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Señor:
[NOMBRE]
[Cargo]
[Nombre Empresa]
Presente
Ref.: Exigencia de “pase de movilidad” o testeo negativo para COVID-19 para entrada al
trabajo.-
De mi consideración,
En relación con su correo de [día] de [mes] de 2022, que indica que “[copiar texto de la
carta o correo que exija ‘pase de movilidad’ o testeo negativo para COVID-19]”, me
permito recurrir a Ud. y solicitarle respetuosamente reconsiderar dicha decisión.
Como obra en su conocimiento, el “pase de movilidad” surge como una exigencia del
Ministerio de Salud y la correlación de dos normas administrativas, a saber:
En esta misma línea, distintos estudios publicados en las revistas médicas más prestigiosas
concluyeron lo mismo: que tanto los seropositivos al SARS-CoV-2, como los inmunizados
mediante vacunas, logran una inmunidad contra el COVID-19. Incluso se ha acreditado
que la inmunidad de los seropositivos es mayor y podría durar entre varios años hasta
permanentemente.
Dicho de otro modo, se ha acreditado que las personas vacunadas tienen 27 veces más
3 Ver www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.08.24.21262415v1
4 Ver www.science.org/content/article/having-sars-cov-2-once-confers-much-greater-immunity-vaccine-
vaccination-remains-vital
probabilidades de contraer una infección sintomática por SARS-CoV-2 que las que cuentan
con inmunidad natural contra este virus, al encontrarse recuperadas del mismo. En esta
línea, el profesor de la Facultad de Medicina de Harvard, Martin Kulldorff, afirmó que las
investigaciones que demuestran que la inmunidad natural ofrece una protección
exponencialmente mayor que la de las vacunas significan que los pasaportes de
vacunación son tanto anticientíficos como discriminatorios. “La enfermedad Covid
anterior proporciona una inmunidad más fuerte que las vacunas, por lo que los pasaportes
de las vacunas no son científicos5”, observó Kulldorff, bioestadístico y epidemiólogo.
Agregó en Twitter que “El contagio previo de COVID-19 (caso de muchos trabajadores)
ofrece mejor inmunidad que las vacunas (caso de muchos profesionales), por lo que los
pasaportes de vacunas no sólo son un disparate científico, sino que también son
discriminatorios y poco éticos”.
A modo ejemplar, cabe tener presente que el “Certificado Digital Covid” para el libre
desplazamiento de las personas entre los países miembros de la Unión Europea no aplica
solamente a quienes hayan sido inoculados con las dosis necesarias de las vacunas
aprobadas, sino a quienes cuenten con un certificado de anticuerpos por haber tenido la
enfermedad. De esta manera, la exigencia a personas sanas de portar un “pase de
movilidad” o un testeo negativo para COVID-19 deviene además en arbitraria, de
momento que no se considera su inmunidad, sino simplemente el contar con un
documento electrónico emitido por la autoridad sanitaria; y, por otra parte, omite que las
personas inoculadas siguen siendo tan contagiosas como quienes no han recibido el
suero6.
5 Ver www.thehindubusinessline.com/news/vaccine-passports-and-certificates-should-not-become-licence-
to-travel-say-experts/article36682177.ece
6 Ver www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.07.31.21261387v4.full.pdf
norma y el criterio escogido para justificar el trato diferente. En la especie, la Resolución
N° 994 exenta, de 30 de septiembre de 2021, no cumple con esos requisitos, pues
restringir los derechos fundamentales de un ciudadano que cuenta con perfecta salud y
no tiene ninguna enfermedad de base, impidiéndole participar en sus actividades, sólo por
el hecho de no contar con el denominado “pase de movilidad” o un testeo negativo para
COVID-19, no es racional ni proporcional con el fin deseado; máxime cuando existen otras
categorías de personas con igual o mayor vulnerabilidad a los cuales se les da un trato
totalmente diferente, como son las personas vacunadas que se encuentran actualmente
enfermas o padecen de enfermedades de base, entre otras.
En cuanto a los testeos para COVID-19, han surgido serias dudas sobre las pruebas que se
utilizan para diagnosticar esta infección, y los cuestionamientos no han hecho más que
aumentar desde entonces.
