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Manual de entrenamiento
Volumen 2
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Producciones Mirabal
Ministerio de Publicaciones Cristianas, Inc.
C/ Respaldo 4 #142, Las Palmas, Herrera,
Santo Domingo Oeste, Rep. Dom.
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E-mail: yomirabal@yahoo.com
Tels: 809-334-4063 / 829-683-6821
ISBN: 978-9945-9080-0-8
Diagramación:
Yancarlos Medrano
Fotografía:
Kenny Yoel Alcántara Feliz
Corrección y estilo:
Rev. Jerson Carvajal, M. A.
Dr. Francisco Pablo Fortuna
Ni siquiera me juzgo a mí mismo. Y aunque no recuerdo haber hecho nada malo, eso no
significa que yo esté del todo libre de culpa. Pero el único que tiene derecho a juzgarme es
Dios. Por eso, no culpen a nadie antes de que Jesucristo vuelva. Cuando él venga, dará a
conocer todo lo que está oculto y todo lo que piensa cada uno de nosotros.
Entonces Dios nos dará el premio que merezcamos.
He hablado de Apolo, y de mí mismo, para que aprendan de nuestro ejemplo lo que sig-
nifica el dicho: «No hay que hacer ni decir más de lo que dice la Biblia» Así que no anden
presumiendo de que un servidor de Dios es mejor que otro. No hay nada que los haga a
ustedes más importantes que otros. Todo lo que tienen, lo han recibido de Dios. Y si todo
se lo deben a él, ¿por qué presumen, como si ustedes solos lo hubieran conseguido?
1 Corintios 4:1-7
Traducción en lenguaje actual (TLA
Índice de contenidos
PRIMERA PARTE:
INTRODUCCIÓN AL LIDERAZGO LOCAL
Introducción
1. Conceptos sobre liderazgo.......................................... 33
2. Teorías del liderazgo..................................................... 37
4.4. Sociológicas................................................................. 60
4.5. Culturales..................................................................... 61
4.6. Psicológicas................................................................. 62
4.7. Económicas.................................................................. 63
4.8. Éticas y estéticas........................................................ 64
4.9. Pedagógicas................................................................. 65
5. Hermenéutica del liderazgo....................................... 67
6. Principios para el liderazgo de la iglesia local...... 71
6.1. El principio de la visión............................................. 72
6.2. El principio del amor................................................. 73
6.3. El principio de la perseverancia.............................. 74
6.4. El principio de la comunicación............................. 76
6.5. El principio del modelaje o ejemplo...................... 78
7. Liderazgo y brecha generacional............................. 81
7.1. Importantizar a todas las personas....................... 82
7.1.1. Los recursos humanos de ayer..................... 83
7.1.2. Los recursos humanos de hoy..................... 84
7.2. Transformar la dinámica interna
de la iglesia................................................................ 85
7.3. Eliminar las trabas en la dinámica
interna de la iglesia................................................... 87
7.3.1. La concentración de los poderes................. 87
7.3.2. Los dogmas o normas institucionales...... 88
7.3.3. El protagonismo............................................. 88
7.3.4. El bajo nivel cognoscitivo............................. 89
7.3.5. El abuso de poder.......................................... 89
7.4. Fomentar la tolerancia entre generaciones......... 89
8. Género y liderazgo local............................................... 91
SEGUNDA PARTE:
MODELOS AVANZADOS DE LIDERAZGO
Introducción
1. Liderazgo emprendedor............................................... 101
1.1. ¿Qué es el liderazgo emprendedor?........................ 102
1.2. Características de un líder emprendedor.............. 103
Liderazgo Local: Manual de entrenamiento Volumen 2 13
TERCERA PARTE:
PERSONALIDAD DEL LÍDER
Introducción
1. ¿Qué es el carácter?......................................................... 149
1.1. Cómo se construye la personalidad......................... 150
1.2. Cómo debe ser el carácter del líder local............... 155
1.3. El inconsciente y subconsciente.............................. 158
1.4. Cómo modificar el carácter del líder local............. 160
2. El carácter de los dirigidos......................................... 163
14 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
CUARTA PARTE:
ESTRATEGIAS PARA EL LIDERAZGO LOCAL
Introducción
1. Organización personal y gestión del tiempo..... 245
1.1. ¿Qué es la organización personal?............................. 246
1.2. Las fases de la organización personal....................... 248
1.3. Mayordomía del tiempo en el liderazgo local......... 251
1.4. La gestión del tiempo................................................... 252
1.4.1. Conocer los hábitos....................................... 253
1.4.2. El control de las interrupciones.................. 255
1.4.3. Los procesos de delegación.......................... 256
2. Habilidades y técnicas directivas para el
liderazgo local................................................................... 259
2.1. El rol directivo del líder local...................................... 261
2.1.1. Capacidades directivas................................ 262
2.1.2. Las funciones básicas del líder local
como directivo.............................................. 263
2.2. Las actitudes de un directivo eficaz......................... 264
2.2.1. Conceptos de actitud...................................... 264
2.2.2. Componentes de las actitudes..................... 265
2.2.3. Modificación de actitudes en base a
identificación de necesidades...................... 266
2.3. Herramientas para la gestión de grupos
en la iglesia local.......................................................... 267
2.3.1. Cómo llevar a cabo una presentación
en grupo........................................................... 268
2.3.2. Cómo resolver conflictos interpersonales.... 270
3. Estrategias de motivación para el liderazgo local... 273
16 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Prólogo
E
l Dr. Yoselman R. Mirabal, pastor, teólogo, escritor, maestro, con-
ferencista; ha sido (por décadas) un instrumento de Dios, dotado
de las «cualidades naturales» necesarias para el entrenamiento del
liderazgo eclesiástico; en un tiempo en el que el mundo se transforma
aceleradamente, y donde se observa una «desintegración» familiar, ecle-
siástica y socio-espiritual.
P
or muchos años se ha vendido la idea de que los líderes de la igle-
sia local son «pequeños ángeles» bajados del cielo, que no pueden
mostrar signos de debilidad y que siempre tienen para «dar». Más
aún, la gente con la que se trabaja en la iglesia local espera de los líde-
res más de lo que ellos pueden darles. El tema del «liderazgo local» ha
sido tímidamente manejado por la iglesia cristiana, ya que comúnmen-
te cuando se habla de «liderazgo», el enfoque se hace hacia arriba, fuera
y en grande, descuidando la «formación de líderes» con una visión y
misión netamente local.
Aun con todo esto, los «líderes de la iglesia local» son los que
cargan con las críticas que se hacen a la iglesia; tienen la res-
ponsabilidad de tomar decisiones difíciles; no pueden disponer
fácilmente de tiempo para la familia. Además, los «líderes» su-
fren «desilusiones» producto de seguidores que prometen mu-
cho y que no siempre viven conforme a lo esperado, y algunos
(inclusive) se alejan; grupos que parecen crecer, empiezan a de-
clinar en número y en visión. Pero también, están las tentacio-
nes personales que el enemigo utiliza para «atacar» a todos los
creyentes, en especial a los líderes locales.
