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Juzgado de Familia de 2º Nominación Córdoba Capital.

SENTENCIA

Córdoba, veintidós de agosto de dos mil dieciocho.- Y VISTOS: Los autos caratulados “T., N.
M. C/ B. , N. D. C. Y OTRO – NULIDAD DE MATRIMONIO – CONTENCIOSO” (EXPTE N°
2850813), de los que resulta que: I) A fs. 1/8 comparece la Sra. N. M. T., con el patrocinio de
los Abs. M. A. P. y G. R. P. e interpone demanda de nulidad del matrimonio celebrado entre el
Sr. P. T. (hoy fallecido) y la Sra. N. del C. B. , el día 01/04/2016, con fundamento en la
“incapacidad neurocognitiva” (sic) del Sr. T. que vició su voluntad al momento de contraer
matrimonio. Manifiesta que por Sentencia Nº 1894, del 10/12/2008, dictada por la Excma.
Cámara de Familia de Segunda Nominación, fue declarada hija biológica del Sr. P. T., con lo
que acredita su legitimación activa para interponer la acción. Relata que la persona que durante
toda su vida la trató como su hija, en su lecho de muerte le reveló que su verdadero padre era
el Sr. T., por lo que se contactó con él, a quien veía siempre y con quien mantenía buen trato
por haber ido a su casa desde que era pequeña. Cuenta que comenzaron una “nueva etapa de
padre e hija” (sic). Dice que a pesar de la edad avanzada de su padre, no tuvo otros hijos, ni
tampoco había contraído matrimonio, que siempre vivió junto a sus dos hermanos, todos en la
casa del campo que administraban en sociedad. Expresa que el Sr. I. T. (hermano de P.), a la
edad de casi setenta y cinco años contrajo matrimonio con L. B. – de veintiséis años – y se fue
a vivir a la casa junto a los tres hermanos. Añade que al poco tiempo de casarse el Sr. I. T.
reconoció al hijo de la Sra. B. y al poco tiempo falleció. Indica que L. continuó viviendo en la
casa junto a los hermanos y que en un corto lapso otro hermano – Ciriaco T. – también murió.
Aclara que los hermanos T. eran propietarios de más de 300 has de campo en la zona rural de
la localidad de La Para, Departamento Río Primero, de esta provincia, valuadas
aproximadamente en ocho o diez mil dólares la hectárea. Afirma que desde la llegada de L. B.
a la casa de los hermanos, la relación con su padre se vio “drásticamente impedida” (sic), ya
que la nombrada se negaba “sistemáticamente” (sic) a permitirle el acceso a la vivienda bajo
pretexto que ella se “encarga” (sic) mejor que la compareciente de su padre, o que el Sr. P. T.
no quería verla. Cuenta que las pocas veces que pudo hablar con su padre, éste le comentó
que vivir en su propia casa se había transformado en un “calvario” (sic), ya que la mujer de su
hermano (tío), tomó de facto la administración de todos los bienes de su propiedad, sin
consultar con su padre, haciéndolo únicamente con su abogado F. C. . Expresa que su padre
pasó sus días deambulando con su carro por el pueblo vendiendo la leche que él mismo
ordenaba, cuando en realidad no tenía ninguna necesidad de “vivir en la miseria” (sic), ya que
el campo de su propiedad se encontraba alquilado, pero que él no recibía “absolutamente nada
de ello” (sic), ya que no disponía, ni administraba, sino que todo lo manejaba la viuda de su
hermano. Añade que además de sus “achaques” (sic) propios de la edad, su padre era
alcohólico, con una grave adicción crónica que lo volvía absolutamente vulnerable a todas las
“artimañas que se propone la viuda y su abogado Dr. F. C. , que es quedarse con la totalidad
de los bienes de los Sres. T.” (sic). Alega que en el carácter de única hija de P. T. intentó
protegerlo, pero que la adicción crónica de su padre al alcohol lo colocó en un “estado extremo
de vulnerabilidad” (sic) y sumado al accionar de terceras personas que lo mantuvieron aislado y
abstraído de la realidad, las posibilidades de acercamiento de su parte fueron deliberadamente
obstruidas y cercenadas. Menciona que en marzo de 2007 tomó conocimiento que su padre –
por entonces un anciano con manifiestos síntomas de incapacidad – le “habían hecho testar”
(sic) mediante Escritura Pública N° 19, a instancias de L. B. y el abogado F. C. , la totalidad de
sus bienes a favor de su hermano I. T. y su cónyuge; por lo que frente al “desbaratamiento de
sus derechos” (sic), su abogado reclamó al escribano interviniente y su padre – escuchando
sus consejos – dedujo denuncia penal el día 03/03/2007, lo que trajo como resultado la
revocación del testamento mediante Escritura Pública N° 33. Añade que ante la imposibilidad
de acercarse a su padre y el accionar de L. B. , con fecha 07/12/2010 inició por ante el Juzgado
de Primera Instancia y Octava Nominación en lo Civil y Comercial de esta ciudad, acción de
inhabilitación en los autos caratulados “T. , P. – INHABILITACION (Art. 152 bis C.C.) – EXPTE
N° 1991220/36”, proponiéndose como su curadora. Destaca que en ese expediente
compareció como abogado de su padre el Ab. F. C. y que debido a la intervención de las
personas que se oponían al acercamiento de su padre a ella, intervino el Cuerpo Técnico
Multidisciplinario de Asistencia Judicial, a requerimiento del propio Tribunal. Advierte que los
informes realizados por los profesionales son coincidentes en el sentido que P. T. presentaba
“deterioro psiconeurocognitivo” (sic), producto de la edad y el consumo crónico de alcohol y que
si bien poseía ubicación en tiempo, espacio y personal, sus funciones cognitivas (memoria,
atención, inteligencia, estado de las mismas) estaba deteriorada. Adita que el segundo informe
realizado por las profesionales del Equipo Técnico, con fecha 31/08/2015, reafirmó y amplió las
conclusiones vertidas, concluyendo que el Sr. P. T. presentaba una patología crónica
“irreversible y permanente” (sic). Resalta que también advirtieron “precariedad en torno a su
posicionamiento frente a las decisiones que toma su cuñada” (sic), no pudiendo “precisar los
bienes que tiene a su nombre” (sic), concluyendo que presentaba una “restricción de su
capacidad para disponer de sus bienes patrimoniales” (sic), así como la “necesidad de una
asistencia de terceros responsables para la disposición de sus bienes que garanticen el
resguardo de su patrimonio, sin intereses particulares de terceros” (sic), que era “inestable
psíquicamente, lo expone a situaciones de alta vulnerabilidad” (sic). Subraya que en la acción
de inhabilitación, el abogado que “supuestamente debía velar por sus intereses personales,
resultó ser el mismo abogado de L. B. , quedando nuevamente de relieve la connivencia
defraudatoria de los nombrados” (sic), logrando que su padre le otorgue carta poder al
mencionado letrado para que lo representara en dicha causa. Expresas que luego de conocido
el nuevo informe realizado por el Cuerpo Multidisciplinario, sabiendo el alcance del mismo y
“viendo agotadas las posibilidades dilatorias del proceso de inhabilitación” (sic), el día 1 de abril
de 2016 su padre – con ochenta y cuatro años de edad – “apareció casado con la hermana de
L. B. , de 27 años de edad, Srta. N. del C. B. ” (sic), siendo testigos del casamiento el propio
abogado F. C. y su esposa, M. del V. C.. Recalca que surge palmario que el abogado C.
