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Caso de Estudio en Claromecó

Patrimonio Turístico de Argentina y América - 2022


Tema: Legislación local

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 Busque las Ordenanzas Municipales 4036 y 5759
 Responda el siguiente cuestionario:
1- ¿Cuál es el tema/objetivo principal que trata cada una de las
ordenanzas?
2- Indique la fecha de cada ordenanza y cuál es la vigente.
3- ¿Qué calificación o título reciben ante el reconocimiento municipal?
4- Con un esquema de fechas detalle los campos de interés detallados de
la ordenanza.
5- Detalle los bienes declarados para el distrito según esos decretos
ordenanza.

Lea el artículo “Espacio Reservado” (adjunto ó del siguiente link


https://elperiodistadetresarroyos.com/espacio-reservado/ ) e indique:
6- Nombre de la Reserva:
7- Extensión del espacio reservado:
8- Ubicación:
9- Realice una breve descripción que demuestre su relevancia y que
justifique su reserva.
10- Detalle los organismos públicos y privados que debieron
articular para que fuera logrado el objetivo.
N O TAS E DI CIO N DE P AP E L
LA RESERVA NATURAL MUNICIPAL DE CLAROMECO, PRESENTADA EN SOCIEDAD POR “EL
PERIODISTA”

Espacio reservado
Comprende 1100 hectáreas de un paisaje que se mantiene inalterable desde hace
cinco mil años. En un informe especial, “El Periodista” presenta en sociedad la
Reserva Natural Municipal de Claromecó
Agosto 2018

A pocos kilómetros de una vida urbana cada vez más intensa, hay una enorme porción de territorio ubicado
frente al mar donde la naturaleza se impone de idéntica manera desde hace 5 milenios

