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En conclusión, el oncenio de Leguía se caracterizó por el “Proyecto de la Patria Nueva”, el cual

consistió en el desplazamiento del civilismo como fuerza política predominante, el culto a la


personalidad y un estilo de gobierno dictatorial y populista. Además, cuando Leguía toma el
control, decide llevar a cabo una “transformación” del Estado y de la sociedad existente en ese
momento, es decir, que el Estado tenga un mayor acercamiento e interés hacia el sector
marginado, que constituía la mayoría del país, sobre todo del indio; dicho en otras palabras,
establecer medidas que beneficien a ese sector de la sociedad peruana; y que ese sector
marginado de la sociedad ya no sea ignorado, sino que tomara participación del desarrollo de
la sociedad, y que reciba los beneficios y compromisos al ser parte de ella.

En conclusión, la “Patria Nueva”, se puede resumir de la manera siguiente:

• Elaboración de una Nueva Constitución, labor realizada por la Asamblea Nacional de 1919.

• Una guerra abierta a los miembros de la plutocracia civilista, a través de destierros y


encarcelamientos de muchos de sus miembros; así como también de aquellos que se oponían
a las medidas aplicadas por Leguía.

• Una Democracia directa y participatoria, lo cual se reflejó a través de la creación e instalación


de los Congresos Regionales.

• La presencia de inversiones, es decir, capital extranjero, sobre todo de EE. UU., para la
modernización del país, a través de empréstitos.

• Una política de defensa de los problemas territoriales, siendo un claro ejemplo la


recuperación de Tacna; pero que costó la pérdida de Arica.

• Amparo a la masa Indígena, quien pasó a ser protagonista de la vida social y política del País,
lo cual se reflejó en la formación del Patronato Proindígena y la corriente Indigenista que se
desarrolló en ese período; y al Obrero, a través del reconocimiento de sus Sindicatos y de sus
derechos.

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