Por otro lado, es necesario reconocer que el ejercicio del «liderazgo
local» representa un gran desafío para todos aquellos que Dios ha llama-
do, preparado y enviado, ya que a través del mismo se puede «influir»
directa o indirectamente, sea positiva o negativamente en las personas
con las que se trabaja. De ahí, la necesidad de hacerlo con altura, digni-
dad, pasión, responsabilidad y conciencia plena de lo que esto implica.
Los editores
Antes de empezar
E
n la realidad actual, el ejercicio del «liderazgo cristiano» a nivel lo-
cal, requiere ser contextualizado. Lo cierto es que, aun cuando la
composición de la membresía de las iglesias ha cambiado radical-
mente en los últimos 30 años, las formas de ejercer el «liderazgo local»
no han cambiado. Esto no solo es preocupante, sino triste y lamentable.
ANTECEDENTES
Una de las cosas en que la mayoría está de acuerdo, es que la reali-
dad socio-espiritual de la iglesia cristiana ha cambiado en todo el sen-
tido de la palabra. El escenario no es el mismo, la composición de los
miembros de las iglesias locales es muy diversa y compleja, creando a la
vez realidades que deben ser «lideradas» con mayor eficiencia y altura
por quienes tienen la encomienda de hacerlo. Los procesos de desarrollo
y transformación que se vienen experimentando a lo interno de las igle-
sias, han demostrado que, es vital la labor e interacción de los «líderes
locales» para suplir eficazmente las necesidades del nuevo escenario.
Por tanto, hay que contar con un «liderazgo local» bien pre-
parado y actualizado, conforme a la realidad y necesidad de
cada iglesia o grupo en particular, la cual va cambiando, fruto
de una sociedad en constante evolución. Hay que adaptar las
«formas de liderazgo» a las realidades del momento en que
se vive. En los últimos años, la necesidad de tener «líderes
locales» bien preparados y eficientes ha aumentado, dado el
interés de muchos por incursionar en estas áreas. Esto es bue-
no, ya que sigue aumentando esa tendencia en algunas de las
iglesias locales.
Sin embargo, en el caso específico de los «líderes locales» de las
iglesias cristianas en la República Dominicana, estos carecen de cierta
«identidad» y «arraigo local», ya que los mismos son, casi en la totali-
dad, expuestos y sometidos a principios y parámetros propios del «lide-
razgo global», los cuales no necesariamente aplican a nivel local, ya que
estos vienen de escenarios, realidades y necesidades muy distintas a las
de iglesias locales. Todo esto crea «confusiones» y «conflictos» que de-
ben ser superados para un mejor accionar interno del «liderazgo local».
PRONÓSTICO SITUACIONAL
JUSTIFICACIÓN
En las iglesias cristianas de la República Dominicana, al igual que
en otros países, existe la necesidad de tener «líderes locales», capaces de
desarrollar la labor de manera efectiva y contextualizada. Esto permiti-
rá el renacimiento del amor por la proclamación del Evangelio y la labor
interna y externa de la iglesia local. El presente libro sobre «liderazgo
local, manual de entrenamiento, volumen 2», busca ofrecer una serie de
«ideas puntuales» que orienten el ejercicio de un «liderazgo local» que,
de manera concreta, pueda hacer mejor lo que otros hacen bien, para
beneficio de la iglesia en sentido general.
26 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
L
a realidad del mundo actual demanda un estudio cuidadoso, el cual
permita una comprensión cabal de la situación espiritual, a fin de
que los líderes de la iglesia local se sitúen adecuadamente, y así
poder «influenciar» de manera más efectiva, por medio de un ejercicio
de liderazgo que beneficie a la comunidad. Si la iglesia local no está
avanzando en cumplir el propósito de Dios, es porque los líderes de la
iglesia local están «fallando» en el ejercicio de las funciones principales.
E
xiste una gran cantidad de estudios, libros y artículos sobre el tema
del liderazgo, así como un número amplio de definiciones de lo que
es un líder. Esas definiciones tienen distintos «fundamentos teóri-
cos», derivados de las ciencias sociales, administrativas, psicosociales,
entre otras. Si bien las definiciones en los diccionarios orientan acerca
del concepto general de un término utilizado en el habla común, no pre-
cisan de manera clara el significado, y menos aún se puede usar como tal
para efectos de «investigación» en donde, de acuerdo a los cánones, se
necesita no solo precisar las variables que lo componen, sino, además,
hacerlas operativas.
H
ablar de las «teorías» sobre el liderazgo, lleva a retomar lo que en
torno a ello se ha avanzado; obviamente, aquellos «intentos teóri-
cos» de perfilar a los «líderes» como individuos con característi-
cas de personalidad, cualidades superiores y dotados de un gran «caris-
ma» o, incluso, con medidas físicas especiales, han quedado superados
en la medida en que, en términos reales, no es posible determinar un
conjunto de «atributos» que puedan caracterizar en diferentes momen-
tos a un líder.
La teoría del «gran hombre» procede del siglo XIX e indica que la
historia se justifica en gran medida por el impacto de «grandes hom-
bres», o héroes, prestos a definirse como individuos altamente influ-
yentes que, gracias al carisma personal, inteligencia, sabiduría, o dotes
políticos, utilizaron el poder de tal manera, que éste tuvo un impacto
histórico decisivo.
P
ocos conceptos han recibido tanta atención en las últimas dos dé-
cadas como el de «liderazgo». Esta sección apunta hacia una apro-
ximación a la realidad del liderazgo latinoamericano a partir de
las raíces fundamentales, dada la diversidad que está profundamente
arraigada en Latinoamérica, donde los conquistadores europeos en-
contraron una tierra geográfica y étnicamente muy diversa. El modelo
de colonización favoreció a una «élite» minoritaria, lo que produjo una
«desigualdad» socioeconómica generalizada que ha permanecido hasta
estos días.
Mario Vargas Llosa en la novela: «La fiesta del Chivo», donde el domi-
nicano Rafael Leónidas Trujillo, declarado el dictador más demente de
la región, se convierte en un verdadero «antilíder». A él le siguen, con
distintos grados de importancia, Anastasio Somoza, Fidel Castro y Au-
gusto Pinochet. 8
Ahora bien, ¿Hasta qué punto estos rasgos de los líderes se-
ñalados dominan el quehacer del liderazgo en el ámbito de
la iglesia local? ¿Cómo inciden el machismo y el matriarcado
en el estilo de dirigir de los líderes de las iglesias locales? ¿En
qué consiste el liderazgo bíblico y cómo se puede «influir» efi-
cazmente en la iglesia y la comunidad para que se produzca
una transformación positiva? ¿Qué se puede hacer para sanar
y transformar las «raíces» latinas del «liderazgo local» por el
poder del Evangelio?
Por todo lo antes indicado, es necesario entender que el ejercicio del
«liderazgo» en el ámbito de la iglesia local será radicalmente sano, en la
medida en que este imite a Jesucristo y a líderes que verdaderamente
reflejen en las vidas y liderazgos, los principios y características del líder
por excelencia: Jesucristo.
Capítulo IV
L
as «bases» del dinamismo interno de las iglesias locales descan-
san en la labor de los líderes. Las iglesias han ido progresando en
muchos aspecto a raíz de que algunos «líderes» tuvieron acceso a
una buena formación y entrenamiento para el puesto que hoy ejercen de
manera eficaz. Los grandes cambios que se han producido en muchas
iglesias a nivel local se deben, en gran medida, a la aplicación de nuevas
«técnicas» y «formas» de ejercer el liderazgo.
