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FINANCIANDO LA CIENCIA EN EL SIGLO XIX: Art. 110.

Los institutos de segunda enseñanza y Facultades de ilosofía tendrán ademas:

debates y perspectivas en historia de la ciencia. V. Bellver Loizaga, F. d'Amaro, I. Molina Puertos y J. Ramos Tolosa.
"Otras voces, otros ámbitos": Los sujetos y su entorno. Nuevas perspectivas de la historia sociocultural. Ciencia, medicina y sociedad:
EL CASO DEL INSTITUTO PROVINCIAL DE VALENCIA 1º. Los instrumentos de matematicas necesarios para la enseñanza de esta ciencia, como
igualmente una colección de sólidos para las demostraciones de geometría.
1866-1902
2º. Los globos, mapas y demas que requiere la enseñanza de geografía.
Carles Sirera Miralles 3º. Los cuadros sinópticos que faciliten el estudio de la historia.
Universitat de València
4º. Teodolitos, planchetas y otros instrumentos necesarios para el alzado de planos y de-
mas operaciones de la geometría práctica.
5º. Un gabinete de física con todos los aparatos que exige la enseñanza elemental de esta
ciencia.
6º. Un laboratorio de química con los aparatos y reactivos necesarios.
7º. Un patio donde se puedan hacer las operaciones químicas que exigen el aire libre.
8º. Una coleccion clasiicada de mineralogia.
9º. Otra coleccion de zoología en que existan al menos las principales especies, y láminas
Introducción que representen los diferentes seres de la naturaleza y cuyo conocimiento convenga dar
La presente comunicación describe con detalle el sistema de inanciación de la enseñanza á los alumnos.
media desde su creación en 1845 hasta 1902 con el propósito de estimar la cuantía de dinero 10º. Un jardin botánico y un herbario dispuesto metódicamente.2
público invertido en instrumental cientíico y qué prioridad suponía esta partida dentro del
sistema educativo, así como la importancia social de éste en su totalidad. Por esta razón, ade- Como es evidente, el grado de cumplimiento de estas exigencias variaría de acorde con los
más de hacer una radiografía del marco legislativo y sus consiguientes reformas, realizaremos recursos disponibles y la voluntad política, pero, como mínimo, los institutos agregados a una
un estudio de caso centrado en el instituto provincial de Valencia para determinar los fondos universidad por estar radicados en la capital de un distrito universitario, como el de Valencia,
disponibles empleados para sostener los gabinetes cientíicos. A este respecto, el estableci- podían compartir sus colecciones cientíicas. Esto, sin embargo, suponía también un proble-
miento de enseñanza media también es relevante porque sus gabinetes cientíicos han sido ma, porque el Plan Pidal no reconoció autonomía administrativa a los institutos agregados a
objeto de estudio1 y puede servir como modelo para futuras investigaciones. universidad y, en consecuencia, carecían tanto de bienes propios como de la capacidad o liber-
tad de adquirir los que estimasen necesarios.
El marco legislativo En este mismo sentido, debe destacarse que el Plan Pidal marcaba unos objetivos mínimos
El Plan Pidal de 1845 y su posterior reglamento de 8 de julio de 1847 establecieron que los de materiales y colecciones, pero no especiicaba cómo debían invertirse los ingresos genera-
institutos provinciales se sufragarían mediante las rentas generadas por los bienes de las ins- dos por las rentas y las matrículas. Es lógico suponer que la partida de gasto prioritaria serían
tituciones religiosas dedicadas a la enseñanza incorporados tras el proceso desamortizador, las nóminas de los profesores y después irían las del personal subalterno, si bien una vez sa-
las asignaciones que las diputaciones provinciales o los municipios estimasen oportuno, los tisfechas estas necesidades no era posible saber qué pagos debían atenderse ni cómo debía
fondos que el Gobierno decidiese asignar y, inalmente, gracias a las tasas de matrícula y de invertirse el remanente. De hecho, tampoco estaba claro quién tomaría esas decisiones, ya
expedición de títulos. que de la lectura de las normativas legales se podía deducir que era una decisión discrecional
Por lo tanto, a pesar del deseo centralizador de los moderados, el sistema surgió aceptan- del director o consensuada por el claustro. Por otra parte, esta clase de problemas tenía un
do la pluralidad de escenarios y situaciones que de facto se habían producido desde el inal carácter secundario ante las posibles resistencias de las diputaciones provinciales a asignar
del reinado de Fernando VII, cuando muchos municipios habían fundado centros educativos fondos a los institutos, ya que el Plan Pidal no les obligaba propiamente a ello. En deinitiva,
partiendo de la iniciativa local y los habían dotado con los bienes y rentas de antiguas cor- si en algunos municipios lograr el pago de las nóminas podía ser una tarea política titánica,
poraciones educativas clausuradas o extintas. En consecuencia, dependiendo de los bienes lograr partidas presupuestarias para el material cientíico sería una entelequia.
disponibles en cada provincia y de la actitud de las autoridades políticas del lugar, se habían Por todo esto, la Ley Moyano de 1857 y, especialmente, su Reglamento de 1859 prestaron
erigido establecimientos públicos con grandes diferencias de recursos económicos, situación una atención preferente al régimen económico de los institutos. En primer lugar, concedie-
que se alargaría hasta 1887, año en el que se optaría por la centralización homogenizadora. ron a todos los institutos provinciales autonomía administrativa al conferirles una secretaría
Del mismo modo, las disposiciones públicas sólo indicaron un número mínimo de mate- completamente independiente de la universidad. Asimismo, se decretaron normas claras para
riales imprescindibles para la enseñanza sin entrar en grandes detalles o especiicaciones, garantizar la transparencia en la gestión de los bienes propios de los establecimientos, que de-
descargando en los políticos locales la responsabilidad de dotar adecuadamente los nuevos bían ser arrendados mediante subasta pública. De igual modo, se decretó que las diputaciones
centros educativos. El Reglamento para la ejecución del Plan de Estudios decretado por S. M. en provinciales cubrirían el déicit resultante de los gastos e ingresos propios y que éstas tendrían
8 de julio de 1847 dictaba que: libertad para sufragar los Estudios de Aplicación (enseñanzas técnicas) que considerasen opor-
tuno ofertar en los institutos. Finalmente, el Gobierno aprobaría partidas presupuestarias adi-
cionales para la dotación de bibliotecas e instrumental cientíico de los institutos.

