribunal Constitucional como
el Tribunal Fiscal, la teoría de la carga dinámica de la prueba, que conlleva
que la prueba sea emitida por la parte que está en mejores condiciones para
hacerlo, se condice con los principios de verdad material y de impulso de
oficio, consideramos que se debe evaluar su aplicación de manera formal no
sólo en el proceso judicial y en el procedimiento administrativo, sino in-
cluso desde la fiscalización que se realiza para la determinación de los tri-
butos.
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
PEYRANO, Jorge (2013) “La Carga de la Prueba”. Escritos sobre diversos temas
de Derecho Procesal.
<https://letrujil.files.wordpress.com/2013/09/38jorge-w-peyrano.pdf>.
En esa línea, a la luz del sistema procesal adoptado por la Ley que Regula el Proceso
Contencioso Administrativo - Ley Nº 27584, se analiza cual debe ser el rol que debe
desplegar el Juez no sólo al momento de resolver una controversia sino en cada
etapa del proceso contencioso-administrativo de plena jurisdicción en materia tri-
butaria.
1
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Magíster en Derecho Tributario
por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Especialización en Derecho Tributario por
la Pontificia Universidad Católica del Perú. Docente en el Primer Nivel del Programa de
Formación de Aspirantes a la Magistratura de la Academia de la Magistratura. Gerente del
área de Litigios Judiciales contra el Estado en EY Perú.
2
Las opiniones vertidas en el presente artículo son estrictamente en base a la apreciación
jurídica del autor.
Finalmente, es en el marco de dicho análisis que se detalla que, aún hoy en día,
existen en la práctica posturas rígidas en cuanto a los parámetros procesales que
rigen el proceso contencioso-administrativo; y, restrictivas en cuanto a la actividad
procesal de las partes y al rol de dirección del Juez a cargo de resolver una contro-
versia jurídico-tributaria, lo cual contraviene la naturaleza de dicha vía procesal.
INTRODUCCIÓN
Así, los gobiernos de turno, sin perjuicio del modelo de Estado que política-
mente hayan adoptado en un determinado momento, han pretendido en mayor
o menor medida regular las distintas expresiones que se generan como conse-
cuencia de la interrelación de los ciudadanos que conforman su sociedad, siendo
uno de los aspectos más importantes, la regulación de la solución de controver-
sias que se suscitan al interior de la misma.
Ello va de la mano con la conformación del Estado en donde una de sus princi-
pales características es el monopolio en el uso de la violencia física como fuerza
legítima, lo cual tiene como correlato la exclusividad en la administración de
justicia, erigiendo al Estado como agente central en la resolución de controver-
sias, como parte de su finalidad intrínseca de asegurar la convivencia en el marco
de la paz social en justicia.
3
“Artículo 101º.- La justicia se administrará en nombre de la Nación; y las ejecutorias y pro-
visiones de los tribunales superiores se encabezarán del mismo modo”.
recae sobre los ciudadanos, y que actualmente, entre otros, sustenta la estruc-
tura del Estado Peruano.
En efecto, a fin de que el ejercicio del poder por parte del Estado, o ius imperium,
observe el mayor respeto a los derechos de los ciudadanos, la Constitución Po-
lítica de 1993 contempla distintos parámetros, dentro de los cuales, se destaca
el principio de separación de poderes contenido en su artículo 43, el mismo que
tiene por finalidad evitar la concentración del poder, encaminándose a salva-
guardar los derechos fundamentales de eventuales vulneraciones.
Así, teniendo en cuenta que el despliegue de las funciones del Estado debe con-
llevar a un equilibrio en el ejercicio del poder, es conveniente centrarnos en
aquella que guarda especial relevancia para efecto del análisis que nos atañe,
toda vez que es a través de ella que el Estado, busca cumplir con una de sus
principales finalidades, que es la de lograr la paz social en justicia.
4
FERRAJOLI, LUIGI. Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal. Editorial Trotta. Madrid,
1995. Págs. 851-852.
En este contexto, cobra sustancial relevancia el Derecho de Acción del que dis-
ponen los ciudadanos en tanto representa la facultad o poder jurídico de acudir
al órgano jurisdiccional en busca de tutela efectiva, independientemente de que
se cumpla con los requisitos formales o de que su derecho sea fundado,5 siendo
que el ejercicio de este derecho justamente cobra sentido en tanto se pueda
canalizar a través de un aparato jurisdiccional regido por un ordenamiento pro-
cesal que instrumentalizado a través del litigio busca resolver la controversia de
manera célere e imparcial.
Así, para efecto del litigio, se debe tener en cuenta que a diferencia de la diná-
mica de la relación que puede existir entre privados, la relación entre el Estado
y los ciudadanos siempre ha revestido una particular complejidad, en la medida
que nos encontramos frente a una relación desigual, que de un lado tiene al
Estado con todas las atribuciones que le confiere la Constitución para el ejercicio
del poder y del otro, al ciudadano con los derechos y responsabilidades cuya
titularidad ha sido reconocida en nuestra Carta Magna.
5
STC. Nº 2293-2003-AA/TC del 5 de julio de 2004.
pio en una suerte de garantía a favor de éste, la cual busca ser un contrapeso en
la relación desigual que mantiene frente al Estado, siendo el proceso conten-
cioso-administrativo la vía procesal estándar para ejercer el control jurisdiccio-
nal de los actos o actuaciones de la Administración Pública, como por ejemplo,
aquellas decisiones tomadas por las entidades administrativas a través de las
cuales se resuelven controversias.
Ahora bien, es de medular importancia tener en cuenta que aún cuando exista
formalmente un aparato jurisdiccional enfocado en centralizar la administración
de justicia en el marco de la Constitución a través de las vías procesales corres-
pondientes, como por ejemplo el proceso contencioso-administrativo, el papel
principal para efectivizar estos aspectos está a cargo del Juez, en su calidad de
director del proceso, quien es el responsable no sólo de resolver la controversia
sino de asegurar el respeto a los derechos constitucionales de las partes en cada
etapa del proceso judicial, según la naturaleza y finalidad de la vía judicial asumida.
En ese sentido, el rol que adopta el Juez a cargo de una determinada causa es
vital desde el inicio hasta la culminación del proceso, toda vez que es éste quien
marcará la pauta procesal como director del proceso, lo cual tendrá repercusio-
nes sustanciales que van desde el grado de aplicación del derecho al caso en
concreto hasta como las partes ejercen su defensa, siendo que la intensidad en
el ejercicio de este rol variará según la vía procesal por la cual se encause el
proceso, toda vez que, por ejemplo, la naturaleza y finalidad de un proceso civil
es diametralmente distinta a la de un proceso constitucional o un proceso con-
tencioso-administrativo.
Ahora bien, es preciso tener en cuenta que la justicia tributaria a nivel judicial
se tramitó durante un extenso período de años a través de la vía procesal con-
cebida para la materia civil, la cual poseía su propio sistema procesal sustentado
en principios y dinámicas procesales que la fundamentaban y la dotaban de
contenido, en una lógica de resolución de controversias entre particulares y no
necesariamente frente al Estado.
Ello debido a que la regulación de una vía judicial específica para la dilucidación
y resolución de controversias en materia tributaria (e incluso administrativa) no
existía en el incipiente ordenamiento jurídico peruano, siendo que esta regula-
ción sobrevino muchos años después; no obstante, para efecto de poder atender
la necesidad de brindar a los contribuyentes la posibilidad de acceder a una vía
6
Para efecto de la presente ponencia se debe entender por “proceso judicial tributario” a
aquella vía procesal por la cual se tramitó (proceso civil), y se tramita (proceso conten-
cioso-administrativo) la resolución de controversias tributarias a nivel judicial.
7
En el citado período se considerada a dicha entidad como la máxima autoridad resolutora
de controversias tributarias a nivel administrativo perteneciente al Ministerio de Hacienda.
8
Vía procesal regulada en los artículos 948 a 963 del Título XIII - “Juicio de Menor Cuantía”
de la Sección Segunda - “Juicios” del Código de Procedimientos Civiles de 1912 aprobado
por la Ley Nº 510 del 15 de diciembre de 1911.
Bajo este contexto, de manera previa a evaluar el actual rol de dirección del Juez
en el marco de un proceso contencioso-administrativo de plena jurisdicción en
materia tributaria, es preciso apreciar cómo fue evolucionando jurídicamente la
justicia tributaria a nivel judicial, toda vez que ello nos permitirá poder com-
prender mejor no sólo el sistema procesal actual en el cual se encuadra el pro-
ceso judicial tributario sino también, el alcance y sentido del ejercicio de los
derechos de las partes a la luz del rol que despliega el Juez actualmente.
En tal sentido, para efecto de circunscribir el análisis del presente punto, orien-
taremos nuestra evaluación considerando un hecho gravitante para la justicia
tributaria a nivel judicial, el cual fue la publicación de la Ley que Regula el Pro-
ceso Contencioso Administrativo - Ley Nº 27584,9,10 como norma específica
para encausar discusiones de esta naturaleza, siendo que, analizaremos el es-
cenario procesal anterior y posterior a la publicación de la mencionada ley, con-
cordándolo con la regulación específica sobre este tema contenida en el primer
Código Tributario11 y subsiguientes hasta la actualidad.
9
Con motivo de diversas modificaciones a su texto normativo, se aprobaron dos (2) Textos
Únicos Ordenados, el primero en 2008 a través del Decreto Supremo Nº 013-2008-JUS;
y, el segundo en 2019 a través del Decreto Supremo Nº 011-2019-EF, vigente en la actua-
lidad.
10
En adelante, “LPCA”.
11
En adelante, “CT”.
12
Vigente desde el 17 de octubre de 1966 hasta el 30 de noviembre de 1992, derogado por
la Décimo Segunda Disposición Transitoria y Final del Decreto Ley Nº 25859.
13
Con motivo de diversas modificaciones a su texto normativo, se aprobaron dos (2) Textos
Únicos Ordenados, el primero en 1982 a través del Decreto Supremo Nº 395-82-EF; y, el
segundo en 1990 a través del Decreto Supremo Nº 218-90-EF.
Así, el plazo del que disponían los contribuyentes para interponer la mencio-
nada demanda era de seis (6) meses contados desde la fecha de la notificación
de la resolución del Tribunal Fiscal, siendo que era requisito de admisibilidad la
presentación del comprobante de pago del tributo y la constancia de la fecha de
la notificación de la resolución del Tribunal Fiscal materia de la impugnación.
En ese sentido, el trámite del proceso judicial tributario se regía por las normas
contempladas en el ordenamiento procesal civil, específicamente en los artícu-
los 296 a 508 contenidos en los Capítulos I a XV del Título I - “Juicio Ordinario”
14
“Artículo 11º.- Los Jueces no admitirán la impugnación de resoluciones administrativas de
carácter particular que hayan dictado las autoridades competentes sino después de agotados
los recursos jerárquicos expresamente establecidos y a instancia de parte interesada. Si los
actos administrativos no tienen forma de resolución y formulada queja escrita contra ellos
ante el funcionario superior, éste no la ha resuelto en el plazo de treinta días, procederá la
demanda judicial para anularlos”.
15
“Artículo 184º.- Corresponde a los Jueces de Primera Instancia en lo Civil de Lima, conocer
en primera instancia, de toda acción civil que se interponga contra el Estado”.
16
Se precisa adicionalmente que, en el caso de tributos administrados por otras entidades,
el litigio iniciado se entenderá con el representante legal de dicha entidad. Asimismo, se
establece que los jueces no podrán exonerar del pago de costas a la parte que fuere total-
mente vencida en el juicio.
De otro lado, en el sistema publicista, el rol del Juez va más allá de limitarse a
ser un simple espectador de la actividad procesal de las partes que resuelva en
función a como ellas han estructurado la controversia jurídica, sino que busca
ejercer un rol más activo en la dirección y conducción del proceso judicial. En
esa medida, el Juez no busca sustituir a las partes en sus deberes procesales, ya
sea de probar o de impulsar el proceso, sino de coadyuvar a que se cumpla con
la finalidad para la que el proceso ha sido configurado, desplegando –de consi-
derarlo pertinente– la actuación de medios probatorios, sanear la relación pro-
cesal, con independencia de la actuación de las partes, o incluso a emitir un
pronunciamiento sobre el fondo de la controversia jurídica, resolviendo con-
forme al derecho aplicable –bajo su criterio– sin perjuicio de que ello haya sido
invocado o no por las partes, entre otros.
Bajo este contexto, es factible afirmar que el proceso judicial tributario regulado
en el primer CT y que se tramitaba bajo las reglas y parámetros del Código de
Procedimientos Civiles se orientaba bajo un sistema procesal privatístico en el
cual, el rol del Juez que estaba a cargo de resolver la causa tributaria, sólo se
limitaba a dirigir el proceso sobre la base de la iniciativa de parte del contribu-
yente y en función a lo que éste invocara estrictamente con motivo de su de-
manda.
17
“Artículo 90º.- Si transcurridos los seis meses a que se refiere el Artículo 53 no se hubiera
expedido resolución, el interesado podrá denunciar la demora ante el funcionario competente.
En caso de que transcurridos 30 días desde la denuncia, no se hubiere dictado resolución, el
interesado podrá presumir denegada su petición o reclamación, para el efecto de interponer el
recurso administrativo que corresponda, o la demanda judicial en su caso”.
18
“Artículo 117º.- El presente Reglamento debe aplicarse y cumplirse teniendo en cuenta que
sus reglas tienen objeto crear las garantías, trámites y recursos destinados a asegurar el pro-
cedimiento anterior a la acción que los interesados pueden hacer valer ante el Poder Judicial,
siempre y cuando agoten, previamente, la vía administrativa; y por tanto cautela igualmente
el derecho de la Administración Pública, dándole oportunidad de encauzar el trámite y su
resolución conforme a derecho.
Por consiguiente, ningún asunto de carácter administrativo podrá ser llevado a la vía judicial
sin el cumplimiento previo de este procedimiento, de acuerdo a lo que dispone el Artículo 11
Por lo antes señalado, hasta este punto podemos reseñar que la regulación del
proceso judicial tributario contenida en el primer CT sólo se limitó a abordar: (i)
La legitimidad para obrar activa del contribuyente para demandar resoluciones
del Tribunal Fiscal adversas; (ii) El plazo de interposición de la demanda; (iii) El
requisito del pago previo para efecto de la admisibilidad del recurso; (iv) El tér-
mino probatorio y los medios probatorios admisibles; (v) El pago de costas; y,
(v) La regulación supletoria que sustanciaría el trámite del proceso judicial tri-
butario, que en este caso, sería el juicio ordinario contemplado el Código de
Procedimientos Civiles.
21
Vigente desde el 1 de diciembre de 1992 hasta el 31 de diciembre de 1993, derogado en
virtud del artículo 2 del Decreto Legislativo Nº 773.
22
Por la presentación de la fianza bancaria el contribuyente podía solicitar a la Administra-
ción Tributaria la suspensión de la cobranza coactiva por el plazo de la misma, siendo que
ésta debía renovarse cada seis (6) meses hasta por el monto de la deuda tributaria, actua-
lizada a la fecha de la renovación.
En ese sentido, más allá de que la vía procesal se rigiera aún por las reglas y
23
“Artículo 23º.- La acción contencioso - administrativa de que trata el Artículo 240 de la
Constitución se rige, en cuanto a sus reglas de competencia, procedencia y procedimiento por
su propia ley”.
24 “Artículo 33º.- Las Salas Civiles conocen:
(…)
4. En primera instancia de las acciones contencioso - administrativas en los casos que la ley
así lo establece; (…)”.
25
“Artículo 35º.- La Sala de Derecho Constitucional y Social conoce:
(…)
2. Del recurso de apelación de las resoluciones dictadas por las Salas Civiles Supremas y
Superiores en las acciones contencioso-administrativas que ellas conocen en primera ins-
tancia; (…)”.
26
Cuyo antecedente inmediato fue el Decreto Legislativo Nº 612 del 27 de julio de 1990, el
cual contemplaba doce (12) Disposiciones Transitorias en el Capítulo I - “De la acción
contencioso-administrativa” del Título II - “Disposiciones Transitorias” de la Sección Última
- “Disposiciones finales y transitorias”. La vigencia de dicha norma fue suspendida por la
Ley Nº 25285 del 3 de diciembre de 1990, hasta que fuera finalmente derogada por la
Trigésima Disposición Final Transitoria del Decreto Legislativo Nº 767 del 29 de noviembre
de 1991.
27
En atención a las modificaciones introducidas por Decreto Ley Nº 25940 del 10 de diciem-
bre de 1992, y lo dispuesto en el artículo 8 de dicha norma, se aprobó en 1993, el Texto
Único Ordenado a través de la Resolución Ministerial Nº 010-93-JUS del 8 de enero de
1993, vigente en la actualidad.
28
En adelante, “CPC”.
El tercer CT se promulgó como parte del paquete normativo que impulsó la re-
forma tributaria, en donde, aunado a ella, se promulgaron y publicaron la Ley
Marco del Sistema Tributario Nacional aprobada por Decreto Legislativo Nº 771,
la Ley del Impuesto a la Renta aprobada por Decreto Legislativo Nº 774, la Ley
del Impuesto General a las Ventas e Impuesto Selectivo al Consumo aprobada
por Decreto Legislativo Nº 775, la Ley de Tributación Municipal aprobada por
Decreto Legislativo Nº 776, entre otros.
