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Los linfocitos B constituyen la memoria del pool linfocitario circulante (10%- 20%).
Maduros, pasan de la médula ósea a la sangre y se dirigen hacia los órganos linfáticos
periféricos para ubicarse en los folículos linfoides. Bajo estímulo antigénico, se activan y
proliferan formando el centro germinal en el interior del folículo linfoide. Pueden seguir un
proceso de estimulación hasta transformarse en inmunoblastos, y éstos en células plasmáticas
secretoras de inmunoglobulinas. Pueden también regresar al estado pequeño linfocito B con
memoria inmunológica, para pasar a formar parte del manto o corona.
Los linfocitos T forman una población mayoritaria. En el adulto normal oscilan entre 65% y 75%,
con variaciones según la edad. Ejercen sus efectos mediante la liberación de proteínas
solubles, citocinas, encargadas de la transmisión de señales a otras células, o bien mediante
interacciones directas con otras células.
Preparación de la muestra: Previo aseo de manos, tanto de la persona que donará la sangre
como del que la extraerá, se realizará con la lanceta una punción en la parte lateral del dedo
medio de la mano izquierda. Se desechará la primera gota de sangre y la segunda se pondrá
en un portaobjetos. Se coloca otro portaobjetos a 45 grados sobre la gota y se desliza sobre
toda la superficie del portaobjetos que contiene la sangre de manera que se pueda obtener
una fina película de sangre, como se observa en la figura 1.
Una vez obtenido el frotis se deja secar aproximadamente 10 min. Una vez seco se tiñe con
reactivo de Wright (como lo indique el profesor). Nuevamente se espera a que seque y se
observa al microscopio con el objetivo de 40X.
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