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Universidad del magdalena

Administración publica territorial

PRINCIPIOS DE ADMNISTRACION APLICADO A LA GESTION PÚBLICA

Ensayo:
PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN EN LATINOAMÉRICA: COLOMBIA,
MÉXICO, CHILE Y PERÚ.

Presentado por:

OSWALDO DANIEL DE LA ROSA RADA

Código: 20211202041

2021

Ariguani
Presentación

Este compromiso nace de la inquietud de manifestar que la descentralización política,


componente esencial de los procesos de democratización iniciados en la región hace
ya más de diez años, aún no entrega los resultados esperados. No sólo eso: los
sistemas de transferencias que acompañan la gestión descentralizada estarían
comprometiendo la estabilidad económica, lograda con altos costos sociales. Parecía
indispensable analizar por qué estaba ocurriendo eso.
Además de los documentos revisados y de la experiencia personal del autor, de modo,
que la descentralización fiscal es vista, principalmente, como un instrumento de política
económica, un programa de gobierno federal que obedece a etapas de planificación,
ejecución y evaluación de acciones3 . Todo esto conduce a que los planes de
descentralización aparezcan después del éxito de la política de estabilización de la
economía y pase a ser pieza principal de una reforma de modernización del Estado,
como en el Perú. En algunos casos, como en Brasil y México, predominan los factores
políticos, y la descentralización nace como una reacción de los gobiernos
subnacionales, o como defensa contra los llamados poderes excesivos del gobierno
central, en vez de ser conducida por la acción de la política económica.

En este documento se presentarán tres casos de experiencias internacionales en


descentralización: Colombia, México y Chile. En todos los casos existió una fuerte
tendencia centralista que se trató de revertir gradualmente, empezando en los 70’s,
acelerándose el proceso en los 90’s. Sin embargo, los esfuerzos de descentralización
aún están inconclusos y persisten problemas de asignación e independencia financiera
de las regiones o municipalidades. En los países revisados la gran parte del
presupuesto subnacional se compone de transferencias del Gobierno Central, la mayor
parte de las cuales está condicionada al gasto en ciertos sectores (usualmente
educación y salud, por lo demás, las transferencias se destinan a inversión en
infraestructura o inversión social). Otro problema importante es la asignación de dichas
El centralismo
Ya se ha indicado que la conformación de las naciones latinoamericanas requirió de
centralismos. La centralización de la educación y el servicio militar jugaron un papel tan
importante en el plano ideológico como la combinación de las fuerzas armadas en el
plano militar. Una creciente intervención de los gobiernos nacionales en la provisión de
salud resultó también importante para su legitimación. Los municipios habían heredado
de la Iglesia la prestación de servicios gratuitos de educación y salud pero la exigüidad
de sus recursos y la importancia de los objetivos justificaron una intervención creciente
de los poderes centrales en dicha prestación. Paulatinamente la provisión de la
educación pasó a ser, cada vez en mayor medida, una responsabilidad de los
gobiernos centrales: nacionales en la mayoría de los países, primero intermedios y
luego nacionales en los casos de Argentina y Brasil, los únicos países de la región
donde prevaleció efectivamente el federalismo. El hecho de que el Estado hubiera
asumido un papel central en la provisión de educación fue sin duda determinante para
que hacia 1970 la tasa neta de matrícula en educación primaria1 estuviera próxima al
71% y en 1985 se situara cerca del 81%2 , o que hacia 1970 el porcentaje de la
población mayor a 24 años con alguna escolaridad llegara al 61% y alrededor de 1980
se situara en el 72.3%.3 Algo similar ocurrió con la provisión de servicios de salud a
cargo del Estado pero en este caso surgieron además sistemas paraestatales
igualmente centralistas que después tendieron a ser integrados en “sistemas únicos”
controlados exclusivamente por los gobiernos nacionales.
A la tendencia de los gobiernos nacionales a centralizar la provisión de servicios, se
añadió otra, a intervenir crecientemente en el funcionamiento de la economía,
principalmente a raíz de la crisis económica de los años 30, Ésta había demostrado la
necesidad de la intervención del Estado en la economía y así se justificó:su injerencia
en la formación de precios o que los fijara directamente para controlar la inflación; la
adopción de medidas proteccionistas en beneficio de la industria, y la inversión
productiva en las áreas donde no había un interés manifiesto en invertir por parte de
capitales privados. Finalmente se adoptó el paradigma de la planificación central,
donde el Estado asumía el papel protagónico en el desarrollo económico y social a
través de una planificación “imperativa” para lo que llegó a ser un poderoso sector
estatal e “indicativo” para el resto de los agentes económicos.

