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AGUAFUERTE

Esta técnica de grabado, debe su nombre al nombre del ácido que se emplea durante el
proceso de realización de las planchas o matrices de grabado y que es el ácido nítrico
rebajado con agua que se conoce como aguafuerte. La técnica de grabado aguafuerte fue
desarrollada en el año 1432 por el orfebre italiano Maso Finiguerra.

Consiste en recubrir una plancha


pulimentada, generalmente de cobre, con
un barniz impermeable a la acción de los
ácidos. Luego se traza el dibujo con un
punzón sobre el barniz dejando al descubierto el metal.
Finalmente, se somete la plancha al mordido del ácido , el cual, al atacar al metal traduce
en surcos aquellas líneas trazadas en la capa del barniz. Esos huecos reciben después la
tinta que pasará al papel en la impresión.
Este procedimiento no requiere tanta paciencia como el buril y es más rápido, más
agresivo, menos lineal. La técnica de grabado aguafuerte la utilizaron con gran maestría:
Alberto Durero, Harmenszoon van Rijn Rembrandt, Francisco de Goya, Paul Cezanne, René
Magritte o Pablo Picasso.
Una de las obras más antiguas será del llamado Maestro del Dietario, que perteneció al
último cuarto del siglo XV. Independientemente de su origen alemán o italiano, destacan
por haber realizado aguafuertes de caracter artístico Urs Graf (1485-1527/8) y Daniel
Hopfer (1493-1536). Será curioso citar a Alberto Durero (1471-1528), quien grabó algunos
aguafuertes, pero muy pocos, sobre hierro.
Ya en el XVIII Tiépolo (1727-1804) produjo aguafuertes de una técnica realmente
compleja, junto con Piranesi (1720-1778), dedicado al grabado de arquitecturas y
ruinas, dándole verdadera fama su  serie de “Prisiones” que lo encumbraron como
aguafortista en la Historia del Arte.

La transición entre ambos siglos la hace la genialidad de Francisco de Goya, y a partir


de ahí es raro el pintor que no haga sus incursiones en el ámbito de la estampa,
fundamentalmente en el aguafuerte y la litografía. De éstos, como en todo,
hay resaltar a Picasso. A ambos volveremos una y otra vez.

Gravura

Feita a primeira mancha com o berceau, o desenho é determinado e o trabalho


começa com os raspadores e polidores. O primeiro cortou o grão com suas pontas
afiadas, e o último esmagou-o para sua parte romba. É conveniente usar um
lubrificante, como óleo de linhaça, para não arranhar o metal. Esta técnica, apesar de
ser um método direto que permite alguma visibilidade, exigirá experiência por parte do
gravador para saber traduzir os tons que permanecerão depois de impressa a placa,
pois quando são impressos costumam ser mais escuros do que parecem. na placa de
metal. É frequente recorrer a sucessivas provas estaduais até atingir o Bón a Tirer.
Um cobre, se estampado em ótimas condições de atrito do tarlatan e de pressão na
prensa, permitirá uma edição de mais de 50 exemplares sem se desgastar.

Consiste no revestimento de uma folha polida, geralmente de cobre, com um verniz


impermeável à ação de ácidos. O desenho é então traçado com um furador no verniz,
expondo o metal.

Por fim, a placa é submetida à picada ácida, que, ao atacar o metal, traduz em sulcos
aquelas linhas traçadas na camada de verniz. Essas lacunas recebem então a tinta
que passará para o papel na impressão.

Esse procedimento não exige tanta paciência quanto a trituração e é mais rápido,
mais agressivo e menos linear. A técnica de gravura foi usada com grande habilidade:
Albrecht Dürer, Harmenszoon van Rijn Rembrandt, Francisco de Goya, Paul Cezanne,
René Magritte ou Pablo Picasso.