1 José Ramón bertomeu et al.: “Las colecciones de instrumentos cientíicos de los institutos de en-
señanza secundaria del siglo XIX en España”, Historia de la educación: Revista interuniversitaria, 30 2 Reglamento para la ejecución del Plan de Estudios decretado por S. M. en 8 de julio de 1847, Madrid,
(2011) pp. 167-193. Imprenta Nacional, 1847, pp. 31-32. 222
No obstante, esta mayor claridad burocrática tampoco signiicaba igualar los recursos de Por otra parte, el monto total también dependía de si cursaban enseñanza oicial o privada,
Financiando la ciencia en el siglo xix: el caso del Instituto
Provincial de Valencia 1866-1902. C. Sirera Miralles

debates y perspectivas en historia de la ciencia. V. Bellver Loizaga, F. d'Amaro, I. Molina Puertos y J. Ramos Tolosa.
"Otras voces, otros ámbitos": Los sujetos y su entorno. Nuevas perspectivas de la historia sociocultural. Ciencia, medicina y sociedad:
los centros, porque las fuentes principales de ingreso eran las matrículas y derechos de expe- porque, en el siglo XIX, los estudiantes de colegios privados debían inanciar la enseñanza pú-
dición de títulos, más los bienes propios. En teoría, desde la reforma del plan de estudios de blica, en vez de cómo ocurre en el siglo XXI, que usamos dinero público para inanciar centros
1861, un estudiante que cursara el bachillerato en un instituto público aprobando todos los privados. Los estudiantes de enseñanza privada pagaban el 50% de las tasas de matrícula y,
exámenes y solicitase sus títulos académicos hacía un desembolso aproximado de unos 1.000 como sólo podían examinarse ante los catedráticos del instituto provincial, debían abonar los
reales (250 ptas). El problema es que el número de alumnos inscritos variaba extraordinaria- derechos de examen, así como los costes de la expedición de títulos. Esto signiicaba que estos
mente de una ciudad a otra. A modo de ejemplo: estudiantes aportaban ingresos, si bien no suponían un gasto en costes de material, manteni-
miento del ediicio e incluso nóminas de profesores auxiliares.
1859-71 1859-68 1859-75 1872-80 1859-77 1859-1901 Por esta razón, cuando Manuel Orovio accedió en 1866 al ministerio de Fomento en repre-
CÁCERES 133 -- -- -- -- -- sentación de los neocatólicos decretó una reforma de la enseñanza media que concedió exen-
LOGROÑO -- 252 -- -- -- -- ción de tasas a los inscritos en enseñanza privada o doméstica. Además, se reformaron las pla-
nes de estudio para desterrar las matemáticas y se equiparó a los seminarios conciliares con los
GIRONA -- -- 97 -- -- --
institutos provinciales con el propósito de, en el medio plazo, propiciar la quiebra económica de
MALLORCA -- -- -- 389 -- --
los institutos públicos y sus sustitución por los seminarios. 4 Estas medidas, sin embargo, sólo
MADRID-NOVICIADO -- -- -- -- 2.203 -- estuvieron vigentes dos cursos, porque la Revolución Gloriosa de 1868 supuso su inmediata
MADRID-SAN ISIDRO -- -- -- -- -- 2.169 derogación. Por otra parte, el decreto de 29 de septiembre de 1874 simpliicó el sistema de pa-
CIUDAD REAL -- -- -- -- -- 264 gos de tasas al estipular que cada asignatura tendría un importe de matrícula de 8 ptas. que,
BADAJOZ -- -- -- -- -- 143 añadidas a las 5 ptas. por derechos de examen, daría unas 13 ptas. por las 12 asignaturas del plan
PALENCIA -- -- -- -- -- 337 de estudios con latín que pervivió hasta 1880, una cantidad que sumada al resto de derechos
SALAMANCA -- -- -- -- -- 447 ascendía a un total de 238 ptas. por alumno y estudios completados de tal forma que incluso se
CASTELLÓN -- -- -- -- -- 284 debía producir una pequeña reducción en los ingresos en beneicio de los estudiantes.
Este esquema se modiicó en 1877, cuando el conde Toreno aprobó sus decretos de de 6 de
ALICANTE -- -- -- -- -- 675
julio, 10 de agosto y 15 de agosto que impusieron un gravamen extra de 5 ptas. a las tasas de
VALENCIA 1.354 1.311 1.330 1.575 1.356 1.686
matrícula, si bien los derechos de examen se redujeron de 5 ptas. a 2’5 ptas. Esto supuso elevar
Cuad. 01 Media de alumnos matriculados en institutos estudiados 1859-1901. FUENTE: Memorias el coste total de completar el Bachillerato a 300 ptas., un incremento del 26% respecto de 1874,