4.1. BÍBLICAS
4.2. TEOLÓGICAS
4.3. FILOSÓFICAS
4.3.1. El idealismo
4.3.3. El progresismo
4.3.4. El perennialismo
4.3.5. El esencialismo
4.3.6. El reconstruccionismo
4.3.7. El liberalismo
Por tanto, el ejercicio del liderazgo, sea este cristiano o no, toma de
la filosofía la reflexión y el punto de vista de la totalidad, para esclarecer
los problemas relativos al «liderazgo» en la iglesia local. Así, viendo el
liderazgo desde el todo, reflexionando acerca del «constructo del líder»
desde los presupuestos fundamentales, podrá el líder tener una mayor
conciencia de la labor que debe ejercer en la iglesia local y saber que
esta práctica descansa sobre temas que se superponen a la práctica más
inmediata del liderazgo.
4.4. SOCIOLÓGICAS
4.5. CULTURALES
Por otro lado, la «cultura» está constituida por las ideas y sentimien-
tos, así como de todo tipo de creaciones humanas que no se incluyen en
objetos físicos, como son: valores, creencias, normas, costumbres, siste-
mas de gobierno, las lenguas que se hablan. Finalmente, se puede decir
que la «cultura» es toda la información y habilidades que posee un líder,
el cual aplica en la labor de la iglesia local.
4.6. PSICOLÓGICAS
cos» operantes en el líder, los cuales son cada vez más amplios,
complejos, contrastados y compartidos.
4.7. ECONÓMICAS
4.9. PEDAGÓGICAS
66 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
L
os líderes, sean cristianos o no, son individuos que ejercen una gran
«influencia» sobre la vida de muchas personas. A veces tienen imá-
genes públicas gigantescas, que incluso se agrandan con el paso del
tiempo. Son como la expresión de un anhelo que se tiene y manifiesta en
la actuación de estos líderes. Cuando se pregunta qué persona ha ejerci-
do una gran «influencia» sobre la vida de cada persona, las respuestas
típicas mencionan al padre o la madre, otro familiar, un profesor, un
pastor(a), un amigo, y otras muchas personas del entorno. En ellos se
reconocen distintas características que se admiran y hacen seguirlos.
A
medida que la iglesia local crece, aumenta la necesidad de prepa-
rar líderes. Independientemente de la iglesia u organización que le
haya tocado liderar, un buen «líder local» debe dominar y poner
en práctica una serie de principios, los cuales permitan demostrar la
integridad personal que posee, el cual es uno de los fundamentos prin-
cipales del liderazgo.
Sin embargo, para ser «perseverante» se debe tener una fuerte do-
sis de «pasión» por lo que se hace, porque al venir las dificultades; que
siempre llegarán, es la «pasión» lo que permite levantarse a pesar de es-
tar en el suelo. Pero ¿Cómo hace un líder para no caer en la «terquedad»
con algún proyecto o área de labor? ¿Cómo delimita el líder de la iglesia
local la línea entre ser perseverante y ser terco?
John Haggai (1993), dice: «Como líderes se puede tender a ser muy
arriesgados, decididos y determinados, y por supuesto, muy perseveran-
tes. Todas éstas cualidades son importantes y necesarias para el buen
funcionamiento de una iglesia, pero cuando éstas características empie-
zan a forzar las relaciones de trabajo, las decisiones que deben tomar
otros y ocasionar daño a terceros, tanto en las emociones como en el
liderazgo, es allí donde un «líder» prefiere detener el ímpetu». 18
Los «buenos líderes» anteponen los principios a las metas. Por más
importante que sea alcanzar una meta específica, si esto requiere esfuer-
zos sobrehumanos que lo que hacen es demostrar una «terquedad» por
parte del líder, este debe ser lo suficientemente «humilde» para hacer
una pausa y replantear la estrategia. Es preferible cambiar de dirección,
bajar la intensidad y lograr que la meta se cumpla sin perjudicar a otros.
Los «principios» siempre están antes que las decisiones.
Liderazgo Local: Manual de entrenamiento Volumen 2 75
Por lo regular, una actitud «terca» ante la vida, un proyecto y/o una
iglesia o grupo, se da por «líderes solitarios» que están más preocupados
por el «ego» que por el beneficio de los demás. Cuando el líder mantie-
ne una «mentalidad de equipo» doblegará el pensamiento personalista
para reconocer la acción que mejor se ajusta al grupo. Dejará de lado los
intereses personales y podrá ampliar la mirada más allá de lo puntual.
Los «líderes locales» deben tomar las experiencias del lugar y de las
personas, cosas que ellos manejan a diario, como elementos introduc-
torios a los aspectos o cosas de la vida diaria que no conocen, de forma
tal, que la edificación de los oyentes sea efectiva. Desde el tema inicial,
los términos, los ejemplos y demás cosas, deben ser manejables por el
público presente; porque de no ser así, se estará «golpeando» al vacío.
Hay que lograr que al final de la comunicación las personas puedan de-
cir: ¡Amén!, «tiene usted razón», «lo haré», «me complace», «que Dios
le acompañe».
M
ucho se ha hablado, y se seguirá discutiendo, desde distintas
perspectivas, sobre la «brecha generacional». No es para menos.
Es uno de los «grandes desafíos», no solo para el liderazgo en el
ámbito de la iglesia local, sino de la sociedad en sentido general. Es una
realidad que siempre ha estado latente en el ambiente y se manifiesta de
diversas maneras, creando serias contradicciones que pueden degenerar
en relaciones humanas muy problemáticas.
En ese sentido, una de las cosas que se deben reconocer, es que Dios
está obrando maravillas en estos días, las iglesias están creciendo, el
desafío es muy grande, pero también lo es la responsabilidad de «orga-
nizarlas» en forma tal, que todo se haga decentemente y con orden. Cada
día hay más personas, recursos, obras que hacer, y necesidad de «admi-
nistrarlas» bajo la iluminación y dirección del Espíritu Santo.
según investigación realizada para este libro en 2016. De estos, más del
71% son o pertenecen a iglesias de persuasión pentecostal. 21
7.3.3. El protagonismo
S
in lugar a dudas, las expectativas socio-culturales estereotipadas
sobre el papel que desempeñan hombres y mujeres en las culturas
occidentales, inducen a participar de «sistemas de creencias» y su-
puestos, que a veces anestesian y logran entronizar los patrones directa
o indirectamente. La cultura prescribe continuamente las conductas o
acciones que considera «adecuadas» para las personas, que son distintas
según se trate de hombres o mujeres, y según a qué clase social, religión,
edad, entre otras, pertenezcan. Sin embargo, los que han «madurado»
sobre el tema, saben que nunca fue el deseo de Dios de que el hombre
tuviera la última «palabra» e «iniciativa» en todo.
Sin embargo, aún queda un gran camino por recorrer; se han dado
pasos importantes que han sido buenos, los cuales han permitido que las
mujeres ocupen ciertos espacios de «liderazgo» que hasta hace poco solo
ocupaban los hombres. Por tanto, es necesario, en todos los ámbitos y es-
cenarios, luchar para que se promueva una plena y verdadera «equidad
de género».