A pocos kilómetros de una vida urbana cada vez más intensa, hay una enorme porción de
territorio ubicado frente al mar donde la naturaleza se impone, en el mismo paisaje que era
posible ver y recorrer allí hace nada menos que 5000 años. Es la Reserva Natural Municipal
Claromecó, creada desde fines del año pasado en una franja de 1100 hectáreas de la
Estación Forestal Ingeniero Paolucci, y que da sus primeros pasos hacia un plan de manejo
que permitirá desde su preservación hasta el disfrute de turistas y residentes.
La decisión de crear en Claromecó una Reserva Natural era compartida por ambientalistas
como el grupo GAPTA, que la propuso oportunamente, y por la gestión municipal, y tuvo como
principal impulsor al concejal vecinalista Santiago Orfanó, presidente de la Comisión de
Turismo del Cuerpo Deliberativo y autor del proyecto de ordenanza que le dio vida a esta
iniciativa, aprobado en la última sesión ordinaria del 2017. “La Sociedad de Fomento de
Claromecó nos invitó a una reunión, a principios del año pasado, para la que tenían un temario
de más de 20 puntos, vinculadas a ordenamiento, a salud, obra pública… Fuimos un concejal
por cada bloque, después hicimos un segundo encuentro, y entre todas esas cuestiones
aparece uno de los integrantes, Maxi Winkler, quien nos plantea que la ordenanza de
regulación del uso de la Estación Forestal incluía una zona recreativa, ya delimitada; una zona
productiva, también delimitada, y una zona de reserva dunícola que aún no había recibido ese
tratamiento. Tomé el compromiso de trabajar en ese tema, lo miramos en su momento con el
delegado Carlos Avila, con el ingeniero Carlos Carabio y después con el secretario de Gestión
Ambiental, Ricardo D’ Annunzio, y surgió la idea de ir hacia algo más que la delimitación
interna del Vivero, es decir, empezar a pensar esa zona como un posible paisaje protegido o
reserva, sin tener muy en claro cuál sería la figura todavía”, recuerda Orfanó a “El Periodista”.
En aquellas primeras instancias, D’Annunzio ofreció su contacto con guardafaunas
dependientes del Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable, con asiento en Bahía
Blanca y a cargo de una zona de reserva natural muy extensa, y se decidió invitarlos a
conocer lo que sería el futuro sector a proteger. “Lo recorrieron con nosotros y se quedaron
maravillados del nivel de conservación de este espacio, casi sin ningún tipo de intervención
antrópica, es decir, hecha por el hombre. Hay un cañadón o dos que la atraviesan hasta el
mar, lo que todos conocemos como el ‘Arroyito del Dos y Medio’, que sale de la parte inicial de
La Arenera y se hizo en la época de las inundaciones fuertes, para que cuando la laguna se
llena mucho de agua pueda desagotar hacia el mar. Y si bien esta sí es una intervención
concreta del hombre, lo que nos dijeron los guardafaunas es que ha generado un efecto
positivo, ya que le ha dado continuidad de agua dulce hasta la primera cadena de médanos, y
en todo ese sector se ha generado una interesante biodiversidad, porque todas las especies
que recorren esa área tienen un lugar donde conseguir agua y por eso muchas se nuclean
allí”, describe el concejal vecinalista.
Para que los lectores puedan ubicarse, puntualiza Orfanó, “la Reserva se extiende desde la
primera cadena medanosa hasta las lagunas de la parte trasera de la Estación Forestal, con
límite hacia el Este en el campo de Viñales. O sea donde empieza la laguna La Arenera, y
más o menos por una diagonal que se traza a la altura del Tercer Salto y un poquito más;
mientras que por detrás llega hasta donde empieza el alambrado de Viñales, que es el ingreso
a la laguna, que hoy el Club de Pesca tiene habilitada para la pesca deportiva. Para acceder a
la zona de Reserva hay que ir por la calle que baja hacia La Arenera, camino al que se sale
por la parte trasera del Vivero, donde hay un cartel que dice ‘Laguna’”. En este mismo lugar,
recientemente y por medio de una donación de la Fundación Félix Azara, cuyos referentes en
el área de Biodiversidad estuvieron vinculados al proyecto desde sus inicios, se colocó
cartelería que señala los cuatro vértices de la Reserva.
Naturaleza viva y milenaria
Esta franja costera de 1100 hectáreas está ubicada en terrenos municipales, pertenecientes a
la órbita de la Estación Forestal, y en este sentido, apunta Orfanó, resultó mucho más sencillo
proceder a la declaración de espacio protegido. “Esta fue una ventaja que en su momento nos
señalaron los guardafaunas del OPDS, porque establecer una Reserva en terrenos privados
tiene claramente una complejidad mayor, especialmente por lo vinculado a su manejo futuro y
la restricción de ciertos usos”, advierte.
Tras un segundo encuentro en el que se siguió avanzando en la propuesta, hubo una nueva
recorrida de la que participó el biólogo Gabriel Francia, quien aportó datos claves en torno al
lugar. “Nos dijo algo que nos impactó mucho, y es que si nos hubiéramos parado en esos
mismos lugares hace 5000 años, con mínimas modificaciones, el escenario sería el mismo. Y
que quedan muy poquitos lugares en la Provincia, cada vez menos, con este nivel
extraordinario de conservación de la fauna y la flora, como del médano y el pastizal autóctono
y una gran cantidad de especies nativas. Por eso Gabriel nos impulsó fundamentalmente a
lograr que se declare la Reserva, como paso importante para luego profundizar la tarea en un
plan de manejo”, destaca.
La tercera recorrida tendría entonces como protagonistas a los técnicos de la Fundación Félix
Azara, referentes nacionales en la conservación de humedales y que despliegan una serie de
programas vinculados a esta temática en distintos lugares del país. “Cuando Ricardo
D’Annunzio les comentó la idea, se pronunciaron en la misma línea que ya lo había hecho
Gabriel Francia, instándonos a lograr que se declare la Reserva para luego avanzar en su
manejo. Se comprometieron a aportarnos la cartelería para delimitarla, con lo que cumplieron,
y su participación en esta iniciativa ha sido muy importante para nosotros”, remarca Santiago.
Finalmente, el contacto entre el propio Orfanó y su par, la concejala que preside la Comisión
de Turismo en el Concejo Deliberante de Villa Gessell, terminó por animarlo definitivamente a
impulsar la ordenanza de creación de la Reserva. “Ellos tienen en su distrito un espacio
protegido muy importante, la Reserva Faro Querandí, de alrededor de 5000 hectáreas,
declarada como tal desde el año 1994 y que con muchas idas y vueltas recién ha ido
encontrando un programa sustentable de manejo, mientras otros no han logrado avanzar más
