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Héctor Velarde

ITINERARIOS
i ' I

Guía de Monumentos y Lugares Históricos


Héctor Velarde

ITINERARIOS
DE LIMA

editorial universitaria s.a.


A S O C I A C I O N ARTISTICA
litografía offset/Industria del libro
general mendiburu 639 / s. cruz / miraflores / tel 40-10-20 Y CULTURAL "JUEVES"
La Asociación Artística y Cultural JUEVES
tiene especial satisfacción en presentar la edi-
ción de una auténtica y valiosa guía de nuestra
ciudad, obra del arquitecto Héctor Velarde, a cu-
yos conocidos méritos para realizar este empe-
ño, se une la generosidad del gesto caballeroso
de donar sus derechos de autor.
Hace justicia Héctor Velarde a la Ciudad de
los Reyes, importante desde su fundación como
Capital del Virreinato, con esta Guía. Sus estilo
claro y ameno y su profunda versación profesio-
nal, han sido acompañados en esta edición, que
él mismo ha dirigido, por un valioso acopio que
ha hecho de excelentes fotografías y cuidadosos
planos orientadores de los itinerarios de la tres
veces coronada villa.
Expresamos aquí nuestra gratitud a las Em-
presas Eléctricas Asociadas que han financiado
íntegramente la edición, aportando además una
valiosa donación para restablecer el ornato y la
belleza de uno de los principales monumentos
históricos de Lima, el Convento de San Francisco
El Grande.

ASOCIACION ARTISTICA Y CULTURAL "JUEVES"

Jorge Alvarez Calderón Sehr


PRESIDENTE
Rendir homenaje al pasado de los pueblos,
haciendo llegar a conocimiento de propios y ex-
traños sus obras de auténtico valor, es tarea que
tiende a la afirmación de la nacionalidad y por
ello al engrandecimiento de la Patria.
Él libro "ITINERARIOS DE LIMA" de Héctor
Velarde —cuyos relevantes méritos como arqui-
tecto y escritor son del consenso general dentro
y fuera del País— se orienta precisamente a la LIMA
consecución de ese objetivo, pues constituye una
guía práctica y clara, no solamente para los tu- (1535 - 1900)
ristas que visitan nuestra ciudad, sino también
para cuantos se interesan en conocer sus monu- Lima, las tres veces coronada villa, la que
mentos arquitectónicos, históricos y artísticos fue centro del Virreinato del Perú, conserva aún,
del siglo XVI al siglo XIX inclusive. intensamente, todo el interés y el encanto de las
Empresas Eléctricas Asociadas que, en su ciudades nutridas de historia y pobladas de mo-
carácter de concesionaria del servicio público numentos artísticos.
de electricidad de Lima Metropolitana, está ínti- Cuando Lima fue fundada por Francisco Pi-
mamente ligada a todo lo que tienda a incremen- zarra en 1535 no existía en su lugar sino una hu-
tar el prestigio de la Capital, poniendo de relieve milde aldea indígena. Sin embargo, las ruinas
las auténticas expresiones de su acervo cultu- arcillosas de sus huacas y la vecindad del gran
ral, ha auspiciado la publicación de la obra —a santuario de Pachacamac, indican que la zona
iniciativa de la Asociación "Jueves"— en la cer- debió tener una gran importancia en época pre-
teza de que procediendo así, cumpie con un de colombina.
ber en pro de la comunidad a cuyo servicio está La proximidad del mar, por donde llegaban
dedicada. los galeones de España, frente a la Isla de San
Lorenzo, su situación central en el litoral del
EMPRESAS ELECTRICAS ASOCIADAS territorio conquistado, el valle fértil que la rodea,
su clima suave y el Rímac, el pequeño río torren-
toso que la atraviesa, fueron los factores que tu-
vo en cuenta Pizarro para hacer de Lima la capi-
tal peruana.
Lima fue trazada como todas las ciudades
españolas; manzanas en damero y una plaza cen-
tral cuadrada, cerrada: la Plaza de Armas. Allí
se levantó el Palacio del Virrey, la Catedral, el