Referencias bibliográficas
GUÍA DIDÁCTICA
PRIMERA PARTE
INTRODUCCIÓN AL LIDERAZGO LOCAL
U
n «modelo de liderazgo» es una forma de concebir la práctica de los
procesos que se dan entorno a la labor de los líderes de la iglesia
local en cualquier nivel, área o latitud. Comprende los procesos
relativos a las cuestiones administrativas de cómo se debe dirigir y las
estrategias metodológicas más adecuadas para la efectiva labor del «lí-
der local», así como de los conocimientos, habilidades y valores, y las
consideraciones epistemológicas en torno al «quehacer interno» de la
iglesia, en la cual se aplican «técnicas modernas» que permiten la eva-
luación de los resultados en ese sentido.
LIDERAZGO EMPRENDEDOR
A
través de las Sagradas Escrituras se sabe de muchos hombres y
mujeres que se destacaron como líderes y lograron conducir al
pueblo del Señor a victorias tremendas, entre ellos: Abraham,
José, Moisés, Josué, Samuel, David, Débora, Ruth, y otros héroes que
menciona la carta a los Hebreos 11 (RVR 1960). El verdadero «líder cris-
tiano» debe dejar que Dios le transforme constantemente el «carácter»
para que alcance la victoria y no sucumba o fracase.
1.2. CARACTERÍSTICAS DE UN
LÍDER EMPRENDEDOR
Dentro de las cosas que se deben hacer para ser un «líder emprende-
dor», está la de comenzar por aceptar que todo cambia. Nada es perma-
nente. Lo único seguro es que todo cambiará y la velocidad es un factor
de esta época. Todos quieren las cosas inmediatamente. Para sobrevivir
y ser emprendedor, se debe imprimir velocidad a las decisiones y accio-
nes. Comenzar por determinar las prioridades y lanzarse, con iniciativa
firme, a lograr cosas.
LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL
F
ue a inicios de los años ochenta, cuando comenzó a desarrollarse
el concepto de «liderazgo transformacional» por algunos expertos.
Era una época donde se distinguían dos tipos de liderazgo opues-
tos en un continuo: el transaccional y el transformacional. Este plantea-
miento amplía los fines del liderazgo más allá de la orientación «trabajo-
relaciones», que dominaba los modelos anteriores.
Los «rasgos de personalidad» que poseen los líderes han sido (tra-
dicionalmente) objeto de amplio debate. Maxwell (2007), cita a Senge
(1999), indicando que este autor propone tres tipos de liderazgo, los cua-
Liderazgo Local: Manual de entrenamiento Volumen 2 117
LIDERAZGO SERVICIAL
H
ablar de «liderazgo servicial» en la actualidad, suena un tanto
«cursi» e «ingenio», dada la realidad que se puede observar entre
aquellos que dicen ser «servidores» de Cristo en el liderazgo de
la iglesia local. Muchos son los «argumentos» que se presentan para
actuar de espaldas a los principios que rigen el quehacer cristiano. En
ese sentido, se hace necesario retomar los «paradigmas» iniciales de
la iglesia para encontrar un «equilibrio saludable» entre las realidades
del mundo moderno, el cual exige una contextualización de los esque-
mas de trabajo, y el propósito eterno de Dios para con la humanidad,
centrado en el sacrificio de Cristo en la cruz del calvario con el legado
de «la gran comisión».
«Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo: En este mundo, como
ustedes bien saben, los jefes de los países gobiernan sobre sus pueblos y
no los dejan hacer absolutamente nada sin su permiso. Además, los líde-
res más importantes del país imponen su autoridad sobre cada uno de
sus habitantes. Pero entre ustedes no deben tratarse así. Al contrario, si
alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás»
(Biblia en Lenguaje Sencillo).
Pero además, Dios está buscando hombres y mujeres que «se me-
tan en la brecha delante de Él, a favor de la tierra y los moradores»
(Ezequiel 22:30). Que no se envanezcan, sanos, sin envidia, ni contien-
das, que no hagan «comercialización» con la verdad, sino amantes de
ella, justos, piadosos, de fe, cargados de amor y pasión por las almas,
pacientes, tolerantes y mansos, según hace referencia el apóstol Pablo
en 1 Timoteo 6:11-21.
Desde la antigüedad, Dios ha tenido bien claro cuál debe ser el «per-
fil» que debe poseer y/o exhibir la persona que Él necesita. Es notoria la
sabiduría expresada por Dios en el transcurso de los siglos y cómo puede
tener esa precisión aún de llamar «las cosas que no son como si fuesen»,
132 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
3.4.2. Guía-facilitador
Lo que esto quiere decir, es que el «líder local» no debe ser un «mo-
nopolizador» de las actividades y el quehacer interno de la iglesia. Se
trata de trabajar, junto a los demás, y desarrollarlas a partir de esa pers-
pectiva. El «líder local» como «guía-facilitador» utiliza una metodología
en la que los demás son los «protagonistas».
3.4.3. Dedicación
3.4.4. Humildad
tiene que preguntar mucho y con mucha humildad a estos: cómo ven la
iglesia y el mundo, y cómo creen que pueden ser mejorados.
Una de las cosas que todo «líder local» debe tomar en cuenta en este
tiempo, es el poder poseer conocimientos de otras áreas del saber, que
puedan enriquecer la misión que tiene en la iglesia local. Hay que tener
conocimientos de áreas tan fundamentales, como lo son: la psicología,
sociología, educación, informática, mercadeo, política, entre otras, que
pueden brindar aportes de gran valor que no se deben despreciar ni pa-
sar por alto, ya que son fundamentales en la labor local del liderazgo de
la iglesia.
Liderazgo Local: Manual de entrenamiento Volumen 2 135
3.4.7. Objetividad
E
s necesario, de entrada, señalar, que el tema del liderazgo «rural»
y «urbano»; características y naturalezas, es una «temática» poco
abordada por los expertos en materia de liderazgo, sean estos cris-
tianos o no. Sin embargo, es necesario establecer y puntualizar una serie
de diferencias y realidades que se dan en ese sentido, ya que esto ha
traído muchas dificultades a lo interno del ejercicio del liderazgo en la
iglesia local, debido a que muchos ejercen el liderazgo sin tomar en cuen-
ta el contexto en el que se desarrolla.
Por otro lado, las zonas rurales se caracterizan por tener las
comunidades pequeñas muy unidas y porque los espacios, a
diferencia de lo que ocurre en las ciudades, no son reducidos.
Es común que las personas que viven en áreas rurales se conoz-
can entre sí. Algunos pueblos o lugares pequeños se consideran
como zonas rurales. Este tipo de área de asentamiento huma-
no se caracteriza también por la pequeña población y por el
desarrollo de la agricultura y la ganadería. Muchas personas
en las zonas rurales se consideran granjeros o agricultores.
Liderazgo Local: Manual de entrenamiento Volumen 2 141
Sin lugar a dudas, todos estos detalles generan una serie de realida-
des que requieren de un «perfil de líder» que se ajuste a estas realida-
des, para evitar situaciones incómodas y estridentes. Por tanto, se debe
atender adecuadamente estos detalles y ajustar el «estilo de liderazgo»,
así como la visión y labor del «líder local» a las necesidades propias del
contexto al que le ha tocado ejercer el liderazgo.
