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SIGNIFICADOS DE LA DEMOCRACIA

El régimen político democrático es un conjunto de reglas y procedimientos para


determinar quienes acceden al poder, cómo lo hacen y la manera de desempeñarlo una vez
alcanzado. En esta primera conceptualización se destaca la noción de Soberanía Popular
(que se expresa en la elección de los representantes a través del voto) como uno de sus
pilares fundamentales, junto con otros requisitos formales de los regímenes democráticos
modernos. Sin embargo, la democracia en un sentido amplio, significa mucho más que las
reglas formales con las que participamos en la vida democrática.

En efecto, una concepción amplia de la democracia no se agota en los mecanismos


del régimen político sino que comprende también la forma de vida de una determinada
sociedad, superando así el marco de las decisiones políticas del Estado y haciéndose
presente en todos los ámbitos de la convivencia social de las personas que comparten
valores democráticos y actúan de acuerdo con ellos.

Por eso la democracia – o su ausencia- puede observarse en las relaciones que se dan
en la escuela o en el trabajo, en los contenidos de los programas de televisión, en la práctica
y en el acceso a los deportes, en las relaciones familiares, en el momento de compartir el
espacio público (en el cuidado de la limpieza urbana o en la forma de manejar
automóviles, por ejemplo) u en cada actividad que nos relacione con los demás.

La palabra “democracia " remite al gobierno del pueblo (del griego demos, “pueblo”
y Kratos, “gobierno”), por lo que una primera mirada nos llevará a pensar en las relaciones
de poder y autoridad, y en cómo estas se constituyen en una sociedad que está ordenada
por las leyes e instituciones del Estado.

Pero así como “gobierno del pueblo” hace referencia a las reglas del juego político,
también remite a una forma de vida en la que prevalece la idea compartida del bien común.
Por esto, a través de la historia, las distintas teorías de la democracia se han preocupado no
solo por los mecanismos de acceso al poder y su ejercicio, sino también por las condiciones
del pueblo, los resultados de las decisiones y el arraigo de la cultura democrática que
interponga ante todo el bien común y la resolución pacífica de los conflictos.

En cuanto a la primera de estas dimensiones, las condiciones del pueblo, pueden


destacarse como más democráticas aquellas sociedades sin grandes diferencias económicas

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y educativas, donde todos tienen acceso a un estándar mínimo de bienestar económico que,
combinado con un alto nivel de educación, favorecen la predisposición a participar y
comprender los fenómenos de la vida pública.

Por su parte, los resultados de las decisiones se relacionan con la idea de que las
medidas que se toman desde las instituciones del Estado, además de seguir los
procedimientos legales del régimen democrático, deben repercutir en la sociedad para
favorecer el bien común, es decir, a la sociedad en su conjunto – o al menos, a las grandes
mayorías y a las minorías vulnerables- por encima de los intereses de unos pocos
privilegiados.

Por último, la cultura democrática podemos encontrarla en aquellas sociedades


donde la mayoría de las personas están dispuestas a que, en todas las circunstancias, los
conflictos se resuelvan por el camino del diálogo, el respeto del otro y en la constante
búsqueda del bien común.

LOS PRINCIPIOS Y VALORES DE LA DEMOCRACIA MODERNA SON:


✓ La igualdad: Es un valor que reconocemos a todas las personas por igual. Todos
nacemos iguales en derechos y dignidad.
✓ La equidad: Principio que considera que los ciudadanos deben tener las mismas
oportunidades para desarrollarse, independientemente de sus diferencias económicas, de
opinión religiosa, de pertenencia étnica o preferencia sexual u otras.
✓ La legitimidad: Se dice que un gobierno democrático goza de legitimidad cuando
cuenta, a pesar de sus errores, es apoyado por una parte importante de la población.
✓ La libertad: Valor de la democracia moderna que consiste en que todos los
individuos son libres de realizar la actividad que desee, siempre y cuando dichas
actividades no dañen la libertad de los demás individuos
✓ La fraternidad: Valor de la democracia moderna que supone que todos los
ciudadanos son y deben verse como hermanos sin importar sus diferencias y conflictos
políticos de opinión o intereses particulares. Para que la fraternidad pueda darse
entonces, es necesario un alto grado de tolerancia entre individuos y grupos de poder,
para que sea a través del diálogo, de la concertación y la negociación como resuelvan
sus diferencias e incluso pueda haber cooperación entre los mismos.