del Instituto Provincial3 aunque el gravamen de 5 ptas. se justiicó como una necesidad para mejorar los equipamien-
tos de los establecimientos públicos y para crear un sistema de becas, porque un 25% del total
recaudado se destinaría a la compra de materiales cientíicos y otro 25% a dotar las pensiones
económicas que recibirían los alumnos faltos de recursos con mejores caliicaciones. Un recar-
go adicional que debían pagar tanto los estudiantes matriculados en los institutos provincia-
3 Emilia domínguez rodríguez: Cáceres y la enseñanza secundaria (1822-1869), Salamanca, Kadmos, les como aquellos que cursaban enseñanzas privadas y que, por tanto, redundaba en beneicio
1991, pág. 157. directo de los centros públicos. Por lo tanto, estas nuevas medidas vinculaban de forma directa
Florencio ramírez ochagavia: Instituto Sagasta de Logroño, 25 años de historia (1843-1868), Logro-
ño, Ochoa, 2001, pág. 49. el abono de tasas con la inversión en compra de instrumentos cientíicos y becas para garan-
Felicidad sánchez pascua: El Instituto de Segunda Enseñanza de Badajoz en el siglo XIX, Badajoz, tizar que estos objetivos tuviesen un mínimo de recursos para su atención.
Diputación Provincial de Badajoz, 1985, pág. 75. Sin embargo, la Ley de Presupuestos de 30 de junio de 1887 dispuso en su artículo 7 que los
Ángel jara barreiro: La Segunda enseñanza en la Mancha: el instituto de Ciudad Real: 1837-1967, institutos de enseñanza media pasaran, así como las rentas que generaban y los sueldos de
Ciudad Real, Diputación de Ciudad Real, 2001, pág. 210. los profesores, a depender completamente del Estado en detrimento de las diputaciones pro-
A. colom cañellas: Assaig d’ Història de l’Educació a la Mallorca contemporània, Palma, Servei de
Publicacions i intercanvi Cientíic de la Universitat de les Illes Balears, 1991, pág. 251. vinciales. Esto signiicó que el Estado pasó a detentar la propiedad de los patrimonios que
José María herández díaz: “Los alumnos de segunda enseñanza en el siglo XIX”, Historia de la habían heredado los institutos de las extintas corporaciones religiosas y a gestionar sus ren-
educación, 5 (1986) pp. 251-273. tas, si bien dejó a las diputaciones como titulares de los ediicios para no asumir los costes
Joan olóriz serra: Política i educació: ensenyament de Girona, 1845-1900, Tesis Doctoral, Girona, derivados de su mantenimiento, mientras que también ingresaba directamente los derechos
Universitat de Girona, 1999, pág. 171. académicos, excepto los derechos de examen, a cambio de remitir a los directores cartas de
Alfonso navarro jurado: Historia del Instituto de Segunda Enseñanza San Isidro de Madrid (1845-
1936), Tesis Doctoral, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 1991. pago mensuales que cubrían los honorarios del profesorado. Estas cantidades se descontaban
Carmen rodríguez guerrero: El Instituto de Segunda enseñanza del Noviciado de Madrid de 1845 a de los pagos en impuestos que recolectaban las diputaciones para el Gobierno, que, a su vez
1877, Tesis Doctoral, Madrid, UNED, 2004, pág. 400. debían cubrir el déicit que los establecimientos educativos generasen.
Mª Concepción álvarez garcía: La enseñanza secundaria en Palencia durante el siglo XIX (1845- Finalmente, el artículo 27 de la Ley de presupuestos de 30 de junio de 1890 dispuso la venta
1901), Palencia, Diputación Provincial de Palencia, 1997, pp. 134-176. en pública subasta de todos los bienes incorporados y su posterior reconversión en títulos de
Vicenta altava rubio: Aportaciones al estudio de la Enseñanza Media en Castellón, 1846-1900, Tesis
Doctoral, Valencia, Universitat de Valencia, 1993, pág. 180.
M. Ángel esteve gonzález: La enseñanza en Alicante durante el siglo XIX, Alicante, Instituto de 4 Carles sirera miralles: “Neocatolicismo y darwinismo en las aulas: el caso del instituto provincial
Cultura Juan Gil-Albert, 1991. de Valencia”, Ayer, 81 (2011) pp. 241-262. 223
deuda pública, cuyos intereses serían asignados a los institutos respectivos. De este modo, se timado en 85.000 ptas.10 Asimismo, recibió el conjunto de propiedades del antiguo el colegio,
Financiando la ciencia en el siglo xix: el caso del Instituto
Provincial de Valencia 1866-1902. C. Sirera Miralles

