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investigación
cualitativa
PID_00283763
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© FUOC • PID_00283763 Los datos en la investigación cualitativa
Índice
1. La observación cualitativa.............................................................. 5
1.1. Los métodos observacionales son «naturalistas» ........................ 5
1.2. Tipos o modalidades de observación .......................................... 6
1.2.1. Observación directa y observación indirecta ................ 6
1.2.2. Observación no participante y observación
participante .................................................................... 6
1.3. La «inocencia» del sujeto en la observación no participante ...... 9
1.4. Usos y grados de la observación participante ............................. 11
1.4.1. Usos de la observación participante .............................. 11
1.4.2. Grados de la observación participante .......................... 12
2. Los informantes.................................................................................. 21
2.1. Definición, generalidades y distinciones .................................... 21
2.1.1. Perfil de un buen informante ........................................ 22
2.2. Importancia metodológica de los informantes ........................... 23
2.3. Tipo de informantes .................................................................... 25
2.3.1. El informante en observación participante y no
participante: informantes actuales y a posteriori............. 25
2.3.2. Autoinformantes y aloinformantes ............................... 26
2.3.3. Informantes internos y externos ................................... 27
Bibliografía................................................................................................. 29
© FUOC • PID_00283763 5 Los datos en la investigación cualitativa
1. La observación cualitativa
Así, si hay que observar la conducta de los niños en el patio de una escuela, no se intro-
ducirá ningún cambio en las rutinas de la hora del patio, y se procurará que el período
de recreo observado se desarrolle como se desarrollaría sin la observación que se está rea-
lizando. Y si se observa la dinámica interactiva de un grupo terapéutico, interesará que
esta dinámica funcione según las reglas habituales, idealmente sin ninguna alteración
introducida por el científico-observador.
percibir a las vacas de la India como animales sagrados e intocables hay que
adoptar la óptica de los hindúes, y esto es imposible sin una comunicación
con ellos o sin el conocimiento de su cultura religiosa; de lo contrario, nos
colocaremos en una posición�ética, como occidentales, y veremos las vacas
como una fuente de producción de carne, leche, etc., de riqueza en definitiva.
En la figura 2, hemos representado el flujo de información que existe en una Enlace recomendado
situación de observación participante. La información ahora fluye, tanto des-
Para una pequeña amplia-
de el observado al observador, como desde el observador al observado. Evi- ción del concepto de obser-
dentemente, esto significa que hay interacción entre los dos polos represen- vación enmascarada (disgui-
sed), podéis acceder a https://
tados y que, por consiguiente, el sujeto no es inocente o ingenuo, sino que indiafreenotes.com/ disgui-
sed-and-undisguised- obser-
es consciente del hecho de que hay una observación en curso y de su papel
vation-research/.
como sujeto dentro de esta. Está claro que, para que esto sea verdad, el obser-
vador científico tiene que haber informado de su rol y de su propósito, no
engañando sobre sus intenciones. Si no lo hace, se producirá una situación de
observación�enmascarada, que combina la posibilidad de interactuar con el
sujeto con la imposibilidad de que este adivine que está siendo observado.
Así un psicoterapeuta que examina a un paciente y le pide que escriba un diario y, un año
después, analiza el documento en su despacho, habrá hecho la demanda y habrá obtenido
respuesta mediante la interacción con el sujeto y practicando observación participante;
pero cuando analice a solas el diario ya escrito estará en una situación asimilable a la de
observación no participante.
Además de esto, en el primer caso habrá hecho observación directa, ante el paciente, y
en el segundo habrá hecho observación indirecta documental.
Una dimensión importante, que cruza las anteriores y que no se puede des-
preciar en el enfoque cualitativo, es la que se despliega en la polaridad�ver-
bal�-�no�verbal. Hay que tener presente que el interés central del investigador
cualitativo son los significados. Este interés está satisfecho de manera relati-
vamente fácil cuando la observación es participante, puesto que, salvo casos
extremos, el material que entonces recogerá el observador será directamente
verbal (por ejemplo, en una entrevista), tal vez acompañado de material no
verbal, pero con carga simbólica, como gestos o posturas. Sin embargo, en los
dos casos, el(los) sujeto(s) estará(n) comunicando algo al investigador, el cual
podrá aceptar estos significados como definitivos, o no, pero siempre los po-
drá utilizar como punto de partida para sus interpretaciones.