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✓ La legalidad: Principio que dicta que el gobierno sólo puede hacer aquello que le
está expresamente permitido por las normas jurídicas y que debe actuar respetando los
límites que le imponen ese sistema de leyes y reglas jurídicas. Esto es, un gobierno será
legal o actuará legalmente cuando se ejerce de acuerdo con las leyes establecidas o de
algún modo aceptadas.
✓ El pluralismo: Significa la existencia dentro de una sociedad de gran variedad de
intereses, ideas, comportamientos, opiniones, ideologías, decisiones, proyectos y
concepciones políticas diferentes entre sí, que participan en el juego del poder político,
pero que no necesariamente unas sean mejores que las otras.
✓ La tolerancia: Principio que permite la convivencia entre los individuos sin
necesidad de llegar a la agresión o la exclusión del que es diferente a uno. Aceptación y
respeto ante la existencia de otras ideas, otras corrientes políticas, otros partidos, otras
maneras de ver el mundo.

¿CUÁLES SON LAS REGLAS DE LA DEMOCRACIA MODERNA?

A) Balance de Poderes y Fiscalización: Las decisiones de los gobernantes deben ser


fiscalizadas por el Congreso, que además de dictar leyes, deben controlar al Poder
Ejecutivo y al Poder Judicial para evitar el abuso de poder.

B) Elecciones Libres: Que aseguren que los ciudadanos, por mayoría, sean los que elijan el
tipo de gobierno que estime conveniente.

C) Elecciones Universales: Todos los ciudadanos mayores de edad, sin distinción de sexo,
nivel cultural o idioma tienen el derecho a votar.

D) Todos tienen derecho a elegir y ser elegidos: Todos los argentinos, a partir de los 25
años, pueden ser elegidos como diputados; y a partir de los 30 como senadores o presidente
de la República.

E) Libertad de Expresión: Todos los ciudadanos tienen derecho a expresar sus ideas y
mostrar su acuerdo o desacuerdo con la gestión del gobierno, o cualquier aspecto de la vida
política e institucional del país, sin restricción y amenaza.

F) Libertad de Información: Es derecho de los ciudadanos tener acceso a la información


y conocer diversos puntos de vista.

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G) Existencia de Partidos Políticos: Hace posible el juego democrático, permitiendo la
expresión de diferentes visiones sobre la realidad del país, y la participación de los
ciudadanos en la vida política.

H) Subordinación de militares al Poder Civil: En la democracia los militares están


subordinados al Poder Civil. El Presidente de la República es el Jefe Supremo de las
Fuerzas Armadas.

Sin Estado de derecho no existe democracia.

Por supuesto, un Estado de derecho no se da por generación espontánea ni depende


sólo de la voluntad o decisión de algún actor político en particular. Su construcción es un
proceso que involucra a todos los actores políticos relevantes y a la ciudadanía, y no se
agota en la edificación de un sistema jurídico o constitucional.

El Estado de derecho se expresa y realiza en la norma legal, pero también en la


definición y el funcionamiento efectivo de las instituciones, así como en la cultura y las
prácticas políticas de los actores.

En el Estado de derecho prevalece el gobierno de las leyes sobre el arbitrio de los


hombres, al tiempo que se reconocen y garantizan las libertades de los ciudadanos.

Es un patrimonio común que debe ser creado, protegido y consolidado


responsablemente por todos los actores políticos.

Es una plataforma compartida que previene y, en su caso, castiga las arbitrariedades


de la acción política, a la vez que ofrece certidumbre y orden políticos.

Orden que, cabe precisar, no es inmutable, ya que el Estado de derecho democrático


brinda los espacios y los procedimientos legítimos para la libre confrontación de los
proyectos y los programas políticos que buscan dotar de contenido sustantivo a los
regímenes democráticos.

De esta forma, el Estado de derecho democrático está abierto al pluralismo, a la


tolerancia y al cambio social, y puede considerarse, con toda justicia, como una conquista
civilizatoria del pensamiento y la acción políticos.