debates y perspectivas en historia de la ciencia. V. Bellver Loizaga, F. d'Amaro, I. Molina Puertos y J. Ramos Tolosa.
"Otras voces, otros ámbitos": Los sujetos y su entorno. Nuevas perspectivas de la historia sociocultural. Ciencia, medicina y sociedad:
esperaba evitar que en un futuro los supuestos herederos de los bienes desamortizados los cuyo valor total de los títulos de deuda pública era de 681.656’61 ptas. que devengaban unos
reclamasen con éxito ante unos tribunales que, en el contexto de reconciliación con los secto- intereses de poco más de 17.000 ptas. Anuales.11 Estas cantidades sumadas a las rentas de los
res agraviados por las revoluciones liberales que primó en los primero años de la Restauración, bienes rústicos supusieron un aumento medio anual de los ingresos de 20.000 ptas. para el
podían mostrarse receptivos a estas demandas. periodo 1868-1880. Esto, junto a la derogación de las medidas de Orovio y el destacado papel
Por lo tanto, fue en 1890 cuando se ultimó el proceso de centralización económica deini- que tomó la diputación en la extensión de los estudios prácticos durante el Sexenio, hizo que
tiva de los institutos provinciales. A partir de ese año, el Gobierno asignaría partidas ijas de en el curso 1868-69 el presupuesto del instituto se incrementase de 52.666 ptas. a 109.245’5
presupuesto y los centros no gestionarían ni recolectarían sus propios fondos. En teoría, debía ptas.,12 un alza de más del 100%. El total de bienes recibidos del Real Colegio de San Pablo se
garantizarse un empleo más iable de esos recursos y compensar las diferencias económicas detalla en el siguiente cuadro:
entre los institutos provinciales. Sin embargo, las consecuencias reales de esas medidas se
estudiarán al analizar el caso de Valencia. PATRIMONIO VALOR EN PTAS
FINCAS URBANAS Y RÚSTICAS 607.344,81
La gestión administrativa del instituto provincial de Valencia
DEUDA PÚBLICA DEL ESTADO 647.868,38
El Reglamento de 1859 signiicó el nacimiento del instituto provincial de Valencia como
MOBILIARIO INSTITUTO 31.365,77
una entidad administrativa independiente de la universidad al dotarlo de secretaría y archivo
propios. No obstante, este centro nació sin recursos, porque los bienes de las extintas corpora- MOBILIARIO NA-MONFORTA 2.406,81
ciones educativas habían pasado al Real Colegio de San Pablo. En consecuencia, el instituto de TOTAL 1.288.985,77
Valencia compartía sede física con la universidad y se veía en la “necesidad de ir trasformando
Cuad. 02 Inventario de bienes del real colegio de san pablo 1872. FUENTE: AHILLV Inventario 1873-
sucesivamente un reducido almacén de la Universidad en una especie de gabinete, que si no
1881 ESAISLVV nº 111
tiene todas las condiciones que son de desear, contendrá al menos con desahogo y alguna
regularidad cuanto vamos adquiriendo”.5
La Revolución Gloriosa supuso pasar en pocos años de una estrechez paralizante a una
La única fuente de ingresos eran las aportaciones de los alumnos inscritos más una sub-
notoria abundancia que permitió la creación de la Escuela Industrial de Artesanos, así como
vención de 6.000 reales (1.500 ptas.) para la compra de materiales, percibidos directamente
sostener una escuela de enseñanza primaria anexa al instituto, donde unos 200 niños reci-
del Gobierno de la Nación por tratarse de un instituto anexo a una universidad, aunque los
bían instrucción completamente gratuita, además de ofertar los peritajes mecánico, químico y
54.965 reales consignados para el curso 1859-60 bastaron para satisfacer todos los gastos6 y,
agrícola o los estudios de náutica. Igualmente, a partir de 1877, gracias a los decretos de Toreno,
a partir de 1861, el aumento de estudiantes, más una nueva dotación de 20.000 reales pro-
se pudo contar con fondos adicionales. Entre 1878 y 1887, veintisiete jóvenes se beneiciaron
veniente de la diputación para atender las necesidades de los nuevos estudios de aplicación,