Uma das obras mais antigas será do chamado Mestre da Dieta, que pertenceu ao
último quartel do século XV. Independentemente da origem alemã ou italiana, Urs
Graf (1485-1527 / 8) e Daniel Hopfer (1493-1536) destacam-se por terem realizado
águas-fortes de cunho artístico. Será curioso citar Albrecht Dürer (1471-1528), que
gravou algumas águas-fortes, mas muito poucas, no ferro.

Já no século XVIII Tiépolo (1727-1804) produziu gravuras de uma técnica realmente


complexa, junto com Piranesi (1720-1778), dedicada à gravura de arquitetura e
ruínas, dando-lhe verdadeira fama sua série de "Prisões" que o elevou como gravador
na História da Arte.

A transição entre os dois séculos é feita pelo gênio de Francisco de Goya, e a partir
de então rara para o pintor que não faça suas incursões no campo da impressão,
principalmente da gravura e da litografia. Destes, como em tudo, é necessário
destacar Picasso. Voltaremos a ambos novamente.
AGUATINTA
El aguatinta es quizás la técnica de grabado más pictórica, ya que permite manchar
superficies con distintas intensidades sin entrecruzamiento de líneas. Esto se consigue
mediante la preparación de la plancha:

Primero se espolvorea con una leve capa de polvo de resina (polvo de colofonia).
Después se calienta y la resina se funde formando pequeñas gotas, que dan como
resultado una superficie granulada con minúsculos islotes de intensidad variable, donde
el ácido no puede morder.

Esta superficie granulada, de intensidad variable según el tiempo de mordido, es apta para
componer los fondos y modelar las figuras.

El aguatinta se emplea frecuentemente en conjunción con la técnica de grabado del


aguafuerte para conseguir distintas tonalidades, que de otra manera será imposible
obtener, ya que el aguafuerte sólo permite obtener líneas.

Para ello, primero se espolvorea toda la superficie de la plancha ya grabada al aguafuerte


con una capa de polvo de resina o de betún de Judea. Luego la plancha se calienta para
que estos granos se adhieran. Después se cubren con barniz aquellas zonas que van a
quedar en blanco. Se somete la plancha a un primer mordido que ataca a los intersticios
que han quedado entre los granitos de resina. Se saca y se cubren los grises más claros. El
proceso se repite cuantas veces sea necesario, tapando en último lugar las partes más
oscuras.

Una variante parecida del aguatinta es el llamado grabado a la sal, aunque el resultado es
justo el contrario: sobre una plancha barnizada se espolvorean granos de sal que, tras ser
disueltos en agua, dejan sobre el cobre desnudo pequeños puntitos para que el ácido los
muerda.

Esta técnica también puede re-trabajarse, para obtener pasajes o zonas de mayor
luminosidad. Para ello se utiliza un bolillo de acero humectado con aceite de lino (para
reducir la fricción) con el cual se aplanará cuidadosamente la textura de la zona deseada,
bruñendo la superficie. En ese caso se la suele llamar aguatinta bruñida.
AQUATINTA

Aquatint é talvez a técnica de gravação mais pictórica, pois permite que as superfícies
sejam pintadas com intensidades diferentes sem cruzar linhas. Isso é conseguido
preparando a placa:

Primeiro é polvilhado com uma leve camada de pó de resina (pó de colofónia).


Em seguida, é aquecido e a resina derrete em pequenas gotas, resultando em uma
superfície granulada com pequenas ilhas de intensidade variável, onde o ácido não pode
morder.

Esta superfície granulada, de intensidade variável em função do tempo de mordida, é


adequada para a composição de fundos e modelagem de figuras.