conocía a las partes – en especial a P. T. – por ser su abogado en los autos referenciados y
conocía de su “incapacidad” (sic); pero lejos de proteger sus derechos, prefirió “aparecer como
fedatario de conocimiento de la capacidad de P. y permitir el desbaratamiento de los mismo,
obviamente para sacar provecho de la maniobra ya que es abogado de la Sra. B. y ahora de
su hermana la hoy esposa de (su) padre” (sic). Insiste en que las conclusiones de los informes
son reveladoras del estado de vulneración que sufría P. T., por lo que se pregunta si el letrado
C. puede dar fe que su padre – con 84 años en ese momento – era una persona hábil para
celebrar matrimonio con la Srta. B. , de 27 años. Afirma que el abogado mencionado jamás
pudo como testigo del matrimonio dar fe respecto de la capacidad de su padre, cuando en su
carácter de apoderado en el juicio de inhabilitación conocía de su incapacidad; agregando que
también sabía que con el acto jurídico del matrimonio “no solamente lo perjudicaba sino que su
situación fue neC. ia para configurar un acto que a la postre termina por desbaratar los
intereses de (su) padre” (sic). Reseña que con fecha 03/05/2016 realizó la denuncia respectiva,
en la causa caratulada “DENUNCIA FORMULADA POR T., N. M. C/ B. , L. M. Y OTROS
(EXPTE N° 2764102)” y también la presente demanda de nulidad. Concluye diciendo que el
matrimonio entre su padre y la Srta. N. del C. B. resulta nulo por falta de salud mental de P. T.,
que le impidió tener discernimiento para el acto matrimonial – art. 425 inc. b) del CCyC –.
Adjunta documental (fs. 10/29 y 35/37) y ofrece prueba testimonial).---
II) Por proveído de fecha 28/09/2016 (fs. 34) se dispone que – previo a todo – se exhorte al
Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Octava Nominación de esta ciudad
para que remita copia de las actuaciones "T. P.- INHABILITACIÓN (ART. 152 BIS C.C.)"
EXPTE. N° 1991220/36.---
III) Una vez cumplimentado (fs. 41/343), mediante decreto de fecha 29/11/2016 (fs. 344) a la
acción entablada se le imprime el trámite previsto en los art. 75 y ss. de la Ley 10.305, se cita y
emplaza a los Sres. N. del C. B. , P. T. y su curador ad litem M. A. S. para que en el término de
seis días comparezcan a estar a derecho y contesten la demanda, ofreciendo toda la prueba
que haya de valerse, bajo apercibimiento del art. 77 del mismo cuerpo legal.---
IV) A fs. 347/353 se agrega copia certificada de la Sentencia N° 399, de fecha 17/11/2016,
dictada por el Juzgado Civil y Comercial de 8° Nom., en los autos caratulados “T., P. –
INHABILITACION (ART. 152 BIS CC) – EXPTE N° 1991220/36”, mediante la cual se dispone la
restricción del pleno ejercicio de la capacidad del P. T. solo respecto de los actos de
disposición de sus bienes patrimoniales, con excepción de lo que implica su subsistencia
cotidiana ligada al ingreso producto de su trabajo y de su jubilación, designando como figura de
apoyo a su hija, N. M. T..---
V) A fs. 360 comparece la Sra. N. del C. B. , con el patrocinio del Ab. C. O. y plantea recurso
de reposición con apelación en subsidio en contra del proveído de fecha 29/11/2016. Atento
ello, mediante decreto del 29/12/2016 (fs. 361), se revoca el proveído atacado en cuanto
dispone “…cítese y emplácese a los Sres. N. del C. B. , P. T. y su curador ad litem M. A.. S.
para que en el término de seis días comparezcan a estar a derecho y contesten la demanda,
ofreciendo toda la prueba que haya de valerse, bajo apercibimiento del art. 77 del mismo
cuerpo legal…”, decretándose en su lugar correr traslado a la Sra. N. del C. B. en primer lugar,
para luego correr traslados a las demás partes.---
VI) A fs. 363/364, en un escrito encabezado con el nombre de “N. del C. B. ” (sic), pero
suscripto por “L. B. ” (sic), se plantea la nulidad de la cédula de notificación cursada; por lo que
en primer lugar se ordena declarar la nulidad de la misma (fs. 365), para luego – atento
advertir que la firma inserta no coincide con la firma de la demandada – se deja sin efecto el
proveído de fecha 14/02/2017. Asimismo, se realiza un “severo llamado de atención” (sic) al
Ab. O..---
VII) Con fecha 20/03/2017 se certifica el vencimiento del plazo corrido a la Sra. N. del C. B. y
se corre traslado al Sr. P. T..---
VIII) A fs. 374/376 comparece el Ab. F. C. , en su carácter de apoderado del Sr. P. T. (fs. 373),
contesta el traslado corrido solicitando el rechazo de la demanda, con costas a cargo de la
contraria. Afirma que su poderdante contrajo matrimonio con la Sra. N. del C. B. con “absoluta
lucidez y sin vicio alguno de su consentimiento y de su voluntad” (sic). Niega e impugna la
“eficacia de toda la documental y pericial en que la accionante se funda” (sic), alegando que se
trata de actuaciones no firmes aún. Afirma que la actora pocas veces vio a su padre debido a
que “ella no quiso verlo más cuando éste se negó a entregarle todas sus propiedades en vida”
(sic). Entiende que la venta de leche que ordeña el Sr. T. “no se compadece con el deterioro
que más adelante afirma”, ya que un carro con caballo para ser conducido necesita un
“conductor diestro, lo mismo para practicar el ordeñe, son operaciones complejas que no
pueden ser realizadas por una persona con un grave deterioro cognitivo como afirma la actora”
(sic). Considera que las expresiones de la accionante y sus letrados se exceden de lo
dispuesto en el art. 21 inc. 15° de la Ley 5805, sobre las necesidades de la defensa,
formulando “juicios y términos ofensivos a la dignidad del colega adversario o que importan
violencia impropia y vejación inútil a la parte contraria” (sic), por lo que solicita se aplique un
apercibimiento y “mande a testar en la demanda las expresiones ofensivas hacia el colega y la
parte” (sic). Alega que la demandada le atribuye “hechos falsos” (sic), como donde afirma que
fue a instancias del apoderado firmante que el Sr. T. “donara todos sus bienes a su hermano”
(sic), cuando conforme la constancia de denuncia acompañada, el abogado interviniente fue A..