Referencias bibliográficas
GUÍA DIDÁCTICA
SEGUNDA PARTE:
MODELOS AVANZADOS DE LIDERAZGO
L
a «personalidad» es un entramado relativamente consistente, de las
formas de pensar sentir y actuar de una persona. Es la «suma total»
de los patrones actuales o potenciales de pensamientos, sentimien-
tos y conducta que presenta un individuo en particular. El estudio de la
«personalidad» es abordado desde distintas perspectivas, cada una de
ellas presenta argumentos significativos, las cuales, probablemente, nin-
guna de ellas sea más importante que otra, dado que todas contribuyen
a la comprensión última de lo que es la «personalidad».
¿QUÉ ES EL CARÁCTER?
C
arácter es la expresión que alude a aquello que individualiza; de
modo que puede clasificarse como aquellos «componentes» que
expresan de una manera más individualizada y distintiva al modo
de ser y comportarse de una persona en particular. El «carácter» signifi-
ca marca (grabado), sugiere una cosa profunda y fija, tal vez innata, una
estructura básica.
de forma automática en casi todas las áreas del funcionamiento del indi-
viduo». Ahora bien, originariamente, el término «personalidad» procede
de la palabra «persona», que originariamente se refería a la «máscara»
que utilizaban los actores en el teatro clásico. Con el tiempo, se fue perdi-
endo la connotación de «máscara o ilusión» para acabar representando
a la persona real o las características. 1
a. Factores heredados
c. Experiencias personales
Esto es, según los expertos, porque la «mente» tiene que dejar li-
bre la parte consciente, o sea la conciencia, para poder recibir nuevos
estímulos y así poder seguir aprendiendo. Así cada parte de la «mente»
tiene funciones específicas. Estas son:
1. La mente consciente: es aquella parte de la mente» que se en-
carga de percibir la realidad de la que el sujeto se da cuenta y
que puede describir sin esfuerzo. Le acompañan la percepción,
recuerdos y pensamientos.
Ahora bien, todo esto ha sido, por muchos años, una discusión me-
todológica y semántica dentro de la psicología. Subconsciente es un término
que utiliza la psicología «clásica» para designar todo aquello que está «por
debajo» de la conciencia y que es débilmente consciente. Pero Freud y los
seguidores del «psicoanálisis» lo rechazaron a finales del siglo XIX, porque,
según ellos, se prestaba a equívocos metodológicos. Para los seguidores de
la corriente del «psicoanálisis» es más correcto hablar del inconsciente,
porque se refiere de modo más preciso al contenido mental que se encuen-
tra fuera del conocimiento de la persona, oculto, escondido, que escapa de
la conciencia y que está constituido por contenidos reprimidos (recuerdos,
experiencias, sentimientos, entre otras).
160 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Es difícil definir por qué se es así o de otra manera. Es decir, por qué
se es envidioso, o tolerante, o caprichoso o colérico, o paranoico o de-
pendiente u obsesivo, por poner solo algunos ejemplos. La persona es el
resultado de una confluencia de fuerzas y circunstancias: desde la «car-
ga genética» a la relación con las «figuras» más influyentes, los padres,
pasando por la ciudad en donde se ha vivido, la cultura que se respira e
incluso los profesores que se tuvo, así como los amigos, la familia y una
cantidad enorme de situaciones que han ido configurando cómo se es.
E
l «carácter» de quienes se tiene que «liderar» es necesario enten-
derlo y manejarlo de forma adecuada. Poder desarrollar el «carác-
ter de Cristo» en los miembros de la iglesia local, es la tarea más
importante de los líderes en sentido general. Jesús lo dejó bien claro en
el sermón del monte, que la recompensa eterna en el cielo estará basada
en el «carácter» que se desarrolla y demuestra aquí en la tierra.
Todo esto sucede, como dice el apóstol Pablo: «Hasta que to-
dos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo
de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes,
llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estra-
tagema de hombres que para engañar emplean con astucia
las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por
todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la ac-
tividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor» (Efesios 4:13-16 RVR 1960).
1. Introyección
2. Proyección
5. Represión
6. Negación
7. La reacción-formación
8. Desplazamiento
9. Tornarse en contra de sí
10. Aislamiento
13. Sublimación
Por tanto, todos los «gestos» tienen significados, pero unos son
más significativos que otros. Algunos gestos no significan nada
en una cultura, pero mucho en otra. El 35% de la «comunica-
ción» es verbal y el otro 65% es corporal. El «rostro humano»
es capaz de hacer 250.000 expresiones diferentes. A continua-
ción, una muestra de los gestos y los significados, según Esdras
Betancur (1994). ¡A ver!
L
a «psicología», aplicada en el ejercicio del «liderazgo en la iglesia
local», es un campo relativamente reciente. Aun así, el cuidado de
las personas, la búsqueda de la sanidad mental, física, emocional y
espiritual, debiera ser el centro del mensaje de las iglesias cristianas de
este tiempo. Las técnicas descubiertas por los seres humanos de ciencia
de hoy son en la mayoría tan antiguas como el Evangelio mismo.
L
a vida cristiana de éstos días, tanto personal como familiar, está
muy «relajada» en términos de conducta y principios morales bí-
blicos. Es por ello, que si no hay claridad sobre una ética bíblica del
«líder local» hacia la persona y hacia la familia, la «integridad» de estos
será seriamente dañada. Ahora bien, ¿Cómo desarrollar una ética del
líder conforme a la Biblia? ¿Cómo resguardar la integridad personal y
familiar de los «líderes locales» a la luz de las Sagradas Escrituras?
1. La verdad
2. La justicia
3. La bondad
Seis meses más tarde, Juan habla con la esposa y le expresa que no
puede seguir resistiendo el llamado que, a juicio propio, Dios le estaba
haciendo para que ejerciera el liderazgo en un área especial de la iglesia
192 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Mi conducta personal
• Seré un testimonio vivo y un ejemplo del ministerio de
Jesucristo.
196 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
L
a «espiritualidad» es la esencia que toda persona posee, que les da
una intención a todas las acciones, pensamientos y lenguaje. En la
vida de todo «líder» de la iglesia, es fundamental la relación con
Dios para el «ejercicio eficaz» de un ministerio, oficio o función, ya que
se corre el peligro de convertirte en autoritario, autónomo, manipulador
o ambicioso. Por ello, cuando Dios pone un líder (dentro o fuera de la
iglesia local) es vital la relación con Dios.
El «carácter» del «líder local» debe estar «signado» por el fruto del
Espíritu Santo. Si se está lleno de Dios, si Él es el Señor de la vida, tam-
bién debe serlo de la forma de ser y relacionarse con los demás. En las
cartas pastorales, el apóstol Pablo es enfático en señalar que la habilidad
del «líder local» radica en el carácter y no necesariamente en la capaci-
dad académica (1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9 RVR 1960).
John Stott (1995), dice: «Un hombre o mujer lleno del Espíritu de
Dios se somete a la Biblia. Procura vivir una vida limpia. La conducta
es ejemplar, porque nace de un corazón henchido del amor del Dios.