Aquatint é frequentemente usado em conjunto com a técnica de corrosão para obter


diferentes tonalidades, que de outra forma seriam impossíveis de obter, uma vez que a
corrosão só permite obter linhas.
Para fazer isso, primeiro toda a superfície da placa já gravada é polvilhada com uma
camada de pó de resina ou betume da Judéia. Em seguida, o ferro é aquecido para que
esses grãos grudem. Em seguida, as áreas que ficarão em branco serão cobertas com
verniz. A placa é submetida a uma primeira mordida que ataca os interstícios que
permaneceram entre os granitos resinosos. Os cinzas mais claros são removidos e
cobertos. O processo é repetido quantas vezes forem necessárias, cobrindo por último as
partes mais escuras.
Uma variante semelhante da água-tinta é a chamada água-forte, embora o resultado seja
justamente o contrário: grãos de sal são borrifados em um prato envernizado que, após
serem dissolvidos em água, deixam pequenos pontos no cobre puro para que o ácido
morda .
Esta técnica também pode ser retrabalhada, para obter passagens ou áreas de maior
luminosidade. Para isso, use um rolo de aço umedecido com óleo de linhaça (para reduzir
o atrito) com o qual a textura da área desejada será cuidadosamente alisada, polindo a
superfície. Nesse caso, é freqüentemente chamado de água-tinta polida.
Media Tinta