Sostiene que “nada obsta un dictamen aun no convalidado por la decisión de un juez que data
del autos de fecha 17/11/2016 cuando el matrimonio en crisis se celebró el 01/04/2016 y el
estado de salud de su andante está corroborado por dictamen del Dr. J. B.” (sic). Añade que el
dictamen multidisciplinario no es absoluto ni invalida el discernimiento de T., “si lo que requiere
la ley es habilidad mental en el momento de la celebración del acto y esto es debidamente
acreditado con el dictamen profesional del Dr. J. B.” (sic). Refiere que el “art. 403 del Código
Civil” (sic) no atribuye “cargas probatorias” (sic), que será tarea del juzgador resolver los
hechos controvertidos que “no puede asentarse en argumentos provisionales y no firmes, como
la resolución judicial y las actuaciones que ofrecen como probanza los actores” (sic). Expresa
que el fin del matrimonio “no necesariamente es la procreación o el decúbito sino la asistencia
como en el caso sub examen donde la cónyuge le presta un innegable servicio de compañía,
alimentos y demás necesidades, posiblemente a cambio de un hogar, desde que la misma es
una persona carente de recursos” (sic). Ofrece prueba documental, informativa y testimonial.---
IX) Corrido traslado al Ab. M. A.. S. , en su carácter de curador ad litem del Sr. P. T. (fs. 377),
comparece a fs. 380 y manifiesta que consintió la Sentencia Nº 399, dictada por el Juzgado de
Primera Instancia y Octava Nominación de esta ciudad, que dispuso la restricción del pleno
ejercicio del Sr. T. respecto a la disposición de sus bienes personales. Señala que dicha
resolución y la prueba rendida “indicarían prima facie que el causante no dimensiona sus actos
adquiriendo relevancia lo expresado por el equipo técnico interviniente al expresar: ´refiere
haberse casado sin poder dar cuenta del nombre completo de la persona con quien llevó a
cabo tal acto, refiere no mantener una relación de pareja con la misma, y a la vez se valora su
imposibilidad de dimensional la implicancia de tal acto contractual (tanto en lo que atañe a su
vida personal como a sus bienes´” (sic). Infiere que – si esa situación preexistía al momento de
contraer matrimonio – el Sr. T. “desconoció” (sic) el acto que celebraba, por lo que se habría
visto violentada su voluntad. Finalmente, expresa que esperará la producción de la prueba para
expedirse en concreto.---
X) A fs. 383 se fija audiencia a los fines del art. 81 de la Ley 10.305.---
XI) La Sra. Fiscal de Familia toma intervención a fs. 384 y solicita se de participación a la
Asesora Civil de Noveno Turno, en su carácter de representante complementaria del Sr. P. T.,
conforme Sentencia Nº 399, del 17/11/2016.---
XII) A fs. 394 comparece la Sra. Asesora Letrada Civil del Noveno Turno, Mónica Tagle, toma
intervención y se notifica de todo lo actuado manifestando que nada tiene que observar y que
espera la producción de la prueba para expedirse.---
XIII) La audiencia referida se celebra conforme constancias de fs. 396. A la misma comparecen
la Sra. N. M. T. acompañada de su letrado patrocinante G. R. P., en presencia de la Sra.
Auxiliar Colaboradora de la Asesoría Letrada Civil del 9º Turno, María Constanza Cortelletti y la
Sra. Fiscal de Cámara de Familia, en ausencia del abogado M. A. S. , en su carácter de
curador ad-litem del Sr. P. T., y de los demandados, Sres. P. T. y N. del C. B. , y sus letrados
pese a estar debidamente notificados. Previa espera de ley, abierto el acto por el Tribunal y
escuchada la parte actora en forma personal, ratifica la demanda entablada a fs. 1/8 y con
respecto a la prueba ofrecida, desiste de la prueba pericial atento ya obrar en autos los
informes respectivos (fs. 267/268 y 327 vta./328) y solicita se provea la restante prueba
ofrecida. Lo que oído por el Tribunal dijo: “I) Téngase presente lo manifestado por la parte
actora. II) Atento lo dispuesto por el art. 86 de la Ley 10.305, en especial el segundo párrafo, y
teniendo en cuenta la naturaleza de la acción corresponde determinar la prueba a proveer.
Proveyendo a la prueba ofrecida por la parte actora (fs. 7/8): DOCUMENTAL -
INSTRUMENTAL: Téngase presente. TESTIMONIAL: A los fines de receptar las declaraciones
testimoniales de los Sres. F. C. , M. del V. C. y G. M. Q. fíjase día y hora de audiencia para el
lunes 04 de septiembre de 2017 a las 8.00, 8.15 y 8:30 hs. respectivamente, y a los fines de
receptar las declaraciones testimoniales de los Sres. V. H. y M. V. P. fíjase día y hora de
audiencia para el martes 05 de septiembre de 2017, a las 8.00, y 8.15 hs. respectivamente,
debiendo ser citados todos bajo apercibimiento de ser conducidos por la fuerza pública, siendo
a cargo de la parte actora la notificación a los testigos propuestos con transcripción del Art. 287
del C.P.C..- Proveyendo a la prueba ofrecida por el Sr. P. T. (fs. 376): INSTRUMENTAL –
DOCUMENTAL: Téngase presente. INFORMATIVA: Estese a las constancias de autos (fs.
