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TEMPLANZA

La templanza es la virtud que modera la


atracción de los placeres y procura el
equilibrio en el uso de todos lo
bienes.
La persona templada orienta el placer,
que es subjetivo, hacia el bien objetivo,
guarda una sana discreción y no se deja
arrastrar por el apasionamiento.

¿Qué hace la templanza?


Asegura el dominio de la voluntad
sobre los instintos y la honestidad de los
deseos, también al regular los instintos
de una persona, eleva la dignidad
personal.
El placer como tal no es malo, es natural y
las personas lo buscan por que les hace
sentir bien... Solo que tendemos a
sobrevalorarlo cuando lo anteponemos a
otras cosas mas importantes para
nuestro desarrollo,
Placeressensibles
A los placeres o gustos que tienen su
principio y su fin en lo físico y que de
alguna manera también están presentes
en los animales no racionales, es a lo que
se le conoce como placeres sensibles.
En una época como la
nuestra, existe un ideología,
que constantemente nos
invita la búsqueda del placer y
a tratar de huir de lo que
cuesta trabajo.... Pero esto es
un engaño.
Debemos usar la inteligencia para no caer
en la trampa de querer conseguir las
cosa de manera siempre fdcil.
El acto de moderar nuestros impulsos no
tiene como fin suprimirlos o reprimirlos, si
no encausarlos darles el lugar y momento

oportuno...
No se trata de una destrucción si no de
una humanización de los actos de la
persona. Cada acto sensible debe ser
considerado por la inteligencia para
que haga un análisis, un dictamen y un
juicio sobre como debe ser ese acto.
Ejemplo:
Podría ser que un adolecente recibe
carisias de su novio (a) y respecto de lo
cual la inteligencia deba regular al
momento la forma y mantener muy
clara la finalidad.
Templanza
Recordemos que las virtudes como la
templanza se alcanzan con repetición de
actos gobernados por la voluntad y que de
igual manera, los vicios o hábitos malos
también se adquieren repitiéndolos sin
gobierno.
La templanza pide, pues, vencimiento
propio y capacidad de mortificación pero
todo esto no lleva a la tristeza pues
precisamente evíta el sufrimiento que
provocan los excesos, y constituye así una
forma de asumir positivamente nuestros
limites.
La ternplanza no es una virtud sencilla,
pues las tentaciones brotan con facilidad
y
cuando empezamos a ceder a ellas llega el
momento en que perdemos la seriedad, nos
volvemos vulnerables y cometemos la falta.

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