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El documento discute la importancia de la verdad en la retórica. Argumenta que la verdad es un elemento esencial tanto en el discurso dialéctico como en el discurso retórico. También establece que Platón exigía que el orador conociera la verdad para poder argumentar de manera efectiva y que solo la verdad puede ser persuasiva en la retórica.
El documento discute la importancia de la verdad en la retórica. Argumenta que la verdad es un elemento esencial tanto en el discurso dialéctico como en el discurso retórico. También establece que Platón exigía que el orador conociera la verdad para poder argumentar de manera efectiva y que solo la verdad puede ser persuasiva en la retórica.
El documento discute la importancia de la verdad en la retórica. Argumenta que la verdad es un elemento esencial tanto en el discurso dialéctico como en el discurso retórico. También establece que Platón exigía que el orador conociera la verdad para poder argumentar de manera efectiva y que solo la verdad puede ser persuasiva en la retórica.
La cuestión de la verdad en la retórica debe de constar en dos
momentos: primero se constata la verdad como fundamental en el discurso de la retórica y segundo, la formulación de la verdad y su aplicación al discurso retórico. Antes de la retórica de Aristóteles, otros autores habían afirmado la verdad como esencial en el discurso, uno de ellos fue “Homero”, por ejemplo, atribuía la verdad al lenguaje: “Ea, pues, relátame toda la verdad”. También establece la doctrina retórica de forma científica, alcanzando el ámbito de la mente, donde solo la verdad halla lugar y lo falso es rebatido. Tanto en el discurso dialectico, como en el discurso retórico la verdad es el elemento esencial en las estructuras argumentativas, también es importante saber que el decoro del hombre es ser inteligente y el verdadero decoro es la virtud, mostrado en la elocuencia. El verdadero orador es aquel que dice la verdad, es decir, el sabio, no el insensato, En la doctrina del discurso, la primera cuestión es, “si en las palabras que bien y bellamente habrán de decirse, debe encontrarse el pensamiento conocedor de la verdad de aquella acerca de lo que el va a hablar. Platón exige que el orador conozca la verdad para que pueda argumentar los recursos de la semejanza, la dialéctica es la razón y la retórica es un juicio. En la retórica, solo la verdad se puede argumentar y solo de la verdad se puede tener persuasión.