40/343) TESTIMONIAL: a los fines de receptar las declaraciones testimoniales de los Sres. A.,
M. L. y G., L. J. fíjase día y hora de audiencia para el lunes 04 de septiembre de 2017 a las
8.45, y 9:00 hs. respectivamente, y a los fines de receptar las declaraciones testimoniales de
los Sres. B., J. y C., R. D. fíjase día y hora de audiencia para el martes 05 de septiembre de
2017 a las 8.30 y 8:45 hs. respectivamente, debiendo ser citados todos bajo apercibimiento de
ser conducidos por la fuerza pública, siendo a cargo de la parte actora la notificación a los
testigos propuestos con transcripción del Art. 287 del C.P.C.”.---
XIV) Con fecha 09/10/2017 se certifica el vencimiento del plazo probatorio y se corren los
traslados de ley para el mérito de la prueba (fs. 428, 437, 440, 443, 446 y 451).---
XV) A fs. 429/436 comparece el Ab. P., apoderado de la Sra. N. T. y previa reseña de los
antecedentes de la causa, concluye que con el material reunido en la causa, en especial los
informes “periciales” (sic) obrantes a fs. 113/114, 267/268 y 327/328, se acreditaron todos los
extremos fácticos de la acción intentada y se desvirtuaron las alegaciones “inducidas” (sic) del
Sr. T.. Expresa que “por su edad, su adicción al alcohol y por estar rodeado de personas que
buscan aprovecharse de su estado de vulnerabilidad” (sic), se acreditó el vicio en la voluntad
del Sr. T. al momento de celebrar el matrimonio. Entiende que de la “calificación autónoma de
los hechos y prueba rendida en la causa” (sic) habilitan que se admita la demanda y se ordene
la anulación del matrimonio, fundado en la falta de discernimiento y salud mental de P. T..---
XVI) Con fecha 30/11/2017 se certifica el vencimiento del plazo corrido a la Sra. N. del C. B. ,
sin que lo haya evacuado.---
XVII) A fs. 441/442 comparece el Ab. F. C. , apoderado del Sr. T. y contesta el traslado,
expresando que toda la documental y pericial en las que se funda la acción “no se encuentran
firmes y han sido recurridas” (sic). Señala que incluso en la hipótesis en que se confirmara la
resolución, sólo se trata de la restricción para disponer de sus bienes patrimoniales, pero no
puede servir de fundamento para “decretar, sin más, la nulidad de un matrimonio” (sic).
Advierte que el Acta de Matrimonio es un instrumento público y que debió deducirse
“redargución de falsedad del art. 244 del C. de P.C (...), atento la supletoriedad de dicha norma
por remisión del artículo 177 de la Ley 10.305” (sic). Sostiene que la Sra. N. T. ha visto muy
pocas veces a su padre, pese a la necesidades de asistencia que tiene y que “solo ha puesto el
ojo, junto a su letrado P., en los bienes realizables de su padre” (sic). Destaca que – conforme
la testimonial rendida por la testigo M. C., es la Sra. N. B. junto a su hermana quienes prestan
alimentos, asistencia y contención a P. T.. Afirma que el matrimonio “ha sido contraído con
absoluta lucidez y sin vicio alguno de su consentimiento y de su voluntad” (sic) y que la
condición de salud general, a esa época, “surge de la certificación médica ofrecida como
prueba documental por esta parte y ratificada por el testimonio que prestó en autos por el
médico otorgante” (sic). Reitera que la “mala actitud de la hija reconocida le hizo muy mal
emotivamente a P. T.” (sic).---
XVIII) A fs. 446 se certifica el vencimiento del plazo corrido al Ab. Schvarztman, sin que lo
hubiese evacuado.---
XIX) La Asesora Letrada Civil contesta el traslado a fs. 450 y expresa que del análisis de la
totalidad de la prueba puede sostenerse la procedencia de la demanda impetrada por la Sra. N.
T., fundada en la incapacidad neurocognitiva del Sr. P. T., que vició su voluntad al tiempo de
contraer matrimonio con la Sra. N. B. . Resalta que la resolución de restricción de la capacidad
se encuentra firme en lo que respecta a la restricción misma, ya que ello no fue materia de
agravio, ni tampoco fueron impugnadas las pericias incorporadas. Añade que aun cuando no se
hubiere dictado resolución respecto a la capacidad, ello no se sería obstáculo para la
declaración de nulidad, pues el impedimento se basa en la imposibilidad de prestación del
consentimiento, lo que fue acreditado en autos. Advierte que el art. 403 inc. g) del CCyC no
distingue a persona cuya capacidad restringida haya sido declarada judicialmente, con lo cual
no cabe interpretación que diferencie lo que la ley no lo hace. Añade que los actos anteriores a
la inscripción de la sentencia de restricción de la capacidad pueden ser declarados nulos, si
perjudican a la persona con capacidad restringida y si cumplen los requisitos de notoriedad,
mala fe y gratuidad. Destaca que la acción de inhabilitación fue iniciada el 07/12/2010 y el
primer examen interdisciplinario es de fecha 22/04/2013, que concluyó como “diagnóstico
nominar patología: DETERIORO PSICONEUROCOGNITIVO” (sic).---
XX) A su turno (fs. 452/457), la Sra. Fiscal de Familia, luego de detallar los antecedentes y
probanzas de la causa, opina que la demanda de nulidad incoada por la Sra. N. M. T., debe
admitirse y por ende declararse la nulidad del matrimonio en los términos del art. 425 inc. b. del
CCyC. Fundamenta su posición en que los dictámenes periciales que dan cuenta del deterioro
psiconeurocognitivo producto del consumo crónico de alcohol, la inestabilidad psíquica que lo
expone a situaciones de alta vulnerabilidad, conducta adictiva al alcohol, modalidad vincular
pobre, lazos afectivos lábiles, ubicación parcial en el tiempo, memoria deteriorada, estudios
éstos realizados en el año 2015, y que fueron ratificados al año siguiente con nuevas pericias
que corroboran el agravamiento del deterioro. Añade que en la resolución dictada en sede civil,
se destacó el dictamen que constató la imposibilidad del demandado de comprender la
implicancia del acto contractual en su doble faz, personal y patrimonial y la falta de vinculación
afectiva con su cónyuge Sra. B. . Considera que el acto matrimonial, como fue celebrado en
trance de la restricción de capacidad, traslada a los codemandados la carga probatoria sobre
las condiciones de salud mental y el entendimiento o no del compromiso matrimonial por parte
del Sr. P. T.; pero que los codemandados no sólo no acercaron ningún elemento convictivo
idóneo, sino que se negaron sistemáticamente a colaborar en el proceso, a tal punto que no
comparecieron (tanto el letrado como las partes) a la audiencia del art. 81, Ley 10.305. Agrega
que la actora probó el estado psicofísico de su padre, anexando las actuaciones con valor de
instrumento público, donde constan las periciales realizadas al Sr. T., resultando así
beneficiada con la presunción que al momento de contraer matrimonio su padre carecía de la
suficiente comprensión personal y patrimonial del acto familiar. Resalta que la prueba viviente y
directa que hubiera permitido despejar cualquier duda al respecto, el contacto personal con el
demandado, no se llevó a cabo. Entiende que esta incomparecencia personal, no resulta
casual y aislada, sino que refuerza la pretensión de la actora y deslegitima totalmente la
oposición del demandado, derivando de ello que el Sr. T. no sólo no tuvo la debida conciencia
del acto familiar, sino que tampoco tiene el suficiente entendimiento de este proceso y que,
prácticamente, el Sr. T. sufre un virtual aislamiento por quienes están interesados en mantener
a ultranza el acto matrimonial.---
XXI) Dictado el proveído de “autos”, se ordena como medida para mejor proveer (art. 325 del
CPCC), realizar una inspección ocular sobre la persona del Sr. P. T., en el domicilio real del
nombrado (fs. 458).---
XXII) Certificada la inspección ocular (fs. 461), queda la causa en condiciones de ser
resuelta.---
Y CONSIDERANDO: I) Que la competencia de quien suscribe deviene por lo dispuesto por los
arts. 16 inc. 1º y 21 inc. 1º de la Ley 10.305.---
II) Que la Sra. N. M. T., promueve formal demanda de nulidad del matrimonio en contra de los
Sres. N. del C. B. y P. T., celebrado con fecha 01/04/2016, con fundamento en la falta de salud
mental por parte del Sr. T., lo que le impidió tener discernimiento para el acto matrimonial
celebrado. Impreso trámite a la petición, se certifica el vencimiento del plazo corrido a la Sra. B.
