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LAS 7 LEYES ESPIRITUALES DEL ÉXTO

LA LEY DE LA POTENCIALIDAD PURA.


La primera ley espiritual del éxito se basa en el echo de que, en nuestro estado
esencial, somos conciencia pura. La conciencia pura es potencialidad pura; la que
a su vez es nuestra esencia espiritual la cual es infinita e ilimitada, también es
felicidad pura. Otros atributos de la conciencia son el conocimiento puro, el
silencio infinito, el equilibrio perfecto, la invencibilidad, la simplicidad y la dicha.
Esa es nuestra naturaleza esencial.
Cuando descubrimos nuestra naturaleza esencial y sabemos quien somos
realmente, ese solo conocimiento encierra la capacidad de convertir nuestros
sueños en realidad, por que somos la posibilidad eterna, el potencial infinito de
todo lo que fue, es y será. Se puede decir que la ley de potencialidad pura es
nuestro propio yo, nuestro espirito del cual no nos separaremos y es aquí donde
desarrollamos nuestra propia naturaleza.
Vivir de acuerdo con nuestro yo, es una contante auto referencia, significa que
nuestro punto interno de referencia es nuestro espíritu. La auto referencia, es
donde experimentamos nuestro verdadero ser, el cual no les teme a los desafíos,
respeta a todo el mundo y no se siente inferior a nadie. Por tanto, el poder de yo
es el verdadero poder.
Por otra parte, el poder del yo es permanente porque se basa en el conocimiento
del yo, y este poder tiene ciertas características: Atrae a la gente hacia nosotros y
también atrae las cosas que deseamos. Él magnetiza a las personas, las
situaciones y las circunstancias en apoyo de nuestros deseos. Esto es lo que se
conoce también como apoyo de las leyes de la naturaleza.
¿Cómo aplicar la ley de la potencialidad pura?
Podemos a funcionar la ley de la potencialidad pura comprometiéndome a hacer lo
siguiente:
1. Me pondré en contacto con el campo de la potencialidad pura destinando
tiempo todos los días a estar en silencio, limitándome solo a ser. También
me sentare solo a meditar en silencio por lo menos dos veces al día,
aproximadamente durante treinta minutos por la mañana y treinta por la
noche.

2. Destinare tiempo todos los días a estar en comunicación con la naturaleza y


ser testigo silencioso de la inteligencia que reside en cada cosa viviente. Me
sentare en silencio a observar una puesta de sol, o a escuchar el ruido del
océano o de un río o sencillamente a oler el aroma de una flor.
3. Practicare el hábito de no juzgar. Comenzare cada día diciéndome:” hoy no
juzgare nada de lo que suceda”, y durante todo el día me repetiré que no
debo juzgar.

LA LEY DE DAR
Esta ley establece que el universo funciona a través del intercambio dinámico de
energía. Por lo tanto, para recibir debemos dar. Según esta ley, la naturaleza del
universo es la generosidad y, por lo tanto, para experimentar la plenitud de la vida,
debemos ser generosos con los demás.
La ley del dar no solo se refiere al acto físico de dar algo tangible, sino también al
acto de compartir nuestros talentos, habilidades y tiempo con los demás. Al dar sin
esperar nada a cambio, estamos estableciendo una intención positiva que nos
devuelve la energía positiva del universo.

La ley del dar también nos enseña que cuantos más damos, más recibimos.
Cuando damos sin esperar nada a cambio, estamos abriendo un flujo de energía
que nos permite recibir más de lo que damos. La ley del dar nos enseña que el
acto de dar es un aspecto esencial de la vida y que para experimentar la plenitud
de la vida debemos ser generosos con los demás sin esperar nada a cambio. Al
hacerlo, estamos estableciendo una intención positiva que nos devuelve la energía
positiva del universo.

La ley del dar es una de las leyes espirituales más importantes y poderosas
porque establece una forma de vida basada en la generosidad y el servicio a los
demás. Al aplicar esta ley en nuestra vida diaria, podemos crear un flujo constante
de energía positiva que nos permite experimentar la abundancia y el éxito en
todas las áreas de nuestra vida.

Cuando nos enfocamos en dar, en lugar de recibir, creamos una intención positiva
que nos permite conectarnos con la energía del universo y con las personas que
nos rodean. Al hacerlo, estamos abriendo una puerta para recibir más de lo que
damos, ya sea en forma de amor, amistad, oportunidades o riqueza material.
Además, cuando damos sin esperar nada a cambio, estamos cultivando una
actitud de gratitud y humildad que nos permite valorar lo que tenemos en lugar de
centrarnos en lo que nos falta. Esto, a su vez, nos ayuda a desarrollar una
mentalidad positiva y una perspectiva más amplia sobre la vida.

En resumen, la ley del dar es importante porque nos enseña que la verdadera
felicidad y el éxito provienen de servir a los demás y de cultivar una actitud de
gratitud y generosidad en nuestra vida. Al aplicar esta ley en nuestra vida diaria,
podemos experimentar una mayor conexión con las personas que nos rodean, y
crear una vida más rica y satisfactoria.
La ley del dar se caracteriza por ser una ley espiritual que establece que, para
recibir, debemos dar. Algunas de las características clave de esta ley incluyen:
Generosidad: La ley del dar se basa en la idea de que la naturaleza del universo
es la generosidad y que al ser generosos con los demás, estamos conectando con
la energía del universo y abriendo la puerta para recibir más de lo que damos.
Intención positiva: La ley del dar establece que debemos dar sin esperar nada a
cambio y con una intención positiva. Esto significa que debemos dar desde el
corazón y no por obligación o interés propio.
Flujo constante de energía: Al aplicar la ley del dar, estamos creando un flujo
constante de energía positiva que nos permite conectarnos con el universo y con
las personas que nos rodean. Este flujo de energía nos ayuda a experimentar la
plenitud de la vida y el éxito en todas las áreas de nuestra vida.
Gratitud: La ley del dar nos enseña a cultivar una actitud de gratitud y humildad
en nuestra vida diaria. Al dar sin esperar nada a cambio, estamos reconociendo lo
que tenemos y valorando lo que los demás tienen para ofrecer.

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