Atraves de la historia la arquitectura latinoamericana poco a poco ha ido
evolucionando con ideas, propuestas de algunos pensadores con el tempo ha ido cambiando y mejorando y que hoy podemos decir que nuestra arquitectura tiene un lugar dentro de la arquitectura universal.
En la actualidad con todos estos valiosos conocimientos nos ha permitido
explorar campos desconocidos y se puede definir Como el arte de darle vida a los espacios y crear un ambiente muy sofisticado para el hombre. Cada espacio trae consigo una historia derivadas de las diferentes culturas latinas.
En américa latina en toda su dificultad es necesario aceptar la realidad de la
paradoja, habrá que reconocer la armonía de la contradicción, habrá que asumir la discontinuidad, la superposición o la alteración de los tiempos culturales o experimentar la fabulosa escala de los espacios, percibir la presencia de la semejanza junto a la diversidad o la multiplicidad en la unidad, en otras palabras, entender que a todas y cada uno de las personas les cambio su forma de pensar y estilo de vida.
Es muy difícil entender la evolución de la arquitectura latinoamericana si
asumir los potenciales de su continua modificación y transformación, debido a esto las ciudades en los últimos años han sufrido transformaciones y cambios en el ámbito social, político y económico, en todo el ámbito moderno.
Los grupos políticos han intervenido ampliamente en los territorios, este es el
primer hecho, que dividió a muchos pueblos de la región latina desde la ocupación de los conquistadores europeos, se inició a fraccionar los territorios y así dominando gran parte de ellos. Con la independencia, y con la creación de nuevas fronteras político administrativas, se deterioró aún más la situación cultural, pues la división no planeada del territorio profundizo aún más la actual crisis económico-sociales y culturales, la desigualdad de oportunidades que se agudiza en una geografía rural sin trabajo ni recursos, causaron su despoblación y la emigración masiva, que no estaban preparadas para soportar este impacto.
La historia ha marcado profundamente el carácter de estos pueblos, y se
revela en rasgos estructurales como en comportamientos sociales. La ocupación del territorio y la distribución de la población, que implica, además de determinado orden económico, la existencia de dos tipos de cultura que se establecen desde un principio y permanecen hasta el presente: la cultura urbana y la rural. La incompatibilidad entre estas dos formas de vida ha provocado problemas políticos y ha sido la causa fundamental de las guerras civiles que ensangrentaron a casi todos los países latinoamericanos durante buena parte del siglo XIX, apenas conseguida su independencia de España. El triunfo de las fuerzas urbanas explica en parte la acentuación del desequilibrio entre las grandes ciudades y los inmensos territorios apenas poblados, Muchos conflictos políticos posteriores, y las actuales tragedias en países como Colombia, Perú o los centroamericanos, tienen asimismo sus raíces en esa doble personalidad social.
El tercer punto a tratar es sobre el desarrollo paralelo y su proceso a la
modernidad; del primero, podría hablarse de cuatro etapas en la ideología cultural de la región: una primera que comprende el período de dominación española, durante el cual las pautas culturales de ese origen -y las francesas al avanzar el siglo XVIII- de aceptación indiscutida, constituyeron un factor de unificación, más allá de la conciencia histórica, más allá de las riñas que existían entre las culturas indígenas más avanzadas; una segunda etapa corresponde al período republicano -siglo XIX-, cuando las ansias de integrarse al mundo industrializado producen el rechazo de ambas herencias, la española y la indígena, tercera etapa, al comenzar el siglo XX, se produce un despertar de la conciencia nacional e inversamente, la afinación de una identidad nacional expresada como rechazo al invasor europeísmo, buscándose las raíces de la nacionalidad en un regreso a la herencia cultural hispano criolla. Hacia la tercera década de este siglo, se hace explícita la tensión entre nacionalismo e internacionalismo, al tiempo que en la mayoría de los países de la región el modelo norteamericano sustituye al europeo. Esta tensión permanece a lo largo del siglo, y el predominio de una u otra corriente estará ligado a vaivenes políticos locales, tanto como a las cambiantes situaciones culturales y políticas de los países desarrollados. En el proceso de desarrollo a la modernidad, podemos hablar que todo o gran parte de lo que conocemos se lo debemos a los saberes europeos o la nación de estados unidos, pero en esta época contemporánea, se busca exhaustivamente un desarrollo a la modernidad propio, que nos permita una evolución social, más apropiada con respecto a nuestras raíces culturales.
Aida Toledo - Entre Lo Indígena y Lo Ladino - El Tiempo Principia en Xibalbá y Velador de Noche, Soñador de Día, Tonalidades Melodramáticas en La Narrativa Guatemalteca Contemporánea