sin que hubiese evacuado el traslado. Por su parte, el Ab. F. C. , como apoderado de T.,
solicitó el rechazo de la demanda. En estos términos quedó trabada la litis. Corridos los
traslados de ley para el mérito de la prueba, la actora expresó que se acreditaron los extremos
invocados en la demanda y solicitó se haga lugar a la misma. El apoderado del Sr. T., Ab. C. ,
reiteró el pedido de rechazo de la acción, considerando que no se habían probado los alegatos
de la actora. A su turno, la Sra. Asesora Letrada Civil interviniente como representante
complementaria y la Sra. Fiscal de Familia consideraron que – atento las pruebas rendidas –
correspondía hacer lugar a la demanda de nulidad entablada. Encontrándose la causa “A Fallo”
(sic) pare resolver en definitiva, se acredita el fallecimiento de P. T..---
III) Previo a ingresar al examen de la cuestión principal, -procedencia de la acción de nulidad
del matrimonio-, es necesario examinar si la actora tiene legitimación activa y si interpuso la
demanda dentro del plazo de caducidad establecido por la ley (art. 425, inc. b, cuarto párrafo,
del CCyC). Conforme la norma citada, la Sra. N. T. se encuentra legitimada activamente para
interponer la demanda, en su carácter de descendiente del Sr. T.. A su vez, interpuso la
demanda dentro de los tres meses desde la celebración del matrimonio. Ello se verifica con el
contraste de la fecha del Acta de Matrimonio obrante a fs. 10 (01/04/2016), con la fecha de
inicio de la acción (30/06/2016). Así, se corrobora que la acción fue interpuesta en debido
tiempo, no habiéndose producido la caducidad del derecho a accionar.---
IV) Dicho ello, corresponde precisar el marco teórico que engloba el planteo. En primer lugar,
cabe aclarar que la capacidad se presume (art. 31 CCyC) y sólo puede ser limitada por
sentencia (art. 23 CCyC), la que deberá determinar la extensión y alcance de la restricción y
especificar las funciones y actos que se limitan (art. 38 CCyC). Esto implica que en principio
“quien esgrime la falta de salud mental deberá acreditarlo. En cambio, si hay un decisorio al
respecto y entre las capacidades residuales no se ha establecido la posibilidad de celebrar
nupcias, sea porque sería exhaustivo decretar capacidades en abstracto en muchas
enfermedades, sea porque al momento de dictarse sentencia se desconoce si se goza o no de
esta aptitud, y no se ha solicitado dispensa, entonces quien alegue que el afectado de salud
mental ha comprendido el acto que celebraba es sobre quien pesará la carga de la prueba.”
(Molina de Juan, Mariel; en Tratado de Derecho de Familia, Kemelmajer de Carlucci, Herrera,
Lloveras (directoras) Ed. Rubinzal-Culzoni, Bs.As, T.I, pág. 157).---
El art. 403 del CCyC, por su parte, detalla los impedimentos para contraer matrimonio, entre los
cuales se encuentra “la falta permanente o transitoria de salud mental que le impide tener
discernimiento para el acto matrimonial” (art. 403 inc. g). Al respecto se ha dicho que “si no se
ha dictado sentencia, o no se ha planteado judicialmente la restricción de la capacidad, para
que funcione el impedimento debe acreditarse la falta permanente o transitoria de salud mental,
entendida en el sentido amplio al que se refiere este inciso, de modo que el discernimiento esté
afectado al momento de celebrar el acto. El impedimento procede aunque la falta de
discernimiento para el acto se deba a factores momentáneos, como el consumo de alcohol o de
drogas” (Cfr. Molina de Juan, Mariel; comentario al art. 403 en Herrera, Marisa; Caramelo,
Gustavo y Picasso, Sebastián; Directores, “Código Civil y comercial de la Nación Comentado”;
Tomo II, Ed. Infojus, pág. 9).---
Por su parte, el art. 425 del CCyC inc. b, establece como causal de nulidad del matrimonio
celebrado, cuando uno o ambos cónyuges tienen problemas de salud mental, ya sea
permanentes o transitorios, que les hayan impedido tener discernimiento para el acto
matrimonial. La norma también dispone que en el caso que la demanda sea interpuesta por un
tercero legitimado, resulta imperativo para el juez oír a los cónyuges y evaluar la situación del
afectado a los fines de verificar si comprende que ha celebrado un matrimonio y cuál es su
deseo al respecto. En este marco, corresponde examinar los elementos probatorios obrantes
en la causa.---
V) a.- Así, de las constancias de los presentes surge que en los autos caratulados “T., P. –
INHABILITACION (ART. 152 BIS CC) – EXPTE N° 1991220/36”, tramitados por ante el
Juzgado Civil y Comercial de 8° Nom. de esta ciudad, se dictó la Sentencia N° 399, de fecha
17/11/2016, mediante la cual se resolvió “disponer la restricción del pleno ejercicio de la
capacidad de P. T. DNI Nº 6.371.115 solo respecto de los actos de disposición de sus bienes
patrimoniales, con excepción de lo que implica su subsistencia cotidiana (…) los que deberán
ser realizados a través de la persona que designa como figura de apoyo y recabando
autorización judicial” (sic). Asimismo, se designó como figura de apoyo a favor de P. T. a su hija
N. M. T.…” (sic). En la misma resolución se valoró – entre otras cosas – que “…del último
dictamen producido por el equipo interdisciplinario surge que el Sr. T. ha expresado que se ha
casado, empero, no existen constancias de un vínculo matrimonial en el expediente, y que el
Sr. T. “refiere haberse casado sin poder dar cuenta del nombre completo de la persona con
quien llevó a cabo tan acto, refiere no mantener una relación de pareja con la misma, y a la vez
se valora su imposibilidad de dimensionar la implicancia de tal acto contractual (tanto en lo que
atañe a su vida personal como a sus bienes)” (fs. 279 pto. e). Tales valoraciones, en principio,
descartan la posibilidad de nombrar como apoyo a la persona que sería su cónyuge” (sic).---
b.- Al respecto, se debe destacar que los informes a los que se refiere la sentencia fueron
producidos por el Cuerpo Técnico de Asistencia Judicial. Así, con fecha 22/04/2013 (fs.