Crisis del centralismo


La crisis del centralismo fue ante todo una crisis de eficiencia, que se manifestó en el
hecho un endeudamiento externo creciente, que se generaba en déficits de empresas
públicas y del gobierno central, y en el monopolio estatal de dinero extranjera,
endeudamiento que tendía aumentar a ritmos cada vez más acelerados respecto al
crecimiento del producto. La complejidad de la administración estatal se fue
multiplicando. Esto la hizo cada vez más opaca y menos accesible a cualquier forma de
participación, y favoreció el clientelismo y la corrupción. Todo ello propició que las
decisiones se tomaran en círculos cada vez más cerrados y en forma cada vez más
excluyente. En muchos países gran parte de los recursos provenientes del creciente
endeudamiento estatal fueron aplicados muy ineficientemente debido a la corrupción.
La centralización llegó al extremo a partir de la década de 1960, en un contexto de
recrudecimiento de la Guerra Fría, con la instauración casi generalizada de dictaduras
militares en la región.

Los procesos Varios de los actuales procesos de descentralización se iniciaron bajo el


modelo centralista, a través de la modalidad de transferir funciones desde gobiernos
centrales a autoridades designadas, como un componente de reformas administrativas
dirigidas a hacer frente a los crecientes problemas de ineficiencia. Estos procesos
consistieron tanto en descentralización funcional (u horizontal) como territorial (o
vertical). La más relevante fue la segunda, a través de la cual se empezó a fortalecer la
lógica territorial frente a la sectorial, característica del centralismo. En varios países ya
se habían transferido a autoridades territoriales designadas competencias que se
referían principalmente a la provisión de infraestructura básica, educación y salud. Tal
fue el caso de Chile, Brasil, Argentina y Colombia. Sin embargo, con la recuperación
generalizada de los derechos democráticos, la descentralización cambió esencialmente
de carácter: gracias a las elecciones de gobiernos subnacionales, procesos que antes
habían sido de mera descentralización administrativa, se transformaron en otros, de
descentralización política, la cual fue impulsada decisivamente a través de sendas
reformas constitucionales: Argentina y Brasil en 1988, Chile y Colombia en 1991,
Bolivia en 1994. Mediante esta reformas fue redefinida la conformación político-
administrativa de cada una de estas naciones, las competencias de cada nivel de
gobierno y los ingresos propios de que dispondría cada uno de ellos. Además, ya sea
que estuviera previsto en los textos constitucionales y/o a través de una legislación
desarrollada sobre las nuevas bases constitucionales, fueron establecidos sistemas
redistributivos dirigidos a compensar las diferencias de ingresos entre territorios.
Obviamente los procesos de descentralización de cada país difieren en cuanto a
contexto histórico. La centralización había sido menor en Brasil y Argentina, países que
al menos administrativamente siempre se mantuvieron territorialmente
descentralizados. En consecuencia, en estos países los avances en descentralización
política consistieron principalmente en ampliar el ejercicio de competencias que los
gobiernos subnacionales recuperaron (transfiriéndoles las capacidades que
paralelamente habían desarrollado los gobiernos nacionales) y en sendas reformas de
los sistemas fiscales. Lo específico de Brasil es la preponderancia que en su actual
proceso se da al nivel mundial.