Asimismo, se precisó que el cómputo del plazo para solicitar el uso de la palabra
y presentar el alegato escrito ya no iniciaba a partir de la presentación del re-
curso de revisión sino a partir de la fecha de recepción por parte de la Sala com-
petente de la Corte Suprema.30
29
Vigente desde el 1 de enero de 1994 hasta el 21 de abril de 1996, derogado en virtud del
artículo 2 del Decreto Legislativo Nº 816.
30
Modificación introducida por el artículo 1 de la Ley Nº 26414 del 29 de diciembre de 1994.
31
Nótese que el CPC denominaba al recurso impugnatorio como “demanda contencioso-ad-
ministrativa”, y no como “recurso de revisión” según estaba consignado en el CT; sin em-
bargo, se entendía que ambos hacían alusión al ejercicio de la acción contencioso-admi-
nistrativa en la vía judicial.
Bajo este escenario, teniendo en cuenta el esquema procesal que aún regía para
el proceso judicial tributario, se aprecia que la regulación del tercer CT sólo se
limitó a abordar: (i) El nuevo punto de inicio para computar el plazo de presen-
tación de la demanda contencioso-administrativa; (ii) La no pérdida de ejecuto-
riedad del acto administrativo impugnado; (iii) El nuevo punto de inicio del
cómputo del plazo para solicitar el uso de la palabra y presentar el alegato es-
crito; y, (iv) Se mantuvo la prohibición de actividad probatoria, eliminándose el
recargo por reclamación inoficiosa.
Bajo este contexto, el proceso judicial tributario continuó regulado en los ar-
tículos 157 a 161 del Título IV - “Demanda Contencioso-Administrativa” del Li-
bro Tercero - “Procedimientos Tributarios” del CT.
32
Modificación introducida por el artículo 2 de la Ley Nº 26810 del 13 de junio de 1997.
33
Vigente desde el 22 de abril de 1996.
34
Con motivo de las diversas modificaciones a su texto normativo, se aprobaron dos (2)
Textos Únicos Ordenados, el primero en 1999 a través del Decreto Supremo Nº 135-99-
EF; y, el segundo en 2013 a través del Decreto Supremo Nº 133-2013-EF, vigente en la
actualidad.
En esa línea, a fin de clarificar la regulación contenida en el artículo 157 del CT,
se modificó la denominación del recurso impugnatorio, pasando de denomi-
narse “recurso de revisión” a “demanda contencioso-administrativa”, señalán-
dose a su vez, que la misma se regirá por las normas contenidas en el Título IV.
Incluso a nivel del CPC, la cual era la norma por la cual se regía el trámite pro-
cesal del proceso judicial tributario durante la vigencia del CT bajo comentario,
se introdujo vía modificación normativa el reconocimiento de la aplicación de
las normas contenidas en el CT con relación a la determinación del Juez compe-
tente.36
Ahora bien, hasta este punto, de cara al trámite del proceso judicial tributario
se advierte que éste continuó encausándose a través del ordenamiento procesal
civil, lo cual, si bien en su momento, fue una solución concreta a la necesidad
de brindar una vía de solución de controversias a los contribuyentes, no nece-
sariamente coadyuvaba hacia la concepción de un proceso contencioso-admi-
35
Modificación introducida por el artículo 48 de la Ley Nº 27038 del 28 de diciembre de
1998.
36
Modificación introducida por la Quinta Disposición Final de la Ley Nº 27038 del 28 de
diciembre de 1998.
Fue este contexto, el escenario previo a la gestación del actual proceso conten-
cioso-administrativo, el cual analizaremos a continuación.
37
Vigente desde el 15 de abril de 2002.
38
Dicha ley fue elaborada por la comisión conformada a través de la Resolución Ministerial
Nº 174-2000-JUS del 21 de junio de 2000.
39
PRIORI, GIOVANNI. Comentarios a la Ley del Proceso Contencioso Administrativo. Cuarta
Edición. Lima, 2009.
40
Modificado posteriormente a través del artículo 1 de la Ley Nº 28365 del 22 de octubre de
2004, el artículo 30 del Decreto Legislativo Nº 981 del 14 de marzo de 2007; y, el artículo
4 del Decreto Legislativo Nº 1121 del 17 de julio de 2012.
41
Modificado posteriormente a través del artículo 7 de la Ley Nº 30230 del 11 de julio de 2014.
Ello cobra sentido en la medida de que, aún cuando se señala expresamente que
el proceso judicial tributario se regirá por las normas contenidas en el CT, la
regulación que está contenida en este cuerpo normativo es muy escueta, y por
ende, no es jurídicamente viable que todo el proceso judicial tributario se rija
sólo por las normas contenidas en el CT, siendo necesario para efecto de darle
contenido y sustancia al proceso, recurrir vía aplicación supletoria a otros cuer-
pos normativos como son la LPCA y el CPC, lo cual en sí mismo no es perjudicial
para el proceso, ni exclusivo de la materia tributaria, pero puede conllevar cier-
tos escenarios de restricción en la actividad procesal de las partes e incluso en
el rol de dirección del Juez.
42
Con motivo de las diversas modificaciones a su texto normativo, se aprobaron dos (2)
Textos Únicos Ordenados, el primero en 2017 a través del Decreto Supremo Nº 006-2017-
JUS; y, el segundo en 2019 a través del Decreto Supremo Nº 004-2019-JUS, vigente en la
actualidad.
43
En adelante, “LPAG”.
En esa medida, y del análisis de los antecedentes históricos del proceso judicial
tributario hasta la actual regulación de la que se dispone el día de hoy, se ad-
vierte que lo normado en los actuales artículos viene precedido, en cierto grado,
por la regulación contenida en los anteriores CT, los cuales tomaron como
punto de partida el ordenamiento procesal civil, toda vez que fue este ordena-
miento el que inicialmente dotó de contenido y sustancia en cuanto a su trámite
y aspectos procesales al proceso judicial tributario, lo que vemos reflejado ac-
tualmente en la LPCA.
Bajo este contexto, conviene analizar cuál es la actual orientación del proceso
contencioso-administrativo por la cual se encausa la resolución de controver-
sias tributarias a nivel judicial para efecto de poder identificar cual corresponde-
ría ser el rol del Juez en la actualidad con motivo de avocarse a este tipo de
causas.
44
MONROY, JUAN. Introducción al proceso civil. Tomo I. Editorial Temis. Santa Fe de Bogotá,
1996.
Con relación al Principio de Integración, la LPCA señala que los jueces no deben
dejar de resolver el conflicto de intereses o la incertidumbre con relevancia jurí-
dica por defecto o deficiencia de la ley, siendo que en tales casos podrán ser de
aplicación los principios del derecho administrativo.
En ese sentido, tal como se advierte del desarrollo de los principios consignados
en el Capítulo I de la LPCA, es factible afirmar que a nivel de principios, la LPCA
se ha orientado en función a un sistema procesal de carácter publicista, por lo
que la naturaleza del proceso contencioso-administrativo de plena jurisdicción
es compatible con un rol de dirección activo por parte del Juez, que no sólo se
limita a actuar en función a lo que estrictamente aporten las partes al proceso,
sino también se encuentra facultado a desplegar de oficio todos aquellos actos
tendientes a optimizar el proceso y lograr la concreción de su finalidad.
en lo que respecta no sólo al trámite del proceso sino también al rol del Juez,
como por ejemplo el Principio de Dirección e Impulso del Proceso, o, el Principio
de Juez y Derecho, por los cuales también se reconoce el rol activo por parte del
Juez, no obstante, la interpretación de dichos principios de cara al proceso con-
tencioso-administrativo debe ser mesurada en la medida de que no contraven-
gan la finalidad de este cuerpo normativo, toda vez que han sido concebidos
para la resolución de controversias entre particulares.
Ahora bien, corresponde evaluar como estos principios se han plasmado a tra-
vés de los artículos que conforman la LPCA para finalmente apreciar cómo se
aterrizan en el proceso judicial tributario.
Así, en primer lugar, se debe tener en cuenta que la finalidad del proceso con-
tencioso-administrativo se encuentra prevista en el artículo 148 de la Constitu-
ción y el artículo 1 de la LPCA, señalándose que se encuentra enfocada al control
jurídico por el Poder Judicial de las actuaciones de la Administración Pública
sujetas al derecho administrativo y a la efectiva tutela de los derechos e intere-
ses de los administrados.
45
HUAPAYA, RAMÓN. Tratado del proceso Contencioso Administrativo. Primera Edición. En:
Jurista Editores. Lima, 2006. Págs. 481.
Bajo este escenario, es a través del CT, y supletoriamente la LPCA y el CPC que
se busca brindar al administrado las garantías para poder no sólo solicitar tutela
judicial efectiva sobre su situación jurídica con relación a una determinada ac-
tuación de la Administración que haya vulnerado sus derechos, sino también
para que se emita un pronunciamiento que pueda servir como parámetro de
referencia y fuente del Derecho, el mismo que puede tener la condición de pre-
cedente vinculante de acuerdo a lo establecido en el artículo 36 de la LPCA, de
llegar la controversia a la Corte Suprema de Justicia de la República, y de consi-
derarse pertinente.
que se le busca otorgar a éste las herramientas necesarias para ejercer de oficio
todos aquellos actos procesales tendientes a asegurar un adecuado control ju-
risdiccional de los actos o actuaciones de la Administración Pública.
cumplir los parámetros formales establecidos para que el proceso pueda iniciar
y tramitarse, sin embargo, también es él quien es el llamado a interpretar dichas
reglas, y en determinados casos, sobre la base de dicha interpretación, flexibili-
zarlas con la finalidad no sólo de optimizar el proceso sino también de asegurar
el respeto al ejercicio de los derechos constitucionales de las partes.
Ahora bien, lo antes señalado no enerva que dichas vías procesales no deban
observar y contemplar en su trámite lo consagrado en la Constitución, sino que
se encuentra enfocado a contextualizar el rol del Juez en función a la finalidad
de la vía procesal de cara al cumplimiento e interpretación de los parámetros
procesales, no con la finalidad de relativizarlos sino, todo lo contrario, de opti-
mizarlos para que coadyuven realmente a la finalidad del proceso por el cual se
encausa la controversia.
En ese sentido, a nivel de principios esto lo podemos ver reflejado en los princi-
pios de Integración y Suplencia de Oficio, y a su vez, en diversos artículos de la
LPCA, pero no necesariamente esto se replica en toda la extensión de dicho
cuerpo normativo, lo cual aunado a la aplicación supletoria del CPC, pueden
predisponer escenarios en los cuales se restrinja innecesariamente el rol de di-
rección de los jueces contraviniendo la finalidad del proceso.
Ahora bien, en materia tributaria el rol del Juez debe desplegarse de manera
activa asumiendo la conducción del proceso en cada una de las etapas antes
mencionadas a fin de brindar al contribuyente la posibilidad de ejercer su dere-
cho de defensa en el marco del respeto al debido proceso.
En ese sentido, veamos a grandes rasgos cual sería el despliegue del rol de di-
rección del Juez Tributario en un proceso contencioso-administrativo, así como
también, las incidencias que en la práctica se suscitan en cada etapa de dicho
proceso:
A. Etapa postulatoria
dancia con lo establecido en los artículos 424 a 474 de la Sección Cuarta - “Pos-
tulación del proceso” del CPC.
Es a partir de este análisis previo, que una vez admitida a trámite la demanda,
corresponderá la delimitación de la controversia en función al petitorio plan-
teado por el demandante en su demanda (nulidad de la resolución del Tribunal
Fiscal o plena jurisdicción solicitando el reconocimiento o restablecimiento de
un derecho o interés jurídicamente tutelado); y, lo contestado por el deman-
dado, toda vez que es a partir de la contrastación de ambas posiciones que el
Juez corresponderá a fijar los puntos controvertidos, una vez haya declarado la
validez de la relación jurídico procesal en el auto de saneamiento.
B. Etapa probatoria
Corresponderá en dicha etapa que el Juez Tributario admita a trámite los medios
probatorios ofrecidos y presentados por las partes en su demanda y contesta-
ción. Asimismo, atendiendo a su naturaleza dispondrá la realización de la Au-
diencia de Actuación de Pruebas, no obstante, en materia tributaria los medios
probatorios poseen una eminente naturaleza documental, por lo que en la prác-
tica se prescinde de la realización de esta diligencia.
Ahora bien, es importante que el Juez Tributario con un criterio razonable eva-
lúe la pertinencia de los medios probatorios aportados por las partes en el pro-
ceso, ya que si bien es cierto, existen reglas de preclusión de cara a la admisibi-
lidad de los medios probatorios en cuanto a la oportunidad en la que fueron
presentados, ello no enerva la obligación del Juez de analizar su vínculo con la
controversia jurídica, así como también, con relación a la materia tributaria en
discusión ya que ello coadyuvará a la formación de opinión sobre el caso a re-
solver, incluso actuando medios probatorios de oficio, de considerarlo perti-
nente.
C. Etapa decisoria
versias tributarias, ello no implica que el análisis del Juez sea superficial o so-
mero, siendo que éste debería abarcar la respuesta al petitorio planteado, resol-
viendo la materia tributaria en discusión, en el marco de la tutela a los derechos
constitucionales propio de un proceso contencioso-administrativo de plena ju-
risdicción, lo cual irá de la mano con el respeto al Derecho a la Debida Motiva-
ción y el Principio de Congruencia Procesal.
Ahora bien, la aplicación del Iuria Novit Curia a efecto de no vulnerar el ejercicio
del Derecho de Defensa, puede modularse en virtud al rol del Juez, en tanto éste
puede desplegar actos procesales tendientes a que las partes tomen conoci-
miento de su apreciación jurídica distinta a la alegada, a efecto de que las mis-
mas ejerzan contradicción o se plieguen a la posición, y en esa medida, se po-
drían ensayar otros mecanismos que busquen minimizar el acaecimiento de vi-
En ese sentido, es importante tener en cuenta que la sola aplicación del Iuria
Novit Curia no invalida per se una sentencia, sino que se deberá atender a la
pertinencia del fundamento jurídico del Juez, así como también, a la finalidad
del proceso, ya que esto influye mucho en el rol que se busca del Juez a cargo
de la causa al momento de resolver.
Bajo este contexto, cabe señalar que la materia tributaria por su relevancia po-
see un especial interés público, y en tal sentido, la correcta dilucidación de la
controversia jurídico-tributaria, que se puede traducir, por ejemplo, en la co-
rrecta determinación de la obligación tributaria o el reconocimiento del derecho
del contribuyente a obtener la devolución de un pago indebido, es tan impor-
tante como la tutela jurídica que se busca ofrecer al contribuyente en el marco
de un proceso contencioso-administrativo de plena jurisdicción, con relación a
la protección de sus derechos constitucionales afectados y asociados a la con-
troversia jurídico-tributaria.
D. Etapa impugnatoria
E. Etapa ejecutoria
Con relación a esta etapa el Juez Tributario posee la potestad de hacer ejecutar
las sentencias y demás resoluciones judiciales, toda vez que es él quien conoció
el proceso en primera instancia. En tal sentido, corresponderá que el Juez inicie
46
Lo mencionado ha sido materia de un reciente pronunciamiento en el ordenamiento civil,
en donde a nivel de segunda instancia, la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de la Libertad estableció los parámetros de la aplicación del Iuria Novit Curia.
Respecto a este último punto conviene destacar que en no pocos casos los fallos
finales asociados a casos tributarios, se ven envueltos en el inicio de una nueva
suerte de controversia, ya no asociada a la que se planteó en la demanda, sino
esta vez, referida al alcance del fallo del Juez, y sobre este tema se inicia nueva-
mente un contradictorio que conlleva una dilación en la efectivización del fallo
en perjuicio del contribuyente, en casos éste haya obtenido un resultado favo-
rable que involucre la devolución de lo pagado en su momento a la Administra-
ción Tributaria.
En ese sentido, como hemos podido reseñar, el rol de dirección del Juez Tribu-
tario en el marco de un proceso contencioso-administrativo de plena jurisdic-
ción exige una intervención más activa en la conducción del proceso por parte
de éste, no sólo para exigir el cumplimiento de los parámetros formales sino
también para flexibilizarlos en la medida que bajo su criterio coadyuven a la
optimización del proceso y que éste cumpla la finalidad para la que ha sido es-
tructurado y configurado.
Por lo antes señalado, es factible afirmar que lo antes indicado va en línea con
la orientación marcada del sistema publicista que adoptó la LPCA, el cual con-
fiere estas facultades y rol al Juez Tributario, siendo que, aun cuando existan
artículos dentro de dicho cuerpo normativo que se orientan más hacia un sis-
tema privatístico, lo cual también se refleja en la práctica respecto a ciertos as-
pectos del proceso, es importante tener claro que en la materia tributaria por
ser de especial relevancia deben primar los principios que fundamentan al pro-
ceso contencioso-administrativo de cara a brindar el contribuyente las garantías
necesarias para ejercer su derecho de defensa de manera idónea, lo cual debe ir
aunado a una tutela judicial plena que considere y se oriente hacía una resolu-
ción de la controversia jurídico-tributaria de forma integral y constitucional.
3. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS47
FERRAJOLI, Luigi (1995) Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal. Editorial
Trotta. Madrid.
47
En orden de citado.
1
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Máster en Tributación y Política
Fiscal por la Universidad de Lima. Asociado Senior en el Estudio Rodrigo, Elías & Medrano
Abogados. Profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Científica del Sur.
1. INTRODUCCIÓN
2
Ver el artículo 75 del CT.
3
Ver el artículo 62 del CT y la Norma IV del Título Preliminar de dicha norma.
De esta manera, las acotaciones o las determinaciones parciales (esto es, aque-
llas que no fiscalizaban el íntegro del ejercicio o los aspectos del hecho imponi-
ble, sino determinadas operaciones o transacciones) fueron suprimidas de nues-
tro ordenamiento tributario. Esto se debió a que estas generaban una grave
inseguridad jurídica. Con dicha supresión, no existían dudas de que el acto de
determinación de la Administración Tributaria era único, integral y definitivo.
Ello fue reconocido expresamente por el Tribunal Fiscal con ocasión de la Reso-
lución Nº 4638-1-2005,7 emitida con calidad de jurisprudencia de observancia
obligatoria.
No obstante que mediante una determinación parcial el fisco puede revisar parte
4
El primero fue promulgado a través del Decreto Supremo Nº 263-H del 12 de agosto de 1966.
5
La Administración justificaba esta actuación en que revisaba operaciones, aspectos nuevos
o distintos a la primera determinación parcial.
6
Que no puede versar sobre los elementos revisados en una fiscalización parcial que origi-
nan la notificación de una resolución de determinación.
7
Dicha Resolución dispone lo siguiente: “Nuestro sistema tributario reconoce a la Administra-
ción la facultad de determinar la obligación tributaria del deudor tributario, pudiendo modifi-
car la realizada por éste, ya sea para establecer deuda o saldo a su favor, para lo cual debe
emitir y notificar una resolución de determinación por un tributo y período concretos, dentro de
un determinado período de tiempo, cual es el de prescripción, determinación que supone en la
actualidad y dada la eliminación de las acotaciones parciales, una acción única, integral y
definitiva, salvo los casos de excepción previstos en el artículo 108 del Código Tributario, por
lo que una vez efectuada ésta y plasmada en una resolución de determinación, culmina la
potestad de la Administración para determinar la deuda tributaria del contribuyente”.
8
Esta norma fue publicada el 5 de julio de 2012.
Por tanto, podemos colegir que todo acto de determinación efectuado por la
Administración tiene una garantía de intangibilidad a favor del contribuyente.
Por ende, no es posible que, a través de un nuevo acto de determinación u otro
acto administrativo, la Administración Tributaria vulnere dicho carácter y pre-
tenda “subsanar” los defectos o errores de fondo de su determinación inicial.11
9
Los aspectos revisados en una fiscalización parcial que originan la notificación de una re-
solución de determinación no pueden ser objeto de una nueva determinación, salvo en los
casos previstos en los numerales 1 y 2 del artículo 108.
10
Dicha Resolución dispone lo siguiente: “Que en virtud de los expuesto, de las acotaciones
que obran en el expediente se tiene que mediante Resolución Nº 01845-3-2009, se declararon
nulas las Resoluciones de Determinación (…), vinculadas con el Impuesto a la Renta del ejer-
cicio 1995 y el Impuesto General a las Ventas de enero de 1995 a diciembre de 1996, que a
su vez fueron resultado del procedimiento de fiscalización iniciado mediante Cartas Nº
0514.I5.0000 y 0043-97-I5-0000, por lo que conforme con el criterio antes citado, la Admi-
nistración debió continuar con el trámite de la fiscalización iniciada mediante las referidas
Cartas Nº 0514.I5.0000 y 0043-97-I5-0000, y no iniciar un nuevo procedimiento de fiscaliza-
ción como indebidamente hizo”.
11
Esto, como ya hemos señalado, es consecuencia del respectivo procedimiento de fiscaliza-
ción en el cual el fisco está en el deber de probar y sustentar su acotación para quebrantar
el principio de presunción de veracidad que tiene la determinación original efectuada por
el contribuyente.
12
En el caso de la fiscalización definitiva la resolución de determinación abarca el íntegro del
tributo y/o período materia de fiscalización, mientras que en el caso de la fiscalización
parcial se limita al aspecto o elemento de la obligación tributaria materia de fiscalización.
13
“Artículo 108º.- REVOCACIÓN, MODIFICACIÓN, SUSTITUCIÓN O COMPLEMENTA-
CIÓN DE LOS ACTOS DESPUÉS DE LA NOTIFICACIÓN
Después de la notificación, la Administración Tributaria sólo podrá revocar, modificar, susti-
tuir o complementar sus actos en los siguientes casos:
1. Cuando se detecten los hechos contemplados en el numeral 1 del artículo 178, así como
los casos de connivencia entre el personal de la Administración Tributaria y el deudor
tributario;
2. Cuando la Administración detecte que se han presentado circunstancias posteriores a su
emisión que demuestran su improcedencia o cuando se trate de errores materiales, tales
como los de redacción o cálculo.
3. Cuando la SUNAT como resultado de un posterior procedimiento de fiscalización de un
mismo tributo y período tributario establezca una menor obligación tributaria. En este
caso, los reparos que consten en la resolución de determinación emitida en el procedi-
miento de fiscalización parcial anterior serán considerados en la posterior resolución que
se notifique.
La Administración Tributaria señalará los casos en que existan circunstancias posteriores a
la emisión de sus actos, así como errores materiales, y dictará el procedimiento para revocar,
modificar, sustituir o complementar sus actos, según corresponda.
Tratándose de la SUNAT, la revocación, modificación, sustitución o complementación será
declarada por la misma área que emitió el acto que se modifica, con excepción del caso de
connivencia a que se refiere el numeral 1 del presente artículo, supuesto en el cual la declara-
ción será expedida por el superior jerárquico del área emisora del acto”.
14
Dicha Resolución disponía lo siguiente:
“Que, al respecto, el numeral 3 del artículo 108 del Texto Único Ordenado del Código Tribu-
tario aprobado por Decreto Supremo Nº 135-99-EF, señala que después de la notificación, la
Administración Tributaria sólo podrá revocar, modificar, sustituir o complementar sus actos,
cuando detecte que se han presentado circunstancias posteriores a su emisión que demuestran
su improcedencia o cuando se trate de errores materiales, tales como los de redacción o
cálculo.
Que es del caso señalar que de acuerdo a doctrina la revocación de los actos administrativos
por causal sobreviniente es la facultad que tiene la Administración para revocar sus actos –ya
sea mediante la sustitución, modificación o complementación– cuando aprecie la desapari-
ción o el cambio de los hechos tomados en cuenta al momento de emitir el acto administrativo
que hace incompatible el objeto del acto administrativo con las circunstancias surgidas con
posterioridad a su emisión, estas últimas que escapan al ámbito de control de la Administra-
ción al momento en que emitió el acto”.
15
“Artículo 127º. – FACULTAD DE REEXAMEN
El órgano encargado de resolver está facultado para hacer un nuevo examen completo de los
aspectos del asunto controvertido, hayan sido o no planteados por los interesados, llevando
a efecto cuando sea pertinente nuevas comprobaciones.
Mediante la facultad de reexamen el órgano encargado de resolver sólo puede modificar los
reparos efectuados en la etapa de fiscalización o verificación que hayan sido impugnados,
para incrementar sus montos o para disminuirlos.
En caso de incrementar el monto del reparo o reparos impugnados, el órgano encargado de
resolver la reclamación comunicará el incremento al impugnante a fin que formule sus alega-
tos dentro de los veinte (20) días hábiles siguientes. A partir del día en que se formuló los
alegatos el deudor tributario tendrá un plazo de treinta (30) días hábiles para ofrecer y actuar
los medios probatorios que considere pertinentes, debiendo la Administración Tributaria re-
solver el reclamo en un plazo no mayor de nueve (9) meses contados a partir de la fecha de
presentación de la reclamación.
El texto del artículo 127 del CT, aprobado por el derogado Decreto Legislativo
Nº 816, regulaba la facultad de reexamen, a través de único párrafo que señalaba
que:
Por ello, mediante el Decreto Legislativo Nº 981, se incorporaron cuatro (4) pá-
rrafos al citado artículo 127,17 los cuales constituyen la regulación actual de la
Una interpretación literal del segundo párrafo del artículo 127 del CT nos per-
mite concluir que el legislador pretendía impedir que el órgano encargado de
resolver, en ejercicio de su facultad de reexamen, efectúe una determinación
suplementaria que modifique la motivación o el sustento reparo o, de ser el
caso, incorpore reparos distintos a los efectuados en la etapa de fiscalización.
Ello debido a que el indebido ejercicio de la facultad de reexamen atentaría con-
tra el carácter único, integral y definitivo del acto de determinación tributaria y
significaría una grave vulneración del derecho de defensa, como garantía del de-
bido procedimiento administrativo.19
18
En el tercer párrafo incorporado se dispone que “En caso de incrementar el monto del reparo
o reparos impugnados, el órgano encargado de resolver la reclamación comunicará el incre-
mento al impugnante a fin de que formule sus alegatos dentro de los veinte (20) días hábiles
siguientes. A partir del día en que se formuló los alegatos el deudor tributario tendrá un plazo
de treinta (30) días hábiles para ofrecer y actuar los medios probatorios que considere perti-
nentes, debiendo la Administración Tributaria resolver el reclamo en un plazo no mayor de
nueve (9) meses contados a partir de la fecha de presentación de la reclamación”.
Asimismo, en el cuarto párrafo se señala que “Por medio del reexamen no pueden imponerse
nuevas sanciones” y, finalmente, en el último párrafo se establece que “Contra la resolución
que resuelve el recurso de reclamación incrementando el monto de los reparos impugnado sólo
cabe interponer el recurso de apelación”.
19
Una revisión de la propia Exposición de Motivos del Decreto Legislativo Nº 981 nos per-
mite confirmar que los alcances de la facultad de reexamen fueron limitados para que el
órgano encargado de resolver la reclamación únicamente pueda incrementar el reparo im-
pugnado, sin encontrarse facultado a modificar los fundamentos del reparo.
Lo expuesto se condice con el texto expreso del segundo párrafo del artículo
127 del CT, el cual se refiere a que el reexamen alcanza los reparos reclamados
por el contribuyente al señalar expresamente que: “el órgano encargado de resol-
ver sólo puede modificar los reparos efectuados en la etapa de fiscalización o veri-
ficación que hayan sido impugnados para incrementar sus montos o disminuirlos”.
ii) en cuanto a lo que puede ser objeto del reexamen, se advierte que esta
se circunscribe únicamente a los aspectos del reparo que fueron materia
del recurso reclamación; de modo que la Administración Tributaria, ac-
Por tanto, el órgano revisor solo puede ejercer la facultad de reexamen respecto
de un reparo que es objeto de un recurso de reclamación.
El tercer y último párrafo del artículo 127 del CT disponen que la competencia
para ejercer la facultad de reexamen recae únicamente en la Administración Tri-
butaria al momento de resolver el recurso de reclamación.
De la misma manera, el último párrafo del mencionado artículo, indica que con-
tra la resolución que incremente el monto de los reparos, únicamente cabe in-
terponer recurso de apelación, sin permitirle al Tribunal Fiscal que haga uso de
la facultad de reexamen.
adquirió un activo compuesto por cuentas por cobrar por intermedio de un ter-
cero a través de dos transferencias sucesivas (la primera en el marco de una
cesión de derechos y la segunda a través de una reorganización simple).
Dicha situación implicó que el Tribunal Fiscal cambe el fundamento jurídico uti-
lizado por SUNAT y lo reemplace por otro, pese a que el Colegiado carece de
competencia para cambiar los fundamentos jurídicos y de hecho expuestos por
SUNAT en fiscalización, dado que ninguna norma tributaria le ha atribuido tal
competencia, por lo que es nulo el acto administrativo que cambia el funda-
mento jurídico y, o, de hecho expuesto por SUNAT en la resolución de deter-
minación e, inclusive, en la resolución apelada.
20
Entre estas condiciones, identificamos las modificaciones incorporadas a la regulación de
los principios del procedimiento administrativo sancionador y los principios de la potestad
sancionadora recogidos en el artículo 248 de la LPAG.
21
Al respecto, es importante tener en cuenta que el Tribunal Constitucional en la sentencia
recaída en el expediente 1893-2009-PA/TC, ha definido a las normas autoaplicativas en
los siguientes términos: “Las normas autoaplicativas pueden ser definidas como aquellas
normas que llevan incorporadas en sí mismas un acto de aplicación, de modo tal que la po-
sible afectación al derecho se produce con la sola entrada en vigencia de la norma, puesta
Conviene aclarar que el plazo de sesenta (60) días hábiles, prevista en la primera
disposición complementaria y final del referido decreto legislativo, concedido a
las entidades de la Administración para que adecuen sus procedimientos espe-
ciales al nuevo texto de la LPAG, no impidió que la modificación al ámbito de
aplicación, contenido en el artículo II antes sumillado, entre en vigencia de ma-
nera inmediata.
De esta manera, desde nuestro punto de vista, todas las disposiciones del CT
que establecían condiciones “menos favorables” que las recogidas en la LPAG
quedaron automáticamente derogadas el 22 de diciembre de 2016, con ocasión
de la publicación del Decreto Legislativo Nº 1272.
ésta produce efectos jurídicos inmediatos en la esfera jurídica de los sujetos de derechos. Es
decir, que este tipo de normas con su sola entrada en vigor crean situaciones jurídicas concre-
tas no siendo necesario actos posteriores y concretos para que su aplicación genere efectos”.
3.4.4. El análisis de los posibles efectos del Decreto Legislativo Nº 1311 con
relación a las modificaciones establecidas por el Decreto Legislativo
Nº 1272
22
La Cuarta Disposición Complementaria Final del Decreto Legislativo Nº 1311 señaló lo
siguiente:
“CUARTA.- Aplicación del Decreto Legislativo Nº 1272, que modifica la Ley Nº 27444, Ley
del Procedimiento Administrativo General y deroga la Ley Nº 29060, Ley del silencio adminis-
trativo.
Durante el plazo de sesenta (60) días a que se refiere la Primera Disposición Complementaria
Transitoria del Decreto Legislativo Nº 1272 que modifica la Ley Nº 27444, Ley de Procedi-
miento Administrativo General y deroga la Ley Nº 29060, Ley del silencio administrativo, no
serán aplicables las disposiciones del mencionado Decreto Legislativo a los procedimientos
especiales, incluidos los tributarios”.
Por otro lado, la Quinta Disposición Complementaria Transitoria del Decreto Legislativo
Nº 1311, dispuso lo siguiente:
“QUINTA.- Aplicación supletoria de la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo
General modificada por el Decreto Legislativo Nº 1272. Los procedimientos especiales segui-
dos ante la SUNAT, el Tribunal Fiscal y otras Administraciones Tributaria, se rigen supleto-
riamente por la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, modificada por
el Decreto Legislativo Nº 1272; no siéndoles aplicable lo previsto en los numerales 1 y 2 del
artículo II del Título Preliminar de dicha Ley. La SUNAT, el Tribunal Fiscal y otras Adminis-
traciones Tributarias se sujetarán a los principios de la potestad sancionadora previstos en
los artículo168 y 171 del Código Tributario, no siéndoles de aplicación lo dispuesto en el
artículo 230 de la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General según lo dis-
puesto por la modificatoria del Decreto Legislativo Nº 1272”.
régimen anterior.
Por tanto, consideramos que, en materia tributaria, deben regir las garantías y
los principios del derecho administrativo sancionador reconocidos en el texto
de la LPAG vigente. En ese sentido, cualquier disposición regulada en el marco
de un procedimiento especial contraria a dicha garantía común a todos los pro-
cedimientos administrativos, como lo son la cuarta y la quinta disposición com-
plementaria transitoria del Decreto Legislativo Nº 1311, debería entenderse de-
rogada con ocasión de la promulgación del Decreto Legislativo Nº 1272.
se cumple el tipo establecido en el numeral 1 del artículo 178 del CT–, lo cual
agrava la situación del administrado contribuyente.
los “cambios” de un reparo, entre los cuales, destacan: (i) la sustitución total
de fundamento del reparo; (ii) la adición parcial de fundamentos al reparo; y, (iii)
la formulación de un nuevo reparo.
23
El artículo 77 del CT equipara el concepto reparo al de “observación”, al detallar los requi-
sitos de una resolución de determinación y de multa.
Sin perjuicio de que el texto del artículo 127 del CT únicamente permite modi-
ficar la cuantía del reparo, consideramos que dicha prerrogativa es incorrecta,
dado que atenta contra la imposibilidad de una reformatio in peius en los térmi-
nos establecidos en el texto de la LPAG vigente, la cual constituye una garantía
mínima para todos los procedimientos, incluyendo los tributarios. Asimismo,
dado que dicha “prerrogativa” únicamente se encuentra referida a la cuantía, la
misma no alcanza al elemento y sustento del reparo, por lo que cualquier mo-
dificación total o parcial a dichos elementos implica una transgresión a los al-
cances de la facultad de reexamen.
