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wollte OP b> ampprers> AY LITERATURA DEL SIGLO XIX Sobre Noventa y tres de Victor Hugo Pierre Campion -traduccién de Violeta Percia- Guy ‘Rosa -traducci6n de Valeria Castellé Joubert- PRIMERA PARTE HUGO Y LA REVOLUCION GUY ROSA Acta de la comunicacién al Grupo Huge dei 26 de junic de 2004 Sobre Noventa y tres de Victor Hugo .. 3 «que pudieran volverla ineligible y tanto més oscura cuanto terrbles habian acontecimientos, y profundos los cambios que habia producido o de los cuales era ain portadora :nbas cosas van ala par. La Rev hayan cavado tal abismo de horror durante tanto tiempo: sus predecesores mas de una vez habian resuelto de la misma manera su sucesién, su traicién estaba probada. Pero Jos Convencionales la habian tomado claramente como pretexto y no habian ocultado Luis XVI debia morir no a pesar de ser rey, sino porque lo era. No hemos perdido el sentido del crimen de lesa-majestad, atentado contra el Estado, la emocion ante la ‘muerte del prefecto Erignac* lo pone en evidencia, ni tampoco el de la impunidad del soberano, supervivencia monérquica. Midamos la potencia traumatica de la aniquila- cidn de Ia realeza de acuerdo con la que tendria, para nosotros, la destruccin de la democracia, Y eso que ésta tiene una duracién diez veces menor ‘Habria que agregar la de la Seguridad Social, la Caja de Ahorro, el Panteén, qué sé yo qué més. Porque toda la sociedad sus realidades, sus ideas y sus simbo- Jos ~ jhasta el calendario! ~ se van a pique con la Revolucién. Es indtil detallar las leyes; resumamos. La lenta y subterrdnea secularizacién se ha terminado y consagrado lade historia que est conectada a es, Ordenes, provincias, fami son disueltas y los individuos, que tenian por ellas sus derechos y su i ‘modo que no eran mis que sus pres entantes, se ven promovidos al estatuto ho politico y civil- pero también de lo verdadero, del bien ‘Hugo se alia éste a la vez que reconoce en él la consecuencia de la Revolucién: Hay que reconocerlo, un movimiento vasto y profundo esta obrando interior- ‘mente en la literatura de este siglo. Algunos hombres distinguidos se asombran 4 -Ficha de Cétedra- de esto, y en esto lo tinico asombroso es su asombro. En efecto, si después de tuna revolucién politica que ha golpeado a la sociedad en todas sus cumbres yen todas sus raices, que ha afectado todas las glorias y todas las infamias. que todo Por esta fecha, Hugo seguira siendo durante mucho tiempo monarquista. A tal punto que necesita, con un anificio de razonamiento jesuita, disociar el “resultado” de Ja revolucién de su “expresién”, volver a uno contra el otro: “La literatura presente tal la monarquia se habia apartado nueva. Hugo lama a esto dt ct id invoca, 2 personal debida a su edad y a sus rescision de ades y de os homenajes; Mime, De Staély sus amigos buscan ¥¥ culturales de una alianza entre la antigua y la nueva clase dominante; Lammenais se encamina hacia una teocracia republicana; Hugo se 3, bajo la condicién de ‘omamentos monarquicos (sacro, trono, cetro y corona) y de un tinte religioso(altares, martes y santos ancianos). A diferencia de los maestros invocados, pero también de ‘Vigny, de Balzac, incluso de Stendhal, para no hablar de los de Maistre, Bonald y otras hierbas, Hugo jamés escribe ni escrit Tinea siquiera, contra la igualdad ci Convierte@ la libertad en su palabra maestra, pero sin tauracidn, después del Terror y del Imperic, podia con ella, queen el sentido que ¢! le da ~el derech ‘gran hereneia revolucionaria, muy lejos de los ‘men. En una palabra, Hugo acepta de buenas @ p te, que ni siquiera lo dice o lo sospecha, toda Revolucién, Sobre Noventa y ires de Victor Hugo ... 