Respecto a la tarea del estado, la descentralización puede mejorar la calidad de la


información y de las estructuras organizativas, logrando, de esta manera, un aumento
en la eficiencia del gasto público. Esto último se da porque los procesos de
descentralización abren un manejo responsable de los subalternos locales sobre las
áreas que gestionan y además, facilita el desarrollo económico de un país, sin
necesidad de aumentar la participación del sector público en la actividad económica.
Además, relacionado con lo anterior, entre los beneficios políticos de la
descentralización se encuentran el otorgar una mayor estabilidad a las estructuras
políticas en las nuevas democracias, facilitando la responsabilidad de los gobiernos
locales y regionales, junto a un mayor control de los ciudadanos sobre éstos,
conllevando En cuanto a los riesgos del proceso de descentralización se encuentra la
posible reducción de los servicios públicos, dada la menor capacidad de gestión, por
decisiones políticas erróneas o por la excesiva influencia de grupos de interés locales.
Por moderno, la evidencia empírica señala que la descentralización a menudo
ensancha la brecha entre las decisiones sobre gasto y recaudación . Lo antepuesto es
posible en caso los gobiernos subnacionales reciban transferencias desde el gobierno
central como fuente principal de financiamiento, tal como sucede en gran parte de
América Latina. Tales gobiernos subnacionales podrían excederse en sus gastos si
esperan obtener más recursos del fondo común de recursos nacionales, ya sea
mediante transferencias discrecionales adicionales o rescates.

Antecedentes de la Descentralización

Después de un estudio histórico se comprueba la desnutrición de la descentralización


del estado que ha acompañado al Perú desde la República, dado que no ha sido
común la existencia de una instancia de gobierno en el nivel intermedio sino, más bien,
han estado presentes instancias departamentales desconcentradas del Poder Ejecutivo
nacional.
Siendo asi que Durante la vigencia de la Constitución Política de 1979, el proceso no
logro consolidarse proporcionado que las regiones fueron creadas desde el estado en
un proceso análogo; la mayoría de los miembros de los órganos regionales no fueron
elegidos de manera directa, se instauró como forma de gobierno las asambleas, no
tuvieron competencia regional propia sino delegada, el proceso de o de transferencia
fue muy rápido y se reconoció a las regiones una mínima autonomía financiera. En el
nivel local, las municipalidades recobraron elementos de su autonomía política como la
elección directa, si bien en el ámbito financiero aún mantienen una limitada autonomía.
En el año 1984 se dicta la Ley Orgánica de Municipalidades, Ley Nº 23853,
actualmente vigente.

LOS BENEFICIOS Y RIESGOS DE LA


DESCENTRALIZACIÓN

Una descentralización exitosa puede mejorar la eficiencia, la calidad y la


responsabilidad del sector público, conduciendo a un fortalecimiento del Estado . De
esta manera, cada gobierno subnacional puede ajustar mejor sus políticas a la
combinación de bienes y servicios que desea la población local. Mediante estos
aspectos, se impulsa una mayor eficiencia de las políticas públicas, al permitir un
mejoramiento en la capacidad de los gobiernos locales y regionales para identificar
problemas, prioridades, de manera rápida y acorde a las situaciones locales por eso
miremos las ventajas y desventajas que nos deja una descentralización..

Ventajas
 Libera la alta dirección de parte de la carga de toma de decisiones y obliga a los
administradores de los niveles superiores a delegar.
 Quienes toman las decisiones tienen mas información sobre la situación.
 La descentralización se convierte en la mejor forma de desarrollar y mantener la
relación estrecha con la comunidad

Desventajas
 Puede quedar limitados para controles inadecuados y excesivos
 Pueden quedar limitadas por disponibilidad de administradores calificados
 Aumenta la complejidad de la coordinación