Si bien las resoluciones mencionadas no exponen las razones por las cuales se
dejan sin efecto los actos de determinación, consideramos que el proceder del
Tribunal Fiscal, en dichos fallos, se sustenta en el hecho que la Administración
Tributaria descartó el sustento original del reparo sustituyéndolo por un nuevo
sustento que finalmente también debe ser declarado nulo por vulnerar el carác-
ter único, integral y definitivo de la determinación tributaria.
Por tanto, consideramos que no existe espacio para que el Tribunal Fiscal, en
aplicación del artículo 150 del CT y en base al sustento original del reparo,24
confirme la legalidad de una resolución que incorporó un nuevo fundamento en
24
Dispositivo que en su último párrafo establece lo siguiente: “Cuando el Tribunal Fiscal
constate la existencia de vicios de nulidad, además de la declaración de nulidad debe pro-
nunciarse sobre el fondo del asunto, de contarse con los elementos suficiente para ello, salva-
guardando los derechos de los administrados. Cuando no sea posible pronunciarse sobre el
fondo del asunto, se dispone la reposición del procedimiento al momento en que se produjo el
vicio de nulidad”.
Este supuesto acontece en aquellos casos en los que sin alterar sus elementos
y, o, sustento original, se adicionan nuevos argumentos que complementan la
posición de la Administración Tributaria formulada en el acto de determinación,
con el propósito de robustecerla, al momento de resolver la reclamación.
De esta manera, sin anular el sustento original del reparo, el órgano resolutor
de la reclamación adiciona uno nuevo para sustentar dicho reparo, pese a que
el artículo 127 del CT no le otorga dicha prerrogativa, dado que la etapa de re-
clamación no contempla la posibilidad de que se realice una determinación com-
plementaria de la obligación tributaria.
25
El cual establece que la nulidad parcial del acto administrativo no alcanza a otras partes
del acto que resulten independientes a la parte nula, salvo que sea su consecuencia o se
encuentren vinculados ni impide la producción de efectos para los cuales no obstante el
acto puede ser idóneo, salvo disposición legal en contrario.
26
Constituido por el reparo originalmente formulado sobre el cual se podía ejercer la facultad
de reexamen atendiendo a los límites previstos en el artículo 127 del CT.
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
6. BIBLIOGRAFÍA
HERNÁNDEZ, Luis
2009 “Determinación única, integral y definitiva y determinación parcial”. En:
Derecho & Sociedad, 33, 15-28.
2013 “La facultad de reexamen”. En: Revista del Instituto Peruano de Derecho
Tributario. Dedicada a las XII Jornadas Nacionales de Derecho Tributario,
56, 137-160.
TALLEDO, César (2005) Manual del Código Tributario. Tomo II. Editorial
Economía y Finanzas.
CONTENIDO: 1.- Introducción. 2.- Nociones generales sobre la prueba. 3.- El tra-
tamiento del plazo probatorio: 3.1.- Reglas de Admisibilidad. 3.2.- Pago o presen-
tación de carta fianza para admisión de pruebas extemporáneas.- 3.3. Monto a
pagar o garantizar.- 4. Casos Especiales.- 4.1. El término probatorio y los casos en
que se presentan las pruebas con posterioridad al plazo establecido en los procedi-
mientos de Duda Razonable en materia aduanera.- 4.2. La carga de la prueba en
los procedimientos de Duda Razonable en materia aduanera.- 5.- Conclusiones y
recomendaciones. 6.- Referencias bibliográficas.
1
Abogado por la Universidad Nacional Federico Villareal. Especialista en Derecho Aduanero
de la U.E. por la Universidad de Valencia. Agente de Aduanas por el Instituto de Admi-
nistración Tributaria y Aduanera - SUNAT. Especialista en Tributación por la Universidad
de Lima. Especialista en Derecho Tributario Internacional por la Universidad Austral de
Argentina. Profesor del Curso de Especialización Avanzada en Derecho Tributario de la
Pontificia Universidad Católica del Perú.
1. INTRODUCCIÓN
En ese mismo sentido, se plantea cómo garantizar el principio del debido pro-
cedimiento en el procedimiento contencioso tributario con relación a la obten-
ción y actuación de medios probatorios.
2
RODRÍGUEZ-BEREIJO LEÓN, María. La Prueba en Derecho Tributario: formación y precons-
titución de la prueba en derecho tributario. Navarra, Cizur Menor: Thomson Aranzadi, 2007.
Pág. 21.
3
Ibidem.
En esa misma línea, otro problema a evitar, cuando se perfecciona una legisla-
ción, es uno de orden ideológico. Así debemos evaluar si lo mejor es tomar un
modelo declarativo fundado en preclusiones para las partes (rígidas y prematu-
ras o que no tengan estas características) y en la concesión de amplios poderes
para el juzgador, analizar sus repercusiones sobre las situaciones sustanciales
de las partes y, especialmente, sobre la calidad de la cognición del órgano reso-
lutor.5
Noción de prueba
Una definición de prueba que podemos tener en cuenta, es aquella que nos
plantea que son “medios idóneos para acceder al conocimiento de los hechos que
conforman el objeto de la controversia, permitiendo al juzgador reconstruir los
acontecimientos del pasado involucrados en el caso y, a partir de allí, intentar
acercarse lo más posible a la verdad para adoptar una decisión justa y equitativa
en relación con los actos u omisiones cuestionados”.8
4
ARIANO DEHO, Eugenia. Hacia un proceso civil flexible - Crítica a las preclusiones rígidas
del Código Procesal Civil Peruano de 1993. Lima, Ara Editores E.I.R.L., 2013. Pág. 15.
5
Ibidem. El análisis que realiza ARIANO se centra en el Código Procesal Civil peruano.
6
COSIO JARA, Edgar Fernando. Comentarios a la Ley General de Aduanas Decreto Legislativo
1053. Lima, Jurista Editores E.I.R.L., 2012. Pág. 983.
7
GORDILLO, Agustín. Tratado de Derecho Administrativo. Buenos Aires, 1975, t. II Pág.
XVII-2; B. FIORINI, Derecho Administrativo. Buenos Aires, 1976, t. II. Pág. 398. Ambos
citados por MARTIN, José María y otro. Derecho Tributario Procesal. Buenos Aires, Edi-
ciones Depalma, 1987. Pág. 4.
8
SUMCHESKI, Ana Lidia. “La prueba en el procedimiento aduanero”. En: Derecho Aduanero.
Tomo II. German Pardo Carrero, director; Santiago Ibáñez Marsilla, codirector; Felipe Mo-
reno Yebra, codirector. Págs. 616-617. Universidad del Rosario; Tirant lo Blanch (2019).
(i) algo finalizado, que sirve para demostrar la verdad de un hecho (enun-
ciado); (ii) la actividad desarrollada por las partes para llevar al juzga-
dor al convencimiento de la veracidad de sus afirmaciones (enunciación);
(iii) el instrumento empleado para constituir el hecho probado en el pro-
ceso (enunciación - enunciada); o (iv) el efecto de tales elementos de con-
vicción del juzgador.
Dimensiones
En ese sentido, el derecho a probar tiene varias dimensiones que debemos tener
en cuenta:10
Este contenido del derecho a la prueba tiene limitaciones en función a los prin-
cipios procesales que rigen el tema probatorio (principios de preclusión, perti-
nencia, etc.), y el encargado de aplicarlos es el órgano resolutor.12
9
TOMÉ, Fabiana del Padre. La prueba en el Derecho Tributario. Segunda Edición en Español.
Traducida por Juan Carlos Panez Solórzano. Lima, Editorial y Librería Jurídica Grijley
E.I.R.L., 2012. Pág. 368.
10
CAS. EXP. 1747-2009 Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de la República citada
por CHAU QUISPE, Lourdes y GARAY MALPARTIDA, Gustavo. “Análisis de las reglas de
preclusión del derecho a la prueba en el procedimiento contencioso tributario”. En: Revista
del Instituto Peruano de Derecho Tributario. Nº 55. Dedicada a las XII Jornadas Nacionales
de Derecho Tributario. Lima: Instituto Peruana de Derecho Tributario, 2012. Pág. 210.
11
MORALES GODO, Juan. “Naturaleza constitucional del derecho a la prueba”. En: Proceso
y Constitución. Las Garantías del Justo Proceso. Ponencias del Tercer Seminario Internacio-
nal Proceso y Constitución. Giovanni Priori Posada (Coordinador). Págs. 264-265. Lima,
Palestra Editores S.A.C., 2013.
12
Ibidem. Pág. 266.
torio, los órganos resolutores deben preferir la admisión.13 Bajo esa misma ló-
gica, la no admisión de un medio probatorio debe ser debidamente fundamen-
tada, porque de lo contrario sería un acto arbitrario por parte del juzgador, y
podría estar colocando a la parte afectada en situación de indefensión.14
Este contenido supone que se actúen los medios probatorios admitidos en una
audiencia de prueba con la presencia del juzgador. Omitir o realizar una actua-
ción defectuosa de algún medio probatorio admitido, colocaría a la parte afec-
tada en situación de indefesión, afectándose su legítimo derecho de defensa.17
Este contenido del derecho a la prueba es esencial y sin él sería ilusorio el dere-
cho a la prueba, ya que de nada serviría haber tenido la oportunidad de ofrecer
los medios probatorios, que sean admitidos y actuados, sin que el juzgador va-
13
Ibidem.
14
PICO Y JUNOY, Joan. Las garantías constitucionales del proceso. Barcelona, Bosh Editores,
1997. Pág. 149 citado por MORALES GODO, Juan. Op. Cit.
15
MORALES GODO, Juan. Op. Cit. Pág. 267.
16
Ibidem.
17
Ibidem.
Principios
Asimismo, dentro del contenido del derecho a probar existen principios lógicos
del razonamiento que deben ser observados por los órganos encargados de re-
solver, siendo tales: el Principio de Contradicción, “dos juicios contradictorios
no pueden ser al mismo tiempo verdaderos”, es decir no se puede negar y afir-
mar a la vez la existencia de un hecho; Principio de Tercero Excluido, “entre dos
cosas contradictorias no cabe término medio”; Principio de Identidad, en el sen-
tido de que “la valoración de los medios probatorios deben de guardar identidad
con los hechos”; y, Principio de Razón Suficiente, en cuanto a que debe de existir
motivación que explique la decisión adoptada o bien, que se hubiese dejado de
valorar alguno de los medios probatorios esenciales ofrecidos y actuados en el
proceso o que se hubiesen valorado deficientemente los mismos tergiversando
su real naturaleza.20
18
TARUFFO, Michele citado por PICO I YUNOY, Joan. El Derecho a la prueba en el Proceso
Civil. Barcelona, Bosh Editor, 1996. Pág. 26 y MORALES GODO, Juan. Op. Cit. Pág. 268.
19
RIVERA MORALES, Rodrigo. La prueba: Un análisis racional y práctico. Madrid, Marcial
Pons Ediciones Jurídicas y Sociales S.A., 2011. Pág. 162.
20
CAS. EXP. 1747-2009. Considerando Sexto. Págs. 7 y 8.
Concordantemente, el artículo 189 del Modelo del Código Tributario del CIAT
establece algunas reglas generales relativas a las pruebas en los recursos, dispo-
niendo en su numeral 1, un plazo (a definir por cada legislación) para ofrecer y
actuar pruebas, buscando ordenar el procedimiento y evitar la presentación de
pruebas a lo largo del procedimiento, con los consiguientes retrasos innecesa-
rios y contraproducentes para una resolución de la controversia.22
En ese sentido, para mejor resolver, el órgano encargado podrá en cualquier es-
tado del procedimiento, ordenar de oficio las pruebas que juzgue necesarias y
solicitar los informes necesarios para el mejor esclarecimiento de la cuestión a
resolver (artículo 126 del Código Tributario).25
De igual manera, cabe señalar que, al interponer apelación ante el Tribunal Fis-
cal, el contribuyente no podrá discutir aspectos que no impugnó al reclamar, y
como consecuencia de ello, tampoco podrá ofrecer, actuar y demandar que se
valoren nuevas pruebas vinculadas a este aspecto, a no ser que, no figurando
en la Orden de Pago o Resolución de la Administración Tributaria, hubieran sido
incorporados por ésta al resolver la reclamación.26
21
CHAU QUISPE, Lourdes y GARAY MALPARTIDA, Gustavo. Op. Cit. Pág. 202.
22
TORREALBA NAVAS, Adrián. Derecho Tributario Iberoamericano. A la luz de la versión
2015 del Modelo del Código Tributario del CIAT. Bogotá, Helena Castaño Iriarte – Editor,
Instituto Colombiano de Derecho Tributario, 2017. Pág. 1023.
23
Ibidem.
24
CHAU QUISPE, Lourdes y GARAY MALPARTIDA, Gustavo. Op. Cit. Pág. 219.
25
Ibidem.
26
Ibidem.
Tal como se puede apreciar, con el fin de reducir la duración de los procesos,
podría postularse la posibilidad de introducir una regla expresa con el fin de
favorecer la admisión de pruebas, incluso más allá de los límites temporales,
cuando en aplicación de los principios como, por ejemplo, el Principio de Razón
Suficiente, se hace necesario valorar alguno de los medios probatorios esenciales
ofrecidos y actuados en el proceso.27
De igual forma, y con el fin de favorecer una mejor regulación de los medios
probatorios en el procedimiento contencioso administrativo tributario, podría
postularse el establecimiento de reglas con el fin de garantizar las siguientes
dimensiones del derecho a probar:
27
CAS. EXP. 1747-2009. Considerando Noveno. Págs. 9 y 10.
28
CHAU QUISPE, Lourdes y GARAY MALPARTIDA, Gustavo. Op. Cit. Pág. 219.
29
La regla fue introducida en el artículo 122 del Código Tributario de la siguiente manera:
“Artículo 122.- (…) No se admitirá como prueba la que, habiendo sido requerida por la
Administración durante el proceso de fiscalización, no hubiera sido presentada, salvo que el
contribuyente pruebe que la omisión no se debió a causa imputable a él o pague la totalidad
del monto impugnado. El requerimiento de la Administración deberá ser formulado por es-
crito, otorgando un plazo para la presentación de la prueba requerida, la que deberá ser en-
tregada por el contribuyente bajo cargo”. El texto puede ser revisado en <https://spij.
minjus.gob.pe/spij-ext-web/detallenorma/H651698>. (Consulta 16 de agosto de 2022).
30
FUENTES ACURIO, Sandro. Los recursos procedimentales tributarios y otros recursos ad-
ministrativos. Diálogo con la Jurisprudencia. Primera Edición. Lima, Gaceta Jurídica S.A.,
2010. Pág. 35
Ahora bien, con el fin de garantizar el debido proceso, podría evaluarse la posi-
bilidad que dentro de las otras garantías que la Administración Tributaria puede
establecer por resolución de superintendencia, se considere algunas de las ga-
rantías aduaneras33 aceptadas en los procesos aduaneros desde hace varios
años, con la misma eficacia de una Carta Fianza, pero con un menor costo fi-
nanciero, como es el caso de la Poliza de Caución.34
31
FUENTES ACURIO, Sandro. Op. Cit. Págs. 35-36.
32
FUENTES ACURIO, Sandro. Op. Cit. Pág. 36.
33
Reglamento de la Ley General de Aduanas, Decreto Supremo Nº 010-2009-EF.
“Artículo 211º. Modalidades de garantía.
Constituyen modalidades de garantía las siguientes:
a) Fianza; b) Nota de crédito negociable; c) Póliza de caución; d) Warrant; e) Certificado
bancario;
f) Pagaré; g) Garantía mobiliaria; h) Hipoteca; i) Garantía en efectivo; j) Garantía nominal;
La Administración Aduanera puede establecer medios electrónicos para aceptar, controlar y
ejecutar estas garantías”.
34
De acuerdo con el artículo 212 del Reglamento de la Ley General de Aduanas, las pólizas
de caución deberán ser emitidas por entidades garantes supervisadas por la Superinten-
dencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones.
Claro está que la exigencia referida a la cancelación del monto vinculado con las
pruebas extemporáneas o la presentación de cartas fianzas o garantías, según
corresponda, o que el deudor tributario pruebe que la omisión no se generó por
su causa, no es aplicable cuando no se ha determinado importe a pagar en el
acto administrativo impugnado.36
Ahora bien, con el fin de coadyuvar a garantizar el debido proceso, podría eva-
luarse la posibilidad que cuando se presente una carta fianza bancaria o finan-
ciera por el monto de la deuda, actualizado hasta el plazo de resolución, en caso
de que la controversia no sea resuelta en el plazo legal previsto, el monto de la
deuda sea actualizada, una vez vencido el citado plazo, considerando el índice
de precios del consumidor.