Antes de su muerte, el inventor del examen PCR, Kary Mullis, enfatizó repetidamente,
pero sin éxito, que esta prueba no debe usarse como una herramienta de diagnóstico por
la simple razón de que es incapaz de diagnosticar una enfermedad. Según distintos
estudios científicos7 8, una prueba positiva no significa realmente que haya una infección
activa. En efecto, la detección de ARN (ácido ribonucleico) viral no indicaría la presencia
de virus contagiosos o que el SARS-CoV-2 es el agente causante de los síntomas clínicos;
esta prueba no ha sido establecida para controlar el tratamiento de la infección por SARS-
CoV-2; y no puede descartar enfermedades causadas por otros patógenos bacterianos o
virales.
Entonces, ¿qué nos dice realmente el examen PCR? El hisopo de PCR recolecta ARN de su
cavidad nasal, que luego se transcribe de forma inversa en ADN. Sin embargo, los
fragmentos genéticos son tan pequeños que deben amplificarse para que sean
discernibles. Cada ronda de amplificación se llama ciclo. La amplificación de más de 35
ciclos se considera poco fiable y científicamente no justificada, sin embargo, las pruebas
recomendadas originalmente por la OMS se establecieron en 45 ciclos; amplificando
cualquier secuencia, incluso insignificante, de ADN viral que pueda estar presente hasta el
punto en que la prueba dé “positivo”, incluso si la carga viral es extremadamente baja o el
virus está inactivo. Estos umbrales de ciclo excesivos han dado como resultado un número
mucho mayor de casos positivos que el resultado que se obtendría haciéndolo de otra
manera. Incluso la propia OMS recomienda actualmente una segunda prueba para
confirmar cualquier diagnóstico para las personas que no muestran ningún síntoma de la
enfermedad y ha reconocido que “La guía de la OMS Las pruebas de diagnóstico para el
SARS-CoV-2 establece que se necesita una interpretación cuidadosa de los resultados
positivos débiles. El umbral de ciclo (Ct) necesario para detectar el virus es inversamente
proporcional a la carga viral del paciente” y que “a medida que disminuye la prevalencia
de la enfermedad, aumenta el riesgo de falsos positivos. Esto significa que la probabilidad
de que una persona que tiene un resultado positivo (SARS-CoV-2 detectado) esté
realmente infectada con el SARS-CoV-2 disminuye a medida que disminuye la prevalencia,
independientemente de la especificidad declarada9”.
7 Bernard La Scola, Marion Le Bideau Julien Andreani, Van Thuan Hoang, Clio Grimaldier, Philippe Colson,
Philippe Gautret y Didier Raoult, Viral RNA load as determined by cell culture as a management tool for
discharge of SARS-CoV-2 patients from infectious disease wards (Carga de ARN viral determinada por cultivo
celular como herramienta de manejo para el alta de pacientes con SARS-CoV-2 de las salas de enfermedades
infecciosas), en www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7185831/
8 Tom Jefferson, Elisabeth A Spencer, Jon Brassey y Carl Heneghan, Viral cultures for COVID-19 infectivity
assessment – a systematic review (Cultivos virales para la evaluación de la infectividad de COVID-19: una
revisión sistemática), en www.medrxiv.org/content/10.1101/2020.08.04.20167932v4
9 en www.who.int/news/item/20-01-2021-who-information-notice-for-ivd-users-2020-05
responsables de arrojar resultados de falsos-positivos. Estos problemas no son solo
teóricos; el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. tuvo que
retirar los kits de prueba en marzo de 2020, cuando se demostró que tenían una alta tasa
de falsos positivos debido a la contaminación del reactivo 10”.
Pero quizás lo más importante de todo, según se ha adelantado, es que los exámenes PCR
no pueden distinguir entre virus inactivos y virus “vivos” o reproductivos. Lo que eso
significa es que los exámenes PCR no pueden detectar una infección: no pueden acreditar
si un individuo está enfermo actualmente, si desarrollará síntomas en un futuro cercano o
si es contagioso. Las pruebas pueden detectar restos muertos o partículas virales inactivas
que no suponen ningún riesgo para el paciente ni para los demás. Además, la prueba
puede detectar la presencia de otros coronavirus, por lo que un resultado positivo puede
indicar simplemente que se ha recuperado de un resfriado común en el pasado.