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Palacio Arzobispal y el Cabildo. De estos edifi- siglo XVII y principios del siglo XVIII fue la ar-
cios sólo se conservan hoy sus solares primiti- quitectura limeña por excelencia; las modalida-
vos. La Catedral es la única que aún guarda su des del barroquismo andaluz y del churrigueres-
composición y fachada colonial. co se mezclan, con medida y gracia, a los carac-
Por su clima templado, sin cambios bruscos teres locales de la raza indígena, a las formas
ni lluvias, por su paisaje arcilloso, desértico, y de los materiales arcillosos de construcción, a
sus primeros habitantes compuestos en su ma- la placidez y holgura del medio y al clima que per-
yoría de andaluces, Lima tomó desde un princi- mite la exposición a la intemperie de una arqui-
pio la fisonomía de una ciudad musulmana. La tectura de volúmenes blandos y de fina carpinte-
construcción de grandes paredes de adobe, lisas ría.
y coloridas, tuvo tres lujos exteriores: las am- La intervención en Lima de la arquitectura
plias portadas señoriales, la ventana de hermo- afrancesada del siglo XVIII, a través de España,
sas rejas y los balcones de madera tallada como dio a las casas e iglesias un mayor encanto por
galerías salientes y suspendidas. Balcones de la ingenuidad y frescura con que era interpretada
modalidad única en América y que tienen por mo- no solamente por alarifes mestizos sino creada
delo los mucharabíes del Cairo, de Damasco o en materiales fáciles, plásticos, como la arcilla
de Alepo. Estos balcones, aislados o en largas y el yeso que se amolda fácilmente a cualquier
hileras, son una de las características más pin- capricho.
torescas de las viejas calles de lima. Pero la ri-
queza arquitectónica de la ciudad no consistió, Al hablar anteriormente de los templos, és-
precisamente, en la casona solariega de amplios tos no pueden considerarse 3in los conventos en
paredones, sino en sus innumerables templos y que la magnitud de los patios y riqueza decora-
conventos. tiva causa la más grande admiración. Soberbios
azulejos del siglo XVII cubren los altos zócalos
Entre los siglos XVII y XVIII Lima llegó a su de los claustros y arquerías mudejares desarro-
apogeo, los edificios religiosos se multiplicaron llando su elegante ritmo en esos espacios abier-
y adquirieron su máxima categoría, la población tos, quietos y floridos que evocan poderosamen-
de !q ciudad se calculaba en unas cuarenta mil te los siglos pasados.
almas y cerca de seis mi! lujosas calesas cruza- Las iglesias menores tienen una forma, una
ban sus calles. Flores y láminas de plata cubrían silueta grácil, delicada y a la vez maciza y pas-
el trayecto por donde pasaban las procesiones. tosa, que le dan un sello inconfundiblemente li-
Las iglesias, monasterios y viejas casonas refle- meño.
jan hoy, a pesar de los numerosos terremotos y Como el cielo de Lima es plomizo durante
restauraciones que han sufrido, todo el carácter gran parte del año se buscó la luminosidad en
de su pasadas épocas. Los modelos renacentis- el color de las fachadas y aún quedan muestras
tas del siglo XVI y principios del siglo XVII no de cálidos tonos como el ocre, el añil y el "rosa
son muy numerosos, sin embargo están intactas de Lima" que hacían sonreir la ciudad bajo el
algunas bellas portadas como la de la Catedral, gris de sus nubes.
el imafronte de San Francisco, la portada de la Fuera de las residencias señoriales, cuya lis-
Casa de Pilatos, etc. La arquitectura barroca del ta podría ser muy extensa, tiene mucho interés

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la casa corriente de la colonia, de un solo piso, traza el Paseo Colón y aparece una gran diversi-
que forma calles típicas de paredones llanos, de dad de estilos.
portadas sencillas y de ventanas de barrotes sa- Hoy, altos edificios funcionales, flamantes,
lientes y forjados. Sobre esas casas, surgiendo se levantan cada día más numerosos, dándole a
de las azoteas, es visible un tipo de ventana tan Lima —desgraciadamente sin mayor armonía—
antiguo como la fundación de Lima, especie de un aspecto de progreso y de crecimiento en me-
claraboya llamada "teatina". dio de su atmósfera central de ciudad histórica.
Si a esta fisonomía y sabor artístico de con-
ventos, templos y casas, se agregan obras de Héctor Velarde
otro orden pero del mismo carácter como el Pa-
seo de Aguas, el Puente de Piedra, de estructu-
ra romana, la Plaza de Toros, cuyo redondel es
uno de los más antiguos del mundo, la Alameda
de los Descalzos, la Sala del Tribunal de la In-
quisición, con las viguerías más ricamente talla-
das de la colonia, se comprenderá la atracción
que tiene la ciudad de Lima por su honda y son-
riente personalidad.
La exaltación libertadora con su rechazo por
el dominio español, rechazaba también la arqui-
tectura colonial que le recordaba a España, sin
pensar que esa arquitectura era ya peruana. Así,
no deseándose utilizar las formas tradicionales,
se hicieron las primeras construcciones. El es-
tilo se prolongó hasta la segunda mitad del siglo
XIX. Las técnicas criollas del adobe y de la quin-
cha dieron cuerpo a pulcras y elegantes fachadas.
Los interiores se aclararon y la simetría impera-
ba en un esbelto clasicismo, pero, en el fondo,
la casa guardaba su distribución colonial.
Desde 1870, aproximadamente, fue la influen-
cia académica y ecléctica la que imprimió su se-
llo en la edificación. Luego vino una paralización
en materia de obras hasta fines del siglo XIX
en que se produce una época de resurgimiento,
el "petit hotel" se pone de moda, se hacen ave-
nidas como La Colmena, imitando bulevares de
París, con sus tejados y buhardillas falsas, se