Ahora bien, la ignorancia o inocencia del sujeto se puede lograr por tres vías:
Sin embargo, la interpretación todavía es posible cuando el observador no par- Ved también
ticipante se acerca a la persona observada con vocación cualitativa, pero en-
Léase sobre la interpretación
tonces se debe basar en otros indicios. En general, depende del contexto cate- contextual en el módulo «Tác-
gorizado, clasificado. Dado que el sujeto no podrá entregar intencionalmente ticas de interpretación en la in-
vestigación cualitativa».
las claves o los indicios necesarios para la interpretación de sus acciones, habrá
que prestar atención a los contextos o las situaciones en las cuales aquellas
se producen si queremos descifrarlas, si queremos darles una interpretación
plausible.
• (↑) Puede ser utilizada de forma negativa, «porque no hay más remedio»,
pero con cautela metodológica fruto de las supuestas deficiencias, en clave
de errores o sesgos, que sufriría esta clase de observación. Esta sería su
utilización en una perspectiva cuantitativa.
© FUOC • PID_00283763 12 Los datos en la investigación cualitativa
Esto no nos tiene que desconcertar. En cualquier caso, cada línea metodológi-
ca –cualitativa y cuantitativa– tiene su enfoque y su utilidad para ciertos ma-
teriales y ciertos objetivos de la investigación. En la siguiente tabla, hemos
resumido estos enfoques dentro de la práctica de la observación participante.
• Permite acceder a la subjetividad de un ser humano establecien- • Para obtener información verbal en vivo es inevitable establecer
do una relación social con él y recogiendo información verbal una relación con el sujeto; pero esta relación genera sesgos y se
de primera mano. tiene que controlar.
• La carencia de control y la espontaneidad de la relación con • Un protocolo claro y unas consignas inequívocas permiten ejer-
el sujeto permite potenciar al máximo la autenticidad de la in- cer control sobre el desarrollo de la interacción, a fin de que
formación obtenida, su validez en el marco de esta relación en la información recogida sea objetiva, válida con independencia
concreto. del observador que la haya obtenido.
• El concepto de reactividad, entendido como sesgo, no es per- • La reactividad es un sesgo que hay que evitar y el engaño es una
tinente. Y si el sujeto nos engaña, el engaño forma parte de la de sus manifestaciones.
información sui generis producida en una interacción concreta.
• La progresiva familiarización de los sujetos con el observador
• La progresiva familiarización del sujeto con el observador sirve sirve para ahorrar errores y sesgos, puesto que supone la adap-
para aumentar su implicación mutua, y facilitar el intercambio tación del sujeto a una situación de registro artificial.
de puntos de vista y la empatía.
pequeños supondrán una actitud más bien ética por parte del observador y
un intercambio comunicativo más pobre. Distinguiremos cuatro�modalida-
des de observación participante, que son producto de cuatro niveles o grados
de implicación del observador en el sujeto o grupos estudiados. Definiremos
de manera práctica y funcional la noción de implicación. Para nosotros será
igual a la medida o extensión en la cual los códigos del sujeto y del observador
se superponen o intersecan.
«Código»
• la observación actuante,
• la observación implicada,
• la participación-observación,
• la autoobservación.
La observación actuante
• (↑) El observador establece una relación formal con el sujeto. El sujeto sabe,
por lo tanto, que es estudiado y conoce al observador, lo percibe.
© FUOC • PID_00283763 14 Los datos en la investigación cualitativa
Ahora bien:
Por lo tanto:
• Con todo, puesto que las fronteras entre estas modalidades no son nítidas,
debemos decir que también hay grados dentro de la observación partici-
pante actuante: desde aquellos casos en los cuales el observador es un sim-
ple testigo, percibido pero mudo, de la actividad del sujeto o del grupo,
hasta aquellos otros en los cuales su grado de intervención es más grande,
como en el ejemplo que podéis consultar a continuación.
Ejemplo
Este sería el caso de muchas sesiones clínicas durante las cuales se recogen datos. Y hay
que reconocer que difícilmente podrían ser de otro modo.
Nota de aclaración
En este texto, como ya habréis comprobado, hemos dado un sentido más amplio y –
creemos– más sistemático a la observación participante. Desde nuestro punto de vista,
la cuestión decisiva no es si este observador participa o no lo hace, sino si establece una
relación o no con el sujeto, relación que, en cualquier caso, es la condición sine qua non
de la participación.
La observación implicada
Por lo tanto:
• El observador es activo.
identificándose con él, de forma que pierda toda objetividad, toda pers-
pectiva sobre los hechos que estudia.