Evidencia el fruto del nuevo carácter, es obediente, fiel, honrado y
solidario. No es solo un religioso, ni tiene apariencia de piedad. Es un
auténtico seguidor de Jesús y los mandamientos. Se esfuerza con la
gracia de Dios en servir, amar y aplicar las verdades por amor a Dios
y no solo para sí mismo».25
Estas «ideas» sobre «lo que es bueno o malo» no son solo el resulta-
do de estas corrientes, las cuales expresan «sustentarse» en el contenido
de las Sagradas Escrituras, sino también de las «ideas premeditadas» de
otros que, bien intencionados o no, «persuaden» a muchos sobre este
asunto en particular. La cuestión es que, la «idea» que la mayoría de
los cristianos tienen sobre lo que es bueno o malo, está «influida» por
factores dogmáticos, sociales, culturales, filosóficos, políticos y demás,
los cuales dominan el pensamiento de muchos sobre este tema en par-
ticular, creando confusión y mucha desinformación entre los creyentes.
Por otro lado, las «fortalezas personales» del líder son aquellas co-
sas que se le dan muy bien o las habilidades y capacidades especiales
que tiene para realizar alguna tarea en concreto de forma fácil y efectiva.
Hay «líderes» que dependiendo del tipo de «labor» que han tenido, les
puede resultar más fácil hacer una cosa concreta que a otras personas.
206 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Ahora bien, todos los líderes han sido equipados con una se-
rie de «habilidades» y «conocimientos» que, utilizados ade-
cuadamente, permiten alcanzar la «fortaleza» necesaria para
lograr un «equilibrio saludable» en cuanto a las debilidades.
La clave del éxito en el «liderazgo local» está en poder iden-
tificar las áreas fuertes y utilizarlas para el bienestar en sen-
tido general. Esto requiere tener una «idea clara» sobre sobre
cuáles son las debilidades y fortalezas, e identificar la mejor
forma de equilibrarlas.
de las cosas prohibidas, los gustos por lo malo, la codicia por las cosas
que son de otro, y querer cosas o experiencias que son contrarias a la
voluntad de Dios. 28
Hay muchas cosas que todo líder de la iglesia local debe «preservar»
en todo momento, pero ninguna será más importante que cuidar el
corazón. En el aspecto físico hay personas que se les muere el cerebro,
pero seguirán con vida si el corazón todavía palpita. En el contexto
espiritual, de esto depende la clase de «liderazgo» que al final se lleva.
El «corazón» es el símbolo utilizado para referirse al fundamento de las
vidas; de ahí surgen las prioridades y propósitos. Por eso, como «líder»,
se debe procurar que el «corazón» esté centrado en lo eterno, ya que al
final el «corazón» estará donde se encuentre lo que se atesora.
¿Qué hacer para guardar el corazón? Entre las cosas que todo líder
de la iglesia local puede hacer, están las siguientes: Atesorar la palabra
de Dios, orar, estudiando la palabra de Dios, poner por obra la palabra
de Dios y frenar a las distracciones y mensajes nocivos, así como escoger
bien las relaciones y amistades.
Los líderes de la iglesia local que lleven una vida limpia y guarden
los «mandamientos» morarán en la presencia de Dios para siempre, y
tendrán la vida eterna, que es el máximo de todos los dones de Dios. El
apóstol Pablo escribió: «Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido
en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le
aman» (1 Corintios 2:9 RVR 1960).
1. La «devoción». Esta tiene que ver con ese amor, fervor y ven-
eración que se debe exhibir o expresar a través de los «ejercicios espir-
ituales», y que representan las fuentes del «poder» para el líder cris-
tiano en sentido general. Esta se expresa por medio de la oración, que es
hablar con Dios. La comunicación con Dios es fundamental. El ayuno,
cuya práctica es tan antigua como el ser humano mismo, y dentro de los
Liderazgo Local: Manual de entrenamiento Volumen 2 217
3. La fe. Algunos líderes ven la fe como una fuerza casi mágica y que
si se logra tener suficiente, uno prosperará, se mantendría firme en el Se-
ñor y tendría una vida placentera. Pero, ¿Qué hacer para lograr más fe?
¿Cuáles son las señales de una fe verdadera? Una «vida de fe» requiere sa-
crificios que no todos están en la disposición de hacer. Hay que aprender
a «depender de Dios», sabiendo que Él usa hasta «los cuervos» si fuere
necesario, para sostener a los suyos, si le son fiel y pueden ser pacientes.
Sin lugar a dudas, la mente del rey David, antes del adulterio, di-
vagó en ilusiones propias de los «deseos de la carne», cuya consecuen-
cia, bien se sabe que no es del todo buena. Se dice «carne», aludiendo
directamente a satisfacer «deseos impropios», los cuales debilitan la
«condición espiritual» de cualquier líder de la iglesia local.
D
entro de la conflictiva vida humana, en todos los tiempos, la «con-
sejería» ha jugado un papel de alta pertinencia. La mayor parte del
trabajo de los líderes de la iglesia local es ayudar a las personas a
«encontrar el camino» para lograr la felicidad y armonía con Dios, con-
sigo mismo, con los miembros de la familia y con la comunidad en ge-
neral. En ese sentido, los miembros de las iglesias que buscan el consejo
de los «líderes locales» presuponen que las «estrategias» sugeridas por
éstos les ayudarán a enfrentar los problemas.
Referencias bibliográficas
GUÍA DIDÁCTICA
TERCERA PARTE:
PERSONALIDAD DEL LÍDER
1. ¿Qué es el carácter?
2. ¿Por qué se debe estudiar el desarrollo de la personalidad?
3. Cualquier individuo puede ser observado desde tres pers-
pectivas, ¿Cuáles son?
4. La personalidad del individuo, sea este líder o no, se confor-
ma a través de…
5. La socialización se describe como…
6. ¿Cómo surge el conflicto de la personalidad humana, según
Freud?
7. Los factores que determinan la personalidad de un ser hu-
mano, ¿Cuáles son?
8. ¿Cómo debe ser el carácter del «líder local»?
9. Existen ocho características, por medio de las cuales se pue-
de evaluar el carácter en el servicio en la iglesia local, ¿Cuá-
les son?
10. ¿Cuáles son, según algunos expertos, las tres partes en que
está dividida la mente del ser humano?
11. Según algunos expertos, del total de la mente, aproximada-
mente un ___% es consciente y el otro ____% inconsciente.
12. ¿Cómo modificar el carácter del «líder local»?
13. El carácter de los miembros de la iglesia se construye en…
14. ¿Cuáles son los tres componentes básicos de la estructura
del carácter?
15. Enumere los ocho tipos de carácter que menciona el autor
16. ¿Cuáles son las características de una persona flemática?
17. ¿Cuáles son las características de una persona amorfa?
18. Existen diversos factores, que son muy relevantes sobre el
comportamiento de algunas personas, los cuales influyen
determinantemente en un momento dado, ¿Cuáles son?
19. Según Esdras Betancur, se han definido en el campo de la
psicología, más de 40 mecanismos de defensa. Enumere
cinco de ellos.
20. ¿Qué es la «proyección»?
21. Hable del desplazamiento
22. ¿Qué es la neurastenia e histeria?