de pensiones otorgadas por el instituto y a tal in se destinaron 24.247 ptas., aunque los profe-
elevó el presupuesto a 105.533 reales (26.383 ptas.).7 Desgraciadamente, las reformas de Orovio
sores hubiesen podido dedicar un monto total de 41.800 ptas. el 25% del total recaudado por
que declararon exentos de tasas a los estudiantes de enseñanza privada y doméstica supusie-
derechos académicos. Sin embargo, preirieron gastar esa diferencia en la compra de material
ron una pérdida de más de 30.000 reales,8 que se sumó a la decisión del Estado de negarse
cientíico, porque consideraban que no había suicientes jóvenes merecedores de estas ayu-
a conceder ninguna subvención a los centros incorporados a las universidades para dejarlos
das. Por otra parte, en estos mismos años el claustro hizo un desembolso anual promedio en
completamente en manos de las diputaciones. Unas medidas que, como ya hemos señalado,
compra de material e instrumental cientíico de 18.240 ptas., una elevada cantidad que reve-
buscaban la asixia económica de los institutos para favorecer su desmantelamiento.
laba que la prioridad del claustro era dotar adecuadamente al centro para equipararlo con los
Por el contrario, la derogación de las disposiciones de Orovio por Ruiz Zorrilla en 1868 supu-
primeros institutos de Europa. Más de 180.000 ptas. se destinaron en diez años a la compra de
so un incremento del 43% en la entrada por derechos de matrícula.9 Pero, más signiicativo, fue
libros, suscripción de boletines cientíicos y a la dotación de los gabinetes cientíicos, un poco
la incorporación forzosa del Real Colegio de San Pablo decretada por la Junta Revolucionaria. A
más del 17% de la partida de gastos de esa década.
raíz de esta medida, en 1868 el instituto pasó de no tener un emplazamiento ijo a ocupar un
Por el contrario, la incorporación de 1887 se tradujo en una drástica reducción de la partida
ediico valorado en 332.500 ptas. y poseer el de Na-Monforta, situado en la calle Barcas, y es-
de gastos, porque el Estado pasó a controlar el presupuesto destinado a la adquisición de ins-
trumental y libros. En vez de disponer del 25% de la recaudación por derechos académicos, se
ijó una cuota anual de 7.000 ptas. para la compra de material ordinario tanto de oicina como
5 Memorias del instituto provincial de 2.ª enseñanza. Curso de1863 á1864, Valencia, Imprenta de José cientíico, el 38% de lo empleado anteriormente. Es posible que en los institutos de provincias
Rius, 1864, pág. 11. más pequeñas y con menos estudiantes esas 7.000 ptas. fueran un avance considerable, pero los
6 Memorias del instituto provincial de 2.ª enseñanza. Curso de1859 á 1860, Valencia, Imprenta de José establecimientos más grandes sufrieron una merma considerable en estas partidas. Es decir, la
Rius, 1861. centralización de 1887 se hizo para beneiciar a los institutos desatendidos por sus diputaciones
7 Memorias del instituto provincial de 2.ª enseñanza. Curso de1860 á 1861, Valencia, Imprenta de José
Rius, 1862.
8 Memorias del instituto provincial de 2.ª enseñanza. Curso de1867 á 1868, Valencia, Imprenta de José 10 Archivo Histórico del Instituto Lluís Vives, Inventario 1873-1881 esaislvv nº 111.
Rius, 1868, pág. 18. 11 Archivo de la Diputación Provincial de Valencia, E. 9.1, Caja 4.
9 Memorias del instituto provincial de 2.ª enseñanza. Curso de1892 á 1893, Valencia, Imprenta de José 12 Memorias del instituto provincial de 2.ª enseñanza. Curso de1892 á 1893, Valencia, Imprenta de José
Rius, 1893, Cuadro nº 21. Rius, 1893, Cuadro nº 21. 224
provinciales, pero al coste de perjudicar a los de mejor situación económica. El cuadro 3 resume por el alumnado. Esto, empero, se podría entender si ese superávit hubiese tenido como in ate-
Financiando la ciencia en el siglo xix: el caso del Instituto
Provincial de Valencia 1866-1902. C. Sirera Miralles