4. CASOS ESPECIALES
35
TALLEDO MAZÚ, César. Manual del Código Tributario. Tomo II. Lima, Editorial Economía
y Finanzas. Pág. 150.10. conforme a lo señalado en la exposición de motivos del Decreto
Legislativo 953. En ese mismo sentido, la Resolución del Tribunal Fiscal Nº 330-2-2000
citada por FUENTES ACURIO. Op. Cit. Pág. 37.
36
Ibidem. Pág. 150.12
tivo el desembolso total por las mercancías, para presentar los respectivos do-
cumentos de pago.
Siendo este el caso, cabe preguntarse cómo debemos interpretar esta disposi-
ción legal en concordancia con el resto del marco legal aplicable. Ciertamente,
la regla prevista en el artículo 141 del Código Tributario, tendría que emplearse39
si se presentan los supuestos para su aplicación, es decir, se presentan las prue-
bas en etapa de reclamación y se sustentan las razones de su presentación ex-
temporánea.
En estos casos, los documentos y demás pruebas presentadas fuera de los pla-
zos establecidos –y siempre que no se presentase cualquiera de los supuestos
para invocar el citado artículo 141– carecerán de mérito probatorio.
37
Resoluciones del Tribunal Fiscal Nºs 14694-A-2014, 15113-A-2014, 2183-A-2015,
2531-A-2015 y 0549-A-2016, entre otras.
38
Según el Decreto Supremo Nº 193-2020-EF.
39
En atención a lo dispuesto en el artículo 205 de la Ley General de Aduanas de Perú, según
el cual, el procedimiento contencioso, incluido el proceso contencioso administrativo, el
no contencioso y el de cobranza coactiva se rigen por lo establecido en el Código Tributa-
rio. En ese sentido, la regla prevista en el artículo 141 del Código Tributario se encuentra
prevista en el Libro III - Procedimientos Tributarios, Título III - Procedimiento Contencioso
Tributario, Capítulo II - Reclamación.
Como no podría ser de otra manera, todo aquel que invoca el acaecimiento de
algún hecho pasado tiene a su cargo la demostración de sus afirmaciones. Es lo
que se conoce como la carga de la prueba40 la que, en un proceso de determi-
nación de la base imponible de los derechos arancelarios, recae41 en principio,
en el importador, quien deberá probar que el Valor en Aduana, es el precio real-
mente pagado o por pagar por las mercancías importadas; sin perjuicio que, en
los métodos restantes, corresponda a la Administración Aduanera motivar sus
actos administrativos.42
Cabe mencionar que puede suceder que el valor declarado resultase inferior a
un indicador de precios contenido en un estudio de valor43 elaborado por la
Administración Aduanera para efectos de control. En dicho supuesto, que de
por sí es una situación extrema, debido a lo sensiblemente bajo del valor decla-
rado, según el segundo párrafo del artículo 11-A del citado Reglamento de Va-
loración OMC, para que el método del valor de transacción sea aplicado, además
de la presentación de los documentos comerciales, financieros y contables, co-
rresponderá que el importador proporcione una explicación complementaria, así
como documentos u otras pruebas que sustenten el valor declarado.
40
SUMCHESKI, Ana Lidia. Op. Cit. Pág. 617.
41
Artículo 18 de la Decisión 571 y Literal b) del artículo 1 del Reglamento de Valoración
OMC de Perú.
42
En ese sentido, ver, el numeral 2.5 de la Interpretación Prejudicial 370-IP-2016 del 16 de
julio de 2018, según el cual, corresponderá a la autoridad aduanera motivar las razones
que condujeron a aplicar un determinado método, así como los criterios y parámetros ob-
jetivos tomados en cuenta para su aplicación.
43
Cabe mencionar que, según el literal e) del artículo 1 del Reglamento de Valoración OMC
de Perú, los citados estudios de valor son basados, entre otros parámetros, en el costo de
la materia prima o en técnicas estadísticas que correspondan a información del mercado
internacional en un periodo determinado. Es decir, están orientados a verificar el valor de
mercancías que no llegan cubrir el costo de su fabricación y/o son sensiblemente bajos.
En ese sentido, el citado segundo párrafo del artículo 11-A del Reglamento de
Valoración OMC, debe ser aplicado en concordancia con el Acuerdo de Valor de
la OMC y sus normas reglamentarias, buscando en la mayor medida posible la
aplicación del primer método de valoración.
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Tras analizar los temas propuestos podemos proponer las siguientes conclusio-
nes y recomendaciones:
3. De igual forma, y con el fin de favorecer una mejor regulación de los medios
probatorios en el procedimiento contencioso administrativo tributario, po-
dría postularse el establecimiento de reglas con el fin de garantizar las si-
guientes dimensiones del derecho a probar:
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ARIANO DEHO, Eugenia (2013) Hacia un proceso civil flexible - Crítica a las
preclusiones rígidas del Código Procesal Civil Peruano de 1993. Lima, Ara Editores
E.I.R.L.
MARTIN, José María y otro. (1987) Derecho Tributario Procesal. Buenos Aires,
Ediciones Depalma.
TALLEDO MAZÚ, César (s/f) Manual del Código Tributario. Tomo II. Lima, Edi-
torial Economía y Finanzas.
RESUMEN: Los ciudadanos peruanos somos parte de una nación que se concibe
como un Estado de derecho constitucional y social. El Estado es una persona jurí-
dica de derecho público que necesita de recursos para sostener el gasto público. El
tributo es el recurso más importante para cumplir con dicho objetivo dentro de los
límites de la potestad tributaria y con arreglo al debido proceso para solucionar
las controversias que se suscitan en su cumplimiento.
1
Docente principal en derecho tributario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental y Universidad ESAN, Pre
y Posgrado de la USMP. Becario de investigación del Centro Interamericano de Adminis-
traciones Tributarias - CIAT, Instituto de Estudios Fiscales - IEF y de la Agencia Española
de Administración Tributaria - AEAT de España. Doctor en Derecho por la Pontificia Uni-
versidad Católica del Perú. Doctor en Política Fiscal y Sistema Tributario por la UNMSM.
Máster en Derecho Tributario por la Universidad de Barcelona, España. Máster en Derecho
Empresarial por la Universidad de Lima.
muchas veces después de diez años en promedio con lo cual ni el Estado gana,
porque cobra tarde, menos el contribuyente que siente al proceso como una perse-
cución y no como su derecho de defensa.
1. INTRODUCCIÓN
2. CUERPO DE LA PONENCIA
El debido proceso nace sustentado como principio y derecho dentro del marco
de un Estado Constitucional y Social de Derecho que se debe respetar incluso
cuando se utilizan mecanismos alternativos de resolución de conflictos, en su
doble carácter, esto es, sustantivo y procesal para garantizar su efectividad.
De otra parte, la jurisdicción es la facultad genérica que tienen todas las autori-
dades del Estado para administrar justicia en todos los órdenes. Competencia
es la limitación de la jurisdicción a ciertos y determinados funcionarios, de
● Por ende, el Tribunal Fiscal emite la resolución que agota la vía administra-
tiva y que es pasible de ser impugnada en la vía judicial por el contribuyente
o por las Administraciones Tributarias antes mencionadas mediante la pro-
curaduría correspondiente.
El ciclo del proceso tributario (Yacolca 2007, Pág. 36), se desarrolla en un ciclo
(accertamento) que en la vía gubernativa es de carácter declarativo de la obliga-
ción tributaria. En ese ciclo participa, en primer término, el documento inicial
emanado del contribuyente o declaración jurada, luego la liquidación o acto ad-
ministrativo tributario (Orden de Pago o Resoluciones de Determinación y de
Multa), el pago u otras formas de extinción de la obligación tributaria, y parale-
lamente el apercibimiento coactivo, los embargos y la ejecución forzada. El ciclo
del proceso tributario puede desarrollarse sin necesidad de una discusión del
gravamen por parte del contribuyente, en uso de los recursos legales. Cuando
se impugna la obligación tributaria declarada en la liquidación oficial u orden de
pago, dicha discusión forma parte del ciclo indicado. Si el contribuyente no
entabla acción contra el tributo u obligación tributaria principal y lo paga vo-
luntariamente o se extingue la obligación tributaria en sus otras formas, la etapa
del cobro coactivo no se presenta. De todas maneras, las etapas fundamentales
del ciclo del proceso tributario son la declaración jurada, la liquidación y el pago
del tributo. El procedimiento de cobranza coactiva es una etapa de dicho ciclo
que no implica la cancelación total o definitiva del impuesto si media reclama-
ción contra él, pues no siempre tiene carácter de finiquito, dicho ciclo sigue
hasta la etapa de apelación ante el Tribunal Fiscal o el superior jerárquico que
agota la vía administrativa. Asimismo, nos sobra señalar que en la parte de la
discusión del tributo se ha incluido el proceso contencioso administrativo, ha-
ciendo más completo el cuadro del desenvolvimiento del proceso tributario (Ra-
mírez 1967: Pág. 23). Por ende, cabe indicar que en el ciclo del proceso tribu-
tario existen varios procedimientos y procesos tributarios paralelos, como lo
determinado en los procedimientos no vinculados a la obligación tributaria y el
proceso penal tributario, entre otros, respetando incluso los plazos para las di-
versas impugnaciones.
A continuación, se presenta un esquema del parte del ciclo del proceso tributa-
rio, según la normativa peruana, en la cual se incluye las diversas etapas y flujos
por las que discurre el proceso, que tiene vital importancia por su calidad de
principio fundamental:
AUDITORIA TRIBUTARIA:
PUEDE DARSE
EN CUALQUIER TIEMPO LIQUIDACIÓN
VÍA TEMPORAL NO
PAGA EL TRIBUTO
DECLARADO
TIEMPO TIEMPO TIEMPO TIEMPO
FIN
DECLARACIÓN
JURADA DEL
DEUDOR
1129
INICIO
Daniel Irwin Yacolca Estares
Ponencia Individual
Del esquema se desprende que el ciclo del proceso tributario se origina desde el
nacimiento de la obligación tributaria y que genera obligaciones sustanciales
(pago del tributo) y formales (la determinación de la obligación tributaria por el
obligado o por la propia administración). Luego, si el contribuyente voluntaria-
mente extingue la obligación tributaria, no se genera un litigio. Caso contrario,
si el contribuyente no está de acuerdo con la naturaleza del tributo o con la
forma de su aplicación, se generaría un conflicto que se encauza dentro del pro-
ceso tributario, que se inicia con la utilización de los procedimientos adminis-
trativos en la vía administrativa hasta agotarlo. Posteriormente, el contribu-
yente, si aún no está de acuerdo con la última decisión administrativa que des-
estimó su apelación, puede recurrir a la vía judicial (en lo contencioso o consti-
tucional). Por parte de la Administración Tributaria tiene expedito el inicio de
procedimientos de apremio o coactivo o penal, siempre dentro del estricto cum-
plimiento de la Constitución y la Ley.
2.4. Normas del Código Tributario que se deben adecuar para incluir el
acuerdo conclusivo y el arbitraje
En tal virtud, se puede apreciar que en todo el ciclo del proceso tributario pe-
ruano no se tiene regulado los mecanismos alternativos de resolución de con-
flictos. En por lo que a continuación nos concentraremos en fundamentar la
necesidad de contar con estos mecanismos frente a la litigiosidad.
Los contribuyentes cada vez más someten sus controversias suscitadas en los
resultados de fiscalizaciones al proceso tributario. Es la causa imperante por la
cual la carga procesal viene creciendo ostensiblemente y, peor aún, es evidente
que las Administraciones Tributarias, el Tribunal Fiscal y el Poder Judicial solo
pueden resolver menos de la mitad del stock y con procesos que duran más de
diez años en promedio.
Los expedientes que más ingresan están relacionados a las controversias con la
SUNAT, que bordean desde 8,000 en diciembre de 2015 hasta 4,000 expedien-
tes en noviembre de 2020, frente a los demás entes como municipios, aduanas
y otros representa la mayor cantidad de expedientes, igualmente se analizará la
carga procesal en el Poder Judicial (Guevara 2022: Pág. 101).
Como se aprecia en los últimos años se están incrementando los casos y dadas
las estrategias con escasos recursos humanos será difícil seguir conteniendo su
avance. Pese a que el Tribunal Fiscal aumentó a once las Salas para resolver
controversias y se implementó la creación de los juzgados y salas especializadas
en materia tributaria en el Poder Judicial, sigue aumentado la carga procesal.
soles en los primeros 4 años. También, precisa que el presupuesto 2022 con el
proyecto de ley a más de 115,000 millones de soles. Los montos exigibles para
la cobranza coactiva y en controversia ascienden a 110,000 millones de soles.
Es decir, equivalente al presupuesto anual en cuanto a recursos ordinarios que
provienen de la recaudación tributaria (citado por Guevara 2022: Pág. 106).
Por tanto, según lo descrito antes, evidentemente en nuestro país solo existe la
posibilidad de resolver conflictos en la vía administrativa y en la vía judicial. No
existen otras formas de resolver conflictos como el arbitraje, la conciliación, la
transacción u otro similar.
Los contribuyentes y el Estado deben contar con un debido proceso que garan-
tice en el más breve plazo una justicia tributaria para resolver sus controversias.
Independientemente que sea mediante la intervención de los órganos resoluto-
res del Estado u otros mecanismos de resolución alternativa de conflictos como
es el arbitraje o acuerdos conclusivos.
Lo mismo que pasa en Perú sucede en países como España, así nos precisa Fran-
cisco Adame (2019), haciendo referencia a la publicación del Informe de la Co-
misión para el estudio y propuesta de medidas para la reforma de la Ley General
Tributaria, que había sido constituida un año antes. En la parte final de dicho
Informe se analizó con enorme acierto y por primera vez en un Informe oficial
la posibilidad de introducir en el ordenamiento, sistemas alternativos de reso-
lución de conflictos (diferentes de los judiciales), con especial referencia al arbi-
traje y a la conciliación judicial o ante los Tribunales Económico-Administrati-
vos. Veinte años después aún no se cuenta en España con ninguno de estos
mecanismos, lo que contrasta llamativamente con la situación en otros países
El artículo 139 de nuestra Constitución Política nos da la llave para sostener que
sí es posible incluir mecanismos alternativos como el arbitraje y que evidente-
mente se viene utilizando en el ámbito sectorial que se han suscrito contratos
ley o en la normativa sobre contrataciones con el Estado sin mayor dificultad.
Por otro lado, Guevara (2022, Pág. 53), nos hace referencia que la resolución de
conflictos mediante arbitraje complementa muy significativamente o resulta
equivalente a la justicia jurisdiccional. Por ello, esta forma de resolución de
conflictos resulta muy adecuada para reducir la carga procesal de casos cada vez
más complejos y especializados. En razón de ello resulta posible la aplicación
del arbitraje como forma de resolución de conflictos en diversas materias (labo-
ral, comercial, contractual, tributaria, etc.). En efecto, Ferrero (2013) da cuenta
que la aplicación del arbitraje en el Perú ha tenido un impacto positivo en los
últimos años, por la solución de conflictos más rápida y garantizando la impar-
cialidad de la solución de controversias con independencia e imparcialidad, de
esta manera, brinda múltiples ventajas, como celeridad, especialización de los
árbitros y libertad para determinar las reglas procesales, los plazos y el hecho
de desarrollarse en instancia única, solo susceptible de revisión por defectos de
forma, mediante un posterior control judicial (Págs. 258-261).
Por su parte, Guevara (2022: Págs. 88 y 89) sostiene que es posible incluir el
arbitraje nacional facultativo en materia tributaria, puesto que no se estaría dis-
Dentro de los países de América, México destaca con una regulación sobre
acuerdos conclusivos a la legislación fiscal que fue aprobada por la Cámara de
Diputados en sesión ordinaria del 15 de octubre y por la Cámara de Senadores
en sesión ordinaria del 22 de octubre, ambas del año 2014; se adiciona un Ca-
pítulo II, denominado “De los Acuerdos Conclusivos”, en el Título III del Código
Fiscal de la Federación (artículos 69-C a 69-H), que entró en vigor el 1 de enero
de 2014. Los Acuerdos Conclusivos tienen como finalidad que la autoridad y el
contribuyente lleguen a un acuerdo sobre hechos u omisiones detectados por
las autoridades dentro del procedimiento de comprobación, antes de la deter-
minación de un crédito fiscal. En este procedimiento, la Procuraduría de la De-
fensa del Contribuyente jugará un papel esencial, pues además de facilitar los
acuerdos, fungirá como órgano de vigilancia para que éstos se lleven a cabo con
transparencia y respeto a los derechos del contribuyente (Prodecom 2014: Pág.
6).
vado al fisco mexicano a recaudar 12,089 millones de pesos, al cierre del primer
cuatrimestre del año. Para ponerlo en perspectiva, esto es el 57% de los 21,107
millones de pesos aportados durante todo el 2021, reportó la Procuraduría de
la Defensa del Contribuyente. En tanto, en comparación anual, el monto del
2022 es mayor en 34.3% dado que en los cuatro primeros meses del 2021 el
monto registrado fue de 9,000 millones de pesos. En el mismo periodo del
2020, la cantidad fue de 3,200 millones de pesos. El ombudsman fiscal recono-
ció que la figura de acuerdos conclusivos, por tercer año consecutivo, rompió
récord en cuanto al monto pagado al fisco federal por los contribuyentes para
un primer cuatrimestre (El Economista 2022).