5 tiene ninguna -o varias, igualmente por Luis XVI y tachada con su soner en duda su pertinencia y estimar que la Revolucién ~mucha sangre para poca cosa—en algiin sentido jamas se habia produci- ddo: ya desde antes del 89, la monarquia absoluta, centralizadora y niveladora, habia Hevado a cabo el noventa por ciento del trabajo. El final dela URSS y la caida del muro, de Berlin acaban de descalificar por completo la revolucién comunista, no s6lo como ica; ver subirse de nuevo al trono a un hermano de Luis XVI, luego a otro, no debia ser menos perturbador para el espiritu,y si hay que asom= bbrarse de algo, no es de los extravios de Hugo y de tantos otros sino mas bien de que hhayan sabido, sin mapa ni brijula, llevar la Revolucién a buen puerto, Por lo menos no ccomprende entonces, hasta el 49 0 el 50, por Ia esperanza puesta ianza en todos los regimenes sucesivos, y siempre decepcionada al final, en revolucionaria, en una Feduccion de Ja fractura, en una asimilacién jevoluci jue acepta, sino en su proceso. A veces: “se expresa con una buena voluntad rayan: ingenuidad, como en este poema a la _sloria de los combatientes de julio de 1 {Hermanos | También ustedes tienen sus dias! ‘Orutlo; obraron tanto como sus padres. Para ustedes trazaban con funerales E! circulo triunfal de campos de batalla, [... Que tras partir de Francia para cubr Pasando por Moscii, Cadiz, Roma Que ningin recuerdo nos pese iDevolvamos su tumba a Luis Dieciséis, Su columna a Napolesn'* De ahi, mas Id de una aparente versatilidad, el contraste entre textos de un pesado conform frada sobre una buhardilla~ y de singulares ofrecimientos de servicio para reiniciar {evolucidn Sobre Mirabeau 0 Ruy Blas con ese asesinato terrorista del aristécrata por el plebeyo. De ahi, una lado de la otra, propuestas ‘que parecen absurdas ~“Después de julio de 1830 necesitamos la cosa repiiblica y la palabra monarguia” y otras, més q jcas alin en nuestros dias, porque y hacia dénde va —hacia la derecha de la Asamblea~ se lee 4eclaracién como el embalaje demasiado habil de una desconfianza ws verosimil ¢s que se trata de un error ya que, por primera ver, ¥ Repilblica se presentan juntas y Hugo las recibe juntas. Yano las disociard i duda sigue una y otra siendo doble, pero basta un primer paso para dar el segundo Cuando la derecha restringe las libertades, se niega a organizar la asistencia social rece la penalidad, Hugo, sin esperar a que ponga la escuela bajo el control ataque el sufragio universal, la acusa de “hacerle respira a la repiblica otencia de desgarramiento. En suma, era darle al mismo tiempo ala Republica un lor de ideal-de absoluto- ya la Revolucién, un estatuto de prodigio ode reve onto afirmados con tanta mas vchemencia cuanto que los hechos parecen invalidarloc ¥ el Segundo Imperio vuelve a provocar los balbuceos de la historia, Despues tendra lugar la Comuna. stancia dominante: lucha de clases, inet), Nacién lugo, por su parte, propone una mistica de la Revolucion pura, al ue su Fin de Satan, de no haber quedado inconclusa, habria dispuest én —Ia redencién de Lucifer-al mado de una en Ia toma de la Bastilla. La Revolucién segiin Hugo es resultado sin duda, por un salto de lo cuantitativo itativo, de la acumulacién explosiva de los sufrimientos injusticias y de los crimenes y también de la suma de los progresos » Pero s6lo por su momento, sus actores y sus modalidades, no por su verdad, los genios 0 como Cristo pertenece a los dos planos de la historia y de lo absoluto, de la determinacion y de la trascendencia, de modo que, fechada por sus ¢ intemporal por su sentido, encuentra un lugar indiferentemente en el Grigen de I histori, en cualquiera de ls fases de su desarrollo el Renacimiento, por ‘a de la leyenda de los siglos~ y en su término, ichos textos de Hugo, los més tenaces, los mas perfectamente los ante los cuales protestan el espiritu francés, las religiones, los y las moderaciones. 