113/114), las profesionales intervinientes concluyeron que el diagnóstico del Sr. P. T. era
“DETERIORO PSICONEUROCOGNITIVO producto del consumo crónico de alcohol. Fecha
aproximada en que se presentó la patología: adultez” (sic). También indicaron que la
inestabilidad psíquica que padecía T. lo exponía a situaciones de alta vulnerabilidad, conducta
adictiva al alcohol, modalidad vincular pobre, lazos afectivos lábiles, ubicación parcial en el
tiempo y memoria deteriorada. Posteriormente (31/08/2015 – fs. 267/268), el Equipo
Interdisciplinario ratificó la patología señalada y estimó que la condición era “irreversible y
permanente” (sic). En la valoración psiquiátrica se consignó que P. T., si bien era independiente
en actividades de la vida cotidiana como higiene, alimentación y vestimenta, “no puede dar
cuenta del alcance de cuestiones que trascienden lo cotidiano, dado que su capacidad de
discernimiento se encuentra afectada” (sic). En el mismo informe se indicó en las valoraciones
psicológicas que si bien deambulaba por sus propios medios, poseía dependencia en relación a
la ejecución de actividades que implican gran responsabilidad y decisión.---
Estos informes resultan de enorme trascendencia, ya que arrojan luz a las condiciones en que
se encontraba el Sr. T. al momento de contraer matrimonio con la Sra. B. . Es que el acto
familiar fue celebrado mientras se tramitaba la restricción de la capacidad, independientemente
que la resolución que limitó su capacidad de ejercicio fue de fecha posterior. ---
Aun considerando que la sentencia de restricción del ejercicio de la capacidad se circunscribió
a los actos de disposición de sus bienes, esto no es óbice para considerar que al momento de
prestar el consentimiento matrimonial, el Sr. T. no se encontraba en condiciones de
comprender el alcance de lo que estaba haciendo. Esto por cuanto el impedimento previsto en
el art. 403 inc. g) del CCyC no requiere que exista una sentencia que restrinja la capacidad del
contrayente, “pues la nota definitoria de la prohibición es la falta de discernimiento para el acto
matrimonial, o sea, la norma obsta que una persona que no comprende el significado del
matrimonio, se case” (Molina de Juan, Mariel; comentario al art. 403 en Herrera, Marisa;
Caramelo, Gustavo y Picasso, Sebastián; Directores, “Código Civil y comercial de la Nación
Comentado”; Tomo II, Ed. Infojus, pág. 8).---
c.- Tampoco puede afirmarse que luego de celebrado el matrimonio T. haya recuperado la
plenitud de sus facultades, lo que claramente señala el último informe multidisciplinario
realizado previo al dictado de la sentencia civil (30/08/2016 – fs. 327/328). Allí se consignó que
había “desestabilización progresiva, con agravamiento de la sintomatología … se valora que al
momento actual prevalece en el Sr. T. un deterioro progresivo en lo cognitivo que lo coloca en
una situación de vulnerabilidad” (sic). Así, en la resolución referida se destacó que se constató
la imposibilidad del demandado de comprender la implicancia del acto contractual en su doble
faz, personal y patrimonial, a la vez que resaltó la falta de vinculación afectiva con su cónyuge,
Sra. B. . ---
d.- En este punto debo aclarar que – contrario a lo alegado por el Ab. C. – el médico que
suscribió el certificado para contraer nupcias no constató la capacidad mental de T.. En efecto,
en oportunidad de recepcionar la testimonial de J. N. B., médico, consultado sobre si otorgó
certificado médico para la celebración del matrimonio T. – B. , dijo que “…sí, que fue en
relación a que la persona no debe tener ninguna enfermedad venérea y que no presentaba
ninguna manifestación de enfermedad venérea” (posición quinta). Por su parte, los testigos
presentes en el casamiento, curiosamente, fueron el propio Ab. C. , cuya actuación se
encuentra cuestionada y su cónyuge, Sra. M. C.. Por ello, sus declaraciones en calidad de
testigos en esta causa no pueden ser consideradas imparciales, puesto que sus afirmaciones
se encuentran en entredichos.---
e.- También corresponde valorar la conducta procesal desplegada por los codemandados a lo
largo de la causa. En efecto, la incomparecencia personal de los accionados no resulta casual
o antojadiza, sino que reafirma lo alegado por la actora respecto a que su padre sufre
aislamiento por parte de las personas con quiénes convive y se encuentra vulnerable frente a
terceros. En este sentido la conducta del Ab. C. , resulta – cuando menos – de dudosa
veracidad. Así, fue el letrado quien compareció como “apoderado” del Sr. T. en el juicio de
restricción a la capacidad, oponiéndose a la pretensión de la hija, para luego auspiciar de
testigo de casamiento T. - B. , junto a su propia cónyuge. En este contexto, tal como lo señala
la Sra. Fiscal de Familia, hasta el poder otorgado por P. T. a C. resulta alcanzado por la
sospecha de imposibilidad de comprensión, dada la extensión de la patología constatada. Ello
sin considerar otros aspectos que en estos obrados.---
f.- La Sra. B. , por su lado, si bien compareció y constituyó domicilio, no contestó la demanda ni
tampoco asistió a la audiencia fijada. Además, no aportó elemento probatorio alguno que
contraríe lo afirmado por la actora. Al contrario, del compendio de pruebas y constancias de la
causa se desprende la conducta tendenciosa desplegada por la cónyuge, hecho que también
fuera valorado por el Tribunal Civil, en donde se remarcó que el Sr. T. no podía dar cuenta del
nombre completo de la persona con quien estaba casado, lo que descartó la posibilidad de
nombrar a la Sra. N. B. como figura de apoyo de T..---
g.- Finalmente, debo referir lo observado en la inspección ocular, en cumplimiento de lo
dispuesto en el art. 425 del CCyC ya citado. Lo valorado hasta aquí se condice con la
entrevista personal que mantuviera en su ambiente domiciliario con el Sr. T.. En esa ocasión
pude conversar por un período de tiempo con P., quedándome en claro de sus dichos la
ausencia de consentimiento por su parte al acto jurídico tan trascendente como el matrimonio.