En el artículo 156 del Código Tributario Nacional brasileño aprobado por Ley Nº
5.172/1966, se extinguen el crédito tributario, entre otros mediante la transac-
ción. Se perfeccionó mediante Ley 13.988/2020, precisando entre otros aspec-
tos, las modalidades de transacción:
Art. 2 para los efectos de esta Ley, son modalidades de transacción las
siguientes:
I - por propuesta individual o por adhesión, en el cobro de créditos regis-
trados en la deuda activa de la Unión, de sus autarquías y fundaciones
públicas, o en el cobro de créditos que sean competencia del Ministerio
Público Federal;
II - por adhesión, en los demás casos de litigio tributario judicial o admi-
nistrativo; y
III - por adhesión, en litigios tributarios de menor cuantía.
Párrafo único. La operación por adhesión implica la aceptación por el
deudor de todas las condiciones establecidas en el anuncio público que la
propone.
3. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
<https://www.politicafiscal.es/equipo/francisco-adame-martinez/el-arbitraje-
tributario>.
<https://www.eleconomista.com.mx/economia/Acuerdos-conclusivos-
coadyuvan-al-fisco-con-12089-millones-de-pesos-al-cierre-del-primer-
cuatrimestre-20220503-0042.html>.
NOWAK, John y ROTUNDA, Ronald (1995) Constitutional law, St. Paul, Minn.,
Págs. 380-451. Vid. HART ELY, John, On constitutional ground, Princenton Uni-
versity Press, New Jersey, 1996 Págs. 311 y ss.
PALACIO, Lino (1973) Manuel de Derecho Procesal Civil. 4ta. Edición, Buenos
Aires, Págs. 57 y ss.
1
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Socio fundador de Zuzu-
naga, Assereto & Zegarra Abogados. Profesor de Derecho Tributario en la facultad de De-
recho de la PUCP.
1. INTRODUCCIÓN
Este análisis estará sustentado no solo en teoría jurídica sino también en algu-
nos casos reales emblemáticos que se han venido produciendo en nuestro país,
los cuales nos permiten demostrar como evidencia que aún no tenemos una
cultura jurídica de respeto hacia los precedentes con vocación normativa.
Finalmente, identificadas las causas y los efectos del problema objeto de estudio
(la contradicción en los fallos tributarios), propondremos algunas conclusiones
y recomendaciones que nos ayuden a mejorar nuestro sistema de justicia tribu-
taria para que constituya un verdadero instrumento de realización del principio
de seguridad jurídica y del derecho fundamental a la igualdad en la aplicación de
la ley tributaria, reconocidos implícita y expresamente en la Constitución Polí-
tica del Perú y para que se reduzca la litigiosidad en nuestro país.
Somos conscientes de que la solución al problema que plantean estas XVI Jor-
nadas Nacionales de Derecho Tributario es muy compleja y se enmarca no solo
desde la perspectiva legal sino también desde la perspectiva histórica (el rol de
la administración pública y su control jurídico por parte del poder judicial), la
perspectiva social (la legitimidad y valoración del rol de los jueces por parte de
los ciudadanos), la perspectiva política (la distribución de poderes y el modelo
de control constitucional concentrado y difuso al mismo tiempo) y la perspec-
tiva económica (la dependencia de recursos escasos respecto a otro poder del
Estado que resta autonomía a las decisiones judiciales y constitucionales), entre
otras. No obstante, esperamos sinceramente que estas ideas coadyuven a en-
tender que, si no tenemos un sistema de justicia tributaria que funcione, los
perjudicados somos todos.
2
Carnelutti señala que, ayudado por la discusión entre las partes, “el juez debe resolver las
dudas y decidir. Decidir quiere decir precisamente cortar por el medio. Por difícil que sea
encontrar el cuchillo que separa la razón de la sinrazón”. “La decisión es una declaración de
voluntad del Juez (…). El juez no solo juzga, sino que manda, expresa su opinión y quiere que
se acate”. La decisión puede ser positiva o negativa. Es positiva cuando expresa su opinión
sobre el litigio, es negativa, cuando juzga que no puede juzgar sobre él (es un tema de
procedibilidad). Señala así que “la decisión judicial en que se funde el juicio con el mandato
tiene valor de ley respecto del caso que constituye su objeto. Este valor se expresa con la
fórmula de la declaración de certeza: el juez declara cierta la regulación jurídica de aquel
caso”. “Al declarar la certeza de la existencia de una obligación o de un derecho, y también
al condenar a que se cumpla la obligación o se respete el derecho, el juez no agrega, sin em-
bargo, nada a lo anteriormente existente (…) Sin embargo, hay casos en que la decisión del
juez agrega, en cambio, algo a la situación jurídica tal como antes existía (…) En tal caso la
sentencia no constituye una pura y simple declaración de certeza, sino una declaración de
certeza constitutiva, por cuanto constituye un derecho que de lo contrario no existiría”. (El
subrayado es nuestro). CARNELUTTI, Francesco. Cómo se hace un proceso. Éxodo. Mé-
xico. 2020. Págs. 79-84.
tados por esta ciencia social y utilizados por los jueces –y otros operadores del
Derecho– para encontrar ese significado “correcto” por ser “cierto”. Así, los
jueces pueden limitarse al texto expreso de la norma (significado lingüístico en
base a las convenciones del lenguaje), a lo que el legislador quiso comunicar
directa, indirecta, expresa o implícitamente (significado de la ley, del sistema
jurídico, la voluntad del legislador, etc.), o incluso, algunos pueden preferir re-
currir a aquel significado que implícitamente asumen como correcto dentro de
la comunidad social que resuelve el conflicto (significado moral).
Ante esta disparidad de criterios para escoger, todos igualmente válidos, ¿cómo
podemos estar seguros de que la decisión de certeza de los jueces sobre el sig-
nificado jurídico de una norma tributaria es la decisión correcta? Si existe una
decisión correcta también existen decisiones incorrectas. ¿Cómo las escoge-
mos? ¿Cómo estamos seguros de que los jueces toman decisiones “correctas”
basadas en un criterio de justicia y no en otras consideraciones? ¿y cuál es ese
concepto de justicia que tienen los jueces y que deben aplicar al momento de
tomar una decisión en Derecho?
3
Frege, citado por Alexy, afirma que el pensamiento no pertenece ni al mundo exterior,
como mundo de las cosas perceptibles por los sentidos, el primer mundo, ni al mundo
interior como segundo mundo, que consiste en objetos psíquicos, por ejemplo, represen-
taciones, sino a un tercer mundo, de entes abstractos o ideales. Así, Alexy afirma que el
teorema de Pitágoras es atemporalmente verdadero, verdadero con independencia de que
alguien lo considere verdadero. No necesita portador. En base a ello –y a otras razones–
Alexy afirma que la existencia de los derechos humanos radica en su fundamentabilidad.
Solo la fundamentabilidad determina si son algo más que una ilusión. ALEXY, Robert.
¿Derechos humanos sin metafísica? La institucionalización de la justicia. Comares. Granada.
2016. Págs. 75-89.
El problema es que las reglas de la razón, el sentido común (el buen sentido,
como lo llamaba Descartes), se ve nublado y engañado muchas veces por nues-
tras creencias, impresiones, intuiciones, intenciones y sensaciones, problema
que fue estudiado inicialmente en la década de 1970 por el premio nobel de
economía Daniel Kahneman y Amos Tversky, el primero de los cuales denominó
“ilusiones cognitivas” a las ilusiones del pensamiento que influyen en nuestras
decisiones racionales.5 Estos sesgos cognitivos están tan presentes en nuestra
mente –y están mucho más estudiados hoy en día– que hasta los publicistas y
empresarios los utilizan y se aprovechan de ellos para “persuadir” y “lograr”
convencernos de que compremos productos que no necesitamos6 o convencer-
4
Para Pinker, las herramientas intelectuales del razonamiento certero son: la lógica, el pen-
samiento crítico, la probabilidad, la correlación y la causalidad, las maneras óptimas de
ajustar nuestras creencias y comprometernos con decisiones con pruebas inciertas y los
criterios para tomar decisiones racionales tanto en solitario como con otras personas. PIN-
KER, Steven. Racionalidad. Qué es, por qué escasea y cómo promoverla. Paidós. Bogotá.
2021. Pág. 15.
5
Para KAHNEMAN, la mente humana funciona como si existiesen dos sistemas diferentes.
Denomina Sistema 1 a aquel sistema de creencias que es intuitivo, emocional, una má-
quina de asociar ideas y que ha evolucionado con nuestra especie en base a nuestras ex-
periencias. Primero viene la conclusión y luego los argumentos. Es el que mejor construye
las historias, saltándose los huecos de información (evidencia limitada) y llega a conclu-
siones. Este sistema es el rápido. También denomina Sistema 2 a aquél que es más racio-
nal, estructurado y calculador, sigue reglas, compara objetos en varios de sus atributos y
cuya utilización demanda mucho esfuerzo consciente porque toma la información del Sis-
tema 1 y debe analizarla con más detenimiento. Este sistema es el lento. El Sistema 2 es
el que se activa cuando hay que resolver un conflicto (los psicólogos lo llaman: “control
ejecutivo”). KAHNEMAN explica su teoría detallando múltiples experimentos sociales que
vale la pena conocer. KAHNEMAN, Daniel. Pensar rápido, pensar despacio. DEBOLSILLO.
México. Tercera reimpresión. 2016. Págs. 33-131.
6
Shotton cita la experiencia del profesor de la Universidad de Leicester, Adrian North, quien
hizo un experimento que consistió en lo siguiente: “A lo largo de quince días, fue alternando
la música de fondo que sonaba en la sección de vinos de un supermercado entre polcas tradi-
cionales alemanas y música de acordeón francesa. Consultó entonces a los clientes que ha-
bían comprado vino francés o alemán. Cuando sonaba la música de acordeón, el vino francés
representaba un 77% de las ventas; cuando la banda sonora eran polcas tirolesas, el vino
nos de una idea que construyen en nuestras mentes utilizando nuestras propias
intuiciones.7 Los abogados también conocen estos sesgos y los utilizan.8
dica (reglas de la razón) y no en los sesgos cognitivos que nublan esta capacidad
de razonar. Cuando los jueces y tribunales no hacen este esfuerzo consciente,
surgen los fallos y precedentes contradictorios, los cuales evidentemente no
pueden ser declaraciones de certeza correctas porque no pueden existir dos de-
claraciones igualmente válidas y opuestas al mismo tiempo (principio de no
contradicción). Ante fallos y precedentes contradictorios, es evidente que uno
de ellos o todos, son incorrectos, surge así la “duda” de inmediato y con ella, se
mantiene la incertidumbre sobre la solución del conflicto: no hay iurisdictio, no
se “dijo Derecho”. Además, si una o las dos decisiones no son correctas, en-
tonces, tampoco se cumple con el criterio de justicia redistributiva que subyace
a los tributos consistente en distribuir equitativamente las cargas financieras
del Estado.10 En consecuencia, una declaración de certeza incorrecta siempre
incumple el rol social que el concepto de jurisdicción impone a los jueces y
siempre es injusta en sí misma. Sin justicia, no hay paz social.
De esta forma llegamos a nuestra idea de justicia tributaria como ideal a alcanzar
a través del rol social de los jueces. Para nosotros, la justicia tributaria consiste
en obtener una declaración de certeza temporal sobre la corrección de una
norma tributaria, basada en las reglas de la razón y ponderando con imparciali-
dad el interés propio de los contribuyentes y la función social de los tributos
consistente en la distribución equitativa de las cargas financieras del Estado.11
Por consiguiente, la existencia de fallos y precedentes contradictorios que ge-
neran incertidumbre, que se basan en sesgos cognitivos o que no utilizan la
ponderación de principios al analizar todos los puntos de vista con imparciali-
dad, vulnera directamente la justicia tributaria por definición y, con ella, la igual-
dad en el sostenimiento de las cargas públicas.
motivo alguno para ponerlo en duda”. DESCARTES, René. Discurso del método. Tecnos.
Madrid. Reimpresión de la Sexta Edición. 2012. Pág. 24.
10
Para Alexy, “La fórmula clásica según la cual la justicia consiste en dar a cada uno lo suyo:
suum cuique tribuere pone de manifiesto que el objeto de la justicia no es todo el ámbito de la
moral, sino sólo la parte que se ocupa de la distribución y compensación. Casos paradigmá-
ticos de la justicia redistributiva son la asistencia social y los impuestos. En el primer caso se
trata de la distribución de los bienes; en el segundo, de la de cargas”. (El subrayado es nues-
tro). ALEXY, Robert. Ob. Cit. Págs. 47-58.
11
Para PINKER, cuando combinamos el interés propio y la sociabilidad con la imparcialidad
–la intercambiabilidad de perspectivas– obtenemos el núcleo de la moralidad. Por ello
afirma que no es difícil fundamentar la moralidad en la razón, porque, en la vida real, los
razonadores deben ser corpóreos y comunitarios, lo cual significa que el interés propio y
la sociabilidad forman parte del paquete de la racionalidad. PINKER, Steven. Ob. Cit. Págs.
92-96.
12
Para PINKER, la potencia de la lógica dimana de las reglas de inferencia válida: pequeños
algoritmos que nos permiten saltar de premisas verdaderas a una conclusión verdadera.
Cita el “principio de explosión” también conocido como “a partir de una contradicción, se
sigue cualquier cosa”. PINKER, Steven. Ob. Cit. Págs. 107-110.
13
La prueba social es el segundo sesgo de los veinticinco que menciona Shotton y consiste
en influir en el pensamiento de los demás sobre la base de afirmar que “te interesa lo que
está ocurriendo porque a otras personas también les interesa”. Este sesgo fue advertido por
Si X > Y e Y > Z, ¿qué relación “debe tener” X respecto a Z?: Las posibles afir-
maciones son: (1) ¿X > Z?; (2) ¿X < Z?; o, (3) ¿X = Z? En todos los años de
profesor universitario, nunca he visto que un alumno me diga que es correcta la
afirmación 2 o 3. TODOS mis alumnos concluyen que la afirmación correcta es
la 1. Reto al lector a que haga su propia afirmación de corrección y diga cuál de
las 3 afirmaciones sería la “correcta” desde el punto de vista de las reglas de la
razón. ¿No es acaso la 1 también?
Si las reglas de la razón son tan fuertes, ¿por qué entonces existen fallos y cri-
terios contradictorios dentro de nuestro sistema jurídico tributario? Sostenemos
que existen fallos con criterios contradictorios porque en tales casos no existe
un esfuerzo consciente por parte de los jueces (o resolutores en general) para
emitir declaraciones de certeza temporales sobre la base de las reglas de la razón
y de la ponderación que se pronuncien, con imparcialidad, sobre la corrección
de las normas tributarias. Por el contrario, abundan fallos parcializados, con
errores de argumentación (falacias), con preconcepciones (en aspectos políti-
cos, económicos, sociales, por ejemplo, con conceptos de justicia diferentes),14
primera vez en 1935 por Muzafer Sherif, uno de los fundadores de la psicología social
moderna. Shotton pone a prueba este sesgo con el siguiente experimento: en un bar co-
locó un pequeño cartel que decía la porter era la cerveza ale más vendida de la semana.
Este ardid multiplicó las ventas por 2.5 con respecto a una semana promedio. Así, el autor
recomienda “Tu deber como publicista es crear la ilusión de popularidad”. SHOTTON, Ri-
chard. Ob. Cit. Melusina. 2022. Págs. 27-34. De la misma manera, mi afirmación sobre
que “todos mis alumnos pensaron igual” pretende crear en el lector esa misma “ilusión de
popularidad” respecto de mi argumento.
14
SANDEL, profesor de Harvard, señala que en “las sociedades democráticas la vida está llena
de desacuerdos acerca de lo que está bien o de lo que está mal, de la justicia y la injusticia.
Algunos están a favor del derecho a abortar y otros consideran que el aborto es un asesinato.
Algunos creen que es equitativo cobrar impuestos a los ricos para ayudar a los pobres, mien-
tras otros creen que es injusto obtener mediante un impuesto dinero de quienes se lo han ga-
nado con su esfuerzo”. Para razonar, SANDEL propone una metodología de reflexión moral.
Primero, tener una opinión o una convicción acerca de lo que debe hacerse. Segundo, debe
reflexionarse sobre la razón de ese convencimiento y buscar el principio en que se basa.
Tercero, si la aplicación del principio a la situación analizada es confusa, debe revisarse
nuestro juicio sobre lo que debe hacerse o el principio del que partimos (revisar los pasos
1 y 2). SANDEL, Michael. Justicia. ¿Hacemos lo que debemos? Penguin Random House.