Varias modalidades de relación clínica caen también cerca de esta manera de entender
la observación participante.
En general, una entrevista abierta, poco estructurada y poco dirigida, desarrollada con
pocos formalismos pero con intensidad y profundidad, es un instrumento básico para
llevar a cabo una observación participante implicada.
La participación-observación
En cambio:
Por lo tanto:
Aparte de esto, tendría que ser igualmente claro que la proximidad del obser-
vador hacia el sujeto depende del tipo de relación que se utilice para diseñar y
adaptar el protocolo de registro: así los datos que obtenga una madre sobre su
hija pequeña serán de más valor, en el contexto de una participación-obser-
vación, que las que esta misma mujer obtenga de una compañera de trabajo.
Una vez cada 15 días, la maestra se reúne con los promotores de la investigación, les
muestra el material recogido, pide aclaraciones y expone dudas. Los directores de la in-
vestigación la asesoran sobre cómo resolver las dificultades que se le presentan y sobre
cómo conducir el tramo restante de la recogida de datos.
La autoobservación
Por lo tanto:
• Ahora bien, como en el caso anterior, este apartamiento podrá ser corre-
gido por el entrenamiento y la supervisión del científico u observador vir-
tual que dirige el proceso de registro.
• En línea con los puntos anteriores, diremos que los protocolos empleados
en la autoobservación suelen contemplar el registro de acciones fácilmen-
te observables y objectivables, a fin de contrapesar las interpretaciones
muy subjetivas y centradas en el propio punto de vista. Sobre esta base,
es erróneo atribuir a la autoobservación una intención inexorablemente
introspectiva.
© FUOC • PID_00283763 19 Los datos en la investigación cualitativa
En el otro extremo, nos podemos encontrar con autoinformes que han sido
controlados y dirigidos hasta el último detalle, buscando la máxima objetivi-
dad. Esto sería conveniente y aceptable en intervenciones terapéuticas, clíni-
cas, educativas o sociales. Así, por ejemplo, en ciertas terapias contra la obe-
sidad canalizadas a través de autoinformes, el sujeto tratado tendrá que con-
signar diariamente (pongamos tres veces al día) qué come, en qué cantidad,
a qué hora, dónde lo hace, etc. Estos contenidos son inmediatamente objeti-
vables y serán registrados mediante categorías de clasificación elaboradas por
el terapeuta.
Actividad de reflexión
1) «Por todas partes la gente tiende a necesitar ayuda; sus circunstancias nos piden algún
compromiso moral. Podemos llegar a sentir, de hecho, la necesidad de involucrarnos y
ayudar. Pero nosotros somos observadores. ¿Hasta qué punto y de qué manera (si es que
hay alguna) podríamos hacerlo? ¿En qué medida este observador supuestamente neutral
tendrá que responder al dolor o a las dificultades que observa desde muy cerca?...».
nes y mantenerlas exige que, observadores y observados, posean unos rasgos sociales que
les permitan sentirse cómodos unos con otros. Por eso, un prerrequisito para emprender
una observación [participante] es la constatación, por parte del observador, de cuál es
su estilo propio, cuáles son sus sentimientos hacia aquellos cuyo mundo está dispuesto
a visitar».
Traducción y adaptación del autor: Lofland, J. (1971). Analyzing Social Settings. Belmont
(Cal.): Wadsworth, pág. 97 y 99.
Reflexionad sobre los dilemas y las alternativas que tiene ante sí el observador, en el caso
1) y en el caso 2).
Orientaciones�y�pistas�para�la�solución�de�la�actividad
Está claro que el autor plantea dos problemas fundamentales de la observación partici-
pante, especialmente de aquellas modalidades que comportan una comunión más gran-
de con la sociedad o el grupo que se estudia.
Los dos provienen del hecho que el observador está en relación con el sujeto.
© FUOC • PID_00283763 21 Los datos en la investigación cualitativa
2. Los informantes
Una primera distinción que se nos puede ocurrir es que este informante puede
proveer información sobre sí mismo o sobre otras personas. Sin embargo, de
momento, esta puntualización solo tiene que servir para darnos cuenta que
el sujeto focal abordado en la observación participante es, de hecho, un infor-
mante, un cierto tipo de informante que –por ejemplo– da información en el
contexto de una entrevista.
A continuación, daremos algunas indicaciones básicas sobre cuál tiene que ser
el perfil de un informante.
los cuales se le pregunta, pero también debe tener una cierta perspectiva
sobre aquellos.