Una “infección” se da cuando un virus penetra en una célula y se replica. A medida que el
virus se multiplica aparecen los síntomas. Una persona solo es contagiosa si el virus se
está replicando; mientras el virus esté inactivo y no se esté replicando, es completamente
inofensivo tanto para el portador como para los demás; y si se hace el examen y este
arroja positivo, pero no tiene síntomas, lo más probable es que la prueba haya detectado
ADN viral inactivo en su cuerpo. Esto también significaría que el individuo no es
contagioso y no representa ningún riesgo para nadie.
Por todas estas razones, varios científicos muy respetados de todo el mundo dicen ahora
que lo que tenemos no es una pandemia de COVID-19, sino una pandemia de exámenes
PCR. “Mañana me pongo a crear una cuarta ola y lo puedo hacer” porque “ha habido un
arma que se ha utilizado: test de PCR a asintomáticos” y “test de PCR con ciclos”; además,
“a más número de tests de PCR, más positivos”, denunció el decano del Colegio de
Biólogos del País Vasco Jon Ander Etxebarría 11. En resumen, parece que millones de
personas simplemente tienen ADN viral inactivo que no representa ningún riesgo para
nadie, sin embargo, la tecnocracia global está utilizando estos resultados positivos para
implementar un nuevo sistema económico y social basado en una vigilancia draconiana y
un control totalitario.
Esto ya está siendo reconocido por distintos tribunales de justicia alrededor del mundo.
Por ejemplo, el Tribunal Administrativo de Viena –en sentencia de 24 de marzo de 2021-
determinó que sólo un médico tiene derecho a determinar si una persona está enferma o
sana y criticó la extrema susceptibilidad de las pruebas de antígenos a los errores porque
la autoridad se basaría exclusivamente en dichas pruebas de antígenos para los análisis
10 Elena Surkova, Vladyslav Nikolayevskyy y Francis Drobniewski, False-positive COVID-19 results: hidden
problems and costs, en www.thelancet.com/journals/lanres/article/PIIS2213-2600(20)30453-7/fulltext
11 En www.actuall.com/vida/biologo-experto-en-pcr-si-yo-quiero-crear-una-cuarta-ola-la-creo/
actuales12.
12 en https://report24.news/verwaltungsgericht-wien-anschobers-corona-politik-ohne-basis-pcr-test-
ungeeignet/
13 en www.dgsi.pt/jtrl.nsf/33182fc732316039802565fa00497eec/79d6ba338dcbe5e28025861f003e7b30?
OpenDocument
14 en https://www.dt.gob.cl/legislacion/1624/w3-article-121517.html
determina la improcedencia jurídica de incluir en el proceso de contratación preguntas
referidas al estado de salud de los postulantes. Dicha situación ha sido establecida
expresamente como acto discriminatorio en el inciso 6° de la misma norma legal, en los
siguientes términos: ‘Por lo anterior y sin perjuicio de otras disposiciones de este Código,
son actos de discriminación las ofertas de trabajo efectuadas por el empleador,
directamente o a través de terceros y por cualquier medio, que señalen como un requisito
para postular a ellas cualquiera de las condiciones referidas en el inciso cuarto’.
Conforme con lo precedentemente expuesto, la doctrina de este Servicio, contenida, entre
otros pronunciamientos, en el Dictamen N° 2856/162 de 30.08.2002, ha establecido que el
respeto al derecho a la no discriminación constituye uno de los objetivos más importantes
para el legislador laboral, pues configura, en su calidad de derecho fundamental, ‘…una
expresión jurídica tangible y concreta de la dignidad de la persona humana, por cuanto se
constituye en un verdadero derecho subjetivo, en tanto ampara y tutela los espacios de
libertad de los ciudadanos, garantizando un verdadero status jurídico para los mismos,
irrenunciable e irreductible’.