debates y perspectivas en historia de la ciencia. V. Bellver Loizaga, F. d'Amaro, I. Molina Puertos y J. Ramos Tolosa.
"Otras voces, otros ámbitos": Los sujetos y su entorno. Nuevas perspectivas de la historia sociocultural. Ciencia, medicina y sociedad:
esta situación al ilustrar el porcentaje respectivo de los ingresos según los pagos de los alumnos, nuar el déicit que arrastraban centros más pequeños. De hecho, esa era una de las razones que
las rentas generadas por el patrimonio propio o los fondos provenientes de la diputación: movieron al estamento docente a demandar la incorporación y los liberales, cuando la dictaron
en 1887, tenían presente que ese debía ser su in. Pero, como denunció en repetidas ocasiones el
PERIODO ALUMNOS PATRIMONIO DIPUTACIÓN GASTO PROMEDIO político Eduardo Vincenti, Director General de Instrucción Pública por los liberales entre 1892 y
1868-1877 44,2% 26% 26,5% 83.718 ptas 1894, dicha medida había sido pervertida al transformarse la enseñanza media en una fuente de
ingresos para el Tesoro, porque las rentas devengadas eran superiores con creces al dispendio to-
1877-1887 58,1% 17,1% 28,9% 105.112 ptas
tal que requería su sostenimiento. Según sus estimaciones, desde 1887 hasta el primero de julio
1887-1901 99,8% 28% 24,5% 88.164 ptas de 1894, el Estado había ganado 3.070.828 ptas. con este tramo de la instrucción pública.14 Como
es lógico, estimar la importancia adquirida por esta partida presupuestaria para el sostenimien-
Cuad. 03 Ingresos del instituto provincial sobre gasto 1868-1901. FUENTE: Memorias del Instituto
Provincial de Valencia. to de la Hacienda Pública excede las pretensiones de la presente comunicación, que sólo puede
destacar la triste paradoja que se produjo en el curso 1898-1899, cuando los impuestos de guerra
En un primer momento, este conjunto de cifras puede resultar incomprensible, aunque re- aplicados a las tasas académicas las encarecieron aproximadamente un 10%. Ese año el instituto
sume toda la problemática que aparejó la inanciación de la enseñanza media. Durante 1868- recaudó para el Estado más de 180.000 ptas., pero sólo consumió 87.000 ptas. Se puede decir
77, el pago de las tasas, más las rentas generadas por el patrimonio propio, hubiesen bastado que estudiar el bachillerato fue una forma de sufragar el esfuerzo bélico y, posiblemente, la edu-
para sufragar los estudios generales y los estudios de aplicación sin necesidad de incurrir en un cación secundaria cargaba con deudas de los ministerios de guerra y marina.
déicit signiicativo para los fondos provinciales. No obstante, la diputación aprovechó la au- Por otro lado, a partir de 1887 el incremento del gasto se debió exclusivamente a la mejora
tonomía conferida por el Sexenio a las corporaciones locales para ampliar la oferta académica de los sueldos de los catedráticos por razón de sus quinquenios de antigüedad. Se contrató a
del instituto a cambio de asignarles una subvención de 20.000. ptas. anuales y, de este modo, pocos docentes y, en muchos casos, fue la diputación quien asumió sus gratiicaciones. Del
desvió parte de los impuestos de los contribuyentes para fomentar los estudios técnicos. mismo modo, la adquisición de instrumental cientíico nuevo para los gabinetes se paralizó y
Por otro lado, los decretos de Toreno de 1877 implicaron un encarecimiento de la educación tan sólo se pudo comprar el material indispensable para su mantenimiento, al mismo tiempo
que recayó sobre el alumnado, a pesar de que fueron los matriculados en los colegios privados que las reparaciones y mejoras del ediicio se hicieron menos frecuentes, porque requerían de
los más perjudicados. Pero, a su vez, también fueron los estudiantes los primeros beneiciados, previa autorización de la Dirección General de Instrucción Pública, si bien no se puede decir
ya que en los institutos grandes fue posible equipar adecuadamente los gabinetes de física, que el estado de conservación del establecimiento fuese catastróico.
química y ciencias naturales, además de las bibliotecas y salas de estudio.13 La incorporación de En este punto, resulta evidente que la centralización presupuestaria dictada en 1887, junto
1887, empero, arbitró un nuevo reparto de las cargas económicas que, si en un principio debía a la política de reducción de costes aplicada por los conservadores desde 1891, tuvo consecuen-
garantizar el puntual cobro de las nóminas y el correcto funcionamiento de todos los institu- cias nefastas en la provincia de Valencia. Si la diputación provincial desde 1860 había seguido
tos, en Valencia resultó fatídico, aunque la diputación mantuvo una aportación de 19.612 ptas., una política educativa expansiva focalizada principalmente a favorecer la instrucción formali-
una cuantía inferior a la destinada en los últimos años, que había ascendido a más de 40.000 zada de los trabajadores manuales cualiicados que albergaba un centro industrial-artesanal
ptas. anuales. Esta ayuda, con el volumen de matrículas existente ese año, servía para paliar como Valencia, el cierre de la Escuela Industrial de Artesanos en 1887 supuso un considerable
por completo el déicit generado por sostener el instituto con todos los estudios de aplicación retroceso, agravado por la dejadez mostrada por el ministerio hacia los peritajes. En esta tesi-
incorporados, más sus complementos salariales, pero no alcanzaba para costear la Escuela tura, la diputación sólo pudo intentar suplir las carencias del gobierno central y resignarse a
Industrial de Artesanos, que fue el primer servicio educativo sacriicado. abandonar el papel protagonista que tuvo en 1868 con la puesta en marcha de nuevos estu-
Posteriormente, en 1891, los conservadores iniciaron una política de reducción de costes dios. Una evolución que se visualiza en el siguiente gráico:
que en Valencia implicó la supresión de los estudios de náutica, de la escuela de primaria gra-
tuita abierta desde 1868, del peritaje mecánico y de las consignaciones para el mantenimiento
del servicio de bibliotecas, además de no renovarse las bajas que se producían en el personal
subalterno. En consecuencia, el monto enviado en las cartas de pago era considerablemente
menor, aunque, paradójicamente, en esos años mejoraba el número de inscritos en la ense-
ñanza media y, por ende, el Estado recaudaba más por este concepto. Este superávit podía
haber servido para reducir la asignación de la diputación, pero ésta se vio en la disyuntiva de
disminuir su partida y ver empequeñecido el establecimiento oicial o sustituir a la adminis-
tración central, y optó por esta última alternativa.
Por lo tanto, el instituto de Valencia reportaba beneicios al Gobierno que, en la práctica, ha-
bía expropiado al centro su patrimonio y no devolvía siquiera el 100% de los pagos efectuados