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TIPOS DE REPRESENTACIÓN DEMOCRÁTICA
En las sociedades actuales, la democracia se basa en la representación. Sin embargo, hay ciertas
formas de participación democrática en las que se conservan algunas de las características de los
primeros regímenes democráticos en los que el pueblo tenía mayor injerencia en las decisiones
del gobierno.
Democracia directa
La democracia directa se basa en un mecanismo por el cual cada una de las personas que forman
parte de la comunidad puede exponer por igual y directamente sus propuestas, iniciativas y
puntos de vista. En este sistema todos los ciudadanos participan directamente en la toma de
decisiones políticas y cada uno de ellos se representa a sí mismo en igualdad de derechos con
respecto a los otros ciudadanos.
Este sistema democrático se basa en la existencia de reuniones asamblearias, es decir, reuniones
participativas o asambleas generales donde todos los involucrados por un determinado asunto o
miembros de una misma organización deliberan y deciden sobre todo asunto que concierna a la
vida de dicho colectivo. En estas asambleas se llega a una decisión por consenso y si no hay
acuerdo se procede a la votación de las propuestas. En algunos casos, la votación se decide por
mayoría simple, en otros se puede exigir una mayoría de tres cuartos o dos tercios del total de los
participantes. En una asamblea, aquellos que están en desacuerdo deben aceptar la decisión de la
mayoría. Las decisiones de la asamblea son soberanas solo cuando reflejan la voluntad de los
asociados.
Democracia indirecta o representativa
La democracia indirecta o representativa se basa en la delegación que el pueblo hace de su
soberanía en autoridades elegidas en forma periódica mediante elecciones libres. Estas
autoridades deben actuar en representación de los interesantes de los ciudadanos que los eligen.
Los representantes organizados en partidos políticos son elegidos por los ciudadanos de forma
directa mediante elecciones abiertas o bien mediante listas cerradas preparadas por las
direcciones de cada partido.
Democracia semidirecta o participativa
La democracia semidirecta o participativa es una forma de democracia en la que los ciudadanos
tienen una mayor participación en la toma de decisiones políticas, sin llegar a tener los
mecanismos de la democracia directa.
Consiste en dar a los ciudadanos instituciones que tomen en cuenta su capacidad de asociarse y

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organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas. En
la actualidad, se manifiesta usualmente por medio de referendos o plebiscitos que los
representantes elaboran para consultar a la ciudadanía o por medio de iniciativas de consulta que
los ciudadanos presentan a sus representantes.
Los mecanismos o instituciones de participación tienen en cuenta a las minorías, sus opiniones y
sus posibilidades de manifestarse.

LÍMITES A LA DEMOCRACIA
Los problemas de representación llevan a reflexionar sobre las grandes distancias que
pueden crearse entre las decisiones de los representantes (funcionarios de gobierno que fueron
electos) y los deseos de sus representados (conjunto de la ciudadanía que emitió su voto).
Sin embargo, las contrariedades del ideal de democracia no se agotan allí: aun cuando
puedan superarse problemas propios de la representación y se logre así achicar la distancia entre
representados y representantes, igual prevalecerán en las sociedades importantes ámbitos donde
la participación y decisión ciudadanas aparezcan fuertemente condicionadas. Esto ocurre, por
ejemplo, en el ámbito de las relaciones económicas que, con frecuencia, entran en tensión con las
relaciones políticas y las decisiones del Estado. No obstante, la misma democracia brinda
oportunidades para ejercer controles.
DEMOCRACIA Y PODER ECONÓMICO
En las sociedades capitalistas, tantos en sus orígenes como en la actualidad, existe una
fuerte disputa entre el interés político de la democracia (el bien común) y el interés económico (la
obtención de ganancias).
En este escenario de conflicto, las instituciones de un Estado democrático cumplen el papel
de garantizar las libertades, tanto para los individuos como para el funcionamiento del
mercado. Al mismo tiempo, establecen reglas que imponen límites al mercado de manera de
asegurar un grado aceptable de igualdad y de bienestar, y así, reducir el conflicto. De lo contrario,
la actividad económica se volvería irrealizable y la sociedad a la que se busca proteger se vería
perjudicada. Este equilibrio no siempre se mantiene porque el poder no radica únicamente en el
Estado, sino también en las grandes corporaciones económicas.
Las limitaciones que el poder económico le impone a la democracia pueden considerarse
en dos sentidos: por un lado, en un sentido interno a la propia organización económica; y por
otro, en cuanto a la repercusión externa de esa organización en relación con los poderes del

