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Para elaborar sobre el origen del debate anterior, es útil seguir el análisis de

especialización funcional, estratificación y jerarquía propuesto por Niklas


Luhmann, donde las diversas actividades al interior de los colectivos ganan
naturalmente detalle, prioridad y subordinación conforme los grupos se
desarrollan.18 Así, diversas experiencias, significados, convicciones y expresiones
son atendidas primero los individuos más capaces, para después generar roles
religiosos y eventualmente jerarquías entre individuos. Puede así entenderse que
con tiempo las jerarquías religiosas suelen subordinar el interés colectivo al
propio, auto afirmar su autoridad y establecer marcos normativos que les
beneficien, consolidando la clausura operativa de un grupo, descrita también por
Luhmann. Sin embargo ese mismo hecho, activa la imposibilidad futura del
acoplamiento estructural del sistema religioso con su entorno, iniciando un proceso
de decadencia.

Es decir, el método de otras ciencias enriquece el debate religioso. Diversas


ciencias humanas se han interesado por el fenómeno religioso desde sus respectivos
puntos de vista como por ejemplo la antropología, la sociología, la psicología y la
historia de las religiones. Por otro lado, disciplinas como la fenomenología de la
religión estudian específicamente sus manifestaciones intentando dar con una
definición exhaustiva del fenómeno y mostrar su relación con la índole propia del
ser humano. En secciones subsecuentes se desarrollan más elementos para el análisis
de la religión.

Filosóficamente, la religión puede ser un estilo de vida, un camino hacia la


plenitud, una plenitud que inicia desde el mismo instante que se cobra conciencia
de la misma.

En un sentido más amplio, también se utiliza para referirse a una obligación de


conciencia que impele al cumplimiento de un deber.19

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