238 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
U
na «estrategia» es, en sentido estricto, un procedimiento organiza-
do, formalizado y orientado a la obtención de una meta claramente
establecida. La aplicación en la «práctica diaria» del liderazgo en
la iglesia local requiere de perfeccionamiento. Es preciso aclarar, sin em-
bargo, que casi todas las «técnicas» pueden asumir el papel de «estra-
tegias», al igual que algunas «estrategias» pueden ser utilizadas como
«técnicas». Esto depende de la intención y orientación que se tenga en la
labor de la iglesia local.
ORGANIZACIÓN PERSONAL Y
GESTIÓN DEL TIEMPO
L
a organización personal del «líder local» es el reflejo del grado de
«disciplina» que posee y de la educación que ha recibido. Se debe
entender que se «es» diferente a los demás, formados por una his-
toria distinta que implica una situación con compromisos y obligacio-
nes únicas, con metas y necesidades muy particulares. Por otro lado, los
quehaceres diarios de un líder en la iglesia local se realizan en el tiempo
y, por lo tanto, constan de una duración. El buen «empleo del tiempo» se
fundamenta en la planificación y priorización cuidada.
Algún día, los líderes de la iglesia local tendrán que «dar cuen-
tas a Dios» de la forma como «administraron» ese tiempo que
es de Él. Por eso, en el pasaje bíblico de Colosenses 4:5, los cre-
yentes son exhortados a hacer buen uso del tiempo. La Biblia
dice: «Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo
el tiempo».
La idea detrás de la expresión: «redimiendo el tiempo», tiene que
ver con un «uso inteligente» del tiempo para beneficio del dueño del
tiempo, es decir para Dios. El tiempo es un bien precioso que todo «líder
local» debe aprovechar de la mejor manera. Lamentablemente, con
mucha frecuencia, se desperdicia el tiempo en cosas que tienen poco o
ningún valor espiritual. Y de esa manera se escurre el tiempo como arena
entre los dedos.
«no tienen tiempo». Pero curiosamente, los líderes más exitosos tienen
tiempo, y mientras más atareados están, es fácil quedar con ellos, y siem-
pre que se les pide algo, al día siguiente o a los dos días está hecho. Estos
«líderes» tienen tiempo para recrearse, para las familias, y hacen todo
lo que quieren. Pero cuál es el secreto: «gestionan bien el tiempo». Para
gestionar bien el tiempo, primero se debe identificar quiénes son los «la-
drones del tiempo». Los más típicos son:
1. No planificar
2. No priorizar
3. Las interrupciones
4. No centrarse
5. No delegar
6. No saber decir que «no»
7. El teléfono, internet y redes sociales
8. Reuniones interminables e inútiles
9. Todo es urgente
10. La dilación de las tareas
Hacer esto, garantiza una «gestión del tiempo» que ayudará de ma-
nera efectiva en la labor de los líderes en la iglesia local.
Liderazgo Local: Manual de entrenamiento Volumen 2 255
Es importante ser claro con las personas con las que se debe
trabajar, y a veces decir: «no, con gusto lo haría, en este mo-
mento me encuentro haciendo esto que es muy importante y
necesito concentrarme». Si esto se dice de forma atenta y ama-
ble, de seguro la otra persona lo entenderá y no habrá ningún
problema. Sin embargo, esto no implica que se le debe decir
que «no» a todo el mundo; solo cuando verdaderamente se esté
ocupado y necesite concentrarse en un asunto en particular.
256 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
L
as «habilidades técnicas y directivas» son un conjunto de capacida-
des y conocimientos que un líder cristiano debe poseer para reali-
zar las actividades propias del liderazgo, para la coordinación como
«administrador» o «directivo» de una iglesia local. La «dirección» se
define como la «influencia interpersonal» del líder a través de la cual lo-
gra que los liderados obtengan los objetivos de la organización mediante
la supervisión, comunicación y motivación.
Cierre
Resumen
Propuesta para la
acción
ESTRATEGIAS DE MOTIVACIÓN
PARA EL LIDERAZGO LOCAL
L
a «motivación» es considerada como uno de los factores más diná-
micos y cambiantes de la conducta; el «motor» de todos los actos.
Alguien dijo: «El principal activo de las organizaciones, sean o no
cristianas, son los miembros». Seguramente que estaba pensando que lo
que realmente facilita la eficacia y el rendimiento en las organizaciones
es el factor humano, más que el «técnico» o el «estructural».
El objetivo del líder de la iglesia local debe ser, por tanto, determinar
cuándo todas estas variables «motivan» a los miembros y cuándo no y
por qué. Todas estas variables «influyen» en la idea que se hacen las per-
sonas sobre qué metas se pretende conseguir, qué tienen de atractivo o
aversivo, las posibilidades de conseguirlas o evitarlas, entre otras. Todo
esto ha llevado a los psicólogos cristianos a estudiar qué tipos de metas
persiguen los creyentes, cómo influyen en el comportamiento y qué va-
riables hacen que se conciban como realizables o no.
L
as Sagradas Escrituras afirman la importancia de la familia y bos-
quejan los «principios divinos» que rigen las relaciones familiares.
Dios instituyó en la creación el matrimonio y la familia, como la
principal institución destinada al desarrollo y edificación de los seres
humanos (Génesis 2:18-25 RVR 1960). Cuando Cristo redimió la raza
humana de la «maldición del pecado», lo hizo también con las relaciones
conyugales y familiares. El Señor insta a los miembros de la familia a
relacionarse entre ellos tal como corresponde a personas que han acep-
tado el Evangelio (Efesios 5:21; 6:4 RVR 1960).
Objetivos:
1. Proveer un espacio para que las parejas, matrimonios y fa-
milias puedan encontrar apoyo emocional y espiritual entre
ellos mismos, en la medida que puedan hacer frente a las
circunstancias y presiones de este mundo.
2. Concientizar a las parejas sobre el modelo de matrimonio y
familia establecido por Dios en el proyecto original; desta-
cando cuál debe ser la actitud de cada pareja y matrimonio,
según la palabra de Dios.
3. Asistir a los miembros de la iglesia local en el crecimiento de
la relación individual con Dios y la pareja.
4. Ayudar a transparentar la relación entre ambos miembros
de la pareja y dentro del ambiente de crecimiento, tolerancia
y obediencia a Dios, poder batallar con los retos que surjan
en el transcurrir de la relación.
5. Ofrecer un servicio socio-espiritual a las parejas y matrimo-
nios de la comunidad donde la iglesia local ejerce la función
como «luz del mundo», aprovechándolos para la evangeliza-
ción y consolidación de resultados.
PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA
N
o cabe dudas, que el ejercicio del liderazgo de la iglesia local no
puede llevarse a cabo plenamente desde la perspectiva de la «ge-
rencia empresarial»; pero también es cierto que el «liderazgo cris-
tiano» tiene dimensiones administrativas donde las herramientas y mé-
todos aplicados a una «empresa» pueden ser de gran utilidad y agregar
valor distintivo a las iglesias e instituciones que procuran «gestionar»
con excelencia los asuntos del reino de Dios mientras cumplen la función
en la tierra.
ca» que hace algo más que «planear» un futuro esperado; ayuda a crear
ese futuro ahora. Los «líderes locales» están tomando hoy «decisiones
estratégicas» que afectan al mañana que, en realidad, comienza hoy.