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ITINERARIO N 2 "RIMAC"
? ZONA B

PLAZA DE ACHO - PASEO DE AGUAS - ALAMEDA DE


LOS DESCALZOS - CONVENTO E IGLESIA DE LOS DES-
CALZOS - QUINTA DE PRESA - IGLESITA DE LA VIRGEN
DEL ROSARIO - PUENTE DE PIEDRA

A raíz de la fundación de Lima, el "Rímac",


o lo que hoy se llama Abajo el Puente, fue una
humilde agrupación de caseríos. En 1562 se
construyó la Iglesia y el Hospital de San Lázaro;
se llamó así el hospital que era para leprosos y
el lugar se denominó desde entonces barrio de
San Lázaro. Poco a poco la población fue aumen-
tando, el lazareto se retiró fuera de Lima y la zo-
na principió a urbanizarse con huertas y jardines,
quedando el humilde núcleo popular en el barrio
de Malambo.
En el siglo XVII, la población se define, se
construyen varias iglesias, el Puente de Piedra y
se abren alamedas. Durante el siglo XVIII, el "Rí-
mac", constituido por sus paseos, plaza de toros
y quintas campestres es el lugar típico limeño
de expansión y recreo.
En el siglo XIX esa parte de la capital bajó
de categoría y en general adquirió las caracte-
rísticas que tiene más o menos actualmente.
Sin embargo, de los antiguos barrios, es uno de
los que más ha conservado el sabor de la vieja
Lima.
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PLAZA DE ACHO
De la Avenida Abancay, atravesando el Puen-
te Riúardo Palma, se llega a la Plaza de Acho, la
Plaza de Toros de Lima.
Este es un hermoso e histórico monumento
estrenado en 1768 en tiempos del Virrey Amat.
Era considerado entonces como la mayor plaza
de toros del mundo. Se sabe, en todo caso, que
es la segunda plaza en antigüedad que queda
construida fuera de las arenas romanas que sir-
ven para la fiesta brava.
Lo más notable y original es su construcción
a base de gruesos contrafuertes de adobe que
sostienen las graderías y que forman las gale-
rías bajas de entrada por medio de un anillo de
arcos peraltados de índole mudejar y que dan una
bellísima impresión plástica. A la entrada del
coso, a la mano izquierda, se encuentran el Me-
són y el Museo Taurino. El Mesón es un típico y
amplio restaurant, de donde se puede contem-
plar la monumentalidad del tambor de la plaza
con sus fuertes machones verticales coronados
por las barandillas de las galerías altas- También
desde este lugar se puede observar los toros de
lidia en sus corrales de exhibición y apreciar el
paisaje del cerro San Cristóbal con sus peque-
ñas casas coloridas y escalonadas. El Museo es
uno de los más importantes que se conocen de
su clase, con trofeos, trajes y documentos del
mayor interés.