Entre los distintos temas que – junto con la Secretaria del Juzgado, María Eugenia Medrano de
Revol – pudimos abordar, T. habló de su juventud, de cómo sus padres construyeron la casa
en donde nos recibió, la vida junto a sus hermanos fallecidos y que tenía una hija a la que no
veía con frecuencia. También comentó algunos aspectos de su cotidianeidad, como sus gustos
de comidas y el hecho que convivía con la viuda de su hermano, el actual esposo de ésta y los
niños de la pareja. Refirió asimismo conocer desde hace muchos años al Ab. C. . Sin embargo,
cuando lo interrogamos sobre la Sra. B. (cónyuge), manifestó con claridad que era “la hermana
de su cuñada” (sic), que no vivía allí, sino en Córdoba y que a veces los visitaba. Esta fue toda
la referencia que hizo respecto a su “esposa”. Preguntado además acerca de si “estaba
casado” (sic), dijo contundentemente que “NO” (sic), contestando también con un “NO” (sic)
rotundo cuando se le preguntó si la Sra. B. era su esposa. Inquirido sobre si sabía la existencia
de un juicio en el Tribunal de Familia en su contra por el tema de su matrimonio y si había
consultado o hablado con el Ab. C. sobre el tema, contestó que “NO” (sic). Sí mencionó que
como C. había sido su abogado alguna vez, “a veces le traía papeles para firmar” (sic). Aquí
cabe aclarar que todas las preguntas fueron realizadas de forma tal que pudieran ser
comprendidas por un adulto mayor con las características especiales de P., teniendo en cuenta
su especial situación de vulnerabilidad que surge evidente de la lectura del expediente. Creo
cabalmente que todas sus respuestas fueron sinceras, espontáneas y específicas, llevándome
a la convicción que P. no tenía discernimiento al momento de la celebración del acto jurídico
matrimonial, por lo que su supuesto “consentimiento” no existió.---
VI) Todo ello me lleva a la convicción que al momento de contraer matrimonio con la Sra. N. del
C. B. , el Sr. P. T. no se encontraba en condiciones de comprender el alcance del acto jurídico
celebrado y, por lo tanto, considero que debe hacerse lugar a la demanda entablada por la Sra.
N. M. T. y declarar la nulidad del matrimonio celebrado con fecha 01/04/2016, entre los Sres.
N. del C. B. y P. T..---
VII) Despejada esta cuestión, corresponde determinar el alcance y los efectos de la declaración
de nulidad del matrimonio, ya que sus repercusiones variarán según se considere si los
cónyuges actuaron de buena o mala fe. El art. 427 del CCyC expresa que “la buena fe consiste
en la ignorancia o error de hecho excusables y contemporáneos a la celebración de matrimonio
sobre el impedimento o la circunstancia que causa la nulidad, o en haberlo contraído bajo la
violencia del otro contrayente o de un tercero”. Sobre esta cuestión se ha dicho que “el contraer
matrimonio es un acto trascendente para la vida de las personas y, como consecuencia de ello,
se exige un obrar responsable que impone a los contrayentes efectuar las indagaciones neC.
ias. No se trata del caso en que, averiguando solo un poco, se pueda conocer la verdad. Existe
un deber de interiorizarse en todo lo que sea posible respecto de las cualidades y
características de la persona con la que se va a contraer nupcias” (Duprat, Carolina;
comentario al art. 427 en Herrera, Marisa; Caramelo, Gustavo y Picasso, Sebastián; Directores,
“Código Civil y comercial de la Nación Comentado”; Tomo II, Ed. Infojus, pág. 41). Ergo, la
interpretación en sentido contrario define a la mala fe en el conocimiento de la existencia del
impedimento matrimonial al tiempo de contraer nupcias y celebrarlo, a pesar de todo. Conforme
lo tratado en el punto anterior, queda absolutamente claro que la Sra. N. del C. B. conocía
perfectamente el estado de deterioro cognitivo que padecía el Sr. T. al contraer nupcias. En
efecto, de la totalidad de las pruebas rendidas, en especial los informes interdisciplinarios
realizados en las actuaciones civiles antes de contraer matrimonio, se desprende la especial
situación de vulnerabilidad en que se encontraba T., tanto por su condición de adulto mayor
como por su diagnóstico de “deterioro psiconeurocognitivo” (sic). Fue así que las personas de
su confianza que tenían el deber de cuidar de su bienestar e intereses – esto es, su cuñada
con quien vivía, su letrado patrocinante e incluso, su cónyuge – no sólo no lo hicieron, sino que
se aprovecharon de él y lo apartaron de la única persona que de verdad intentaba velar por sus
derechos, es decir, su hija. ---
Se ha dicho que el derecho a ser cuidado del adulto mayor se relaciona con el grado de
dependencia, definida como el “estado de carácter permanente en que se encuentran las
personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a
la falta o la pérdida de la autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la
atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la
vida diaria” (Cfr. Proyecto de ley Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las
Personas en Situación de Dependencia, 1461 – D – 2008, art. 2; citado por Grosman, Cecilia
P., Los adultos mayores en la sociedad y la familia, en “Derecho de las Familias, Infancia y
Adolescencia – Una mirada crítica y contemporánea”, Graham, Marisa, Herrera, Marisa –
Directoras, Ed. Infojus, 2014, pág. 469). En el caso, si bien T. tenía cierta autonomía para las
cuestiones cotidianas y de aseo personal, dependía de la gente a su alrededor para los
aspectos relevantes y decisivos, como el manejo y administración de su patrimonio e incluso,
su propio estado civil. El contexto que enmarcó el acto matrimonial – entre otros actos