En ese sentido, habrá momentos en que esta persona deba actuar rá-
pida y sabiamente en representación de todos para tomar las decisiones
críticas que permitan la supervivencia. Esta persona desafiará al equipo
a soñar y contribuir a lo que podría ser, así como a lo que ya es. Ejercerá
«influencia» sobre ellos, pero sin dominarlos ni controlarlos plenamente.
5.2. IMPORTANCIA DE LA
PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA
Una razón fundamental por la que conviene realizar una «planifica-
ción estratégica», es que realmente mejora los resultados que obtiene la
iglesia local. La mayoría, si no todas las iglesias que cambian para mejor
en Cristo, son guiadas o, al menos, cuentan con algunos «líderes locales»
que son «pensadores estratégicos» que, aunque no tengan un plan escri-
to sobre el papel, lo tienen bien claro en la cabeza.
5.3. NECESIDAD DE LA
PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA
Sin lugar a dudas, no son muchos los líderes de la iglesia local que
comprenden y practican la «planificación estratégica». Algunas igle-
sias locales han iniciado una «planificación estratégica» con ayuda de
cristianos que han sido capacitados, y han actuado como consultores,
en general, en el mundo de los negocios. La cuestión es que la planifi-
cación estratégica, correctamente realizada, es profundamente teológi-
ca y reflexiva. Por tanto, la preparación teológica orientada a este tipo
de «planificación» es una herramienta vital para cualquier líder de la
iglesia local.
Jean Paul Sallenave (2008), dice: «Algunos creen que los «lí-
deres locales» deben tratar de mejorar o, al menos, disminuir
los puntos débiles para fortalecerse. Sin embargo, no debe ser
así. Para fortalecerse, deben aprovechar al máximo en aquellos
aspectos en los que son fuertes, y evitar los puntos débiles, o
conseguir a otros para que se ocupen de ellos. En ese sentido,
hay que mejorar la «comunicación» con la congregación y es-
timular la confianza. Si ellos no confían en los líderes locales,
estos no podrán guiarlos. Y una de las formas más importantes
294 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Para esto, todas las iglesias deben desarrollar a los «líderes lo-
cales» para poder trabajar con impacto. Muchas hablan de ha-
cerlo, pero pocas son las iglesias que lo concretan en la práctica.
Hay que desarrollar una «estrategia de mercadeo» que posicio-
ne a la iglesia de la mejor manera en la comunidad, para gloria
de Dios. El propósito de la iglesia es «glorificar a Dios», espe-
cialmente entre los que no asisten a la iglesia, los no creyentes
que forman parte de la comunidad donde está la iglesia.
En ese sentido, son muchos los obstáculos que deben enfrentar los
líderes estratégicos, tales como: reducir la incertidumbre, aumentar la
estabilidad, aumentar los recursos y reducir el impacto de la «realidad
actual» que vive la iglesia local. El «liderazgo estratégico» se enfoca en
crear un ambiente favorable, ya que las estrategias son un producto de
la «interacción» de los miembros con los líderes y el entorno interno y
externo de la iglesia.
¿Es el «líder local» bueno para comunicarse con la gente? ¿Está listo
para pasar al próximo paso, o tiene que trabajar para mejorar las ca-
pacidades de comunicación con la congregación? ¿Por qué los «líderes
locales» deben comunicarse con la congregación? Durante el proceso de
«planificación estratégica», como en cualquier otro momento, es nece-
sario comunicar, comunicar y seguir comunicando.
Alguien dijo: «una imagen vale más que mil palabras». Las
imágenes y las visiones van de la mano, porque una «visión» es
una imagen o figura que se forma en la cabeza de una persona.
No solo las imágenes mentales son importantes para la visión;
las declaraciones de visión también lo son. Ellas ayudan a las
personas a imaginar la visión. La culminación del trabajo del
grupo que forma la visión por medio del proceso, es un pro-
ducto único: «la declaración de la visión».
306 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Portada
Índice de contenidos
Introducción
Información institucional
Análisis de contexto
Análisis FODA
Desafíos actuales
Ejes y líneas estratégicas del plan
Propósitos superiores
Contenidos de un • Misión
plan estratégico • Visión
• Valores
• Objetivo general
Detalles puntuales del plan
• Población sujeto
• Metas
• Equipos de trabajo
• Deberes y responsabilidades
• Organigrama
Cronograma general
Presupuesto
Liderazgo Local: Manual de entrenamiento Volumen 2 307
D. Amenazas:
¿Qué obstáculos debe afrontar? Ejemplo: «Poco espacio, el ruido o
la temperatura»
¿Han cambiado las condiciones para desarrollar el trabajo?
Ejemplo: «La tecnología, las nuevas metodologías,
el tipo de personas con las que debe trabajar»
¿Están cambiando las cosas de forma tal que está amena-
zando la labor? Ejemplo: «nuevos reglamentos o nuevos
líderes superiores».
L
os temas vinculados a la «etiqueta» y «protocolo» en el ámbito del
liderazgo de la iglesia local, son de vital importancia en este tiempo.
Todo lo que se «es» y hace como líderes de la iglesia, sea delante o
detrás del púlpito habla mucho del concepto, misión y filosofía del lla-
mado que se ha recibido de Dios. La forma de vestir, peinar y el compor-
tamiento que se exhibe, dice mucho de la personalidad y seriedad con la
que se ejerce la labor.
Por tanto, sería muy recomendable que los líderes de la iglesia local,
antes de entrar o salir a un escenario, cualquiera que este sea, pararse
ante un espejo y preguntarse: ¿Cómo me veo yo mismo(a)? ¿Cómo me
verán los demás? ¿Cómo me ve Dios, mi modelo y Señor? ¿Es la vesti-
menta que llevo puesta, apropiada? ¿Si me presentara ante un presiden-
te, llevaría mi mejor ropa? De seguro que sí. Es entonces cuando se debe
reflexionar sobre la manera de presentarse ante Dios y los demás.
• Usar una sola cara del pañuelo, una cara debe estar limpia.
• Usar otro pañuelo para limpiar la cara y el sudor.
Uso del pañuelo
• La parte sucia del pañuelo debe quedar dentro.
• No se escupe en pañuelo.
• Si por casualidad tienes que sobarte en presencia de otras
personas, aléjate un poco o vuélvete un poco.
• No emplear los dedos para limpiarnos los ojos, los oídos, los
diente y la nariz.
• No escupir en el suelo.
• Es un acto de mala educación llevar la mano a la boca cuando
uno tiene que toser, estornudar y eructar. En semejantes casos
si no se puede evitar, debe usar el pañuelo.
• Es peligrosa y de mala costumbre humedecerse los dedos en la
Aseo de la boca para volver las hojas de los libros. Pues se expone al
persona contagio de cualquier enfermedad.
• Las ropas deben siempre estar aseadas, cuando esté en la calle,
en la escuela, iglesia, de visita y dentro de la casa.
• Debe cuidar de que la ropa nunca esté sucia ni rota.
• Aunque sea de modesta condición económica, debe cambiar la
ropa interior con la mayor frecuencia posible.
• El calzado debe estar siempre limpio y con lustre.
• Cambiar las medias todos los días.
• La corbata bien anudada y cinturones adecuadamente ajustados
Referencias bibliográficas
GUÍA DIDÁCTICA
CUARTA PARTE:
ESTRATEGIAS PARA EL LIDERAZGO LOCAL