Los procesos de descentralización, en muchos casos han generado las


condiciones para el desarrollo subnacional y un incremento de los servicios
ofrecidos por el gobierno local, con mayor participación ciudadana, evitando
aparatos estatales con tradiciones de intervención pública centralizadas y
autoritarias.
EL CASO COLOMBIANO
Igual que el Perú, Colombia ha tenido una larga práctica centralista que juntaba las
facultades políticas, administrativas y la provisión de servicios en el gobierno nacional.
Históricamente este comportamiento apareció por la necesidad de lograr estabilidad en
un contexto de graves crisis políticas, conflictos regionales y problemas de integración
nacional. Sin embargo, lograda la estabilidad el costo a pagar fue la ineficiencia en la
provisión de servicios.
En el caso de la descentralización colombiana, estas presiones son obvias. Se debe
anotar, en particular, el papel de las élites políticas locales, que ha venido creciendo a
medida que la Reforma se adelanta. Las reuniones periódicas de los Concejales, de los
Alcaldes, de los responsables de Juntas colombianos muestran una clara voluntad de
influir a nivel nacional sobre los procesos de ampliación de la descentralización. Los
Concejales han sido, desde el principio, la vanguarda de las élites políticas locales. La
existencia de Concejos elegidos desde la Ley 1. de 1.910 fue un buen precedente para
preparar algunos de los responsables para que aprovecharan la descentralización. Por
ejemplo, el Foro de Concejales que tuvo lugar en Bogotá en Abril de 1.989 fue la
oportunidad de expresión de muchas frustraciones y también de muchas proposiciones.
Entre ellas, la " creación de una entidad financiera que cumpla con la función de prestar
dinero a los municipio.
La descentralización aparece, de este modo, como una necesidad impuesta por el
contexto nacional e internacional, traducida en normas por una élite política y
administrativa. En un segundo tiempo, el sistema político y social colombiano impuso
sus particularidades de tal manera que el modelo general de la descentralización,
adaptado en Colombia, adquirió algunos tropismos que alteraron la pureza del
esquema inicial pero que otorgaron sin duda su adaptación social.
Un trabajo de recapitulación de la descentralización, como pueden ser tentados de
hacerlo los constituyentes, debe tomar en cuenta la elaboración progresiva y empírica
de la Reforma y, por esto, abstenerse de cambios normativos contradictorios con esta
elaboración.
A partir de entonces se han venido entregando recursos, facultades políticas y
responsabilidades de provisión de servicios a los gobiernos departamentales y
municipales. La experiencia ha tenido éxitos y errores que pueden ser valiosas
orientaciones para dirigir el proceso de descentralización peruano en curso. Hasta
antes de 1991, los intentos de descentralizar se basaron meramente en compartir
recursos del Impuesto al Valor Agregado (IVA, equivalente al IGV peruano), sin
embargo el control del poder central todavía era importante y no se logró fortalecer
efectivamente los gobiernos locales. Con la nueva Constitución colombiana (1991) se
ampliaron las facultades de los gobiernos subnacionales, otorgando mayor autonomía
política, administrativa y fiscal. Para ello, se amplió la participación de los gobiernos
subnacionales en los ingresos tributarios. En la actualidad la participación no es sobre
el IVA solamente, sino sobre todos los ingresos corrientes (impuestos a la renta, de
aduanas e IVA).

El Proceso de Descentralización Peruano y las Finanzas


Públicas
El proceso de descentralización, aprobado por la Ley Nº 27683 – Ley de
Elecciones Regionales publicada el 15 de marzo por el Congreso de la
República-, se realizará por etapas, en forma progresiva y ordenada conforme a
los criterios que permitan una adecuada asignación de competencias,
acompañada de la transferencia de recursos del gobierno nacional hacia los
gobiernos subnacionales dentro de una manejo agregado fiscalmente
responsable.
De acuerdo con el proceso de descentralización peruano y las finanzas públicas.
La descentralización es clave para que el Estado pueda desarrollar su capacidad
de gestión a nivel local, regional y nacional. De esta manera, logrará mantener
su presencia en todo el territorio del país e aumentará su cobertura y eficiencia
en la producción de los servicios y atención de trámites. Gracias a que varios
países ya están bien encaminados en el camino de una correcta
descentralización, podemos recoger algunas lecciones de esos casos:

 La distribución de los recursos debe ser en base a prioridades.


 Se deben crear y desarrollar nuevas relaciones funcionales entre los
distintos jefes y líderes de gobierno.
 Las necesidades de los gobiernos locales y regionales influyen
directamente en las decisiones del gobierno central.
 Se debe evitar que la inestabilidad política afecte directamente la
promoción de una mayor apertura del gobierno.