13 Carmen rodríguez guerrero: El Instituto de Segunda enseñanza del Noviciado de Madrid de 1845 a
1877, Tesis Doctoral, Madrid, UNED, 2004, pp. 462-493.José Ramón bertomeu et al.: “Las coleccio-
nes de instrumentos cientíicos de los institutos de enseñanza secundaria del siglo XIX en Espa- 14 Emilio díaz de la guardia: Evolución y desarrollo de la Enseñanza Media en España de 1875 a 1930.
ña”, Historia de la educación: Revista interuniversitaria, 30 (2011) pp. 167-193. Un conlicto político-pedagógico, Madrid, MEC, pp. 466-467. 225
gación de los profesores como cuerpo profesional, ya que en 1887 lograron una de sus mayores
Financiando la ciencia en el siglo xix: el caso del Instituto
Provincial de Valencia 1866-1902. C. Sirera Miralles

debates y perspectivas en historia de la ciencia. V. Bellver Loizaga, F. d'Amaro, I. Molina Puertos y J. Ramos Tolosa.
"Otras voces, otros ámbitos": Los sujetos y su entorno. Nuevas perspectivas de la historia sociocultural. Ciencia, medicina y sociedad:
Gráfico 1 Ingresos
Ingresos y gastos del Instituto Provincial Gastos
reivindicaciones, la promoción estricta por antigüedad mediante quinquenios.15 Por lo tanto,
200
sería interesante estimar la valoración que de ese esfuerzo económico en material cientíico
180 hacían en sus reclamaciones corporativas y si dentro de sus asociaciones profesionales existía
un debate sobre la necesidad de priorizar las condiciones laborales o mejorar el nivel de la
160
ciencia en España en sus reivindicaciones ante la administración.
140
Miles de pesetas