allá de la declaración. Lo que justamente nos decía Florencia del Cabo es que la prioridad es
declararla, porque en principio se restringe ese espacio para cualquier otro uso o
planificación”, admite el edil.
Contar con los recursos para trazar y cumplir ese plan de manejo, indispensable para la
conservación pero también para el uso del territorio protegido, parece ser la cuestión central.
“Nosotros hoy contamos con dos o tres guardafaunas municipales que están abocados a todo
el distrito; vivimos una situación económica compleja, con problemáticas sociales crecientes,
entonces si bien creemos que es sumamente importante destinar recursos a un área natural
protegida, hay que ver de dónde los sacamos y a qué se los sacamos para destinarlos a eso”,
reconoce el vecinalista. En este aspecto, el municipio que tiene a su cargo la Reserva Faro
Querandí generó una normativa vinculada a la venta ambulante, regulación fundamental en
las zonas turísticas, por la que se creó un pequeño fondo afectado a la Reserva con el que
pudieron disponer de un guardaparques municipal de presencia constante. Más tarde, una
ordenanza que regula el comportamiento de quienes visitan la Reserva y establece sanciones
para quienes infringen ciertas prohibiciones a través de multas, también aportó recursos
económicos para el espacio. “Y siempre está la posibilidad del aporte privado, por medio de
donaciones de empresas, de padrinazgos, es mucho lo que hay para explorar en este
sentido”, señala.
Apoyos clave
En este tramo, Santiago Orfanó destaca el apoyo de varios vecinos que fueron clave para
impulsar el proyecto. “Quiero mencionar a María Marta Naveyra, a quien le tuve que plantear
el tema con cierto apuro porque si bien llevaba un año y pico trabajando en esto no veía muy
clara la posibilidad de que se diera, hasta que dos o tres acontecimientos calzaron para que la
Reserva saliera, y fue ella la que trabajó para que el bloque de Cambiemos apoyara con sus
votos la propuesta y no se demorara en el tiempo; a Maxi Winkler, porque no sólo me planteó
la idea, sino que empezó a caminar la zona conmigo, y nos envalentonamos para que fuera no
sólo un área protegida dentro del Vivero sino una Reserva Municipal, y desde ese momento
puso todas sus ganas, contactó a Gabriel Francia y fue uno de los impulsores de esto; la
gente de la Fundación Félix Azara y el delegado de Claromecó, Carlos Avila”, enumera.
La ordenanza promueve a su vez la creación de una Comisión Asesora, y en este punto,
Santiago advierte que la idea es que “sea lo más participativa y abierta posible, dando lugar a
los ambientalistas, la comunidad, los fomentistas de Claromecó y Dunamar, AVIC, todos los
que quieran formar parte. De hecho GAPTA tenía un proyecto más amplio, que incluía áreas
de Reta y Orense, y hemos charlado con algunos de sus integrantes para que se sumen a
esta propuesta, para entre todos generar objetivos de corto, mediano y largo plazo y un plan
de manejo sustentable para la Reserva”.
Los atractivos
Hay en el espacio protegido una gran variedad de aves, advierte Orfanó, y esto le aporta un
atractivo especial, teniendo en cuenta que “hoy el avistaje de aves como propuesta turística y
casi un estilo de vida, ha ido ganando una relevancia que mientras más voy investigando y
aprendiendo no deja de sorprenderme. Y también me sorprendió muchísimo el impacto que la
noticia de la creación de la Reserva tuvo fuera de nuestra comunidad, porque me llamó gente
que viene desde siempre, que está muy contenta por esta posibilidad. Y esto, de alguna
manera, en el ordenamiento y uso del territorio está relacionado con un turismo que nosotros
tenemos por las virtudes de nuestra área, pero que con este acontecimiento nos pone en el
escenario de otra manera. Hace poco tiempo tuve una reunión con el vicepresidente de Aves
Argentinas, que por razones familiares veranea desde hace muchos años en Claromecó y ha
recorrido más de 200 veces esa zona buscando insectos, plantas, pájaros, y me confesó que
se emocionó hasta las lágrimas cuando supo que se la había declarado zona protegida. Así
que uno empieza a descubrir en la gestión estas cosas, y no imagina hasta dónde van a
llegar; pero lo cierto es que hay proyectos para Reta también y para el área urbana de Tres
Arroyos, especialmente porque los vecinos han puesto estos temas en agenda y nosotros,
desde el Movimiento Vecinal, pretendemos acompañar”, sostiene el concejal.
En cuanto al uso del espacio, la idea principal a impulsar es la recuperación de una vieja
casilla que era parte de La Arenera, para que opere como base central de la Reserva o centro
de interpretación; la posterior delimitación de senderos internos para la recorrida, la
construcción de miradores para el avistaje de aves en las lagunas de agua dulce, entre otras
propuestas.
“Y sobre todo queremos poder compartir esto con los chicos, que gustan mucho de estas
actividades y que en definitiva son quienes, cuanto más aprendan sobre el lugar, más van a
contribuir a su cuidado. Andrea Caselli, una investigadora que vino a Tres Arroyos a poner en
marcha la Diplomatura en Conservación del Territorio que se cursa en CRESTA, nos decía
que en cualquier aula del país, se puede exhibir una foto de un oso panda o una jirafa, y los
chicos los identificarán rápidamente, pero no va a ocurrir lo mismo con un pato sirirí, al que
quizá se chocan al salir de la casa. Tenemos instalado el concepto de que hay que cuidar
esas especies como el panda o la jirafa, que ni siquiera viven en nuestro territorio, y no hemos
aprendido a cuidar a nuestros bichitos como el cauquén colorado, la gallareta, que no por
menos vistosos son menos importantes. Con ella, que se define como una ‘minimalista’ y que
sabe que el mundo está comprometido y respira con dificultad pero está dispuesta a cuidar a
las áreas sanas, recorrimos toda esta zona y me parecieron muy interesantes sus conceptos”,
apunta Orfanó.
Sobre el final, postula el concejal que quizá sea difícil, desde los espacios de gestión local,
cambiar los grandes paradigmas económicos mundiales y el sistema productivo instalado. Sin
embargo, advierte, no está nada mal empezar por este tipo de proyectos, que van por lo que
todavía se mantiene sano, y hacer algo por protegerlo. “Estoy feliz de haberme involucrado, y
de aprender cada vez más sobre la naturaleza de nuestro distrito, sobre lo que es nativo,
endémico, foráneo, de un montón de situaciones que uno ve cotidianamente pero que cuando
las empieza a explorar, genera una percepción mucho más amplia y calificada”, concluye.

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