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Estado.
En el caso de la organización interna, en las grandes corporaciones económicas no siempre
se promueve el espacio para que sus empleados participen en las decisiones acerca de las
condiciones de trabajo.
Para mitigar las limitaciones que el poder económico le imprime al poder político, el ideal
de la democracia requiere que los poderes del Estado defiendan su independencia de los poderes
económicos y que las decisiones de los funcionarios electos se ajusten a los deseos del electorado
pro encima de los intereses de los titulares del poder económico.
Sin embargo, las grandes corporaciones transnacionales, muchas de ellas dedicadas a las
operaciones financieras y comerciales, han incrementado su poder relativo con respecto a los
Estados y llegan a establecer pautas que condicionan las decisiones políticas. Su modalidades de
acción son variadas: no invertir en un país o región si no se sostienen determinadas leyes, grupos
empresarios que financian campañas electorales para posicionar candidatos, corrupción funcional
a los poderes económicos e incumplimiento de las leyes, entre otros ejemplos.
DEMOCRACIA Y EDUCACIÓN:
El nivel educativo es una de las condiciones del pueblo que favorecen la participación
democrática. Entonces, puede preverse que la imposibilidad de acceder a una educación de
calidad también constituye un límite importante para la democracia.
En las sociedades donde el acceso a la educación está restringido a los sectores sociales que
pueden pagar por ella mientras que las grandes mayorías no acceden a una educación de calidad,
la democracia se verá afectada puesto que la ciudadanía no dispondrá del conocimiento y el
capital cultural suficientes para comprender los fenómenos de la vida pública, para organizar
demandas y exigir derechos, o bien para canalizar fuerzas en defensa del bien común.
Desde los orígenes de la democracia moderna se puede observar que allí donde el nivel y a
validad de la educación de las grandes mayorías son más bajos, la incidencia de estas en el juego
democrático y en el proceso de toma de decisiones también tiende a ser menor.
La contraparte de esto es que los sistemas democráticos son los que demuestran mayor
preocupación por la educación y destinan inversiones más altas en estas áreas. De esta manera, se
podría afirmar que la democracia, por medio de su apuesta a la educación, genera más y mejor
democracia.

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DEMOCRACIA Y ACCESO A LA INFORMACIÓN:
Dos pilares de la democracia son el acceso a la información y la libertad de expresión: uno
garantiza el insumo a partir del cual la ciudadanía puede tomar decisiones, y el otro, la
posibilidad de manifestarse libremente con el fin de incidir a nivel político. De hecho, el
desarrollo de la democracia moderna estuvo directamente asociado al desarrollo de los medios de
comunicación: primero, la prensa escrita; luego, la radio; más tarde, la televisión, y en los últimos
años, Internet (espacio en el que convergen los demás medios).
En la medida en que los medios se hicieron más masivos y, últimamente, ubicuos
(omnipresentes), se ha ido incrementando su papel en el acceso a la información y al
conocimiento. Prácticamente todo lo que sucede en la vida pública nos llega a través de la
televisión, la radio, los diarios e Internet.
Los medios de comunicación tienen la capacidad de formar la opinión pública y marcar la
agenda política, colocando temas de acuerdo con sus propios intereses (mediáticos, como obtener
rating o empresariales, por ejemplo, elevar el costo de la publicidad) o con los intereses de grupos
particulares, mostrándolos como comunes. Esta capacidad de incidencia de los medios es
analizada por especialistas que se preguntan en qué medida y en qué condiciones la
preponderancia de los medios garantiza el acceso a la información y a la libertad de expresión.

“¿Dónde está la democracia? Todo se discute en este mundo, menos una única cosa que
no se discute: no se discute la democracia. La democracia está ahí, como si fuese una especie de
santa en el altar de quien ya no se esperan milagros, pero que está ahí como una referencia: la
democracia. Y no se atiende a que la democracia en la que vivimos es una democracia
secuestrada, condicionada, amputada, porque el poder del ciudadano, el poder de cada uno de
nosotros, se limita, en la esfera política, a retirar un gobierno que no nos gusta, y a sustituirlo
por otro que quizás nos pueda llegar a gustar en el futuro. ¡Nada más!.
Pero las grandes decisiones son tomadas en una esfera distinta, y todos sabemos cuál es:
las grandes organizaciones financieras internacionales, FMI, OMC, los bancos mundiales, etc.
Ninguno es estos organismos es democrático, por lo tanto ¿Cómo podemos seguir
hablando de democracia, si aquellos que efectivamente gobiernan el mundo no son elegidos
democráticamente por el pueblo? ¿Quién elige a los representantes de los países en esas
organizaciones? ¿Los respectivos pueblos? No ¿Dónde está entonces la democracia? (José
Saramago, 2006)

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