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LA PRIVACIDAD EN TIEMPOS DE GLOBALIZACIÓN

MARÍA XIMENA USMA GIL - 202241360


HECTOR EMMANUEL ARBELÁEZ PAZ - 201927318
VICTOR MANUEL SAAVEDRA - 2241258
MARÍA LUISA SUÁREZ CUASPUD - 202242162

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y ECONÓMICAS


ECONOMÍA
TEORÍA SOCIAL GRUPO 02
SANTIAGO DE CALI
2022
La globalización, fundamentada en la revolución informática, implicó una nueva normalidad,
de la cual se desprenden nuevas problemáticas éticas y morales frente a la aplicación de las
mismas, nuevos mecanismos de control, vigilancia y poder por parte del Estado. Las
modernas tecnologías de la información y la comunicación conducen a un debate sobre la
privacidad y el uso de los datos; ¿Estamos dispuestos a perder nuestra privacidad a cambio de
comodidad?, ¿podemos confiar en el Estado?, ¿hasta qué punto se justifica la vigilancia y el
control por parte del Estado?, ¿estamos dispuestos a transmitir información sobre cada
aspecto de nuestras vidas?

Como muestra del control de las comunicaciones e información ejercida anteriormente por el
gobierno, en el siglo XX, la información transmitida a través de medios de comunicación, se
encontraba sujeta a la coacción potencial de la “buena” voluntad del gobierno; este modelo de
control en la información cambió, por el ingreso de la tecnología, diversificando de los
modos de comunicación, abriendo así la vía de multimedia interactiva ( televisión y radio, se
privatizaron en gran escala).
Es así como actualmente el Estado-nación no controla los medios informativos como en el
siglo pasado, pero el dominio sobre los datos y lo que se puede considerar como “privacidad”
son más vulnerados, es una necesidad existir en el sistema, existir en la red; se normaliza el
tráfico de información personal a cambio de algunos servicios que dan comodidad a la
sociedad.

De este modo, encontramos como la información se ha convertido en un factor fundamental


para la competencia y el ejercicio del poder. Con la llegada de la globalización, el Estado se
convirtió en un impotente, como denomina Castells, pues dicho Estado perdió capacidad de
maniobra frente a las políticas fiscales, perdió el control de la opinión pública y las
identidades nacionales ya no resultaron tan efectivas como antaño. Sin embargo, el Estado en
busca de legitimidad ha encontrado nuevos mecanismos usando la información y la
denominada biopolítica de Michael Foucault para mantenerse vigente. De esta manera, el
Estado encuentra su legitimidad ejerciendo control y vigilancia sobre la población utilizando
las nuevas tecnologías de la información y la comunicación e incluso la novedosa inteligencia
artificial.

China, un país autoritario, es un claro ejemplo del ejercicio del control y la vigilancia como
método de legitimidad. El gobierno Chino, intenta vigilar y crear perfiles de comportamiento
de su población, dado que, la población permite dicho autoritarismo, siempre y cuando se le
asegure ciertas condiciones de vida como el orden social, la salubridad, la comodidad y la
seguridad. En el documental “Estado policial o laboratoria en el futuro” de DW Documental,
podemos observar cómo los ciudadanos chinos entrevistados, no se encuentran inconformes
con la vigilancia y el control estatal, por el contrario, están de acuerdo con él, ya que les
ofrece condiciones de vida tranquilas y cómodas. La aceptación por parte de la sociedad
china, muestra el papel de poder que juega la “normalidad” establecida por un Estado, es
decir, toda la estructura social china, se encuentra diseñada para generar “buenos ciudadanos”
según unos criterios ya establecidos por el Estado mismo, dichos criterios a su vez, justifican
la creación de sistemas de vigilancia que permitan identificar a quienes se salgan del “deber
ser” establecido; un ejemplo de esto es el sistema de calificación chino mostrado en el
documental del medio DW, donde los ciudadanos pueden obtener privilegios o castigos según
su comportamiento. Sin embargo, gran parte de los datos extraídos de los individuos no
vienen por acción directa del Estado, sino del sector privado que a través de sus grandes redes
globales, recopila datos de todos los mercados, y a nivel local es capaz de ejercer un control
político y modelar comportamientos de la población; un ejemplo de esto es la plataforma Tik
Tok, donde en los contenidos críticos frente al gobierno chino son censurados mediante una
supresión silenciosa, incluso en occidente con la actual guerra Rusia-Ucrania los contenidos
prorusos son suprimidos silenciosamente, dejandolos relegados en las diferentes redes
sociales y medios de comunicación.

La disminución de la importancia que los individuos le asignan a la privacidad, en


comparación a la comodidad. La privacidad tiende a desaparecer y convertirse en algo
utópico, pues muestra ser contraria al desarrollo de las nuevas tecnologías que cada vez más
tienden, al perfilamiento y modelación de comportamientos. La inteligencia artificial muestra
ser un punto de inflexión para la relación entre el desarrollo tecnológico y la privacidad, pues
la IA es una herramienta cuyo factor intensivo de trabajo es el procesamiento y producción de
información para múltiples objetivos específicos, a su vez, el desarrollo de entornos
enteramente digitales, como la realidad virtual o el denominado “meta verso”, muestran una
sociedad que tiende inevitablemente hacia la digitalización de la vida cotidiana, por lo tanto,
poco a poco la sociedad renunciará a la privacidad, para alcanzar una nueva era de
automatización digital y a tiempo real.

El papel del Estado será generar un entorno de bienestar social, basado en la comodidad de
los servicios prestados y la sensación de seguridad y vigilancia, de tal manera que pueda
establecer patrones de comportamiento claros, que garanticen y otorguen la convivencia y
legitimidad para ejercer el monopolio del poder sobre los datos de su población. Los
individuos estarán dispuestos a renunciar a su privacidad, siempre y cuando el Estado le
garantice los elementos básicos del contrato social Estado-nación. Será la capacidad de la alta
tecnología de generar valor agregado la determinante de la renuncia total de la población a la
privacidad, y será la capacidad del Estado de generar una nueva normalidad el determinante
de promover los cambios necesarios en las estructuras sociales para el asentamiento de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

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