PASEO DE AGUAS
Saliendo de la Plaza de Toros, y dirigiéndose
por el jirón Hualgayoc, surge la ampulosa y ele-
gante arquería del Paseo de Aguas. Este monu-
mento hacía parte de todo un conjunto de recreo
que el Virrey Amat mandó construir al pie mis-
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mo de la casa de su amante, la célebre Perricho-
II, casa que hoy, ¡oh tiempos modernos!, es la
esquina de una fábrica de cerveza. El Paseo ro-
deaba un gran espejo de agua frente al muro de
la arquería que debió ser un acueducto para que
las aguas del Rímac cayeran en cascada desde
su elevado arco central. La obra quedó inconclu-
sa en 1776. El monumento quiso imitar un anti-
guo juego de aguas que existían en la ciudad
francesa de Narbona y por esta razón se llamó
Paseo de la Narbona antes de llamarse Paseo de
Aguas. Su estilo afrancesado de mediados del
siglo XVIII hace de ese acueducto un motivo ar-
quitectónico de fondo elegante y lujoso.
Del ambiente que bordeaba el Paseo —que
era de rigor hacerlo en calesas y a pie, después de
las corridas de t o r o s — no quedan sino muy es-
casos testimonios; uno de ellos es un pequeño
y precioso balcón corrido que aún puede verse
suspendido en la fachada de una casa tras' la
gran arquería.

ALAMEDA DE LOS DESCALZOS '

Al extremo de lo que era el Paseo de Aguas


se abre la Alameda de los Descalzos, lugar aún
muy característico de la vieja Lima. Tiene, como
perspectiva, el Convento y la Iglesia de los Des-
calzos al pie del cerro de San Cristóbal y, a sus
costados, las iglesias de El Patrocinio y Santa Li-
berata. Esta ancha alameda, de unas cuatro cua-
dras de largo fue ejecutada en 1611 y constaba
de tres calles, dos laterales para calezas y una
central para peatones. Tres fuentes y ocho hile-
ras de árboles la adornaban y le daban frescor y
sombra. En 1770 el Virrey Amat le hizo algunas
mejoras y en época del Mariscal Ramón Castilla,
1856, se remodeló completamente, adquiriendo el

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IGLESIA DE SANTA LIBERATA,
aspecto que tiene hoy día. De su sabor colonial, COPACABANA, SAN LAZARO
dieciochesco y rural pasó a ser un paseo románti- Y SAN FRANCISCO DE PAULA
co del siglo XIX, con sus rejas laterales, bancas,
estatuas y jarrones ornamentales. Es uno de Estas iglesias pueden ser contempladas y vi-
los espacios urbanos más típicos y. amplios de sitadas en el trayecto que se haga de La Alame-
la Lima de antaño. da de Los Descalzos a la Quinta Presa; trayecto
que atraviesa viejas calles, llenas de carácter ur-
CONVENTO E IGLESIA DE LOS DESCALZOS bano y con típicas casas limeñas. Santa Libera-
ta, en la Alameda, frente al Patrocinio, es un tem-
Caminando hacia los Descalzos, se encuen-
plo del siglo XVIII de carácter pueblerino e inte-
tra la Iglesia de El Patrocinio, pequeño templo
sante por el movimiento de sus volúmenes e in-
del Beaterío del mismo nombre y que se inau-
genuos motivos ornamentales.
guró en 1688. Se asegura que en ese lugar el
Beato Fray Masías pasteaba cerdos y tuvo algu- La iglesia de Copacabana, en el jirón del mis-
nas revelaciones. La Iglesia es muy armoniosa, mo nombre, antes de llegar al jirón Piura, impre-
siendo un ejemplo de calidad del modelado y ar- siona gratamente como iglesia menor de correcta
cilloso barroco del siglo XVII. arquitectura barroca.
Al llegar frente a la iglesia de Los Descalzos Siguiendo por el jirón Piura se ingresa a la
se tiene una impresión de pulcra humildad; su Plaza de San Lázaro, donde aparece el templo; su
fachada, a todo lo ancho de la Alameda, es baja, fachada reconstruida y restaurada a principios de
pueblerina, ondulante y de modestia francisca- este siglo no tiene marcado interés fuera del va-
na. El interés artístico del Convento reside, jus- lor ambiental urbano.
tamente, en su carácter, en lo sencillo y suges- Tomando por la avenida Francisco Pizarro, a
tivo de sus patios y recintos conventuales, sin unas cuatro cuadras de San Lázaro, se pasa frente
contar con algunos antiguos cuadros e imágenes a San Francisco de Paula Nueva. Esta Iglesia del
de valor. La iglesia y el convento son de princi- siglo XVIII, inconclusa en sus torres, llama la
pios del siglo XVII. Detrás de ese conjunto, ais- atención por su lujo de fuertes almohadillados y
lada, se alza la Casa de Ejercicios, de ejecución sus proporciones monumentales. La fachada acu-
mucho más reciente: 1744. Es de muy bella ar- sa cierta semejanza con la fachada de la Iglesia
quitectura, del mejor estilo neo-clásico de la se- de San Agustín en el centro de Lima.
gunda mitad del siglo XVIII. Acusa una serie de
similitudes con la Casa de Ejercicios de la Or-
den Terciaria Franciscana. Los jardines que la QUINTA DE PRESA
rodean y el camino ascendente de la escalinata
que llega al atrio del edificio parecen transpor- Continuando por la avenida Francisco Pizarro
tar al visitante a una mansión abadial de esa a unos pocos metros de San Francisco de Paula
época. Nueva, se abre a la derecha la callecita Presa; al
fondo puede contemplarse la Quinta de Presa.

