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Diálogo entre Caperucita Roja y su madre

―¡Caperucita! ―llamó la madre desde la cocina.


―¡Aquí estoy! ―respondió la niña.
―Necesito pedirte un favor. Tu abuela está enferma y quiero enviarle esta canasta
con algunos alimentos para que pueda reponerse.
―¿Quieres que yo le lleve la canasta a la abuelita? ―comprendió rápidamente
Caperucita.
―Exactamente.
―¡Excelente! ¡Me encanta visitar a la abuela! ―festejó la niña.
―Me alegro. A ella también le encanta recibirte. Toma ―le dijo, mientras le
entregaba la canasta.
―¡Salgo ya mismo!
―¡Gracias! Recuerda seguir el camino de siempre y no hablar con ningún
desconocido ―le advirtió la madre.
―No te preocupes, tendré mucho cuidado. ¡Hasta luego, mamá! ―dijo ya fuera de
la casa, mientras salía al trote.

Diálogo en un autobús

―Buen día, señor.


―Buen día.
―Le hago una consulta. ¿Este ómnibus llega hasta el centro de la ciudad?
―Sí, serán unos veinte minutos de viaje desde acá. De hecho, es el final del
recorrido.
―¡Perfecto! ¿Cuánto cuesta el pasaje?
―4,20 pesos.
―Aquí tiene. Muchas gracias.
―Por nada, que tenga un buen viaje.
Diálogo en el supermercado

―¡Hola, Martina!
―¡Hola, Ricardo! ¡Tanto tiempo! Qué casualidad encontrarnos en el supermercado,
¿no?
―Sí, realmente. ¿Cómo has estado todos estos años? Pensé que estabas viviendo
fuera del país.
―¡Sí! Estuve muchos años viviendo en Francia, pero hace unos meses volví para
quedarme. ¿Por qué no aprovechamos este encuentro y arreglamos para cenar
algún día?
―Me encanta la idea. ¿El martes? ¿Qué dices?
―Perfecto, justo estoy libre. Te dejo mi número para que definamos horario y lugar,
¿te parece bien?
―Me parece genial. ¡Qué alegría volver a encontrarte! Nos vemos el martes
entonces.
―Lo mismo digo, tenemos mucho para ponernos al día. ¡Nos vemos pronto! ¡Adiós!

Diálogo en una oficina

—Buenos días.
—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?
—Estoy buscando la Oficina de Admisión para dejar una documentación, ¿sabe
dónde está?
—Sí, claro. Tiene que subir al primer piso, doblar a la derecha y la última puerta del
pasillo es la que usted busca.
—Genial, muchas gracias.
—Debo advertirle, de todas maneras, que la Oficina de Admisión recién abre al
mediodía…
—Ah, no lo sabía. Bueno, vuelvo más tarde entonces. ¡Muchas gracias!
—No hay por qué. Que tenga un buen día.
—¡Igualmente!

Diálogo telefónico con un consultorio médico

―Consultorio del doctor Ramírez, buenos días.


―Buenos días, necesitaba sacar un turno con el doctor lo antes posible.
―¿Qué días puede venir?
―Podría ser lunes, miércoles o viernes.
―El doctor tiene un turno libre el próximo miércoles a las 8 AM.
―Perfecto, lo tomo.
―Listo, ya está agendado. No se olvide de traer los estudios previos.
―¡Ah! Gracias por recordármelo.
―No hay por qué. ¡Que tenga un lindo día!
―Muchas gracias a usted, nos vemos el miércoles.
Diálogo entre una madre y su hija

―Mamá, hoy en la escuela nos pidieron que llevemos un diccionario.


―Bueno, hija, después le digo a tu padre que compre uno de camino a casa. ¿Algo
más les pidieron?
―No, pero me vendría bien tener un cuaderno nuevo porque el mío ya está por
terminarse.
―¿Qué tipo de cuaderno es?
―Uno cuadriculado, porque es el de Matemática.
―Perfecto, ya le aviso que necesitas esas dos cosas para cuando pase por la
librería. ¿Seguro que nada más?
―Seguro, mamá. Muchas gracias. Ahora voy a casa de Martín a estudiar para el
examen, nos vemos más tarde.
―Muy bien, nos vemos a la noche. Envíale mis saludos a la mamá de Martín.
¡Hasta luego!
―¡Adiós!

Diálogo entre vecinos

VECINO 1: Hola, Sergio, ¿cómo está?


VECINO 2: ¡Hola, vecino! ¡Qué alegría encontrarlo! Hacía muchos días que no lo
veía. ¿A qué debo su visita?
VECINO 1: Vine porque tengo un problema de humedad en mi casa, y creo que
tiene que ver con las cañerías de su cocina, ¿puede ser?
VECINO 2: ¡No me diga! Ayer estuvo el plomero trabajando porque teníamos unas
filtraciones. ¿Habrá sido por eso?
VECINO 1: Seguramente…
VECINO 2: No se preocupe. Hoy mismo lo llamo para que pase por su casa a
revisar qué fue lo que ocurrió.
VECINO 1: Se lo agradezco mucho. Probablemente no sea nada grave.
VECINO 2: Le confirmo el horario apenas pueda comunicarme con él. ¡Y le pido
disculpas por las molestias!
VECINO 1: No es molestia, es algo que puede ocurrir, no hay problema. Muchas
gracias por ocuparse.
VECINO 2: No hay por qué. Lo llamo más tarde. Salude a su familia de mi parte.
VECINO 1: ¡Gracias! ¡Adiós!

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