120

100

80

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40

20

0 1879-80
1880-81
1881-82
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1899-1900
1900-01
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1866-67
1867-68
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1869-70
1870-71
1871-72
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1877-78
1878-79

Años Académicos

Como puede observarse, después de 1887 se interrumpe bruscamente la etapa expansiva


de incremento de la inversión en educación que, en un primer momento, parece acompasarse
con una reducción de los ingresos debido a la reducción de las aportaciones de la diputación.
No obstante, al poco se inicia un proceso ascendente de los ingresos gracias a las aportacio-
nes de los alumnos, mientras que el gasto educativo se estanca. Ese superávit en el balance
producido en la década de 1890 fue el método empleado por el Gobierno para transformar
la enseñanza media en una fuente de recursos económicos. La calidad educativa se degradó
sin que se redujeran las tasas académicas que, por el contrario, se incrementaron durante la
guerra de Cuba.

Elementos para la relexión


En primer lugar, el presente estudio refuta el axioma tan arraigado en España de equipa-
rar centralización con eiciencia y progreso. La completa centralización administrativa de los
institutos decretada en 1887 tuvo efectos nefastos en el instituto provincial de Valencia, cuyas
rentas fueron empleadas para inanciar al Gobierno en detrimento de la oferta educativa pú-
blica en la provincia.
En segundo lugar, esta investigación diagnostica una década de oro para la ciencia en la
enseñanza media, el periodo de 1877-1887, que, gracias a los decretos de Toreno, permitió al
centro valenciano invertir elevadas partidas presupuestarias en la compra de instrumental y
libros. La ventana de oportunidad que supusieron esos años para la cultura cientíica en Espa-
ña puede ser una línea de análisis productiva en el futuro.
En tercer lugar, es también un elemento de relexión destacable interrogarse respecto de la
valoración que los catedráticos de instituto y universidad hicieron de esa etapa, de la imagen
pública que proyectaron respecto de la necesidad de mantener esas inversiones para lograr
una adecuada dotación de los establecimientos públicos. Su actitud y comportamiento colec-
tivo ante los cambios decretados en 1887 y las consecuencias que estos tuvieron es también 15 Carles sirera miralles: Un título para las clases medias: el instituto Lluis Vives de Valencia 1859-1902,
un tema de discusión pertinente. En este sentido, sería interesante profundizar en la investi- Valencia, Puv, 2011, pp. 171-253. 226

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