8 -Ficha de Cétedra- El siglo diecinuev de ningiin ancestro; es Dante, Shakespeare, han sido 0 pueden ser grandes pt importantes form En presencia del pasado monstrues todos los miasmas, soplando todas las imatérico de la humanidad, se compone de varios ‘hos, Cada uno de estos aitos expresa un perfodo, representa tn aspecto 0 tea liza un érgano del fendmeno. £1 93, trigico, es uno de esos afios colosales. Las bbuenas noticias necesi ces una boca de bronce. E1 93 es esta boca. ‘el enorme anuncio. Inclinense y asémbrense, y Por el 93.7 no pede qd nto pore exept desman plas. Aimar vee a a redencion a taves de Crist sino a ua fein de la reactn Hugo no anda con vet. Sin embargo elesenar ess pales sn iis elas y mas exacts de gu ese La nterdspenenia ela demereia le seid Soberans de la sceda™ por i ga bead des mimo seilino-como quer qur sae, ali, progres) de mane Ge Ta comunidad humane ~pas, glob cteivament en nestos das, enel mando enteo escribir “en adelante esta palabra, Revol que sea reemplazada por la palabra Arm: inguna visién del hombre y Sobre Noventa y tres de Victor Hugo... 9 revolucionaria de Hugo abria el ideal mis: reefproca superacién dinémica de loreal y de la naturaleza ‘como esta Revolucién result6 ser francesa, su extensién resolucién feliz de la antinomia entre comunidad nacional ino de una nacién-mundo: ‘La Revolucién es la Francia sublimada. Un dia ocurrié que Francia se ‘encontré en la hoguera, las hogueras a ciertos martes les hacen erecer alas, y ddeestas llamas aquella gigante se convirti6 en arcangel. Hoy para toda latierra, cel nombre de Francia es Revolucién. Sino Francia, al menos Hugo 10 -Ficha de Céitedra- ie NOTAS “Lieffet historique de la révolution ad"'abord été horrible, puis terrible, puis discuté, Hugo," Choses vues”, Le Temps présent Bouquins °, vol. Histoire, p. 1308. Todas las tas de Hugo de Ia presente ficha son nuestra. re aqui a la muerte del prefecto de Céreega Claude Erignac, asesinado ‘de Ajaccio e16 de febrero de 1998 por un comando terrorist, En 2003 fueron juzgados ycondenados todos los responsables, salvo uno que logréescapar. El caso tuvo gran resonancia en la opinion pi “TI faut en convenir, un mouvement vaste et profond trav‘ littérature de ce sidcle. Quelques hommes distingués sen étonnent précisément dans tout cela d’étonnant que leur surprise. En effet, si aprés une févolution politique qui a frappé la société dans toutes ses sommités et dans toutes ‘sesracines, quia touché 4 routes les 2h yuia tout désuni et tout mélé [...]; aprés une commotion effrayante et qui n’ ‘coeur des hommes qu'elle n’ait remué, rien dans l'ordre des choses qt ‘aprés un si prodigieux événement, nul changemer ‘dans esprit et dans le caractére d'un peuple, n’est-ce pas alors jonner, ¢t d'un étonnement sans bornes ? ~ Soyer fiers ; vous avez fait tragaient avec des funerailles/ Ce le France parti pour enserrer la aautant que vos péres. [ cercle triomphal de plaines de batailles, [ terre,’ En passant par Moscou, Cadix, Rome et le Caire,/ Va de Jemmapes & V Que nul souvenir ne nous pése:! Rendons sa tombe & Louis Seize,'Sacolonnea Napoléon !», Dicté aprés Juillet 1830, Les Chants du erépuscule, 1 ibid, p. 683-687. [Dictado después de Julio de 1830, Los Cantos del erepiisculo, république qui n'est pas encore mare, mais qui aura Europe dans un société souveraine de Ia socité ; se protégeant, garde nationale : se jugeant, jury ;administrant, commune ; se gouvernant, cole lectoral. Les quatre membres dela monarche,I'armée, a magistratue, 'administration, la pairie, ne sont pour cette république que quatre excroissances génantes qui Patrophient et meurent bientdt. Liltérature et philosophie mélées, ekoural d'un révolutionnaire de 1830", p. 119 et 123. [Literatura rdas, «Diario {de un revolucionario de 18309]. La conversion epublicana y {que transformar esta opinindistante en programma militante casi déntico: «.. cet Sobre Noventa y sres de Vietor Hugo .. 11 venta cette magnifique réllitin de Idéal démocrtiqué [ly aval quatre Je progrés, contraint aux mémes armes, a eu brusquement cent bras, cent ttes, cent Jangues de flamme, centrugissements, Le bien s'est fait hyde. C'est ce qu’on nomme Ja Revolution. La armada permanente. 2002, de donde se ha tomado este articulo. vente en las e jécle ne releve que de ‘Sobre Noventa y tres de Victor Hugo ... 