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Se trata del modelo más elocuente en su gé-
nero de una villa de campo de mediados del si- les para dejar aislado en toda su unidad y pure-
glo XVIII. za este precioso ejemplo de arquitectura limeña
No fue nunca la Casa de la Perricholi como del siglo XVIII.
se dice, sino la de un Coronel del Ejército Real;
don Pedro Carrillo de Albornoz. Es la interpreta- IGLESITA DE SAN JOSE DEL PUENTE
ción criolla de un pequeño "chateau".
Los balcones son como ampulosas cómodas Al regresar por la avenida Pizarro y entrar al
suspendidas y las jambas y frontones de las jirón Trujillo para tomar por el Puente de Piedra,
mamparas parecen imitar enormes marcos de cerca de la entrada del Puente, a la derecha, se
espejos o miniaturas gigantes. La puerta de en- halla la iglesia de San José del Puente. Se trata,
trada pequeñita, es una obra de arte, de gracia y según la creencia popular, de la iglesia más chi-
de acentuación de ese fenómeno ilusorio de ca del mundo. Fundada en época de la conquis-
grandiosidad que se expresa en proporciones tan ta, posiblemente como capilla del puente primi-
reducidas. Los tejados son notables, buhardas, tivo, este templo en miniatura, que no llega a te
cresterías y todo lo que caracteriza los tejados ner 8 metros de ancho y 12 de profundidad, tie-
franceses cubiertos con pizarra y metal, está allí ne, sin embargo, dos torres en la fachada y en
imitado con planchas de madera colocadas ver- su interior un presbiterio. Fue reconstruida a f i -
ticalmente y cuyos recortes parecen inspirarse nes del siglo XVIII, según el gusto neo-clásico de
directamente en la silueta de los lucernarios co- la época.
mo el del Palacio abadial de Remiremont. En el
PUENTE DE PIEDRA
interior, las características arquitectónicas son
iguales, los salones tienen un encanto extraordi-
El jirón Trujillo, llamado así porque fue el ca-
nario, en ellos vemos medallones, espejos y cor-
mino por donde entró Francisco Pizarro a Lima,
nisas que desean evocar los palacios Luis XV en
viniendo de Trujillo, lleva al Puente de Piedra;
Francia, pero íucidos a la limeña. La arquería o
hermosa obra construida en 1610 por el Virrey
"loggia" que da al jardín interior, produce la mis-
Juan Mendoza y Luna, Márquez de Motesclaros,
ma ilusión mágica que el resto del conjunto; de
en el lugar donde había un puente de ladrillo y
ser mucho más vasta de lo que es en realidad.
madera destruido por las aguas del Rímac.
En el parque se encuentra un teatro al aire libre y
Esta construcción, digna de las mejores tra-
hasta glorietas galantes de los jardines de Ver-
diciones de los puentes romanos, fue ejecutada
salles.
por un mestizo: Fray Jerónimo de Villegas. Sus
Se trata de un ejemplo único de arquitectura cuatro arcos de medio punto y sus fuertes y sa-
rococó criolla. lientes espolones contra el ímpetu torrencial del
El Museo Virreinal que ahí se ha instalado, río en determinadas épocas del año parece que
es como puede observarse, muy modesto y se fueron aparejados con piedras en que la argama-
piensa rehacerlo, así como se proyecta retirar el za de cal contenía el aglutinante de miles de cla-
cuartel que existe hoy día, demoliendo sus loca- ras de huevo. Desgraciadamente esta nobilísima
estructura de utilidad y belleza ha sido desfigu-
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rada mediante el ensanche de la calzada para
permitir el tránsito motorizado. Hoy hay el pro-
pósito de restaurarlo convenientemente en su
forma primera.
Al cruzar el puente, se ingresa a la calle Pa-
lacio, y de allí, a la Plaza de Armas de Lima.

PASEO DE AGUAS. ARQUERIA.

QUINTA DE PRESA.

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