Barcelona. Tercera edición, segunda reimpresión. 2018. Pág. 38 y 39. Si KAHNEMAN
analizase este procedimiento, seguramente diría que esta metodología propone utilizar el
Sistema 1 (el intuitivo y emocional), que precisamente es el problema de la existencia de
los fallos contradictorios, porque recomienda que primero venga la conclusión y luego
vengan los argumentos. Ese es un sesgo denominado “de confirmación”, muy común, que
no es racional y menos imparcial, pues tenemos una inclinación natural hacia nuestras
propias creencias y a la confirmación de las mismas. Por tanto, un fallo tributario que se
base en esta metodología propuesta por SANDEL sería un fallo sesgado y generaría, obvia-
mente, contradicciones injustas. Debido a la existencia de este sesgo de confirmación,
muchas empresas y abogados se dedican –en lugar de razonar sobre la corrección de la
norma aplicable– a conocer a los jueces que resolverán sus casos para saber “cómo pien-
san”, mucho antes de que se pronuncien sobre sus propios casos. Ese conocimiento es
“valorado” dentro del ámbito procesal.
15
Shotton denomina “efecto de primacía” para señalar que “el orden en el que recibimos la
información afecta a cómo la interpretamos”. Por otro lado, el “contexto mediático” significa
que “el contexto puede determinar de qué forma se interpretan los mensajes en los medios”.
SHOTTON, Richard. Ob. Cit. Melusina. 2022. Págs. 87 a 91 y 123 a 128. Como los
abogados conocen el efecto de primacía, se esfuerzan en contar una buena historia en la
demanda y muchos hasta escogen el orden en que describen los hechos y sus pruebas
para que coincidan con la historia. Es rol del Juez, poner los hechos como corresponden
y encontrar los huecos en la información que proponen las partes. El segundo sesgo es
más peligroso. Veamos un ejemplo. Cuando se filtra a los medios de prensa peruanos la
lista de las empresas que más “deben” impuestos en el país y esa lista se publica en reite-
radas ocasiones justo en la semana en que se hará el informe oral de un caso importante
y, además, se hace llegar esa lista a los jueces que deben resolver el caso. Definitivamente
lo que se busca es predisponer a éstos sobre la “maldad” del comportamiento de esas
empresas y lograr un fallo favorable. La información no se procesa de forma neutral. Los
indicios contextuales nos arrastran en un sentido u otro. Lamentablemente eso ocurrió
ante el Tribunal Constitucional peruano en el Expediente Nº 0004-2019-PI/TC (sobre pres-
cripción), donde la presidenta de entonces, Marianella Ledesma, dentro de la exposición
de su voto, inició diciendo: “Conforme al principio de igualdad en la aplicación de la
ley, las empresas grandes deben pagar sus impuestos, al igual que lo hacen todos los contri-
buyentes de nuestro país, sin ninguna distinción” en clara referencia a esa lista. No fue ne-
cesario entonces esperar su argumentación jurídica. El sesgo de contexto mediático quedó
establecido desde el inicio.
16
Esta caricatura es utilizada en el capítulo 3 por PINKER para explicar la lógica y el pensa-
miento crítico, como herramientas de la racionalidad. PINKER, Steven. Ob. Cit. Pág. 120.
Si todos los “homo sapiens” (homínido sabio) pensamos distinto como resul-
tado de nuestros dones naturales, conocimiento adquirido y experiencias vivi-
das ¿por qué vamos a exigir una única declaración de certeza temporal a los
jueces sobre la corrección de una norma tributaria?
17
Sobre el principio de seguridad jurídica es relevante la sentencia que resolvió el Expediente
Nº 0012-2003-PI/TC, donde citando al Expediente Nº 016-2002-AI/TC, el Tribunal consi-
deró que la seguridad jurídica es un principio consustancial al Estado constitucional de
derecho, implícitamente reconocido en la Constitución. Se trata de un valor superior con-
tenido en el espíritu garantista de la Carta Fundamental, que se proyecta hacia todo el
ordenamiento jurídico y busca asegurar al individuo una expectativa razonablemente fun-
dada respecto de cuál será la actuación de los poderes públicos y, en general, de toda la
colectividad, al desenvolverse dentro de los cauces del Derecho y la legalidad (fundamento
3). Asimismo, en cuanto su contenido y alcances como principio constitucional implícito,
el Tribunal ha referido en la sentencia que resolvió el Expediente Nº 0016-2002-PI/TC que
la predictibilidad de las conductas (en especial, las de los poderes públicos) frente a los
supuestos previamente determinados por el Derecho, es la garantía que informa a todo el
ordenamiento jurídico y que consolida la interdicción de la arbitrariedad.
18
Para Alexy, la idea de seguridad jurídica se expresa, por ejemplo, en la regla del stare decisis.
Señala que existen al menos tres razones que exigen que los precedentes tengan fuerza
vinculante, y existe al menos una razón suficientemente poderosa para exigir que dicha
fuerza vinculante no deba tener carácter definitivo, sino sólo prima facie. Las tres razones
que cita de la fuerza vinculante de los precedentes son: (i) la previsibilidad; (ii) la protección
de la confianza; y, (iii) el trato igual de los casos semejantes. Como esta declaración solo
es de “certeza” pero no necesariamente es “verdadera”, existirán nuevos casos de conflicto
en los que será necesaria la “ponderación”. Por eso Alexy afirma que la fuerza vinculante
de un precedente tiene sólo carácter prima facie. Siempre estará sujeto a una nueva valo-
ración de los jueces sobre su aplicación o no en base a las reglas de la argumentación
jurídica, es decir, siempre se deberá fundamentar si se aplica o no la ratio decidendi de un
precedente a un caso concreto. ALEXY, Robert. Ob. Cit. Págs. 70-74.
Eso no quiere decir que los jueces no puedan apartarse de los precedentes. Lo
que significa es que sólo lo deben hacer en determinadas circunstancias y bajo
ciertas condiciones, por ejemplo, solo por la máxima instancia judicial o consti-
tucional (Corte Suprema o Tribunal Constitucional). No lo puede hacer cual-
quier tribunal administrativo ni cualquier juez de primera instancia o de segunda
instancia porque si aceptamos que cada tribunal administrativo o juez es libre
de apartarse de un verdadero precedente “motivadamente”, entonces fomenta-
mos la existencia de contradicciones en el sistema y como hemos explicado en
esta ponencia, la contradicción en materia tributaria es injusta por definición
porque conlleva a una inequitativa distribución de las cargas financieras del Es-
tado.
19
Puede apreciarse un completo análisis del artículo 170 del Código Tributario, en el artículo
de CALLER FERREYROS. Dicha norma establece supuestos de inaplicación de intereses y
sanciones ante la existencia de una duda razonable o de un cambio de criterio en la inter-
pretación de normas tributarias (bajo determinados requisitos). Se sostiene que el funda-
mento que subyace a estas disposiciones son también el principio de seguridad jurídica, el
principio de protección de la confianza legítima y la teoría del error como eximente de
responsabilidad y se proponen cambios a dicho artículo ante la constatación objetiva de
la vulneración a la seguridad jurídica, flexibilizando los requisitos actuales. Coincidimos
plenamente con los cambios propuestos en dicho artículo. CALLER FERREYROS, María
Eugenia. “Las causales eximentes de sanciones e intereses moratorios que prevé el Código
Tributario peruano”. En: Libro Homenaje a Luis Hernández Berenguel. Lima: Instituto Pe-
ruano de Derecho Tributario. 2010. Págs. 545-587.
tos jurídicos que coadyuven a lograr la justicia tributaria en nuestro país porque
pretenden evitar la existencia de fallos contradictorios. Estas condiciones míni-
mas son:
Los precedentes deben ser vinculantes para todos los operadores jurídi-
cos del país (con vocación normativa), incluyendo a los contribuyentes,
Administración Tributaria, Tribunales Administrativos, jueces de primera
y segunda instancias. Un precedente denominado “persuasivo”, en reali-
dad, no es un precedente porque no contribuye a evitar las contradiccio-
nes dentro de un sistema tributario, es decir, porque ni aporta seguridad
jurídica ni respeta la igualdad.20
20
CALLER Y RUIZ hacen un desarrollo de los precedentes en materia tributaria en nuestro
país y proponen igualmente como su fundamento los principios de seguridad jurídica y de
igualdad en la aplicación de la ley. Afirman que “La predictibilidad del precedente es una
manifestación del principio de seguridad jurídica y es acorde con la observancia del principio
de igualdad, toda vez que los órganos jurisdiccionales y administrativos deberán observar el
marco legal y aplicarlo a cada situación en concreto, y sin variar los criterios aplicados para
supuestos similares, sólo pudiendo apartarse de sus precedentes siempre que exista una fun-
damentación suficiente y razonable”. Citan una clasificación de “precedentes” propuesta
por Silvia Diez Sastre que los distingue en “normativos” (vinculante) y “persuasivos” (no
vinculantes), entre jurisdiccionales (Poder Judicial y Tribunal Constitucional) y administra-
tivos, estableciendo sus características y diferencias. CALLER FERREYROS, Maria Eugenia
y RUIZ REYNA FARJE, Regina. “Los precedentes en nuestro ordenamiento jurídico: su re-
gulación y emisión en materia tributaria”. En: THEMIS. Segunda Época. Revista de Derecho.
Nº 64. Págs. 19-35.
(2) Inmodificable prima facie, salvo por la misma autoridad que lo estableció
originalmente
No abordaré con detalle los artículos pertinentes que regulan los precedentes
administrativos, judiciales ni constitucionales en nuestro país.21 No obstante,
para quienes estamos vinculados con la justicia tributaria resulta más que evi-
21
Para un análisis exegético y jurisprudencial de los precedentes en nuestro país puede revi-
sarse: Ibídem. Págs. 19-35.
Para que pueda entenderse este punto y la envergadura del problema en cuanto
a la litigiosidad, les propongo analizar la estructura del sistema procesal tribu-
tario vigente. Veamos.
Para explicar esta situación pongamos por caso que la Administración Tributaria
peruana efectúa dos reparos a la base imponible del Impuesto a la Renta res-
pecto de cualquier año y convengamos también en que el Tribunal Fiscal levanta
un reparo (resultado favorable al contribuyente) pero confirma el otro (resultado
favorable para la Administración Tributaria, o, lo que es lo mismo, un resultado
desfavorable para el contribuyente).
Fase Administrativa
1. Reclamación ante la SUNAT 2. Apelación ante Tribunal Fiscal contra Resolución
contra Resolución de Deter- de Intendencia (RI) emitida por SUNAT en pri-
minación (RD) y de Multa mera instancia. El tribunal emite una resolución
(RM) también emitida por en segunda instancia (RTF)
SUNAT
3. Apelación contra Resolución de Intendencia de Cumplimiento (RIC) emitida por
SUNAT ejecutando la RTF emitida en última instancia administrativa. Se emite una
segunda RTF (de cumplimiento - RTFC)
Fase Judicial
4. Demanda contra Resolución 5. Apelación 6. Casación
del Tribunal Fiscal primigenia
(RTF)
7. Oposición ante el Poder Judi- 8. Apelación
cial contra una tercera RTF si
ésta ejecuta mal lo resuelto
por el Poder Judicial, de ser el
caso (después de 6)
9. Demanda contra RTFC 10. Apelación 11. Casación
(después de 3)
12. Oposición contra una cuarta 13. Apelación
RTF si ésta ejecuta mal lo re-
suelto por el Poder Judicial,
de ser el caso (después de 11)
Fase Constitucional
14. Demanda Amparo 15. Apelación 16. Agravio Constitucional
(después de 6)
17. Demanda Amparo 18. Apelación 19. Agravio Constitucional
(después de 11)
Si consideramos que en cada una de las fases y actos procesales antes mencio-
nados pueden existir –y de hecho existen– fallos y precedentes contradictorios
de los tribunales peruanos, nos encontraremos como mínimo ante 38 resulta-
dos posibles por cada reparo (cada uno de los 19 actos puede ser favorable o
desfavorable para el contribuyente), o sea 76 resultados, si se consideran que
existen dos reparos a la base imponible de un solo año del Impuesto a la Renta,
y únicamente asumiendo pronunciamientos de fondo en el sentido de “favora-
ble” (FUNDADA) y “desfavorable” (INFUNDADA) en cada acto procesal, sin
considerar improcedencias ni nulidades en cada fase ni las demás combinacio-
Dicho de otra manera, las opciones de resultados posibles que tenemos para
una acotación con 2 reparos son: (1) favorable/favorable, (2) favorable/ desfavo-
rable, (3) desfavorable/favorable y (4) desfavorable/desfavorable, es decir, 4 po-
sibles resultados por cada uno de los 19 actos procesales mencionados, eso nos
dan, los 76 resultados posibles (4 por 19). ¿Y si consideramos la existencia de
3, 4, 5, etc. reparos? …vayan ustedes mismos multiplicando los resultados po-
sibles.
Si aceptamos este statu quo en el sentido de que nuestro sistema legal vigente
permite que cada fiscalizador o resolutor administrativo, sala del Tribunal Fiscal,
cada juez y cada instancia judicial pueda emitir su propia declaración de certeza
temporal libremente (con una autonomía que puede llegar a ser arbitraria), sin
aplicar ningún criterio ni precedente vinculante previo o desconociéndolo ex-
Pero no solo se trata de un incremento en los costos para resolver los conflictos
tributarios en el Perú. Esta incertidumbre ante fallos contradictorios también
influye en la razonabilidad de la información financiera que las empresas decla-
ran en nuestro país y sobre las cuales se toman decisiones económicas en el
mercado peruano.
22
Mediante Resolución administrativa 206-2012-CE-PJ, publicada el 27 de octubre de 2012,
el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial dispuso la creación de seis juzgados especializados
en lo contencioso administrativo, dos salas superiores especializadas en lo contencioso
administrativo y un juzgado especializado en lo constitucional, todos ellos con subespe-
cialidad en temas tributarios y aduaneros donde sean parte el Tribunal Fiscal o la SUNAT.
Posteriormente, mediante la Resolución Administrativa 102-2013-CE-PJ, de fecha 12 de
junio de 2013, se dispuso que a partir del 16 de julio de 2013 entrarían en funcionamiento
los juzgados y salas en comentario. Finalmente, bajo la Resolución Administrativa Nº
102-2015-CE-PJ, de fecha 11 de marzo de 2015, se dispuso que el 23 Juzgado adquiera
las mismas competencias que los Juzgados 24, 25 y 26 enfocados en temas de mercado.
Por esta razón, la conformación actual de los juzgados y salas especializados en temas
tributarios es como sigue: Los Juzgados 18º a 22º (cinco juzgados) y Salas 6º y 7º (dos
Salas).
23
Mediante Resolución Administrativa del Consejo Ejecutivo Nº 220-2021-CE-PJ, publicada
el 21 de julio de 2021, se creó la Quinta Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria
de la Corte Suprema de Justicia de la República, la cual tiene vocación de permanencia pues
mediante la Resolución Administrativa Nº 000232-2021-CE-PJ, de fecha 21 de julio de
2021, se eliminó la referencia a que plazo de existencia que dicha Sala era de 3 meses.
24
De acuerdo con el reporte de conflictividad en cifras correspondiente al año 2021 que ela-
bora anualmente el Estudio Zuzunaga, Assereto & Zegarra Abogados, los procesos con-
tenciosos tributarios resueltos en ese año, en general, han demorado en promedio entre 7
años y 7 meses (fases administrativa y judicial); y, en el caso de los contribuyentes que
pertenecen a la Intendencia de Principales Contribuyentes Nacionales - IPCN, el tiempo
de duración promedio ha sido de 9 años 4 meses. No obstante, un par de casos han
demorado más de 20 años.
Si, como hemos visto, no tenemos certeza sobre un tratamiento tributario por-
que existen distintos fallos y precedentes contradictorios (y 76 resultados po-
sibles), esa sola situación afectará la información financiera de las empresas pe-
ruanas, quienes están obligadas a registrar activos o pasivos ante una situación
de incertidumbre tratando de “adivinar y predecir” el futuro. La incertidumbre
sigue costando más.27
25
Ver párrafo 2 de la CINIIF 23, estándar internacional aplicable en nuestro país que aclara
cómo se deben aplicar los requerimientos de reconocimiento y medición de la Norma In-
ternacional de Contabilidad - NIC 12, cuando existe incertidumbre frente a los tratamien-
tos (legales) del Impuesto a la Renta, para efectos de registrar contablemente las diferen-
cias existentes que inciden en activos y pasivos por impuestos diferidos o corrientes.
26
Ver párrafo 3 de la CINIIF 23.
27
El párrafo 6 de la CINIIF 23 señala que: “Una entidad determinará si considerar cada trata-
miento impositivo incierto por separado o en conjunto con otro u otros tratamientos imposi-
tivos inciertos sobre la base del enfoque que mejor prediga la resolución de la incertidumbre.
Para determinar el enfoque que mejor prediga la resolución de la incertidumbre, una entidad
puede considerar, por ejemplo, (a) cómo prepara su declaración del impuesto a las ganancias
y sustenta los tratamientos impositivos; o (b) la forma en que espera que la autoridad fiscal
haga su inspección y resuelva las cuestiones que pueden surgir de ésta”. (El subrayado es
nuestro).
