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LISISTRATA

Aristofenes

Lisistrata es una mujer Griega de Atenas que un día convoca a todas las mujeres de Grecia
para discutir temas importantes, pero a esta reunión llegó solamente su vecina Cleonice,
en primera instancia, luego otras mujeres. El tema principal a discutir y argumento central
de la obra es sobre cómo ponerle fin a la guerra de Atenas con Esparta y traer a sus
maridos de regreso.

Prontamente llegaron Mirrina, mujer de Anagirunte, y Lampito, mujer de Laconia Esparta


junto a otras mujeres para conocer los motivos de la reunión.

Lisistrata comenta que además están insatisfechas sexualmente por que desde que los
Milesios los traicionaron ya no hay consoladores de cuero en circulación por Atenas y sus
maridos se encuentran en el constante conflicto bélico donde pueden pasar meses afuera.

Luego Lisistrata propone una huelga de sexo, todas al principio se niegan a hacerlo pero
con apoyo de Lampito logran convencerlas de hacerlo. Así con esta huelga sexual, los
hombres a toda prisa harían la paz y acabarían con la guerra para poder tener relaciones
sexuales. Sellan el juramento de abstinencia tomando vino.

Mientras tanto las ancianas pretendiendo que hacer un sacrificio se toman la Acrópolis.

Lampito escucha un escandalo y todas parten a la Acrópolis a defender a las ancianas que
se encuentran ahí.

Los Corifeos, unos ancianos pretenden entrar a la Acrópolis usando antorchas y fuego
para derribar la puerta. Las corifeos apagan sus fuegos empapándolos con agua desde lo
alto usando unos cantaros. También mojan a los ancianos en el proceso.

En eso llega un Comisario acompañado de arqueros para conocer qué estaba sucediendo.
Una vez enterado amonesta a los ancianos e inicia un ataque contra la Acrópolis y las
mujeres que allí se guarnecen.

Al ver la violencia del Comisario Lisistrata abre las puertas de la Acrópolis con el fin
también de empoderar a las otras mujeres y sale a confrontarlos, luego de las amenazas
del comisario todas las otras mujeres le siguen y juntas enfrentan a los arqueros y al
comisario.

El comisario cuenta que esta ahí ya que necesita el dinero que se encuentra en la
Acrópolis pero Lisistrata le dice que no dejaran que toquen ese dinero ya que con él se
financia la guerra y ellas así como tienen experiencia administrando el dinero de la casa, lo
administraran y darán mejor uso que los hombres que solo lo quieren para la guerra.
Le propone que terminaran con la guerra paso a paso como desenredando una bola de
lana y que enviaran mujeres embajadoras a otras ciudades con el fin de hablar de temas
de paz.

El comisario se opone y se burla de pañuelo en la cabeza pero Lisistrata le regresa la


ofensa y le pone su pañuelo en la cabeza al Comisario mientras que Cleonice, la vecina de
Lisistrata le pasa su canastillo. Luego las Corifeos lanzan más agua hacia los corifeos y los
hombres presentes. Luego Lisistrata lo envía de ida a Caronte, el barquero que lleva las
almas al Hades (de forma figurativa) con cintas y vendas de corona y tierra en la cabeza.

Finalmente los hombres se marchan y mientras Lisistrata y los corifeos y las corifeos
discuten, las amigas de compañeras de Lisistrata flaquean y quieren marcharse. Pero
Lisistrata las regaña. Lisistrata las calma y luego aparece el marido de Mirrina, Cinesias.

Lisistrata le pide a Mirrina que no flaqueé en le juramento y atienda a su marido según lo


que habían pactado. Así Cinesias presto a tener relaciones ahí mismo si es necesario se ve
dejado de lado por Mirrina ya que primero fue a buscar un catre, luego una almohada,
luego una sabana y finalmente un perfume, cuando fue por este no volvió más.

Cinesias cansado y abandonado se retira a quejarse con los ancianos. Luego recibe la visita
de un heraldo Espartano, un Laconio y un Pritanis bastante acongojados, parecía un sátiro
màs que hombre. Culpando a Lampito ya que en Esparta las mujeres tampoco se dejan
tocar dándose cuenta del plan de Lisistrata y que ha llegado a las mujeres de toda Grecia.

Entienden que no tienen otra opción para poder satisfacer sus deseos y por ello llevan
embajadores para pactar la paz entre Atenas y Esparta. Este pacto lo hacen en presencia
de Lisistrata y la diosa Conciliación, una mujer de muy buen ver desnuda en medio de
todos.

Lisistrata les recuerda que en tiempos pasados ambas ciudades se ayudaron y


hermanaron siendo parte de la misma nación de Grecia. Pero ninguno le pone atención
realmente ya que se encuentran cegados por la belleza y sensualidad de Conciliación.

Finalmente ambos bandos firman el tratado de paz para darle fin a la huelga, se reparten
las tierras en disputa y se van con sus respectivas esposas a emborracharse.

Por Heraldo Mora

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