EL CASO MEXICANO
El principio del federalismo en México dada desde su primera Constitución (1824), en
la que se adopta el régimen Federal como respuesta a diversas tendencias
separatistas en su territorio, el cual no prevaleció por mucho tiempo, sin embargo,
debido a la permanente lucha armada entre centralistas y federalistas (monarquía y
república). Posteriormente, a inicios del siglo XX, es promulgada la tercera Constitución
del País (1917), la cual continúa vigente. En ésta se mantuvo el Régimen Federal bajo
la figura de República representativa, democrática y federal, la cual en la actualidad,
por lo que conllevando el contexto La descentralización ha sido abordada como un
proceso que atiende a propósitos múltiples. Unos de carácter macro, que tienen que
ver con los mecanismos que hay que poner en marcha para hacer frente a la crisis
institucional, particularmente en el momento de introducir reformas modernizadoras.
Otros referidos a aspectos particulares, como son liberar al órgano central de tareas,
puesto que la sobrecarga le impide fungir como un mecanismo eficaz en la prestación
de los diversos servicios públicos. Finalmente, se considera que la descentralización
contribuye a remediar la crisis financiera por la que atravesaron la mayor parte de los
países a partir de la década de los años setenta. Cualquiera que sea el enfoque que se
privilegie, la descentralización se concibe como una herramienta que permite hacer
frente de una manera distinta la acción pública. Una administración (moderna) exige
compartir responsabilidades y con ello hacer visibles los niveles de gobierno distintos al
central. La refundación del Estado contempla la presencia activa de estos órdenes y
una efectiva relación intergubernamental. De ahí que en algunos países se recupere el
discurso federalista. Es evidente que uno de los problemas a resolver es la debilidad
que acusan las administraciones locales desde el punto de vista de capacidades
técnicas y la falta de recursos. Sin embargo, la descentralización debe completarse
asumiendo los costos de compartir.

EL CASO CHILENO
El tema chileno convoca una serie de tipos particulares en la representación de
financiamiento de los gobiernos regionales, con respecto a las experiencias
latinoamericanas revisadas hasta ahora. Es de notar, por ejemplo, que la proporción de
los ingresos tributarios de los gobiernos locales chilenos es mucho mayor que en otros
países de la región. Sin embargo, en común con el resto de países se mantiene un
esquema de descentralización limitado básicamente a decisiones administrativas y con
alta dependencia de las transferencias del Gobierno Central.
La descentralización La descentralización ha sido un tema de preocupación en Chile
desde la década de los sesenta y ha experimentado diversos perfeccionamientos
expresados en modificaciones a la legislación pertinente o en la creación administrativa
de nuevos instrumentos descentralizados de inversión pública. En el caso chileno,
puede identificarse un marco general en el cual se inserta este proceso, que se
compone de aspectos internos, como también de factores externos al país que afectan
y condicionan la descentralización. Los aspectos internos son predominantemente
políticos y culturales. Dentro de los primeros, un primer factor es el planteamiento de
un Estado unitario como marco inamovible del proceso descentralizador. Esta
estructura debiese ser compatible con un estado descentralizado, en la medida que los
organismos subnacionales estén diseñados como otro nivel de ejercicio del poder y no
como un servicio público más ha sido un tema de preocupación en Chile desde la
década de los sesenta y ha experimentado diversos perfeccionamientos expresados en
modificaciones a la legislación pertinente o en la creación administrativa de nuevos
instrumentos descentralizados de inversión pública. En el caso chileno, puede
identificarse un marco general en el cual se inserta este proceso, que se compone de
aspectos internos, como también de factores externos al país que afectan y
condicionan la descentralización. Los aspectos internos son predominantemente
políticos y culturales. Dentro de los primeros, un primer factor es el planteamiento de
un Estado unitario como marco inamovible del proceso descentralizador. Esta
estructura debiese ser compatible con un estado descentralizado, en la medida que los
organismos subnacionales estén diseñados como otro nivel de ejercicio del poder y no
como un servicio público más

Conclusión
En este artículo se hizo una revisión del estado actual de los estudios relacionados con
la descentralización, en América Latina y se les clasifica de acuerdo al enfoque
teórico que la aborda. De esta manera, se identifican los estudios de
descentralización provenientes del enfoque económico, sociológico, politológico,
De la nueva gestión pública y el correspondiente a los organismos internacionales. En
cada uno de ellos se examina la preocupación central en torno a la descentralización y
se presentan algunos elementos analíticos que pueden configurar una agenda de
investigación futura en la materia. Los principales desafíos de esta agenda se
relacionan con la necesidad de impulsar más estudios multidisciplinarios y comparados
asociados a revisar las causas de los contrastantes resultados que muestra el proceso
de descentralización, tanto en la región como en cada uno de los países en particular.

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