28
El párrafo 11 de la CINIIF 23 señala: “Si una entidad concluye que no es probable que la
autoridad fiscal acepte un tratamiento impositivo incierto, la entidad reflejará el efecto de la
incertidumbre al determinar la ganancia fiscal (pérdida fiscal), las bases fiscales, pérdidas
fiscales no utilizadas, créditos fiscales no utilizados y tasas fiscales. Una entidad reflejará el
efecto de la incertidumbre para cada tratamiento impositivo incierto por el uso de uno de los
siguientes métodos, dependiendo de qué método la entidad espera que prediga mejor la reso-
lución de la incertidumbre: (a) El importe más probable—el único importe más probable en
un rango de posibles resultados. El importe más probable puede predecir mejor la resolución
de la incertidumbre si los posibles resultados son duales o se concentran en un valor. (b) El
valor esperado—la suma de los importes ponderados por su probabilidad en un rango de
resultados posibles. El valor esperado puede predecir mejor la resolución de la incertidumbre
si existe un rango de resultados posibles que no son duales ni están concentrados en un valor”.
(El subrayado es nuestro). Prácticamente hay que tener una bola de cristal para hacer una
“predicción” a “ojo de buen cubero” para registrar activos y pasivos en las empresas
cuando existen fallos o precedentes contradictorios. Y sobre esa “predicción” el mercado
y las empresas toman decisiones.
1421), mientras que para otros contribuyentes concluyó que sus deudas
tributarias no están prescritas bajo el mismo numeral 7 (luego de la vi-
gencia del Decreto legislativo 1421). Ese cambio de criterio interpretativo
sobre el sentido y alcance del numeral 7 del artículo 44 del Código Tribu-
tario se aplicó “retroactivamente” por obligación legal, desconociendo así
el precedente administrativo que el Tribunal Fiscal había emitido (Reso-
lución Nº 09789-4-2017), el cual ya no se aplicó más.
prema de Justicia del país y declaró que no aplicaría ese criterio judicial y
que sí correspondía la aplicación de intereses moratorios (Resolución Nº
05359-3-2017, publicada el 08 de julio del 2017).
Han pasado cinco años y la Corte Suprema (a través de una sala creada
especialmente para los temas tributarios) acaba de inaplicar su propio
precedente judicial declarando que sí corresponden los intereses morato-
rios cuando se incrementa el coeficiente de los pagos a cuenta con pos-
terioridad a su declaración original, coincidiendo –ahora sí– con la valo-
ración que hacía inicialmente el Tribunal Fiscal. Para ello esta “nueva
sala” de la Corte Suprema se basa en una falacia porque afirma que en la
Casación Nº 4392-2013 LIMA no existió un precedente vinculante que
estableciera la inaplicación de intereses por pagos a cuenta ante la modi-
ficación del coeficiente, sino únicamente reglas sobre métodos de inter-
pretación aplicables a la materia tributaria y por ello ahora se permite
afirmar que la falta de pago o el pago incompleto o parcial de los pagos a
cuentas implicará una vulneración de las obligaciones tributarias suscep-
tible de generar intereses moratorios (Casaciones Nºs 27444-2018 y
4646-2019).
Estos son solo algunos ejemplos que evidencian la arbitrariedad de nuestro sis-
tema tributario actual y de la falta de utilización de las reglas de la razón y de la
ponderación en la declaración de corrección de las normas tributarias por parte
de quienes resuelven conflictos tributarios. Mientras no tomemos consciencia
de este gran problema y no modifiquemos la regulación de los precedentes para
incluir, por lo menos, las condiciones mínimas que su naturaleza exige, existirán
incentivos para que las contradicciones sigan existiendo en nuestro país, lo que
es abiertamente injusto para todos. Desconocer un precedente es injusto en sí
mismo porque implica una contradicción (arbitraria) en base a la cual se distri-
buyen inequitativamente las cargas financieras del Estado. Es el respeto a la
seguridad jurídica y a la igualdad en la aplicación de la ley tributaria lo que jus-
tifica que las decisiones no sean contradictorias (arbitrarias) y si lo son, que al
menos lo sean “para todos” hacia el futuro.
6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5. Si bien nuestra legislación vigente permite que cualquier juez y los órganos
resolutores en sede administrativa puedan apartarse de los precedentes vin-
culantes por razones debidamente fundadas, consideramos que esas dispo-
siciones son inadecuadas como criterio para el apartamiento de un prece-
dente porque se trata de un estándar muy abierto y subjetivo que puede
llegar a ser arbitrario.
29
Por ejemplo: (i) suspender la emisión de nuevas acotaciones en etapa administrativa a un
mismo contribuyente mientras existan causas pendientes ante el propio Tribunal Fiscal,
Poder Judicial o Tribunal Constitucional, que incidan en ellas, regulándose adicionalmente
la suspensión del plazo de prescripción en estos casos; y, (ii) precisar expresamente que
la Administración Tributaria no puede demandar aspectos de fondo ante el Poder Judicial
y menos pretensiones de plena jurisdicción, solo nulidades (aspectos formales).
30
Por ejemplo: (i) introducir un procedimiento que permita a los contribuyentes, a la SUNAT
y a los jueces, solicitar directamente la emisión de un precedente, sea a través de la con-
vocatoria de una Sala Plena en la instancia del Tribunal Fiscal o de un Pleno Casatorio, en
la instancia de la Corte Suprema, (según corresponda), ante la existencia de fallos contra-
dictorios respecto de la aplicación de normas tributarias o cuando las instancias inferiores
se nieguen a acatarlos o cuando se desee cambiar de criterio; y, (ii) introducir un procedi-
miento de calificación de expedientes que permita tanto al Tribunal Fiscal como a la Corte
Suprema y al Tribunal Constitucional evaluar, antes de resolver, si el expediente que co-
noce puede calificar o no como un “Caso Líder”, es decir, como un caso en el cual se
establecerá un nuevo precedente tributario o un cambio sustancial de un precedente an-
terior. Ello permitiría un debate más público de las cuestiones relevantes del futuro pre-
cedente.
31
Por ejemplo, podrían inaplicarse intereses y sanciones, de manera automática a los contri-
buyentes que obtengan un fallo favorable, en alguna instancia administrativa, judicial o en
el Tribunal Constitucional, pues ello demuestra –sin lugar a duda– la existencia de contra-
dicción dentro del sistema.
7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANDERSON, Chris (2019) Charlas TED. La guía oficial de TED para hablar en
público. Lima: Planeta.
CALLER FERREYROS, Maria Eugenia y RUIZ REYNA FARJE, Regina (2013) “Los
precedentes en nuestro ordenamiento jurídico: su regulación y emisión en ma-
teria tributaria”. En: THEMIS. Segunda Época. Revista de Derecho. Lima, Nº 64,
Págs. 19-35.
PINKER, Steven (2021) Racionalidad. Qué es, por qué escasea y cómo promoverla.
Bogotá: Paidós.
Lean, Eduardo Flavio Pedroza Añorga, Victoria Eugenia Peña Alarcón, Manuel
José Rivera Silva, Rossana Angélica Rodríguez Ruiz, Katerina Cecilia Romero
Herrera, Julio Carlos Sáenz Delgado, María Julia Sáenz Rabanal, Álvaro Santi-
llán Gordillo, Calos Andrés Sócola Montenegro, Pablo César Sotomayor Her-
nández, Alfonso Octavio Tapia Rojas, Tulio Elio Tartarini Tamburini, Joan Car-
los Tello Quispe, Stephanie Torres García, Patricia Arabela Valdez Ladrón de
Guevara, Nicolás Alejandro Valverde Casas, Rina Eloha Vásquez Tarazona,
Renée Antonieta Villagra Cayamana, Daniel Irwin Yacolca Estares, Nyrka Yan-
gali Quintanilla, Evelyn Yauri Mandujano; y, Juan Carlos Zegarra Vílchez; emi-
tidos entre el 27 y el 31 de marzo de 2023, se aprobó el Proyecto de Resolución
elaborado por el Comité de Resolución II, con el siguiente texto:
RESOLUCIÓN
b) Las Ponencias individuales, elaboradas por Paolo Abregú Pérez, Tania Al-
barracín Cabrera, Daniel Arana Yances, Jean Pool Burga Martínez, Mónica
Byrne Santa María, Ricardo Carrasco Huamaní, en coautoría con Nicolás
Valverde Casas, Roberto Casanova-Regis Albi, Carlos Chirinos Sota,
Raúl Coya Orozco, Luis de la Cruz Rodríguez, César Gamba Valega, Reneé
Garrido Álvarez, en coautoría con Fiorella Cama Alor, Claudia Guzmán
Loayza, Catharina Jetzinger Portal, Jaime Lara Márquez, Silvia León Pi-
nedo, Jorge Lizárraga Ibáñez, Víctor Mejía Ninacondor, Juan Alberto Pa-
redes Marroquín, en coautoría con Jorge Moreno García, Fernando Núñez
Ciallella, en coautoría con Dante Matos Vicuña, Raúl Odría Hidalgo,
Eduardo Pedroza Añorga, Carmen Robles Moreno, Katerina Romero He-
rrera, Julio Sáenz Delgado, en coautoría con María Julia Sáenz Rabanal,
Luis Miguel Sánchez Bao, Álvaro Santillán Gordillo, Pablo Sotomayor
Hernández, Alfonso Tapia Rojas, Joan Tello Quispe, Christian Vargas
Acuache, Daniel Yacolca Estares y Juan Carlos Zegarra Vílchez;
e) Los debates del Comité de Resolución II, constituido por Mario Madau
Martínez, como Presidente; María Eugenia Caller Ferreyros, Lourdes Chau
Quispe y Lorgio Moreno de la Cruz, como Relatores Generales; Roberto
Cores Ferradas, como Presidente del Comité de Resolución I; Renée Villa-
gra Cayamana, como Secretaria del Comité de Resolución I; y, Orlando
Marchesi Velásquez, como Secretario, producidos durante la sesión cele-
brada el día jueves 23 de marzo de 2023.
CONCLUSIONES:
2. Las causales que según el Código Tributario dan mérito a la suspensión del
procedimiento de cobranza coactiva tienen como factor común, la falta de
certeza en cuanto a la existencia de la deuda objeto de la cobranza. En el
caso de las solicitudes de prescripción y compensación, se trata de proce-
dimientos que implican un desacuerdo del contribuyente con relación a la
existencia (en el caso de la compensación) y a la exigibilidad (en el caso de
la prescripción) de la deuda puesta en cobranza, a pesar de lo cual, la nor-
mativa no las considera como causal de suspensión, lo que viene generando
situaciones de indefensión en los contribuyentes.
5. La queja tributaria ante el Tribunal Fiscal regulada por el artículo 155 del
Código Tributario es un remedio procesal que no tiene por objeto cuestio-
nar aspectos sustantivos de un acto administrativo sino solo los procedi-
mentales, es decir, busca que se subsanen los defectos en un procedimiento
y evita que los mismos puedan generar vicios de nulidad en los posteriores
actos administrativos. Una interpretación que no atienda a esta naturaleza,
origina que no sea un mecanismo para disminuir la conflictividad tributaria.
10. La inclusión del Acuerdo Conclusivo sería de gran utilidad porque permitiría
resolver de manera anticipada los conflictos que surgen en los procedimien-
tos de fiscalización, haciéndolos más efectivos, breves y menos costosos.
A su vez, el Estado podría recaudar sin las dilaciones que conlleva un pro-
cedimiento contencioso.
12. Toda vez que el Código Tributario contempla una preclusión probatoria,
con mayor razón, sobre la base de la verdad material y del principio de im-
pulso de oficio que irradia los procedimientos tributarios y en particular el
contencioso, el órgano llamado a resolver debe actuar de oficio los medios
probatorios que resultan relevantes en la resolución del caso.
14. La deficiente regulación en materia tributaria sobre la nulidad del acto ad-
ministrativo viene generando criterios disímiles entre el Tribunal Fiscal y el
Poder Judicial, contribuyendo al incremento de la litigiosidad y afectando la
seguridad jurídica.
17. Bajo el vigente artículo 108 del Código Tributario, la realización de una de-
terminación complementaria solo debe obedecer a actos dolosos del con-
tribuyente que no fueron de conocimiento de la Administración Tributaria
al momento de emitir la primera Resolución de Determinación.
19. La nulidad de una RTF declarada en sede judicial extiende sus efectos a los
demás actos que se encuentran vinculados al vicio de nulidad. Sin embargo,
el ordenamiento legal no define con claridad quién es la entidad competente
para declarar tales efectos.
24. La regulación actual del artículo 170 del Código Tributario no es suficiente
ni idónea para dar protección al administrado, por cuanto:
25. Desde una interpretación lógica, debe admitirse que la dualidad de criterio
puede ocurrir cuando se fiscaliza y determina la obligación tributaria, se
resuelve un recurso de reclamación o una solicitud no contenciosa, se ab-
suelve una consulta o a través de documentos, comunicados, cartillas de
instrucciones y similares que expresan un criterio.
26. Cuando el Tribunal Fiscal falla a favor del contribuyente, pero el Poder Judi-
cial revoca esta decisión, es clara la existencia de una duda razonable y así
debería ser reconocido para efectos de la inaplicación de intereses y sancio-
nes.
27. El alcance de la aplicación del plazo razonable abarca a todos los procedi-
mientos y procesos en los que el contribuyente se encuentre, sea en etapa
administrativa o judicial.
28. El plazo razonable es una manifestación del derecho al debido proceso re-
conocido en la Constitución, por lo tanto, los contribuyentes no pueden
verse perjudicados con cualquier tipo de consecuencia y/o efecto que se
origine por una vulneración al mismo.
30 No “causa estado”, la RTF que no resuelve el fondo del asunto, pues aún
no se ha visto afectada –de manera definitiva– la esfera jurídica del contri-
buyente.
35. Los Jueces en lo contencioso están facultados para ejercer de oficio la plena
jurisdicción, siempre que sea en tutela de los derechos e intereses de los
administrados y resulte compatible con la controversia planteada en el pro-
ceso.
38. Según el artículo 127 del Código Tributario, el reparo queda definido por el
fundamento legal que lo sustenta, lo que sin embargo permite que el órgano
resolutor pueda complementar el desarrollo argumentativo para sustentar
el reparo, dentro de los límites de la calificación y sustento legal efectuados
por el área acotadora.
39. La facultad de reexamen a que se refiere el artículo 127 del Código Tributario
solo pertenece al órgano que resuelva el recurso de reclamación.
40. El artículo 127 del Código Tributario en concordancia con el artículo 258 de
la LPAG que prohíbe que una sanción discutida se incremente con ocasión
de una impugnación, contiene una prohibición de una reforma peyorativa
en materia de sanciones, ya que impide que el órgano resolutor de la recla-
mación imponga una sanción distinta a la originalmente formulada en el
procedimiento de fiscalización.
41. El proceso de amparo califica como una vía subsidiaria o residual y sólo
procederá en caso de afectación directa de los derechos fundamentales.
RECOMENDACIONES:
2. Teniendo en cuenta que entre las causales que regula el Código Tributario
para la suspensión del procedimiento de cobranza coactiva no se encuentra
la presentación de solicitudes de compensación y prescripción, los órganos
7. Como mecanismo para reducir la carga procesal en sede judicial, debe in-
corporarse en nuestra legislación procesal el desistimiento obligatorio del
proceso judicial en caso desaparezca el interés para obrar de la Administra-
ción Tributaria, como ocurre cuando ésta emite una opinión institucional
contraria a la pretensión invocada en el proceso.
10. Se debe revisar la regulación del acceso a las consultas particulares sobre el
sentido y alcance en que deben interpretarse y aplicarse las normas tribu-
tarias, a fin de hacer más accesible su ejercicio.
13. Toda vez que la regulación en materia tributaria sobre la nulidad del acto
administrativo es imprecisa, por ejemplo, debería consignarse expresa-
mente que la declaración de nulidad de un acto no puede generar que se
emita uno nuevo con carácter peyorativo.
16. Es recomendable que se revisen los requisitos que el artículo 170 del Código
Tributario exige para la aplicación de la duda razonable o dualidad de crite-
rio.
18. Por seguridad jurídica debería regularse expresamente que ante fallos con-
tradictorios del Tribunal Fiscal y del Poder Judicial, corresponderá inaplicar
intereses y sanciones.
21. En aquellos casos en que el exceso de plazo para resolver un recurso admi-
nistrativo ocurrió con anterioridad a la actual regulación del artículo 33 del
Código Tributario, el Tribunal Fiscal debería reconocer la no aplicación de
intereses, cuando dicho exceso no resultó imputable al contribuyente; con-
forme con la naturaleza indemnizatoria de los referidos intereses y en ob-
servancia del principio de igualdad.
__________________________
Mario Madau Martínez
Presidente
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María Eugenia Caller Ferreyros Lourdes Chau Quispe
Relatora General Relatora General
__________________________
Lorgio Moreno de la Cruz
Relator General
__________________________ __________________________
Roberto Cores Ferradas Orlando Marchesi Velásquez
Presidente del Comité de Resolución I Secretario
Notas:
(1) Los asociados inscritos en las XIV Jornadas Nacionales de Derecho Tributa-
rio, fueron 154.
(2) Los asociados que votaron por la aprobación del Proyecto de Resolución
fueron 83.
LISTA DE ABREVIATURAS
LOPJ Ley Orgánica del Poder Judicial, cuyo Texto Único Ordena-
do fue aprobado por el Decreto Supremo N°017-93-JUS