En el terreno de las artes gráficas el mezzotinto, también llamado manera negra o manera
inglesa, es la más antigua de todas las técnicas de medio tono. El sistema, tal como lo
inventó Ludwig von Siegen alrededor de 1641, consiste en pulir las zonas de una plancha
totalmente graneada de tal forma que de ello resulten los blancos y los diferentes grises
de la estampa. Según el sistema de Siegen, la plancha se granea con el graneador, una
herramienta que los franceses llaman berceau, un utensilio con unos dientes finísimos que
hay que pasear varias veces por la superficie de la plancha, cambiando la dirección para
evitar que el grano tenga una orientación dominante. Una plancha correctamente
graneada tendría que dar un negro perfecto si se imprimiera en este estado. Desde el
punto de vista del dibujo, el mezzotinto es un sistema negativo, como la xilografía, ya que
se trabaja desde el negro hacía el blanco.
La herramienta fundamental que se utiliza es el graneador, berceau (cuna en francés) o
rocker (mecedora en inglés). Consiste en un utensilio con su extremo de acero en forma
de media luna, achaflanado por un borde lleno de incisivos dientes, responsables de
elaborar la trama de puntos. Se coloca perpendicularmente a la plancha y comienza a
balancearse. El dentado de distintos grados y la presión crearán una trama de minúsculos
agujeros ordenados en surcos que luego recogerán la tinta gracias a su profundidad y sus
rebabas. Se necesitarán una diez pasadas en todas direcciones para conseguir cierta
calidad. Este azaroso y lento momento del proceso puede que retire a algunos artistas de
la manera negra, pero queda más que compensado por la belleza que ofrece. Ya hay casas
especializadas que venden las planchas preparadas con el berceau, algo caras de
momento, pero se entiende dado el tiempo que requiere su preparación. También hay
ingeniosos sistemas para realizarlo de forma mecánica que hemos encontrado en varios
videos de Youtube. La resina permite también imitar la técnica directa de la manera negra,
mediante un aguatinta uniforme de mordido profundo. En vez de puntear la plancha se
resina y muerde en ácido hasta dejar un punteado uniforme sobre su superficie que se
traducirá en un negro intenso. A partir de aquí se usa el rascador y el bruñidor de la misma
manera para ir consiguiendo las distintas tonalidades más claras. Los resultados son
menos espectaculares, aunque por su comodidad es utilizado por muchos artistas. Hay
quien lo ha denominado “falsa manera negra”
Una vez realizada la primera mancha con el berceau, se determina el dibujo y se comienza
a trabajar con los rascadores y bruñidores. Los primeros cortan el grano con sus afiladas
aristas, y los segundo los aplastan por su parte roma. Es conveniente utilizar un lubricante,
como aceite de linaza, para no rayar el metal. Esta técnica, pese a ser un método directo
que que permite cierta visibilidad, requerirá experiencia por parte del grabador para saber
traducir los tonos que le quedarán una vez impresa la plancha, ya que cuando
se estampan suelen ser más oscuros de lo que aparentan en el metal. Es frecuente recurrir
a sucesivas pruebas de estado hasta llegar a la Bón a Tirer. Un cobre, si es estampado en
condiciones óptimas de fricción de la tarlatana y de presión en el tórculo, permitirá una
edición de más de 50 ejemplares sin desgastarse.
Meia tinta
No campo das artes gráficas, o mezzotinto, também chamado de black way ou English
way, é a mais antiga de todas as técnicas do meio-tom. O sistema, inventado por Ludwig
von Siegen por volta de 1641, consiste em polir as áreas de uma chapa totalmente
granulada de forma que resultem os brancos e os diferentes tons de cinza da impressão.
Segundo o sistema de Siegen, a placa é granulada com o granulador, uma ferramenta que
os franceses chamam de berceau, um utensílio com dentes muito finos que deve ser
percorrido várias vezes sobre a superfície da placa, mudando a direção para evitar que o
grão tenha uma orientação dominante. Uma chapa com granulação adequada teria que
resultar em um preto perfeito se impressa neste estado. Do ponto de vista do desenho, o
mezzotint é um sistema negativo, como a xilogravura, pois trabalha do preto para o
branco.
A ferramenta fundamental utilizada é o graneador, berceau (berço em francês) ou rocker
(cadeira de balanço em inglês). É constituído por um utensílio com a sua extremidade de
aço em forma de meia lua, chanfrada por uma orla cheia de incisivos, responsável pela
confecção do pontilhado. Ele é colocado perpendicularmente à prancha e começa a
balançar. O serrilhado de diferentes graus e a pressão criarão um padrão de minúsculos
orifícios dispostos em ranhuras que coletarão a tinta graças à sua profundidade e
rebarbas. Serão necessários cerca de dez passes em todas as direções para atingir uma
certa qualidade. Este momento lento e agitado no processo pode remover alguns artistas
do caminho negro, mas é mais do que compensado pela beleza que oferece. Já existem
casas especializadas que vendem os pratos preparados com o berceau, um pouco caro no
momento, mas entende-se pelo tempo que leva para prepará-los. Existem também
sistemas engenhosos para fazê-lo mecanicamente, que encontramos em vários vídeos do
YouTube. A resina também permite imitar a técnica direta do caminho negro, por meio de
uma água-tinta uniforme de mordida profunda. Em vez de pontilhar o prato, é resina e
morde no ácido até deixar um pontilhado uniforme em sua superfície que resultará em
um preto intenso. A partir daqui, o raspador e o polidor são usados da mesma forma para
clarear os diferentes tons. Os resultados são menos espetaculares, embora por sua
conveniência seja usado por muitos artistas. Alguns o chamaram de "falso caminho
negro".
Feita a primeira mancha com o berceau, o desenho é determinado e o trabalho começa
com os raspadores e polidores. O primeiro cortou o grão com suas pontas afiadas, e o
último esmagou-o para sua parte romba. É conveniente usar um lubrificante, como óleo
de linhaça, para não arranhar o metal. Esta técnica, apesar de ser um método direto que
permite alguma visibilidade, exigirá experiência por parte do gravador para saber traduzir
os tons que permanecerão depois de impressa a placa, pois quando são impressos
costumam ser mais escuros do que parecem. na placa de metal. É frequente recorrer a
sucessivas provas estaduais até atingir o Bón a Tirer. Um cobre, se estampado em ótimas
condições de atrito do tarlatan e de pressão na prensa, permitirá uma edição de mais de
50 exemplares sem se desgastar.

BOCETOS
ESCUELA DE ARTES PLÁSTICAS RUBÉN
HERRERA

HUECOGRABADO

AIXA ALICIA AGUILAR CALDERÓN


SEXTO SEMESTRE
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