jurídicamente relevantes que realizó T. a instancias de su cuñada, su letrado y su cónyuge –
estuvo teñido de violencia psicológica en su contra, la cual por sus particulares características
resulta complejo discriminar dónde reside la coacción (Cfr. Zavala Gordillo, Amelia María,
“Problemáticas psicológicas detectadas en grupos judicializados por violencia familiar”¸ en La
Violencia y el género. Análisis Interdisciplinario, Nora Lloveras – Directora, Olga Orlandi –
Coordinadora, Ed. Nuevo Enfoque Jurídico, Córdoba, 2012, p. 125). También se ha expresado
que “el maltrato en el caso de los adultos mayores tiene características especiales (…) Se
manifiesta bajo la forma de abuso verbal, acciones de manipulación, control del dinero,
prohibición de salidas y encuentros, presiones o coacciones en que se desconoce la autonomía
de la persona mayor (…) También la captación dolosa de su voluntad para impedir que exprese
su real intención en un testamento constituye una forma indudable de abuso” (Cfr. Grosman,
Cecilia, Ob. citada, pág. 482). ---
Así, de todos los elementos señalados se desprende la connivencia de las hermanas B. –
cónyuge y cuñada de T. – quienes con el apoyo del Ab. C. , mantuvieron a P. aislado para
poder así aprovecharse de su condición vulnerable. Estas apreciaciones también fueron
advertidas en la Sentencia N° 399, dictada por el Juzgado Civil y Comercial de 8° Nominación,
puesto que se designó como figura de apoyo a favor de P. T. a su hija, N. M. , descartando
tanto a su cónyuge – a quien el propio P. desconocía – y a su cuñada L. B. , quien
supuestamente se hacía cargo de sus cuidados y necesidades. Por todo ello, considero que se
encuentra acreditada la mala fe de la Sra. N. del C. B. , correspondiendo declarar la nulidad del
matrimonio celebrado con P. T., con los alcances y efectos previstos en el art. 429, ss. y cc del
CCyC.---
VIII) a.- Por último, en virtud de las constancias de autos, corresponde remitir los antecedentes
de las Sras. N. del C. B. , DNI xxxx, L. Marisel B. , DNI xxxxx y del Ab. F. C. , DNI xxxx, al
señor Fiscal de Instrucción de esta Capital en turno, para que proceda según corresponda,
atento surgir prima facie en los presentes la posible comisión de un delito de acción pública
perseguible de oficio, de conformidad a lo preceptuado en el art. 317 inc. 1º y conc. del C.P.P.;
a cuyo fin extráiganse las copias pertinentes, certifíquense y ofíciese.---
b.- Asimismo, estimo procedente remitir copia de lo aquí resuelto al Tribunal de Disciplina del
Colegio de Abogados de Córdoba, atento surgir de las actuaciones que la participación del Ab.
C. en el acto jurídico matrimonial hoy anulado – en las condiciones que ya se analizaron
anteriormente – como así también su intervención en éstos obrados como apoderado de T.,
importó una posible contravención a las normas de la ética profesional; a cuyo fin extráiganse
las copias pertinentes, certifíquense y ofíciese.---
IX) Atento el resultado arribado, las costas se imponen en su totalidad a la Sra. N. del C. B.
(art. 130 del CPCC).---
X) A los fines de la regulación de los honorarios de los Abs. M. A. P. y G. R. P., corresponde
aplicar lo dispuesto en el art. 72 de la ley 9459. Así, en virtud de lo dispuesto en el art. 39 incs.
1°, 2°, 5°, 6° y 9°, estimo adecuado y equitativo fijar – en conjunto y proporción de ley (art. 22
del C.A.) –, la suma de ochenta y dos mil veintinueve pesos con veinte centavos ($ 82.092,20),
equivalente a 110 jus, según su valor al día de la fecha.---
XI) No corresponde regular honorarios a los Abs. F. C. y C. O., conforme lo dispuesto en el
art. 26 del Código Arancelario, interpretado en sentido contrario.-
Por todo lo expuesto, normas legales citadas y coincidiendo con lo opinado por las
representantes del Ministerio Público;
RESUELVO: I) Hacer lugar a la demanda entablada por la Sra. N. M. T. y en consecuencia,
declarar la nulidad del matrimonio de los Sres. P. T., DNI xxx – hoy fallecido – y N. del C. B. ,
DNI xxxx, celebrado con fecha 01/04/2016, con los alcances y efectos previstos en el art. 429,
ss. y cc del CCyC.---
II) Ordenar la inscripción de la presente en el Acta de Matrimonio Nº X, Tomo X, Folio X, de
fecha xx/xx/2016, a cuyo fin, líbrese el oficio pertinente al Registro del Estado Civil y Capacidad
de las Personas respectivo.---
III) Remitir los antecedentes de las Sras. N. del C. B. , DNI xxxxx, L. M. B. , DNI xxxx y del Ab.
F. C. , DNI xxxx, al señor Fiscal de Instrucción de esta Capital en turno, para que proceda
según corresponda, atento surgir prima facie en los presentes la posible comisión de un delito
de acción pública perseguible de oficio, de conformidad a lo preceptuado en el art. 317 inc. 1º y
conc. del C.P.P.; a cuyo fin extráiganse las copias pertinentes, certifíquense y ofíciese.---
IV) Remitir copia de lo aquí resuelto al Tribunal de Disciplina del Colegio de Abogados de
Córdoba, atento surgir de las actuaciones que la participación el Ab. F. C. en el acto jurídico
matrimonial anulado y en éstos obrados como apoderado de T., importó una posible
contravención a las normas de la ética profesional. Extráiganse las copias pertinentes,
certifíquense y ofíciese.---
V) Imponer las costas a la Sra. N. del C. B. .---
VI) Regular los honorarios de los Abs. M. A. P. y G. R. P., en conjunto y proporción de ley, en
la suma de ochenta y dos mil veintinueve pesos con veinte centavos ($ 82.092,20), a cargo de
la Sra. N. del C. B. .---
VII) No regular honorarios a los Abs. F. C. y C. O..---
Protocolícese, hágase saber y dese copia.-

Gabriel Tavip, Juez

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