Está en la página 1de 1

Santa Marta, 22 de febrero de 2021

Querida abuela
Dulcina Herrera

Dulci mía, quizás nunca te lo comenté porque era irrelevante pero quería decirte que fuiste el único
abuelo que pude conocer con vida, es por eso que vengo a expresarte por medio de esta carta lo
bonito y gratificante que fue para mi vida el haberte podido conocer en parte de mi niñez y
adolescencia, el buscar siempre una excusa para ir a casa de mis tías para irte a visitar, sentarme a
tu lado y escuchar con mucho amor y atención cada una de las anécdotas que viviste en tu querido
pueblo Pijiño del Carmen.

Siempre recuerdo tu rostro en el que había una sonrisa gigante que nos contagiaba a todos, la cual
no desapareció siquiera un poco durante tu enfermedad, y esa maneja tan jocosa con que nos
“sacabas la lengua” en señal de expresarnos esa alegría.

Fuiste tu quien nos unió mucho mas como familia cuando pensábamos que todo se estaba
derrumbando y poniendo difícil, y sabes creo que estoy en este lugar gracias a ti, porque siempre
me enseñaste ese gran valor de la fe y la importancia de vivirla por eso siempre estaré agradecido
contigo.

Un abrazo gigante que llegue de aquí hasta el cielo

Con cariño, tu nieto más pequeño Elkin

Pdta.: Han pasado los años y aun seguimos diciendo cuando visitamos la casa de mis tías:
“Vamos para donde mi abuela”.

También podría gustarte