Así, la doctrina de este Servicio ha manifestado que los derechos fundamentales de los
trabajadores tienen el carácter de límites infranqueables respecto de las potestades del
empleador, en particular, en cuanto al derecho a su dignidad, honra, vida privada,
inviolabilidad de toda forma de comunicación privada y al derecho a no ser
discriminado(a) arbitrariamente.
Cabe agregar que lo señalado es consecuencia directa del mandato contenido en el inciso
1° del artículo 5° del Código del Trabajo, que establece: ‘El ejercicio de las facultades que
la ley le reconoce al empleador, tiene como límite el respeto a las garantías
constitucionales de los trabajadores, en especial cuando pudieran afectar la intimidad, la
vida privada o la honra de éstos’.
En armonía con dicha protección, el inciso 1° del artículo 4° de la Ley N° 19.628, sobre
protección de la vida privada, ha dispuesto que el tratamiento de los datos personales sólo
puede efectuarse cuando la referida ley u otras disposiciones legales lo autoricen, o el
titular consienta expresamente en ello.
La citada Ley N° 19.628, en su artículo 2°letra f), dispone que debe entenderse por datos
personales ‘los relativos a cualquier información concerniente a personas naturales,
identificadas o identificables’.
Asimismo, el artículo 10° del cuerpo legal en análisis sostiene que no pueden ser objeto de
tratamiento los datos sensibles; vale decir, aquellos datos personales que, de acuerdo al
artículo 2° letra g) de la normativa citada, se refieren a las ‘características físicas o
morales de las personas o a hechos o circunstancias de su vida privada o intimidad, tales
como los hábitos personales, el origen racial, las ideologías y opiniones políticas, las
creencias o convicciones religiosas, los estados de salud físicos o psíquicos y la vida sexual’,
salvo cuando la ley lo autorice, exista consentimiento del titular o sean datos necesarios
para la determinación u otorgamiento de beneficios de salud que correspondan a sus
titulares.
Acorde con lo señalado, en el contexto laboral el legislador ha incorporado la protección
de los datos personales de modo expreso en el artículo 154 bis del Código del Trabajo,
cuyo texto dispone: ‘El empleador deberá mantener reserva de toda la información y datos
privados del trabajador a que tenga acceso con ocasión de la relación laboral’
Corrobora lo expuesto, la doctrina contenida en Dictamen N° 8.113, de 20.04.2020, de la
Contraloría General de la República, actualmente vigente, que determinó la improcedencia
de que el Ministerio de Salud comunicara los datos sensibles de salud relativos a pacientes
de COVID-19, a las municipalidades. Dicho pronunciamiento, interpretando el artículo 12
de la Ley N° 20.584, que ‘Regula los derechos y deberes que tienen las personas en
relación con las acciones vinculadas a su atención de salud’, a la luz de lo dispuesto por el
artículo 19, N° 4 de la Constitución Política de la República, concluye que toda información
que surja, tanto de la ficha clínica del paciente como de los demás estudios y documentos
en que se registren procedimientos y tratamientos a los que fueron sometidos las
personas, serán considerados como datos sensibles de conformidad con lo previsto en la
letra g) del artículo 2° de la citada Ley N°19.628. Por tanto, que solo puede ser
comunicado total o parcialmente a solicitud expresa de las personas y organismos que
taxativamente indica, esto es, al respectivo titular; su representante legal; sus herederos;
los tribunales de justicia, los fiscales del Ministerio Público y los abogados, previa
autorización del juez competente.
El pronunciamiento en comento concluye señalando: ‘Luego, y considerando que ni la
referida ley N° 20.584 -que no admite otras excepciones que las descritas- ni otro texto
legal vigente, autorizan expresamente a las municipalidades o sus respectivos alcaldes
para realizar el tratamiento de datos sensibles, no resulta procedente la entrega a tales
entidades o autoridades de información de salud relativa a los pacientes que hayan sido
diagnosticados con el denominado COVID-19, sin su consentimiento. Cualquier medida en
contrario requerirá de la aprobación de la correspondiente ley modificatoria que así lo
permita’”.
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