13 re SEGUNDA PARTE RAZONES DE LA LITERATURA NOVENTA Y TRES DE VICTOR HUGO PIERRE CAMPION’ 1848 la Republica y la Co cin Rusa de octubre de reduplicacién de los origenes” ; correlativamente, toda la historiografia de la Revolu- cin es conmemorativa, conserva la esperanza de una vueltaa los origenes y a reanima periddicamente. Pero, justamente, el totaitarismo sovictico, la generalizacién de la critica que se hace de éste, la transformacién del campo politico contemporéneo, todo 50 induce al ‘enfriamiento” del objeto ‘Revolucién Francesa’, para hablar en térmi- Sobre Noventa y tres de Victor Hugo .. 15 rauss"® . En resumen, en ese momento de 1977 en el que Furet escribe, la Francesa ha dejado de producir sus efectos en los campos politicos, histé- istoriogréficos: nosotros ya no vivimos en el acontecimiento, podemos final- pensarlo, es decir, constatar'y comprender la cesura actual mas alla de la cual iadores podrén, de ahora en més, hacer de ella una verdadera historia. Tal es el In pensamniento critico y epistemolégico ~fi hist6rica misma, hard posible una historia objetiva de ese acontecimiento. Hugo, en un determinado momento, a finales de 1872, pretende él también pen- la Revolucion Francesa, pero desde la perspectiva de una novela, dentro de un dentro de unas condiciones exactamente opuestas 2 las de Furet. A Hugo, ca, el acontecimiento de la Revolucién Francesa le despertaba pasiones. n de la guerra exterior y la guerra civil: la invasion, lamacién del Imperio aleman en el palacio de los reyes de Francia, la mn de la idea imperi jomento en que ésta acababa de desmoronarse, luna paz. vergonzosa contra la cual, el 1° de marzo de 1871, Hugo se habia opucsto “ome diputado de Paris delante de la Asamblea Nacional reunida en Burdeos*, final- la Comuna de Paris y su represion. Como Tocqueville en 1848 y de manera quiza todavia mis apropiada, se vera impulsado a escribir: ‘La monarquia constitucional habia sucedido al antiguo régimen; la repiblica, @ 4a monarquia; a la repiiblica el imperio; al imperio, la restauracion; después, la monarquia de Julio. Tras cada una de esas mutaciones suct mn Francesa, al haber acabado lo que presun- ia terminado: sc habia dicho y se habia cret- -yo lo habia esperado bajo la restauracién, y ain después que 10 de la restauracién hubo caido. Y he aqui que la Revolucién France- empezar, porque siempre es la misma. A medida que avanzamos, su final se aleja y oscurece.” La antigua obsesion que preocupa tanto a Ja Titeratura como a la filosofia del siglo XIX desde el Ensayo sobre las revoluciones de Chateaubriand, vuelve con mas fuerza. Asi como otras veces se buscaba en la Revolucién de Cromwell un modelo {eatral de la Revolucién francesa, la imaginacién retrospectiva de Hugo busca el otro ao terrible y lo encuentra: el 93. Origen de la novela, novela del igen {Qué advertimos a través de Noventa y tres? Un misterio metafisico (el entrelazamiento del bien y de! mal), una pregunta de la filosofia politica (la: de los destinos de una nacién, de un pueblo y de los actores in 16 -Ficha de Cétedra- capital de la historia nacional (qué es la Revolucién francesa?), la maduracién postica 4 es0s pensamientos (como el poeta de esta histori dades novelisticas de la resolucion de et Desde 1862, Hugo tenia enlaca en cierto modo su El Antiguo Régimen y la Revolu que habria contado en espejo la inhumanidad de los humana por la Revolucin francesa. En las notas tomadas por él durante diez alos, se puede ver que los nombres y los personajes de Lantenac, Cimourdain y Gauvain apare cen desde el principio, asi como ciertos rasgos dela histor Después, bruscamente, no bien pasados los acontec Secuenciasinmediatas, persecuciones, ejecucionesy de ‘Comuna, en diciembre de 1872, Hugo vuelve a Guernesey yal donada en plan. En esta ficcion el verano de 1793 definen toda ‘Todo surge del momento presente, que es plantea una pregunta apremiante: el escritor se apega en sur momento ad ellas, que hacen que haya acontecimientos, historia y accién; ynos Aecisién debido a la cual existe tal obr como acontecimientos'*. Para pensar la Revolucién Francesa, ,es mejor stuarse en la esfera de influen- cin del acontecimiento o bien considerarlo antes de que termind de producirse y que finalizé de producir sus relatos conmemorativos y apasionados? Quizés en 1978 ~y quizis ain en este momento el acontecimiento permanece més caliente de lo que Frangois Furet queria c:eer. Sin duda su propio libro, polémico y vivamente escrito, era uno de esos relatos compuestos en el aura de la Revolucién que atestiguan las Telaciones inquietantes entre la literatura, la filosofiay la historia, esta tiima anudan- do todavia en ella misma, al menos en francés, las tres significaciones de una disciplina entre saberes, de relatos que ella constituye y de la materia de acontecimientos que ella espera pensar alli En todo caso, en Noventay tes a literatura responde, por el sentido propio de fa que expresa, por asi decir, constitutivamente, a eso que la historia y la filoso- fin su vez traducen, cada una a su manera, en el pensamiento del acontecimiento y de Ins cosas, a saber: en la Voluntad incansablemente renovada de pensar su inasimilable realidad, ando para nuest Macherey “En qué piens untas filosoficas que plantea un gran acontec Pero aftadiriamos que es conveniente decir, en cada circunstancia, de qué mane- en la prictica piensa a partir de que figuras de sentido. Ya que se trata menos de Proponer aqui otro “ejercicio de filosofialteraria” que de analizar en la obra las racio- ccuestién de Pierre responder: en las pre- 28 -Ficha de Cétedra- idades idemtificables de una reflexién que la literatura produce por si misma y como tdo y pensamiento, en este caso en la novela, pero también en una imagen, una e, UN VerSO 0 Un gesto en accién en la escena de un teatro, esas racionalidades icas y morales casi siempre problematicas: ambiguas y ambivalentes, reversibles. ddependientes de condiciones imposibles y portadoras de tna llamada ante el porvenir. Sobre Noventa y tres de Victor Hugo ..29 124, p. 103 = Francesa, Ediciones Pa exis de, Recuerdos de la Revol: Madrid, 1984, p. 117. loy subtitulo de Jean-| Frames Marquet hantée par la philosopl acosada por el espectro de Los pensamientos y las carpetas de ‘menos formados que no vieron jams ei dia de su: ‘no son forzosamente perfectas precariedad y de sus fracasos, comprenderemos q pensamicnto y éste al orden de la accién humana, as de imprevisible. proyectos mas 0 ieratura por el lado de su wece al orden de! vyasu caricter Hugo, Victor, Noventa y ies, Buenos Aires: Losade, 2007, p. $39. Todas las citas de dicha novela corresponden a esta edicicn, > Ibid. p.192. Z F Corday sin cabeza; todo se vo formidable.” (p.278) Marat es también un visionario, pero Huge no io sabe. Su: po por él 30 -Ficha de Cétedra- ” Badiou, Alain, Pe Ver las palabras de Vergniaud delante del Tribunal revolucionario: “La revolucién es como Satumo, devora a sus hijos” ‘Aunque la conexién entre personajes reales y ficticios se presenta muchas veces en istérica, hay evidentemente, de parte de Hugo, algo sorprendente, chocante presuntuoso al confiar a la arbitrariedad de la ficcién el sentido de ‘acontecimientos historicos tan enormes. El no busca aqui decoradas para los destinos individuales y mucho menos acasiones de Jo novelistico que se desprenden por si ‘mismas, sino que laficcidn tiene lugar en el sentido de la Revolucién, es decir, para él, enel sentido de la Historia universal. ‘manuel d’inesthétique, Seuil, 1998, p.7. Para un desarrollo de estos temas, ver Pierre Campion, La Realité du réel, Essai sur les raisons de la tttérature, Presses Univerttaires de Rennes, 2003. Pierre Macherey, 4 quoi pense fa littérature? Exercices de philosophie littéraire, PUR, 1990, Sobre Noventa y tres de Victor Hugo .. 31

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