• Sin embargo, es obvio que una actitud� favorable del informante hacia
el científico y su equipo beneficiará la recogida de información. En todo
caso, la disposición de un informante puede incluir alguna desconfianza
(sobre todo al principio), alguna reserva o alguna crítica encubierta; pero
nunca el desprecio, la falta de respeto o el odio.
• Tiene que ser sincero� o� ir� de� buena� fe: Este rasgo es un reflejo directo
del anterior. También aquí esta sinceridad se entiende en el marco de una
actitud positiva, no en el de garantizar la objetividad científica. Incluso al-
gunos tipos de engaño serían compatibles con esta buena fe –por ejemplo,
cuando persiguieran el objetivo de dar una buena imagen del sujeto, gru-
po o de la comunidad estudiados. A veces, un engaño puede ser altamente
informativo, por su significación. Es trabajo del investigador descubrirlo,
relativizarlo y valorarlo.
Sin embargo, conviene separar las dos funciones más importantes de los in-
formantes:
© FUOC • PID_00283763 24 Los datos en la investigación cualitativa
Con base en esta doble función, algunos autores como los ya citados Werner
y Schoepfle proponen la distinción�entre�informantes�y�consultantes.
Recapitulando
Una madre dará interpretaciones sobre sí misma o sobre su hijo; un maestro las dará
de él, de sus alumnos, de sus compañeros profesionales, de la escuela donde trabaja; un
trabajador transmitirá sus experiencias, comentará las de los otros obreros, opinará de la
dirección de la empresa, de los sindicatos. El psicólogo clínico, el psicólogo educativo o el
psicólogo social escucharán a estos informantes. El entrevistado informará al entrevista-
dor; el paciente informará al terapeuta; en un conflicto de barrio, los vecinos informarán
al mediador.
Recapitulando
• (↑)� Cuando� el� informante� es� uno� de� los� sujetos� estudiados, se puede
hablar legítimamente de informantes tanto en el contexto de la observa-
ción participante como en el de la no participante. No obstante, mientras
que el informante en la observación participante puede brindar su infor-
mación, bien durante el mismo periodo de recogida de datos, bien una
vez finalizada esta, en cambio, el informante en la observación no parti-
cipante solo puede ejercer su papel a posteriori del periodo de recogida de
datos o de registro.
• (↓)�Cuando�el�informante�NO�es�uno�de�los�sujetos�estudiados, puede
actuar tanto en calidad de informante actual como de informante a poste-
riori, y tanto en el contexto de la observación no participante como par-
ticipante.
Fuera del marco que hemos establecido aquí, es innegable que la distinción
entre autoinformantes y aloinformantes puede tener un sentido más general
y referirse, simplemente, al hecho de que cualquier informante, en cualquier
contexto de investigación, puede dar información sobre sí mismo o sobre otros
individuos o grupos. Pero en este sentido más general la distinción tiene mu-
cho menos relieve metodológico.
Pero la función del informante se puede llevar a cabo desde fuera del colectivo
humano o sistema social estudiado; y, como ya hemos hecho notar, los sujetos
que nos informan pueden ser otros que los que estamos específicamente estu-
diando. Podemos decir de paso que este es el tipo de informante seguramente
más popular en la literatura, aunque siempre quedan dudas de hasta qué pun-
to este sujeto, situado al margen de la muestra de referencia, no acaba siendo
estudiado, o incorporado a aquella, por el investigador. En todo caso, este úl-
timo es un informante externo, el cual tiene una perspectiva ética, exterior,
sobre las personas o el grupo concretos sobre los cuales se le pide información.
Por añadidura, el informante que replica o valida conviene que sea interno,
para poder juzgar con conocimiento de causa los análisis y las interpretaciones
que le muestra el científico, pero también conviene que tenga alguna capaci-
dad de distanciación, de «externalidad», respecto de los comportamientos o
valores que ha de validar.
© FUOC • PID_00283763 29 Los datos en la investigación cualitativa
Bibliografía
Campbell, D. T. [Donald Thomas]. (1955). «The Informant in Quantitative Research». Ame-
rican Journal of Sociology 60, pág. 339-342.
Enlaces recomendados
Pope, E. M. [Elizabeth]. (2020). «Entering the field». University of West Georgia [trabajo de
campo]. [Fecha de consulta: 1 de abril de 2021]. <https://www.westga.edu/academics/re-
search/vrc/assets/docs/entering-the-field-ppt.pdf»> <https://www.westga.edu/academics/re-
search/vrc/assets/docs/entering-the-field-script.pdf>